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Revista eleuthera

versión impresa ISSN 2011-4532

Rev. eleuthera vol.25 no.1 Manizales ene./jun. 2023  Epub 27-Nov-2023

https://doi.org/10.17151/eleu.2023.25.1.2 

Desarrollo Humano

Trayectorias educativas de líderes sociales que han vivido el encarcelamiento en Colombia*

Educational trajectories of social leaders who have experienced imprisonment in Colombia

Lili Johana Reyes-Bernal1 

Guillermo Armando Peña-Quimbay2 

Diego Hernán Arias-Gómez3 

1 Comunicadora social-periodista, escritora. Magíster en Educación para la Paz de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Bogotá, Colombia. E-mail: jreyes632@misena.edu.co. orcid.org/0000-0003-4412-426X.

2 Comunicador social y escritor. Magíster en Educación para la Paz de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Bogotá, Colombia. E-mail: gapquimbay@gmail.com. orcid.org/0009-0005-0663-6151.

3 Doctor en educación. Docente titular Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Bogotá, Colombia. E-mail: dhariasg@udistrital.edu.co. orcid.org/0000-0002-0116-0896. https://scholar.google.com/citations?user=-k7vIS8AAAAJ&hl=es.


Resumen

El presente artículo deviene de un estudio que reflexiona sobre las voces de cinco líderes y lideresas sociales de diferentes regiones de Colombia, que adicionalmente estuvieron en un centro penitenciario y fueron imputados como prisioneros políticos.

Objetivo.

Analizar sus experiencias formativas y educativas a partir de sus relatos de vida.

Metodología.

Se escogió el enfoque cualitativo con el método de relatos de vida por ajustarse al propósito de recabar en las memorias de los participantes.

Resultados.

Entre los principales hallazgos se destaca que la marca de sus experiencias familiares, su paso por la escuela y sus experiencias educativas en contextos comunitarios hacen parte la huella que configura sus recuerdos más importantes, así como sus opciones políticas y su compromiso con los territorios.

Conclusiones.

La impronta comunitaria emerge como una de las marcas distintivas de su subjetividad y de su trasegar educativo, hecho que les permitió afianzar su identidad y leer con ese filtro sus experiencias pasadas.

Palabras clave: Líderes sociales; educación política; historia Colombia; trayectoria biográfica; educación popular

Abstract

This article results of a study that reflects on the voices of five social leaders from different regions of Colombia who were additionally in prison charged as political prisoners.

Objective:

To analyze training and educational experiences of social leaders based on their life stories.

Methodology:

the qualitative approach with the biographical-narrative method was chosen as it adjusted to the purpose of collecting the memories of the participants.

Results:

Among the main findings it is highlighted that the mark of their family experiences, their time at school and their educational experiences in community contexts are part of the trace that configures their most important memories as well as their political options and their commitment to the territories.

Conclusions:

The community imprint emerges as on of the distinctive marks of their subjectivity and their educational background, a fact that allowed them to strengthen their identity and read their past experiences with that filter.

Key words: Social leaders; political education; Colombia history; biographical trajectory; popular education

Introducción

El liderazgo social en Colombia es una vocación territorial y colectiva que pone en marcha las inquietudes, las apuestas y las demandas de las comunidades que son representadas por actores, cuya trayectoria de vida pretende movilizar las capacidades sociales de su región, así como garantizar los derechos y los acuerdos allí establecidos (Rojas, 2017). En muchas regiones del país hay múltiples necesidades, producto no solo del histórico abandono que tienen por parte del Estado, sino de la confrontación con grupos y gamonales que pretenden usufructuar descaradamente las riquezas naturales y culturales sin devolver a la población los beneficios de su riqueza. Sin contar las innumerables zonas donde persiste el choque armado entre grupos irregulares y fuerzas del Estado. En medio de estos vacíos y pugnas crece el liderazgo social, que, en Colombia representa uno de los blancos privilegiados de distintos grupos1. Este tipo de liderazgo es definido en la legislación internacional como aquellas prácticas de personas que

Actúan en favor de derechos humanos tan diversos como el derecho a la vida, la alimentación y el agua, el nivel más alto posible de salud, una vivienda adecuada, un nombre y una nacionalidad, la educación, la libertad de circulación y la no discriminación. (Ball et al., 2018, p. 2)

Adicionalmente, y como maniobra política, el Estado se ha encargado de que la población de los sectores populares y de las minorías étnicas quede separada de las agendas políticas, también como una herramienta de perpetuación de la sociedad vigente, porque las estrategias de participación para la población marginada son insuficientes y las inequidades socioeconómicas, lejos de disminuirse a través del tiempo, aumentan en el país (Garay, 2018). Así, el liderazgo no solo proviene de la voluntad individual de algunas personas que por diferentes circunstancias se destacan, también lo impulsan los espacios llenos de contradicciones, injusticias y pobreza. La muerte de líderes sociales ocurre como una forma de intimidación a su quehacer político, situación que rompe los procesos sociales que adelantaban y que conduce al amedrentamiento y desplazamiento de otros líderes (Centro Nacional de Memoria Histórica [CNMH], 2013).Por ejemplo, el liderazgo campesino o agrario, como algunas organizaciones y observatorios lo catalogan, es uno de los que más ha padecido la guerra, pues en él se integran actividades de sustitución de cultivos, conservación ambiental y reclamaciones por la propiedad de la tierra. Por otro lado, el liderazgo indígena es otro de los más consolidados y amenazados en el país, especialmente en el Cauca2. Líderes y lideresas indígenas trabajan con sus comunidades en temas de seguridad, protección del territorio y mejoras en la calidad de sus vías, servicios de salud y educación. Para Rappaport (2000):

