SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.8 issue2Educational Practices in Virtual Learning EnvironmentsStudent's Social Representations About Peer-to-Peer Violence author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Aletheia. Revista de Desarrollo Humano, Educativo y Social Contemporáneo

On-line version ISSN 2145-0366

Aleth. rev. desarro. hum. educ. soc. contemp. vol.8 no.2 Bogotá July/Dec. 2016

 

Posición social del colectivo juvenil La Diáspora en un territorio de doble afectación: pobreza y conflicto armado

Social Position of Youth Group "La Díaspora" in a Territory of Dual Affectation: Poverty and Armed Conflict

Posição social do coletivo juvenil "A Diaspora" em um território de dupla afetação: pobresa e conflito armado

Silvia Moreno Ojeda* María Angélica Rincón Alonso**

* Fundación Alere. Ciudad: Bogotá. País: Colombia. Correo electrónico: silvimorenoo@gmail.com
** Justapaz. Ciudad: Bogotá. País: Colombia. Correo electrónico: angelicarinconalonso@gmail.com

Recibido: 02/09/2015 Evaluado: 09/06/2016


Resumen

Este artículo presenta los resultados de la investigación denominada ""Posición Social del colectivo juvenil La Diáspora en un territorio de doble afectación: pobreza y conflicto armado", la cual fue desarrollada por las autoras en el marco del proceso de formación de la Maestría en Desarrollo Educativo y Social, convenio CINDE - Universidad Pedagógica Nacional dentro de la línea de investigación en Desarrollo Social y Comunitario.

El artículo presenta cómo construye su posición social el colectivo juvenil La Diáspora en medio de la doble afectación: pobreza y conflicto armado. Para comprender la posición social de La Diáspora se ubican las posiciones sociales con las que interactúa en el territorio, sus diferencias, sus límites y sus puntos de encuentro; igualmente, presenta el modo en que La Diáspora se mantiene en el tiempo y en relación con la doble afectación.

Palabras clave: Posición social, posición subalterna, doble afectación, resistencia.


Abstract

This article shows the results of the investigation named. "Social position of youth group La Díaspora in a territory of dual affectation: poverty and armed conflict" which was developed by the authors as part of training process of the Master in Educational Development and Social, CINDE convention - National Pedagogical University [Universidad Pedagógica Nacional], within the research line of Social and Community Development. Shows how it builds your social position the youth group "La Diaspora" amid dual affectation: poverty and armed conflict. To understand the social position of "La Diaspora" are located the social positions with which interacts the territory, their differences, their limits and their meeting points, also, shows how "La Diaspora" is maintained over the time and in relation with dual affectation.

Keywords: Social position, Subordinate position, dual affectation, resistance, territory.


Resumo

Este artigo apresenta os resultados da pesquisa denominada "Posição Social do coletivo juvenil A Diáspora em um território de dupla afetação: pobreza e conflito armado", a qual foi desenvolvida pelas autoras no marco do processo de formação do Mestrado em Desenvolvimento Educativo e Social, convenio CINDE - Universidade Pedagógica Nacional dentro da linha de pesquisa em Desenvolvimento Social e Comunitário.

O artigo apresenta como o coletivo juvenil A Diáspora constitui sua posição social no meio da dupla afetação: pobreza e conflito armado. Para compreender a posição social de A Diáspora, são assinaladas as perspectivas sócias com as quais interatua no território, suas diferencias, sus limites e seus pontos de encontro; igualmente, apresenta a maneira em que A Diáspora permanece no tempo e em relação com a dupla afetação.

Palavras chave: Posição social, posição subalterna, dupla afetação, resistência, território.


Introducción

La Fundación La Diáspora es una organización juvenil sin ánimo de lucro que trabaja en el municipio de Soacha desde el año 2004. Surge en el marco de la presencia de los grupos armados ilegales, especialmente paramilitares, que ejercían control territorial en la comuna cuatro de ese municipio.

Desde su fundación, ha trabajado por la defensa y promoción de los derechos de niñas, niños, adolescentes y jóvenes a través de herramientas artísticas, acciones de incidencia directa mediante la realización de eventos públicos, toma de espacios y conciertos, e investigación de problemáticas sociales que afectan a las poblaciones infantil y juvenil de Soacha.

Para comprender la posición social del colectivo juvenil La Diáspora es necesario conocer el contexto en donde se desarrolla su trabajo1. La Diáspora está integrada por jóvenes habitantes del municipio de Soacha, caracterizado por condiciones de pobreza y presencia de grupos armados ilegales que ejercen control territorial como se presenta a continuación.

Soacha está ubicado en el departamento de Cundinamarca, limita con el sur de Bogotá, cuenta con 347 barrios ubicados en seis comunas urbanas y dos corregimientos rurales. El municipio ha presentado un crecimiento demográfico acelerado en las últimas dos décadas; su población es de 455 992 habitantes según cifras oficiales del DANE (2005), pero la propia Administración Municipal calcula que en realidad supera un millón de personas (Caracol Radio, 2016).

Según el diagnóstico del Plan de Desarrollo Municipal 2012, el 99 % de la población del municipio es mestiza, con alta inmigración de minorías étnicas, en su mayoría por desplazamiento forzado. Las más representativas son: el pueblo afrocolombiano con 2599 personas, población indígena con 1646 personas y gitanos, 232. Se estima que del total de habitantes el 49,3 % son hombres y el 50,7 %% son mujeres; igualmente, las personas entre 0 y 20 años representan el 39,95 % de la población, y las personas entre 20 y 40 años el 30,38 %% (Alcaldía Municipal de Soacha, 2012, p. 45).

En términos socioeconómicos es importante mencionar que más del 77 %% de la población de Soacha se ubica en los niveles 1 y 2 del Sisbén; el 67 % se encuentra por debajo de la línea de pobreza, el 3 % por debajo de la línea de miseria y aproximadamente el 16,1 %% tiene necesidades básicas insatisfechas (Alcaldía Municipal de Soacha, 2012, p. 41). Los sectores más vulnerables de la población históricamente han soportado los efectos de las complejas problemáticas económicas, sociales y políticas del municipio.

Por otro lado, se reconocen los avances que ha logrado el municipio de Soacha en lo que respecta a la cobertura para Educación Básica e Intermedia, especialmente para la población en situación de desplazamiento y vulnerabilidad. Sin embargo, los procesos de formación no responden en su totalidad a las particularidades de la población en lo que respecta a extra-edad y acompañamiento a población que proviene de contextos rurales, esto genera procesos académicos de bajo nivel educativo que dan lugar a limitaciones en el desarrollo de capacidades y destrezas que permitan el adecuado desempeño en los trabajos de mediana complejidad (Corporación Infancia y Desarrollo, 2011).

