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Revista Colombiana de Cirugía

Print version ISSN 2011-7582On-line version ISSN 2619-6107

rev. colomb. cir. vol.35 no.1 Bogotá Jan./Mar. 2020

https://doi.org/10.30944/20117582.578 

Artículo de reflexión

Homo Deus, posthumanismo y transhumanismo

Homo Deus, posthumanism and transhumanism

José Félix Patiñoa 


Palabras clave: historia; historia de la medicina; humanismo; biotecnología; ética

Key words: history; history of medicine; humanism; biotechnology; ethics

En su libro best seller, “Homo Deus: breve historia del mañana” 1, Yuval Noah Harari, profesor de Historia de la Universidad Hebrea de Jerusalén, escribe sobre la nueva agenda humana:

“[…] en los albores del tercer milenio, la humanidad se despierta y descubre algo asombroso… En el siglo XXI, es probable que los humanos hagan una apuesta por la inmortalidad […]”.

Y continúa Harari:

“[…] Luchar contra la vejez y la muerte no será más que la consagrada lucha contra el hambre y la enfermedad, y manifestará el valor supremo de la cultura contemporánea: el mérito de la vida humana. Se nos recuerda constantemente que la vida humana es lo más sagrado del universo… La Declaración Universal de los Derechos Humanos adoptada por las Naciones Unidas después de la Segunda Guerra Mundial (que es lo más cercano que tenemos a una constitución global) afirma categóricamente que «el derecho a la vida» es el valor más fundamental de la humanidad. Puesto que la muerte viola a todas luces este derecho, la muerte es un crimen contra la humanidad y deberíamos declararle la guerra total… La ciencia y la cultura moderna difieren totalmente en su opinión sobre la vida y la muerte. No piensan en la muerte como un misterio metafísico, y desde luego no consideran que sea el origen del sentido de la vida. Más bien, para las personas modernas, la muerte es un problema técnico que podemos y deberíamos resolver…, hoy en día existe una minoría creciente de científicos y pensadores que hablan más abiertamente y afirman que la principal empresa de la ciencia moderna es derrotar a la muerte y garantizar a los humanos la eterna juventud… El vertiginoso desarrollo de ámbitos tales como la ingeniería genética, la medicina regenerativa y la nanotecnología fomenta profecías cada vez más optimistas. Algunos expertos creen que los humanos vencerán la muerte hacia 2200, otros dicen que lo harán en 2100. Kurzweil y De Gray son incluso más optimistas: sostienen que quienquiera que en el 2050 posea un cuerpo y una cuenta bancaria sanos tendrá una elevada posibilidad de alcanzar la inmortalidad al engañar a la muerte una década tras otra…, cada diez años, aproximadamente, entraremos en la clínica y recibiremos un tratamiento de renovación que no solo curará enfermedades, sino que también regenerará tejidos deteriorados y rejuvenecerá manos, ojos y cerebro..., en realidad, serán amortales, en lugar de inmortales… su vida no tendrá fecha de caducidad”.

¿Fantasía novelesca lo que expone Harari? No, ciertamente no. Quienes hemos vivido la Medicina por tres cuartas partes de un siglo, somos testigos y, en ocasiones, actores de los avances asombrosos que ocurren desde el siglo XIX. En 1978, el Journal of the American Medical Association (JAMA) publicó una conocida carta al editor por James C. Stevens, del Charlotte Memorial Hospital and Medical Center de Charlotte, Carolina del Norte, en el que planteaba que cuatro grandes advenimientos cambiaron drásticamente la atención médica: la anestesia, la asepsia y la antisepsia, los antibióticos y la nutrición parenteral total 2. Imaginemos lo que fue el cuidado médico con anterioridad a tales advenimientos. Luego vinieron el trasplante de tejidos y órganos, la cirugía mínimamente invasora y robótica, y ahora, la medicina genómica personalizada. Hoy, los niños con malformaciones cardíacas que irremediablemente morían, viven gracias a la cirugía cardíaca con circulación extracorpórea; la enfermedad coronaria se trata exitosamente, las embolias cerebrales son controladas mediante procedimientos endovasculares, las prótesis han avanzado para reemplazar aortas, vasos y articulaciones deteriorados, y la lista es mucho más larga si consideramos el cuidado intensivo, los servicios hospitalarios muy especializados, la desaparición de las más graves enfermedades y el cada día mayor control del cáncer que, en algunos casos, pasó de ser una enfermedad mortal a una enfermedad crónica.

Las estadísticas muestran cómo el promedio de vida se prolonga y la población del mundo envejece, pero todavía con enfermedades crónicas no transmisibles y una morbilidad no bien controlada.

Tal panorama histórico da entera validez al planteamiento de Harari sobre la amortalidad del hombre, que habrá de llegar con el continuado avance de la medicina.

