SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número26Procesos de turistificación y gentrificación en América Latina y España: una panorámicaPlaza Mayor, turistización y sociabilidad en Los Cabos. México: La Plaza Antonio Mijares, 1974-2020 índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Historia y MEMORIA

versión impresa ISSN 2027-5137

Hist.mem.  no.26 Tunja ene./jun. 2023  Epub 01-Sep-2023

https://doi.org/10.19053/20275137.n26.2023.13777 

Artículo de investigación e innovación

Procesos de turistización de memoriales en Latinoamérica: ¿oportunidad o amenaza para la reparación? Análisis de casos singulares, 1990-2020*

Touristification processes of memorials in Latin America; opportunity or threat to reparation? An analysis of individual cases - 1990-2020

Processus de «touristisation» des mémoriaux en Amérique latine: opportunité ou menace à la réparation? Analyse de cas singuliers, 1990-2020

Roberto Goycoolea Prado1 
http://orcid.org/0000-0003-2997-0695

Paz Núñez Martí2 
http://orcid.org/0000-0002-9986-0216

1 Universidad de Alcalá, España. Doctora en Arquitectura. Profesora asociada del Departamento de arquitectura y el Máster en Proyectos Avanzados de Arquitectura y Ciudad, Universidad de Alcalá, España. Grupo de Investigación: Conflictos socioespaciales del turismo. Últimas publicaciones: Pilar Sánchez Boza y Martí Paz Núñez, «Mutilación genital femenina en Madrid: Migración, contexto y acogida», RIECS: Revista de Investigación y Educación en Ciencias de la Salud vol. 6, n° 1 (2021): 37-58, doi: https://dx.doi.org/https://doi.org/10.37536/RIECS.2021.6.1.257. «La UVA de Hortaleza a través de tres generaciones: Juana, Julia y Ainhoa», en Arkitektura eta hábitat-a: pertsonen burujabetza: artikulu-liburua, ed. Paula Ordás Barrero y Paz Núñez Martí (San Sebastian: Servicio editorial de la Universidad del País Vasco, 2020), 179-193. «La construcción del Centro Social de Cañada Real como medio de formación e integración», JIDA, n° 17 (2019): 782-791, doi: https://doi.org/10.5821/jida.2019.8422.Spaz.nunhez@uah.es.

2 Universidad de Alcalá, España. Doctora en Arquitectura. Profesora asociada del Departamento de arquitectura y el Máster en Proyectos Avanzados de Arquitectura y Ciudad, Universidad de Alcalá, España. Grupo de Investigación: Conflictos socioespaciales del turismo. Últimas publicaciones: Pilar Sánchez Boza y Martí Paz Núñez, «Mutilación genital femenina en Madrid: Migración, contexto y acogida», RIECS: Revista de Investigación y Educación en Ciencias de la Salud vol. 6, nº 1 (2021): 37-58, doi: https://dx.doi.org/https://doi.org/10.37536/RIECS.2021.6.1.257. «La UVA de Hortaleza a través de tres generaciones: Juana, Julia y Ainhoa», en Arkitektura eta hábitat-a: pertsonen burujabetza: artikulu-liburua, ed. Paula Ordás Barrero y Paz Núñez Martí (San Sebastian: Servicio editorial de la Universidad del País Vasco, 2020), 179-193. «La construcción del Centro Social de Cañada Real como medio de formación e integración», JIDA, nº 17 (2019): 782-791, doi: https://doi.org/10.5821/ jida.2019.8422.paz.nunhez@uah.es.


Resumen

En las tres últimas décadas se observa un aumento importante de los procesos de turistización de los lugares de la memoria, con impactos también crecientes, aunque no homogéneos, en la consecución de una justa reparación social y espacial. Ante ello, se sostiene en este artículo que la naturaleza e intensidad del impacto turístico depende de cómo se materializan los memoriales. Según lo estudiado, habría tres modalidades de materializarlos, distinguidas por el lugar donde se construyen, sus características formales y quién los promociona y gestiona. Para desarrollar esta tesis, de cada modalidad se estudiaron dos memoriales latinoamericanos, seleccionados por constituir casos paradigmáticos y generalizables. Los resultados muestran, por un lado, que el turismo se ha convertido en un factor clave para aumentar el interés y el número de visitantes de memoriales y, con ello, estaría contribuyendo a la reparación de víctimas y espacios; pero, por otro, que bajo ciertas condiciones la irrupción turística desencadena procesos inquietantes para la memoria, la reparación de las víctimas y del espacio rememorado. Impactos que van desde banalizar a ocultar, de musealizar a espectacularizar, hasta llega, incluso, al uso intencionado del turismo como forma de blanquear territorios traumatizados, tanto en términos de memoria como de reparación.

Palabras clave: lugares de la memoria; memoria histórica; turismo de memorial; memoriales; trauma espacial; reparación

Abstract

In the last three decades, there has been a significant increase in touristification processes in places of remembrance, with growing, although not homogeneous, impacts on a just social and spatial reparation. Regarding this, in this article it is maintained that the nature and intensity of the touristic impact depends on how the memorials are manifested. According to what has been studied, there are three modalities to creating them, distinguished by the place where they are built, their formal characteristics, and who promotes and administers them. To develop this thesis, two Latin-American memorials were studied from each of the modalities. These were selected for constituting paradigmatic and generalizable cases. The results show, on the one hand, that tourism has become a key factor in increasing interest in, and the numbers of visitors to, memorials and with that it is contributing to victim reparations and the recovery of spaces. However, on the other hand, under certain conditions, the touristic incursion can trigger disturbing processes for memory, the reparation to victims and the place of remembrance. The impacts range from trivialising to hiding, from museumizing to spectacularizing, and even reaching the intentional use of tourism as a way to whitewash traumatized territories, both in terms of memory as well as reparation.

Key words: places of remembrance; historical memory; memorial tourism; memorials; spatial trauma; reparation

Résumé

Au cours des trois dernières décennies, il y a eu une augmentation importante des processus de touristisation des lieux de mémoire, avec des impacts croissants, bien que non homogènes, dans la réalisation d'une réparation sociale et spatiale équitable. Compte tenu de cela, il est avancé dans cet article que la nature et l'intensité de l'impact touristique dépendent de la manière dont les mémoriaux se matérialisent. Selon ce que l'on a été étudié, il y aurait trois manières de les matérialiser en fonction du lieu où ces mémoriaux sont construits, leurs caractéristiques formels et qui les promeut et les gère. Pour développer cette thèse, à partir de chaque modalité, deux mémoriaux latino-américains ont été étudiés, ayant été sélectionnés pour constituer des cas paradigmatiques et généralisables. Les résultats montrent, d'une part, que le tourisme est devenu un facteur clé dans l'augmentation de l'intérêt et du nombre de visiteurs pour les mémoriaux et, par conséquent, il contribuerait à la réparation des victimes et des espaces; mais, d'autre part, cela veut dire que sous certaines conditions l'irruption du tourisme déclenche des processus troublants pour la mémoire, la réparation des victimes et l'espace remémoré. Ces impacts vont de la banalisation à la dissimulation, de la muséalisation à la spectacularisation, voire à l'utilisation intentionnelle du tourisme comme moyen de blanchir des territoires traumatisés, aussi bien en termes de mémoire que de réparation.

Mots-clés: lieux de mémoire; mémoire historique; tourisme de mémoire; mémoriaux; traumatisme spatial; réparation

1. Introducción

El objetivo de este artículo es proponer una reflexión crítica sobre los impactos sociales y espaciales que están generando en la configuración de las memorias colectivas y en la comprensión del territorio el creciente interés por utilizar las lógicas de la promoción turística en la configuración y gestión los memoriales -aquellos lugares de la memoria donde se han cometido crímenes de lesa humanidad en el pasado reciente y que de algún modo se han adecuado para su visita. Fenómeno que, sin ser masivo, crece a tal ritmo que ha terminado reconociéndose como una tipología turística particular:

El turismo de memoria engloba a las prácticas turísticas alrededor de aquellos espacios de memoria puestos en valor, de forma individual o como parte de un todo, que desarrollándose mediante la utilización de herramientas didácticas tienen la vocación de transmitir un mensaje ético1.

Aunque cabe discutir si el Turismo de memoria es algo propio o se inscribe en el Turismo cultural o si hay definiciones menos usadas pero que podrían afinar en la delimitación del término, como Dark Tourism, Trauma Tourism2 o Turismo de memorial, más ajustada a lo aquí estudiado. Pero, más allá de las siempre oportunas precisiones lingüísticas, cada vez más personas ven en la visita de los paisajes del horror humano un destino que permite conocer lo sucedido y cumplir con una suerte de reparación social y personal3. La constatación de este interés ha llevado a reconocer en el turismo un aliado para promover la memoria histórica. Por su carácter institucional y alcance, la principal referencia actual del turismo de memoria son las iniciativas emprendidas desde fines del siglo pasado por Atout France, la Agencia de Desarrollo Turístico de Francia, en colaboración con el Ministerio de Defensa francés, para promover los lugares de la memoria de la II Guerra Mundial. Lo original de la propuesta francesa fue considerar al turismo -tradicionalmente vetado de estos lugares «sagrados»- como un instrumento pedagógico, cívico y cultural, a la vez que recurso de desarrollo económico. Otro elemento innovador fue acondicionar lugares de la memoria con distintas intervenciones orientadas a facilitar su acceso, visita y comprensión: de marcar recorridos con paneles de información a la construcción de equipamientos y centros de interpretación. Frente a los memoriales tradicionales, cuya intención era significar la memoria de un lugar, el gobierno francés los ha convertido en destinos turísticos. Ante el éxito de público y económico de la iniciativa y con la rapidez que caracteriza a los fenómenos contemporáneos, la estrategia francesa se ha extendido a escala global. En paralelo ha crecido el interés social, económico y académico por el turismo de memoriales. Lo cual es razonable, pues su estudio permite «leer en qué estado se encuentra la memoria en una sociedad dada y los actores, conflictos y aspiraciones que la animan»4.