Desde la década de los 80 en el municipio de Soacha se ha identificado la presencia de grupos armados ilegales, pues por su ubicación geográfica es un corredor estratégico que conecta la capital con el sur del país y limita con tres localidades de Bogotá. Según la Mesa de Análisis de la Situación Humanitaria (2010), con respecto a la presencia de estos actores se pueden identificar cuatro fases:

... la primera de control de las milicias guerrilleras, desde la pasada década del 80 y hasta la llegada formal del paramilitarismo a la capital de la república, lo que constituye una segunda fase de los primeros años de este siglo; una tercera a finales de 2005, caracterizada por las disputas internas entre las diferentes estructuras de autodefensas; y una cuarta, después de la desmovilización de los grupos paramilitares, caracterizada por una aparente desarticulación de las organizaciones, dispersión de sus combatientes y vacíos en las estructuras de poder. (Mesa de Análisis de la Situación Humanitaria, 2010, p. 11)

Según la Defensoría del Pueblo (2012), en Soacha hay presencia de grupos armados ilegales, especialmente de paramilitares que ejercen control territorial. Los informes del Ministerio Público han evidenciado las situaciones de "limpieza social"2 y "toques de queda"3 que ponen en riesgo a gran parte de la población del municipio.

... aproximadamente 15.000 personas de las comunas IV y VI se encuentran en riesgo, generado principalmente por la disputa territorial y social que se presenta entre actores armados ilegales. Amenazas, intimidación, asesinatos selectivos, vinculación de niños, niñas, adolescentes y jóvenes al conflicto armado, tráfico y micro-tráfico de sustancias psicoactivas, se han convertido en prácticas frecuentes por parte de algunos grupos armados al margen de la ley. (Sistemas de Alertas Tempranas, 2012, p. 4)

La presencia de los grupos armados ilegales y en especial sus acciones violentas en el territorio han generado temor y miedo dentro de la comunidad, por lo que el silencio ha facilitado la invisibilización de la problemática y ha favorecido el fortalecimiento de estos grupos en el municipio. Además, porque la denuncia se revierte en un factor de riesgo, pues quienes lo hacen son amenazados y desplazados de la zona.

Éste, es un silenciamiento que surge del miedo, del temor, que emerge como respuesta a las posibles represalias que pueden llegar a tomar los actores armados presentes en Soacha, el no hablar se convierte en un claro indicador de la fuerte presencia y claro control que ejercen en la zona grupos paramilitares, quienes en varias ocasiones han desaparecido o asesinado a aquellas personas que han sido capaces de denunciar lo que cotidianamente sucede en sus barrios y comunas. (Fundación para la Educación y el Desarrollo, 2008, p. 16)

Las adversas situaciones económicas ponen a los y las jóvenes en riesgo de aceptar labores correspondientes al microtráfico de armas y sustancias psicoactivas que existen en la zona y que se encuentra bajo el control de los grupos paramilitares reorganizados. Estos grupos, a través de propuestas de trabajo y generación de ingresos, han venido usando, vinculando y hasta reclutando niños, niñas, adolescentes y jóvenes en sus acciones; para ellos esta es una fuente de ingresos que les permite satisfacer sus necesidades y las de sus núcleos familiares (Fundación Mencoldes, 2011).

Como hemos expresado, tanto la pobreza como la dinámica del conflicto armado han generado efectos negativos en población de Soacha, a esto lo denominados como doble afectación, pues a la condición de pobreza de miles de familias en el municipio se suman los hostigamientos de los grupos armados ilegales, es decir que son múltiples formas de violación de sus derechos fundamentales, entre las que hemos destacado la ausencia institucional, el restringido acceso a salud, educación, vivienda y trabajo en condiciones dignas, sumado al desplazamiento forzado, el reclutamiento de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, control territorial, asesinatos selectivos, entre otros.

En este contexto La Diáspora determina su actuación en el territorio, al tiempo que se posiciona como un colectivo juvenil capaz de visibilizar las situaciones problemáticas que afectan directamente a los jóvenes de Soacha, que para el caso de esta investigación se tomarán como una doble afectación: la pobreza y el conflicto armado.

La propuesta del colectivo juvenil no solo se constituyó en el marco de la expresión artística, sino en la necesidad de visibilizar la doble afectación y las tensiones que se presentaban en el territorio con las otras posiciones sociales. Dichas tensiones las podemos resumir como limpieza social, vulneración de derechos, prácticas asistencialistas, entre otras, bajo la comprensión de qué es ser joven en Soacha. Esta situación llama la atención sobre la posibilidad de permanencia de La Diáspora tanto en el territorio como en el tiempo.

Por lo anterior se plantea como objetivo general de la investigación "Identificar cómo construye su posición social La Diáspora en medio de la doble afectación: pobreza y conflicto armado". Como objetivos específicos se plantea: (1) Ubicar las posiciones sociales con las que interactúa la Fundación La Diáspora, sus diferencias y sus límites y; 2) Comprender la producción social del territorio desde la posición social de La Diáspora y el modo en que ella se mantiene en el tiempo y en relación con la doble afectación.

Construcción teórica

Para comprender la posición social del colectivo juvenil La Diáspora en el territorio de doble afectación que es el objeto de esta investigación tomamos como sustento la teoría de sistemas de Niklas Luhmann (1998b). El autor afirma que la sociedad puede entenderse como un sistema y la define desde su relación con el entorno. Para él (1990a) los sistemas generan subsistemas y establecen relaciones entre ellos y con el entorno a través de flujos de comunicación. Además, cada subsistema cuenta con límites que les permiten establecer la diferencia con los demás y su capacidad de autorreproducirse, esta última entendida como la autopoiesis. A continuación se presentan las categorías que orientaron el proceso investigativo.

Posiciones sociales en el territorio

A partir de la teoría de Luhmann (1998b) un territorio puede entenderse como un sistema, pues se configura por una compleja red de relaciones que establecen diferentes posiciones sociales. La pobreza y el conflicto armado en muchos territorios han dado lugar a la interacción entre diferentes posiciones, entre las que encontramos al Estado desde la producción de capital político; los grupos armados desde la producción de capital simbólico como el miedo y la inseguridad; el desplazamiento forzado y la limpieza social como mecanismos para el control territorial; la comunidad desde la producción de carencias y el reflejo de necesidades; y las ONG como respuesta a la crisis humanitaria, que en ocasiones se comporta de manera asistencialista.

