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HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local

On-line version ISSN 2145-132X

Historelo.rev.hist.reg.local vol.1 no.1 Medellín Jan./June 2009

 

ENSAYOS

 

La microhistoria en la historiografía general

 

 

Javier Ocampo López**

** Presidente de la Academia Boyacense de Historia y vicepresidente de la Asociación Colombiana de Historia Regional y Local. Doctor en Historia graduado en El Colegio de México y Profesor Titular de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Autor de números libros, artículos y ensayos sobre temas de historia y cultura de América Latina, pensamiento pedagógico latinoamericano e historia regional y local en Colombia. E-mail: javierocampo11@yahoo.es

 

Articulo recibido 1 de noviembre de 2008, aceptado el 18 de mayo de 2009 y publicado electrónicamente el 1 de junio de 2009.

 


Resumen

El texto ofrece una revisión de los estudios locales en el ámbito colombiano. El autor contextualiza el balance con los antecedentes de la historiografía mundial. Dialoga a partir de las distintas secuencias y matices historiográficos y esclarece la tipología de los estudios microhistóricos que clasifica o relaciona con la historia local, la mentalidad colectiva, la historia regional, la vida cotidiana, las historias conectas y la prosopografía.

Palabras clave: historia local, historiografía colombiana, microhistoria, historiografía mundial, identidad, región


 

 

En la dinámica de la cultura de los pueblos y en su creatividad espiritual y material que lleva al progreso de las civilizaciones, la Historia tiene un papel muy importante para el conocimiento del pasado humano. Ella señala el aporte de las culturas y civilizaciones; de los continentes, naciones, provincias y pueblos; de las multitudes, grupos raciales, generaciones e individuos, en la estructura de las sociedades.

La Historia se preocupa por el estudio de la dinámica de las sociedades humanas en el tiempo y en el espacio. Su función es explicar el suceder en el movimiento de la sociedad en todas sus estructuras; analizar a través de la heurística, las fuentes primarias documentales, orales y visuales. Y con la interpretación hermenéutica, llegar al conocimiento de lo acaecido en el pasado, a su comprensión, explicación y síntesis histórica. La Historia es ''Maestra de la Vida'', como bien lo expresó el humanista romano Cicerón. La Historia es la ciencia de los hombres en el tiempo, el análisis de las sociedades humanas sujetas a cambios y en continua transformación.

 

Tipología de los estudios microhistóricos

La microhistoria espacial y la Historia local

En la segunda mitad del siglo XX se dio importancia a los estudios microhistóricos y de Historia local. Desde el punto de vista espacial, el estudio histórico de un pueblo (Historia Local), de una provincia, departamento o región (Historia Regional), aporta visiones muy valiosas desde lo microhistórico para el análisis de las estructuras de una sociedad. Lo importante es la ''Historia conectada'' e Historia comparativa con otros estudios de Historia local o microhistoria en sus diversas dimensiones. El estudio profundo de un pueblo determinado, nos lleva a conocer en forma inductiva los rasgos históricos más característicos de una gran región y de una nación.

El historiador mexicano Luis González (1968), autor de la obra Pueblo en Vilo. Microhistoria de San José de Gracia, señaló rutas muy significativas para el estudio de la vida de un pequeño pueblo mexicano, la ''Historia matria'' y sus relaciones con la Historia nacional y mundial. Según el Maestro González, quien desde México señaló la importancia de la Microhistoria, el marco espacial debe ser local, aldeano o pueblerino. Las fuentes primarias deben ser estudiadas en los archivos de los pueblos y en la tradición oral de sus gentes. En el año 1971 este historiador propuso la microhistoria para los estudios de la historia local o de la que llamó la Historia matria. La historia de los pueblos, de los municipios; la historia de la patria chica, parroquia, municipio y tierra de nuestras querencias. La patria chica, cuyo terruño es dueño de un espacio corto y un tiempo largo. La historia de los lugares de poca amplitud espacial, pero de tiempo largo; una historia local cuya metodología está muy relacionada con la antropología y la etnología.

La microhistoria local, dice el Maestro Luis González (1968), ''indaga los avatares de un terruño desde su fundación hasta el presente. Pregunta por los sucesivos actores y acciones de la minicomunidad. Toma muy en serio la geografía, los modos de producción y los frutos del municipio. Le da mucha importancia a los lazos de parentesco y demás aspectos de la organización social. Destaca los valores culturales de los distintos tiempos. Se asoma a la vida del pequeño mundo a través de multitud de reliquias y testimonios''.1

En esta ciudad, capital de Risaralda, que es ejemplo de progreso en el Occidente colombiano, sede de nuestro Simposio, la obra clásica es la Historia de Pereira, de los historiadores, nuestros maestros, Luis Duque Gómez, Juan Friede y Jaime Jaramillo Uribe (1963), que inicia en la década de los sesenta la Historiografía local en Colombia. Esta obra que editó el Club Rotario de Pereira es un ejemplo de microhistoria e Historia local, realizada por historiadores especialistas en su área: el arqueólogo y etnólogo Duque Gómez para el estudio de los Quimbayas, el pueblo primigenio; el historiador social Juan Friede para la época colonial de la antigua Cartago; y el Dr. Jaime Jaramillo Uribe para le época contemporánea en los siglos XIX y XX.

