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Aletheia. Revista de Desarrollo Humano, Educativo y Social Contemporáneo

On-line version ISSN 2145-0366

Aleth. rev. desarro. hum. educ. soc. contemp. vol.9 no.1 Bogotá Jan./June 2017

 

Artículos de investigación

La escuela y la familia en relación con el alcance del logro académico. La experiencia de la Institución Educativa Antonio José de Sucre de Itagüí (Antioquia) 2015*

School and family: their Role at Reaching Academic Achievement. The Experience of Antonio José de Sucre Educative Institution in Itagui (Antioquia) 2015

A escola e a família em relação com a obtenção da conquista académica. A experiência da Instituição Educativa Antônio José de Sucre de Itagui (Antioquia) 2015

José Luis Villalobos Martínez** 

Gabriel Antonio Flórez Romero*** 

David Alberto Londoño Vásquez**** 

** Magíster en Educación y Desarrollo Humano. Coordinador académico en la IE Antonio José de Sucre, Colombia.

*** Magíster en Educación y Desarrollo Humano. Actualmente docente en las áreas de educación religiosa y ética de la IE Antonio José de Sucre, Colombia.

**** Doctor en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud. Investigador de la línea Estudios Éticos, Estéticos y Comunicativos del grupo de investigación en Psicología Aplicada y Sociedad de la Institución Universitaria de Envigado, docente de tiempo completo de la Institución Universitaria de Envigado, Colombia. Researcher id: f-8907-2013. Orcid: 0000-0003-1110-7930. Correo electrónico: dalondono@correo.iue.edu.co.


Resumen

En el presente artículo, se analizan los resultados de las narrativas aportadas por estudiantes, madres de familia y docentes frente a la importancia del acompañamiento de la familia en los procesos de formación que se imparten en la escuela como oportunidad para alcanzar el logro académico en el grado undécimo de la Institución Educativa Antonio José de Sucre de Itagüí en el año 2015. Dichas narrativas permitieron comprender el desarrollo de las dinámicas familiares como una oportunidad para afianzar los procesos de formación que se imparten desde la escuela. Con relación a los hallazgos, estos nos llevaron a concluir que, sin la complementariedad entre la escuela y la familia, los procesos académicos podrían generar frustración en los estudiantes. Por tanto, los resultados de esta investigación se convierten en una herramienta para repensar la relación de la labor educativa entre familia y escuela.

Palabras clave: Familia; escuela; apoyo académico; comunicación y educación

Abstract

In this article, the authors analyzed the results of students', their mothers' and teachers' accounts about the importance of family support in educational processes carried out at schools as an opportunity to reach academic achievement on eleventh grade students of Antonio José de Sucre School in 2015. Such accounts allowed to understand the development of family dynamics as an opportunity to strengthen the educational processes held on schools. From these findings, it can be concluded that, without the complementarity between school and family, the academic processes could generate frustration among students. Therefore, the results became a tool for rethinking the relation of the educational role between family and school.

Keywords: Family; school; family support; academic achievement; communication and education

Resumo

No presente artigo são analisados os resultados das narrativas fornecidas por estudantes, mães de família e professores frente a importância do acompanhamento da família nos processos de formação ministrados na escola como oportunidade para obter a conquista académica no último ano de ensino na Instituição Educativa Antônio José de Sucre de Itagui no ano 2015. Essas narrativas permitiram compreender o desenvolvimento das dinâmicas familiares como uma oportunidade para afiançar os processos de formação que são ministrados desde a escola. Em relação às descobertas, foi possível concluir que sem a complementariedade entre a escola e a família, os processos académicos poderiam gerar frustração nos estudantes. Por tanto, os resultados desta pesquisa são uma ferramenta para repensar a relação do trabalho docente entre família e escola.

Palavras chave: Família; escola; apoio familiar; realização acadêmica; comunicação e educação

Introducción

El fuerte posicionamiento de las multinacionales, la acogida de la televisión como medio de información y entretenimiento, la asimilación de la tecnología, y la informática como estilo de vida y oportunidad de beneficio económico, y la inserción de la mujer al mundo laboral se han convertido de algún modo en esos aspectos que han conllevado a configurar nuevos esquemas de representación, roles, hábitos e identidad de las familias (Giddens, 2000; Londoño, 2015). Desde esta perspectiva, la inserción de valores, tradiciones, costumbres y expectativas que pertenecían a la familia tradicional se formatean para dar paso a nuevas características de conformación y comportamiento de la familia. Sin embargo, sea cual fuere su estructura, la condición de apoyar, colaborar y participar en el proceso de consecución de las metas, los objetivos y los logros de hijos o hijas permanecerá como una condición social, política o personal que invita a fomentar en ellos y ellas el desarrollo de competencias en el saber, saber hacer y saber ser. Además, es importante que recordemos que los niños nacen con la capacidad básica de comportarse moralmente, de responder de forma paulatina a las exigencias intelectuales de su edad (Piaget, 1991), pero es la familia quien debe inculcar, reafirmar y convertir estas capacidades en acciones de éxito durante su crecimiento.

