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HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local

versão On-line ISSN 2145-132X

Historelo.rev.hist.reg.local vol.3 no.5 Medellín jan./jun. 2011

 

Artículo

Empresas constructoras de caminos. La "Sociedad empresaria del camino de herradura de García Rovira a Casanare". 1860-1880*

Road Construction Companies. The "Bridle Path from García Rovira to Casanare Business Society", 1860-1880**

Clara Inés Carreño Tarazona***

* El presente artículo es resultado preliminar del proyecto de tesis de maestría "Las vías de comunicación entre Santander y los Llanos: el camino hacia Casanare, Segunda mitad del siglo XIX", adscrito al Departamento de Historia de la Universidad Industrial de Santander (Colombia).

** This article is the result from the master degree thesis "Las vías de comunicación entre Santander y los Llanos: el camino hacia Casanare, Segunda mitad del siglo XIX", in English "Communication roads between Sandander and Los Llanos: the way to Casanare, in the second half of the 19th century", attached to the History Department from the Universidad Industrial de Santander (Colombia).

*** Historiadora de la Universidad Industrial de Santander (Colombia) y becaria de la Maestría en Historia de la misma universidad. Docente de la Escuela de Economía y Administración de la Universidad Industrial de Santander y del Programa de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y Contables de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (Colombia). Dentro de sus intereses investigativos se encuentra el estudio de las redes viales, los caminos y los comerciantes durante la segunda mitad del siglo XIX. Correo electrónico: claraines_@hotmail.com

Recepción: 16 de enero de 2010 - Aceptación: 7 de abril de 2011. Páginas: 49-72


Resumen

El artículo analiza ciertas dinámicas administrativas y financieras de la "Sociedad empresaria del camino de herradura de García Rovira a Casanare" entre 1870 a 1880. Así mismo, interpreta el contexto en que se conforma la sociedad, el papel y las obligaciones de los socios, y las relaciones en torno a ella. En este orden de ideas, se destaca el liderazgo del General Solón Wilches, Presidente del Estado de Santander y su interés en la construcción de una vía comercial hacia los llanos del Casanare. Finalmente, ofrece una comprensión sobre el estado de las cuentas y los socios a partir de los libros contables de la empresa.

Palabras clave: Camino de Casanare, García Rovira, empresa constructora de caminos, socios, libros contables.

Abstract

The article analyzes some managing and financial dynamics within the "Bridle path from García Rovira to Casanare business society" between 1870 and 1880. Thus the article analyses the context in which the society is established, the role and duties from the members and relationships around this business society. According to this, it is highlighted the leadership from the General Solón Wilches, President from the Santander State and his interest on the construction of a trading way towards Los Llanos del Casanare. Finally, this article offers an understanding about the accounting and member's statement, from the company's account books.

Keywords: Casanare way, García Rovira, roads Construction Company, members, account books.


Introducción

La información documental del archivo privado del General Solón Wilches dispone de un grupo de libros de balance general y libros diarios, donde se ubican los diversos registros de la tesorería de la "Sociedad empresaria del camino de herradura de García Rovira a Casanare (Estado de Boyacá)", que estaban organizados según el tipo de cuentas, desde la más inmediata, hasta al tipo de transacciones relacionadas directamente con la construcción de la obra. En la clasificación descrita en sus libros, se hallan los registros de caja, obligaciones por pagar, capital, varios, Estado, Nación y gastos. Para considerar en detalle estas operaciones se seleccionó una serie de datos que la misma fuente primaria arroja, lo que permite dar una idea clara acerca del movimiento interno de la empresa. Es de importancia el manejo de diferentes muestras como los salarios, gastos de mano de obra, materiales, honorarios, fletes y acarreos, impuestos (peajes, pontazgos, etc.), cuotas de acciones e instalamentos.1

El propósito principal de la Sociedad funcionaba en torno a otros intereses, acreditados por el gobierno y sustentados por las bases de un grupo familiar o un círculo de amigos (Van Young 2003, 832).2 Dichos colegas políticos y paisanos promovieron la creación de una empresa que sirviera de mecanismo para adentrarse en el movimiento comercial de la zona de García Rovira, principalmente de Concepción y Málaga. Éste fue el punto de partida para recibir concesiones comerciales como la apropiación de rutas comerciales y valorización de tierras, en momentos de proyectar las vías hacía los llanos del Casanare.