Estos estudios microhistóricos de los historiadores franceses, mexicanos y colombianos, señalan la importancia del análisis de las microestructuras, para el conocimiento del acaecer de una nación, de una región o de un conjunto geográfico. Los estudios sobre las historias locales, regionales o microestructuras, permiten una ''micro-observación'', con profundidad sobre un aspecto de la estructura general. Ellos nos señalan la importancia de la microhistoria a nivel regional y nacional.

A nivel de Colombia son importantes los estudios regionales que realizaron los historiadores Germán Colmenares y el grupo historiográfico de Cali y Popayán, Francisco Zuluaga, Zamira Díaz López y otros; Jorge Orlando Melo y el grupo de historiadores de Antioquia Grande; Bernardo Tovar y el grupo de historiadores del Huila; los estudios regionales de Santander, con los aportes del grupo de historiadores que coordina el Dr. Armando Martínez; los estudios regionales de la Costa Atlántica, con los aportes de los historiadores Gustavo Bell Lemus, Eduardo Posada Carbó, Adolfo Meisel Roca y otros. Los estudios regionales en Nariño, que inició el historiador Sergio Elías Ortiz y que hoy coordinan los historiadores Gerardo León Vinuesa y Lydia Inés Muñoz Cordero y el grupo de historiadores, con la Historia de Pasto y del Departamento de Nariño. Los estudios de los historiadores Ulises Rojas, Gabriel Camargo Pérez, Ramón C. Correa, Javier Ocampo López, Pedro Gustavo Huertas, Rósula Vargas de Castañeda, Gustavo Mateus Cortés y otros historiadores en Boyacá. Los estudios microhistóricos sobre Cundinamarca, liderados por el historiador Roberto Velandia, David Rubio y otros historiadores; los Llanos Orientales, Tolima; la Historiografía regional en Caldas, con estudios muy valiosos del historiador Albeiro Valencia, Eliécer Zapata y el grupo de investigadores caldenses risaraldenses y quindianos. Desde finales del siglo XIX existe una tradición en las Academias y Centros de Historia de los Departamentos y Ciudades para la realización de Historias de los municipios, ciudades y departamentos; asimismo, la investigación histórica a través de las Biografías de personajes destacados de la Historia Nacional.

La microhistoria y el tiempo corto. Otros estudios microhistóricos se han realizado a través del análisis del tiempo corto. Los estudios con un corte transversal histórico en un día en la historia: un ejemplo nos lo señala la ''Toma de la Bastilla'', el 14 de julio de 1789, que es el ''Día nacional de Francia'', que significó la primera intervención directa de las masas populares en el curso de la Revolución Francesa, que culminó con el asalto a la fortaleza de La Bastilla y la victoria de los revolucionarios. La toma de la Bastilla desencadenó la revolución municipal y campesina en las provincias y la iniciación de la Revolución Francesa. Numerosos estudios microhistóricos de tiempo corto se hicieron en Francia con motivo del Bicentenario de la Revolución Francesa. Y el importante trabajo de Louis Madelin (2006), ''Los Hombres de la Revolución Francesa'', con planteamientos de la Prosopografía en la conexión del pensamiento y la acción de los personajes coetáneos de la misma época.

Personalmente me correspondió investigar la microhistoria en un tiempo corto, (1969) Las Ideas de un Día. El pueblo mexicano ante la consumación de su independencia; lo que ocurrió en 144 pueblos en México, cuando a partir del 27 de septiembre de 1821, Agustín Iturbide y el Ejército de las Tres Garantías llevaron al país azteca a la culminación de su Independencia. Desfiles, discursos, sermones, teatro, coplas y numerosos escritos, proyectos hacia el futuro, expresaron la alegría de un pueblo que a partir de ese día inició su vida independiente. Es un trabajo microhistórico de tiempo corto, ''un día en la historia'' del pueblo mexicano.

 

La microhistoria y la mentalidad colectiva

Otro tipo de microhistoria está relacionado con el reflejo de la mentalidad colectiva en un personaje, como lo estudia el historiador italiano Carlo Ginzburg (1976) en su obra El queso y los gusanos. El cosmos según un molinero del siglo XVI. Esta obra refleja lo ocurrido a Domenico Scandella, llamado Menocchio en un pueblo italiano en 1532 y ajusticiado presumiblemente a finales del siglo, después de dos procesos inquisitoriales tras la condena del Santo Oficio y la orden expresa del papa Clemente VIII. Menocchio pronunció palabras heréticas e impías sobre Cristo. Dijo así: ''todo era un caos, tierra, aire y agua juntos. Y aquel volumen poco a poco formó una masa, como se hace un queso con la leche y en él se forman gusanos; y éstos fueron los ángeles; y entre aquel número de ángeles estaba Dios, creado también de aquella masa y al mismo tiempo, y fue hecho con cuatro capitanes, Luzbel, Miguel, Gabriel y Rafael. Que Luzbel quiso hacerse señor comparándose al rey, que era la majestad de Dios, y por su soberbia Dios mandó que fuera echado del cielo con todos sus órdenes y compañía. Dios mandó a su hijo, al cual prendieron los judíos y fue crucificado''. Este estudio microhistórico refleja a través de un individuo en la Historia, Menocchio, la mentalidad religiosa inquisitoria del siglo XVI.