Si comprendemos el territorio como un sistema, esto significa que es un campo de posiciones sociales que se estructura a partir de las relaciones que establecen entre ellas. El sistema de relaciones de las posiciones genera influencia mutua, por lo que se establece una relación de interdependencia.

A esta relación que establecen los subsistemas, Luhmann (1998b) la denomina autorreferencia, entendida como la capacidad de los subsistemas de establecer y diferenciar relaciones con otros sistemas, entre sus propios subsistemas y con su propio entorno (Urteaga, 2010). Por lo anterior, es posible inferir que la relación de autorreferencia permite a las posiciones sociales organizarse en el territorio, pervivir y mantenerse.

A partir de la comprensión del territorio como sistema podemos dar paso a la comprensión de las posiciones sociales allí. Las posiciones sociales que se pueden ubicar se caracterizan por perseguir objetivos, determinar códigos, establecer relaciones con los otros y constituir una comprensión de la vida social. Estas características constituyen su posición en el territorio y por ende las diferencia de las demás y las ubica como únicas en él.

Es importante mencionar que en el artículo solo se hará referencia a las posiciones sociales con mayor relación e interdependencia con el colectivo juvenil La Diáspora. Si bien todas las demás posiciones han contribuido a la definición de límites y objetivos, aquí se toman como referencia aquellas que mejor ayudan a comprender la posición social de La Diáspora en un contexto de doble afectación.

Posiciones subalternas en el territorio

El concepto de límite de Luhmann (1990a) pone de manifiesto que cada posición social se constituye de manera única, autónoma e independiente y que a partir de dicha diferencia la posición social entra en relación con otras para la cooperación o la resistencia. Los límites entonces se constituyen en los puntos de encuentro y desencuentro de las posiciones sociales.

Las relaciones entre las posiciones sociales tienen formas de regulación propias, que implican formas de control sobre el territorio y sobre las otras posiciones sociales con las que se relacionan. Lo anterior no significa que todas cuentan con el mismo nivel de control sobre las otras.

Luhmann afirma que una consecuencia estructural importante que resulta de la construcción de sistemas autorreferenciales es la renuncia a la posibilidad de control unilateral. Puede haber diferencias en la capacidad de influencia, jerarquías y situaciones asimétricas, pero ninguna parte del sistema puede controlar a otro sin sucumbir él mismo ante el control. (Álvarez E. A., 2003, p. 304)

Las posiciones sociales en el territorio son asimétricas, dado que algunas han logrado un mayor nivel de regulación que les permite mayor reconocimiento en el territorio, esto quiere decir que han podido construir sus propios elementos y por tanto han logrado una mayor comunicación con otras posiciones.

Estas relaciones asimétricas en el territorio dan lugar a posiciones sociales subalternas, entendidas como aquellas que ejercen menor control sobre otras posiciones sociales que han logrado mayor evolución en el territorio; por ende las posiciones con mayor evolución tienen mayor nivel de regulación. Sin embargo, su efecto sobre las posiciones subalternas genera tensión y da lugar a prácticas de resistencia como forma de relación.

Otra categoría de la teoría de sistemas de Luhmann que contribuye a comprender las posiciones sociales es la de autopoiesis para hablar de resistencia, entendida esta última como la posibilidad que apropian los posiciones subalternas para responder a un estímulo que provenga de las relaciones dentro del territorio. En este sentido, la resistencia es una forma de autocontrol porque no permite que otras posiciones regulen su propia dinámica o práctica y a la vez regula el ejercicio de control de otras posiciones sobre ella.

Doble afectación como entorno común

Hemos mencionado que se dan relaciones entre diferentes posiciones sociales que confluyen en un mismo territorio. Para el caso de esta investigación, se ubican relaciones entre el Estado, las ONG, la comunidad y los jóvenes, sin embargo ahí no termina la relación entre sistema y entorno. Esta diferencia se amplía cuando hablamos de un entorno común a los subsistemas, es decir que hay un contexto que da cuenta de dinámicas sociales, económicas y políticas.

El punto de partida de cualquier análisis sistémico-teórico tiene que ser la diferencia entre sistema y entorno. Los sistemas no sólo se orientan ocasionalmente o por adaptación hacia su entorno, sino de manera estructural, y no podrían existir sin el entorno. Se constituyen y se mantienen a través de la producción y el mantenimiento de una diferencia con respecto al entorno. (Luhmann, 1990a, p. 50)

Esto que denominamos un entorno común a los subsistemas es el contexto en el cual surgen, se mantienen y se desarrollan diferentes posiciones sociales en un territorio. El entorno común es lo que en esta investigación se denomina como doble afectación, un contexto marcado por la pobreza y el conflicto armado. Frente a esta doble afectación los actores constituyen sus posiciones, resisten, se adaptan, pero no establecen una comunicación directa, pues su alcance es mayor al de una posición, es decir al de un sistema, por ende se constituye en entorno.

La relación entre el subsistema y el entorno se caracteriza por ser hegemónica, es decir, es común a todas las posiciones sociales y además ejerce un control y una regulación de sus prácticas; en ese sentido, la complejidad del entorno no podrá ser superada por ninguno de los subsistemas pues sobrepasa su capacidad.

El estado genera programas, planes y proyectos que intentan superar la pobreza y disminuir los efectos del conflicto armado en la población; sin embrago, las demandas de la población desbordan al estado. Frente a la incapacidad del estado aparecen las ONG con respuestas complementarias y focalizadas a los problemas, pero aún siguen siendo insuficientes para superar la doble afectación. Ante la prevalencia de la afectación, las comunidades responden con mecanismos de resistencia ante el asistencialismo que no contribuye a una superación de la problemática en el tiempo.

La doble afectación supera la capacidad de respuesta de todas posiciones sociales. Podemos decir que ubica al estado, las ONG y las expresiones comunitarias, entre ellas los colectivos juveniles, como posiciones subalternas con respecto al entorno. Esto es en términos de Luhmann la capacidad auto-poiética que determina características de las posiciones sociales, pero en la relación subalterna con respecto al entorno.