En términos académicos, la vinculación del turismo con los lugares de la memoria pivota entre dos posiciones contradictorias. Por un lado, están quienes relacionan el éxito turístico con una mayor comprensión de lo rememorado y, como tal, entienden que contribuye al conocimiento y reconocimiento de las víctimas de procesos traumáticos del pasado reciente y, con ello, participa en la configuración de memorias colectivas en favor de la paz y la concordia -a lo que cabría sumar los recursos que el turismo aporta para mantener y difundir los respectivos memoriales5. Frente a estos aspectos positivos, aparecen diversas críticas orientadas a dos asuntos relacionados: el primero concierne al modo en que ciertas prácticas turísticas generan procesos de banalización o desdibujamiento de la memoria territorializada, que pueden venir voluntaria o premeditadamente tanto por parte de promotores como de visitantes de los memoriales6; y, el segundo, atañe a los fenómenos de resignificación del espacio urbano que genera la propia construcción de los memoriales.

Desde nuestra óptica disciplinar, la arquitectura, esta última crítica resulta particularmente interesante al introducir factores de configuración y comprensión del espacio que no suelen considerarse en los estudios sobre la memoria histórica. Como toda intervención realizada en un espacio habitable, la forma en que el memorial se materializa condiciona la manera en el que se percibe, usa e interpreta. Por esto, hay tanta diferencia entre concebir un memorial como destino turístico, o sea, como lugar comercializable, que hacerlo como espacio de rememoración compartida. En el primer caso se establece una relación funcional con el lugar donde resulta imposible empatizar; en el segundo, se da pie a una experiencia empática al ser consciente de estar en un lugar donde las marcas de los traumas acaecidos nos conciernen. En términos cotidianos, refleja la enorme distancia vital que existe entre visitar «una ciudad» y habitar «mi ciudad».

En este contexto, la tesis propuesta es que el impacto de la turistización7 de los memoriales adquiere formas e intensidades distintas dependiendo de su proceso de configuración. En el estudio se han caracterizado tres modalidades de materialización de los memoriales -distinguidas por el lugar dónde se construyen, sus características formales y quién los promueve y gestiona- y se ha visto que cada modalidad activa, con distinta intensidad, algún proceso de banalización de los lugares y sus memorias8. En síntesis, las modalidades apuntadas serían: (a) memoriales levantados en lugares donde no quedan huellas de los crímenes cometidos debido a la naturaleza circunstancial del delito o porque los victimarios destruyeron los vestigios incriminatorios; (b) los erigidos sobre parajes o edificios en los que se han mantenido edificaciones, instalaciones y/o instrumentos relacionados con la memoria a recordar; (c) los construidos ex novo en localizaciones urbanas o naturales en las que no se produjeron las violaciones a los derechos humanos rememoradas.

La metodología empleada para desarrollar la hipótesis propuesta tuvo varias fases y una redefinición del ámbito geográfico a estudiar. Se partió de caracterizar las tres modalidades de materialización de memoriales en base a un análisis de los procesos de proyecto de casos significativos; lo cual permitió comprobar su adecuación como criterio de análisis. En paralelo, se realizó una revisión de los conceptos clave involucrados en las dos vertientes del tema: una relacionada con la definición de los memoriales y su significación social y espacial para la configuración de la memoria histórica y las identidades locales; otra concerniente al turismo de la memoria en sí, tanto en sus aspectos teóricos como sobre los beneficios y conflictos asociados9. El siguiente paso, consistió en registrar y catalogar dentro las modalidades planteadas los memoriales de los dos ámbitos geográficos de la convocatoria a partir de la documentación proporcionada por distintas fuentes. Para el ámbito latinoamericano la fuente básica fue el archivo de la Red de Sitios de Memoria Latinoamericanos y Caribeños y las páginas institucionales de los respectivos memoriales.10 Para el ámbito español se consultaron los archivos del Centro Documental para la Memoria Histórica del Gobierno de España, que recoge abundante información gráfica y bibliográfica, pero sin rastros de un registro de memoriales ni lugares de la memoria. Otro tanto ocurre con la Red de Sitios de Conciencia Europeos, que sólo recoge para España un memorial: el Museo de la Paz de Gernika (inaugurado en 1998). Esta falta de registros da cuenta de la incomprensible relación que mantiene el país con sus memorias traumáticas contemporáneas -Guerra Civil, ETA y los GAL-, ampliamente estudiadas y recreadas, pero con muy escasa presencia en el territorio. La puesta en valor de los lugares de la memoria es una tarea política compleja debido a las inevitables tensiones que genera distinguir las víctimas de los victimarios, entre los que requieren reparación y los que han de ser juzgados. Y lo es también porque todo dispositivo levantado en espacios de libre concurrencia es una forma de apropiárselos material y simbólicamente. De ahí que estados como el español, por democráticos que se proclamen, suelen ser muy cautelosos al tratar la memoria histórica reciente: es más fácil lidiar con las víctimas que con una oposición utiliza la memoria como elemento de confrontación política11.

La realidad española hacía inviable el estudio comparativo inicial. Optamos, entonces, por centrarnos en memoriales latinoamericanos, pero surgió una dificultad inesperada: de cada modalidad de materialización propuesta había más sitios de los que era posible y razonable abordar12. Considerando que lo buscado no era analizar la relación entre la forma de materializarlos, la turistización y la tursitificación, los casos de estudio se seleccionaron atendiendo a que, por sus objetivos y características físicas, fuesen representativos de las modalidades propuestas.

La orientación del análisis fue la definida en la convocatoria del monográfico de la revista y los objetivos generales del proyecto de investigación donde se inscribe este estudio, cuyo objetivo general es desarrollar un enfoque teórico que permita conceptualizar y evaluar el aporte de las políticas públicas, en el sentido amplio del término, a la consecución de la «justicia espacial». De este término complejo, cuya característica principal, según Edward Soja, sería poner «intencionalmente el énfasis en los aspectos espaciales o geográficos de la justicia y la injusticia»13, nos interesa aquí la dimensión analítica recalcada por Bernart Bret:

Al constituirse en herramienta de indagación, la noción de justicia espacial permite problematizar los procesos de construcción/producción del espacio, sustraerlos a su dinámica específica y situarlos un campo en el que dialogan con la justicia y sus diferendos. Al mismo tiempo, esta noción problematiza los procesos sociales, al incorporar a ellos la dimensión espacial como un componente que los influye y condiciona14.

En este contexto, el estudio de casos reivindicado por Susan Fainstein15 es clave. porque la dimensión espacial aparece inevitablemente vinculada a las luchas relacionadas con la distribución socioeconómica, la identidad y el desarrollo en general, como postula David Harvey16, y, consecuentemente, como un denominador común para las diferentes «esferas de la justicia»17. De manera específica, nos ocupa la dimensión física y simbólica de las actuaciones en los lugares de la memoria cuando los lugares de la memoria se convierten en memoriales turistizados; lo cual, en casos extremos, puede generar procesos de resignificación que lleguen a desvirtuar lo rememorado.

Pensar espacialmente la justicia, afirma Soja, no solo enriquece nuestra comprensión teórica, también puede suscitar nuevas ideas cargadas de significación que amplíen nuestro conocimiento práctico y lo traduzcan en una acción más eficaz en procura de una mayor justicia y democracia. A la inversa, si lo espacial no adquiere un carácter explícito y resuelto, esas oportunidades no serán tan evidentes18.

2. Turismo y lugares de la memoria

Inmersos como estamos en la vorágine de transformaciones, no percibimos la magnitud de los cambios. Por mucho que parezca «natural» la relación entre turismo y lugares de la memoria es un fenómeno reciente; al menos como hoy se desarrolla. También es reciente la preocupación académica de sus impactos. En la extensa obra coordinada por Pierre Nora sobre los lugares de la memoria, donde se los estudia desde diversas perspectivas, no hay ningún apartado dedicado a la relación establecida o que pudiesen establecer con el turismo19. No sabemos por qué Nora ni sus colegas no estudiaron esta relación, hoy tan clara. Probablemente se debe a que era un tema ajeno al gran objetivo de la obra: desentrañar la compleja relación entre historia y memoria y su papel en la configuración de las identidades nacionales. Pero podría ser, también, que no lo trataron porque en la década de 1980 era difícil prever el enorme crecimiento y diversificación que experimentó el turismo.

Como sea, lo cierto es que, hasta el cambio de siglo, por fijar una fecha icónica, los lugares de la memoria habían quedado bastante al margen de las presiones turísticas. Todo indica que, por la especial significación de estos espacios en la percepción de la historia y configuración de las identidades, por respeto al duelo de las víctimas, por la atrocidad de los crímenes cometidos, entre otros factores, había un acuerdo tácito para no utilizarlos como recursos turísticos. Tregua, en este caso no escrita, equiparable a las cláusulas incluidas en los pactos que ciertos países han desarrollado para impedir que las víctimas y actuaciones contra el terrorismo no se utilizaran como arma política20. La propia denominación de santuario utilizada para designar a muchos lugares de memoria da cuenta del respeto que se les tiene:

El recuerdo y el tejido social que se construye alrededor de los mismos, buscando a partir de un espacio darle sentido a una historia compartida por muchos, con acciones que se insertan allí y que le dan significado al lugar, convirtiéndolo en un relato material de algo y en una forma de reparación21.