Ahora bien, algunos aprendizajes básicos (saber comunicarse, relacionarse, decidir, cuidarse a sí mismo y a su entorno) trascienden al ámbito de la escuela, y es ahí donde los docentes, por medio de saberes, pedagogías y didácticas, fortalecen las competencias que permiten a los estudiantes comprender cuáles son sus funciones como seres sociales, mejorar sus saberes previos para entender las dinámicas del contexto, apropiarse de sus compromisos familiares y reconocer sus competencias como oportunidad en el alcance del logro. Por consiguiente, la escuela y la familia se convierten en los dos escenarios que posibilitan el desarrollo humano. Eso sí, ambos contextos trabajan en corresponsabilidad, creando relaciones de complementariedad, apoyo, entendimiento mutuo y constructivo cuyo objetivo se enfoca en mejorar las capacidades y la optimización del desarrollo de los estudiantes.

Al llegar a este punto, se reconoce que tanto la escuela como la familia son los espacios de socialización que permiten el desarrollo del aprendizaje. No obstante, no sabemos cómo funciona cada una de ellas, pregunta que inquieta el ambiente de la educación, porque, de algún modo, aspectos como la falta de tiempo, las responsabilidades laborales y los compromisos adquiridos en la fecha de citación a las familias -las cuales, en algunos casos, son solo excusas- terminan por limitar la mejor armonía de la relación. Por esto la escuela se ve en la tarea permanente de generar acciones que inviten a involucrar a padres, madres y acudientes como agentes activos del proceso de formación, aún más cuando se presenta desinterés, desmotivación e inactividad en el alcance del logro académico por parte de los estudiantes. Especialmente cuando la relación no es de corresponsabilidad, los resultados que pueden obtener los estudiantes al final de un proceso quizás no respondan a las expectativas de desarrollo de sus capacidades y competencias; esto es congruente con lo expresado por Rubén Cervini (2002), cuando dice que la incidencia de la familia en los procesos formativos ha tenido deficiencias, a las que hoy más que antes hay que dedicarles atención, lo cual indicaría que hay incumplimiento de los roles en las partes en mención.

Por tanto, la escuela, en su razón de ser (integradora, democrática, participativa, incluyente), crea espacios para socializar situaciones adversas que impiden el mejor desempeño académico de los estudiantes y, a su vez, generar oportunidades de encuentro donde familia y escuela expongan fortalezas y oportunidades para promover estrategias que ayuden a mejorar la labor educativa y el trabajo en equipo entre ambas instituciones. Por consiguiente, cuando la familia participa de manera continua y permanente en la educación de sus hijos:

Ellos obtienen mejores grados y calificaciones más altas en las pruebas, asisten a la escuela con mayor regularidad, cumplen más con sus tareas, demuestran mejor actitud y comportamiento, se gradúan con mayor frecuencia de la escuela secundaria, y tienen mayor tendencia a matricularse en la universidad, que aquellos estudiantes con familias menos involucradas (Funkhouse y Gonzales, 1997, p. 1).

Así pues, es importante que escuela y familia trabajen de manera conjunta en actitud de acción, corrección, mejora y proposición para apoyar en las dificultades que puedan generarse, fortalecer debilidades halladas, y potenciar las habilidades y competencias académicas que poseen los estudiantes y que, de alguna manera, los llevan al alcance del logro. Sin embargo, la escuela debe evitar en lo posible el aislamiento de la familia, puesto que ella cumple un papel relevante en la experiencia del educando desde el saber conocer. La familia es transmisora de conocimientos que son fruto de sus tradiciones más representativas, lo cual caracteriza al niño y al adolescente, que logra tomar conciencia de su identidad personal, familiar y social (Aguilar, 2002); además, cumple a cabalidad un aspecto de su misión, al mismo tiempo que aviva la continua y permanente actuación de padre, madre o acudientes en las actividades pedagógicas, que buscan su aporte y en la intervención de aquellas acciones educativas que requieren de su activa participación.

Por tanto, "Las escuelas que más han logrado involucrar a los padres y otros miembros de la familia en la facilitación del aprendizaje de sus hijos, miran más allá de las definiciones tradicionales de la participación" (Funkhouse y Gonzales, 1997, p. 1). Es por ello que no debe fiarse en las acciones comunes (entrega de informes académicos, llamados de atención convivencial, escuelas de padres y madres de familia) porque su función se orienta a fortalecer la relación para apuntar de manera objetiva hacia el alcance del logro académico de los estudiantes.

