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CS

versión impresa ISSN 2011-0324

CS  no.12 Cali jul./dic. 2013

 

PRESENTACIÓN

 

PRESENTACIÓN

 

El decimosegundo número de CS reúne los interéses del Departamento de Estudios Sociales, el Centro de Estudios Afrodiaspóricos y el Seminario de Raza y Desigualdad de la Universidad Icesi por dar a conocer algunas de las reflexiones y perspectivas contemporáneas en torno a la presencia y las trayectorias de los Afrodescendientes en Colombia y Latinoamérica.

El importante lugar ganado por estas poblaciones en los últimos años contrasta hoy con la persistencia de dinámicas de discriminación y racismo, camufladas en discursos como los del mestizaje, la democracia racial y el multiculturalismo. En este contexto, el presente número de la revista tiene por objeto poner en evidencia esta profunda contradicción subyacente al giro multicultural realizado por el Estado colombiano en 1991. Si bien la diversidad y la diferencia resultan ser ejes constitutivos de una nueva nación cimentada en el paradigma de la multiculturalidad, la discriminación y el despojo de poblaciones Indígenas y Afrodescendientes siguen persistiendo en las prácticas cotidianas de personas, agentes, colectivos, organizaciones e instituciones.

Interesada en explorar tal contradicción, la revista CS aspira a formular, en estas páginas, varias preguntas sobre las realidades que actualmente enfrentan las poblaciones Afrodescendientes. ¿Qué pertinencia tienen hoy, para el análisis de las problemáticas que afrontan los Afrodescendientes, categorías como las de clase, raza, etnicidad y género? ¿En qué medida las políticas multiculturalistas de Estado han dado respuesta a las situaciones de destierro, desplazamiento y racismo? ¿Cómo el avance en el reconocimiento de diferentes grupos étnicos impacta la producción del conocimiento? ¿Cómo distinguir perspectivas teórico–metodológicas pertinentes en el estudio de las trayectorias contemporáneas de las poblaciones Afrodescendientes? ¿Cómo se reconfiguran los racismos y otras formas de discriminación en épocas de reconocimiento multicultural y pluriétnico? ¿Cuáles son los límites de los discursos de inclusión y de las acciones afirmativas? Y, entre otras más, ¿cuáles son los principales desafíos que afrontan hoy los Afrodescendientes?

En correspondencia con algunos de estos interrogantes, el presente número abre con un conjunto de artículos dedicados a explorar las tensiones existentes entre el multiculturalismo, los enfoques diferenciales y la reconfiguración de los racismos. Claudia Mosquera Rosero–Labbé y Ruby Esther León, en su artículo Contradicciones discursivas en los procesos de intervención social diferencial a la diversidad étnico–racial negra en programas sociales en Colombia, analizan los discursos mediante los cuales se responde a las propuestas de enfoque diferencial en programas para la superación de la pobreza, indicando las contradicciones presentes en tales discursos. Por su parte, Agustín Laó–Montes, en Empoderamiento, descolonización y democracia sustantiva. Afinando principios ético–políticos para las diásporas Afroamericanas, propone una interpretación de las diásporas en términos de su significado histórico, planteando una serie de principios ético–políticos asociados a la descolonización, la democracia y la liberación, que permitan entender las experiencias los sujetos de la Africanía moderna. Finalmente, en Percepciones y prácticas corporales estéticas de un grupo de jóvenes universitarias Afrodescendientes de Cali, Vanessa Ortiz propone una visión étnico–racial, de clase y género para interpretar los sentidos y prácticas corporales de un grupo de estudiantes Afrodescendientes sobre su propio cuerpo y apariencia, en relación con el modelo de belleza hegemónico centrado en el cuerpo blanco.