Esos lugares son tratados desde el duelo, donde quienes acudían lo hacen persuadido de participar en una suerte de catarsis colectiva en favor de la justicia histórica y de la resignificación del espacio colectivo. Actualmente, el panorama es otro. La tregua turística -al igual que la política-ha desaparecido. De manera acelerada, los lugares de la memoria han comenzado a configurarse y gestionarse con una clara vocación turística. Muchos estados han tomado nota del nuevo paradigma incorporando explícitamente al turismo en sus políticas de memoria histórica. En España, por ejemplo, la Ley de la Memoria Histórica de 2007 no hacía ninguna referencia al turismo22; sin embargo, el actual Proyecto de Ley de Memoria Democrática -cuyo objetivo es profundizar en la ley vigente esta materia- considera al turismo como uno de los instrumentos que el estado debería emplear en los procesos de conocimiento y reconocimiento de la memoria histórica. Este reconocimiento legal e instrumental del turismo es comparable con otras legislaciones europeas y viene a ratificar una práctica cada vez más asentada en la puesta en valor de los lugares de la memoria.

El departamento competente en materia de memoria democrática impulsará [en convenio con instituciones y asociaciones] con competencias en patrimonio histórico, educación, medio ambiente y turismo, la adecuada promoción de lugares e itinerarios, físicos y virtuales, de memoria y democrática con el objeto de que puedan ser debidamente conocidos y visitados23.

Para situar temporalmente la inclusión de las memorias traumáticas en las prácticas e itinerarios del turismo global, el punto de inflexión sería el Museo Judío de Berlín. Inaugurado en 2001 el edificio diseñado por Daniel Libenskind supuso un cambio radical en la manera de entender los memoriales. El énfasis no está puesto en la presentación de los testimonios, documentos y objetos tradicionalmente utilizados para informar de los hechos rememorados, sino en la intensa experiencia espacial generada por un recorrido arquitectónico y una museografía pensados para sobrecoger al visitante. El éxito de imagen y público de este museo mostró una vía inédita o, más bien, una vía hasta entonces inexplorada, en el tratamiento de los lugares de la memoria, dando así carta de naturaleza a la consideración del turismo como parte sustancial de las estrategias para su puesta en valor y difusión.

La inauguración del museo berlinés se produce en un momento de creciente interés mundial por la recuperación de la memoria colectiva, generada, según Nora, por la caída de la Unión Soviética (1991) y, con ella, el final efectivo de una Guerra Fría. En paralelo, en Latinoamérica los países se iban deshaciendo de las cruentas dictaduras militares de la segunda mitad del siglo XX. Como parte de la consolidación de la democracia, algunos de estos países siguieron el ejemplo berlinés construyendo edificios singulares para reconocer y visibilizar sus respectivas memorias, destacando por su arquitectura los memoriales de Chile, Perú, Uruguay y Colombia. Visto con perspectiva histórica, la voluntad de reconocer y difundir los lugares de la memoria es una situación inédita en la historia de las ciudades. Un cambio significativo para la consecución de ciudades justas. «Si tradicionalmente se conmemoraban las gestas militares con su nutrida cuota de héroes y tumbas, desde fines del siglo XX se ha comenzado a recordar a las víctimas civiles de las matanzas orquestadas desde el Estado»24.

3. Procesos de configuración e impacto de los memoriales

Tras presentar las características clave del turismo de memorial, pasamos a desarrollar la que es la aportación particular del estudio y el eje de la doble hipótesis planteada: (a) el impacto de la turistización de los memoriales adquiere formas e intensidades distintas dependiendo de su proceso de configuración y (b) la identificación de tres modalidades de materialización de los memoriales distinguidas por el lugar donde se construyen, sus características formales y quién los promociona y gestiona.

Actuaciones sobre paisajes borrados.

Para eliminar evidencias que puedan incriminarlos, los victimarios suelen destruir o desmantelar los espacios donde perpetraban sus crímenes, convirtiéndolos en ruinas o sitios baldíos. En estos lugares el desarrollo de los memoriales parece seguir un patrón común. Mientras estuvieron en activos se buscaba que pasaran desapercibidos, pero, a la vez, estaban fuertemente vigilados, impidiendo realizar cualquier marca de lugar. Al ser destruidos y abandonados, las víctimas o personas cercanas, habitualmente de manera espontánea, comienzan a marcar el lugar mediante algún tipo de exvoto o señal que recordase lo sucedido: un grafiti, una pancarta, unas flores, un objeto alusivo o similar. Acciones puntuales cuyo fin es, ante todo, impedir que la memoria concreta de lo que ahí ocurrió caiga en el olvido al no haber restos que los recuerden. Con el tiempo, si las reivindicaciones prosperan, el enclave se reconoce como lugar de la memoria y se generan diversas iniciativas destinadas a darle visibilidad. En ese momento, el turismo suele ser visto como medio para lograr una mayor difusión de los memoriales.

El Santuario de la Memoria La Hoyada en Ayacucho es un buen ejemplo de lo expuesto. Se ubica en lo que fue el cementerio clandestino del aledaño Cuartel BIM 51, conocido como Los cabitos, principal centro de detenciones arbitrarias, desapariciones y ejecuciones extrajudiciales de Perú entre 1983 y 1985. Al dejar de utilizarlo, los militaron borraron cualquier huella incriminatoria. Con el fin del llamado Conflicto Armado Interno (1980-2000) la Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecido del Perú, ANFASEP, comenzó una larga lucha política y judicial para lograr juzgar los crímenes cometidos y la exhumación de las víctimas. Paralelamente, significaron el lugar con una cruz de hormigón y una lápida artesanal en recuerdo de los desaparecidos. En 2003 el gobierno reconoció los hechos, y en 2007 autorizó la búsqueda y exhumación de las víctimas. Las excavaciones realizadas entre 2008 y 2011 permitieron «identificar fosas individuales y colectivas que contenían restos de más de 109 personas» y se encontraron diversos «elementos que habrían servido para el almacenamiento, transporte y alimentación de combustible para incinerar a los detenidos»25.

Visitar el Santuario unos años más tarde fue una experiencia impactante por la extrañeza que producía observar un paisaje definido por las decenas de agujeros regulares de las excavaciones, mientras escuchábamos conmovidos el relato de un guía torturado en Los cabitos. En este memorial, como otros equiparables, aunque el relato de la víctima, la señalética y el cercano museo estaban ahí para explicar lo ocurrido a personas ajenas al lugar, no se habían realizado actuaciones destinadas a hacer más atractivo el lugar para conseguir más visitantes. La memoria se basaba en recuerdos vivos y no en signos espaciales. Recuerdo permanente en quienes conocían lo sucedido, pero ajeno al turista extranjero. Para revertir esta situación y lograr una presencia visible y reconocible en el espacio urbano, la ANFASE y la administración local consiguieron la autorización estatal para construir un Santuario de la Memoria. Apoyada por diversas entidades26, ANFASE optó por construir un parque-memorial que «dignificara» el lugar, encargando a una comisión técnica conjunta el desarrollo del proyecto. A la fecha, noviembre de 2021, no sé sabe cuándo comenzarán las obras27, pero sí se conoce cómo será el proyecto. Desarrollado por dos prestigiosos estudios de arquitectura peruanos, Awaq y Shicras, la propuesta da cuenta de qué puede suceder con la memoria y su materialización cuando entran en juego los mecanismos de atracción turística.

El proyecto -según descripción de los arquitectos- basa su diseño en la intensa memoria del lugar y el valioso legado prehispánico del Perú: la arquitectura de Pumacocha, su entender de la piedra y el manejo del agua; el arte de los tejidos Wari, para repensar tejidos de encuentro socio-espaciales; y el paisaje de las Líneas de Nazca, que permite apreciar una arquitectura hecha para el cielo, para algo que va más allá del hombre28.

El resultado es visualmente seductor. Rompiendo los muros de las excavaciones forenses, se proponen diversos recorridos por entre las tumbas basados en patrones geométricos de los tejidos prehispánicos. En los intersticios se ubicarán rincones chill out destinados al descanso y la meditación. Todo muy poético y trascendente, pero esconde una transformación radical del significado del sitio para hacerlo más atractivo a los visitantes, mediante el uso sin mediaciones de imaginarios y estrategias de diseño del turismo global. [Figura. 1 y 2 ]

Fuente: «Santuario de la Memoria de la Hoyada en Perú: un espacio para la sanación y la reconciliación», Plataforma de Arquitectura, https://tinyurl.com/y6b4695w.

Figura 1 y 2.  Estado del Santuario de La Hoyada tras las excavaciones de exhumación (2008-2011) y Panorámica de la propuesta desde el mirador del centro de interpretación. 

