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Historia y MEMORIA

Print version ISSN 2027-5137

Hist.mem.  no.16 Tunja Jan./June 2018

https://doi.org/10.19053/20275137.n16.2018.7728 

Editorial

Editorial: Para una historia de la guerra y de las milicias. Siglos XVI a XIX

Diana Bonnett Vélez1 

1 Doctora en Historia (El colegio de México). Profesora del Departamento de Historia de la Universidad de los Andes - Colombia. Investigadora del «Grupo de Historia Colonial». dbonnett@uniandes.edu.co ID https://orcid.org/0000-0003-2313-0644.


La guerra es casi tan antigua como el hombre mismo y está arraigada en lo más profundo del corazón humano [...]2.

En su dossier, el número 16 de la revista Historia Y MEMORIA explorará las formas que han caracterizado las guerras y la organización de las milicias en occidente, durante el mundo moderno. Tres grandes cuestiones interesan al dossier. La importancia de la guerra en la disciplina de la Historia, las categorías empleadas para nombrarla y el carácter cambiante de la guerra.

Hannah Arenth, en su escrito «Sobre la violencia» afirmaba que «Nadie consagrado a pensar sobre la Historia y la Política puede permanecer ignorante del enorme papel que la violencia ha desempeñado siempre en los asuntos humanos»3. Esta idea, que también se encuentra como epígrafe en la obra «La lógica de la violencia en la guerra civil» de Stathis Kalyvas, además de diferenciar entre guerra y violencia, permite descentrar la guerra del análisis de la Filosofía Política, la sociología, las Relaciones Internacionales y la Ciencia Política. Este dossier parte del principio de que el entendimiento de la guerra y de las milicias son centrales a los estudios históricos y no meramente su telón de fondo. ¿Por qué y cómo se han producido en el tiempo estos procesos de confrontación y de guerra? Estas serán algunas de las preguntas que nos remiten a una segunda cuestión: las transformaciones en el tiempo.

El carácter cambiante de la guerra y sus transformaciones es un tema particularmente sugestivo, y podría decirse, inherente a la historia. Aquí surgen y se anudan y entrelazan las dos inquietudes referentes a los cambios y a las categorías empleadas cuando se trata de la guerra: ¿se puede hacer una diferenciación entre «nuevas» y «viejas» guerras?, ¿a qué se ha denominado guerra moderna?

La categoría de «nuevas guerras» acuñada por Mary Kaldor para referirse a distintos tipos de confrontaciones ocurridas a partir de la guerra fría, ha sido puesta en cuestión por varios investigadores, pues unifica distintos tipos de conflictos armados. El investigador Stathis Kalyvas considera que la diferenciación entre «guerras tradicionales o convencionales» y las llamadas «nuevas guerras» es algo simplista y no es suficiente; mientras las primeras han sido «malinterpretadas y desconsideradas», las segundas, las denominadas «nuevas guerras», no han sido superficialmente estudiadas, de tal manera que falta acercarse a ellas con cierta exhaustividad; de otra parte a estas «nuevas guerras» se les ha atribuido en el conjunto de estudios de la guerra, una resonancia histórica inmerecida. Kalyvas, frente a este debate, propone ubicarse en «la granularidad del problema en vez de atender solo a los aspectos macro que debilitan el argumento»4.

En este punto, sobre los distintos usos de la fuerza política y militar a través de los tiempos, la reflexión del historiador podría lograr un ejercicio de mayor precisión y detalle. Las nuevas modalidades de la guerra llámense biológicas, químicas, nucleares, globales involucran, de un lado, un cambio en los instrumentos y los niveles de análisis, y de otro, requiere el estudio particular sobre las transformaciones en las percepciones y los sentimientos de los pueblos con respecto a estos tipos de confrontaciones.