El uso del concepto de autopoiesis induce además que un sistema es incapaz de alcanzar su entorno gracias a estas operaciones. Sin embargo, esta característica no conlleva un cierre absoluto ante el medioambiente, pero la regulación y la selección, por el mismo sistema, establece lo que es pertinente para él en su entorno y ante lo cual reacciona. (Urteaga, 2010, p. 315)

Todas las posiciones resisten ante el control que pretende ejercer la doble afectación. Es decir, buscan establecer límites que no permitan que el entorno afecte su permanente acción en el territorio. El límite desde Luhmann (1990b) se refiere a la diferencia que se establece entre los subsistemas y a la diferencia entre el sistema y el entorno. El límite no solo tiene la función de diferenciación, sino también de unión entre sistema y entorno, es decir, de evidenciar su relación de dependencia mutua.

... los límites no se pueden pensar sin un "fuera", suponen por consiguiente, la realidad de un más allá y la posibilidad de franquearlos. Se acepta, por lo general, que tiene una doble función de separación y de unión entre sistema y entorno [...] Un límite separa, pues, elementos, pero no necesariamente relaciones; separa acontecimientos, pero deja pasar efectos causales. (Luhmann, 1990b, p. 78)

Si ubicamos las posiciones en el territorio con relación al entorno, es decir con la doble afectación, podemos afirmar que cada una de las posiciones que hemos ubicado (Estado, ONG, grupos armados, colectivo juvenil y comunidad en general) tiene una comprensión de dicha afectación, que configuran una posición política en el territorio.

Los jóvenes como posición social

En territorios caracterizados por la doble afectación, las posiciones sociales se constituyen en diversas formas organizativas de la comunidad que dan respuesta a sus problemáticas, lo que las hace una posición relevante en el territorio. Para el caso de la investigación, nos centraremos en los procesos organizativos de los jóvenes.

Tomamos los jóvenes como posición social subalterna pues es capaz de cuestionar otras posiciones sociales (entorno interno) y de dinamizar la vida social a partir de nuevas formas de expresión y participación en el territorio (entorno común).

Así, cabe mencionar lo que expone Boaventura de Sousa Santos (2003) sobre la resistencia de las iniciativas que hacen frente al modelo de la modernidad y sus diversas formas de expresión en América Latina.

... estos procesos están encontrando resistencia, iniciativas de base, innovaciones comunitarias y movimientos populares que intentan reaccionar contra la exclusión social, abriendo espacios para la participación democrática para la construcción de comunidad, para alternativas a las formas dominantes de desarrollo y conocimiento, para la inclusión social. (Santos, 2003, p. 13)

Las expresiones culturales, entendidas como prácticas de resistencia, expresan el empoderamiento de los y las jóvenes. El empoderamiento favorece que se exprese la identidad, las convicciones y las reflexiones sobre las situaciones problemáticas y de desarrollo en sus contextos; y finalmente, cuestionan la manera de formular e implementar las políticas públicas que directamente les atañen.

... el poder de los nuevos movimientos sociales no sólo se basa en ellos mismos, sino también en la calidad y el alcance de las contradicciones en las que incurren las industrias que producen y administran los peligros de la sociedad en riesgo. No es exagerado decir que los grupos de ciudadanos han tomado la iniciativa temática en esta sociedad. Han sido ellos los que han llevado a la agenda social los temas de un mundo amenazado en contra de la resistencia de los partidos establecidos. (Beck, 1999, p. 168)

Estas expresiones culturales ligadas al territorio exceden las dinámicas mismas del espacio y del tiempo en busca de diversas alternativas que les permitan, en términos de Luhman, poner en evidencia su capacidad autopoiética, entendida como lo que es pertinente para su entorno y ante lo cual reacciona, rebasa la cultura misma del territorio, hace frente a las otras posiciones sociales presentes, y está configurada por la doble afectación.

Frente a las culturas letradas, ligadas a las lenguas y por lo tanto al territorio, las culturas musicales y visuales [...] rebasan esa adscripción produciendo comunidades culturales nuevas, difícilmente comprensibles y comparables con las territoriales. Se trata no solo de culturas nuevas sino de las culturas de que viven los jóvenes, y que por no tener un anclaje geográfico definido son con frecuencia tachados de antinacionales, cuando lo que en verdad nos están planteando es la existencia de nuevos modos de operar y percibir la identidad. (Barbero, 1993, p. 18)

Así, los jóvenes como posición social en el territorio, cuestionan y dinamizan la vida social a partir de operar desde lugares que podrían ser entendidos como rupturas identitarias. Los jóvenes hacen frente a modelos dominantes, obligan a problematizar la vida social y generan otras formas de concebir el territorio, actuar, vivir, vestir, entre otras. Estas otras formas de ser y actuar en el territorio de los jóvenes los ubican como una posición social de resistencia.

De esta forma, el debate sobre las culturas juveniles, sobre la constitución de la subjetividad y la construcción de la identidad, como proceso y posibilidad de conformación de sí mismo, implica necesariamente ser visto también desde las formas como los jóvenes asumen un posicionamiento frente a las relaciones de poder y los ordenamientos sociales, las rupturas de tales ordenamientos y las formas como inventan estrategias para transgredir y ampliar sus espacios de autonomía, es decir, las formas o prácticas de resistencia. (Castiblanco, 2005, p. 256)

Los jóvenes como posición social asumen una posición de resistencia que no necesariamente está ligada al hecho de ser joven, y que por ello se deba considerar contestatario. La posición está ligada al hecho de reconocer el territorio en su doble afectación, lo que permite desde allí incorporar en sus prácticas cotidianas lenguajes, códigos, estructuras culturales y simbólicas como una manera de asumir la vida social, las prácticas sociales y de poder inmersas en el territorio.

Metodología

La investigación que da origen a este artículo se desarrolla desde la perspectiva del enfoque hermenéutico o interpretativo, donde es necesario, por parte del equipo investigador, reformular sus interpretaciones sin perder de vista el sentido de la investigación. "Sólo desde el haber previo, aquello que se quiere interpretar cobra importancia para el intérprete; lo previo se entiende, así, como una condición de posibilidad de la interpretación" (Herrera, 2010, p. 98). Este enfoque destaca la comprensión que se logra de la realidad a través de la articulación de la práctica social y el referente teórico.

Dentro de la investigación se tomaron en cuenta los criterios del muestreo teórico, en donde "La saturación teórica se alcanza mediante la recolección y análisis simultáneo de los datos" (Glaser y Strauss, 1967, p. 12). Desde esta perspectiva los instrumentos y técnicas de recolección de información se ajustaron continuamente, dependiendo de la información obtenida, es decir, una vez que obtenía la saturación teórica de las categorías, el equipo investigador concluía que no hallaría ninguna información adicional por medio de dicha técnica.