Dado que el proyecto no se ha construido, no es posible conocer su impacto social y urbano; sin embargo, es posible inferir lo que podría haber sucedido de una intervención equiparable en Santiago de Chile: la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi. Memorial situado en el lugar donde existía una antigua casona que a finales de 1973 fue confiscada por la Dirección de Inteligencia Nacional, DINA, la temida policía política de la dictadura militar, convirtiéndola en el Cuartel Terranova, principal centro secreto de secuestro, tortura y exterminio de la capital. La actividad represiva cesó hacia 1978. El sitio fue paulatinamente desmantelado y en 1987 vendido para construir un conjunto habitacional; sin embargo, vecinos de la zona alertaron de la situación y formaron la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Peñalolén y La Reina para intentar detener el «borramiento» definitivo de Villa Grimaldi. En 1994 la Asamblea consiguió la expropiación del lugar, optando por «construir un parque que sirviera como lugar de recuerdo, reflexión y promoción de los Derechos Humanos, destacando la vida y la paz en lo que había sido un lugar de muerte y sufrimiento»29.

Aunque su puesta en valor no tenía como objetivo declarado el turismo, las sucesivas intervenciones realizadas en el lugar han terminado convirtiendo el memorial en un punto de atracción con un poder de convocatoria que va más allá de la marca histórica del lugar. Aquí se desarrolla hoy una amplia agenda de actividades en favor de una cultura de paz, que incluye desde actos conmemorativos y visitas guiadas a asambleas políticas y talleres de huertos urbanos. Con este cambio el lugar ha ganado en visibilidad convocando visitantes de toda la ciudad y a bastantes turistas. En contrapartida, el memorial ha perdido ese componente de desamparo, de lugar olvidado y traumatizado, del que emanaba una fuerte empatía emocional, como probablemente ocurrirá en el Santuario de la Memoria La Hoyada si llega a construirse el proyecto aprobado.

Memoriales sobre prexistencias

Otra extendida manera de poner en valor los lugares de la memoria es convertir los edificios donde se cometieron los delitos en museos o centros de interpretación. En muchos sentidos es la manera «natural» de recordar el pasado, al permitir «situarse» en el lugar de la víctima al recordar su sufrimiento. El impacto del turismo en los proyectos de adecuación de los edificios depende de las características espaciales de los lugares, de lo que se quiere contar y de cómo se quiere o puede hacerse. Las opciones son amplias. Cuando hay recursos, se suele contratar la redacción de un proyecto coherente de intervención y exposición. En otros casos, especialmente en los memoriales impulsados por asociaciones civiles con pocos recursos, las formas de exposición surgen de las opciones que se van presentando.

Tal es el caso del pequeño Museo de la Revolución Salvadoreña en Perquín, fundado y gestionado por antiguos miembros del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional unos meses después del fin de la guerra civil contra la dictadura militar (1979-1992). Se ubica en una antigua base militar al noreste del país, consistente en un conjunto de viviendas rurales similares a la de la zona. La colección, orientada a mostrar cómo era y se vivía ahí durante la guerra civil, está formada por el mobiliario y armamento existente al firmar la paz, más donaciones puntuales de fotografías, documentos y objetos. Los guías son excombatientes que dedican el tiempo que haga falta a explicar lo vivido. Las referencias al trasfondo político del conflicto son circunstanciales. Se busca el testimonio directo: «En este lugar se torturaba», nos repetía el guía. El lazo emocional es fuerte y directo. El mensaje llega sin intermediaciones ni distracciones.

Desde su inauguración, según nos contó Salvador Romero, Prof. de la Universidad Gerardo Barrio que nos acompañó en la visita, la llegada de turistas nacionales y extranjeros ha ido generando pequeños cambios destinados a hacer más didáctica y atractiva la visita. Lo más visible es la recreación de un campamento de campaña que no existía en el edificio original, incluyendo una «cocina vietnamita», un puesto de comunicación, un zulo y un puente colgante, entre otros elementos [Figura. 3]. Paralelamente se han comenzado a fabricar suvenires artesanales [Figura. 4] y los guías han ido configurando un discurso que enfatiza en los aspectos que más impactan en los turistas. El objetivo se logra: «It is a point of historical reference for the new generations. If they know the story, and reflect on it, they will not allow it to happen again»30.

Foto: R. Goycoolea, 2010.

Figura 3 Puente colgante construido como ejemplo atracción turística. Museo de la Revolución Salvadoreña. 

Foto: R. Goycoolea, 2010.

Figura 4 Suvenires artesanales fabricados exprofeso para los turistas. Museo de la Revolución Salvadoreña. 

El proceso de turistización del memorial salvadoreño responde a una lógica que habitualmente se desarrolla cuando el turismo comienza a ser una fuente de ingresos regulares. A veces la influencia del turismo puede derivar en situaciones difíciles de clasificar, como es el caso del Museo Cárcel 21 de León de Nicaragua.

Finalizada la larga lucha del Frente Sandinista de Liberación Nacional contra la dinastía de los Somoza (19341979), esta cárcel construida en 1921 y utilizada como centro de tortura durante la dictadura, se abrió al público tal como se encontraba. Sólo una puerta, ahora abierta, advertía a los ciudadanos que el lugar se había convertido en memorial. Con el tiempo, las visitas disminuyeron al no tener actividades asociadas. El lugar entró así en un proceso de abandono, por más que su significado simbólico siguiese intacto. Intentando revertir la falta de público, con el comienzo del milenio la Alcaldía de León decidió dar mayor visibilidad al memorial trasladando ahí la colección de representaciones de las leyendas y el folclore leonés de Da Carmen Toruño de García, ubicada hasta entonces en un espacio pequeño y de difícil acceso.

El resultado de esta operación es una inquietante lección sobre las inesperadas consecuencias que puede tener la turistización de un memorial para la comprensión del lugar y su historia. De partida, la impresión que se tiene al visitar la antigua cárcel es desconcertante, pues se exhiben coloridas artesanías alusivas a leyendas fantásticas en celdas y cuartos de tortura en cuyas paredes se conservan dibujos, nombres y proclamas de los prisioneros [Fig. 5]. Lo mismo ocurre en el patio carcelario, convertido hoy en un florido jardín con grandes representaciones naif de las leyendas locales en los muros perimetrales de la cárcel [Fig. 6]. A escala urbana, para facilitar la recepción de los turistas, se construyó un vestíbulo y tienda frente al muro de entrada a la cárcel. Lo que ahora se percibe es una fachada de «estilo colonial», otro «falso histórico», que dulcifica la alta pared desnuda del memorial.

El asunto de la denominación del lugar da origen a otra situación sorprendente. Dado que la colección trasladada tenía entidad jurídica propia, la antigua cárcel tiene hoy dos nombres oficiales distintos -Museo Cárcel de la 21 y Museo de Leyendas y Tradiciones- y la propia municipalidad los trata como entidades separadas en la promoción turística de la ciudad. Lucha simbólica entre el turismo y la memoria colectiva que se ve claramente reflejada en los comentarios del sitio en las redes sociales. Quienes van a visitar las artesanías destacan su colorido y sentido identitario -«Es un encuentro cultural con las tradiciones y leyendas de nuestros países que se asemejan y permiten hacer un viaje en el tiempo lo recomiendo», constata un visitante en una red social31-; pero quienes van a visitar el memorial destacan su historia y los horrores cometidos: «La Cárcel 21, hoy, es un museo sobre lo que fue desde su fundación [...] hoy es un museo sobre su propia historia, que es la historia reciente de Nicaragua», afirma otro visitante32.

Fuente: R. Goycoolea, 2005.

Figura 5 Dibujos explicativos de los métodos de tortura en el soportal del Museo Cárcel de la 121. 

Fuente: R. Goycoolea, 2005.

Figura 6 Murales alusivos a narraciones folclóricas en el Museo de Leyendas y Tradiciones. 

Contra-significaciones turísticas

Con todas las críticas que puedan hacerse a resignificaciones de lugares de la memoria, cabe entenderlos como un paso positivo en la consecución de sociedades y ciudades más justas. Existen casos, sin embargo, en que el turismo se utiliza en el sentido totalmente contrario; es decir, para borrar las huellas de lo que ahí ocurrió. El turismo se utiliza aquí como una suerte de contrarrevolución simbólica, donde la memoria de un lugar tiende a desaparecer al ser imposible reconocerla tras las nuevas funciones e imágenes asignadas.

Ejemplo paradigmático de este proceso es Colina dignidad en Chile. Fundada en la precordillera de Ñuble por nazis huidos de Alemania tras el fin de la II Guerra Mundial se convirtió en un próspero asentamiento agrícola, pero también en un enclave que comparte dos memorias espeluznantes: haber sido sede de una secta acusada y juzgada por adoctrinamiento, abusos sexuales y privación de libertad; así como un centro de reclusión y tortura bajo la dictadura de Pinochet. Ambos asuntos lo convierten en uno de los sitios más significativos de la traumática memoria reciente del país33. Pese a estos antecedentes, en 2010 la colonia se convirtió en un bucólico complejo turístico con el inocente nombre de Hotel Villa Baviera. Salvo que se conozca e importe la historia, no existe en el lugar ninguna referencia a cuanto ahí ocurrió: «ahí se vivieron momentos dolorosos», informa el hotel sin explicarlos34. Es más, el tratamiento del lugar y las actividades ofrecidas llevan a entenderlo (quizás inevitablemente) como otro paisaje más, ajeno a los horrores allí vividos.