En una publicación reciente 3, me referí a Julian Huxley (1887-1975), el biólogo evolucionista británico, propulsor de la eugenesia entendida como la disciplina que busca el perfeccionamiento de la especie humana mediante la aplicación de las leyes de la herencia, quien escribió:

“[…] La especie humana puede, si así lo desea, trascender -no esporádicamente, un individuo de una manera aquí, otro individuo de otra forma allá-, sino en su totalidad, como humanidad. Se requiere un término para significar ello. Tal vez ‘transhumanismo’ puede servir: el ser humano sigue siendo ser humano, pero trasciende, dándose cuenta de las nuevas posibilidades de y para su naturaleza humana […]” 4.

En la misma publicación, escribí:

“[…] En posesión de la secuencia del genoma, el código de la vida, se vislumbra como una realidad cercana el planteamiento de transhumanismo por Julian Huxley, con seres humanos de larga existencia, la disminución de la morbilidad de la edad avanzada y el manejo o la erradicación de las enfermedades más graves, especialmente el cáncer […]”.

Algunos creen, como Raymond Kurzweil, que, con la manipulación del genoma y el avance de la tecnología, se puede predecir la inmortalidad del ser humano 5.

Según Luc Ferry 6, el transhumanismo nace como un amplio proyecto de mejora de la humanidad en todos sus aspectos: físico, intelectual, emocional y moral, gracias al progreso de las ciencias y, en particular, de las biotecnologías. Uno de sus rasgos más marcado (y equivocado) radica en que pretende transitar de un paradigma médico tradicional, el terapéutico, que tiene como finalidad central curar enfermedades, a un modelo ‘superior’, el de la mejora y el ‘perfeccionamiento’ del ser humano 3.

El advenimiento de la nanotecnología, entendida como la manipulación de los átomos y de las moléculas para fabricar objetos a microescala, abre un amplio horizonte que da soporte a los anhelos del transhumanismo que va más allá de curar al hombre, pretende perfeccionarlo y, eventualmente, hacerlo inmortal o amortal.

El término ‘posthumanismo’ significa que va más allá del humanismo y del antropocentrismo. Se refiere al panorama que presenta el avance científico: un nuevo prototipo de ser humano con mejoramiento de sus capacidades

Por supuesto, ha surgido confusión en cuanto al significado de los términos transhumanismo y posthumanismo. Entre otros autores, Gilbert Hottois, de la Universidad Libre de Bruselas, publicó un extenso artículo titulado “Humanismo, transhumanismo, posthumanismo”, que ha sido traducido al español 7. El artículo comienza con: 1. Biopolítica: entre informes Estados Unidos y la Unión Europea 1.1 Tecnologías convergentes para el mejoramiento del desempeño humano. Nanotecnología, biotecnología, información tecnológica y ciencia cognitiva (EE. UU. 2002):

“[…] En 2002 se hizo público un extenso informe americano que suscitó numerosas reacciones, particularmente en Europa.

1: “Converging technologies for improving human performance. Nanotechnology, biotechnology, information technology and cognitive science” (CT-NBIC) auspiciado por la Natural Science Foundation… El informe reúne un gran número de exposiciones tecno-científicas que describen tanto el resultado de las investigaciones actuales como las especulaciones de aquello que será posible de aquí a unos diez años o más. Esa dimensión visionaria del informe se resalta con insistencia. Sus contribuyentes son investigadores de distintas universidades, empresas y agencias federales. El título mismo del informe deja conocer la naturaleza del proyecto: la convergencia de las tecnociencias enumeradas (nano-bio-info-cogno) con el fin del mejoramiento de las capacidades humanas. El informe propone una unidad teórica y práctica de las ciencias y las técnicas, basada en un materialismo tecnocientífico. Sin embargo, la preocupación del informe no es responder las preguntas filosóficas por la naturaleza última de las cosas. Quiere poner en evidencia todo aquello que será posible realizar en un nivel nano, donde no hay diferencias entre la materia inerte, viviente y pensante; entre lo natural y lo artificial; entre hombre, máquina y animal […]”.

En la conclusión del artículo, que titula “El transhumanismo vector de un gran relato renovado”, Hottois escribe:

“El transhumanismo vislumbra el futuro como abierto y largamente imprevisible, contingente, desconocido; un futuro que cada vez más depende de los humanos y sus creaciones. Este futuro no es escatológico, no se refiere a un mundo supernatural o trascendental, porque el paradigma evolucionista del transhumanismo es materialista. No en un sentido metafísico, pues este materialismo no es definido por la esencia de la materia. Es inerte y mecánico, substancia y energía, viviente y espontánea, pensante y consciente, infinita e inmensa. El materialismo asociado al transhumanismo es tecnocientífico, evoluciona con las tecnociencias, sus instrumentos y sus conceptos operativos […]”.