Para dar respuesta a la pregunta de esta investigación se seleccionaron para recolectar la información los grupos focales, el taller y la revisión documental. Se desarrollaron dos grupos focales y un taller en los que participaron la totalidad de la muestra4, ambos con una guía semiestructurada de preguntas que motivaron y orientaron las discusiones suscitadas.

Los momentos del proceso investigativo cualitativo permitieron determinar la ruta metodológica que orientó el proceso mediante múltiples construcciones e interpretaciones. Los desarrollados aquí fueron: fundamentación teórica, recolección de información y categorización, codificación y análisis.

El análisis de la información se sustentó en la teoría fundada, para lo cual se utilizaron tres momentos: (1) codificación ordenadora: generación de códigos descriptivos, (2) codificación analítica: articulación de la evidencia empírica y los objetivos de la investigación, y (3) codificación axial: triangulación entre la pregunta de investigación, la evidencia empírica y la teoría.

Los códigos se construyeron en función de las preguntas guía relacionadas con los objetivos de la investigación, de tal forma que fueran orientando al equipo investigador y permitieran avanzar en el desarrollo de la investigación. El primer objetivo está orientado a comprender las relaciones con otras posiciones y el modo en que diferencian y generan La Diáspora; para ello se plantearon las siguientes preguntas: (a) ¿Cuáles son las posiciones con las que se relaciona La Diáspora y cómo se relaciona con ellas?, (b) ¿Cuáles son los elementos propios de la relación de La Diáspora respecto de las otras posiciones?, y (c) ¿Cuáles son los límites de la posición de La Diáspora respecto de las otras posiciones?

El segundo objetivo está relacionado con la producción social del territorio desde la posición de La Diáspora y el modo en que ella se mantiene en el tiempo a pesar de la doble afectación, para ello se plantearon las siguientes preguntas: (a) ¿De qué manera la resistencia se traduce en formas tácitas de producción del territorio?, (b) ¿Qué territorio se produce a partir de las prácticas de resistencia de La Diáspora?, y (c) ¿De qué manera el territorio producido simbólicamente le da consistencia a La Diáspora como posición social?

Resultados

El análisis que a continuación se presenta se sustenta en el trabajo de campo llevado a cabo con los y las jóvenes que integran la Fundación La Diáspora, en el municipio de Soacha, Cundinamarca, teniendo como referencia la teoría de sistemas de Niklas Luhmann.

Posiciones sociales en el territorio

El colectivo juvenil La Diáspora surge a partir de iniciativas culturales, específicamente a partir de expresiones como el hip-hop que incluyen diversas modalidades (break dance, rap, DJ y grafiti), a través de las cuales expresan su interpretación del contexto inmediato y su efecto sobre la vida cotidiana, además de sus sentimientos y emociones.

El hip-hop se refiere a lo que Reguillo (2003) denomina el elemento identitario de los colectivos juveniles. Murillo (2011, siguiendo a Garcés, 2010) lo expresa de la siguiente manera:

El hip hop se puede entender como una identidad narrativa de las juventudes, dotada de una fuerza de atracción identitaria cuyos elementos constitutivos recrean un conjunto de sonidos, letras, pinturas, danzas y cantos, desde los cuales los jóvenes asumen elecciones particulares y diferenciales que les permiten situarse en un contexto, que les ofrece la posibilidad de construir maneras de ser y actuar en el mundo. (Murillo, 2011, p. 8)

Cabe mencionar que las formas de expresión cultural y artística evidencian formas organizativas de los jóvenes que requieren que sus propósitos sean compartidos por los sujetos que la conforman, es decir que son procesos colectivos.

Para el caso de la investigación, las posiciones sociales se ubican a partir de la relación que La Diáspora ha sostenido con ellas en el territorio y la manera como estas relaciones han contribuido a la creación, constitución y permanencia del colectivo.

Para comprender las dinámicas sociales y los flujos de comunicación es importante ubicar los códigos característicos de cada una de las posiciones sociales con las que se relaciona la Fundación La Diáspora.

Una de las posiciones es el gobierno local, con el Programa Soacha Joven de la Secretaría de Desarrollo Social. Los principales códigos que se pueden identificar de esta posición social son la política pública como mecanismo para dar solución conjunta a las problemáticas de la población juvenil; las rutas de atención para acceder a políticas y beneficios de carácter social, porque regulan el acceso a programas sociales, entre ellos, los artísticos y culturales con los que se operativizan las políticas de jóvenes y se ejecutan los recursos públicos y los mecanismos legales de participación5; los beneficios individuales de los funcionarios públicos a través de la corrupción, por su carácter restringido, ya que solo es posible desde su posición. Estos códigos, aunque parecen disímiles, tienen en común el ejercicio de poder que el Gobierno local alcanza sobre otras posiciones sociales en el territorio. Así los códigos tienen como característica su dependencia de la posición social y del contexto en el que son expuestos.

Desafortunadamente los funcionarios públicos están en la misma dinámica de nosotros, todos tienen que trabajar para comer y eso nadie lo va poner en discusión y los otros están en la función del mejor postor. Por ejemplo nuestra compañera Diana fue una mujer que llegó al Programa Soacha apoyada por la mesa, hizo todo lo que quiso, lo que pudo y todavía sigue ahí... (Integrante de la Fundación)

A partir de la experiencia de La Diáspora se pueden identificar varias formas de interactuar con el Gobierno local. El primero de ellos es, como lo expresa la cita, a partir de la vinculación laboral para dar alcance a los proyectos del Plan de Desarrollo, sin embargo toman distancia porque consideran que es un espacio no compatible con los procesos organizativos de base. Una segunda forma de relacionarse es a través del código de la política pública de juventud; al respecto los y las jóvenes de La Diáspora manifiestan:

... Cuando tú preguntabas que si La Diáspora había participado en la Mesa Autónoma, en las discusiones de la política juventud, nosotros decidimos eso, "no hablar de eso", ustedes se dieron cuenta lo que dijo Luis, es que eso no es relevante para nosotros, así nuestra postura sea cien por ciento política e ideológica, no es relevante, porque seamos sinceros, ¿cuál política fundamenta ahorita los papeles de la administración soachuna? en realidad es en pro de los jóvenes?, no... (Integrante de la Fundación)

A partir de lo anterior podemos decir que La Diáspora cuestiona los códigos del Gobierno local con los que pretende relacionarse con los y las jóvenes del municipio. En este sentido, los códigos adoptan significados, que tienen la posibilidad de crear espacios simbólicos, de poder y de construcción de subjetividad. En otras palabras, se crean mundos codificados que generan una discontinuidad, pues cambian y reproducen códigos de múltiples maneras y con múltiples propósitos.