Mientras que en el pasado las autoridades tradicionales de las comunidades y los dirigentes de las organizaciones étnicas eran líderes no escolarizados cuyas reivindicaciones se centraban, sobre todo, en el derecho a la tierra, los líderes de hoy participan en delicadas negociaciones con representantes de la sociedad dominante en torno al carácter del sistema de justicia, los gastos públicos y la creación de nuevas comunidades; su capacidad de convocatoria ha sido tan grande que, recientemente, lograron elegir a un indígena como gobernador del departamento. (p. 45)

En este postulado se puede evidenciar cómo las luchas también han evolucionado, buscando soluciones desde los sistemas de justicia, esto sin abandonar la resistencia y las posibilidades de participación política en las cuotas del Estado.

De igual manera, el Magdalena Medio colombiano ha sido una de las regiones más afectadas por el conflicto armado reciente. En las últimas décadas hechos como el desplazamiento, las masacres, los asesinatos, las desapariciones forzadas, entre otros, marcaron la vida de sus habitantes. El Magdalena Medio es una zona de alto interés para los actores armados por su biodiversidad, por su ubicación estratégica y su economía basada en proyectos extractivistas y de agroindustria. Esto ha hecho que en esta, como en otras regiones claves del país, los líderes sociales sean tildados como detractores y por tanto, objetivo político de actores legales e ilegales3.

Frente a la premura o las dudas de qué significa ser líder y cuál es el impacto que tiene en la esfera social y política, desde la Comisión de la Verdad se han venido recogiendo distintos testimonios y voces que los definen con apelativos como “ser la voz de aquellos que callan”, “ser un defensor del territorio”, “alguien que es amado por muchos y odiado por otros” o “aquellos que claman por justicia e igualdad social-territorial” (Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, 2019); pero, como se verá a la luz del presente trabajo, ser líder también indica lentos y progresivos procesos de formación y socialización política, de carácter formal y no formal, que han aportado al posicionamiento y configuración de su subjetividad.

Estas dinámicas de liderazgo social no siempre se han rastreado en el marco de la socialización política de sus actores, bajo el entendido que dicho protagonismo no es silvestre sino que se ha fraguado a partir de experiencias biográficas y educativas de mediana duración. Las trayectorias educativas que han vivido los líderes sociales son esenciales para entender sus opciones fundamentales y sus posicionamientos éticos (Arias, 2014; Ruiz y Prada, 2012) que los ha llevado a destacarse en sus territorios, bien desde la idea de replicar lo que maestras o maestros marcaron en sus vidas, o bien desde la resistencia deliberada a prácticas violentas y excluyentes. Así, el liderazgo entendido como una construcción social en el marco de trayectorias biográficas complejas, tiene en las dinámicas escolares y educativas un rol potente de auscultar, máxime cuando aquellos hombres y mujeres que abanderan procesos comunitarios sufren el encarcelamiento por diferentes causas. Aquí, la cárcel se convierte en una dura prueba que afianza su visión de mundo.

Los liderazgos sociales rozan para el Estado colombiano la ilegalidad, por ello la amenaza del encarcelamiento y la judicialización son un riesgo inminente, en este contexto, incluso la cárcel se convierte en un espacio educativo del cual extraen aprendizajes.

Metodología

En el marco de estas tensiones que resalta la importancia del liderazgo social para la democracia del país, a continuación se presentan algunos resultados de una investigación que indagó por la trayectoria de cinco líderes que padecieron la cárcel por su compromiso y activismo sociopolítico y que a la vez, representan las distintas regiones del territorio. Sus nombres fueron cambiados en el presente texto para preservar su identidad.

  • Alirio: Líder militante de Bogotá. 44 años. Filósofo de la Universidad Nacional de Colombia y miembro del partido FARC-EP por más de treinta años. Luchó en el frente urbano Antonio Nariño, espacio que ahora es denominado ETCR14 Antonio Nariño en Tolima, actualmente, apoya distintos proyectos y cooperativas como salida económica frente a los procesos de reincorporación.

  • Kupx: Líder indígenanasa de Coconuco, Cauca. Líder social y político de 73 años. Desde muy joven se vinculó a los procesos reivindicativos y organizativos de los indígenas en esa región del país, asumiendo responsabilidades como gobernador del Cabildo y luego como presidente del Consejo Regional Indígena del Cauca en varios periodos.

  • Justo: Líder campesino del Sumapaz, gestor y promotor rural de una vereda. 68 años. Víctima de falso positivo judicial en dos ocasiones. Fue presidente del Sindicato de Trabajadores Agrícolas (SINTRAPAZ) y es gestor comunitario.

  • Soraya: Lideresa de Arenal, Bolívar. 55 años. Emprendedora y promotora de la cooperativa de pequeños productores, participa en la emisora comunitaria de su localidad y pertenece a la Comisión de Interlocución del Sur de Bolívar, Centro y Sur del Cesar.

  • María José: Lideresa transgénero de Soacha, Cundinamarca. 50 años. Activista y defensora de los Derechos Humanos y en particular de la población LGBTI, integrante de la Mesa de Víctimas en el municipio de Soacha; consultiva de la misma LGBTI en el distrito capital de Bogotá y consejera de Paz, Reconciliación y Convivencia en Soacha.