Sobre el concepto de «guerra moderna» ocurre algo semejante; desde una mirada histórica el concepto «moderno» se ha aplicado de manera gruesa para explicar tanto a las guerras napoleónicas como para referirse a las dos guerras mundiales. ¿Por qué?, ¿Qué significa moderno en este contexto?, ¿El término moderno se aplica de diferente manera cuando se trata de la guerra? Karl von Clausewitz, quien escribió su obra después de las guerras napoleónicas, definía la «guerra moderna» como aquella en que los ejércitos permanentes guardaban una cierta relación con las flotas y la fuerza terrestre se asemejaba a la fuerza naval5. Sin embargo, el concepto de «guerra moderna» se siguió empleando por escritores del siglo XX, para referirse a procesos recientes, anteriores a la guerra fría. Pareciera que el concepto tiende a homogenizar manifestaciones distintas de métodos, tácticas, estrategia, tecnologías y espacios de la guerra.

En el presente dossier se observa que entre el siglo XVI y hasta el siglo XIX, la historia de Occidente estuvo sometida a la guerra casi de manera permanente. Esto no es anormal, ya que la guerra, la violencia y los conflictos son consustanciales a la vida social; estos se han dado en todos los tiempos y de diferentes maneras. Quienes se han ocupado de la guerra han observado que son muy pocos los períodos exentos de confrontaciones. En las Indias Occidentales las campañas de conquista, los procesos de poblamiento y las guerras de independencia crearon sus propios ejércitos y los indígenas americanos introdujeron sus propios sistemas de defensa. Esto es importante decirlo, porque al examinar los estudios sobre la guerra, pareciera que el patrón «occidental» se impuso y primó sobre otras estrategias. Sin embargo, las milicias, y los sistemas defensivos se moldearon y adquirieron sus propias dinámicas de guerra en las diferentes áreas de América española, como también ha ocurrido en otros contextos. Los ejércitos de Europa por su parte, en lugares a los que la historiografía ha llamado marginales o en zonas de frontera -en donde no se asentaron los procesos de colonización- debieron prepararse y responder a formas atípicas de guerra. Áreas como la Guajira, el territorio del Darién, algunas islas del Caribe, el piedemonte de los Andes, zonas de selva o al sur del Biobío, por nombrar unas pocas regiones, mantuvieron otras racionalidades acerca de la guerra, cuyas diferencias se expresaban en el uso del espacio, en los instrumentos de combate y en las formas de organización de los grupos involucrados.

El primero de los escritos que conforman el dossier se titula Guerra, Estado y Revolución Militar en la América española durante los siglos XVI y XVII. La intención de Juan José Velásquez Arango en este escrito es mostrar algunos de los principales factores alrededor de los cuales se puede estudiar la guerra en la América Española. El trabajo se concentra en examinar la guerra tomando como coordenadas teóricas las siguientes: el Estado Moderno y la Revolución Militar; el imperio español y la guerra moderna; el Estado y la guerra en Indias. Para el autor es imprescindible examinar la guerra mediante la conjugación de distintos niveles de análisis que incluyan variadas escalas en lo temporal y lo espacial, lo que permitirá establecer relaciones con contextos más amplios. La guerra, para el autor, constituyó parte del proyecto imperial en que se obstinó el Imperio español para hacer prevaler las formas de gobierno que hemos denominado como propias de «los tempranos Estados modernos europeos». Recordando lo anteriormente expuesto en esta editorial, acerca de las visiones europeizantes de la guerra, Juan José Arango nos recuerda que en el Nuevo Mundo adquiere expresiones particulares, ya que «los avatares de los contextos locales y regionales producen nuevas configuraciones y adaptaciones a las influencias traídas desde Europa, así como a los conocimientos generados a partir de la experiencia guerrera en las nuevas tierras».