Ahora bien, dentro del contexto anterior, "la acción educativa se ve obligada a establecer de nuevo su papel formativo, dando un nuevo significado a su acción con nuevos modos. Entre ellos, la colaboración con las familias" (Bolívar, 2006, p. 120). Por consiguiente, el sentido de corresponsabilidad toma gran importancia porque sin este los procesos de formación en su medida estarán cargados de inconformismo, desinterés por la tarea y de todas aquellas acciones que buscan desarrollar las competencias que poseen los estudiantes y que de algún modo se encuentran direccionadas al alcance del logro académico personal, familiar e institucional. Por tanto, "la escuela por sí sola no puede satisfacer las necesidades de formación de los ciudadanos, sino que la organización del sistema educativo, debe contar con la colaboración de los padres y las madres, como agentes primordiales en la educación" (Ortiz, 2011, citado en De león, 2011, p. 3). Es de esperar que el contar con su apoyo de alguna manera se refleje en un rendimiento escolar que responda a sus propias expectativas, a una mejor autoestima y posición frente a sus aspiraciones académicas.

Por esto los estudiantes que cuentan con el apoyo permanente de sus familias terminan por encontrar mayor sentido de responsabilidad por la tarea, se apropian de mejor manera de los contenidos, planteamientos y situaciones que investigan; por ende, son más activos, participativos y propositivos en el ambiente promovido por el o la docente en el aula de clases. Por tanto, la disciplina de trabajo que han creado los conduce de algún modo a alcanzar los objetivos que se proponen, los que su familia induce y los que la institución plantea como condición de éxito. Por consiguiente, son estudiantes motivados:

La motivación se considera como un elemento propiciador de las implicaciones del sujeto que aprende: cuando un alumno está fuertemente motivado todo su esfuerzo y personalidad se orienta hacia el logro de una determinada meta, empleando para todo ello sus recursos (Lozano, 2003, p. 45).

Por tanto, los padres, madres o acudientes que acompañan a sus hijos o hijas les trasmiten mayor seguridad y confianza a la hora de afrontar retos. Es a partir del constante diálogo -entendido como la oportunidad de escuchar y ser escuchado de manera que el padre, la madre o el acudiente creen la posibilidad a través de un mensaje sencillo, comprensible y persuasivo, los valores y principios que definen ese ideal- entre los miembros de la familia que se crean las estrategias que deben implementar, las pautas por seguir y las formas de hacer frente a los caminos que conducen a alcanzar el logro. Además,

Otras investigaciones señalan que los componentes familiares más influyentes en el rendimiento no son los socioculturales o económicos, sino los de la dimensión afectiva o psicológica; es decir, aunque una buena formación académica de los padres, especialmente de la madre, y un ambiente cultural positivo favorecen el rendimiento escolar, son las variables afectivas y relacionales las que destacan como factor de rendimiento (Lozano, 2003, p. 47).

Por ello, las familias que crean fuertes condiciones afectivas generan en sus hijos o hijas una mejor autoestima y con ella la oportunidad de ayudarlos a forjarse su identidad firme, conocer a fondo sus posibilidades como individuos y reafirmar su posición frente a sus aspiraciones académicas. En cuanto a las que fortalecen las relaciones en la familia, terminan por acentuar los roles, fomentar la independencia y animarlos a confiar en sus propios recursos, lo cual les permite alcanzar con éxito el logro académico.

Finalmente, vale la pena mencionar que este artículo se desprendió de los hallazgos generados del proceso de investigación "El acompañamiento familiar en relación con el alcance del logro académico de los estudiantes del grado undécimo de la Institución Educativa Antonio José de Sucre del municipio de Itagüí", en el que madres, estudiantes y docentes expresaron a través de sus narrativas las experiencias y prácticas pedagógicas que permiten fortalecer el vínculo familiar que facilita el alcance del logro académico de los estudiantes. Además, a partir del diálogo sostenido con cada participante emanó información que nos acercó a comprender las fortalezas y debilidades del proceso de formación que se vivencia en el ambiente de la familia. Por tanto, con base en los resultados generados por la investigación, queremos dejar en evidencia que sin el debido acompañamiento familiar es poco probable alcanzar el logro.

Metodología

La realización de esta investigación tuvo como objetivo general comprender la incidencia del acompañamiento familiar en relación con el alcance del logro académico en los estudiantes del grado undécimo de la Institución Educativa Antonio José de Sucre. De ahí que el propósito metodológico se sustenta en la comprensión a través de las narrativas (Londoño y Frías, 2013) de estudiantes, madres de familia y docentes. La investigación desarrollada es de naturaleza cualitativa, basada en un método hermenéutico comprensivo de las narrativas que recabó información de cuatro estudiantes (dos de ellos hombres y dos mujeres) seleccionados de manera intencionada con niveles académicos de desempeño bajo, básico, alto y superior (criterios del Decreto 1290 del 2012) con edades que oscilaban entre los 16 y los 17 años.

De estos mismos estudiantes, se acogieron las madres de familia (es importante anotar que los participantes justificaron la ausencia del padre en las actividades investigativas por motivos laborales, su alejamiento del hogar o porque este deja la responsabilidad casi total del acompañamiento en la escuela a la madre), sin tener en cuenta su nivel educativo y situación laboral. Además, se incluyeron en el proceso tres docentes (dos mujeres y un hombre) que orientan en el grado undécimo, para conocer su opinión y precisar cómo se relacionan, apoyan o niegan los registros ofrecidos por las madres de familia y los estudiantes.

Ahora bien, para recabar información se aplicó una encuesta, se realizó un taller y una entrevista como instrumentos que permitieran acercarnos al interés de la pregunta de investigación y la descripción del problema. Por consiguiente, en primera instancia se desarrolló una encuesta diferenciada a estudiantes y madres de familia de tipo descriptivo y analítico con preguntas abiertas, cerradas y valorativas. A continuación, se implementó con las madres de familia un taller de reflexión "como técnica de recolección de datos cuyo propósito se encontraba encaminado a explorar y describir ambientes, adentrarse en profundidad en situaciones sociales y mantener un rol activo, pendiente de los detalles, situaciones, sucesos, eventos e interacciones" (Albert, 2007, p. 232). Este taller permite analizar, interpretar y confrontar información para descartar o incluir aquellos aspectos pertinentes a los intereses de la investigación que no hayan sido registrados en la encuesta.

Posteriormente, se aplicó a los participantes una entrevista semiestructurada y se implementó de forma individual (según la disponibilidad de tiempos de los entrevistados) para ampliar la información obtenida con los anteriores instrumentos de indagación. Además, los aportes suministrados por los docentes se obtuvieron de igual manera para triangular la información aportada inicialmente por madres y estudiantes, con el fin de corroborar con las subcategorías halladas en la primera relación y, así, comprender qué tan importante es acompañar a los estudiantes en el alcance del logro académico.

Además, es importante señalar que la pesquisa de las narrativas se realizó en espacios diversos como estrategia para generar confianza en la aplicación de la entrevista. Luego, la información suministrada por los participantes se organizó en ejes temáticos definidos a partir de las categorías de acompañamiento familiar y logro académico. Después, se establecieron las subcategorías, las posiciones de los participantes y, por último, la interpretación de las narrativas.

Antes de iniciar el proceso de investigación, se pidió a los participantes que firmaran un consentimiento informado para dejar constancia de su participación voluntaria en él. Seguidamente, se les explicó en detalle el proyecto. Después, se seleccionaron y conformaron los grupos de indagación para identificar las características académicas y sociales del grupo. Y como último paso, se aplicaron los instrumentos de indagación (encuesta, taller y entrevista) para conocer las posiciones de los participantes con respecto a las categorías de la investigación.

A continuación, los datos de las encuestas se organizaron y se tabularon en una planilla de Excel para poder contar y graficar los resultados arrojados. En cuanto a los talleres, se diseñó un formato que contenía las preguntas formuladas; esto nos facilitó vaciar en cada casilla las categorías y sub-categorías identificadas para luego obtener una posición más descriptiva, clara y concisa de la posición de acompañamiento familiar y logro académico que poseen madres, estudiantes y docentes. En lo referente a las entrevistas, la información se desgravó en archivo digital de Word, identificando grupos y agregando a manera de título el seudónimo del entrevistado.

Las encuestas contenían preguntas múltiples con única respuesta y su medición se llevó a una tabla de Excel, que nos dio la posibilidad de graficar los datos arrojados de cada una de las preguntas y con ello identificar las características más comunes que definen las intenciones de acompañamiento familiar y alcance del logro que poseen los participantes. En cuanto al taller, el formato nos dio la oportunidad de emparejar las categorías y subcategorías relevantes con respecto a la entrevista. Seguidamente, a partir de la información proporcionada por las madres, los estudiantes y los docentes mediante los instrumentos de indagación se realizaron interpretaciones básicas que permitieron identificar las expresiones u opiniones relevantes de los indagados y relacionarlas con las categorías definidas en la investigación.

Terminado el anterior paso, como primer ejercicio, se utilizó el programa Atlas.ti para realizar una primera mirada a las relaciones existentes entre las categorías, las subcategorías y la información suministrada por los indagados. Posteriormente, se efectuó un trabajo artesanal de selección de la información como mecanismo de apropiación del proceso que permitiera agrupar los conceptos y significados con el ánimo de generar interpretaciones de cada postura, y de ahí relacionarlas con una fuente documental que le dé sustento teórico a los datos identificados como hallazgo y que, a su vez, permitan dar respuesta a la pregunta de investigación.

En consecuencia, el análisis de la información se inició con la organización de las categorías principales. Luego, se tomaron las descripciones aportadas para establecer en la semejanza de sus aportes las subcategorías de primer nivel y de ahí relacionarlas con la categoría principal. Después, se identificaron las subcategorías de segundo nivel generadas a partir de las palabras comunes con las cuales las indagadas exponían su punto de vista; seguidamente, se nutrió cada categoría con la información de campo obtenida de las entrevistas realizadas. Posteriormente, se analizó cada una de ellas para clasificarlas, seleccionar las de mayor relevancia, semejanza y cuyas características descriptivas manifestaron una tendencia común entre las indagadas.