En la transformación de la Colonia dignidad en destino turístico, subyace un hecho bastante común a los cambios de uso de los paisajes de la memoria: la voluntad de alguien por silenciarlos. El mecanismo es sencillo. Consiste en impedir que el turista conozca o reconozca la historia del lugar. La memoria, como se apuntó, no aflora natural y espontáneamente de los lugares o edificios que la atesoran, siendo necesaria explicarla para advertirla. Aparte del silencio guardado por el propio hotel en su comercialización, resulta inquietante (o sintomático) que el propio Gobierno de Chile contribuyera a su reconversión turística, a través de un crédito preferente de la Corporación de Fomento del país, CORFO, otorgado en 2011 durante el primer mandato presidencial de Sebastián Piñera, al frente de una agrupación de partidos de derecha. No hay pistas que indiquen que tras este crédito hubiese la intención política de silenciar las atrocidades de la dictadura o sí, simplemente, los funcionarios encargados de otorgar las ayudas no repararon o no dieron importancia a lo que la construcción del hotel suponía. Si nos atenemos a un comentario reciente de una usuaria en redes sociales, el mecanismo funciona: «Es un mágico lindo lugar que, a pesar de su historia llena de abusos y tristezas, hay que visitar. Aprender a conocer y llevar muchas energías positivas para blanquear tanto dolor. Bello»35.

Memoriales ex novo

La construcción de memoriales ex novo es la tipología donde con mayor claridad se refleja la deriva turística en las formas de entender, configurar y gestionar los lugares de la memoria y en su impacto sobre las ciudades que los acogen. Se caracterizan por ser la materialización de una memoria institucional orientada a transmitir una visión particular de la historia, con el fin de que hechos como los rememorados no vuelvan a producirse. En efecto, una vez que el estado asume la tarea, debe respaldarla con una ley u otro instrumento normativo que defina la memoria, que se quiere reivindicar y oriente su tratamiento. Inevitablemente se genera una memoria confinada que se suele difundir y promover a través de cuatro grandes áreas de actuación: a) fomentar el conocimiento de los hechos acaecidos y su visibilidad, b) resarcir a las víctimas y, cuando es posible, juzgar a sus autores, c) puesta en valor de los lugares de la memoria y d) construir equipamientos destinados a la presentación y simbolización de los hechos acaecidos. De estas actuaciones, las dos últimas tienen una manifestación física y son las que se están siendo entendidas, concebidas y gestionados a partir de prácticas habituales de la promoción turística.

Arquitectónicamente, estas iniciativas suelen concretarse en edificios de formas rutilantes y rabiosa contemporaneidad conjugando, de manera declarada o subyacente, la salvaguarda de memorias traumáticas con la promoción turística; su impacto para la ciudad o las zonas urbanas donde se ubican se corresponde con la escala de intervención, participando como elementos clave dentro de proyectos más amplios de marca para la ciudad y/o la transformación urbana. Paradigmas de esta situación son los dos memoriales nacionales construidos este milenio en Chile y Perú.

El Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Santiago de Chile es un memorial inaugurado el 11 de enero de 2010, durante el primer Gobierno de Michelle Bachelet (20062010), para dar a conocer las violaciones de los Derechos Humanos perpetradas por agentes de la dictadura de Pinochet, durante los 17 años del régimen cívico-militar. Los arquitectos ganadores del concurso internacional, Figueroa, Fehr y Días, definieron así su propuesta:

[...] un espacio que cobije y transmita conocimiento de manera universal e imparcial; un paralelepípedo esbeltamente rectangular que se posa, de manera apaisada y apoyándose de su sección más delgada, delicadamente en sentido Oriente-Poniente sobre una base que lo sustenta con un bello sentido semántico: dejar fluir la vida desde la Cordillera al Mar de nuestro flaco país, teniendo siempre presente el recorrido de nuestro propio soleamiento. Un espacio que además de entregar la posibilidad de crear distintas atmósferas y marcos físicos o mentales, invite a evocar y reflexionar36.

Esta poética descripción del memorial se concreta en la construcción espectacular bloque de cristal verde, suspendido sobre una gran explanada de mármol [Figura. 7]. En su interior, presentada con una estrategia museística que busca con cuidada puesta en escena el impacto emocional, se presentan los crímenes perpetrados por la dictadura.

Fuente: R. Goycoolea, 2013.

Figura 7 Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Santiago de Chile 

El Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social, LUM, se inauguró en Lima un lustro más tarde, 2015, con una concepción similar a la del museo chileno. En palabra de los arquitectos, Barclay & Crousse Architecture:

El proyecto tiene como principal cometido el de dignificar al hombre e insertarse armoniosamente en su contexto geográfico y urbano. Se integra al paisaje recuperando la memoria de la Costa Verde, con su conformación de farallones y quebradas [...]. El LUM ofrecerá un vasto balcón sobre el mar, una plaza pública abierta a la ciudadanía y de libre acceso. El proyecto se articula mediante un recorrido significante [...] en una sucesión de espacios abiertos y techados que predisponen al visitante a interactuar activamente con el contenido museográfico37.

El resultado es otro espectacular edificio de exquisita factura. Recorrer las sucesivas plataformas generadas por sus cubiertas y accesos, es una experiencia donde se conjugan elegantemente la contemplación del paisaje y los sobrios volúmenes arquitectónicos [Figura. 8]. En el interior el placer perceptivo continúa. Un delicado manejo de la iluminación y las vistas invitan a la contemplación sosegada -siempre y cuando se tenga la suerte de visitarlo sin las usuales aglomeraciones de visitantes.

Fuente: «Lugar de la Memoria, Lima», Plataforma de Arquitectura, acceso 29 de septiembre de 2021, https://tinyurl.com/d2bxr8en.

Figura 8 Plataforma de acceso al Lugar de la Memoria con el océano Pacífico como fondo. 

Ambos memoriales se han convertido en museos muy visitados por nacionales y extranjeros, cuya visita recomiendan los portales de promoción turística. Igualmente, han desarrollado itinerarios adecuados a distintos tipos de visitantes, destacando las actividades pedagógicas. Por último, en los dos, la colección permanente se complementa con exposiciones temporales, conciertos y eventos académicos que contribuyen a mantener la atención y el flujo de público. Los datos confirman el interés que suscitan estos museos. LUM en el primer semestre de 2018 registró a 30.000 visitas y cuenta con cerca 147 mil seguidores en Facebook. Por su parte, el museo de Santiago tuvo más de 150.000 visitas en 2019 y cuenta con casi 250 mil seguidores en la misma red social.

Es muy probable que la ubicación y espectacularidad de los edificios de ambos memoriales haya contribuido a aumentar la atención sobre las respectivas memorias, pero no conocemos estudios que lo hayan contrastado. Lo que sí cabe constatar, por la alta puntuación y comentarios que ambas instituciones reciben, es que son obras que no dejan a nadie indiferente, cumpliendo -al menos en lo que ha visibilidad se refiere- con los objetivos memorísticos y didácticos de sus promotores.

Contrapartida más discutible del éxito turístico es constatar que las prácticas turísticas están conduciendo a tres fenómenos de distinta naturaleza, si bien comparten una raíz común: la abstracción espacial, la escenificación y el impacto en la percepción y uso de la ciudad. Aspectos que pasamos a desarrollar en los próximos apartados.

Abstracción espacial

Al contrario de lo que ocurre con los memoriales construidos sobre los lugares donde ocurrieron los hechos, la espectacularidad de estos nuevos memoriales pude llegar a desviar la atención del contenido al continente. La potencia formal del edificio centra la atención en la experiencia espacial. Lo expuesto, la memoria, queda en segundo plano, al punto de que cuesta saber qué es lo realmente importante de la visita38. Se produce así una distinción clara entre lo que sería el lugar de la memoria, en cuanto espacio donde son visibles las huellas de los traumas ahí acaecidos, siguiendo a Pierre Nora, y la construcción social que se hace de dicho lugar y de dicha memoria, según la entiende Maurice Halbwachs39. Cuando este proceso ocurre, el espacio deja de ser un lugar de memoria para convertirse en mera atracción. La potencia de la arquitectura libera a quien la recorre del respeto que todo lugar de la memoria genera o debería generar. Y, liberado de la carga simbólica, el edificio se convierte en objeto consumible, cuya mayor manifestación es ser «instagrameable», neologismo con el que se describe la acción de subir fotografías, de cuanto se ve o hace, en tiempo real a Instagram u otra red social. El fenómeno es significativo considerando que la memoria gravita en sus representaciones, en la forma en que se divulga y, especialmente, en la forma en la que las imágenes compartidas lo significan. Hasta fines del siglo pasado la difusión pública de imágenes estaba siempre, de algún modo, filtrada por quienes las publicaban. Salvo excepciones, estas representaciones intentaban significar, en toda su crudeza, cuanto de execrable tenía la memoria de un lugar. La posibilidad actual de autopublicar imágenes en tiempo real a nivel planetario está llevando a una comprensión superficial y autorreferencial de los fenómenos, por traumáticos que sean:

[Social media] nurtures short attention spans, the craving for instant gratification and impersonal barbaric behavior. No time for serious thinking or boning up on substance. A quick stimulating hit of social recognition will suffice. And no need for civility when you're not looking someone in the eye40.