Sobre la ruta metodológica del estudio, el enfoque radicó en la investigación cualitativa (Vasilachis, 2006), dando prelación a la perspectiva, los sentidos y los significados que hacen las personas a partir de sus experiencias de vida; en el marco de este enfoque se privilegiaron los relatos de vida desde el horizonte sugerido por Restrepo (2016), que implican unos elementos que parten de la dimensión biográfica-narrativa, en una reconstrucción de la experiencia en la cual las identidades no son fijas sino que se van construyendo y forman parte de un proceso de socialización, en donde las historias y las narraciones que allí se comparten pueden llegar a cambiar e impactar a los mismos sujetos, que se van reconfigurando con el tiempo y con las dinámicas de forjar una identidad local, profesional, social o política.

Como herramienta de recolección de información se diseñó una entrevista semiestructurada (Restrepo, 2016), y como estrategia de interpretación se hizo la filtración y el análisis de contenido (Bardin, 2002) que exploró y brindó una pauta para organizar la información en términos de lograr codificarla, categorizarla e inferirla y así lograr un metatexto a la luz de los relatos, parte del cual se muestra en el presente artículo.

Resultados

Trayectoria biográfica y formadora

¿Por qué un líder o lideresa social lucha a pesar de las amenazas, a pesar de la crudeza social y política que vive en un Estado como el colombiano? Esto se puede analizar después de examinar los relatos de los líderes participantes, quienes con sus narraciones dan fundamento, comenzando por lo que les proporciona expectativa, satisfacción y les da sentido a sus vidas. La vocación, en sus propios términos, es lo que logra que, en este caso, un líder social decida dedicarse a un modo arriesgado de vida. Sus convicciones y primeros pasos como personas destacadas y con una visión alternativa del mundo fueron madurando en sus procesos infantiles y juveniles.

Alvarado et al. (2012), plantean el tema del voluntarismo subjetivista, que asume el sujeto libre de determinaciones y creador de su propia realidad social; dicha premisa se apoya, según las autoras, en la fenomenología de Schütz, la cual plantea que la sociedad es una construcción social, en tanto las acciones sociales no son meras determinaciones de las estructuras, sino que también obedecen a intencionalidades y expectativas de los actores que tienen su origen en su biografía y en su posición de clase.

Un problema álgido en Colombia en términos sociopolíticos es la intimidación, la venganza y el quebrantamiento de la libertad de expresión. A contracorriente de esta tendencia, los líderes sociales tienen iniciativas pacificadoras y de bienestar colectivo, como lo son denunciar las situaciones de comunidades alejadas y vulneradas, que a través del tiempo han sido invisibilizadas y ocultadas por diferentes circunstancias. Este reclamo trasciende el mero reclamo cuando estos líderes irrumpen en la exigencia de implementación, diseño o modificación de políticas públicas inclusivas, así como en la solicitud de reparo a daños emergentes y ambientales padecidos. Su indignación se vuelve política en tanto conocen el funcionamiento del Estado y establecen los recursos legales y las demandas ante las instancias correspondientes porque identifican sus derechos como ciudadanos.

Para la mayoría de líderes participantes en la investigación, la relación que ha guardado la familia en función de lograr un estilo de vida sustentado en la lectura y en la comprensión de la realidad ha sido determinante para ser sujetos críticos y autónomos, también para tener unos referentes precisos en torno a las relaciones de poder y su cercanía con el territorio. Ejemplo de esta tendencia es el caso de Kupx y Soraya que ven en los libros el sustento de sus ideas y el portal a un mundo más equitativo:

¡La comunidad! La comunidad fue el apoyo de la gente, el reconocimiento de la gente y la lectura, a mí me gustaba leer mucho (...). Tenía el apoyo de mi madre, mi madre me apoyaba. Mi papá no, porque mi papá me decía que ese era un problema de rebeldía, que nosotros no podíamos ir en contra de los blancos o de los terratenientes, que finalmente ellos eran poderosos, ellos tenían el dinero, tenían la tierra, tenían todo; pero yo decía la tierra es nuestra, ellos son los que nos están atropellando. (Kupx, nasa-Coconuco, entrevista personal, 15 abril 2019)

Cuando estaba muy pequeña, tenía siete años y estaba tal vez en segundo de primaria, siempre era como muy inquieta y he sido muy inquieta en realidad, y veía que mi papá leía libros, y dentro de lo poco que ya manejaba alguna vez alcancé a leer: Las venas abiertas de América Latina y entonces la curiosidad de uno, de muchacha cada vez que lo veía por ahí lo cogía y aprovechaba para leerlo. (Soraya, Arenal-Bolívar, entrevista personal, 28 marzo de 2019)

En este sentido se ve que los entrevistados coinciden en que existen hábitos y modos de ser que son formados o brindados por los determinantes familiares, lo que ayuda a fortalecer la toma de decisiones en el ámbito social y comunitario. Los líderes tienen en común el cultivo de una curiosidad forjada desde el hogar por entender, criticar, buscar otras miradas para auscultar el mundo y hacer cosas para cambiarlo.

Existen también unas experiencias vitales, relacionadas con la participación en organizaciones y grupos que contribuyeron decisivamente en su formación política, ello constituye hitos que les han permitido a los actores sociales tener un precedente para forjar un proyecto centrado en la comunidad y para los territorios. Varios de estos personajes se han enfocado en reconocer, promover y reivindicar derechos humanos que históricamente han sido restringidos, frenados o limitados.