 

Las Fuentes para la Historiografía regional y local

Son muy variadas, especialmente, las fuentes documentales primarias sobre la vida y las instituciones locales y regionales. Los documentos locales se encuentran en las bibliotecas, las hemerotecas y los Archivos. En los Archivos municipales encontramos las actas del cabildo o concejo municipal, acuerdos, decretos municipales, informes de las autoridades locales, correspondencia y documentos diversos sobre la vida del municipio. Son importantes los documentos de los Archivos parroquiales, los registros parroquiales, en los cuales se encuentran no solamente los libros de nacimientos, defunciones y matrimonios, sino también los informes de los curas párrocos a las autoridades eclesiásticas y la correspondencia. Los documentos notariales, los documentos en los archivos de los colegios y escuelas y de las diversas instituciones públicas y privadas del municipio; asimismo, los documentos de los archivos privados. Son fundamentales los papeles de familia, en los Archivos privados, las crónicas de viajes, los censos de población, aspectos demográficos y los documentos económicos de producción, comercio, finanzas y demás aspectos económicos y sociales de los municipios. Es necesario revisar y hacer investigación documental en los Archivos Departamentales y en el Archivo General de la Nación. Asimismo, en los Archivos diocesanos o arquidiocesanos y de las comunidades religiosas en donde se encuentran numerosos documentos históricos de los pueblos.

Una fuente histórica de gran importancia en la microhistoria local son los periódicos y las ''Tradiciones orales'', siguiendo los métodos de la Historia Oral. Son de especial análisis las memorias, la literatura y las fuentes iconográficas (fotografías, obras plásticas), testimonios orales (grabados o de fuente oral), los monumentos y los sitios históricos. Las obras arquitectónicas, las pinturas, esculturas, grabados, etcétera. Interesa la historia menuda, el acontecer cotidiano y diversos aspectos de la vida de los pueblos. Estos documentos deben ser llevados a crítica externa e interna de los documentos, de acuerdo con las pautas heurísticas y posteriormente a las siguientes etapas de la investigación: clasificación y sistematización de documentos, hermenéutica o interpretación histórica, análisis crítico y síntesis histórica con la correlación en Historia conectada con la región, la nación, la historia continental y el mundo. La idea general es presentar la Historia local conectada en relación con la Historia del Mundo. (Cf. Luis González et al, 1986)

 

La Micro-historia en los estudios de la Historiografía Mundial

Para un estudio de lo local, la Historiografía plantea la necesidad de la Microhistoria o Historia regional. La microhistoria está relacionada muy directamente con la ''región histórica'', entendida como un área con un espacio geográfico muy definido, cuyas gentes tienen características históricas comunes producto de la lenta gestación y fraguado de vínculos económicos y socioculturales entre los paisajes humanos, y del predominio e influencia de una ciudad que actúa como centro jerarquizante: una región nodal aglutinada durante un período de larga duración.

Una región tiene características muy propias, alrededor de lo geográfico, económico, político-administrativo, etcétera. En la Historiografía regional se relaciona lo geográfico con los procesos históricos. La región es un proceso que se remonta en el tiempo; ella es producto de la cultura humana. Los pueblos hacen las regiones. Ahora hay un interés historiográfico por los estudios de Historia local y regional.

La microhistoria en la dimensión espacial, Historia Local o Historia de las Ciudades es uno de los géneros más antiguos de la Historiografía Universal. Uno de los primeros historiadores del mundo antiguo que hizo Historia Local fue Tito Livio (64 a.C. - 17 d.C.), natural de Patavium, hoy Padua en Italia. En Roma se dedicó a las letras, la retórica, los diálogos filosóficos y la historia. Su vida literaria e historiográfica la dedicó a la investigación y redacción de su obra Historia de Roma, más conocida con el nombre de las Décadas, sobre la evolución histórica de Roma, desde la fundación de la ciudad hasta el año 9 a.C. Fue tan importante esta obra para el Imperio Romano, que le valió el apoyo del emperador Augusto. En su esencia, es la primera obra de historia nacional y microhistórica, considerada modelo para los historiadores de diversas épocas. Son 142 libros divididos en décadas o conjuntos de diez libros, de los cuales solamente se conservan 35. La primera década alcanza desde los orígenes hasta el año 293 a.C., en la víspera de la guerra contra Pirro. En otras décadas narra las Guerras Púnicas y demás acontecimientos históricos de Roma. Su pasión fue relievar la grandeza de Roma, cuya memoria ''debe perpetuar'', pues es el ejemplo de las grandes cosas realizadas por el primer pueblo de la tierra.