El siguiente paso fue realizar un análisis categórico de la estructura de cada una de las narraciones para identificar valores, percepciones e ideas que poseen del problema de investigación para generar interpretaciones que nos acerquen a la comprensión del problema de investigación, y, por último, relacionar cada secuencia de análisis con los autores que les dan sustento a las interpretaciones realizadas.

Análisis de la información y discusión de resultados

La base para desarrollar cada una de las categorías halladas es la información proporcionada por los participantes en cada uno de los instrumentos de indagación (encuestas, taller y entrevistas), la cual permitió, de cierto modo, adentrarnos en sus narrativas y, a partir de ahí, comprender su posición frente al problema de investigación. Además, cada uno de los aportes suministrados facilitó la identificación de las acciones pedagógicas y educativas que posibilitan a las familias acompañar efectiva y significativamente a sus hijos en el alcance del logro académico. Por tanto, de los datos se generó la necesidad de extractar subcategorías de segundo nivel (palabras que identifican las cualidades de la familia), como atención, comunicación entre los miembros de la familia, diálogo permanente con padre o madre, relaciones afectivas entre padre o madre con hijo o hija, responsabilidad ante los compromisos de la familia, respaldo familiar, respeto por el padre/la madre, compromiso con la familia, éxito escolar, trabajo y preparación, perseverancia y búsqueda de la excelencia.

Estas disposiciones de los hijos para con los padres y de los padres para con los hijos los resume Susana Patiño en su texto Responsividad ética, en un aparte titulado "El cuidado del otro: entendida la responsividad ética, como la capacidad para saber equilibrar las necesidades propias y las del otro, convirtiéndolas en una meta de madurez moral" (Patiño, 2010, p. 21), que en nuestra investigación se relaciona con el alcance del logro académico, lo cual constituye un hecho representativo para el contexto familiar de la población investigada.

Cada una de las subcategorías de segundo nivel encontradas permitió comprender que la base fundamental del acompañamiento familiar se sustenta en el desarrollo de procesos de socialización o diálogo que invitan al encuentro de experiencias entre padres, madres e hijos en una zona de desarrollo próximo (Vygotsky, 1995) que genere nuevos aprendizajes de aquello que les inquieta. Es por ello que para efecto del presente artículo nos enfocaremos en especial en aquellas subcategorías de primer nivel que ayudaron a identificar las acciones pedagógicas y educativas que posibilitan a las familias acompañar efectiva y significativamente a sus hijos en el alcance del logro académico.

Comunicación familiar

De acuerdo a la información suministrada, los estudiantes, madres y docentes que participaron en el proceso de investigación manifiestan la importancia de desarrollar procesos comunicativos en el ambiente familiar porque en esos instantes padre, madre o acudiente tienen la oportunidad de transmitir su ideal de ser humano, los valores por inculcar y los ideales de vida que desean ver en sus hijos. Además, se posibilita arraigar las características de desenvolvimiento y aspiraciones personales que dan sentido al trabajo realizado en la escolaridad. De ahí que Vygotsky, en su libro Pensamiento y lenguaje (1995), plantee que "(...) [el] entorno social, de interacción, de las condiciones de apoyo de la familia se convierte en un factor fundamental de desarrollo" porque su influencia como mediadora, orientadora y motivadora del aprendizaje consciente afianza las expectativas que dan valor a la enseñanza y a la oportunidad de éxito escolar. Por tanto, el hecho comunicativo que manifiestan las familias que participan en la presente investigación propone de forma implícita líneas de acción para que dicho esquema sea tenido en cuenta en los procesos de acompañamiento de estudiantes de la básica secundaria, especialmente grado once.

También, es importante exponer que la forma como los padres, las madres o los acudientes se comunican con sus hijos puede llegar a condicionarlos o incentivarlos en el alcance del logro. Por tanto, los estudiantes reconocen que los procesos de socialización en las familias conducen a forjar los comportamientos, las actitudes y las responsabilidades adquiridas; promueven y potencian el desarrollo psíquico y de la personalidad que conduce al ideal de éxito escolar que poseen. Además, el ejercicio de la comunicación permanente permite comprender las razones y reformular la proyección de las estrategias que buscan mejorar los procesos de formación de los hijos y a su vez elimina los supuestos que tanto daño hacen al acompañamiento, lo que permite retomar el pensamiento de María del Carmen Aguilar (2002) en el aparte que dice: "el hecho comunicativo adquiere un valor esencial, si se desea educar para la vida comunitaria puesto que se convierte en la mejor manera de superar las dificultades" (p. 207), lo cual resalta el potencial de la familia que fundamenta su proceso de enseñanza en la directriz del diálogo.

Por tanto, en las narrativas de los participantes, el diálogo es la palabra clave que representa la oportunidad para que la madre o el padre configuren una idea, un sueño o una meta de formación. Es desde este ambiente de interacción donde se reafirman los lazos, se acuerdan los compromisos, se reconocen las virtudes y las dificultades que presenta cada uno de los miembros de la familia, y a su vez, es la oportunidad para generar mejores posibilidades de crecimiento individual y colectivo.