Aunque las series parecen incompletas, se puede encontrar en ellas una amplia y variada información, que en gran parte hace referencia a la consolidación de la sociedad, incluyendo los estatutos exigidos por la ley. Además de la organización interna de la empresa vista a través de los libros de balance general y libros diarios, donde se sentaban los gastos (data) y los ingresos (cargo). Las fuentes permiten captar los vínculos sociales en un espacio determinado donde se mueven un número considerable de personas que ejercen como arrieros, deudores, proveedores, prestamistas, acreedores, obreros, empleados de alto nivel y accionistas que participaron de este circulo comercial. Cada uno de ellos aportó e hizo parte de este intrincado juego de negocios que facilitaba la empresa. De manera que, informes, actas y oficios, han sido los insumos para reconstruir el escenario donde actuaban los comerciantes.

Lo anterior implica utilizar el término sociedades "[…] como indicadores del conjunto de la vida económica" (Braudel 1984, 374). El interés por estudiarlas permite no sólo analizar su constitución interna o su estructura económica, sino reencontrar su función como una empresa dedicada a la construcción de caminos de herradura, así como la diversidad de intereses que involucraba a sus personajes.

Sociedad empresaria del camino de herradura de García Rovira a Casanare

La Sociedad se estableció en la Villa de la Concepción el 18 de enero de 1868,3 y se conformó con un grupo de amigos, empresarios, políticos y miembros de familias estrechamente vinculadas con la región de García Rovira. Estos últimos, al desempeñar cargos públicos, lograron que los informes que constantemente suministraban como prueba del ejercicio de su deber, les permitieran obtener una amplia perspectiva de las condiciones políticas y económicas que involucraba directamente a sus regiones. La sociedad empresarial tuvo influencia en la villa de la Concepción, su sede principal, también en Málaga, Cerrito, Carcasí, San Andrés, Tequia, Enciso, Capitanejo, Servitá, e incluso su control se extendió por fuera del departamento en Socorro y San Gil.4

La influencia política de Solón Wilches, de su círculo de amigos empresarios en la región de García Rovira, y de quienes en 1864 postularon al General a la presidencia del Estado de Santander, fue aprovechada por la Sociedad para consolidar las estrechas relaciones que años atrás habían establecido con "miembros del poder legislativo y ejecutivo del Estado, por lazos políticos y familiares" (Cf. Duarte Borrero 1992, 240). Gracias a estas alianzas y al apoyo que le proporcionaron sus familiares, Solón Wilches ganó la licitación para la exploración de la ruta entre Santander y los Llanos (Duarte Borrero 1992, 245).

Las consideraciones anteriores dejan ver a la sociedad empresarial como un conjunto fuertemente relacionado con la administración, la política y la economía. La sociedad surgió gracias a las complejas relaciones que pueden analizarse, teniendo en cuenta el concepto de "red". Dicho término que involucra "la asociación informal de un grupo de personas, basada en relaciones de confianza y en el intercambio continuo de servicios o favores dentro de un sistema de reciprocidad", personas que son, a su vez, el centro de sus propias "tramas relacionales", como las ha llamado Bernd Hausberger (2007, 725-778). Desde esta perspectiva, los vínculos de la sociedad empresarial empiezan a entrelazarse al momento de la compra de acciones, demostrando la analogía entre poder y cantidad, es decir, a mayor cantidad de acciones mayor multiplicidad de sus inversiones, e incremento de las ventajas obtenidas como resultado del repartimiento de las utilidades de la empresa.

Con fuertes lazos de regionalismo, otros personajes se fueron adhiriendo a la compleja red de relaciones creada en torno a la sociedad. Entre los principales, dispuestos a buscar el desarrollo comercial de la región de García Rovira, se encontraban Moisés Barón, Domnino Castro, Anténor Montero, Milciades Wilches, Natividad Meneses, Jacinto Rangel, Ramón Wilches Calderón, Antenor Montero, Fortunato Bernal, Antonino González, José de la Paz Ortíz, Antonio Clavijo Durán, Joaquín Calderón, Aristocles Gaona, Cenón Fonseca, José María Ruiz, Braulio Evaristo Cáceres, Juan de la Cruz Calderón, Marco A. Wilches. Personajes que con fuerte participación política y en su condición de integrantes del Comité de García Rovira, establecido por el partido liberal independiente, anunciaron en El Federalista su acompañamiento de voto para presidente de la Unión a Rafael Núñez, el 1 de abril de 1875 (Cf. Biblioteca Nacional de Colombia 1875, 10).