Con independencia de la valoración de este fenómeno, lo cierto es que las redes sociales permiten conocer, y por lo tanto, valorar imágenes que antes permanecían al ámbito privado. Así, han comenzado a hacerse públicas fotos que fijan los comportamientos de los turistas en los memoriales visitados. La mayoría de las fotografías ahondan en la memoria del lugar, pero bastantes congelan comportamientos «inadecuados» considerando el lugar donde se tomaron. Para llamar la atención sobre estos comportamientos incompatibles con los dramas ahí vividos, el artista israelí Shahak Shapira ideó una serie de fotomontajes combinando fotos disponibles en las redes sociales de turistas posando en las más variopintas en actitudes en el Monumento Nacional a las Víctimas del Holocausto de Berlín con crudas imágenes de los campos de exterminio nazis. Agrupó las imágenes en pares de fotografías bajo el acrónimo Yolocaust: You Only Live Once + Holo-caust. Como el autor puntualiza, su obra no tenía como finalidad decir cómo ha de visitarse el monumento sino invitar a la reflexión:

No voy a decir lo que puede o no hacer a la gente. Todo el mundo tiene que decidir por sí mismo, pero voy a hacerles pensar. Las imágenes muestran cómo pueden olvidarse la memoria. Muchos ven el memorial nada más como un conjunto de objetos y fotos y menos como un lugar para el ejercicio de la memoria cultural 41.

Escenificación de la memoria

La significación de la memoria -de cualquier memoria- no depende de la cosa en sí, sino de cómo se percibe e interpreta. Lo fundamental no es (exagerando) qué ocurrió realmente sino cómo lo entienden y significan los distintos individuos y la colectividad que lo acoge42. De ahí que en los lugares de la memoria sea tan importante definir cómo se presentan y explican los hechos ocurridos. No es una tarea fácil y menos cuando se espera mantener la atención de quienes no han vivido o conocen superficialmente los hechos expuestos. De ahí que resulta comprensible que los encargados de montar las exposiciones en los memoriales establezcan estrategias de difusión innovadoras y llenas de emotividad. En este proceso documentos y objetos asociados a la memoria del lugar pueden terminar tratándose cual obras de artes; instalaciones donde pesa más la exhibición que lo exhibido. Cuando esto ocurre, por loable que sea la iniciativa, la puesta en escena deja de ser pedagógica para transformarse en otro factor de banalización de la memoria que se quiere perpetuar43, haciendo inviable cualquier tipo de reparación.

La asunción de la memoria de un lugar, sobre todo si se refiere a crímenes de lesa humanidad, requiere necesariamente de un proceso de introspección. Sin una mirada interior reflexiva, la visita a un memorial podrá ser más o menos atractiva, pero difícilmente cumplirá con la voluntad formativa/crítica que se espera. Nada de lo que ahí se rememora servirá, entonces, para configurar o cuestionar las identidades individuales o colectivas. Si la forma de presentar la memoria no genera un diálogo reflexivo con quien la percibe, deja de tener sentido.

El lugar nos da identidad por el significado que posee, por la vida social que se ha producido en él a lo largo del tiempo. La estructura del lugar, sus iconos más importantes, aseguran que persista la identidad en el tiempo. El permanente 'espejeo' entre los grupos y los espacios no es un proceso estático, sino dinámico, pues la vida de los lugares va cambiando conforme avanza la vida de los individuos y grupos que los habitan44.

[In]justicia espacial

Por su escala, significación y número de visitantes, los memoriales ex novo suelen tener una repercusión urbana, equivalente a la que tiene la construcción de los grandes equipamientos culturales orientados al turismo. De ahí que su ubicación sea un asunto que responda más a estrategias de ciudad que a la propia memoria. Al contrario de lo que hizo el gobierno argentino al optar por situar su museo en la memoria en el lugar donde se cometieron los crímenes recordados45, los memoriales chileno y peruano se situaron en solares sin memoria. Fue una decisión política consciente. Ambos gobiernos podrían haber situado sus museos en edificios donde se habían cometido u ordenado los crímenes contrastados -opciones había. Al ubicarlos en un lugar neutro y con una arquitectura sin referencias históricas reconocibles, se intentaba recalcar la idea de que se trata de un lugar, donde reflexionar serenamente sobre lo ocurrido sin el peso inevitable de los lugares marcados. Hasta aquí el caso chileno y el peruano concuerdan, como también lo hacen en su configuración, pero no lo hacen al momento de localizarlos:

El museo chileno se lo ubica dónde está para reforzar uno de los puntos de mayor atracción cultural de la ciudad. En su entorno se encuentra la Biblioteca de Santiago, varios museos, instituciones de educación y centros culturales. Es más, en el solar contiguo al museo el proyecto original incluía un gran centro cultural, formando un continuo espacial con una imponente presencia urbana. Por su parte, el museo peruano se ubica en un paraje privilegiado de una de las zonas más turísticas y rica de la capital, potenciando el valor simbólico de la zona, y como tal se promueve. Así, en ambos casos se activan unas lógicas de turistificación donde la arquitectura juega un papel activo en la corrosión de las identidades locales, en favor de las imágenes propias de las industrias culturales globales. Es el edificio del museo y su entorno, no la memoria que alberga, la que ocupa las portadas de las revistas de arquitectura y de las promociones turísticas.

4. Conclusiones

El estudio realizado sobre la turistización de la memoria en las distintas modalidades de materializarla no permite una valoración clara por las dicotomías que presenta. Por un lado, los casos analizados muestran que el turismo es un factor clave para aumentar el número de visitantes de lugares de memoria y, con ello, es un elemento que puede contribuir positivamente a lograr una relación más positiva entre memoria, trauma y lugar; sin descontar los recursos que el turismo puede aportar al sostenimiento de los memoriales; algo muy importante para la supervivencia de lugares y memorias históricas de carácter más local. Por otro, como contrapartida a estos indudables beneficios, el turismo puede derivar en procesos de turistificación de distinta naturaleza e impacto: desde la banalización al ocultamiento de la memoria que se quiere preservar, a la utilización de los memoriales como un instrumento más de las lógicas económicas del manejo de la ciudad, tanto en términos espaciales como de significados. Si bien -y hay que recalcarlo-la escala de las iniciativas, así como los objetivos de quienes promueven los memoriales, determina en gran medida los efectos que la turistización pueda tener para la percepción del trauma territorial, como para la configuración de la memoria histórica.

En los memoriales o centros de interpretación situados en el propio lugar en que ocurrieron hechos de lesa humanidad, sobre todo en los promovidos por asociaciones de víctimas, la memoria está acotada a los acontecimientos acaecidos y la puesta en valor de estos sitios a través de un turismo local, supone una suerte de justicia espacial. Por el contrario, en los grandes memoriales promovidos por el estado, los dilemas que presentan las estrategias destinadas a aumentar el número de visitante puede llegar a generar impactos profundos en la comprensión de la memoria histórica porque, por su propia naturaleza, el estado se ve obligado a tomar una postura institucional sobre la memoria y los valores que se quieren transmitir y, por otro, sobre la forma de presentarlos, que, por lo general, sirven también como hito urbano y marca lugar. En este punto, los mecanismos propios del turismo vuelven a cobrar fuerza y probablemente sean inevitables, si lo que se busca es aumentar el número de visitantes. Miguel Caballero recuerda que estos impactos no se ciñen sólo al ámbito de la comprensión de los lugares traumatizados y la configuración de las memorias colectivas. Convertido en recurso turístico, el memorial cabe inscribirlo «dentro de las lógicas del mercado urbanístico, la gentrificación y la espectacularización de la arquitectura, a partir de las políticas oficiales de reconstrucción nacional, marca-ciudad y terciarización económica de la modernidad neoliberal»46. En efecto, al igual que sucede con la gestión del patrimonio y de los centros históricos, la relación del turismo con los lugares de la memoria es ambivalente. Por un lado, se ve en el turismo la oportunidad para lograr una mayor difusión del bien a salvaguardar y una forma de conseguir su sostenibilidad económica. Por otro lado, se percibe en la adecuación turísticas de los lugares de la memoria el germen de los conocidos conflictos socioespaciales reflejados en neologismos tales como turismofobia, antiturismo o turismo-borroka, propuestos para definir el hartazgo del vecindario ante el turismo invasivo y las políticas que los sustentan.

La paradoja de los destinos se plantea ante la bienvenida al crecimiento en el número de llegadas de turistas por los ingresos que generan y la necesidad de aplicar medidas restrictivas para poner freno a esos arribos, intentando que la variable de ajuste del sistema no sea el residente y la calidad en su estilo de vida47.

El problema es realmente complejo, al igual que las posibles soluciones. Como han puesto de manifiesto las restricciones a la movilidad para controlar la pandemia de la enfermedad del covid-19 la relación turismo-patrimonio/ memoria-sociedad parece irresoluble. La ausencia de turistas permitió a los vecinos volver a disfrutar de sus ciudades sin aglomeraciones, prisas ni ruidos, todos a la correspondiente distancia de seguridad. Es más, ante la falta de turistas varios hoteles y uno de cada 6 pisos turísticos se destinó a alquiler residencia, revertiendo una tendencia a la gentrificación turística que parecía imparable50. La cara b ha sido advertir con toda su crudeza la enorme dependencia económica que muchas ciudades, incluso países, tienen de los ingresos turísticos. No en vano los enclaves más afectos por la pandemia han sido los que llevan década, desviviéndose para aumentar el flujo turístico mediante la explotación, a veces hasta el agotamiento, de los recursos y el patrimonio existentes48.