Los padres, las madres o los acudientes que aprovechan los espacios de encuentro para crear oportunidades de diálogo terminan por desarrollar discursos en los que prima el ejemplo y, a través de él, la oportunidad de transmitir mediante un mensaje sencillo, comprensible y persuasivo los valores y principios que definen la "buena persona" o el "ser ideal". Además, la puesta en práctica de esta acción consolida las relaciones y los niveles de confianza que permiten la apropiación de los roles en la familia.

En síntesis, cuando hay procesos de comunicación continua en una familia, seguramente existe confianza, camaradería, pero, por sobre todo unión y cariño. Además, el mutuo respeto prima y se consolidan los valores que posibilitan las buenas relaciones entre sus integrantes, fortaleciendo las voluntades políticas de los estudiantes y así afrontar las nuevas situaciones que definen sus vidas. Sin embargo, crear este clima, es complejo porque, si padre, madre y/o acudiente no educan con base en el ejemplo, resultaría complicado crear un ambiente adecuado que facilite los procesos de comunicación y en su defecto se agudizan la oportunidad de alcanzar el logro académico.

Acompañamiento familiar

En los eventos narrados por los participantes estos expusieron, primero, que padre y madre realmente acompañan cuando dan ejemplo; segundo, cuando predican y practican continuamente la virtud del esfuerzo, incluso navegando contracorriente en las actividades normales de la vida para dejar de cara al futuro una marca indeleble en los hijos que estos puedan llegar a imitar; y tercero, siendo parte que incentive el alcance de la meta educativa propuesta al lado de su hijo, proponiendo que el cuidado del estudiante hunde sus raíces no en el carácter obligatorio que emana de la norma legal, sino de la ley natural en la que se fundamentan las relaciones intrafamiliares. A propósito, es válido traer a colación el registro introductorio de Aguilar (2002): "(...) los cambios de la sociedad actual, son rápidos y profundos, los sujetos no están preparados para adaptarse a ellos en los diversos niveles: biológico, psicológico y social. La complejidad cada vez mayor, que la caracteriza, demanda una nueva visión educadora de la familia y la escuela, lo que exige su compromiso para trabajar unidas en un proyecto común" de carácter humanizante que exige estar alerta y que propenda por la formación integral (p. 1).

Por consiguiente, el acompañamiento es una acción dialéctica, dinámica y participativa en la que quien acompaña demuestra disposición de apoyo y capacidad para fungir de sostén para quien es acompañado, es decir, de cuidado sin menoscabo de su autonomía, según lo expresa Patiño (2010). Esto define una relación ética de reciprocidad en donde la familia es la principal inspiración para salir adelante, porque es ella quien asume en menor o mayor escala los niveles de responsabilidad y compromisos sugeridos desde la escuela para los estudiantes y propicia "un clima afectivo que enriquece la personalidad de los sujetos" (Maestre, 2009, p. 4).

En sus narraciones, las madres consideraban que es importante participar en las actividades escolares porque de ello depende que los estudiantes perciban que ellas valoran los acontecimientos que se promueven e implementan para su bienestar. De cierta forma, esta situación permite que los padres y madres se apropien de las rutinas que siguen, de los temas de interés y de las dificultades o preocupaciones que se presentan en el desarrollo de las capacidades de sus hijos en el ambiente de la escuela.

Ahora bien, el diálogo cumple un papel protagónico, más cuando es profundo; los padres y las madres optan por enseñarles a sus hijos las ventajas de esforzarse para cumplir sus deseos; las motivaciones que imprimen se convierten en los motores esperanzadores que tienen para que se alcance el éxito en su vida escolar, "convirtiendo el diálogo en un procedimiento necesario para una sociedad pluralista" que aclara su horizonte (Moratalla, 2008, p. 18) y más cuando la sociedad se rige por el placer, la comodidad, el "tener" primero que el "ser", y en donde el esfuerzo parece no tener cabida. Pero es su única opción para incentivar la búsqueda de una mejor vida después de la escolaridad.

Desde sus narrativas, los estudiantes reconocen que fue la familia -en especial el padre o la madre- quien les brindó apoyo y consejo cuando experimentaron un evento negativo en su escolaridad, lo cual se constituye en un acto educativo de la familia, y este como legado fundamental, según lo estima Beatriz de León Sánchez (2011), al afirmar que "la familia era la encargada de educar a sus hijos" (p. 3). Valoran que en la mayoría de los casos los que proporcionan el respaldo ante la necesidad son los miembros de la familia, y además afirman que después de alcanzar el logro académico descubrieron con felicidad el bien cumplido de la familia.