Otra posición con la que interactúa La Diáspora son las ONG presentes en el territorio. La Diáspora ubica como códigos de esta posición social el discurso de la crisis humanitaria y la práctica asistencialista. Estos códigos se constituyen como tales en la medida en que son un código que usan las ONG para hacerse visibles y presentarse como respuesta a las problemáticas.

Digamos que nosotros consolidamos una idea crítica de las organizaciones en Soacha y es básica, digamos: Visión Mundial va a completar más de 30 años en Cazucá, y hace 30 años ó 25 años cuando comenzaron a instalarse en Cazucá su proyección a cuatro años era cambiar la realidad de niñas y niños de la comuna cuatro y acabar la pobreza estudiantil. Van más de 20 años y su visión no ha cambiado... conocimos historias de nuestras propias mamás de nuestras propias personas allegadas en donde se acostumbraron a vivir los doce meses del año esperando cada seis meses los cuadernitos y el mercado. Y hay gente que se acostumbró a vivir y lleva más de 20 años viviendo así en Cazucá. (Integrante de la Fundación)

Los códigos de las ONG han sido un elemento diferenciador de los de La Diáspora, no solo porque se cuestionan y se distancian de ellos, sino porque les lleva a repensar sus prácticas, en especial las relacionadas con el trabajo comunitario que desarrollan en Soacha.

Aunque La Diáspora ha tomado distancia de muchos códigos de las ONG, también reconocen que algunos de ellos les pueden ser útiles y contribuyen a mejorar su trabajo comunitario. En este sentido, los procesos de comunicación entre estas dos posiciones han permitido ubicar lo que Luhmann (1998a) define como límite, es decir, puntos de encuentro entre subsistemas.

En tercer lugar, se ubican los grupos armados ilegales como posición social con la que La Diáspora se relaciona. Estos se constituyen porque los grupos armados han legitimado su acción a través de un discurso dominante, basado en la violencia simbólica y física que pretende generar un sentido de seguridad y orden; además utilizan la violencia como mecanismo para afrontar los conflictos; la justicia social como forma de ejercer control en la comunidad y de legitimar el exterminio de sectores de la sociedad estigmatizados.

Nosotros fuimos prácticamente a decirle a la Corte Interamericana que nosotros veíamos cómo mataban a los jóvenes, sabíamos quién los estaba matando y teníamos un dato estadístico de más de 700 jóvenes entre el 2002 y el 2004 asesinados. Digamos después de todo eso qué pasa, las amenazas fueron tan fuertes incluso para nosotros mismos que matan a uno de los chicos que hacía parte de nuestra escuela. (Integrante de la Fundación)

La relación de La Diáspora con los grupos armados siempre ha sido conflictiva, en la medida en que la acción de estos grupos ha sido en buena parte la amenaza y el asesinato selectivo de jóvenes en el municipio, especialmente las comunas cuatro y seis. En este sentido, entre La Diáspora y los grupos armados ilegales se hallan puntos de desencuentro que están alrededor de los derechos de los jóvenes, entre los que se encuentran la vida, el libre desarrollo de la personalidad y la libertad de conciencia. Los flujos de comunicación entre La Diáspora y los grupos armados evidencian que no siempre las relaciones se establecen con consentimiento mutuo, sino que los flujos de comunicación pueden provenir de una sola de las posiciones sociales y dirigirse hacia las otras.

Finalmente, una cuarta posición social está constituida por la comunidad. Cabe aclarar que esta puede subdividirse en diferentes posiciones sociales, es decir subsistemas que se relacionan pero que tienen diferentes maneras de comprender la vida social y por ende acciones particulares en el territorio.

Aquí haremos referencia a la posición social de la comunidad, específicamente aquella con la que La Diáspora se tensiona. Esta posición en general legitima y avala las prácticas de los grupos armados ilegales, son grupos comunitarios demandantes de los programas de las ONG o grupos comunitarios indiferentes a las problemáticas de los y las jóvenes.

Entre los códigos se encuentra la interpretación de la juventud como problema, acciones violentas de los grupos armados como solución a los problemas de la comunidad y demandas de atención permanentes al gobierno municipal y las ONG.

En público dice que es malo porque está acabando con los jóvenes, pero a escondidas está sustentando que la limpieza permite acabar con los ñeros o con la delincuencia y eso pues nos jode. Nosotros en realidad empezamos a hacer el festival de Hip-Hop de Soacha porque la consigna para el 2002 era "los jóvenes buenos se acuestan temprano y los malos los acostamos nosotros". (Integrante de la Fundación)

Aunque La Diáspora es parte de la comunidad, pues viven allí, comparten las problemáticas e interactúan de manera permanente, no comparten sus códigos y en especial las formas en que legitiman el accionar de otras posiciones en el territorio, por ello La Diáspora se constituye como una posición social diferenciada de estos sectores de la comunidad.

La Diáspora como posición subalterna en el territorio

Las posiciones sociales tienen formas de regulación propias que implican distribución de poder y control en él; por tanto, no todas las posiciones sociales se encuentran a un mismo nivel que las otras.

Es posible inferir que las posiciones con mayor control sobre el territorio tienen efecto sobre otras posiciones y crean relaciones de subalternidad, lo que genera tensiones que dan lugar a prácticas de resistencia como forma de relación entre algunas de las posiciones en el territorio.

En este sentido, La Diáspora es considerada para el caso de esta tesis como una posición subalterna, en la medida en que aunque no está al mismo nivel de control del territorio y del poder como lo pueden tener la Administración Municipal o los grupos armados, tiene la posibilidad de crear rupturas a partir de la visibilización de las acciones en contra de los y las jóvenes del municipio, a través de estrategias culturales y artísticas que, al tiempo, logran vincular a la comunidad como una voz de resistencia frente a las acciones de limpieza social y estigmatización.

La Diáspora, además, ha logrado un reconocimiento importante dentro de la comunidad y el sector público, no solo por el desarrollo de actividades culturales, sino por su posición frente a la política pública de juventud. No se han ligado a partidos políticos, ni representantes de los mismos, sino que en su interacción con ellos han comprendido el valor de los códigos del hip-hop, como alternativa de trabajo, pero especialmente como medio de expresión y ejercicio de la ciudadanía.

Así como se instauran límites, en términos de Luhmann (1990b), desprendidos del poder y control entre los y las jóvenes de esta organización y la dinámica de las posiciones sociales, se crean de manera simultánea tensiones desde las cuales se cuestiona el ejercicio de poder a través de actividades culturales como acción reflexiva y de resistencia.