Por su parte, Daniel Antonio Garzón Moreno en su artículo titulado Enemigos en común en la frontera del Imperio Español: Alianzas militares entre piratas, negros e indios en el Darién y el Chocó. Siglos XVI al XVIII, responde a la pregunta ¿cómo se pudieron establecer alianzas militares entre esos grupos en el área del istmo de Panamá y el Darién? Para cumplir con este propósito en la larga duración, el autor comienza por explicarnos qué entiende en su caso particular por los conceptos de «frontera» y «encuentros interculturales», cerrando su primera parte con una explicación sobre las consecuencias que estas alianzas significaban para el imperio español. El artículo se estructura en 5 partes. En la primera nos ofrece la descripción del área de estudio: Panamá y el Darién se constituyeron como rutas comerciales y mercantiles, a la vez que fueron empleadas como zonas proclives al zaqueo y el pillaje. En un segundo momento, el artículo nos explica detalladamente cómo el aprendizaje ancestral acerca del medio se convirtió en un elemento estratégico para los distintos actores en conflicto: «las alianzas y trabajos que tuvieron en conjunto piratas y corsarios con los indios de la región, dan cuenta de la apropiación del conocimiento local, no solo de la navegación por ríos cuyos cauces solo conocían los indios, sino de la construcción misma de las canoas», señala Daniel Antonio Garzón Moreno. En su última parte, el artículo se titula «Cambios de alianzas. Refuerzo del sistema defensivo de la Corona española», un buen título para explicar los cambios en las estrategias y las modalidades de la guerra.

Un tercer artículo del dossier hace referencia a la participación de los afromestizos en el momento de la revolución de la independencia de El Río de la Plata. Movilidad social de afromestizos movilizados por la independencia y las guerras civiles en el Río de la Plata. Lorenzo Barcala (1795-1835) estudia en detalle la historia de un hombre de descendencia africana, que como en otros casos de la América española lograron algunos beneficios como su integración a determinados cuerpos políticos, la ciudadanía, su capacidad adquisitiva, su lugar de residencia y el acceso a la libertad. El artículo escrito por Orlando Gabriel Morales y Luis César Caballero es un estudio de caso a partir del cual los autores afirman la posibilidad de la movilidad social de algunos soldados de origen africano incorporados a fuerzas militares durante la guerra de independencia y en las guerras civiles en la actual República Argentina. Aunque los autores recalcan que el caso de Lorenzo Barcala puede considerarse excepcional por las características de su biografía personal, ya que «fue criado en condición de libre en una familia respetable de la ciudad de Mendoza, su inserción se apoyó en el cuerpo de Cívicos Pardos para favorecer su integración social y la de su familia, contando con una participación relevante de las mujeres del núcleo familiar y sobre la base de vínculos de pertenencia y solidaridad». El trabajo se caracteriza por la revisión de una amplia bibliografía argentina que dialoga con la existente en el resto de América española y permite establecer comparaciones con algunos casos de otros territorios americanos.

Desde los estudios sociales y económicos del período liberal del siglo XIX, el trabajo de Luis Miguel Pardo Bueno, titulado El gasto militar en el Estado de Bolívar 1859 - 1886, nos enseña cuales eran, desde las ópticas locales, los intereses económicos y la forma de administrar los recursos por parte de los comerciantes y los ganaderos del Estado de Bolívar, que a su vez fueron ampliando su poder político y económico en la región y por ende, fueron favorecidos por las milicias, que estaban bajo su mando. Estos intereses estuvieron amparados por los proyectos que impulsaban la «modernización y el desarrollo» de las áreas comprendidas por este Estado y con el proyecto de buscar la mejor contribución a la economía regional, a través de la explotación de los productos característicos de esa región, como maderas, perlas, sal, dividivi, tabaco y cueros. Lo más significativo del artículo -y que tiene que ver con nuestro dossier- es que estas fuerzas locales bajo su monopolio de la milicia mantuvieron e impusieron el «orden y la seguridad». De otra parte, el trabajo maneja con detalle los rubros y gastos que se emplearon en el sostenimiento de «sueldos de oficiales, jefes y la tropa en servicio; la compra de material bélico, armas, munición, uniformes, gastos de escritorio, alumbrado y agua». Una de las conclusiones más significativas del artículo nos lleva a un resultado inesperado: las poblaciones del Estado de Bolívar fueron quienes terminaron financiando las milicias mediante su contribución a través de «empréstitos, expropiaciones, robos y secuestros de material de guerra, casas, incas, comida y animales».