La cercanía entre estos personajes permitió que se integraran activamente en la empresa, buscando que en el papel de "promotores se hicieran participes del fenómeno de control de la circulación de productos en el interior del Estado, como se venía haciendo evidente entre los grupos de comerciantes de Soto y Cúcuta" (Duarte Borrero 1992, 245). La iniciativa iba dirigida principalmente a dos objetivos específicos: cambiar la exclusividad comercial que monopolizaban los departamentos de Soto y Cúcuta, dada la cercanía de éstas al río Magdalena; y propagar su interés económico sobre la región de García Rovira, como una nueva posibilidad de comercio con el extranjero. De este modo, liberales independientes como Wilches veían en la inversión de apertura de caminos la posibilidad de obstruir las alianzas políticas fortalecidas en otras regiones del Estado.5 Dichos vínculos hacían referencia a los comerciantes del Departamento de Soto, quienes manipulaban una esfera de desarrollo concentrada exclusivamente en Bucaramanga, su capital. Este lugar fue el núcleo de confluencia de varias vías de comunicación entre ellas: el camino que venía desde Socorro, los caminos de Sogamoso y Lebrija, de Barrancabermeja, Paturia, Carare y el camino hacia Los Cachos, un puerto sobre el río Zulia.6

Para cambiar la exclusividad de dichas vías, el 14 de marzo de 1867 personajes como el General Wilches, Moisés Barón y Evaristo Rangel, suministraron al Jefe departamental de García Rovira, el documento que detallaba la exploración en toda su longitud del terreno hacia el distrito de Tame, lugar intermedio entre el Departamento de García Rovira y Casanare.7 La exploración fue planeada desde enero de 1866, cuando Evaristo Rangel, Eustoquio González, Milciades y Solón Wilches, este último Jefe Departamental de García Rovira ese mismo año, firmaron un documento en el cual se organizaban como sociedad con el fin de realizar la exploración del camino hacia Casanare.8

La fundación de la sociedad contó con unos reglamentos o condiciones originales de asociación para "recibir a quienes a ella quisieran pertenecer".9 Inicialmente la sociedad fue de capitales teniendo en cuenta el concepto de "sociedad por acciones". Este término expresa la forma en que "el capital social forma una sola masa, como soldada a la sociedad misma", como lo denomina Braudel (1984, 379). Éstas incluían la distribución mediante un número de acciones que iban desde 150 hasta 200, cuyo valor individual equivalía a doscientos mil pesos; de modo que cada socio contaba con porciones del capital a través de estas acciones o fondos.

Tabla 1.

El aporte que el Estado y la Nación depositaron en la sociedad empresaria debía ser asegurado por cada socio bajo la hipoteca de una propiedad. De ahí la necesidad de demostrar las cualidades y condiciones como empresarios activos.10 La presión sobre los socios fue constante para garantizar el cumplimiento y seguridad de las obligaciones contraídas al ingresar como accionistas. Las medidas señalaban que los socios no podían abandonar la empresa sin previo consentimiento de la misma, de lo contrario terminaban incurriendo en la pérdida del dinero abonado con anterioridad. Lo anterior se sumaba a la obligación de pagar una multa de cien pesos por cada acción que representara, valor que iba directamente a los fondos de la compañía, junto al que se recibiera cuando alguno de los socios incumpliera con cualquiera de las estipulaciones del contrato. Esta peculiar forma de recaudar fondos dejaba a cada uno de los socios infractores como deudores directos de la sociedad, lo que convertía sus compromisos en obligaciones de crédito reconocido.

Libros de la Tesorería: "Del libro de 'cargo' i 'data' que se forma para comprobar las cuentas del tesorero encargado de los fondos destinados a la exploración del camino de Casanare"

La información contenida en los libros contables de la sociedad empresaria tales como cartas, actas, libros diarios, balances finales, recibos de pago, relaciones de ingresos y gastos dan cuenta de las persistencias económicas y políticas de los personajes involucrados en la sociedad, así como de sus cambios organizacionales entre 1866 y 1892. Durante esos veintiséis años se pueden analizar los cambios en el movimiento interno de la empresa, el ascenso o disminución de las cuentas; así mismo, es posible identificar cómo era la distribución del dinero entre los socios, quienes eran los mayores accionistas o identificar que ejercían cargos como tesorero, director de obras, prestamistas, secretarios, y qué tanto influyó el gobierno con los aportes registrados cada año.