Otro historiador latino fue Cayo Cornelio Tácito (55-120 d.C.), natural de Roma, autor de las obras Anales y las Historias, las cuales narran los acontecimientos históricos de Roma en los reinados de los emperadores Tiberio, Cayo César, Calígula, Nerón, Domiciano, Vitelio, etcétera. Para sus investigaciones utilizó las fuentes en los archivos del Senado, las fuentes orales de los testigos y los testimonios de los historiadores que le precedieron. Los Anales exponen acontecimientos históricos desde la muerte de Augusto hasta la muerte de Nerón. En las Historias presenta los acontecimientos desde la muerte de Nerón hasta el asesinato de Domiciano. Algunos acontecimientos son narrados con minuciosidad en sus obras: la muerte de Nerón, el mandato de Galba, la rebeldía de Otón y sus maniobras para llegar al poder; la sublevación de Vitelio; los acontecimientos en los años de Vespasiano; los tiempos de Trajano y otros.

En el Renacimiento, la Historiografía fue antropocéntrica, con tendencias hacia el Humanismo, el Nacionalismo v la Reforma, y con una actitud crítica ante el mundo medieval, teocéntrico y tradicional. Se dio especial importancia a la Historia política de las ciudades y de los nacientes Estados Nacionales. Con las obras de Nicolás Maquiavelo, La Historia de Florencia y El Príncipe; y con los estudios de Francisco Guicciardini, sobre la Historia de Italia. Se generalizó la Historia política, alrededor de la Historia del Estado y de los gobiernos. La Historiografía política del Renacimiento sirvió como guía de los gobernantes.

La Historia local o microhistoria también tuvo importancia en la Historiografía romántica del siglo XIX, que presenta tendencias históricopolíticas para la consolidación de las naciones. Se interesó por entusiasmar el sentimiento nacional y por supravalorar la emoción patriótica para fortalecer los Estados Nacionales. La Historia es vida y debe emocionar; es el concepto de los historiadores románticos; debe ser ''la resurrección del pasado'', y con la narración muy viva y emotiva, debe presentar objetivamente lo que acaeció en el pasado, según el historiador francés Jules Michelet (1798-1874), autor de la obra Historia de Francia. Otro romántico fue el historiador Tomás Carlyle (1795-1881), autor de las obras Los Héroes y la Historia de la Revolución Francesa. Según los románticos, la Historia debe ser una narración minuciosa y viva que acerque al lector al suceso relatado, y que exprese aquella fuerza espiritual propia de la nación. En lo microhistórico se interesó por el estudio biográfico de los grandes hombres que forjaron la nacionalidad; centralizó su interés por la Historia política y militar y en la descripción minuciosa de los actos heroicos.

La Historiografía Científica fue la escuela predominante de la segunda mitad del siglo XIX, cuando se generalizaron las ideas positivistas de la rigurosidad en el método científico. La Historia es una ciencia con un método científico histórico, basado en fuentes documentales primarias y con los procedimientos científicos muy propios de las Ciencias Humanas. Los historiadores científicos se interesaron por los estudios históricos de Grecia y Roma; asimismo, por las historias nacionales de Alemania, Francia, Inglaterra y otras.

El padre de la Historiografía Científica, el historiador alemán Leopoldo von Ranke (1795-18S6), autor de numerosas obras, destacando entre ellas: Historia de Francia, Historia de Inglaterra, Historia de los Pueblos Romanos y Germánicos, Historia de los Papas y otras, señala que la misión del historiador consiste en ir desentrañando las grandes tendencias de los siglos y en desarrollar la gran Historia de la Humanidad, que no es sino el complejo de estas diversas tendencias. Es necesario entender las ideas directrices o tendencias dominantes en cada siglo. El historiador para sus interpretaciones y búsqueda de la verdad, debe basarse en fuentes históricas documentales directas, o sea, las fuentes primarias, de cuya investigación y análisis surge la Heurística. El historiador debe investigar lo que realmente sucedió en el pasado, y en sus escritos debe mostrarlo tal como fue y como lo presentan las fuentes documentales directas y con una interpretación imparcial. Debe tener en cuenta que cada época refleja sus propios rasgos o características y su propio espíritu o episteme. El historiador no puede manipular los hechos con parcialidad política, religiosa, familiar, social, etc., pues debe respetar siempre ''la verdad histórica''.

El historiador alemán Juan Gustavo Droysen (1808-1884), autor de las obras Historia del Helenismo e Historia de Alejandro el Grande y otras, señala que ''la Historia es lo que la Humanidad sabe de sí misma''. Según sus ideas, lo más importante de la investigación es la interpretación histórica o Hermenéutica, que es la única forma de revivir un todo coherente. Ello señala que es necesario comprender el pasado y para su estudio se debe aprovechar toda clase de fuentes históricas. Droysen opina que lo históricamente importante no son los actos de voluntad individuales, sino el impulso actuante en todos ellos, lo cual indica que para la Historia lo relevante son las acciones y no las intenciones.