La década de 1990 se caracterizó en Colombia no sólo por el importante llamado hecho a la protección cultural y territorial de las poblaciones Afrodescendientes, sino también por la intensificación del conflicto armado, que tuvo por consecuencia tanto el desplazamiento forzado como el incremento de los procesos de despojo y desposesión territorial hacia estas poblaciones. Esta situación, que ha obligado a los Afrodescendientes a reconfigurar sus procesos de organización social y territorial, es explorada por un segundo grupo de artículos, reunidos en torno a una línea denominada 'Extractivismo, conflicto armado y territorialidades'. El texto Simbiosis de un conflicto. Desplazamiento e identidad negra en Colombia, de la antropóloga brasilera Vera Rodriguez, brinda un panorama sobre cómo el desplazamiento forzado ejemplifica las contradicciones alrededor de la legislación existente y la realidad de las poblaciones expuestas al conflicto armado y al desplazamiento.

Sigue a éste el artículo Agroindustria y extractivismo en el Alto Cauca. Impactos sobre los sistemas de subsistencia Afro–campesinos y resistencias (1950–2011), de Sandra Rátiva, Andrés Salcedo, Daniel Varela e Irene Vélez, que da cuenta de cómo el proceso de despojo vivido por los Afrodescendientes del Norte del Cauca lleva más de cincuenta años en la región. Para terminar, y como complemento a la mirada sobre la reconfiguración identitaria y territorial en Colombia, el texto Movilidades y resistencias de los Caribes negros. Pasado y presente de los Garífuna, de Carlos Agudelo, brinda un interesante panorama sobre los procesos de reterritorialización y reconfiguración identitaria vividos por la población garífuna asentada en América Central, mostrando cómo la construcción de una identidad poblacional puede ser vista como un proceso político que articula escalas locales, nacionales y transnacionales.

Un tercer y último conjunto de artículos reúne contribuciones de Manuel Matos y Carlos Alberto Valderrama. El primero, en su artículo Afro–descendant Trajectories: a Methodological Reflection, propone marco analítico para el estudio de las poblaciones Afrodescendientes sobre la base de su condición de población diaspórica. Este marco, argumenta Matos, permitiría valorar el pensamiento y las prácticas feministas negras en función de su impacto significativo en la producción e interpretación de nuevas fuentes históricas y sociopolíticas. Finalmente el segundo autor, con su texto Folclore, raza y racismo en la política cultural e intelectual de Delia Zapata Olivella. El campo político–intelectual Afrocolombiano, describe la configuración de un campo político–intelectual Afrocolombiano y propone estudiar el pensamiento intelectual de Delia Zapata para develar tanto sus nociones de folclore, raza y racismo como las apuestas políticas e intelectuales subyacentes a éstas.

La sección de Documentos incluye tres contribuciones para la sociología, la antropología y la literatura colombiana. Abre este apartado una traducción de un artículo publicado por W. E. B. Du Bois en 1898: El estudio de los problemas de la población Negra. El texto, un clásico de la sociología norteamericana, propone una agenda de investigación sociológica para estudiar a la población descendiente de africanos en los Estados Unidos. En segundo lugar, se presenta Interrogando el racismo. Hacia una antropología antirracista, escrito por la antropóloga Afroamericana y actual directora de la American Anthropological Association, Leith Mullings. En su texto, la autora evalúa el estado de la producción antropológica y propone herramientas conceptuales y metodológicas para una práctica antropológica antirracista. Cierra la sección un ensayo de Carmen Luz Cosme Puntiel titulado La grafía manzaniana: el lenguaje escrito mediante la metáfora y la prosopopeya. Aquí, la autora analiza la narrativa de la autobiografía de Juan Francisco Manzano, un hombre esclavizado en Cuba que publicó su texto en 1835, concibiendo su escritura como una herencia ancestral para los Afrolatinos y la diáspora africana.