La Diáspora revierte su práctica sobre los actores de la comunidad como una estrategia de perpetuación en el territorio, a través de acciones de promoción y resistencia ante la propuesta por el control. Así, plantea de manera implícita la generación de otros campos de accionar que estén en línea con los propósitos colectivos; como ejemplo de ello, se menciona la integración de padres de familia y niños al proceso de reconocimiento del territorio a través de programas comunicativos. Si bien es cierto que La Diáspora de primera mano no persigue una formación política puntual, implícitamente el reconocimiento del territorio los obliga a tomar posición y a decidir sobre su futuro político.

De esta manera, se considera que dichas acciones contribuyen a la creación de rupturas con el territorio, en la medida en que cuestionan las prácticas políticas, de poder y de control que tienen lugar allí. Pero dicha ruptura, en la medida en que acerca a otros, propone resistir desde las acciones cotidianas y desde la construcción de sujeto, por las cuales las mismas relaciones y comunicaciones mantienen dicho colectivo.

La ruptura es el lugar desde donde se deciden las prácticas colectivas que no tienen un interés individual, sino que por el contrario cohesionan y hacen posible la coexistencia y configuración del colectivo dentro del territorio. Dichas rupturas que por la naturaleza del sistema implican la generación de nuevos subsistemas son el elemento desde el cual se concretan las prácticas que entran a dinamizar el entorno y su propia transformación.

Una de las principales rupturas que podemos encontrar en la experiencia de La Diáspora es el trabajo comunitario, el cual permite que se distribuya el poder en lo que para la teoría de sistemas actúa como los flujos de información que constituyen la posibilidad y, al mismo tiempo, la tensión entre los códigos que buscan imponerse. Aquí, la ruptura se da en la medida en que se admite la circulación de códigos, de modo tal que estos regulen las relaciones y las formas de comunicación en el territorio y puedan emerger dinámicas alternativas como parte de la complejidad. La contención que subyace a dicha complejidad intenta generar nuevas posibilidades de transformación al volcar sobre el poder aquello que está fuera de él.

A partir del análisis de las relaciones de las posiciones en el territorio se puede inferir que las posiciones emergentes como La Diáspora parten de procesos de autorreferencia y autorregulación que posibilitan la relación entre elementos: el discurso, la práctica social, lo visible e invisible del contexto, las rupturas, los flujos de información y los códigos.

El territorio es el escenario donde pueden surgir otras posiciones sociales como parte de la resistencia hacia las posiciones con mayor poder de regulación; por tanto, las posiciones subalternas surgen como una forma de práctica política que intenta hacer visibles las otras posiciones como dispositivos de poder que pueden limitar la generación de nuevas posiciones.

Así, es posible pensar La Diáspora como una posición que irrumpe en el orden y que cuestiona las estructuras del territorio, al mismo tiempo que dicha irrupción crea situaciones estables y acciones conjuntas que le permiten incidir sobre la doble afectación que se presenta en el contexto (pobreza y conflicto armado). La Diáspora actúa como una posición cerrada capaz de regularse por sí misma en la medida en que logra, a pesar de las amenazas, mantenerse y al mismo tiempo regular su estructura.

Así, puede decirse que las posiciones sociales son el resultado de las relaciones que emergen del territorio y que se configuran a través de redes de comunicación y flujos de información que se ponen en contacto y en tensión: el conflicto armado, la disputa por el control del territorio, la presencia de organismos no gubernamentales, el Estado y los colectivos juveniles. Todos estos ponen de manifiesto límites visibles o invisibles, es decir, entre cada uno de ellos con respecto a los demás y con un contexto amplio que poseen en común.

Doble afectación: pobreza y conflicto armado como entorno común

La importancia de la doble afectación radica en que esta configura elementos de cada una de las posiciones que están presentes en el territorio; además determina parte de sus relaciones y aspectos identitarios en cada posición. Si bien existe una relación entre cada posición social y la doble afectación, esta última se ubica fuera de las posibilidades de cada una pues supera sus alcances. A esto es a lo que denomina Luhmann (1990a) entorno común a todos los subsistemas, es decir que está fuera de cada uno de ellos.

La doble afectación pobreza y conflicto armado es aquello que está fuera de la regulación de todas las posiciones sociales, pero que media sus relaciones, interacciones e intereses. La manera en que se expresan la pobreza y el conflicto armado en un territorio evidencia que está fuera del control de cualquiera de los actores que allí confluyen.

Así, el territorio entendido como una red compleja de relaciones entre las posiciones sociales se configura a través de redes de comunicación y flujos de información que ponen en contacto y en tensión elementos propios del entorno, es decir la doble afectación: pobreza ejemplificada en la baja nutrición, condiciones laborales injustas, acceso restringido a educación y por el lado del conflicto armado se ubica la disputa por el control del territorio, el reclutamiento forzado, amenazas y asesinatos selectivos.

La doble afectación configura el territorio y conlleva a un reordenamiento continuo de las posiciones sociales, presionado por los límites visibles, que para este caso pueden ser los falsos positivos, la limpieza social, la reivindicación de los derechos, entre otros; e invisibles como son el miedo, la angustia, la sensación de inseguridad, por nombrar solo algunos.

Ante el control que ejerce la doble afectación sobre las posiciones sociales, algunas de ellas resisten, es decir, entran en comunicación y tienen como objetivo disminuir sus efectos. Para el caso de La Diáspora, como posición social subalterna en el territorio, desarrolla procesos de resistencia no solo frente a las demás posiciones, sino al entorno común, es decir a la doble afectación.

Para disminuir los efectos de la pobreza y el conflicto armado La Diáspora, a lo largo de su historia, ha desarrollado estrategias más allá de las expresiones del hip-hop y las acciones públicas. Así, toma sentido el acompañamiento que hace a otros sectores de la población para ampliar sus redes comunicativas y disminuir los efectos de la doble afectación.

Finalmente, para responder a la doble afectación se ubica la convicción de los integrantes de La Diáspora sobre la importancia del trabajo colectivo, el alcance del mismo y su capacidad de superar límites que impone el contexto.

Conclusiones

A partir del proceso investigativo desarrollado es posible sacar varias conclusiones.