María José, lideresa LGBTI, muestra con orgullo en el siguiente relato los alcances, avances y reconocimiento obtenido gracias a su trabajo:

XXXXX, que es mi organización, fue la primera, fuimos los que llevamos la batuta aquí en el municipio, los que abrimos el paso, para que la población LGBTI dijera: “Aquí estamos y aquí nos quedamos”, como decía por ahí Samper. Entonces fuimos los primeros en hacer la primera marcha gay en el municipio, decían que no nos la dejaban hacer, que porque este era un municipio muy conservador... ya le estamos quitando ese tema de lo conservador, el tema de reinados en el centro de la plaza, donde decían que no, que la gente iba a poner el grito en el cielo, gracias a Dios la plaza se nos llenó, aplaudieron bastante, les gustó todo el tema, eso que llovió bastante, pero la gente le gustaba, “la gente como que le gusta la maricada” [risas], son chicos transformistas, no son chicas trans, sino transformistas, les gusta ver cómo es Dilan, el manejo de tacón, los hombres gay le enseñan a las mujeres cómo caminar en tacones, no sé por qué, pero bueno, el tema de maquillaje, todo eso se hizo en el marco de la plaza. (María José, Soacha, entrevista personal, 13 marzo 2019)

Bueno yo creo que son varias cosas las que se han hecho, una de ellas, el poder continuar lo que otros habían dejado, el poder mantener las organizaciones que otros habían creado, el poder seguir desarrollando los proyectos de desarrollo del campesinado, que otros habían dejado y que se ha venido trabajando en conjunto, por ejemplo, el trabajo que se venía haciendo en las escuelas lo continuamos y es eso lo que se hace, ver cómo se pueden mejorar las carreteras o cómo se pueden sostener los procesos acá en la comunidad. Ese diría que es un gran logro. (Justo, Sumapaz, entrevista personal, 2 abril de 2019)

Los logros de estos líderes sociales son expresados en función de reivindicar los derechos colectivos y de abrir espacios para las expresiones democráticas, abandonando el uso de la fuerza, dejando de lado hechos violentos vividos por ellos, buscando conscientemente implementar política beneficiosa a la comunidad. Estos líderes con orgullo se consideran generadores de nuevos caminos, en ambientes hostiles, siempre reivindicando el bienestar de los demás.

Hablar de huellas imborrables es hablar de marcas en la memoria que justamente hacen evocar momentos positivos, negativos, de amor, dolor, de aprendizaje y de crecimiento, por lo tanto, si algo genera un impacto tal que logra ser imborrable, ello hace en los líderes que esto sea impulsor y no acumulador de resentimientos; ellos encauzan estas emociones y las invierten para su crecimiento y para generar aportes. Los obstáculos son leídos en la distancia como factores de crecimiento, aprendizaje e impuso de su lucha social.

No es fortuito identificar que la etapa juvenil de estos líderes ha presentado unos momentos emblemáticos y unas experiencias propias que han marcado el rumbo socializante de sus caminos y se han presentado hechos de distinta índole que han afianzado sus creencias, sus planes y su misma subjetividad política. Las representaciones acerca de la sociedad, de sus relaciones, de su legitimidad, así como de las identidades individuales y colectivas, son recursos permanentes al que van y vuelven con el discurso estos líderes.

Al respecto, Alvarado et al. (2012), expresan que los agentes socializadores tienen una implicación directa con el desarrollo de la subjetividad, más aún si se caracteriza y se define como subjetividad política. A la luz de la trayectoria biográfica de los líderes, tanto la familia, como las entidades educativas a las que pertenecieron, los amigos y las personas cercanas, son mencionadas como elementos que influyeron en su vocación y en la definición de quienes hoy son.

Ellos señalan que existe sobre ellos una imagen negativa en ciertos sectores, hecho que los afecta, aunque al momento de afrontar situaciones complejas con ese estigma, las han podido asumir con argumentos de peso y recursos cognitivos que han permitido consolidar procesos diferenciados y reversar esa visión. Estos líderes tienen la particularidad de incorporar al mundo de la vida un conjunto de modelos interpretativos que se asientan sobre variados presupuestos acerca de la acción de las personas y/o grupos, referidos a la vinculación entre esas acciones y una serie de determinantes familiares, sociales, contextuales, históricos, biológicos, genéticos, raciales, de género, entre otros, que, ineludiblemente, producen esas acciones (Vasilachis, 2006); logrando así que doten de sentido la apuesta sociopolítica que enarbolan, invocando el rechazo al egoísmo y haciendo algo que les ayude a ellos mismos, pero que a la vez ayude a otros en su contexto.

Es evidente que el quehacer político de estos líderes no atiende a unos fines personales o individualistas, sino que parte de una trayectoria donde la subjetividad se piensa y se actúa en clave de la comunidad. Algo que se resalta es que el trabajo de estos líderes tiene una raíz más profunda que el altruismo, porque todos tienen marcas dolorosas y de injusticia, todos han tenido que afrontar circunstancias adversas, pero estas experiencias justamente hacen que exista un ahínco en proteger y defender derechos humanos. Esta capacidad de revertir el impacto del destino es sobre todo fuerte al constatar que estos líderes, además, sufrieron encarcelamiento, vejámenes, pobreza e incluso violación sexual, pero ello no les impide declarar que avanzan con convicción en su compromiso, incluso esos obstáculos han sido leídos como oportunidades para que otros, dicen ellos, no pasen por sus mismas tragedias.