De ahí, el hecho de valorar la importancia del acompañamiento familiar, puesto que las buenas relaciones en el seno de la familia marcan la diferencia entre fracaso y éxito en el proceso de maduración de las capacidades intelectuales y sociales del estudiante, al tiempo que se consolida la calidad educativa de la familia y formativa de la escuela. Esta situación se ve reflejada en la práctica de valores, como el respeto, la responsabilidad, la comunicación y la unidad; todos ellos actúan como elementos que cohesionan a la familia y la protegen de fenómenos como la repitencia, la baja autoestima, el bajo rendimiento escolar, la adicción a las drogas y los bajos niveles de sociabilidad de los estudiantes (Romagnoli y Gallardo, 2010).

Por lo expresado, vale la pena resaltar que la interacción positiva de las dos instituciones socializadoras, según lo retoma Pedro Sánchez de Nord (2006) "con la intención de indicar que la línea de beneficios es bidireccional" (p. 2), es decir, los beneficios que tiene para los padres y para los hijos la ejecución de un buen acompañamiento en el proceso escolar, lo que nos permite señalar que un diálogo proactivo entre la familia y la escuela se constituye en fuente inagotable de inspiración para padres (familia) y docentes con respecto a la renovación permanente de las dinámicas que se eligen para apoyar el aprendizaje de los estudiantes hasta que ellos logren la apropiación consciente y responsable de su rol en las dos instituciones y, por tanto, en la sociedad.

Disposición para el logro

En sus respectivas posiciones, los participantes vislumbran la importancia del apoyo familiar como condición que conduce a obtener mejores resultados o alcanzar las metas propuestas en la escuela (Valdés, Martín y Sánchez, 2009). De ahí que la característica común hallada en las narraciones remite a la importancia que dan a la disposición y actitud de colaboración que deben mantener las familias para apuntar a la meta (Ghouali, 2007), aunque reconocen que las ocupaciones de los adultos pueden llegar a interferir sobre las acciones inmediatas o en los eventos escolares que requieran de su continua presencia (Krauskopf, 2007). Para los estudiantes, de algún modo, el interés, la actitud, la responsabilidad, el compromiso y la participación activa del padre o la madre en las actividades escolares imprimen confianza y estimulan el alcance del logro académico.

Aunque en el análisis investigativo las madres manifiestan que en ocasiones no ejercen los acompañamientos adecuados por falta de tiempo y otros compromisos u ocupaciones (Casey, 2002), cuando lo hacen los resultados terminan por ser óptimos a las exigencias que establecen las áreas y la institución educativa. Además, a pesar de las equivocaciones, el desacierto y la desorientación en las acciones que impulsan a sus hijos a alcanzar las metas académicas, los estudiantes respetan y reconocen la autoridad, el empeño y las buenas intenciones de la familia para alcanzar cosas importantes.

Ahondando un poco más, en las narrativas se aprecia cómo las madres reconocen las iniciativas, los esfuerzos, el compromiso y todo el empeño puesto para que sus hijos tengan un buen desempeño académico (Cervini, 2002). Sin embargo, si se llegase a presentar una situación adversa es importante no entrar a criticar fuertemente y menos cuando el acompañamiento no fue oportuno. Según el artículo de Rodríguez y Caño (2012), se infiere que la familia debe centrarse en apoyar y orientar de manera positiva cuando las dificultades aparecen con el ánimo de contribuir a mejorar la autoestima y la motivación en sus hijos como apuesta que ayude a alcanzar las metas del grado.

Ahora bien, el trabajo en equipo entre la escuela y la familia en lo posible, debe orientarse a reafirmar el aprendizaje, fortalecer las competencias y asegurar la responsabilidad y el compromiso como herramientas actitudinales que permitan mantener una disposición en los estudiantes hacia el alcance del logro (Colmenares y Delgado, 2008). Por tanto, el acompañamiento familiar se configura a través de aspiraciones, voluntad y apresto de las dos instituciones para la obtención de resultados positivos en el desempeño académico.

Éxito escolar

La importancia de prepararse para afrontar los distintos retos que impone el último grado de la escolaridad requiere de un pleno trabajo que facilite el alcance del logro que la institución formula como opción de éxito escolar. Además, las madres entienden que sin la respectiva preparación es muy complicado que los estudiantes puedan aspirar a becas o ingresar a la educación superior.

Por ello, acompañar en el proceso de formación a los hijos es importante porque crea la oportunidad de incentivar un diálogo que permita motivarlos y llevarlos a un continuo mejoramiento de sus posibilidades de éxito.

Cuando los padres y las madres de familia se preocupan del acompañamiento que realizan, cuando están presentes en el momento en que son convocados, se propician espacios de diálogo que mejoran las responsabilidades frente al estudio y se contribuye a que los estudiantes entren a reflexionar acerca del éxito que pueden tener si alcanzan el logro que la institución propone (Espitia y Montes, 2009). Considerado así el asunto, en realidad, lo importante no es la cantidad de tiempo que puedan pasar con ellos, sino la calidad con que puedan hacerlo.

Según los criterios manifestados, la motivación es el pilar principal para que los estudiantes comprendan la importancia de estudiar (Gardner, 1993; Shannon, 2013). No obstante, también es fundamental recalcar que alcanzan mejores resultados académicos cuando sus padres o madres construyen a partir de la constante motivación metas altas y realistas pero dentro de sus capacidades y posibilidades.