Dejando atrás los artículos del dossier, la Zona Libre de la revista está constituida por cinco artículos. El primero de ellos sobre Costa Rica se refiere al financiamiento de la educación entre los años 1860-2016. El autor, Iván Molina Jiménez, lo trabaja en el largo plazo con el fin de examinar las tendencias del financiamiento de la educación en diferentes procesos: crisis económicas, golpes de Estado, guerras y ciclos de expansión de las actividades de exportación y del mercado interno. Tras la presentación del análisis historiográfico más relevante y la metodología abordada, el artículo sobre El financiamiento educativo público en Costa Rica a largo plazo (1860-2016), se refiere a dos importantes aspectos, como son las tendencias y las coberturas de la inversión educativa pública; estas han sido posible gracias a dos factores: la «estabilidad política del país y porque, desde inicios del siglo XX, los recursos dedicados a la educación crecieron a costa de los gastos militares y policíacos, una tendencia reforzada por la abolición del ejército en 1948». En sus partes, el artículo analiza aspectos de gran importancia como los periodos de mayor cobertura, el tipo de educación que resultó más beneficiada, las presiones de comunidades rurales y urbanas, la promoción de universidades privadas. En las conclusiones se afirma el esfuerzo del Estado costarricense por lograr un compromiso con la enseñanza pública, aunque esto no lo exime de algunos repliegues en determinados períodos.

Por su parte, Francisco Bolsi en el artículo Redes sociales, poder político y familia. Un análisis a partir de los Posse Talavera en Tucumán (1830-1870) efectúa un análisis que fortalece una de las tendencias historiográficas de los últimos años: el estudio de las redes sociales y políticas. La propensión al estudio de redes sociales, en este caso, de la familia Posse Talavera, ejemplifica la fuerza local que adquieren determinadas familias a partir de diferentes estrategias, pero también las dificultades que entraña. En este caso, algunas estrategias «formales», como las denomina el autor, a partir de las alianzas matrimoniales y otras de carácter informal, como «las relaciones de lealtad y reciprocidad», les concede a esta familia un protagonismo, más allá de lo local. El trabajo se sitúa en gran parte del siglo XIX con el ánimo de mostrar distintas fases por las que transcurrió el proyecto de los Posse Talavera, quienes en 1856 no habían logrado acumular un suficiente poder local, debido a varios fenómenos que se trabaja concienzudamente el artículo. De otra parte, las cosas fueron distintas para la familia cuando a partir de la diversificación de las «actividades comerciales, las agrícolas, las ganaderas y la producción de caña de azúcar fueron el ámbito en donde cooptaron una clientela numerosa, que permite dimensionar la combinación del poder no solo relacionado con el ámbito de la ciudad sino de la campaña».

Eduardo Alberto Escudero en el artículo La útil presencia del pasado: a propósito de los años de la «Revolución Libertadora» en una ciudad del interior de la Argentina (19551958) muestra el significado de la memoria en el momento de implantar un nuevo orden político, a partir de fuentes de prensa. Se trata específicamente de estudiar cómo la memoria de la «Revolución libertadora» se introyecta en el pueblo de la Concepción del Río Cuarto (Córdoba, Argentina), entre los años 1955 - 1958 como una forma de enfrentar la experiencia peronista. La «revolución» de septiembre de 1955 fue representada como el retorno a los ideales de la libertad y de la democracia emanados por la revolución de mayo y restaurados en Caseros. En palabras del autor esta memoria «buscó "desperonizar" el espacio público y restaurar la matriz liberal de la cultura política e histórica de la Argentina contemporánea».