El avance tremendo de la biotecnología ha dado lugar a la visión futura del hombre y la máquina en simbiosis. Adolfo Castilla, de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, se refiere a ello:

“[…] El posthumanismo toma cuerpo de naturaleza en la sociedad. Las hipótesis sobre el surgimiento de un nuevo prototipo humano abren un período de reflexión sobre las promesas de la tecnología. La humanidad está a las puertas de un nuevo salto evolutivo basado en las posibilidades de manipulación de sus genes y en las de la simbiosis hombre-máquina, lo que ha dado origen a diversos escenarios de evolución que, por un lado, asustan y, por otro, son motivo de esperanza. Al final, todo dependerá del uso que los humanos demos a la tecnología. Cuando hace varios años se comenzó a hablar del hombre post-humano y del post-humanismo, se hizo por parte de grupos extraños guiados por el secretismo y la iniciación. Eran una especie de sectas que creían tener en sus manos claves sobre el futuro del hombre, difíciles de entender por el conjunto de los mortales. Hoy, sin embargo, se habla del tema abiertamente y existen cada vez más libros y publicaciones sobre la materia, de científicos y pensadores plenamente reconocidos e integrados en la sociedad. El tema de un hombre generado in vitro, mejorado genéticamente, biónico e, incluso, clonado, se trata con naturalidad, ya sea para oponerse a ello o para defenderlo. El tema en muchos aspectos no está nada claro y así lo demuestran las limitaciones adoptadas cada vez por más países, en cuanto a la prohibición de investigaciones y experimentos sobre ciertas materias. Por ejemplo, las investigaciones sobre células madre y sobre la clonación humana. Eso en cuanto a las investigaciones propiamente genéticas y biomoleculares, pero existe además la biónica -inicialmente la ciencia que trata de aplicar las soluciones de los seres vivos a la ingeniería mecánica- y hoy generalizada a la incorporación de tecnología en forma diversa a la fisiología del hombre. Es un tema antiguo porque como tal biónica se podrían considerar las ortopedias e implantes de otras épocas, los cuales pueden sufrir ahora cambios cualitativos considerables al basarse en los microchips y la tecnología digital en general, la interrelación del ordenador con el cerebro humano y la nanotecnología. También en este terreno hay preocupación en la sociedad y disposición a no permitir cualquier cosa. De todo ello se nos puede venir encima un mundo ya descrito con tintes sombríos, según el hombre actual, en la visionaria obra de Aldous Huxley, “Brave New World”, publicado en 1932. Un libro cargado de lógica en cuanto a las leyes de la evolución, formuladas inicialmente por Charles Darwin, y aceptadas generalizadamente... En pura lógica, por tanto, y sin entrar de lleno en las interioridades de la genética, da la impresión de que la humanidad puede estar a las puertas de un nuevo salto evolutivo basado en las posibilidades de manipulación de sus genes y en las de la simbiosis hombre-máquina […]” 8.

Evidentemente, se abre un nuevo y esplendoroso horizonte para la biomedicina, algo similar a lo ocurrido en la segunda mitad del siglo XX con el descubrimiento de la estructura del ácido desoxirribonucleico 9 y, más recientemente, con la descodificación del gen humano 10. Hoy, la medicina tiene la capacidad de clonar al ser humano, y solo la detienen las restricciones de orden legal que han producido las diferentes naciones, incluyendo a Colombia.

Surgen toda clase de observaciones sobre la legalidad y, especialmente la ética, pero ya es claro que la medicina está dando un salto gigante y que su misión parecería que va más mucho allá de curar: es la del mejoramiento del ser humano, mejoramiento que significaría longevidad sin morbilidad y, tal vez, inmortalidad.

Referencias

1. Harari YN. Homo Deus. Breve historia del mañana. Bogotá: Penguin Random House Grupo Editorial; 2016. [ Links ]

2. Stevens JC. The fourth coming. JAMA. 1978;239:192. [ Links ]

3. Patiño-Restrepo JF. Transhumanismo ¿Inexorable por la ciencia que va a determinar la evolución?. Medicina (Bogotá). 2018;40:226-7. [ Links ]

4. Huxley J. In new bottles for new wine. London: Chatto and Windus; 1957. p. 13-7. [ Links ]

5. “As humans and computers merge… Immortality? PBS News Hour, July 10, 2012”. Disponible en: https://www.youtube.com/ watch?v=KP09reIihGwLinks ]

6. Ferry L. La revolución transhumanista. Cómo la tecnología y la uberización del mundo van a transformar nuestras vidas. Madrid: Alianza Editorial; 2017. [ Links ]

7. Hottois G. Humanismo, transhumanismo, posthumanismo. Revista Colombiana de Bioética. 2013;8:167-92. [ Links ]

8. Castilla A. El posthumanismo toma cuerpo de naturaleza en la sociedad. Disponible en: www.tendencias21.net/El-posthumanismo-toma-cuerpo-de-naturaleza-en-la-soc. [ Links ]

9. Watson JD, Crick FHC. A Structure for deoxyribose nucleic acid. Nature 1953;171:737-8. [ Links ]

10. Patiño-Restrepo JF. Genoma humano, bioética y clonación. Innovación y Ciencia (edición especial). 2001;IX:14-25. [ Links ]

Citar como: Patiño Restrepo JF. Homo Deus, posthumanismo y transhumanismo. Rev Colomb Cir. 2020;35:17-21. https://doi.org/10.30944/20117582.578

Recibido: 10 de Septiembre de 2019; Aprobado: 12 de Septiembre de 2019

aCorrespondencia: José Félix Patiño, M.D., FACS (Hon.), MACC (Hon). Correo electrónico: jfpatinore@gmail.com - Bogotá

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