Caminos educativos y comunitarios de los líderes

El campo de la educación actualmente es un terreno en disputa ya que solo determinados saberes logran ingresar en el estatus de conocimiento oficial (Arias, 2018), y otros saberes pujan por ganar legitimidad y hacer visibles las historias de grupos proscritos o relegados. La educación no puede quedar por fuera de los procesos sociales y de la configuración de comunidades cuando se está hablando de una minoría histórica, o específicamente de un sector popular que tiene a su vez problemáticas, dinámicas y entornos particulares que atraviesan lo político dentro del terreno pedagógico. De ahí que desde la noción de pedagogía crítica, desarrollada y abordada por Giroux (1992, 2013), se encuentren los pilares y las bases para generar aportes que permitan la comprensión de los escenarios en los que se desenvuelven los líderes sociales, donde hay un fortalecimiento de lo popular, con iniciativas para la emancipación de las comunidades que dan cuenta de una dimensión propia y de una educación política. La educación, cuentan los líderes participantes, se entroncó a lo largo de su vida como una experiencia política que cualificó su conciencia y les dio herramientas invaluables para comprender el mundo.

Para ellos, lo educativo no se dio por fuera de un contexto histórico vigente y de las dinámicas que el territorio les trazó y les mostró, lo que implicó que no todo marchara en los ritmos que las comunidades esperaban y que el Estado influyó bien sea en su detrimento. De igual manera, la formación educativa no se limitó solamente al ámbito escolar, y esto es constante en cada uno de los líderes y lideresas entrevistados, ya que la organización y la vida en comunidad les brindaron las herramientas político-pedagógicas que acompañaron, orientaron y permearon los procesos sociales en los que estuvieron involucrados.

Para los líderes, la defensa de lo local y lo popular reclaman también un llamado a la reconstrucción de la comunidad, donde la memoria tiene una esencia tanto simbólica como política. Los relatos cuentan con detalles narrativos acontecimientos que marcaron la fuerza ideológica de estos sujetos. Con toda esta carga educativa que el pasado viene sembrando en los líderes, y que la esfera pedagógica ha dejado en sus vivencias, se pueden reconocer los picos que han permitido concretar su proyecto de vida como un proyecto encaminado y encausado hacia el trabajo comunitario.

Es así como el pasado escolar y los otros referentes de educación se hacen notorios para comprender el paso a paso que han vivido estos cinco líderes sociales, los cuales, se han formado dentro de los parámetros de la educación popular y comunitaria, que ha tenido vigente las tensiones territoriales y que no ha perdido de vista los intereses que la comunidad ha venido sorteando y trazando históricamente.

Las primeras anécdotas que compartieron los líderes frente al tema educativo, algunos sin profundizar en el asunto por vacíos de memoria o de precisión de la información, tienen que ver el trato severo que recibieron cuando eran niños, lo que dicen les representó una carga física y psicológica, la cual viene de un arquetipo procedente de modelos educativos tradicionales, cuando los castigos corporales rigurosos eran habituales, donde la fuerza y el maltrato eran justificados para generar procesos supuestamente eficaces de aprendizaje.

En los siguientes apartados de las entrevistas de los líderes sociales se develan experiencias traumáticas y complejas frente al sistema de educación formal, que expresa la lógica de una época que privilegiaba la agresión al estudiante, la censura hacia sus iniciativas y la violencia hacia parámetros no considerados normales, pero que son leídas en la distancia por los líderes como lecciones de las que sacan provecho.

La situación nuestra, en la primaria, recibía uno todas las capacidades, tenía unos profesores que nos daban “perrero”, es decir, nos pegaban con la regla en las manos cuando no hacíamos las tareas o cuando no hacíamos correctamente los trabajos, y eso nos ayudó mucho (...). Yo recuerdo que de todos los profesores, había uno de apellido Burgos que era muy jodido el tipo, él le daba a uno con esas ramas de las matas de rosa, eso sí le dolía a uno que le dieran con eso en las manos, le tenías que poner las palmas y eso te daban duro. Ese profesor, como hasta el tercer año fue uno de mis profesores. Con ese sí yo tenía mis diferencias, pues en el sentido del trato que daba. (Kupx, Nasa-Coconuco, entrevista personal, 19 de marzo de 2019)

Cuando yo me gradúo, yo había fundado el Consejo estudiantil, el cura no me dejó funcionar, lloraba, quedé como el presidente del Consejo estudiantil, luego de haber perdido la campaña de personero, y él impide el funcionamiento del Consejo, entonces creo un periódico clandestino y nosotros hacíamos permanentemente un reportaje, pues crítico, de las dinámicas del colegio, tanto en lo académico como en lo administrativo y de vez en cuando grafitiábamos el colegio. Hacíamos cosas así. (Alirio, Bogotá, entrevista personal, 30 abril de 2019)

Pese a las condiciones en las que se presentaban estas regresivas dinámicas escolares, algunos líderes se llenaron de argumentos y de justificaciones para actuar y dinamizarse en un contexto contrario al que quisieran encarar. Para la lideresa trans, la escuela resultó ser una de sus experiencias más frustrantes, y en términos de subjetividad, de las más críticas y determinantes:

De hecho en la escuela me sentí vulnerada por ese tema, porque a mí me mandaron para un centro de educación especial porque yo estaba, yo era enfermo mental para ellos, para toda la población, la comunidad LGTBI en ese tiempo estaba enferma. Eso no era normal, eran problemas psicológicos, mentales, entonces me mandaron para un colegio de educación especial aquí abajo, y estaba con niños con síndrome de Down (de hecho el niño con síndrome de Down no debía estar allá, porque había niños de síndrome de Down muy inteligentes), había niños de retraso bastante fuerte, eso sí, y uno pues normal. Pero... todos los que éramos gais nos encontramos y nos mandaron para ese colegio. (María José, Soacha, entrevista personal, 13 de marzo de 2019)