La posición de La Diáspora es autónoma e independiente, pues sus formas particulares de ser y hacer en el territorio, en palabras de Santos de Sousa (2003), tienen la característica de la autonomía, la cual puede verse en su fuerza y eficiencia organizativa, no solo en lo que se refiere a su constitución formal y legal como fundación, sino en la dinámica propia que han consolidado para el desarrollo de las actividades que se plantean. Siguiendo a Santos de Sousa (2003), también se puede decir que la práctica de resistencia de La Diáspora es independiente, porque su autonomía no se relativiza al entrar en tensión con otras posiciones en el territorio, no se negocian las prioridades ni se desvirtúan sus prácticas.

El arte, específicamente el hip-hop, se entienden como el medio por el cual La Diáspora, como una posición social subalterna, confronta el ejercicio de poder de las demás posiciones sobre ella. En este sentido, es posible inferir que para regular el poder por parte de las posiciones subalternas es necesario reconocer el contexto y las diferentes formas de poder que se distribuyen en el territorio. En palabras de Castiblanco

... dentro del hip-hop el rap es quizá el escenario de mayor expresión de los contenidos y ejercicios de las prácticas de resistencia por cuanto no es algo que se realiza esporádicamente sino que se asume como la vida misma, desde una forma de vestir hasta la forma como se concibe la vida, el trabajo, la sociedad, el mundo, los problemas. (Castiblanco, 2005, p. 258)

La doble afectación se puede entender como aquellas situaciones en las que el ser humano, la sociedad y las organizaciones se ven expuestas a diferentes tipos de riesgos y peligros por diferentes causas. Dichas situaciones son agenciadas por prácticas políticas, derivadas de relaciones específicas de poder, algunas de estas presentes tanto en contextos locales, nacionales, como transnacionales.

Para La Diáspora resistir a la incidencia de la doble afectación es como lo menciona Beck (1999), poner en ejercicio su derecho a la libertad política cuando hace referencia a la capacidad de elegir, decidir y configurar su identidad. Frente a las posibilidades de acción, La Diáspora considera la importancia de la organización para la incidencia en las políticas sociales que generan riesgo o que se formulan para la disminución de los mismos. En este sentido, Beck dice:

... no es exagerado decir que los grupos de ciudadanos han tomado la iniciativa temática en esta sociedad. Han sido ellos los que han llevado a la agenda social los temas de un mundo amenazado en contra de la resistencia de los partidos establecidos. (1999, p. 168)

Como último aspecto, podemos concluir que la incidencia de la doble afectación sobre La Diáspora hace que constantemente este colectivo juvenil esté recontextualizando su práctica, pues las formas en que se presentan la pobreza y el conflicto armado varían en el tiempo, por ello algunas de sus prácticas se transforman, sin necesariamente adaptarse a las que han cuestionado en el territorio.


Notas

1 Una de las principales dificultades para la descripción del contexto donde se desarrolla el trabajo del colectivo juvenil La Diáspora es la desactualización de los indicadores demográficos y sociales del municipio de Soacha. Lo que se ubica en la página oficial de la Alcaldía Municipal de Soacha hace referencia a los datos del censo de 2005. Además, no se encuentra el diagnóstico social, económico, cultural y político sobre el cual se planteó el Plan de Desarrollo Municipal 2016-2020.
12 Según varios medios de comunicación nacionales, en el mes de marzo de 2008 circularon en Altos de Cazucá comunicados destinados a anunciar que varias organizaciones no gubernamentales de derechos humanos y algunos líderes sociales habían sido declarados como objetivo militar. "Los volantes aparecen avalados por dos expresiones armadas: Águilas Negras presente y Bloque Metropolitana de Bogotá, y anuncian asesinatos y el seguimiento estrecho de sus actividades" (Humanitaria, 2010).
3 Se refiere a órdenes de organizaciones delictivas, ilegítimas, que restringen la libre circulación y movilidad de las personas, bajo amenaza de muerte, como estrategia de control territorial o de terror en un territorio concreto, considerado como estratégico (Humanitaria, 2010).
4 La información fue suministrada por ocho jóvenes de la Fundación La Diáspora, seis hombres y dos mujeres entre 18 y 30 años. Tres de ellos son líderes fundadores del colectivo, otros tres forman parte actualmente del proceso organizativo y los dos restantes han participado ocasionalmente de las actividades de la Fundación.
5 Hace referencia a las instancias de participación que están enunciadas en la ley y que tienen como fin incidir en la agenda política.


Referencias bibliográficas

Álvarez, E. A. (2003). La teoría de Niklas Luhman. Convergencia 32, 277-312.         [ Links ]

Barbero, M. (1993). Industrias culturales: modernidad e identidad.         [ Links ]

Beck, U. (1999). La sociedad del riesgo global. Madrid, España: Siglo XXI España editores.         [ Links ]

Castiblanco, G. (2005). Rap y prácticas de resistencia: una forma de ser joven. Reflexiones preliminares a partir de la interacción con algunas agrupaciones bogotanas. Bogotá: Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca.         [ Links ]

Garcés, Á. (2010). De organizaciones a colectivos juveniles. Panorama de la participación política juvenil. Última Década, 61-83.         [ Links ]

Luhman, N. (1990). Sociedad y sistema: la ambición de la teoría. Barcelona, España: 1° ed. Paidós.         [ Links ]

Luhmann, N. (1993). Sociedad y sistema: La ambición de la teoría. Barcelona, España: 2a ed. Paidós.         [ Links ]

Luhmann, N. (1998). Sistemas sociales. Lineamientos para una teoría general. Barcelona, España: Anthropos.         [ Links ]

Luhmann, N. (1998). Complejidad y modernidad: de la unidad a la diferencia. Madrid, España: Trotta.         [ Links ]

Herrera, J. (2010). La comprensión de lo social. Horizonte hermenéutico de las ciencias sociales. Bogotá: Antropos.         [ Links ]

Humanitaria, M. D. (2010). Soacha un silencio que grita. Crisis humanitaria y conflicto armado. Bogotá: Mesa de análisis de la situación humanitaria.         [ Links ]

Municipal, A. (2012). Plan de Desarrollo alcaldía municipal de Soacha. A Soacha la construimos todos. Soacha: Alcaldía Municipal.         [ Links ]

Reguillo, R. (2003). Ciudadanías juveniles en América Latina. Última Década, 19, 11-30.         [ Links ]

Santos, B. de S. (2003). Democracia y participación. El ejemplo del presupuesto participativo de Porto Alegre. Porto Alegre, Brasil: El viejo Topo.         [ Links ]

Sztompka, P. (1993). Sociología del cambio social. Madrid, España: Alianza.         [ Links ]

Urteaga, E. (2010). La teoría de sistemas de Niklas Luhman. Contrastes. Revista Internacional de Filosofía, 15, 301-318.         [ Links ]

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License