Educación infantil y oficio de la maestra-jardinera, Medellín-Colombia: 1915-1930 es la investigación de Miguel Ángel Martínez Velasco que nos acerca al conocimiento de la práctica pedagógica en el colegio de María Auxiliadora de Medellín a partir de los métodos de Pestalozzi, Frõebel y Montessori en 15 años, introducidos por la religiosa salesiana Honorina Lanfranco entre 1915 y 1930. El artículo gira alrededor del lugar de la maestra jardinera, la enseñanza infantil y las nuevas pedagogías. Estos centros de análisis se relacionan con los conflictos que emergen en esta sociedad antioqueña desde la iglesia y la familia cuestionando la ética de esta nueva educación de los niños y los métodos pedagógicos propuestos. En el artículo igura el papel de la Iglesia católica como rectora de la educación y la instrucción y, el de la mujer, que representa en el imaginario de la época tanto a la madre, como a la maestra. «Educar -señala el artículo-como objeto exclusivo del clero católico, hacía referencia a la acción de desarrollar la facultad moral por medio de prácticas de evangelización». El trabajo nos aproxima a aspectos que permiten reconocer cuándo y cómo se fortalece la enseñanza infantil y las discusiones y conlictos que enfrentan a son Honorina con el arzobispo de Medellín.

El siguiente y último artículo de la revista es de la autoría de Blanca Acuña Rodríguez. Titulado Rutas de circulación e intercambio de sal en la provincia de Tunja, segunda mitad del siglo XVI se constituye en una perspectiva histórico-regional importante. El estudio contribuye al conocimiento del sistema colonial en las comunidades localizadas entre el norte y el nevado del Cocuy, relieve central, el pie de monte oriental del altiplano Boyacense y la provincia de Santafé, en un período difícil de estudiar (segunda parte del siglo XVI) y en el que se hace particularmente complejo articular la información. Blanca Acuña examina tres rutas en profundidad: la ruta de Santafé -Tunja - Pamplona; la de Pueblo de la Sal - Chita - Pamplona y la ruta del Pueblo de la Sal, Sácama - Llanos Orientales, lo que se representa en el mapa que acompaña la publicación. El artículo examina el lugar que ocupó la provincia de Tunja como eje articulador de relaciones entre los sitios productores de sal en la provincia de Santa Fe y los consumidores de las provincias de Tunja y Pamplona, a partir de las fuentes de los archivos que guardan la información pertinente a este problema: General de Indias (AGI), en Sevilla, y el Archivo General de la Nación (AGN), Bogotá. La propuesta sobre la que descansa el artículo es que los circuitos de producción y comercialización de la sal fueron centrales a los intereses de control del territorio por parte de los españoles, los que a su vez monopolizan el comercio de la sal en los llamados «alfolíes», especies de alhóndigas donde se almacenaba y posteriormente se redistribuía.

En el apartado sobre las Reseñas y Debates la revista cuenta con dos contribuciones: Reinaldo Rojas, profesor jubilado de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) reseña la obra de Étienne Bloch, sobre su padre Marc Bloch quien Rojas califica a escala universal, como uno de los historiadores más importantes del siglo XX. Por su parte María Concepción Álvarez Gómez de la UNED presenta la obra de Julio Prada Rodríguez «Marcharon con todo». La represión económica en Galicia durante el primer franquismo, la que se centra en un aspecto poco conocido del franquismo: su dimensión económica.

Para finalizar esta editorial quisiera invitar a los historiadores a leer y debatir alrededor de los temas que hoy ofrece la revista. La convocatoria alrededor de la guerra y las milicias entre los siglos XVI y XIX ofrece variedad de perspectivas que alimenta la actividad intelectual y transdisciplinar en nuestro medio. De la misma manera, los trabajos que se ofrecen en Zona Libre enriquecen por su diversidad y profundidad a la comunidad de historiadores y al público en general.

2John Keegan, La historia de la Guerra (Madrid: Editorial Turner, 2014), 19.

3Hannah Arendt, Sobre la violencia (Madrid: Alianza Editorial, 2005), 16.

4Víctor-Mario Bados Nieto y Marién Duran Cenit. «Las "nuevas guerras": una propuesta metodológica para su análisis», Revista UNISCI, n° 38 (2015): 15.

5Von Clausewitz Karl. De la guerra, 2 volúmenes (Madrid: Ediciones del Ministerio de Defensa de España, 1999).

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