Desde esta concepción se entendió que la voluntad de padres y madres de familia se refleja en mantenerse firmes, constantes y persistentes en la búsqueda de las metas que la institución propone como éxito escolar (Garreta, 2007). Además, se trata de crear las actitudes que permitan llegar al final de una etapa obteniendo los resultados propuestos desde una intención de vida y que de alguna manera llenan de satisfacción alcanzarlos. De acuerdo a los planteamientos mostrados, todo este proceso empieza con la firme decisión de hacer algo, aunque no se tenga ganas de hacerlo, ni placer en obtenerlo y continúa mientras se hace hasta el final.

En conclusión, las familias deben inclinarse a desarrollar acciones que inviten a los estudiantes a transformar su vida, a buscar alternativas educativas que estimulen a sus hijos a mejorar sus posibilidades de alcanzar los propósitos establecidos como ideal de vida. Es necesario que contribuyan, en palabras de Freire (1971), a crear la conciencia y la esperanza de que el futuro no está determinado y establecido, sino que es un permanente hacerse en el que se conjugan acciones individuales y colectivas que terminan por descubrirnos ante una realidad. Es por medio de la participación activa en el proceso de aprendizaje que se abren las oportunidades que posibilitan la construcción de un mundo mejor.

Conclusiones

Las consideraciones finales de la investigación apuntan más a generar un aporte frente al problema de vinculación de la familia, a la función de padres, madres o acudientes como actores activos y a la contribución al crecimiento académico en los procesos de formación de los estudiantes. Es por ello que, retomando la información de los hallazgos, se expone que:

Se pudo constatar que el modo como padres y madres de familia transmiten o se comunican con sus hijos, la forma en el trato, las particularidades de conllevar a las posibles soluciones y la representación de la figura de la autoridad de alguna manera repercute en el aprendizaje, en su rendimiento escolar y en la búsqueda del alcance del logro académico.

Ahora bien, acerca del acompañamiento, las madres de familia y los docentes coinciden en afirmar que acompañamiento no es solo dotar al estudiante de los recursos didácticos necesarios. Probablemente, es una acción que inicia en casa con tareas muy sencillas como la de preguntar cómo le fue en el día a día en la escuela, hasta las más complejas, como estar enterados de quiénes son sus amigos, qué hacen, qué piensan y estar atentos a los cambios sutiles en sus comportamientos, la afectividad y qué tantas veces pasan desapercibidos por los acompañantes de la familia, especialmente cuando no hay un contacto continuo en el día por cuestiones laborales o de otro tipo.

Es por ello que el diálogo abierto y sincero entre padres y estudiantes cumple un papel importante, puesto que las palabras de aliento "tú eres capaz", "debes superarte todos los días" más la motivación para hacer las cosas bien y el solo hecho de escuchar los problemas de los estudiantes son causa para que ellos den un nuevo impulso al deseo de ganar el año y acceder a la vida universitaria.

Por otra parte, las madres consideran el logro como aquello que les permite ser felices una vez se ha alcanzado, como la sensación del bien hecho, eso sí, sin desconocer que como responsables directas de sus hijos siempre deben estar listas para atender una nueva meta. Por consiguiente, manifiestan que cuando se obtiene un éxito empieza la búsqueda del otro. Ahora, en los estudiantes que alcanzaron el logro se percibe mayor aceptación y agradecimiento a los procesos de aprendizajes que consintieron obtenerlo y a la institución educativa por sí misma.

Para terminar, es importante recalcar que el proceso de indagación a los participantes fue realizado en el segundo semestre del año escolar después de que los estudiantes cumplieron con la aplicación del examen de ingreso a la universidad y de haber obtenidos los resultados de las pruebas Saber Icfes. Es tanto así que ellos reconocen que haber alcanzado el logro académico del grado o bien tener la oportunidad de iniciar estudios profesionales, tecnológicos o técnicos en instituciones de educación superior reconocidas de alguna forma ha permitido mejorar las relaciones familiares, reducir las tensiones y crear unión familiar.

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* Este artículo se desprende de los hallazgos generados de la investigación "El acompañamiento familiar en relación con el alcance del logro académico de los estudiantes del grado undécimo de la Institución Educativa Antonio José de Sucre del municipio de Itagüí", la cual fue requisito para optar al título de magíster en Educación y Desarrollo Humano en la Universidad de Manizales-Cinde.

Cómo citar este artículo: Villalobos Martínez, J. L., Flórez Romero, G. A. y Londoño Vás-quez, D. A. (2017). La escuela y la familia en relación con el alcance del logro académico. La experiencia de la Institución Educativa Antonio José de Sucre de Itagüí (Antioquia) 2015. Revista Aletheia, 9(1), 58-75.

Recibido: 24 de Septiembre de 2016; Aprobado: 31 de Octubre de 2016

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