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CS

Print version ISSN 2011-0324

CS  no.16 Cali May/Aug. 2015

https://doi.org/10.18046/recs.i16.2073 

PRESENTACIÓN

 

 

Luis Fernando Barón; Aurora Vergara Figueroa

Universidad Icesi, Cali, Colombia. agosto de 2015

 


 

 

Presentación

Este número continúa la reflexión iniciada en CS 12 sobre el importante lugar, académico, social y político, logrado por las poblaciones afrodescendientes en Colombia y las Américas, y la prevalencia de desigualdades étnicas y raciales que requieren análisis críticos. Como ya se anunciaba en ese número, la discriminación, el racismo y la desigualdad que enfrentan las poblaciones afrocolombianas son persistentes, tanto en las prácticas y discursos institucionales, como en la vida cotidiana de personas, colectivos y organizaciones. Las investigaciones publicadas en esta edición describen acciones históricas y prácticas contemporáneas implementadas por diferentes colectividades, para cuestionar las desigualdades que prevalecen y proponer otras formas de inclusión y participación política, cultural y económica.

Los artículos de este número señalan rutas para analizar, de mejor manera, las relaciones entre lo étnico–racial y el género con procesos de configuración social y nacional en los países latinoamericanos. Asimismo, invitan a observar, con mayor complejidad y rigor, tanto las relaciones entre los procesos institucionales de formación y desarrollo de los Estados, como la participación de las diferentes comunidades, poblaciones y territorios que lo constituyen. En este sentido, los textos muestran que no son sólo los lineamientos de las políticas, ni los desarrollos institucionales del Estado, ni sus normas, las que determinan la permanencia de desigualdades, discriminaciones y exclusiones. También son decisivas las maneras en que los agentes sociales han participado y respondido ante tales desigualdades, discriminaciones y exclusiones, incluidos los partidos políticos, los movimientos sociales, la academia y los medios de comunicación.

De esta forma, los artículos de este número llaman a deliberar sobre el carácter ético y político de la actividad intelectual. Los autores y autoras de este número, no sólo evidencian una gran valoración de la diferencia y de lo emergente, sino también un gran compromiso frente a la producción de conocimientos, saberes y epistemologías diversas. Este tipo de relaciones, entre lo académico, lo político y lo epistemológico, representan una maravillosa oportunidad para mostrar y afianzar el valor y el rigor de diversos marcos teóricos y metodologías. Además, muestran otras formas de trabajo colaborativo entre diferentes agentes sociales, y el desarrollo de otras prácticas de recolección de datos e historias, así como de otras maneras de analizar y de generar argumentaciones científicas, producto de formas diferentes de entender las relaciones entre las ciencias y los procesos sociales. Algunas de las reflexiones aquí publicadas fueron presentadas en la Cátedra Fulbright Regiones de 2014. Este evento realizado en Cali, se llamó De la invisibilidad a la transformación social: Afrodescendientes en pasado, presente y futuro y fue coordinado por la Dra. Janeth Mosquera Becerra, a quien agradecemos su gestión. Teniendo en cuenta lo dicho, el contenido de este número se ha distribuido en cuatro secciones tituladas: participación política, (geo)grafías de la muerte, educación y ascenso social, y documentos.

En la primera sección, los estudios y reflexiones, de orden histórico y filosófico, brindan información detallada sobre los contextos académicos y sociopolíticos en que se desarrollan asuntos relacionados con diversos tipos de discriminación e inclusión étnico–racial que se evidencian en las formas de participación política de la población afrodescendiente. Luis Ernesto Valencia Angulo presenta una reflexión histórico– filosófica sobre los avances, confusiones y retrocesos respecto a las historias de los afrocolombianos, con énfasis en el Pacífico colombiano. El autor muestra cómo los estudios afrocolombianos en las ciencias sociales y las humanidades en Colombia, corresponden con una larga historia de movilización social para posicionar a los sujetos racializados como "negros", como otros reconocidos. Su texto se pregunta por la formación discursiva de los términos afrodescendientes y afrocolombianos o "negros", bajo la comprensión de que el término "afro" no se reduce a una cuestión semántica, sino que responde a procesos de reivindicación que han tenido efectos tanto en lo social como en lo epistemológico. En este panorama, el autor muestra dos retrocesos de suma importancia: (1) la destrucción de la biodiversidad, entendida como existencia de un sinnúmero de ecosistemas en un territorio, y (2) la autofagia de los grupos y las organizaciones étnico–territoriales, entendida como las riñas y desacuerdos en los colectivos afrocolombianos o entre sus representantes.