El historiador Theodor Momsen (1807-1903), ganador del Premio Nobel de Literatura en 1902, es autor de la obra Historia Romana. El historiador francés León Homo (1872-1957), autor de las obras Historia de la ciudad de Roma y de los Emperadores romanos, El Imperio Romano, De la Roma pagana a la Roma cristiana y otras.

Otro historiador científico fue el Profesor belga de la Universidad de Gante, Henri Pirenne (1862-1935), autor de las obras Histoire de Belgique, Le villes du moyen age, Histoire economique de 1'occident medieval, Historia económica y social de la Edad Media, Historia de Europa desde las invasiones al siglo XVI, Mahoma y Carlomagno y otras en las cuales manifiesta su interés por la Historia económica y social. Pirenne afirmó que el objeto del estudio de la Historia es la evolución de la sociedad humana en el espacio y en el tiempo. Esa evolución es el resultado de billones de actos individuales. Pero mientras éstos sean exclusivamente individuales no pertenecen al dominio de la Historia, la que solamente debe tenerlos en cuenta cuando estén relacionados con movimiento colectivos o hayan influido sobre la colectividad.

Otro historiador científico fue el investigador francés Fustel de Coulanges (1830-1889), autor de la obra de Historia local La Ciudad Antigua, en la cual explica la vida de Roma, a través de un encadenamiento lógico de los hechos; analiza la familia romana, el culto doméstico, la agrupación de las familias por fratrías, la vida cotidiana y el acaecer histórico de una de las ciudades que es ejemplo para los historiadores en el mundo antiguo.

En el siglo XX, algunos historiadores de la Nueva Historia hicieron sus aportes investigativos en la Historia regional, señalando el importante trabajo del historiador francés Pierre Vilar sobre su obra Historia de Cataluña, que tuvo gran difusión para los estudios de la Historiografía regional a nivel mundial. Asimismo, el historiador Fernando Braudel publicó su último libro Identidad de Francia, que refleja su interés por el análisis de la identidad de los pueblos, alrededor de la Historia Nacional.

Según el historiador Henri Lefebvre cualquier ''trabajo de conjunto debe apoyarse en el mayor número posible de monografías terrúñicas y regionales''. El historiador Lucien Fevre escribió sobre la Historia regional: ''Nunca he conocido, y aún no conozco, más que un medio para comprender bien, para situar bien la historia grande. Este medio consiste en poseer a fondo, en todo su desarrollo, la historia de una región''. Y el historiógrafo canadiense Claude Morín nos dice: ''La visión macroscópica mejorará gracias a la ayuda que le prestarán las monografías locales''. El historiador Pierre Chaunu, de la historiografía cuantitativa y serial señala que la microhistoria ''es útil en el sentido más noble y al mismo tiempo el más concreto''. Según este historiador, las investigaciones microhistóricas con los métodos cuantitativos, ''se convierten en ''la investigación básica de las ciencias y las técnicas sociales''; es el instrumento local que sirve de ejemplo constante para los economistas, demógrafos, politólogos, antropólogos e incluso de historiadores más amplios que el terruño. (Cf. Ocampo 1995, 5-12).

 

La Historia local y la vida cotidiana

Un aspecto muy importante en la Historia Local está relacionado con la vida cotidiana de los pueblos, en la cual se encuentra lo más auténtico de su identidad local y autenticidad. La vida cotidiana es la vida de todo hombre y del acaecer diario de los pueblos; es la vida diaria, privada o colectiva del común de las gentes; es la vida de las familias en el interior de sus hogares; es la vida diaria de los pueblos en su acontecer cotidiano; es la investigación que se hace con los métodos histórico-social, folclórico, etnográfico, antropológico y sociológico; una de sus expresiones es lo microhistórico y lo acontecimental.

La Historia de la vida cotidiana en la identidad de los pueblos se relaciona también con el discurrir de las gentes en los campos, las aldeas, los pueblos y las ciudades. A su alrededor se encuentran los conceptos de vida local, vida provincial y cultura popular; de la misma forma, la identidad regional. La conformación de la identidad de un pueblo que tiene una historia, unas tradiciones, unas costumbres y una cotidianidad que son comunes.

La Historia de la vida cotidiana se relaciona también con la Historia de la vida privada, pues siempre se ha dicho que el hombre nace ya inserto en la cotidianidad, ya que desde niño recibe las influencias de las costumbres, las tradiciones, las creencias y las formas de vida que son transmitidas por los pueblos a los individuos, de generación en generación (Véase Vovelle 1985, 7- 24).