Cierra el número una sección especial titulada 'Otras voces'. CS ha considerado incluir, como parte de este número especial, un espacio destinado a hacer visibles diferentes aportes construidos desde las organizaciones y trayectorias cotidianas de hombres y mujeres líderes Afrodescendientes. Ellos, desde su accionar político, han contribuido a forjar un pensamiento propio y un destino más justo, encaminado a incluir a diversas poblaciones que siguen siendo excluidas en nuestro país. Abre esta sección la historia de Vicenta Moreno, quien con su labor en la casa cultural del Chontaduro, ubicado en el distrito de Agua Blanca en Cali, ha dignificado la vida de cientos de niños y jóvenes. A continuación, se presentan los casos de Sally Ann Taylor y Silvia Torres, quienes desde sus liderazgos académicos han tratado de visibilizar las múltiples problemáticas que hoy enfrenta el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. Por último, y no menos, importante se incluye la resolución de COCOMACIA, que como organización territorial en defensa de la autonomía de las comunidades Afrodescendientes, se pronuncia frente a las compras de tierras por terceros y la asignación de títulos de explotación a multinacionales.

La intención de este número es brindar una mirada panorámica que suponga un aporte a los distintos debates que hoy día circulan en el campo de los estudios Afrocolombianos y que, al tiempo, invite al diálogo entre lo que está sucediendo en el país y otros procesos análogos que tienen lugar en Centro América, Estados Unidos y Brasil. Los artículos aquí reunidos tienen la particularidad de congregar producciones clásicas y modernas de investigadores Afrodescendientes en los Estados Unidos, al lado de visiones del pensamiento propio como una forma alternativa de producción de conocimiento en el Pacífico y en el Caribe. Las luchas políticas, las experiencias y las perspectivas académicas aquí reunidas ponen de manifiesto que el campo de los estudios Afrocolombianos se transforma y se reconfigura a partir de múltiples trayectorias y voces, tanto de líderes como de académicos.

Equipo editorial, Revista CS

* * *

Al concluir la edición de este número, fue anunciada la muerte de Nelson Mandela. La ausencia de su presencia física nos invita a revisar su legado y a aplicar algunos de sus principios. Su trayectoria de vida puede darnos valiosas lecciones en pro de la promoción de estrategias que permitan superar las desigualdades sociales, y por consiguiente contribuir a la paz y a la justicia étnico–racial y de género. Cabe destacar aquí dos de estas lecciones. La primera hace alusión a la importancia de eliminar los privilegios raciales. La segunda, remite a la posibilidad de convergencia en la diferencia, ligada a una oportunidad de apertura y reconciliación.

Así como lo discute la antropóloga Leith Mullings en 'Interrogando el racismo', publicado por primera vez en español en este número, reconocer el sustrato racial de sus sociedades ha sido una labor compleja para todas las naciones. En el proceso de defensa de una democracia sin privilegios raciales en Suráfrica, en 1950, Mandela dijo:

Yo era, en primer lugar, un nacionalista africano luchando contra una minoría que se había creído con el derecho de controlar nuestro destino. Los problemas de los sudafricanos y los africanos no eran totalmente distintos a los de otros seres humanos en el mundo. Por eso, una filosofía que explicara esos problemas a un nivel histórico e internacional era muy valiosa para mí.

Algunos años después, en 1955 Mandela, junto a otros miembros de organizaciones políticas de todo Suráfrica convoca el primer congreso de los pueblos. Allí más de 3000 delegados de todo el país, blancos, negros, indios, mestizos, se reúnen con un sólo objetivo: emitir la Constitución por la libertad, donde se reclama la necesidad de emancipación, de participación popular, y que todos los grupos de la nación disfruten de los mismos derechos. Después de pasar 27 años en prisión, Mandela tuvo la oportunidad de salir y hacer lo que el mundo creía imposible: unir en un sólo proyecto nacional a opresores y oprimidos. En un mundo que discrimina y oprime, el pensamiento de Mandela se hace más que vigente, necesario. En este sentido, Mandela es un referente para aquellos que combaten el racismo en el mundo y luchan para que este sea un lugar más justo.

En una entrevista realizada en 2000 por el Christian Science Monitor, Mandela resumió sus 27 años de prisión (1962–1990) como 'el tiempo de pensar'. Su vida, sus contribuciones a la política en África –y hoy día a la diáspora africana–, sus prácticas para abolir el racismo y su partida invitan a toda la humanidad a la misma labor.

 

Aurora Vergara Figueroa – Inge Helena Valencia

Centro de Estudios Afrodiaspóricos

Universidad Icesi