Por su parte, Meyby Ugueto–Ponce propone un análisis histórico de carácter local para mostrar la importancia de los pueblos de "negros libres" en los procesos sociopolíticos de inserción nacional de comunidades afrovenezolanas, a raíz de los cambios iniciados con la Constitución de 1999. El trabajo se centra en la población de Curiepe, del Estado Miranda, Venezuela, y permite ver cómo las formas contemporáneas de inserción sociopolíticas se derivan de mecanismos culturales que tienen origen en el nacimiento de esta población, de la mano de descendientes de africanos en condición de libertad. El artículo sostiene que los mecanismos culturales de resistencia creados en el "proyecto sociopolítico de libertad" emprendido en el siglo XVIII, son la base del actual "proyecto sociopolítico" de "pueblo libre", que se expresa estructuralmente como "autonomía cultural" en la toma de decisiones sobre los elementos culturales propios y foráneos que operan fundamentalmente desde el ámbito religioso. También muestra como este, el religioso, es el escenario privilegiado de lo político, dada la transversalidad que tiene en la vida cotidiana y por la capacidad que ha tenido para conglomerar a sus habitantes desde varios ámbitos, en especial el afectivo.

Desde una perspectiva histórica, que recurre a fuentes bibliográficas, para construir un panorama general, de la configuración territorial y social de los asentamientos de negros esclavizados durante la colonia, el artículo de Alen Castaño describe los procesos de construcción de palenques y lógicas de cimarronaje en el Caribe colombiano en los siglos XVI, XVII y XVIII. El artículo se enfoca en dos lugares del territorio de la antigua gobernación de Cartagena en los que se desarrolló un fuerte proceso de cimarronaje y constitución de palenques: el Bolívar Sabanero y la Depresión Momposina, para mostrar que estos fueron fenómenos generalizados en centros poblados donde las importaciones de esclavizados se realizaban de manera constante, y la fuga se consolida como el principal mecanismo de confrontación del sistema colonial. El autor sostiene que las lógicas que giraban alrededor del uso y apropiación del territorio configuraron dinámicas de supervivencia de las comunidades cimarronas que constituyeron espacios de autonomía territorial, social y económica a través de los palenques.

La segunda sección integra tres aproximaciones a la espacialización racializada de la muerte y la exclusión en el sistema de salud. Estamos llamando a este fenómeno social (geo)grafías de la muerte, en tanto se escribe y se inscribe en los cuerpos y territorios de las y los afrodescendientes. Abre esta sección el artículo de Vicenta Moreno Hurtado y Debaye Mornan presentando estrategias de resistencia desarrolladas por mujeres en el Distrito de Aguablanca en Cali. Este artículo busca contraponerse a narrativas académicas y discursos políticos que criminalizan la vida de la gente afrocolombiana en sectores populares y que, generalmente, presentan a las mujeres afrocolombianas como víctimas, o como desorganizadas y apolíticas. Para ello, las autoras muestran las experiencias de mujeres afrodescendientes que dan cuenta de la capacidad creadora para transformar las geografías de la pobreza y la muerte en posibilidades de una vida urbana digna. Las autoras describen cómo las mujeres afrocolombianas subvierten las lógicas espaciales de opresión y diseñan posibilidades para una lucha política por el derecho a la ciudad; sea en los actos performativos o en símbolos de la herencia africana como los alabaos o en el rebusque. Por tanto, ellas son agentes políticos que permanentemente movilizan sus comunidades contra las dinámicas de guerra y se esfuerzan por darle otros sentidos a su territorio urbano, trascendiendo las fronteras invisibles impuestas por los actores armados.

El segundo artículo de esta sección es un estudio sobre representaciones, que indaga cómo se conceptualiza, nomina e interpreta, la categoría étnico–racial, en relación a la población afrodescendiente, en investigaciones publicadas entre 1994 y 2011 en las tres principales revistas de salud pública de Colombia. Janeth Mosquera Becerra muestra que las interpretaciones sobre "raza", etnia y salud pública y los contextos en que ellas se dan, son claves en Colombia, debido a que en otros contextos se ha demostrado que los problemas de salud de las poblaciones están mediados por la variable étnico–racial. Por ejemplo, las cifras de ciertas enfermedades no se distribuyen igual entre distintos grupos étnico–raciales y los riesgos o los factores de riesgo de algunas enfermedades no están igualmente distribuidos según la condición ético–racial de las poblaciones; así como tampoco las consecuencias de enfermar o morir. En este sentido, el artículo trata no solo de mostrar las diferencias étnico–raciales sino, además, explicar los procesos que crean y recrean inequidades en salud debido a la condición étnico–racial.

El estudio destaca que (1) la condición étnica y racial es aún poco tenida en cuenta en los estudios de salud en Colombia, (2) existe confusión en el uso de nociones como "raza", etnia y otras denominaciones derivadas, como grupo étnico, que se usan de manera intercambiable, incluso unidas, como nominación: raza/etnia. Además, argumenta la autora, los investigadores no conceptualizan sus constructos sociales ni teorizan en torno a ellos; (3) Los estudios analizados no presentan explícitamente el modo cómo inscriben a los participantes en una u otra categoría étnica o racial; (4) la revisión muestra que en los artículos analizados: o se plantea de manera muy vaga por qué se usa la denominación étnica o racial o no se dice nada al respecto.

El siguiente artículo de esta sección, prácticamente, responde a los hallazgos y deficiencias anotadas en el estudio previo. El trabajo de Fernando Urrea–Giraldo, Gustavo Bergonzoli Peláez, Bladimir Carabalí Sinisterra y Víctor Hugo Muñoz Villa describe a los determinantes sociales de la salud, entre los que se resalta la dimensión étnica–racial como punto de partida sociológico. Este trabajo identifica y analiza descriptivamente los patrones de mortalidad entre la población afrodescendiente y la blanca–mestiza, autoidentificada como no afrodescendiente, por sexo y grupos etarios, para Santiago de Cali y el Valle del Cauca. La muestra analizada es tomada de los microdatos del reporte de fallecidos en el censo 2005 y de los certificados de defunción del año 2010. Este estudio presenta una demografía de la desigualdad social con base en el componente étnico–racial, y muestra que la sobremortalidad que sufre la población joven y adolescente, afecta en mayores proporciones a los afrodescendientes de ambos sexos. De igual manera, revela que la mayor brecha entre grupos étnicos se encuentra entre las mujeres, siendo las afrodescendientes las que se encuentran en clara desventaja.

La tercera sección agrupa dos investigaciones sobre educación y ascenso social. Luz Edith Valoyes Chávez aborda la problemática de la exclusión y marginalización de estudiantes afrocolombianos en procesos de enseñanza y aprendizaje de matemáticas. Utilizando una perspectiva cualitativa, tres contextos sociales, económicos y culturales distintos de Cali, desarrolla un estudio comparativo de tres instituciones educativas. Sus resultados señalan las tensiones raciales existentes en las escuelas participantes y el papel fundamental de ideologías raciales en la justificación, explicación y naturalización del fracaso escolar en matemáticas de los estudiantes afrocolombianos en la ciudad. También confirman la existencia de una visión en educación de acuerdo con la cual existe una jerarquía racial de las habilidades matemáticas. De esta manera, los estudiantes afrocolombianos se ubican en la parte inferior, ya que, pareciera que no cuentan con las disposiciones para aprender exitosamente esta materia. Las representaciones negativas elaboradas por los maestros se traducen en diferencias en las oportunidades de aprendizaje, en las experiencias escolares y en la calidad del conocimiento algebraico al que son expuestos estos estudiantes. Los maestros en el estudio adaptan sus prácticas de enseñanza a las percibidas habilidades de sus estudiantes.

Cierra esta sección el artículo de Juan Carlos Zuluaga D., el cual aporta a la literatura de movilidad social de afrocolombianos migrantes en el país. El autor describe las representaciones de ascenso social de personas migrantes e hijos de migrantes afrodescendientes en el municipio de Tuluá, Valle del Cauca. Basado en un trabajo previo de caracterización sociodemográfica, socioeconómica y sociocultural, con información cualitativa y cuantitativa de 200 hogares afrodescendientes, este estudio de carácter cualitativo, muestra que, aun bajo condiciones de explotación y discriminación racial, se presenta una micromovilidad ascendente en la mayor parte de hombres migrantes y sus familias, debido principalmente a: 1) el esfuerzo personal y familiar; 2) la implementación de una lógica prospectiva; 3) las condiciones de contratación directa con los mínimos derechos y prestaciones sociales (principalmente en los ingenios) y 4) la unión y la potencia solidaria de los sindicatos y las cooperativas. El autor sostiene que el trabajo, la educación y la salud emergen como las principales factores que sirven de base a las imágenes de ascenso social, pues son ellas en sí mismas manifestaciones, históricamente constituidas, del estatus de las personas, o los medios a través de los cuales las personas conciben la posibilidad de alcanzar logros sociales y materiales. Tanto para los migrantes, como para sus nuevas generaciones, el trabajo constituye la categoría central en la representación de movilidad social, percibiéndose como medio y fin del ascenso mismo. Sin embargo, en contraste con sus predecesores, para las nuevas generaciones un logro ocupacional está mediado por un logro educativo, el cual es percibido por los informantes como un prerequisito para la consecusión de un empleo distinto al de sus padres.

En la sección de documentos, la lectora o el lector, encontrá una breve reseña de la vida de Benkos Biohó en la que Henry Arenas Valencia establece una conexión afrodiaspórica entre Guinea–Bisaú y Colombia. En esta misma sección, también se encuentra el discurso de Gustavo Emilio Balanta Castilla, quien pronunció las palabras iniciales del XV Congreso de Antropología en Colombia – Regiones, Posconflicto y Futuros Posibles en Santa Marta en junio de 2015, y que por su importancia publicamos aquí.

Los artículos en este número develan la necesidad de trabajar con mayor empeño, por una parte, en el desarrollo de prácticas y metodologías que pongan en diálogo tanto métodos y técnicas cualitativas, cuantitativas y experimentales, como con otros de carácter filosófico, histórico e historiográfico. De igual manera, la importancia de combinar estas miradas con otras perspectivas de perfil antropológico, sociológico y comunicativo para construir perspectivas inter y transdisciplinarias que respondan a la complejidad planteada por los mismos fenómenos que están estudiando. Los autores y autoras de este número contribuyen significativamente a fortalecer la capacidad analítica y argumentativa de los estudios afrocolombianos y el campo de los estudios Afrodiaspóricos.