¿Por qué interesa tanto ahora el estudio de la vida cotidiana con los aportes de la Historia social y de las mentalidades colectivas, como fundamentos para el conocimiento de la identidad local? Porque no podemos estudiar las supervivencias del pasado en el presente sin conocer las manifestaciones de las costumbres, tradiciones, vida cotidiana y mentalidades colectivas en diversos planos del tiempo pasado: cíclicos, seculares o de larga duración. Un ejemplo lo encontramos en las fiestas de San Juan en el Tolima y en el Huila en el presente siglo XXI. Es muy importante conocer el desarrollo de dichas fiestas en el presente, pero dará también su estudio a través de los documentos históricos en los siglos XVI, XVII, XVIII, XIX y XX en Colombia; y también será muy significativo el conocimiento histórico de las fiestas de San Juan en España y en otros lugares de Europa en la época medieval. El investigador de las fiestas populares y religiosas podrá utilizar el método comparativo en dicha investigación histórica, por medio de la cual podrá delimitar las permanencias, las supervivencias y los cambios que se han realizado en las fiestas de San Juan a través del tiempo; en la misma forma, las diversas influencias recibidas (Véase Rivero, Bellelli y Bakhurst 2000)

Los estudios de la identidad local a través de la vida cotidiana alrededor de la música popular, los cantos, las danzas, los mitos, creencias, costumbres, artesanías, usos y técnicas, vida cotidiana, mentalidades colectivas y demás aspectos de la cultura popular que se manifiestan en el pasado, en un tiempo y en un espacio determinados, son muy importantes comparándolos con los de otros pueblos del mundo. Por ello, la trascendencia del método comparativo en la investigación de la vida cotidiana y la vida local de los pueblos, que permiten conocer su propia identidad y autenticidad.

La Historia de la vida cotidiana está muy relacionada con la Historia de la Cultura y de las mentalidades colectivas. Su conocimiento profundo y su comprensión histórica están relacionados directamente con los estudios sobre los procesos económicos, sociales, políticos, culturales, institucionales e ideológicos; en síntesis, con la historia total e historia de síntesis. Es una disciplina que debe conocer teorías, métodos y técnicas de antropólogos, etnógrafos, lingüistas, sociólogos, literatos, economistas, psicólogos sociales y de las demás disciplinas de las ciencias humanas. Ello nos señala que una interpretación científica de la historia de la vida cotidiana, de las mentalidades colectivas y de la cultura no es solamente una historia descriptiva, tipo etnográfico, acontecimental, microhistórico o factual, sino una historia analítica y comprensiva. Se deben estudiar los hechos de la vida cotidiana acaecidos en el pasado, pero para su comprensión es necesario llevarlos a una explicación histórica con los aportes de la antropología, la sociología, la psicología social, la semántica y otras disciplinas sociales. Es necesario buscarles el sentido y el significado a todos los aspectos de la vida cotidiana, de la cultura popular y de las mentalidades colectivas.

Las investigaciones sobre la historia de la vida cotidiana y las costumbres de los pueblos colombianos tienen numerosas fuentes primarias; entre ellas la Historiografía indiana de los cronistas españoles de los siglos XVI, XVII y XVIII; en la misma forma, las obras de los escritores románticos y costumbristas del siglo XIX; las memorias, novelas costumbristas, las relaciones de los viajeros, los diarios personales, la correspondencia, los periódicos, las revistas, los informes y otros documentos de la época respectiva, que reflejan aspectos diversos de la vida cotidiana y las costumbres de los pueblos. Hoy se da mucha importancia a la documentación de orden judicial, pues en las declaraciones de los procesados en los juzgados podemos reconstruir numerosas costumbres, ideas y prácticas de los sectores populares, que son aspectos importantes en la vida cotidiana.

 

La Historia local y la globalización

Los investigadores actuales de las Ciencias Sociales consideran que al iniciar el siglo XXI y el Tercer milenio, es necesario consolidar la identidad local, regional y nacional, para entrar con líneas tendenciales sólidas en el proceso de la globalización mundial. Con el método inductivo llegamos de lo particular o local, a lo general del mundo global.

El mundo del siglo XXI tiene tendencias a la globalización. El sueño de la aldea global de McLuhan es hoy una realidad innegable y en plena expansión. La reunión Mundial convocada por la Fundación Guilé en Roma al iniciar el año 2000 y a la cual asistieron políticos, economistas, educadores, sindicalistas, teólogos y otros sobre el tema de la Globalización mundial, señaló que La globalización es un hecho irreversible, y no es una amenaza, sino un desafío en el que entran en juego las libres decisiones humanas con su responsabilidad. En este contexto, el enfoque ético de la actividad económica y social en la globalización, debe atender fundamentalmente al bien común, para el progreso y adelanto de las civilizaciones en el contexto mundial.

Para que la globalización sea un desafío positivo y no una amenaza negativa, es menester una nueva cultura política y económica, fruto de una acrecentada sensibilidad social que tenga a la persona humana protagonista central en el desarrollo de la sociedad. Ello señala que es una necesidad fomentar la participación social mundial frente al utilitarismo egoísta, y fortalecer un profundo sentido ético y humanístico en la sociedad global.