Pero no para todos la escuela fue una transición dolorosa, represiva, vulnerante o frustrante; en el caso de Soraya la historia fue diferente ya que tuvo unas vivencias que se destacaron más por ser positivas y meritorias:

Siempre en la primaria muy inquieta, yo siempre ocupaba los primeros lugares, luego en bachillerato también fui muy buena, me gané de hecho la mención de honor Andrés Bello por mejor Icfes, y luego entré a la universidad, y también siempre he marcado la pauta... por algunas razones personales no pude terminar los estudios universitarios cuando era joven, pero ya estoy a punto de terminarla en este momento, la carrera de Administración de Empresas en XXXXX. (Soraya, Arenal-Bolívar, entrevista personal, 25 de marzo de 2019)

Y en la transversalidad de estos relatos no puede faltar el miedo, esa angustia de un menor por la fuerza de las representaciones ajenas, que pueden dar un giro después de la experiencia propia y que a la vez expresan la precariedad de la educación en sectores rurales.

Ya llegamos aquí (a la ciudad), y ya aquí la escuela era más cerca, la de Santo Domingo, y mis hermanos siguieron yendo, pero algunos días no más, no terminaron todos los estudios, terminaron la primaria. Mi hermana mayor hizo hasta cuarto y el hermano que le sigue hizo hasta segundo, y ya dijeron que yo tenía que ir a la escuela y yo dije que no, recuerdo que yo les decía “cuando se vaya esa profesora y venga una mejor, una más “buenesitica” ahí sí voy a la escuela” [risas], porque yo no sé qué pasaba, como que le tenía miedo a las profesoras, pero como que yo no quería ir a la escuela, de ahí entré a estudiar creo que a los nueve años, y eso sí me fue muy bien con las profesoras, porque en ese tiempo eran todas profesoras, la verdad, venían de Pasca, se venían por Cabrera y enseñaban aquí, se quedaban todo el mes y se estudiaba desde las ocho de la mañana hasta las cuatro de la tarde. (Justo, Sumapaz, entrevista personal, 2 de abril de 2019)

Las situaciones del pasado escolar pueden dar un diagnóstico alentador o conflictivo, dependiendo del modo de trato que se haya dado desde niño, posiblemente llegando a influir y a determinar el tipo de adulto que se será, con sus estructuras mentales y sus fibras emocionales. La importancia de los años de formación en la vida de los sujetos es un mapa de repercusiones prácticas y morales, de donde parten muchos de los rasgos fuertes que los marcarán. De ahí que los líderes reconocieran y mostraran completa relación entre su formación escolar con las decisiones de vida personal y en comunidad.

En función de la educación política se encontraron aspectos relacionados con el impacto que lograron tener algunos de estos líderes en el escenario escolar o en la comunidad educativa en la que se formaron, ya que relució la comunidad en sí misma como la mayor benéfica de estos procesos. Estos resultados de su participación se dieron gracias a la capacidad que tuvieron de poner en práctica varias de las cosas que habían visto en sus seres cercanos y al legitimar saberes y principios que, para ellos, nunca serán anticuados ni serán obsoletos.

En el caso de un líder militante, se aprecia la necesidad de fortalecer los espacios educativos como una dimensión humana que rompe con las tendencias que buscan dividir o segregar a los ciudadanos, y más bien se les debe educar para que sepan cómo trabajar unidos y cómo estar empoderados. Lo expresa de manera enfática al sentenciar la importancia seminal de vincularse a organizaciones de distinto tipo:

Cuando yo salgo de la Juventud Comunista, la Juventud Comunista está reestructurada en Bogotá, nosotros tenemos centros en colegios privados, en colegios públicos, en el Camilo Torres, en los dos INEM, en el Femenino de Cundinamarca, en el Departamental de Cundinamarca, en Chía, en Fontibón, en todo lado tenemos grupos... (Alirio, Bogotá, entrevista personal, 30 de abril de 2019)

Así mismo, otra de las apuestas por las que vale la pena impactar y generar unos vínculos en los escenarios educativos consiste en la intención de devolverle a la sociedad parte de lo bueno que se ha recibido. En este caso, el líder rural de Sumapaz compartió que el recibir ayuda en la escuela lo motivó a ser solidario y colaborador con los demás, pues él al principio no entendía muchas cosas y no tenía el mismo ritmo de aprendizaje que sus compañeros: “Con la solidaridad de ellos; eso tal vez me marcó, y de ahí que cuando entraba alguien a la escuela y se le dificultaba algo yo le ayudaba, entonces muchos pelaos fueron haciéndose buenos amigos míos y congeniábamos mucho” (Justo, Sumapaz, entrevista personal, 15 de abril de 2019). Para apoyar, colaborar y acompañar estos distintos momentos, el liderazgo se une a la capacidad educativa de servir con agrado y con un interés sano, benévolo y carismático en la gran mayoría de casos, pues varios de estos líderes sienten que lo hacen sin sentirse forzados, sino como una retribución natural porque hubo alguien que en su momento también lo hizo por ellos.

En este sentido, los líderes entrevistados manifestaron que el impacto generado en el escenario escolar atendió a un gesto de gratitud por el acompañamiento brindado, pero también se dio como un deber ciudadano y un compromiso por nutrir el escenario escolar para que las siguientes generaciones tengan más insumos y mejores condiciones. Adicionalmente, las sensibilidades cotidianas que se forjaron en dichos escenarios, generaron en los líderes participantes en el presente estudio una revolución en sus acciones y reacciones que quedaron insertas en su tendencia a buscar el progreso comunitario.