Para terminar, nos parece oportuno comentar que durante la realización del estudio aquí presentado, surgieron dos interrogantes que no aparecían en su inicio y sobre las que pretendemos seguir investigando. La primera, de carácter disciplinar, es estudiar por qué entrañan los argumentos poéticos y desligado de las memorias rememoradas que los arquitectos, en consonancia con los políticos que los promueven, utilizan para justificar sus proyectos de memoriales, como los aquí recogidos. La segunda, más trasversal, nos plantea la necesidad de profundizar en los aspectos urbano-económicos de la turistización de los espacios de la memoria, en línea con lo comentado en los párrafos anteriores, en cuanto puede ayudar a tener una visión más amplia de las contribuciones que a la reparación del espacio y las victimas -y, con ello, a la justicia o la injusticia espacial- tiene el fenómeno estudiado

Referencias

Fuentes primarias

Dear, Paula. «A glimpse of El Salvador's guerrilla past». BBC Travel, Londres., 11 de junio de 2012 Acceso el 14 de julio de 2021. https://tinyurl.com/sv3dnuw5 . [ Links ]

González, Tatiana. «Los dueños de pisos turísticos pasan al alquiler residencial por la COVID». Hosteltur, Madrid, 22 de octubre de 2020. Acceso el 22 de julio 2021. https://tinyurl.com/2x4xw5xn . [ Links ]

Hepatha, «Le tourisme de mémoire en France». Acceso el 15 de junio de 2021. https://tinyurl.com/y5vd4b8a . [ Links ]

IDEHPUCP, Instituto de Democracia y Derrechos Humanos de Perú. «El Gobierno Regional de Ayacucho tampoco lo sabe, pero ha reiterado recientemente su compromiso con el memorial». Acceso el 20 de julio de 2021. https://tinyurl.com/yev7h6m4 . [ Links ]

Ley 29/2011, del 22 de septiembre, España, de Reconocimiento y Protección Integral a las Víctimas del Terrorismo. [ Links ]

Ley 52/2007, del 26 de diciembre, España, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura. [ Links ]

Murray, Ma Cristina. «La rebelión de los anfitriones». La Capital, Mar del Plata. 15 de abril de 2018. Acceso el 25 de julio de 2021. https://tinyurl.com/5485ahpf . [ Links ]

ONU News. «El impacto del COVID-19 en el turismo y la economía mundial» . Acceso 20 de septiembre de 2021 Acceso 20 de septiembre de 2021 https://news.un.org/es/story/2021/06/1493872 . [ Links ]

Proyecto de Ley 121/000064, de 30 de agosto de 2021, España, de Memoria democrática. [ Links ]

Seitz, Max. «Los macabros detalles de Colonia Dignidad que escondían los archivos desclasificados por Alemania». BBC MundoLondres, 22 de julio de 2016. Acceso el 9 de julio de 2021. https://tinyurl.com/433j3pbc . [ Links ]

Shapira, Shahak. «Yolocaust». Libertad digital, Madrid, 19 de enero de 2017. Acceso el 5 de junio de 2021. https://tinyurl.com/y3yypttk . [ Links ]

Villa Baviera, «Quienes somos. Historia». Acceso el 18 de septiembre de 2021. https://tinyurl.com/2yb34prj . [ Links ]

Villa Grimaldi. Corporación Parque por la Paz. «Recuperación Villa Grimaldi». Acceso 29 de septiembre de 2021. https://tinyurl.com/29ymbfz3 . [ Links ]

Fuentes secundarias

Ballester, Mateo. «Vox y el uso de la historia: el relato del pasado remoto de España como instrumento político». Política y Sociedad vol. 58 n 2 (2021): e69692. Doi: https://doi.org/10.5209/poso.69692.Links ]

Bret Bernard, Philippe Gervais-Lambony, Claire Hancock, y Frédéric Landy, comps. Justicia e injusticias espaciales. Rosario: Editorial de la Universidad Nacional de Rosario, 2016. https://tinyurl.com/kkx9383d. [ Links ]

Caballero, Miguel. «Museo de La Memoria y Los Derechos Humanos de Santiago de Chile: Crisis de Memoriales y Lógicas Urbanísticas de Mercado». Revista Canadiense de Estudios Hispánicos vol. 40, n° 3 (2016): 509-33. https://tinyurl.com/2p9az5ps. [ Links ]

Cabezas, Juana. «Santuarios de la memoria: relatos materiales de las víctimas del conflicto armado». Tesis de Grado, Universidad Santo Tomás de Colombia, 2018. https://tinyurl.com/yv9p2df3. [ Links ]

Clark Laurie, y Leigh Payne, «Trauma Tourism in Latin America». En Accounting for Violence. Marketing Memory in Latin America, editado por B. Ksenija y L. Payne, 99-126. Durham and London: Duke University Press, 2011. [ Links ]

De-Alba, Martha. «Sentido del lugar y memoria urbana». Alteridades vol. 20, n° 39 (2010): 41-55. [ Links ]

Desvallées André, y François Mairesse. Conceptos claves de museología. Bruselas: ICOM, Comité Internacional para la Museología, 2010. [ Links ]

Fainstein, Susan. The Just City. Ithaca-London: Cornell University Press, 2010. [ Links ]

González David, y Lluis Mundet. «Lugares de memoria traumática y turismo: paradigmas analíticos y problemáticas». Investigaciones Turisticas, no. 16(2018): 108-126. Doi: https://doi.org/10.14198/INTURI2018.16.06. [ Links ]

González Marisa. «¿La memoria en su sitio? El museo de la escuela de mecánica de la armada». Kamchatka, n° 13 (2019): 117162 . Doi: https://doi.org/10.7203/KAM.13.13714. [ Links ]

Goycoolea, Roberto, ed. «Conflictos turísticos: conceptos, casos, tendencias». Monográfico de la revista EdA. Esempi di Architettura vol. 6, n° 2 (2019): sp. [ Links ]

Goycoolea, Roberto. «Paisajes insustanciales. La banalización turística de los paisajes de la memoria y sus representaciones sociales». En Aproximaciones contemporáneas al paisaje urbano, editado por Ángeles Layuno y Alejandro Acosta, 837847. Alcalá de Henares: Universidad de Alcalá, 2021. [ Links ]

Halbwachs, Maurice. «Memoria colectiva y memoria histórica». REIS. Revista Española de Investigaciones Sociológicas, n° 69 (1995): 209-222. [ Links ]

Harvey, David. Social Justice and the City. Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1973. [ Links ]

Hite, Katherine. Política y arte de la conmemoración. Memoriales en América latina y España. Santiago de Chile: Mandrágora, 2013. [ Links ]

Mora, Yanethe. «Lugares de memoria: entre la tensión, la participación y la reflexión». Panorama vol. 7, n° 13 (2013): 97-109. Doi: https://doi.org/10.15765/pnrm.v7i13.434. [ Links ]

Nora, Pierre. Pierre Nora en Les lieux de mémoire. Montevideo: Trilce, 2008. [ Links ]

Puente, Antonio. «Turismo de la memoria». El País, Madrid, 21 de agosto de 2015. Acceso el 20 de julio de 2021. https://tinyurl.com/4nm5jcpf . [ Links ]

Skelton, George. «How Did Trump Become the Presumptive Nominee? Blame Twitter». Los Angeles Times, Los Ángeles, 5 de mayo de 2016. Acceso el 25 de julio de 2021. https://tinyurl.com/mfrymwd . [ Links ]

Soja, Edward. «La ciudad y la justicia espacial». EnJusticia e injusticias espaciales , editado por Bernard Bret y otros, 99106. Rosario: UNR Editora, 2016. [ Links ]

Walzer, Michael. Las esferas de la justicia: una defensa al pluralismo y la igualdad. Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica, 2001. [ Links ]

Sitios web

Minube «Museo Cárcel de la 21». Acceso el 20 de julio de 2021. https://tinyurl.com/2p8weexz . [ Links ]

Plataforma Arquitectura, «Museo de la Memoria y los Derechos Humanos / Mario Figueroa, Lucas Fehr y Carlos Días». Acceso 22 de julio de 2021. https://tinyurl.com/4m9rdctm . [ Links ]

Plataforma de Arquitectura «Santuario de la Memoria de la Hoyada en Perú: un espacio para la sanación y la reconciliación». Acceso el 25 de julio de 2021. https://tinyurl.com/y6b4695w . [ Links ]

Plataforma de Arquitectura, «Lugar de la Memoria, Lima». Acceso 29 de septiembre de 2021. https://tinyurl.com/d2bxr8en . [ Links ]

Plataforma digital única del Estado Peruano. «Socializan expediente para la construcción del Santuario de la Memoria La Hoyada». Acceso el 25 de julio de 2021. https://tinyurl.com/5n8kusn5 . [ Links ]

Resumen de reseñas de Google. «Villa Baviera, Hotel Baviera Chile». Acceso el 18 de septiembre de 2021. https://tinyurl.com/3a3a9mf3 . [ Links ]

TripAdvisor. «Museum of Legendes and Traditiosn». Acceso el 20 de julio de 2021. https://tinyurl.com/2p8vepdfLinks ]

1 David González y Lluís Mundet, «Lugares de memoria traumática y turismo: paradigmas analíticos y problemáticas», Investigaciones Turísticas, n° 16 (2018): 111, doi: https://doi.org/10.14198/INTURI2018.16.06

2Laurie Clark y Leigh Payne, «Trauma Tourism in Latin America», en Accounting for Violence. Marketing Memory in Latin America, ed. B. Ksenija y L. Payne (Durham and London: Duke University Press, 2011), 100.

3Antonio Puente, «Turismo de la memoria», El País, Madrid, 21 de agosto de 2015, acceso el 20 de julio de 2021, https://tinyurl.com/4nm5jcpf.

4Yanethe Mora, «Lugares de memoria: entre la tensión, la participación y la reflexión», Panorama vol. 7, n° 13 (2013): 99, doi: https://doi.org/10.15765/pnrm.v7i13.434.