Un aspecto que preocupa a los científicos de lo social es el proceso mundial de la globalización en la Aldea universal y el problema de la identidad local. Las gentes de Australia, China, Japón, Rusia, Pakistán, Irán, los pueblos europeos, africanos y en general de todo el mundo, están anhelantes de conocer las naciones, regiones, provincias y pueblos de todo el planeta. Siempre están preguntando: ¿Quiénes son Ustedes? ¿Cuáles son los fundamentos de su cultura espiritual y material? Cuál es su folclor, sus costumbres, sus tradiciones. ¿Cuál es su comida, su vestido, sus danzas típicas, su música y en general, todos los aspectos de su cultura local, provincial, departamental, nacional? ¿Quiénes son y cuáles son los aportes de sus escritores, poetas, historiadores, científicos, líderes representativos de su región? En síntesis, el mundo quiere conocer quienes somos, cuáles son nuestras costumbres y tradiciones; la cultura superior, folclórica y popular; nuestra ontología o razón de ser; lo que somos, y las relaciones con otros pueblos del mundo.

El escritor ruso León Tolstoi, dijo esta célebre frase ''conoce bien tu aldea y descubrirás el mundo''. Esto nos lleva a considerar que para descubrir el mundo, es necesario conocer primero ''lo local'', ''lo provincial'', ''lo regional'', ''lo departamental'', ''lo nacional'', que se sintetiza en la necesidad de buscar la identidad, la autenticidad y la ontología o razón de ser. La identidad de un pueblo es su ser; es el conjunto de rasgos propios que lo caracterizan frente a los demás. La autenticidad acredita los caracteres que se señalan como propios de una colectividad. Esto nos lleva a precisar también lo que es autóctono y lo vernáculo. Lo autóctono (del griego: autochthon que significa, ''de la misma tierra''), es todo aquello que es originario del lugar, de la región o del país. Se dice pueblos autóctonos los que son originarios del mismo país en que viven; son las gentes con sus tradiciones y costumbres que han nacido o se han originado en el mismo lugar en donde se encuentran. También se señala con la expresión vernáculo (Del latín vernáculus), que significa nativo, terrígena o sea, propio del país y oriundo de una determinada región.

La identidad de un pueblo nos lleva al conocimiento de su cultura; sus configuraciones históricas en sus estructuras políticas, sociales, económicas, culturales, educativas, religiosas, ideológicas o de las mentalidades colectivas, que han dado las bases para un mundo socio-cultural regional, en sus relaciones con América Latina y el Mundo. Esta relación del individuo con el municipio, la provincia, el departamento, la nación y el continente, delimita una teoría cíclica de estrecha relación, en donde las regiones geográficas y socioculturales, presentan fuerzas internas muy profundas que llevan a la unidad del mundo socio-cultural en los planos local, provincial, regional, nacional y continental. En Colombia hablamos de la identidad antioqueña, la identidad del Antiguo Caldas (Caldas, Risaralda y Quindío), la identidad costeña, la santandereana, la cundi-boyacense, la tolimense, la caucana, la nariñense, la identidad del Pacífico, la llanera y otras.

La globalización mundial y sus relaciones con lo local, debe crear una conciencia colectiva sobre la región, no aislada, sino integrada con lazos muy sólidos a la nación. Y en la misma forma, a fortalecer la idea de que existe una conciencia regional, tanto a nivel municipal y departamental, unida a una conciencia nacional que integra a la nación; y ésta, al fortalecimiento de una unidad latinoamericana, que nos une con los países hermanos de América Latina y el Caribe, desde México hasta la Patagonia.

¿Y cuales son los elementos característicos de la identidad local? En primer lugar un territorio; los recuerdos históricos y mitos colectivos; una cultura local que identifica a sus habitantes y una economía propia de la región. Al estudiar el municipio y la región es indispensable el conocimiento de su identidad geográfica, histórica, antropológica, sociológica, económica, social, educativa y cultural de cada municipio y del departamento, destacando las huellas y las supervivencias del pasado en el presente. Para nosotros los colombianos, las huellas del pasado indígena en milenios de años; del período colonial hispánico en los siglos XVI, XVII y XVIII ; y del período nacional republicano en los siglos XIX y XX de nuestro mundo contemporáneo hasta la iniciación del siglo XXI. Es la oportunidad para hacer la evaluación sociocultural sobre lo que hemos sido los americanos en la integración de lo local, con lo regional o provincial, con lo nacional y con ésta Nuestra América Mestiza.

La búsqueda y afirmación de la identidad local y nacional en el proceso de la globalización mundial, se convierte en el mensaje formativo para las nuevas generaciones que planearán e impulsarán el futuro de Latinoamérica en el mundo contemporáneo. Al iniciar el siglo XXI es el momento de evaluar lo que somos, lo que hemos realizado en muchos siglos y lo que nos proponemos para el futuro de lo local, lo provincial, lo nacional y lo mundial. La unidad del devenir histórico nos señala que las nuevas generaciones deben hacer la historia en lo que corresponde a nuestro presente; deben evaluar el pasado, en lo que realizaron las generaciones pasadas; y deben preparar el futuro en prospectiva, con líneas tendenciales sólidas que servirán de soporte para las generaciones futuras.

 

La microhistoria en las Historias conectadas y la Prosopografía

En esta primera década del siglo XXI, se ha reflejado un gran interés por los estudios de la microhistoria y la identidad local en la Historiografía Mundial. Es la forma de llegar al conocimiento del micro espacio y el micro tiempo en su relación con la larga duración y la Historia Universal. Hoy también se da mucha importancia a la microhistoria para llegar al sentido histórico global, con la utilización de la metodología de las Historias conectadas y la Prosopografía.

Los hechos y las ideas se profundizan y se universalizan, buscando horizontes interpretativos que conecten e inter-relacionen la historia individual, local y regional con lo nacional, lo continental y mundial. Los problemas históricos se conectan y se profundizan cuando se buscan los horizontes interpretativos a nivel mundial. La microhistoria de los pueblos en conexión con las microhistorias de otros pueblos llega al conocimiento de las unidades y las diversidades en los estudios de la Historia Nacional y Universal. Un ejemplo lo encontramos en el estudio profundo de los hechos del 14 de junio de 1789 en París con la toma de la Bastilla, y el 20 de julio de 1810 en Santafé de Bogotá. Estos hechos conectados están en relación con las Revoluciones Burguesas de Occidente de finales del siglo XVIII y primera mitad del siglo XIX; y están relacionados a nivel mundial con la Revolución Industrial de los siglos XVIII y XIX. Son las Historias conectadas que mundializan los problemas y profundizan los horizontes interpretativos.

Es necesario comprender históricamente la conexión de lo individual, local y nacional, con lo continental y mundial, lo cual señala que todos los hechos se articulan y rearticulan constantemente. Detrás de un hecho concreto en una localidad cualquiera, que se estudia en la microhistoria local, existe una serie de elementos que se comparten y se conectan con la Historia nacional, la Historia Continental y la Historia mundial. Un ejemplo lo encontramos en la obra del historiador mexicano Luis González, Pueblo en Vilo, que conecta la microhistoria de San José de Gracia con la Historia nacional mexicana y con la Historia Mundial. Los hechos históricos del Mundo se pueden apreciar desde este pequeño pueblo mexicano en Historia conectada. Estos nuevos planteamientos de las Historias conectadas se oponen a las Historiografías nacionales y locales aisladas, desconectadas de los hechos históricos a nivel continental y mundial.

La interconexión de los sujetos como actores sociales, políticos o intelectuales en la Historia se está realizando actualmente con el método histórico de la Prosopografía. Prosopografía significa la descripción y relación en lo exterior de unos individuos con otros para llegar al conocimiento de sus relaciones y conexiones. Los investigadores realizan una cuidadosa tarea de reconocimiento, vinculación y conexión de sujetos por grupos sociales, políticos o intelectuales. Ahora no interesan los estudios biográficos aislados, sino conectados a los grupos que tienen sus vigencias sociales comunes. Estos grupos conectados por vínculos sociales, económicos o culturales son objeto de estudio en relación con la Historia en su mundo circundante. Con los estudios prosopográficos se buscará la conexión entre los individuos y los grupos; y sus relaciones con lo local y lo global; con lo social, económico, político, intelectual, etcétera. Lo anterior señala la importancia que hoy se da a la microhistoria con los estudios de Historias conectadas y a los estudios prosopográficos para el análisis de los grupos y las inter-relaciones entre los individuos en la Historia. Es el aporte contemporáneo a los estudios de la microhistoria local y regional en el análisis de la Historia con proyección mundial.

 


Notas al pie

1 Son importantes los estudios del historiador Luis González (1968) sobre la microhistoria, destacando entre ellos: Pueblo en vilo. Microhistoria de San José de Gracia. México: El Colegio de México. Asimismo su obra (1973). Invitación a la Microhistoria. México; SepSetentas, 1973, 8-53. Serna Justo y Anaclet Pons. 2000. Cómo se escribe la Microhistoria. Madrid: Ediciones Cátedra. Ramírez Bacca, Renzo, comp. 2005. Historia Local. Experiencias, métodos y enfoques. Medellín: Editores La Carreta. Barrera, Darío, compilador. 2002, Ensayos sobre microhistoria. Morelia (México): Red Utopía Prehistoria. Morales Benítez, Otto, 1995. Teoría y aplicación de las historias locales y regionales. Manizales: Universidad de Caldas. Medina Rubio, Arístides. 1995. Historia para todos. Introducción a la Historia regional. Caracas: Consejo Nacional de Cultura. Castañeda, Carmen, et al. 1993. La región histórica. Caracas: Fondo Editorial Tropycos.


 

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