Valoraciones sobre educación

Dadas las experiencias de estos actores sociales y de los procesos que vieron por los vacíos y los aciertos obtenidos en los escenarios formativos que se dieron en los territorios, los testimonios también arrojan unos juicios de valor que merecen ser detallados. Parte de estos juicios consisten en que para los líderes la educación no debe servir para alienar a las personas, deben tener en cuenta los escenarios culturales y los propósitos de vida; al hablar de educación política hay que tener en cuenta los procesos de organización interna y de participación que se dan en las comunidades; y por último, que la educación ha de estar al servicio de la comunidad y de la fuerza popular en la medida en que brinda herramientas de resistencia y es una potencia liberadora para los sujetos.

En los dos siguientes fragmentos se pueden ver las valoraciones que hacen los líderes indígena y rural respectivamente en torno al sistema educativo y al modelo de formación como unas categorías que deben aportar al pensamiento crítico colombiano.

Pues a mí me parece que a nivel de los procesos de educación que se adelantan desde las universidades no es mucho lo que sirve, porque el país está cuadrado para manejarlo, los estudiantes son unos estudiantes que estudian para lograr conseguir un mejoramiento de su vida, lograr conseguir puesto, algunos lograr hacer política, y terminan haciendo política en las peores condiciones de las que tenemos en este país, entonces uno dice, la educación no es mucho lo que sirve, no es mucho lo que ayuda, hay que modificarla, hay que acomodarla a los intereses reales de la vida de la gente, porque una cosa es que hablemos de educación, pero que hablemos desde los claustros de las universidades. (Kupx, nasa-Coconuco, entrevista personal, 19 de marzo de 2019)

Cuando uno lee a Marx dice que lo único que da riqueza es la mano de obra y la tierra, entonces bueno, y si nos dejamos que nos compren nuestra mano de obra y nos roben nuestra tierra pues los ricos van a ser otros y nosotros vamos a ser los pobres. Yo creo que ha sido fundamental cuando uno quiere salir adelante y ve gente que es autodidacta o que hizo solo hasta segundo de primaria o que leyó no sé cuántos libros y que hablaba de lo que le tocara hablar, pues entonces eso le daba a uno mucho ánimo de estudiar. (Justo, Sumapaz, entrevista personal, 30 de abril de 2019)

De igual manera, el líder de Sumapaz enfatiza que la educación no debe quedar relegada en la última parte de las prioridades sociales, sino que es una de las razones por las que la sociedad debe resistir y buscar cambios reales. Llama la atención la recusación por una educación pertinente en pro de la solidaridad.

La pelea hoy es por la pertinencia de la educación, porque aquí no hay pertinencia, o sea, hay una educación que está dada, o es, digamos, cuadriculada para que quien entre a ese modelo educativo encaje perfectamente a un modelo que no se parece al que promovemos con solidaridad, sino que es de la competitividad, por lo tanto, un pelao’ de aquí que ha sido formado para la competitividad pues tiene que irse a competir a la ciudad. (Justo, Sumapaz, entrevista personal, 30 de abril de 2019)

La educación debería ser una oportunidad para lograr la sociedad posible o para hacer que los deseos y los anhelos de los sujetos que la comprenden sean visibles en su concreción. Sus aportes reclaman ser incluidos cuando hay argumentos, insumos y procesos que validan la voz de los sujetos pedagógicos. No obstante, los líderes sociales manifestaron mayoritariamente una inconformidad real y contundente frente al modelo educativo vigente y la formación misma que recibieron, ya que según ellos dicho sistema no va en sintonía con las apuestas colectivas, y mucho menos, le apunta a trabajar en pro del tejido popular y territorial.

Sobre el entorno educativo y comunitario de los líderes sociales participantes, hay tres asuntos que se pueden despejar para ver la relación entre un liderazgo social-comunitario y el entorno educativo en los territorios de estos sujetos: hay un apasionamiento y un sentir social que se despierta por las tensiones y las dificultades que implica ser formado en varias de estas regiones, agudizadas por un maltrato y por un acompañamiento mayoritariamente hostil; los procesos educativos no tienen un alcance o un impacto notorio sino se tienen presente las necesidades conjuntas y no se piensa en clave de colectividad, de sujetos sociales; y por último, la educación se torna en una herramienta que no debe reprimir los ideales y los proyectos de ningún sujeto, sino que debe liberar y generar momentos de vida autónomos y responsables.

Estos líderes sociales no le apuntan a fortalecer procesos que se queden en picos circunstanciales de las comunidades. Se infiere en sus intervenciones que ponen en el mismo nivel lo político y lo comunitario, pretenden incidir en la agenda pedagógica y en los espacios formativos de su comunidad casi que de manera sincrónica y atemporal, en la medida en la que se vuelvan constantes, críticos y generen momentos para repensar y replantear las dinámicas sociales, con las cuales han logrado permanecer en sus territorios y que les ha permitido resistir al contexto represivo del país.

Conclusiones

Parte indispensable de la producción democrática del conocimiento y del quehacer social se da en la escuela, ya que de ahí surgen intereses, sentidos, convencimientos, desánimos, apatías y pasiones (Cullen, 2004). Así mismo, esta dimensión abre nuevas posibilidades en relación no solo con una vinculación entre la teoría y la praxis, sino sobre todo una nueva manera de entender la importancia del conocimiento que supone la participación de diferentes sujetos. De allí que esta dimensión tome una carga ideológica, tornándose en educación política, cuando se da pie a una mirada crítica que logra comprender que el espacio del reconocimiento se da en el plano del espacio público, de la legitimación, de la voluntad de aprender cosas, así como de comprender y cambiar el mundo.

Como se ha venido destacando en el presente artículo, se ha hecho hincapié en cinco testimonios locales de líderes sociales con la pretensión de resaltar su trayectoria biográfica y educativa. Se ha reconocido en su trasegar que la familia ha ejercido un papel detonante y un elemento crucial para los procesos sociales. Se ha ilustrado el acceso a la educación formal y a formarse como sujetos políticos, procesos en los que se hace exhaustiva la exigibilidad de los derechos y la lucha del bien común, con el fin de que las apuestas y los logros de estos actores sociales se vean traducidos en la primicia de que ser líder o lideresa social implica unos recorridos y unas experiencias que acumulan ideales, sentires y apuestas que se apoyan en la formación y en la construcción social de sentido.

De igual manera, frente al pasado escolar y la ruta formativa exhibida, se ha destacado que la educación básica tuvo un papel vital en forjar sus ideales y sus afanes comunitarios. Si bien en algunos casos fue hostil, esto no determinó ni replicó en una violencia pedagógica perpetuada en sus dinámicas y sus procesos sociales. No en vano el acompañamiento, el apoyo y el contacto con los demás dieron cuenta de su recorrido popular, a la vez como detonante y fortaleza del liderazgo que fueron labrando.

Frente a los juicios y planteamientos críticos del quehacer pedagógico, los líderes concuerdan en que el modelo educativo actual no es legítimo ni integrador de acuerdo con las necesidades locales y comunitarias, pues se caracteriza por ser represivo y por manipular los intereses de las personas. De ahí que es apremiante y necesario apuntarle a una educación incluyente, histórica, dialógica (Cendales y Torres, 2006) y que empodere a los sujetos y a las mismas comunidades.

De cualquier manera, el referente social y comunitario es determinante en la vida de estos líderes, es el tropo explicativo que de principio a fin transversaliza sus vínculos y referentes, ya que en sus relatos la remisión a lo común es el tejido que permanentemente une lo que han vivido y lo que por momentos parece disperso. Es el lugar al que vuelven para justificar sus éxitos y fracasos. Es el punto del que parten sus recuerdos y en el que quisieran terminar sus días. Este faro colectivo, según su testimonio, les ha servido para cualificar, afianzar y madurar sus convicciones. Además, esta reiterada apelación al sentido sobre el servicio a los otros es fuertemente político, en el sentido de eludir la mera filantropía y estar orientado a un cambio estructural y a una sociedad distinta (Lechner, 2002). Lo político y lo comunitario se amalgaman en un discurso que diluye su ser en un permanente nosotros que les proporciona una fuerte identidad social a prueba de dificultades, incluso después del encarcelamiento del que fueron objeto.

Finalmente, se extiende la invitación a seguir explorando los liderazgos sociales en clave de procesos de educación para la paz en la medida que conviene seguir ejerciendo y manteniendo el liderazgo social en distintos territorios de Colombia, lo cual implica un alto compromiso por estar al frente del cumplimiento y la implementación de los acuerdos de paz que se pactaron con las FARC, máxime cuando después de su desmovilización se han hecho mucho más visibles los asesinatos a los líderes sociales (Ball et al., 2018).

La razón del liderazgo es una noción que robustece el concepto de actor social, en tanto los líderes sostienen unas luchas históricas a la luz de los movimientos sociales y populares que representan, a la vez que se organizan para obtener cambios y transformaciones con acciones sociales y colectivas (CNMH, 2013). La socialización política de carácter comunitario es un término que acentúa el tejido territorial y se afianza por la subjetividad de estos actores políticos, lo que conecta también con la herencia popular y la carga sociocultural que implica hablar de educación política, teniendo en cuenta que se han formado para la vida en comunidad y para resistir las tendencias hegemónicas de la cultura imperante. Esto, sin duda, nutrirá no solo otros discursos, sino la memoria social colectiva que servirá como dispositivo político y proceso histórico para seguir empoderando a las minorías étnicas de identidad de género, cultura y demás.

Referencias

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1 El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) señaló que 71 defensores y líderes, así como 20 exguerrilleros, han sido asesinados en lo que va de 2020. Véase: https://www.semana.com/nacion/articulo/cinco-lideres-sociales-asesinados-desde-que-inicio-la-cuarentena-en-colombia/661079.

2 De los primeros cien días de gobierno del presidente Duque, de los 100 asesinatos de líderes sociales, 48 eran del Cauca. Véase: https://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/el-mapa-de-los-lideres-sociales-asesinados-en-colombia-184408.

3 La muerte de líderes ha sido banalizada por funcionarios públicos, por ejemplo, en 2017, el Ministro de Defensa públicamente “sostiene que la ‘inmensa mayoría’ de muertes de líderes sociales se deben a peleas de vecinos, faldas y por rentas ilícitas y que, si fueran homicidios sistemáticos, él sería el primero en denunciarlos” (NotiCentro 1 CM&, 2017, párr. 1).

* Investigación realizada en el marco de una tesis de la Maestría en Educación para la Paz de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas en 2019.

Cómo citar este artículo: Reyes-Bernal, L. J., Peña-Quimbay, J. A. y Arias-Gómez, D. H. (2023). Trayectorias educativas de líderes sociales que han vivido el encarcelamiento en Colombia. Revista Eleuthera, 25(1), 15-31. http://doi.org/10.17151/eleu.2023.25.1.2.

Recibido: 15 de Marzo de 2022; Aprobado: 24 de Noviembre de 2022

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