El dinero de la sociedad circuló por muchas vías, entre jornales, pago de mulas, caballos, cuentas por saldar y pago a comerciantes cuyos empréstitos los ligaban a la empresa. Todo ello relacionado en los libros bajo las denominaciones de "cargo" y "data", es decir, los ingresos y los gastos respectivamente, cuentas que la sociedad movía a diario como prueba de su seguridad y estabilidad económica. Estos elementos se tienen en cuenta utilizando el concepto de "instrumentos de la circulación" expuesto por Braudel (1993, 240).11

Los ingresos (cargo) de la sociedad

El General Wilches, durante sus dos periodos presidenciales, respaldó directamente la empresa. Fue, incluso en calidad de presidente del Estado, miembro principal de la junta de socios, y sus inversiones financiaron por un tiempo las cuentas de la sociedad. Sin embargo, se mantuvo al margen de las cuentas y de la presidencia de la sociedad, lo cual limitó su participación en el consejo directivo como fundador, miembro honorario y principal accionista manteniendo un promedio de cinco acciones.12

Hacia 1870 los ingresos de la sociedad empresaria alcanzaron el valor de $49.404,87. Según lo dispuesto en el Decreto Legislativo de 11 de mayo de 1869, expedido por el Congreso Federal, el gobierno nacional tenía la responsabilidad de contribuir con 20 mil pesos en calidad de auxilio a la sociedad para la apertura del camino. Para la misma fecha, el gobierno del Estado Soberano de Santander, según lo dispuesto en la Ley VI de 1867, expedida por la Asamblea Legislativa, debía destinar la misma cantidad con igual objetivo. De ahí que las contribuciones para 1870, ascendieron a $ 40.000, el valor más importante y el que la sostuvo por varios años, teniendo en cuenta el doble mandato de Solón Wilches. El segundo aporte reconocido, fue el entregado por cada uno de los socios en el momento de ingresar como miembros activos de la misma, que alcanzó los $ 8.200. El resto correspondió a los dos primeros meses del pago de instalamentos.

Como director de obras de la sociedad, Moisés Barón señalaba la importancia de continuar los trabajos en estas "soledades donde el poder del hombre con abnegación y el soportar terribles fatigas era una causa de verdadera de civilización, trabajos obstaculizados en parte por falta de aportes y por una economía mal entendida". 13

La observación de Barón tiene relación con la reducción de las utilidades y el aumento de los gastos de administración, debido a que el Gobierno Nacional y al Estado Soberano, no le suministraron los aportes acordados como consecuencia de las guerras durante algunos años. La revolución hacía sentir sus perjudiciales influencias en esta empresa, ocasionando considerables pérdidas en tiempo y dinero, al suspender los trabajos por imposibilidad de continuarlos.14 A lo anterior se adiciona el incumplimiento de la mayoría de los socios, quienes inicialmente cumplieron con los aportes obligatorios para pertenecer a la sociedad, pero luego, y por sus quejas sobre las pocas utilidades del negocio y por la irresponsabilidad de los deudores, no pagaban los dineros prestados.

En 1870 los ingresos indicaron la puntualidad de los socios para el pago de los instalamentos. Sin embargo, un año más tarde, los socios que compraron impetuosamente las acciones terminaron por convertirse en deudores, incluyendo los miembros más destacados de la empresa.15 Es evidente que en 1872, cuando la sociedad empezaba a ejecutar las obras del camino y a consumir sus ingresos en la compra de herramientas y el pago de salarios de obreros e inspectores, accionistas como Estanislao Silva, Aristocles Gaona, José María Ruíz, Evaristo Rangel, José de la Paz Ortiz, Joaquín Calderón, el secretario Jacinto Rangel, Celso Serna, el presidente de la sociedad empresaria Fortunato Bernal, Milciades Wilches y el segundo vicepresidente de la sociedad Braulio Cáceres presentaban dificultades con el pago de sus obligaciones.

Los deudores asumieron sus deudas pagando con dinero en efectivo o con bienes equivalentes a las mismas, lo cual hizo necesario "nombrar depositario i avaluadores de ellos para los que haya lugar a denunciarles i embargarles".16 Las incautaciones incluían bienes muebles, inmuebles, sueldo, renta o pensiones o crédito, cuyo valor fuera suficiente para cubrir la cantidad, así como las costas del juicio. En consecuencia, se produjo el respaldo de las deudas por bienes de uso común, como sucedió con Evaristo Rangel al exigírsele el pago de la deuda de treinta pesos por cuenta del primer y segundo instalamento. Rangel denunció una mula retinta "que tiene aquí en su casa i que nombra por su parte para perito avaluador a Juan José Navarro i depositario i para fiador de saneamiento presenta al señor Pedro Pablo Suárez".17 Aunque la mula fue embargada, Rangel nunca la presentó al juzgado para hacer el respectivo peritaje, razón por la cual se le enviaron constantes órdenes para la ejecución del pago, más la multa de veinte pesos por incumplir con la citación.18

Con una justificación similar, el 21 de octubre de 1872 Aristocles Gaona declara ante el juez del distrito de San Andrés que en ausencia de dinero, bienes muebles ni raíces y sueldo o pensión para hacer el pago, presenta para cubrir la deuda una lista de acreedores, de los cuales algunos de ellos se ignoraba su destino, para que fueran embargados en reemplazo de los bienes materiales que supuestamente no poseía. Como comerciante al por menor Gaona aprovechó su incursión en la sociedad empresaria del camino para ampliar su círculo comercial. De hecho, todas sus deudas procedían de mercancías o efectos,19 que tenía expuestos a la venta en la plaza de San Andrés. Al igual que una parte de los accionistas, sus recursos económicos no alcanzaron para cubrir los gastos que exigía ser miembro de la sociedad empresaria. Gaona y los otros accionistas deudores señalaban reiteradamente que no poseía bienes muebles o inmuebles alguno. Aunque este fuera un requisito indispensable para convertirse en accionista, en el momento de pagar sus deudas el discurso obligatorio recaía sobre la falta de recursos económicos para cubrirlas.

A pesar de que al comienzo el aporte de los socios generó entradas a la tesorería de la empresa, éste no era una actividad continua; tal situación se convirtió en el punto de debate durante las frecuentes crisis económicas.20 De cierta forma, las deudas entre 1875 y 1879 motivaron a Solón Wilches a presentar un proyecto de acuerdo con el fin de solucionar el problema de falta de apoyo de los socios. Luego de haber aprobado unánimemente dicho proyecto, el Consejo Directivo resolvió expulsar a aquellos socios que debían por más de dos años las cuotas de los instalamentos.21

Asimismo, parte del capital se dispuso para otorgar préstamos como una forma de poner a interés los fondos no usados de la Compañía. Dichos ingresos fueron importantes ganancias para el capital de la sociedad. Así, la sociedad empresaria constituyó un fondo especial con el fin de ampliar los recursos monetarios que hacían falta para continuar con los trabajos en los diversos puntos del camino. El interés iba de 1 a 2 ½ % mensual y el monto del préstamo oscilaba entre $16 hasta $500 a pagar entre dos y siete meses. En 1872 ingresaron a las cajas de la compañía $45, en 1873 $213,841, en 1874 $591,23, en 1875 $305,99, y en 1876 $487,7; generados como réditos de la empresa a socios y particulares. Dentro de los principales deudores se encontraban Juan de Jesús Suárez, Antenor Montero, Ramón Wilches Calderón, Domnino Castro, Jacinto Rangel, Cenon Fonseca, Crisóstomo Quiroz, Pacifico Rincón, Napoleón Angarita, José María Ruiz, Fructuoso Higuera, Rosario Escalante, entre otros.22

Gastos (data) de la tesorería

Entre 1870 a 1872 se registró una gran variedad de provisiones utilizadas para el servicio de la empresa. La sociedad mantuvo una estrecha relación comercial con la localidad del Socorro,23 lugar desde donde se enviaba la mayoría de herramientas y productos para el sostenimiento de las obras.

En general, la distancia entre Málaga y el lugar donde se construía uno de los tramos del camino, aumentaba el costo de las piezas de herramientas, víveres y demás artículos. Los puntos de trabajo fueron el centro de acopio de una variedad de movimientos. Así, gran parte de las operaciones contribuyeron a dinamizar zonas como Concepción y Málaga.

Gráfico 1.

La diversidad de proveedores que colaboraban a la empresa es destacada. Se trataba de comerciantes que vendían al por mayor y al detal, de acuerdo con las circunstancias o a las necesidades más urgentes. Estos mismos agentes se encargaban del transporte o conducción de los materiales, que sugería un tipo de especulación, respaldada por la aparición de nuevas empresas que generaban empleos ocasionales con miras al establecimiento de productos de primera necesidad. Lo importante de ello radica en reconocer que la participación de los socios directos de la compañía, permitía que terminaran especulando, utilizando sus propios negocios, para ofrecerle a la empresa los elementos que se necesitaban para continuar con los trabajos de campo. Es el caso particular de Fortunato Bernal, quien cobró en 1872:

$8,5 por el viaje a la Norma de 4 oficiales de herrería, flete para la conducción de unas cajas de fierro, acero i carbón. Agregando además $4,50 por el flete de dos bagajes de caja para conducir fierro i acero de Málaga a la Norma, un bagaje de silla i un peón que devuelve esos mismo bagajes; $1 por la conducción de tres cargas de carbón al mismo punto y $3 por los alimentos para el viaje de cuatro oficiales de herrería que siguieron a la Norma a calzar la herramienta.24

Es evidente que las órdenes a cumplir incluían no sólo las compras de las herramientas, sino además, su conducción hasta el sitio de trabajo. Entre éstas se podían encontrar desde toldos y ollas de cobre, hasta sacos ordinarios, alpargatas y jabones. Durante 1870 y 1871 se evidencia, con frecuencia, que la adquisición de los artículos se encomendaba de acuerdo con unas instrucciones, tanto escritas como verbales, procurando siempre obtenerlas a un menor precio y a mejor calidad de lo encontrado en el mercado. Tal fue el caso de Eliodoro Navas, quién en julio de 1870 recibió el pago de $6 por la compra de herramientas y el traslado de las mismas desde Socorro.25 Dado que el traslado incluía el valor del flete y la alimentación de los peones, se aumentaba el valor del viaje y en ocasiones el número de peones, teniendo en cuenta el peso de las cargas.

La reparación de las herramientas generaba el aumento en los gastos, pues el hecho de "poner la pala a cada uno de diez cubos de hierro y darle la forma de barra" tenía un precio de ¢90. Aumentaban también los gastos procedentes de la compra de elementos de escritorio para uso del Concejo Directivo, los gastos de la construcción de varias porciones de camino y el cuidado de los bienes de la empresa como casas y herramientas. Estos gastos eran asumidos en un primer momento por el director de obras, quien mensualmente cobraba al tesorero de la empresa.

Puesto que gran parte de la jerarquía recaía sobre Moisés Barón, su localización en Málaga influyó notablemente en el control de los trabajos. Se evidencia la manera directa como se apropió de cada una de las actividades relacionadas con la exploración de las trochas del camino, los salarios de los obreros e inspectores y la coordinación de aquellas zonas donde se estaban ejecutando las obras, como eran La Palmera, Nitaga y la Norma.

El siguiente cuadro sugiere la relación del pago de dos meses a orden de Barón, como una pequeña muestra del desarrollo de sus actividades.

A manera de conclusión

La inversión en construcción de caminos permite advertir no sólo cómo era la materialización de los mismos en el espacio geográfico, también sugiere otra interpretación orientada al funcionamiento del interior de las empresas constructoras como fue el caso de la Sociedad empresaria del camino de García Rovira a Casanare. Por su parte, la apropiación económica y política de una región fronteriza como lo era García Rovira contribuyó al surgimiento de un poder local acentuado por una red de comerciantes, quienes buscaban de forma constante la expansión económica para su producción agrícola. A través de la construcción de caminos, estos grupos buscaron los favores del gobierno liberal independiente, para sus propios negocios personales, insertados en un conjunto de relaciones entre paisanos y socios comerciales, incluso, entre políticos involucrados como inversionistas. Ahora bien, la variada organización y administración recogida en los libros de "cargo" y "data", en los balances, los libros diarios y la gran cantidad de documentos relativos a la estructura interna de empresa constructora, dan cuenta de aquellos aspectos que pueden parecer rutinarios: la compra de un toro, una hacha o el gasto en el sueldo de un peón o un tesorero. Todo lleva a una importante interrelación de procesos económicos y políticos mediante la insuficientemente estudiada diversificación de actividades.


1. Equivalían a un sistema de plazos o cuotas puntuales derivadas de operaciones activas de crédito, asumido al momento de ingresar como socios. Los pagos los debían efectuar los deudores en las fechas determinadas por el consejo directivo de la sociedad, teniendo en cuenta el número de acciones de su propiedad. Por lo general, los instalamentos fueron repartidos por el Concejo Directivo, quienes contemplaron que para el primer instalamento se cobrara el 10% y para el segundo el 5% por el total de acciones que le correspondiera a cada uno de los socios. Centro de Documentación e Investigación Histórico Regional-Universidad Industrial de Santander (en adelante CDIHR - UIS). Archivo Wilches (en adelante A. W.) Estados Unidos de Colombia. Estado Soberano de Santander. El tesorero de la compañía empresaria del camino de García Rovira a Casanare al señor juez del distrito de San Andrés. Concepción, septiembre 3 de 1872. Caja 7, f. 1162r - 1163r.

2. Eric Van Young (2003, 832) hace referencia a estas relaciones, mencionando la imposibilidad de comprender los fenómenos políticos, sociales y culturales, a través de las "redes familiares, grupos de poder ante el Estado, relaciones de género o cultura política, sin entender cómo la gente gana y gasta".

3. Ver Acta de instalación en: G. S. n. 482. Socorro, jueves 30 de enero de 1868, p. 538. Después de una licitación ya evidentemente manipulada por la Sociedad empresaria, en diciembre 13 de 1869 se procedió a la celebración del contrato entre el gobierno y la sociedad. Ver pliego de cargos y diligencia de adjudicación en: G. S. n. 598. Socorro, 11 de noviembre de 1869, p. 227. y G. S. n. 610. Socorro, 30 de diciembre de 1869, p. 281. CDIHR - UIS. Microfilm. Notaria Única de Concepción. Concepción, Santander. Protocolo de Instrumentos públicos. Rollos N. 1667793. Año 1870. Instrumento N. 79, f. 330r-339r.

4. A. W. Carta de Estanislao Silva al presidente de la sociedad empresaria del camino de herradura de García Rovira a Casanare, en Concepción. Caja 7, f. 475.

5. Según Aquileo Parra, la apertura del camino de Soto a García Rovira por Chingará y Suaque si bien era de suma importancia para los habitantes del extenso territorio entre Piedecuesta y Guaca, también era verdad que no era todavía el camino que se necesitan entre estos dos departamentos para comunicarse y ampliar sus relaciones comerciales. Dada la importancia de esta vía para Wilches, una vez más se ven las desavenencias entre estos dos políticos. Informe del presidente de Santander (Aquileo Parra) a la Asamblea Lejislativa en sus sesiones de 1875. Informe de los Jefes departamentales. Informe del jefe departamental de Soto. Socorro: Imprenta del Estado, p.21.

6. Los caminos hacia este río por lo general eran los más importantes, ya que ofrecían para la mayor parte de la población la comunicación más corta con la costa y con el exterior. Cf. Carreño 2007, 203.

7. Ver G. S. N. 414. Socorro, jueves 4 de abril de 1867, 107.

8. A. W. Documento sobre la exploración del camino realizada en 1866. Concepción, 10 de enero de 1866. Caja 7, f. 28r - 29r.

9. A. W. Documento de formación de la empresa del camino de Casanare, entre Solón Wilches y Moisés Barón. La Concepción, 13 de mayo de 1867. Caja 7, f. 40r - 41r.

10. A. W. Sociedad empresaria del camino de herradura de García Rovira a Casanare. Documentos sobre presentación de fincas raíces de algunos socios para el aseguro de las cantidades en que el gobierno nacional y del estado auxilian la empresa, 1870. Caja 7, f.288.

11. Braudel destaca como elementos e instrumentos de la circulación: "los caminos, los puertos, el medio de transporte, las mercancías transportadas, las tiendas, los mercados, las ferias, los intercambios mercantiles, la moneda en movimiento, el crédito, los diversos procesos del comercio y, naturalmente, los hombres, sus actos, sus desplazamientos" (Cf. Braudel 1993, 240).

12. Informe del presidente del Estado Soberano de Santander (Solón Wilches) a la Asamblea Lejislativa de 1871. Socorro: Imprenta del Estado, p. 8. Sin embargo hacia finales de la década de 1880 como una opción para apoyar los ingresos de la empresa Wilches suministraba constantemente préstamos de su peculio particular. Inclusive en las actas del consejo directivo se reconocía "para que infatigable en la coronación de la obra prosiga prestando su auxilio pecuniario como hasta la época presente lo ha hecho". A. W. Acta del Consejo Directivo. 1892.
Cuentas llevadas por la Tesorería de la sociedad. Ascendiendo los gastos conforme a los libros abiertos desde el 1 de enero de 1889 hasta el 20 de mayo de 1892. En 1882, Solón solicitaba a Horacio Wilches agilizar los trabajos del camino y la organización de las cuentas para que el dinero no se perdiera, debido a la acumulación de cuentas por cobrar. Socorro, 12 de mayo de 1882. Carta de Solón Wilches a Horacio Wilches. Caja 1, f.70r-71v.

13. A. W. Informe de exploración de la sociedad empresaria del camino de G. R. a Casanare Moisés Barón. Málaga, 1871. Caja 7, f. 941 - 942r.

14. Cf. A. W. Documento N. 28 enviado por Solón Wilches al Señor Secretario de hacienda y fomento. 1875, Caja 4, f. 156.
"Aún cuando el poder ejecutivo nacional esta animado de los mejores deseos en beneficio de las mejoras materiales i mucho más respecto de las vías de comunicación, que considera de la mayor importancia, no puede por ahora destinar la cantidad con que auxiliará la apertura del camino que ponga en comunicación el Estado de Santander con el territorio de Casanare, pues hoy no alcanza el producto liquido de las rentas nacionales ni siquiera para atender a los más precisos gastos de la administración pública". "Una vez terminadas las secciones del Congreso i atendidos los pagos de ciertos créditos preferentes, acaso pueda el gobierno destinar algunos fondos a tan importante empresa, pero juzga que en ningún caso podrá suministrar estos auxilios para el mes de julio próximo". Socorro, mayo 31 de 1870. A. W. Poder ejecutivo N. 127. Sección de Gobierno. Departamento de Fomento. E. U. C. - E. S. S. Caja 7, f. 448-449r.

15. A. W. Carta de Moisés Barón a Solón Wilches. Málaga, mayo 3 de 1870. Caja 7, f. 439r-440v.

16. A. W. Estados Unidos de Colombia. Estado Soberano de Santander. El tesorero de la compañía empresaria del camino de García Rovira a Casanare al señor juez del distrito de San Andrés. Concepción, septiembre 3 de 1872. Caja 7, f. 1162r - 1163r.

17. A. W. Estados Unidos de Colombia. Estado Soberano de Santander. El tesorero de la compañía empresaria del camino de García Rovira a Casanare al señor juez del distrito de San Andrés. 1872. Caja 7, f. 1164r - 1166r.

18. A. W. Estados Unidos de Colombia. Estado Soberano de Santander. El tesorero de la compañía empresaria del camino de García Rovira a Casanare al señor juez del distrito de San Andrés. 1872. Caja 7, f. 1166r- 1169r.

19. En la descripción detallada de los objetos se encuentra que sus acreedores le adeudaban la cifra de $519.3, correspondiente a: $7.20 que le debe Antonio Bautista Várgas vecino de Málaga de mercancías fiadas: $2.80 Félix Prada de esta vecindad; $8.95 Plácido Preciado ignorándose su paradero; $260 Eliécer Castellanos, vecino del distrito de Málaga; $2.60 Pausanias Mejía ignorándose su paradero; $4.80 Guadalupe García, vecina de Málaga; $6.45 Ramón Trujillo, se ignora su paradero; $5 Eloi Vera vecino de Cepitá; $14 Ulpiano Guerrero, vecino de Bochalema; $10.40 Pedro Castañeda vecino de Piedecuesta; $10 Aminta Mendoza de esta vecindad; $25 Crispín Ortiz vecino de Capitanejo; $12.10 David Ayala vecino de Chinácota; Eliécer Castellanos el valor de un caballo en $90 i un relox con leontina de oro en $60. A. W. E. U. C. - E. S. S. El tesorero de la compañía empresaria del camino de herradura de García Rovira a Casanare al señor juez del distrito de San Andrés. 1872. Caja 7, f. 1166r.

20. A. W. Notas de cobro enviadas a los accionistas de la empresa del camino de herradura a Casanare. 1872. Caja 7, (f. 1039).

21. A. W. Estados Unidos de Colombia. Estado Soberano de Santander. El tesorero de la compañía empresaria del camino de García Rovira a Casanare al señor juez del distrito de San Andrés. 1872. Caja 7, (f. f. 246-247r).

22. Tal fue el caso de Juan de Jesús Suárez ($100), Eliécer Castellanos ($200), Fortunato Bernal ($200), Antenor Montero ($400), Ramón Wilches Calderón ($120), Cirilo Forero ($400), José María Ramírez M. ($160), Jesús Suárez ($200), Pacífico Rincón ($200), Ricardo Ruiz ($100), Juan de Jesús Suárez ($100), Anténor Montero ($200), Piadoro Carvajal ($80), Rosario Ortiz ($160), Domnino Castro ($120), Cirilo Forero ($400), Crisóstomo Quiros ($150), Juan Bautista Ramírez ($12), Jacinto Rangel ($200), Cenon Fonseca ($160), Pacífico Rincón ($200), Juan Bautista Gómez ($25), Ramón Wilches ($67), Ignacio Duarte ($260), Manuel Jiménez ($100), Napoléon Angarita ($500). A. W. Fondo Solón Wilches. Libro "Cargo" i "data" que se forma para comprobar la cuenta del tesorero encargado de los fondos destinados a la exploración del camino de Casanare. Concepción, julio 1º de 1872, f. 1092. Y Libro de Cargo de la Tesorería de la Sociedad empresaria del camino de García Rovira a Casanare - 1873. Caja 7, f. 921r-936v.

23. A. W. Fondo Solón Wilches. Libro "Cargo" i "data" que se forma para comprobar la cuenta del tesorero encargado de los fondos destinados a la exploración del camino de Casanare. Recibo de Tesorería de la sociedad empresaria del camino de herradura de García Rovira a Casanare. Julio de 1870. Caja 7, f. 545, 546.

24. A. W. Fondo Solón Wilches. Libro "Cargo" i "data" que se forma para comprobar la cuenta del tesorero encargado de los fondos destinados a la exploración del camino de Casanare. Facturas para cobrar N. 4. Caja 7.

25. A. W. Libro "Cargo" i "data" que se forma para comprobar la cuenta del tesorero encargado de los fondos destinados a la exploración del camino de Casanare. Recibo de tesorería pagado a Eliodoro Navas. Caja 7.


Referencias

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