5Postura sostenida y desarrollada por el gobierno francés: «Le tourisme de mémoire en France», Hepatha, acceso el 15 de junio de 2021, https://tinyurl.com/y5vd4b8a.

6Katherine Hite, Política y arte de la conmemoración. Memoriales en América latina y España (Santiago de Chile: Mandrágora, 2013), 69.

7Siguiendo a la RAE, el neologismo turistificar se utilizará para expresar los conflictos que genera para los residentes de un lugar el hecho de que los servicios, instalaciones y comercios pasen a orientarse y concebirse pensando más en el turista, que en quien vive en ellos permanentemente y turistizar para indicar, de manera más neutra, que algo se hace más turístico. En este sentido, dependiendo como se configuren, los procesos de turistización no suponen necesariamente procesos de turistificación.

8Sobre estos procesos, véase: Roberto Goycoolea, «Paisajes insustanciales. La banalización turística de los paisajes de la memoria y sus representaciones sociales», en Aproximaciones contemporáneas al paisaje urbano, editado por Ángeles Layuno y Alejandro Acosta (Alcalá de Henares: Universidad de Alcalá, 2021), 846.

9Tema estudiado por los autores en: Roberto Goycoolea, ed., «Conflictos turísticos: conceptos, casos, tendencias», monográfico de la revista EdA. Esempi di Architettura vol. 6, n° 2 (2019): sp.

10RESLAC, constituida en 2005, reúne 44 instituciones de 12 países latinoamericanos, que a su vez hacen parte de la Coalición Internacional de Sitios de Conciencia, fundada en 1999.

11Mateo Ballester, «Vox y el uso de la historia: el relato del pasado remoto de España como instrumento político», Política y Sociedad vol. 58, n° 2 (2021): e69692, doi: https://doi.org/10.5209/poso.69692.

12Sobre la diferencia que existe en el modo de tratar los memoriales en el ámbito iberoamericano véase: Hite, Política y arte de la conmemoración..., 19-20.

13Edward Soja, «La ciudad y la justicia espacial», en Justicia e injusticias espaciales, ed. Bernard Bret y otros (Rosario: UNR Editora, 2016), 101.

14Bernard Bret y otros, ed., Justicia e injusticias espaciales (Rosario: UNR Editora, 2016), 15.

15Susan Fainstein, The Just City (Ithaca-London: Cornell University Press, 2010), propone que para estudiar la justicia social se deben contrastar las normas con los hechos; como hace ella al estudiar los grandes Proyectos de Vivienda social de Nueva York, Londres y Ámsterdam.

16David Harvey, Social Justice and the City (Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1973), 53.

17Michael Walzer, Las esferas de la justicia: una defensa al pluralismo y la igualdad (Ciudad de México: FCE, 2001), 327.

18Soja, «La ciudad y la justicia espacial...», 100.

19Pierre Nora, Pierre Nora en Les lieux de mémoire (Montevideo: Trilce, 2008), Indice.

20Por ejemplo, el acuerdo del parlamento español recogido en la Ley 29/2011, de 22 de septiembre, de Reconocimiento y Protección Integral a las Víctimas del Terrorismo.

21Juana Cabezas, «Santuarios de la memoria: relatos materiales de las víctimas del conflicto armado» (Tesis de Grado, Universidad Sto. Tomás, Colombia, 2018), 4, https://tinyurl.com/yv9p2df3.

22Ley 52/2007, de 26 de diciembre, España, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura.

23Proyecto de Ley 121/000064, de 30 de agosto de 2021, España, de Memoria democrática, de Art. 53.5.

24Marisa Gonzalez, «¿La memoria en su sitio? El museo de la escuela de mecánica de la armada», Kamchatka, n° 13 (2019): 138, doi: https://doi.org/10.14198/INTURI2018.16.06.

25«El Gobierno Regional de Ayacucho tampoco lo sabe, pero ha reiterado recientemente su compromiso con el memorial», IDEHPUCP, acceso el 20 de julio de 2021, https://tinyurl.com/yev7h6m4.

26Anfasep, Movimiento de Derechos Humanos, Aprodeh, Comisedh, Instituto de Democracia y Derechos Humanos (Idehpucp), entre otras.

27«Socializan expediente para la construcción del Santuario de la Memoria La Hoyada», Plataforma digital única del Estado Peruano, acceso el 25 de julio de 2021, https://tinyurl.com/5n8kusn5.

28«Santuario de la Memoria de la Hoyada en Perú: un espacio para la sanación y la reconciliación», Plataforma de Arquitectura, acceso el 25 de julio de 2021, https:// tinyurl.com/y6b4695w.

29«Recuperación Villa Grimaldi», Villa Grimaldi. Corporación Parque por la Paz, acceso 29 de septiembre de 2021, https://tinyurl.com/29ymbfz3.

30Paula Dear, «A glimpse of El Salvador's guerrilla past», BBC Travel, Londres, 11 de junio de 2012, acceso 21 de julio de 2021, https://tinyurl.com/sv3dnuw5.

31«Museum of Legendes and Traditiosn», TripAdvisor, acceso el 20 de julio de 2021, https://tinyurl.com/2p8vepdf.

32«Museo Cárcel de la 21», minube, acceso el 20 de julio de 2021, https://tinyurl. com/2p8weexz.

33Max Seitz, «Los macabros detalles de Colonia Dignidad que escondían los archivos desclasificados por Alemania», BBC Mundo, Londres, 22 de julio de 2016, acceso el 9 de julio de 2021, https://tinyurl.com/433j3pbc.

34«Quienes somos. Historia», Villa Baviera, acceso el 18 de septiembre de 2021, https://tinyurl.com/2yb34prj.

35«Villa Baviera, Hotel Baviera Chile», Resumen de reseñas de Google, acceso el 18 de septiembre de 2021, https://tinyurl.com/3a3a9mf3.

36«Museo de la Memoria y los Derechos Humanos / Mario Figueroa, Lucas Fehr y Carlos Días», Plataforma Arquitectura, acceso el 22 de julio de 2021, https://tinyurl. com/4m9rdctm.

37«Lugar de la Memoria, Lima», Plataforma de Arquitectura, acceso el 22 de julio de 2021, https://tinyurl.com/d2bxr8en.

38Hite, Política y arte de la conmemoración…, 86.

39Maurice Halbwachs, «Memoria colectiva y memoria histórica», REIS. Revista Española de Investigaciones Sociológicas, nº 69 (1995): 216.

40George Skelton, «How Did Trump Become the Presumptive Nominee? Blame Twitter», Los Angeles Times, Los Ángeles, 5 de mayo de 2016, 6, acceso el 25 de julio de 2021, https://tinyurl.com/mfrymwd.

41Shahak Shapira, «Yolocaust», Libertad digital, Madrid, 19 de enero de 2017, acceso el 5 de junio de 2021, https://tinyurl.com/y3yypttk.

42Halbwachs, «Memoria colectiva y memoria histórica…», 212..

43André Desvallées y François Mairesse, Conceptos claves de museología (Bruselas: ICOM, 2010), 37-39.

44Martha De Alba, «Sentido del lugar y memoria urbana», Alteridades vol. 20, nº 39 (2010): 41-55.

45Inaugurado en 2015, el Museo Sitio de Memoria ESMA, un espacio nacional para la Memoria y para la Promoción y la Defensa de los Derechos Humanos. se ubica en las dependencias donde se produjeron los crímenes de lesa humanidad de la dictadura: el antiguo Casino de Oficiales de la Escuela Superior de Mecánica de la Armada en Buenos Aires..

46Miguel Caballero, «Museo de La Memoria y Los Derechos Humanos de Santiago de Chile: Crisis de Memoriales y Lógicas Urbanísticas de Mercado», Revista Canadiense de Estudios Hispánicos vol. 40, nº 3 (2016): 509.

47Mª Cristina Murray, «La rebelión de los anfitriones», La Capital, Mar del Plata, 15 de abril de 2018, acceso el 25 de julio de 2021, https://tinyurl.com/5485ahpf.

48Tatiana Gonzalez, «Los dueños de pisos turísticos pasan al alquiler residencial por la COVID», Hosteltur, Madrid, 22 de octubre de 2020, acceso el 22 de julio 2021, https://tinyurl.com/2x4xw5xn. Cabe apuntar que con el fin de las restricciones de movilidad los pisos turísticos han recuperado su tendencia alcista previa.

Citar este artículo Goycoolea Prado, Roberto, y Paz Núñez Martí. «Procesos de turistización de memoriales en Latinoamérica: ¿oportunidad o amenaza para la reparación? Análisis de casos singulares. 1990-2020». Historia Y MEMORIA, n° 26 (2023): 21-57. Doi: https:Zdoi.org/10.19053/20275137.n26.2023.13777

Recibido: 30 de Noviembre de 2021; Revisado: 27 de Junio de 2022; Aprobado: 01 de Agosto de 2022

*

Estudio realizado como parte del proyecto de investigación «La ciudad justa: exclusión, pertenencia y bienes comunes en el marco de la teoría urbana de la justicia». Programa Estatal de Generación de Conocimiento y Fortalecimiento Científico y Tecnológico del Sistema de I+D+i, Gobierno de España. Convocatoria 2020. PID2020-120021GD-I00. Duración: 2021-2023. Financiación: 35.000,90. IP Francisco Colom González y Ana López Salas. Sede: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CISC

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons