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HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local

versão On-line ISSN 2145-132X

Historelo.rev.hist.reg.local vol.7 no.14 Medellín jul./dez. 2015

https://doi.org/10.15446/historelo.v7n14.46821 

http://dx.doi.org/10.15446/historelo.v7n14.46821

Redes personales y capital social en una parroquia rural de la Provincia de Maracaibo (Venezuela) a fines del siglo XVIII: La Inmaculada Concepción de La Cañada (1784-1804)

Personal Networks and Social Capital in a Rural Parish of the Province of Maracaibo (Venezuela) at the End of the XVIII Century: La Inmaculada Concepción de La Cañada (1784-1804)

Luis Rincón Rubio*

*Doctor en Ciencias Técnicas por la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (Suiza), Magister Scientiarum en Historia de Venezuela y en Antropología Social y Cultural por la Universidad del Zulia (Venezuela). Es Miembro Correspondiente de la Academia de Historia del Estado Zulia (Maracaibo, Venezuela). Correo electrónico: lmrincon@alumni.stanford.edu

Recepción: 27 de octubre de 2014 Aceptación: 18 de febrero de 2015


Resumen

En los estudios históricos, la expresión "red social" es utilizada principalmente como un concepto metafórico que implica la interconexión de diferentes individuos. Si bien este enfoque permite abordar aspectos funcionales de las redes sociales, no permite analizarlas sistemáticamente desde un punto de vista estructural. Superando el uso metafórico del concepto de red social, se adopta en esta investigación la metodología del Análisis de Redes Sociales (ARS) para estudiar las redes personales tejidas durante las dos últimas décadas del siglo XVIII por los agentes sociales detentores de mayor capital social en la parroquia eclesiástica Inmaculada Concepción de La Cañada, provincia de Maracaibo de la antigua Capitanía General de Venezuela, mediante vínculos de parentesco consanguíneo y vínculos derivados de las instituciones eclesiásticas del matrimonio y el bautismo. La utilización de la metodología del ARS permitió ilustrar un enfoque todavía muy poco utilizado en la investigación histórica, y profundizar en aspectos de interés relativos a la creación de vínculos personales, la distribución del capital social y las estrategias de reproducción social puestas en práctica por los habitantes de una comunidad rural de la América Hispana.

Palabras clave: redes sociales, capital social, parroquia rural, Inmaculada Concepción de La Cañada, Provincia de Maracaibo, Venezuela.


Abstract

In historical research, the term "social network" has been used mainly as a metaphorical concept involving the interconnection of different individuals. While this approach permits to address some functional aspects of social networks, it does not allow systematically analyzing them from a structural point of view. Overcoming the metaphorical use of the concept of "social network", the methodology of Social Network Analysis (SNA) is used in this work to systematically study the personal social networks woven during the last two decades of the 18th century by the social agents possessing the higher levels of social capital in the parish Immaculate Conception of La Cañada, Province of Maracaibo of the ancient Captaincy General of Venezuela, by means of blood ties and ties derived from the ecclesiastical institutions of marriage and baptism. The application of SNA allowed to illustrate an approach still rarely used in historical research, and to deepen into aspects of interest concerning the creation of personal ties, the distribution of social capital and the strategies of social reproduction implemented by the inhabitants of a rural community in Colonial Latin America.

Keywords: social networks, social capital, rural parish, Immaculate Conception of La Cañada, Province of Maracaibo, Venezuela.


Introducción

Las redes de relaciones tejidas por los agentes sociales asumen diversas formas: familiares, laborales, asociativas, de amistad u otras, y pueden o no implicar reciprocidad entre las partes. Los motivos para establecer una relación social pueden ser conscientes o no, y se relacionan con alguna necesidad concreta del agente, con la ayuda a otro o con la promoción o intensificación de una relación.

Estas relaciones pueden ser vínculos relativamente igualitarios, o bien relaciones jerárquicas entre agentes con diferentes volúmenes de capital que pueden dar paso a relaciones de tipo clientelar (Dalla Torre 2012).

En los estudios históricos, la expresión "red social" es utilizada principalmente como un concepto metafórico que implica la interconexión de diferentes individuos. Para el ámbito geográfico que nos ocupa, se destaca una serie de trabajos relativos a las redes sociales configuradas alrededor de los grupos sociales y políticamente influyentes de la ciudad de Maracaibo a fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX, los cuales abordan importantes aspectos funcionales de dichas redes, sin analizarlas desde el punto de vista estructural (Berbesi 2007; Vázquez de Ferrer y Ferrer 2002; Vázquez de Ferrer, Berbesí y Ferrer 2001). Se busca en este artículo superar este uso metafórico del concepto utilizando el Análisis de Redes Sociales (ARS), el cual establece un concepto de red social y una metodología para su estudio que permite analizar en forma sistemática la forma en que los agentes sociales se relacionan entre sí, las redes que construyen, cómo las articulan y cómo fluye la información a través de las redes construidas, lo cual a su vez permite analizar la forma en que estas redes son utilizadas como parte de las estrategias de reproducción social puestas en práctica por los agentes sociales.1 El ARS permite reconstruir el conjunto de relaciones entre los agentes sociales y cuantificar, a través de diversos parámetros, las características de su conectividad, proporcionando una representación gráfica que puede evidenciar aspectos ocultos en la documentación (Martín Romera 2012). El elemento fundamental del ARS es su enfoque basado en el estudio de los fenómenos sociales desde las interacciones entre los agentes sociales; se hace posible así superar la dicotomía estructura/agencia, al recurrir a una perspectiva en la que las relaciones operan en un doble sentido: por una parte determinan los procesos emergentes que constituyen determinadas estructuras sociales y, por otra parte, configuran una red de relaciones que constriñe el comportamiento de los agentes sociales (Aguirre 2011).

En este sentido, se ha reportado recientemente la aplicación de la metodología del ARS para estudiar las redes sociales generadas en los años 1784-1804 por los habitantes de la parroquia eclesiástica Inmaculada Concepción de La Cañada, provincia de Maracaibo de la antigua Capitanía General de Venezuela, asociadas a las instituciones del bautismo y el matrimonio (Rincón Rubio 2014). En dicho estudio se utiliza un enfoque sociocéntrico basado en el análisis de las redes formadas por el conjunto de agentes sociales de la parroquia, con el objetivo de estudiar aspectos relativos a la distribución del capital social y a la cohesión social estructural en dicha comunidad rural. Se ampliará en esta oportunidad el análisis allí realizado, abordando las redes personales de agentes sociales claves de la parroquia en cuestión, en razón de su elevado capital social relacional.

Mientras el enfoque sociocéntrico permite identificar patrones estructurales en la red social total, analizando el conjunto total de agentes sociales y las relaciones que los vinculaban, un enfoque egocéntrico deberá permitir identificar similitudes y diferencias en las estrategias de reproducción social puestas en práctica por los diferentes agentes seleccionados, analizando la forma particular en la que cada uno construía una red de relaciones, que lo llevaba a estar inmerso a su vez en una determinada estructura social.

Consideraciones teóricas y metodológicas

Estrategias de reproducción social, capital social y redes sociales

Buscando maximizar sus posibilidades de sobrevivencia y reproducción social, los agentes sociales generan "estrategias" según la estructura y volúmenes de capitales que poseen y en función de la posición que ocupan en el espacio social (Bourdieu 1986). En cada sociedad y espacio cultural entrará en juego el mecanismo de maximización de beneficios materiales y simbólicos, a través de diferentes estrategias de reproducción, de acumulación e inter-conversión del capital (económico, social, cultural, simbólico), en función de las particularidades históricas y de la especie o las especies de capital particularmente valoradas en cada una de esas sociedades y espacios culturales. En particular, la relevancia del capital social en las sociedades rurales precapitalistas o de capitalismo incipiente, de base económica débil, es confirmada por numerosos estudios empíricos, los cuales señalan que los agentes sociales que disponen de mayores volúmenes de capital social, gracias a la posesión de redes más amplias de relaciones que se traducen en vínculos de cooperación y reciprocidad, disfrutan de mejores niveles de bienestar material (Grootaert y Narayan 2004; Fafchamps y Gubert 2007; Grootaert, Oh y Swamy 2002).

Al tratarse de un agregado de recursos que provienen de las relaciones sociales y que se invierten también en estas relaciones con el propósito, consciente o no, de adquirir ciertas ventajas, el capital social está incrustado en las redes sociales, sólo puede obtenerse y colocarse en juego a través de las conexiones sociales.2 El volumen del capital social del que puede disponer un agente dependerá entonces, por una parte, de la extensión y de las características de su red de relaciones, lo cual constituye el componente formal o relacional del capital social, y, por otra parte, de los recursos de cualquier naturaleza que posean los integrantes de dicha red y que pueden ser apropiados por los agentes sociales que participan en las interacciones o relaciones, lo que constituirá el componente sustantivo del capital social (Lozares et al. 2011).

El capital social puede surgir en redes de agentes sociales interconectados entre sí, caracterizadas por altas densidades y altos coeficientes de agrupamiento, y también en redes donde ciertos agentes sociales facilitan las conexiones entre segmentos de la red aislados entre sí, por un mecanismo de intermediación o brokerage (García-Valdecasas Medina 2011). Mientras que el capital social generado en las redes densas está asociado al forjamiento y el reforzamiento de la identidad personal, al reconocimiento y la generación de reciprocidad y confianza que facilita el apoyo y el intercambio de favores entre los agentes sociales, en las redes abiertas el capital social se asocia principalmente a la generación de nuevas ideas y comportamientos y al flujo de información desde el exterior de la red hacia el interior de ella (García-Valdecasas Medina 2011).

Por otra parte, desde el punto de vista de la naturaleza y la calidad de los vínculos, la fuerza de un vínculo entre un agente social determinado y sus contactos directos será una combinación del grado de intensidad emocional, el grado de intimidad, el tiempo invertido en la relación y los servicios recíprocos que caracterizan el vínculo (Granovetter 1973). Los vínculos fuertes, caracterizados por un mayor nivel de intensidad en la relación, proveen al agente social de capital social en la forma de un mayor apoyo emocional, instrumental y social; al mismo tiempo, el mantenimiento de los vínculos fuertes es muy exigente desde el punto de vista cognitivo y de inversión de tiempo, requiriendo de esfuerzos significativos para que no decaigan en el tiempo (Roberts et al. 2009). Es de mencionar que los vínculos de parentesco son vínculos fuertes especiales, por ser menos exigentes en cuanto a la inversión cognitiva y de tiempo necesarios para su mantenimiento, debido a la existencia de normas culturales de ayuda a los parientes; típicamente, un agente social está también relacionado con sus parientes a través de múltiples vínculos, y las redes que involucran parientes tienden a ser más densas, debido a que los parientes que forman parte de una red tienen lazos entre ellos, por el sólo hecho de formar parte de una misma familia (Roberts et al. 2009).

Los vínculos débiles representan contactos emocionalmente más distantes del agente social, menos importantes en el suministro de apoyo emocional e instrumental y de compañía social, pero de alta importancia en proveer al agente social de acceso a una mayor variedad de información y recursos provenientes de contactos más alejados de su entorno inmediato de relaciones, debido a que tienden a ser más heterogéneos y a estar menos conectados entre sí que los contactos conectados por vínculos fuertes (Granovetter 1973). Dada la menor cercanía emocional al agente social y a una menor frecuencia de contacto, el mantenimiento de estos vínculos débiles requiere generalmente un menor esfuerzo tanto cognitivo como de inversión de tiempo (Roberts et al. 2009).

Análisis histórico de redes sociales egocéntricas

A la hora de realizar un análisis de redes sociales es necesario definir claramente el nivel de análisis dentro de la red a estudiar. Por un lado, es posible analizar redes sociocéntricas, las cuales abarcan un conjunto completo de agentes sociales y de las relaciones o vínculos específicos que los enlazan, dentro de las fronteras de la red social en estudio. Esta aproximación permite abordar la estructura global de las redes,y estudiar cómo los patrones estructurales de interacción influencian los resultados de la acción social y la acumulación de capital y otros recursos. Por otro lado, es posible también analizar redes egocéntricas, definidas desde el punto de referencia de un agente social determinado (Ego), directamente conectado a otros agentes sociales (Alteri), y cuyo entorno local se desea considerar (Borgatti, Jones y Everett 1998).3

Al centrar la mirada en un determinado agente social, el enfoque egocentrado permite analizar en una forma más detallada la naturaleza y la calidad de los vínculos de los agentes sociales en cuestión, y cómo estos vínculos podrían estructurar la acción social, así como también evidenciar las variaciones en estrategias de reproducción social puestas en práctica por los agentes sociales considerados.

Estudios realizados sobre sociedades del presente permiten estimar tamaños promedios y características generales de redes egocéntricas en sociedades tradicionales y sociedades post-industriales, y analizar los vínculos de estos agentes sociales con parientes, vecinos, amigos y otros relacionados; identificando cómo estos vínculos son utilizados activamente en la vida cotidiana para fines de apoyo emocional, instrumental o social.4 Por lo general, el análisis de estas redes personales se realiza únicamente en un primer nivel, es decir, considerando exclusivamente los contactos directos de Ego.

Se ha identificado así una consistencia en la estructura de estas redes personales de nivel 1, las cuales parecen conformar una serie de capas cualitativas en torno a Ego, que difieren en la calidad y cantidad de los vínculos involucrados (Sutcliffe et al. 2012; Roberts et al. 2009; Dunbar 2008; Xhou et al. 2005). A medida que se alejan de Ego, el número de contactos en cada capa aumenta según un múltiplo aproximado de 3, con una disminución de los niveles de cercanía emocional y de la frecuencia de interacción: vínculos más fuertes en las primeras capas, y vínculos moderados a débiles en las capas subsiguientes.5

Lamentablemente, el carácter por lo general fragmentario de los datos disponibles al momento de reconstruir redes egocéntricas en sociedades del pasado imposibilita las más de las veces la realización de un análisis preciso de la naturaleza de los vínculos de una red egocéntrica, en términos de los niveles de cercanía emocional y de la frecuencia de interacción entre los agentes sociales.

En efecto, mientras que en estudios de redes sociales del presente las redes egocéntricas son normalmente generadas a partir de la información suministrada directamente por los agentes sociales en cuestión, mediante la realización de encuestas o entrevistas, en el estudio de una sociedad del pasado el investigador debe limitarse a rastrear fuentes incompletas, y utilizar las más de las veces datos indirectos para la reconstrucción de las redes sociales a analizar, por lo que se debe tener presente que los resultados obtenidos deberán considerarse como indicadores de tendencias sociales, más que como datos cuantitativos incuestionables (Molina González 2005). Adicionalmente, es necesario tener presente que en las sociedades de Antiguo Régimen, fuertemente jerárquicas y basadas en la desigualdad, las relaciones familiares y de parentesco tenían un significado mucho más amplio que el actual, acumulando tanto el capital social como el capital económico y simbólico de sus miembros (Imízcoz 2004; Imízcoz 1996).

En este caso, las redes egocéntricas a analizar serán derivadas de la red sociocéntrica global de la parroquia en cuestión en los años 1784-1804 resultante de vínculos derivados de las instituciones eclesiásticas del matrimonio y del bautismo,6 centrando la atención en agentes sociales seleccionados de alto capital social relacional, lo que equivale a examinar la red social en la vecindad de cada uno de estos agentes sociales. Se examinarán redes egocéntricas de nivel 1, formadas por el agente social en cuestión y sus contactos directos, así como también redes egocéntricas de nivel 2, las cuales incluirán los contactos directos de todos los contactos directos del agente social seleccionado, y redes egocéntricas de nivel 3, las cuales incluirán un nivel de contactos adicional al anterior. La importancia de analizar diferentes niveles de las redes egocéntricas viene dada por el hecho de que los recursos, las ideas o la información disponibles a través de un contacto directo pueden depender o provenir de los contactos de éste, por lo que el resultado de la manipulación de una red de relaciones no depende únicamente de los contactos directos de un agente social. Es claro que en todos estos casos se tratará de redes que son delimitadas para propósitos analíticos, y no de redes que existieran como tal, aisladamente (Barnes 1969).

Para el análisis de las redes egocéntricas se utilizarán medidas estructurales y posicionales del capital social (Lakon, Godette y Hipp 2008). Las medidas estructurales de capital social buscan caracterizar la estructura de los vínculos entre los agentes sociales; estas medidas pueden ser utilizadas para evaluar, por ejemplo, si la densidad de los vínculos en una red egocéntrica favorece o inhibe la generación de reciprocidad y confianza, el flujo de influencias, recursos o información. Ejemplos de medidas estructurales de capital social serían el tamaño de la red egocéntrica o grado del nodo en cuestión, y la densidad de la red o proporción de pares de Alteri que están conectados entre sí (Borgatti, Jones y Everett 1998), así como también el coeficiente de agrupamiento, el cual cuantifica el grado de aglomeramiento que existe en una red, local o globalmente (Lakon, Godette y Hipp 2008).

Por su lado, las medidas posicionales de capital social pueden ser utilizadas para evaluar de qué manera el entorno local del nodo que actúa como punto de anclaje en una red egocéntrica le confiere mayores o menores ventajas, que se pueden traducir en la acumulación de capital, poder u otros recursos. Para el estudio de una red egocéntrica son especialmente relevantes las medidas posicionales que cuantifican la facultad de intermediación del agente social en quien se ancla la red, tal como la centralidad de intermediación (Lakon, Godette y Hipp 2008), la cual como se ha mencionado, tiene una relación positiva con el capital social. Se ha recopilado en un Apéndice una breve descripción de los diferentes parámetros que el ARS es capaz de cuantificar y que se utilizan en este trabajo; discusiones más detalladas sobre la derivación matemática y las aplicaciones de estos y otros parámetros pueden encontrarse en la cuantiosa literatura del área.7

Redes sociales sociocéntricas en la parroquia La Cañada (1784-1804)

La parroquia eclesiástica Inmaculada Concepción de La Cañada de fines del siglo XVIII, parroquia rural de la antigua provincia de Maracaibo en la Capitanía General de Venezuela, se ubicaba a unos 23 kilómetros al sur de la ciudad de Maracaibo, en la ribera noroccidental del Lago de Maracaibo (ver figura 1), abarcando parte del territorio del actual municipio La Cañada de Urdaneta en el Estado Zulia (Venezuela). La razón de ser de los poblados de esta parroquia estuvo asociada al establecimiento gradual de colonos criollos en territorios que presentaban condiciones climáticas favorables para las actividades pecuarias; este poblamiento se habría iniciado en las últimas décadas del siglo XVI o primeras décadas del siglo XVII, encontrándose documentada ya para los años 1637-1644 la colonización hispana estable de la zona (Rincón Rubio 2007).

En el año de 1784 la creación de la parroquia eclesiástica constituiría un evento de trascendental importancia para los grupos de población en ella establecidos; la institución eclesiástica infundiría cohesión a la comunidad rural, agrupando a los pobladores dispersos en un extenso territorio, conformando su universo simbólico y estableciendo entre ellos deberes morales y materiales que contribuyeron a generar una sólida conciencia colectiva. En el trabajo de Rincón Rubio (2003), el análisis de padrones de población y archivos parroquiales permitió establecer que para el momento de la creación de la parroquia eclesiástica, su composición étnica habría consistido en aproximadamente un 69% de individuos considerados como "Gente blanca" y un 31% de individuos considerados como "Gente de servicio", manteniéndose aproximadamente constante en los primeros cincuenta años de su existencia (1784-1834). La casi totalidad de los habitantes de la parroquia, un 98.7% de ellos, se desenvolvía entonces en unidades domésticas compuestas por cinco o más personas, mientras que un 58,5% de la población se desenvolvía en unidades domésticas compuestas por diez o más personas (Rincón Rubio 2003, 155).

La aplicación de la metodología del ARS mediante un enfoque sociocéntrico permitió caracterizar, en una investigación previa (Rincón Rubio 2014), la estructura de las redes de relaciones construidas por los habitantes de esta parroquia en los años 1784-1804 mediante vínculos de parentesco consanguíneo y parentesco por afinidad asociados a la institución del matrimonio, vínculos de testigos de matrimonio y vínculos de compadrazgo bautismal. Se evidenció así, entre otros, que la red de vínculos de parentesco asociados a los matrimonios realizados en la parroquia en el período 1784-1804 presentaba un alto nivel de agrupamiento que redundaría en un coeficiente de agrupamiento también elevado para la red social global de la parroquia. Este sería un elemento fundamental para que esta red social presentara las características de una red de "mundo pequeño", de alta eficiencia para la transmisión de recursos y para el flujo de información entre los integrantes de la red, lo cual demostró la importancia que habrían tenido los vínculos asociados a la institución del matrimonio en la generación de cohesión social y capital social en la parroquia.

Por otro lado, el análisis de las redes sociales relativas a los vínculos de testigos de matrimonio y vínculos de compadrazgo indicó que el establecimiento de este tipo de relaciones estaba lejos de ser un proceso aleatorio. Los agentes sociales que establecían alianzas de este tipo lo hacían vinculándose preferentemente con agentes sociales que tuvieran ya un alto grado de conexiones, es decir, que dispusieran de un elevado capital social relacional. Sin embargo, se encontró que este no habría sido el único mecanismo imperante en la conformación de la red, ya que otros factores asociados al contexto cultural local como la asociación con iguales (homofilia) y la posesión de capital simbólico o económico habrían estructurado y establecido sesgos a la hora del establecimiento de dichos vínculos, como resultado de una mezcla de decisiones autónomas y reglas sociales incorporadas y compartidas (Rincón Rubio 2014).

Examinando diferentes niveles de cohesión estructural en la red social global de la parroquia, se pudo establecer que las estrategias de reproducción social de los grupos dominantes incluían una estrategia de reconexión por vínculos redundantes con otros agentes sociales de su mismo grupo étnico, estrategia dirigida muy probablemente a fomentar la cohesión interna del grupo, con exclusión de los grupos étnicos subalternos. Por su parte, los integrantes de estos grupos subalternos, con presencia reducida en los núcleos estructuralmente más cohesionados de la parroquia, habrían distribuido sus opciones de alianzas por compadrazgo y testigos de matrimonio buscando incrementar su integración con el grupo dominante, probablemente como una estrategia para incrementar su capital social y su capital simbólico. La mayor densidad de vínculos en los núcleos o subgrupos de mayor nivel de interconexión de la red social global resultaría a su vez en un mayor nivel de involucramiento en la vida comunitaria de la parroquia por parte de los agentes sociales que integraban dichos subgrupos (Rincón Rubio 2014).

Al analizar diferentes niveles de cohesión estructural en la red social global se encontró que el compadrazgo habría sido la institución de mayor efecto cohesionador en la parroquia, al menos en un primer nivel de cohesión estructural (Rincón Rubio 2014). Este efecto cohesionador se centraba en la comunidad local, con muy escasas ramificaciones externas que pudiesen vincular a sus pobladores con un contexto social, político o económico más amplio. Se encontró también que las diferentes modalidades relacionales consideradas habrían ofrecido un potencial diferente de integración vertical entre los grupos étnicos de la parroquia; en orden decreciente, la permeabilidad de los diferentes vínculos a esta integración social vertical habría sido la siguiente: vínculos de testigo de matrimonio vínculos de compadrazgo vínculos de parentesco asociados al matrimonio. Este diferente potencial de integración social vertical habría sido inversamente proporcional a la intensidad de los vínculos en cuestión.

El estudio sociocéntrico previamente realizado permitió también identificar los agentes sociales que ocupaban los lugares más centrales e influyentes en las redes sociales de la parroquia (Rincón Rubio 2014). Mediante un enfoque egocéntrico, se espera poder avanzar aquí en la comprensión de las diferentes estrategias de reproducción social puestas en práctica por estos agentes sociales, los cuales disponían de un mayor volumen de capital social, económico o simbólico en el espacio social de la parroquia.

Redes egocéntricas en la parroquia La Cañada (1784-1804)

Se presentan en la Tabla 1 los agentes sociales que disponían de las posiciones más privilegiadas en la red social global de la parroquia La Cañada en el período 1784-1804, en términos de su capital social relacional derivado de vínculos de parentesco consanguíneo y vínculos surgidos de las instituciones eclesiásticas del matrimonio y el bautismo.

Sobresale en primer lugar la unidad doméstica encabezada por don Agustín de Ortega y su cónyuge doña Francisca Josefa Cerrudo, cuyos integrantes establecieron 128 vínculos de todos los tipos considerados en los años 1784-1804, algunos de ellos vínculos múltiples con un mismo agente social, lo cual la convertía en la unidad doméstica de mayor capital social relacional de la parroquia por su elevado número de contactos. Este agente social dominaba también la red social global en términos de su centralidad de intermediación, al estar presente en un gran número de los caminos más cortos entre el resto de los nodos de la red (ver tabla 1); así, la posición estratégica de este agente social en el componente gigante de la red le otorgaba el poder de actuar como broker o intermediario, controlando las interacciones y el flujo de recursos entre el resto de los agentes sociales de la red. Esta unidad doméstica presentaba cuatro atributos identificados como indicadores de la posesión de capital económico y capital simbólico en la parroquia: el cabeza de la unidad doméstica y su cónyuge pertenecían al grupo de "Gente blanca", utilizaban ambos el apelativo de "don" y "doña", y poseían dos o más esclavos en septiembre de 1784; adicionalmente, Agustín de Ortega figuró como contribuyente de la parroquia con la donación de crías de ganado vacuno para la celebración de las fiestas de la Inmaculada Concepción, patrona de la parroquia (Rincón Rubio 2014).

Destaca también en segundo lugar la pareja conformada por don Miguel Gerónimo de Urdaneta y doña María Alejandrina Farías, progenitores del prócer independentista general Rafael Urdaneta, poseedores seguramente de altos niveles de capital simbólico y de capital económico,8 quienes ocupaban también un lugar privilegiado en la red social de la parroquia gracias a su elevado número de conexiones, aunado a un elevado capital social de intermediación. En general, los agentes sociales incluidos en la Tabla 1 que contaban con el mayor capital social relacional desde el punto de vista del volumen de sus relaciones, contaban también con un capital social de intermediación de un nivel equivalente.

Son de resaltar el caso de la pareja conformada por don Jacinto de Ortega y doña Francisca Javiera Salas, quienes se ubicaban en la quinta posición de la red social global en cuanto a su número total de vínculos pero en una posición mucho menos estratégica en cuanto a su capacidad de intermediación, y por otro lado, el caso de la pareja conformada por don José Andrés Boscán y María Petronila Ortega, quienes disponían de una alta centralidad de intermediación que debía en principio incrementar el capital social del que disponían. Por otro lado, los quince agente sociales que contaban con el mayor capital social relacional en la parroquia presentaban un nivel de centralidad más o menos equivalente en dicha red, ya que se encontraban a una distancia geodésica promedio similar del resto de los agentes que integraban la red, presentando una centralidad de cercanía entre 2,52 y 3,66 (ver tabla 1). Destaca aquí nuevamente la unidad doméstica encabezada por don Agustín de Ortega como el agente social más central en la red social global de la parroquia con una centralidad de cercanía de 2,52, lo cual indica que este agente social se encontraba a menos de tres pasos en promedio del resto de los agentes sociales que conformaban la red social global de la parroquia; esta posición central le habría permitido a este agente social influenciar e interaccionar más fácilmente con el resto de los agentes sociales que integraban la red, dada la corta distancia promedio a la que se encontraba de todos ellos.

En la Figura 2 se presentan las redes sociales egocéntricas de nivel 1 de siete de estos agentes sociales de elevado capital social relacional; se incluye también, para propósitos de discusión, la red egocéntrica de nivel 1 del agente social Doña Bárbara Urdaneta (nodo 255), quien estableció solamente dos vínculos directos con otros agentes sociales de la parroquia en los años en cuestión. En las Tablas 2 y 3 se presentan los correspondientes parámetros sociométricos y egocéntricos de estas redes, así como su composición en términos de los vínculos involucrados.

Para estos siete agentes sociales de alto capital relacional las redes egocéntricas de nivel 1 varían en tamaño entre 11 y 75 nodos. Como se observa en la tabla 2, la densidad de la red egocéntrica disminuye a medida que aumenta el tamaño de la red; esto puede deberse en parte a que el tiempo que puede ser dedicado a una determinada relación es limitado, y disminuye a medida que aumenta el número de contactos, por lo que los agentes sociales se ven forzados a finalizar el establecimiento de nuevos vínculos cuando mantener estos vínculos se hace demasiado costoso en términos de inversión de tiempo; por ello, el número de contactos que un agente social puede mantener dentro de una determinada red tiende a disminuir a medida que el tamaño de la red aumenta (Scott 1991). Como se observa también en la tabla 2, la distancia geodésica promedio entre los agentes sociales de la red egocéntrica de nivel 1 aumenta ligeramente a medida que disminuye la densidad de la red, debido a que existen menos caminos posibles entre los agente sociales; evidentemente, esta distancia geodésica promedio será siempre menor o igual a 2, ya que cada Alter se encuentra a una distancia máxima de dos pasos de todos los otros Alteri de la red egocéntrica, al estar conectado a ellos a través del agente social Ego.

En general, a mayor tamaño de la red egocéntrica de un agente social mayor sería el capital social relacional con que contaba dicho agente social, dada la mayor probabilidad de que una persona directamente relacionada a él pudiera suministrarle en un momento dado los recursos que pudiera necesitar. Sin embargo, no es de esperar que los diferentes contactos directos de Ego en las redes egocéntricas de nivel 1 mostradas en la Figura 2 tuvieran con Ego el mismo grado de cercanía emocional; como se ha indicado antes, estos diferentes contactos directos habrían conformado a su vez una serie de capas cualitativas en torno a Ego, que habrían diferido en la calidad y cantidad de los vínculos involucrados, con vínculos más fuertes en las primeras capas y vínculos moderados a débiles en las capas subsiguientes.

Una aproximación a la posible estructuración de estas capas de diferente cercanía emocional a Ego podría obtenerse a partir de una exploración de la naturaleza de los vínculos en cuestión. En la Tabla 3 antes presentada se incluye la composición de los vínculos directos de Ego con sus Alteri, para las redes egocéntricas de nivel 1 de los agentes sociales seleccionados de alto capital social relacional. Lo primero que llama la atención es que se observan diferencias en la composición de las redes, las cuales podrían ser resultado tanto de diferencias en las características de los agentes sociales, como de diferencias en las estrategias utilizadas para la conformación de las redes egocéntricas. Los vínculos con parientes consanguíneos o políticos, que podrían considerarse como los más fuertes (Rincón Rubio 2014), son predominantes en sólo uno de los casos considerados (nodo 22), estando presentes en bajas proporciones en las redes egocéntricas de otros cinco agentes sociales (nodos 9, 160, 157, 156 y 32). Se debe recordar que estos son vínculos entre contrayentes y progenitores, identificados a raíz de la celebración de matrimonios en la parroquia, por lo que sólo los agentes sociales con hijos en capacidad de contraer matrimonio podían haber dado lugar a este tipo de vínculos. Esta sería la razón por la cual, por ejemplo, el agente social conformado por la unidad doméstica de don Miguel Gerónimo de Urdaneta y doña María Alejandrina Farías, que no contaba con hijos casaderos para ese momento, no presenta este tipo de vínculos en su red egocéntrica de nivel 1.

De los vínculos considerados, el compadrazgo bautismal fue el vínculo más ampliamente preferido por estos agentes sociales para la construcción de sus redes sociales. Esto era en parte de esperar, ya que aproximadamente 52% de las aristas de la red social global de la parroquia para los vínculos considerados correspondían a alianzas de compadrazgo (Rincón Rubio 2014, 26-28). Sin embargo, se evidencia que el peso de este vínculo tendía a ser aún mayor en las redes egocéntricas de los agentes sociales de alto capital social relacional; como se observa en la Tabla 3, en seis de estos siete casos de los agentes sociales con alto capital social relacional el compadrazgo superaba el 53% de las aristas, alcanzado 74% o más en tres de los agentes sociales considerados (nodos 32, 96, 156). Dada la importancia de la institución familiar y del compadrazgo bautismal en la América Hispana, es muy probable que muchos de los compadres de bautismo formaran parte de los grupos de mayor cercanía emocional a cada uno de los Ego considerados (clique de soporte, grupo de simpatía), al igual que los progenitores y probablemente quizás también los parientes políticos. Los testigos de matrimonio, un vínculo probablemente menos fuerte, estarían quizás menos presentes en estas capas de mayor cercanía emocional a Ego.

Se desprende también de los resultados presentados en la Tabla 3 que, a la hora de conformar sus redes, los agentes sociales de mayor capital relacional en la parroquia pertenecientes casi todos ellos al grupo de la "Gente blanca", se asociaban preferentemente también a agentes sociales pertenecientes al grupo de la "Gente blanca". Esta preferencia es clara, ya que el porcentaje de este grupo étnico en las redes egocéntricas de nivel 1 de los agentes sociales de mayor capital relacional excede la proporción de este grupo en la red social global de la parroquia, igual a 79% (Rincón Rubio 2014), mientras que para cuatro de los agentes sociales de mayor capital social relacional esta proporción excede el 93% de los Alteri en sus redes egocéntricas (nodos 22, 96, 156 y 160).

Aunque por definición cada Ego ocupa un papel central en su red egocéntrica al estar conectado a todos sus Alteri, el poder que habría tenido cada Ego para controlar la comunicación y el flujo de recursos en su red egocéntrica dependería también de la estructura de la red, en función de cuán conectados se encontraban los Alteri entre sí. Mientras más abierta era la red egocéntrica, es decir, mientras más agujeros estructurales había entre los diferentes Alteri al estar estos desconectados, mayor habría sido el capital social derivado de la facultad de Ego de poder actuar como intermediario o broker (Burt 2000), controlando y facilitando, o bien obstaculizando, las interacciones y el flujo de recursos entre sus Alteri. Los valores normalizados de centralidad de intermediación incluidos en la tabla 3 ofrecen entonces una medida del capital social de que disponía cada Ego como resultado de su capacidad de intermediación.9

Se observa así que, de los casos considerados, el agente social conformado por don Jacinto Ortega y doña Francisca Javiera Salas (nodo 156) habría sido el que disponía del menor poder de intermediación en su red egocéntrica de nivel 1 (baja centralidad de intermediación normalizada = 0,382), ya que la mayor parte de sus Alteri estaban conectados entre sí a través del nodo 9, por lo que no necesitaban pasar por la unidad doméstica de don Jacinto Ortega y doña Francisca Javiera Salas para llegar a los otros Alteri de esta red (ver figura 2). En el otro extremo, el agente social conformado por don Miguel Gerónimo de Urdaneta y doña María Alejandrina Farías (nodo 96) habría sido el que disponía del mayor poder de intermediación en su red egocéntrica de nivel 1 (alta centralidad de intermediación = 0,989), ya que prácticamente todos sus Alteri estaban forzados a pasar por él para poder acceder a los otros integrantes de la red (ver figura 2 y tabla 3). Le seguía muy de cerca el agente social conformado por don Agustín de Ortega y su cónyuge doña Francisca Josefa Cerrudo (nodo 9), quienes disponían también de un alto poder de intermediación en su red egocéntrica de nivel 1 (alta centralidad de intermediación = 0,929).

Una medida adicional de la capacidad de intermediación y control de flujo de recursos, y por ende del capital social de que disponía cada Ego en su red egocéntrica, la proporciona el coeficiente local de agrupamiento de Ego, definido como la probabilidad de que dos de sus contactos directos estuviesen conectados entre sí. A menor valor de este parámetro, menos conectados entre sí se encontraban los contactos directos de Ego, y mayor sería la capacidad de éste para controlar el flujo de recursos dentro de su red egocéntrica. Como se desprende de la tabla 3, este indicador apunta también hacia el agente social conformado por don Miguel Gerónimo de Urdaneta y doña María Alejandrina Farías (nodo 96) como aquél que disponía del mayor poder de intermediación en su red egocéntrica de nivel 1, dado su muy bajo coeficiente local de agrupamiento. En general, los valores del coeficiente local de agrupamiento de los diferentes Ego en sus redes egocéntricas son relativamente bajos, lo cual indica que todos los agente sociales considerados gozaban de una importante capacidad de intermediación en sus redes egocéntricas. En la Tabla 3 y Figura 3 se evidencia que los valores de centralidad de intermediación y de coeficiente local de agrupamiento se encuentran, como era de esperar, directamente correlacionados.

Por otro lado, desde el punto de vista de la cohesión social, se evidencia que algunas de estas redes egocéntricas presentaban un alto grado de cierre tríadico, con altos valores del coeficiente global de agrupamiento de la red (promedio de los coeficientes locales). Destacan aquí como las más cohesionadas las redes egocéntricas de don Jacinto Ortega y doña Francisca Javiera Salas (nodo 156), de Antonio Camacho y María Francisca Cano (nodo 22) y de don José Andrés Boscán y María Petronila Ortega (nodo 157). Debido al alto grado de cierre tríadico, los agentes sociales que conformaban estas redes egocéntricas habrían tendido a confiar más en los otros agentes de la red; la estructura en sí de la red habría contribuido a esta generación de confianza, dado que el alto coeficiente de agrupamiento de la misma habría implicado un alto costo al faltar a una obligación contraída entre dos o más agentes sociales, en términos de una pérdida de reputación ante los contactos comunes. A su vez, esta generación de confianza habría potenciado las obligaciones de reciprocidad entre los agentes sociales que integraban la red, dado que la devolución de favores habría sido fundamental para mantener la reputación de ser digno de confianza (García-Valdecasas Medina 2011).

En la Figura 4 se presentan los valores del coeficiente global de agrupamiento de las redes egocéntricas de agentes sociales seleccionados, para diferentes niveles de la red egocéntrica. Se observa que en el nivel 3 de estas redes se desdibujan las marcadas diferencias que existían en su nivel 1 en cuanto al coeficiente global de agrupamiento; así, el valor de este parámetro se acerca en el nivel 3 de las redes egocéntricas al valor correspondiente a la red social global de la parroquia, igual a 0,278, como consecuencia en parte de la superposición de dichas redes.

Se evidencia también en la Figura 4 que la mayor parte de los agentes sociales considerados presentaba en sus redes egocéntricas de nivel 1, formadas por Ego y sus contactos directos, valores del coeficiente global de agrupamiento mayores a los existentes en las redes egocéntricas de mayor nivel, los cuales incluían también a los contactos de segundo y tercer orden de Ego. Se debe tener presente que estos son valores cumulativos, por lo que, por ejemplo, para que el coeficiente global de agrupamiento del nodo 9 disminuyera desde 0,487 para los 75 agentes sociales en el nivel 1 de la red egocéntrica de este nodo hasta 0,229 para los 220 nodos en el nivel 2 de su red egocéntrica, el coeficiente global de agrupamiento entre los 145 contactos indirectos del nodo 9 debía haber sido mucho menor que 0,229. De igual manera para la disminución observada en este parámetro al pasar del nivel 2 al nivel 3 de las redes egocéntricas. Como se ha mencionado, el nivel 1 de las redes egocéntricas habría incluido a los grupos de mayor cercanía emocional a cada uno de los Ego considerados (clique de soporte, grupo de simpatía), por lo que en estos casos el alto nivel de cierre tríadico en el primer nivel de la red egocéntrica habría potenciado la generación de confianza y la cohesión social en estos grupos de mayor cercanía emocional a Ego. Por otro lado, los contactos presentes en los niveles 2 y 3 de las redes egocéntricas, con un grado mucho menor de cierre tríadico y por ende menos cohesionados, habrían presentado una mayor proporción de agujeros estructurales, y habrían sido por ende relativamente más importantes en estos casos para Ego en la transmisión de recursos, ideas o información, más que en la generación de apoyo social o emocional.

Nodo estrella de la parroquia y su efecto multiplicador en el capital social Como se ha indicado, el alto número de conexiones directas que presentaba la unidad doméstica encabezada por don Agustín de Ortega y su cónyuge doña Francisca Josefa Cerrudo (nodo 9 en la figura 2), cuyos integrantes establecieron 128 vínculos de todos los tipos considerados en los años 1784-1804, algunos de ellos vínculos múltiples, convertía a este agente social en el nodo estrella de la red social global de la parroquia, el de mayor capital social relacional por su elevado número de conexiones. Este agente social dominaba también la red social global en términos de centralidad de intermediación, ya que su posición estratégica en el componente gigante de la red le otorgaba el poder de actuar como broker o intermediario, controlando las interacciones y el flujo de recursos entre el resto de los agentes sociales de la red.

Ahora bien, es de interés ilustrar el impacto que tenía la presencia de este nodo estrella en las redes egocéntricas de otros agentes sociales en la parroquia, y por ende en el capital social relacional de estos. Dado su alto grado de conectividad, la presencia de este nodo como Alter en una red egocéntrica incrementaba la probabilidad de que existiesen conexiones directas entre el resto de los Alteri de la red, incrementándose así el coeficiente global de agrupamiento de la red. Por otra parte, dado que 74 agentes sociales estaban conectados con el nodo estrella (nivel 1 de sus redes egocéntricas), esto hacía también que las redes egocéntricas de estos 74 agentes sociales se expandieran drásticamente en sus niveles 2 y 3, al poder acceder fácilmente a los agentes sociales ubicados en los niveles 1 y 2 de la red ego-céntrica del nodo estrella, potenciándose así el capital social de los primeros. Adicionalmente, 219 agentes sociales estaban conectados indirectamente con el nodo estrella en el nivel 2 de sus redes egocéntricas, por lo que también se beneficiaban del alto grado de capital relacional de éste, ya que las redes sociales de dichos agentes se expandían también fuertemente en su nivel 3, al poder acceder fácilmente a los agentes sociales ubicados en el nivel 1 de la red egocéntrica del nodo estrella. La presencia de otros nodos altamente conectados en las redes egocéntricas de nivel 1, tales como la unidad doméstica de don Miguel Gerónimo de Urdaneta y doña María Alejandrina Farías (nodo 96), potenciaba este efecto expansivo. Para ilustrar estos planteamientos, se presenta en la Figura 5 la evolución del tamaño de las redes egocéntricas de agentes sociales seleccionados, en sus niveles 1, 2 y 3. Se observa cómo el tamaño de las redes egocéntricas de todos los agentes sociales seleccionados aumenta drásticamente en sus niveles 2 y 3, ello debido en gran parte a la presencia en las correspondientes redes egocéntricas de nivel 1 o 2 de las unidades domésticas encabezadas por don Agustín de Ortega y su cónyuge doña Francisca Josefa Cerrudo (nodo 9), y por don Miguel Gerónimo de Urdaneta y doña María Alejandrina Farías (nodo 96). Para mayor ilustración, se presenta en las Figuras 6 y 7, respectivamente, la evolución de las redes egocéntricas de la unidad doméstica encabezada por José Manuel Arenas y María Francisca Dionicia Medinas (nodo 32), y de doña Bárbara Urdaneta (nodo 255), en sus niveles 1, 2 y 3.

Gracias a su vinculación con la unidad doméstica de don Agustín de Ortega y doña Josefa Cerrudo, la red egocéntrica de José Manuel Arenas y María Francisca Dionicia Medinas se expande rápidamente desde 17 nodos en su nivel 1 hasta 145 nodos en su nivel 2 y 318 nodos en su nivel 3 (figura 6). Este caso es de particular interés, ya que se trata del único agente social no perteneciente al grupo dominante de la "Gente blanca" en la parroquia, a quien una alianza estratégica con el nodo estrella, perteneciente a dicho grupo étnico, le permite incrementar significativa-mente su capital social.

Por otro lado, la red egocéntrica de doña Bárbara Urdaneta, quien estaba estratégicamente vinculada en el nivel 1 únicamente a los dos nodos de mayor capital relacional en la parroquia por vínculos de compadrazgo bautismal, se expande también drásticamente hasta 99 nodos en su nivel 2 y a 269 nodos en su nivel 3 (figura 7). El estar conectada únicamente a los dos agentes sociales de mayor capital social relacional en la parroquia le permitía así a Doña Bárbara Urdaneta acceder a 269 agentes sociales en tan sólo tres pasos, ello sin necesidad de tener que invertir tiempo y otros recursos en mantener directamente una amplia red de contactos.

Tal como se reportó al estudiar la red social integral en esta parroquia (Rincón Rubio 2014), la presencia de nodos con un alto número de conexiones y una alta centralidad de intermediación en estas redes egocéntricas de nivel 2 y nivel 3 le habría conferido también a estas redes propiedades de alta navegabilidad durante la realización de búsquedas por parte de Ego destinadas a la transmisión de recursos o de información, o a la búsqueda o intercambio de favores. Así, en cada una de estas redes Ego habría podido tener un rápido acceso a un elevado número de otros agentes sociales de su red egocéntrica, contactando a aquél de sus vecinos directos que estuviese mejor conectado. La presencia de nodos altamente conectados como la unidad doméstica encabezada por don Agustín de Ortega y su cónyuge doña Francisca Josefa Cerrudo (nodo 9) y la unidad doméstica de don Miguel Gerónimo de Urdaneta y doña María Alejandrina Farías (nodo 96) habría introducido un efecto multiplicador en la búsqueda, que permitía incrementar rápidamente el número de agentes sociales contactados (Adamic, Lukose y Huberman 2002). Por otro lado, la presencia de estos nodos altamente conectados en una red egocéntrica habría hecho también más eficiente la navegación en la red y el acceso a los recursos que los agentes sociales de la red podían proveerse mutuamente, al disminuir la longitud de camino entre estos (distancia geodésica promedio de la red).

A modo de conclusión

Se analizaron las redes sociales personales asociadas a las instituciones del bautismo y el matrimonio tejidas durante las dos últimas décadas del siglo XVIII por los agentes sociales detentores de mayor capital social en la parroquia eclesiástica Inmaculada Concepción de La Cañada, provincia de Maracaibo de la antigua Capitanía General de Venezuela. La aplicación de la metodología del Análisis de Redes Sociales (ARS) en un enfoque egocentrado permitió estudiar de forma sistemática las características de dichas redes, e identificar similitudes y diferencias en las estrategias de reproducción social puestas en práctica por los diferentes agentes sociales considerados.

De los vínculos considerados, el compadrazgo bautismal fue el vínculo más preferido por los agentes sociales de alto capital social relacional para la construcción de sus redes sociales, y ello, en proporciones significativamente mayores a las observadas a nivel general en la parroquia. Dada la importancia de la institución familiar y del compadrazgo bautismal en la América Hispana, es muy probable que muchos de los compadres de bautismo formaran parte de los grupos de mayor cercanía emocional a cada uno de los Ego considerados. Los vínculos con parientes consanguíneos o políticos, que podrían considerarse como los más fuertes, estaban presentes en bajas proporciones en las redes egocéntricas de la mayor parte de los agentes sociales de alto capital social relacional considerados.

A la hora de conformar sus redes, los agentes sociales de mayor capital social relacional, pertenecientes casi todos ellos al grupo dominante de la "Gente blanca", se asociaban muy preferentemente a agentes sociales pertenecientes a su mismo grupo étnico. Esta estrategia habría implicado tanto una intencionalidad individual como una actuación según las reglas sociales compartidas, y habría estado dirigida a conservar o incrementar el capital total del que se disponía, con exclusión de los grupos étnicos subalternos. Por su parte, el único agente social de alto capital relacional perteneciente a los grupos étnicos subalternos construiría su red de relaciones vinculándose también, casi exclusivamente, con agentes sociales pertenecientes al grupo dominante, muy probablemente como una estrategia para incrementar su capital social y su capital simbólico.

El cómputo de indicadores como la centralidad de intermediación y el coeficiente local de agrupamiento, directamente correlacionados, permitió identificar diferencias en el capital social de intermediación con el que habrían contado los diferentes agentes sociales considerados, en función de cuán conectados entre sí se encontraban los Alteri de sus redes egocéntricas. Se pudieron identificar así aquellos casos en los cuales la estructura de la red egocéntrica habría permitido a Ego incrementar su capital social, al proporcionarle una ventaja estratégica en el control de la comunicación y el flujo de recursos mediante un mecanismo de intermediación o brokerage. Por otro lado, se identificaron también las redes ego-céntricas que presentaban los mayores grados de cierre tríadico, con altos valores del coeficiente global de agrupamiento de la red; estas redes habrían presentado los mayores niveles de cohesión, con altos niveles de capital social de cierre, generador de confianza y obligaciones de reciprocidad. Las diferencias identificadas en la estructura de las diferentes redes personales analizadas habrían reflejado diferentes estrategias de optimización y reproducción social puestas en práctica por los agentes sociales considerados, al momento de conformar sus redes personales.

Al observar diferentes niveles de las redes egocéntricas, se encontró que la mayor parte de los agentes sociales de alto capital social relacional presentaba en sus redes de nivel 1, formadas por Ego y sus contactos directos, valores del coeficiente global de agrupamiento mayores a los existentes en las redes egocéntricas de mayor nivel, los cuales incluían también a los contactos de segundo y tercer orden. El nivel 1 de las redes egocéntricas habría incluido a los grupos de mayor cercanía emocional a cada uno de los Ego considerados, por lo que en estos casos, el alto nivel de cierre tríadico en el primer nivel de la red egocéntrica habría potenciado la generación de confianza y la cohesión social en estos grupos de mayor cercanía emocional a Ego. Por otro lado, los contactos presentes en los niveles 2 y 3 de las redes egocéntricas, con un grado mucho menor de cierre tríadico y por ende menos cohesionados, habrían sido relativamente más importantes en la transmisión de recursos, ideas o información, más que en la generación de apoyo social o emocional.

El impacto que tenía la presencia de los nodos más altamente conectados de la parroquia en las redes egocéntricas de otros agentes sociales fue analizado observando la evolución del tamaño de las redes egocéntricas de agentes sociales seleccionados, en sus niveles 1, 2 y 3. Dado su alto grado de conectividad, la presencia de este nodo como Alter en una red egocéntrica incrementaba la probabilidad de que existiesen conexiones directas entre el resto de los Alteri de la red, incrementándose así el grado de cohesión de la red. Por otra parte, la presencia de un nodo de alta conectividad en el nivel 1 de la red egocéntrica de un agente social hacía que la red egocéntrica de dicho agente social se expandiera drásticamente en los niveles subsiguientes. La presencia de nodos con un alto número de conexiones y una alta centralidad de intermediación en las redes egocéntricas de mayor nivel le habría conferido también a estas redes propiedades de alta navegabilidad durante la realización de búsquedas por parte de Ego destinadas a la transmisión de recursos o de información, o a la búsqueda o intercambio de favores. Al mismo tiempo, la presencia de estos nodos altamente conectados habría hecho más eficiente la navegación en la red egocéntrica al disminuir la longitud de camino entre los agentes sociales (distancia geodésica promedio de la red).

Las estrategias de optimización y reproducción social identificadas habrían representado un conjunto de prácticas generadas por los agentes sociales considerados, con el fin de maximizar sus posibilidades de sobrevivencia, mantener o mejorar su posición en el espacio social de la parroquia y, en general, afrontar de la mejor manera posible las incertidumbres asociadas a la vida en un ambiente rural; para ello, habrían buscado optimizar el capital que tenían quizás más fácilmente accesible: el capital social, el cual podía ser convertido en otras especies de capital (simbólico o económico), o movilizado directamente ante circunstancias concretas.

Se espera que a medida que se realicen estudios similares utilizando la metodología del ARS para otras comunidades rurales y urbanas de la región, al momento actual prácticamente inexistentes, puedan realizarse estudios comparativos que permitan establecer tendencias de alcance más general sobre la forma en la que los agentes sociales de la América Hispana se relacionaban entre ellos, las redes que construían, cómo las articulaban y se integraban en ellas, cómo fluía la información a través de las redes construidas y cómo estas redes eran utilizadas como parte de las estrategias de reproducción social.

Apéndice. Parámetros posicionales y estructurales del Análisis de Redes Sociales utilizados en este trabajo

Centralidad de cercanía: Medida que indica la distancia promedio entre un nodo y todos los nodos restantes de una red.

Centralidad de intermediación: Número total de veces que un nodo está incluido en el camino más corto entre los otros nodos de una red.

Centralidad de intermediación normalizada: Número total de veces que un nodo está incluido en el camino más corto entre los otros nodos de una red, dividido entre el número máximo de caminos entre los otros nodos de la red; puede adquirir valores entre 0 (centralización mínima, ningún camino pasa por el nodo en cuestión) y 1 (centralización máxima, todos los caminos pasan por el nodo en cuestión).

Coeficiente global de agrupamiento: Promedio de los coeficientes de agrupamiento locales de todos los nodos de la red.

Coeficiente local de agrupamiento: Fracción de pares de vecinos de un nodo determinado que están conectados entre sí.

Densidad: Fracción de vínculos que existen en una red, con respecto al número total de vínculos posibles entre todos los nodos. Una densidad de 0 indica que ningún nodo está conectado con otro. Una densidad de 1 indica que cada nodo está conectado con todos los demás nodos.

Diámetro de red: Distancia máxima entre dos nodos cualesquiera de una red, siguiendo el camino más corto entre los nodos.

Grado de un nodo: Número de nodos con los cuales un determinado nodo está conectado directamente. Grado de entrada: número de aristas que llegan a un nodo, en un grafo dirigido. Grado de salida: número de aristas que salen de un nodo, en un grafo dirigido.

Grado promedio ponderado: Número de vínculos totales que tiene un nodo con aquellos nodos con los cuales está conectado directamente.

Longitud de camino o distancia geodésica: Número mínimo de pasos que existen (camino más corto) entre dos nodos de una red.

Longitud de camino o distancia geodésica promedio: Número mínimo promedio de pasos que existen entre todos los posibles pares de nodos en una red.

Tamaño de una red egocéntrica: Número de nodos presentes en una red ego-céntrica, incluyendo a Ego.


Notas

1 Una revisión de investigaciones que combinan el ARS y la historia, así como de las posibilidades que ofrece esta metodología para la investigación histórica, puede encontrarse en: Martín Romera 2012; 2010. Así mismo, pueden consultarse los volúmenes monográficos Nº 21 (2011) de la revista REDES – Revista Hispánica para el Análisis de Redes sociales: "Análisis de redes e historia: herramientas, aproximaciones, problemas", y Nº 109 (2005) de la revista Annales de démographie historique: "Histoire de la famille et analyse de réseaux".
2 El concepto capital social es de amplia aplicación en las ciencias sociales, no existiendo un acuerdo unánime acerca de su definición; una revisión reciente de las diferentes propuestas referentes al capital social puede encontrarse en: Sutherland y Burton (2012); Teilmann (2012); Adler y Kwon (2002). Adoptamos en este trabajo la propuesta teórica de Pierre Bourdieu por la posibilidad que ofrece de estudiar y analizar los mecanismos de inter-conversión de diferentes formas de capital en el marco de una economía general de las prácticas sociales; por la formulación e integración teórica del concepto de habitus presente en dicha propuesta, el cual permite aprehender el papel activo y no siempre consciente de los agentes sociales en respuesta a las condiciones estructurales en las que se encuentra inserto, y por el énfasis puesto en el papel del agente individual en la gestión de su agregado de capitales dentro de un determinado grupo social (Bourdieu 1986). La propuesta teórica de Bourdieu es considerada por muchos autores como la más poderosa desde el punto de vista de las posibilidades que ofrece para el análisis y la comprensión de los fenómenos sociales y culturales (cf. Sutherland y Burton 2012).
3 Cuando el agente social es un individuo, la expresión "redes egocéntricas" ha llegado a ser intercambiable con la expresión "redes personales" (Molina González 2005). Dado que en nuestro caso los agentes sociales pueden ser individuos, parejas de cónyuges o unidades domésticas, se utilizará la expresión "redes egocéntricas" para referirse a redes sociales centradas en un agente social particular.
4 Una revisión de estos estudios puede encontrarse en: Molina González (2005).
5 Aunque no hay un consenso en cuanto a la estructuración de estas capas, estudios que sintetizan evidencias provenientes de la psicología social, la antropología evolucionaria, la teología y la sociología apuntan hacia la existencia de una primera capa, la más cercana a Ego, denominada "cliqué de soporte", la cual estaría conformada por un grupo de aproximadamente 5 individuos, que brindan apoyo a Ego en momentos de fuerte tensión emocional, social o económica; una segunda capa denominada "grupo de simpatía" (aproximadamente 15 individuos), una tercera capa denominada "red cercana" o "grupo de afinidad" (aproximadamente 50 individuos) y la denominada "red activa" o "red social personal", definida de diversas maneras por los diferentes investigadores, como por ejemplo el grupo de individuos con los cuales Ego siente que mantiene una relación personal y hace un esfuerzo consciente por mantener el contacto, conformada en promedio por aproximadamente 150 individuos, con un rango de variación en el orden de 100 a 300 individuos (Sutcliffe et al. 2012).
6 Las fuentes primarias utilizadas para identificar los vínculos de la red sociométrica fueron los libros de bautismo y de matrimonio de la parroquia Inmaculada Concepción de La Cañada, correspondientes a los años 1784-1804. Para la generación de esta red sociométrica se trabajó con 505 nodos o agentes sociales, 73 de ellos correspondiendo a las "casas" relacionadas en la matrícula levantada por las autoridades eclesiásticas al momento de la creación de la parroquia eclesiástica en el año 1784, y los 432 restantes correspondiendo a todos los individuos o parejas que fueron identificados en actos de bautismo o de matrimonio celebrados en la parroquia en los años 1784-1804 (cf. Rincón Rubio 2014).
7 Cf. Lakon, Godette y Hipp (2008); Borgatti, Jones y Everett (1998). Para el cómputo de los diferentes parámetros cuantificables en el ARS existen actualmente programas informáticos tales como Ucinet, Pajek, Netdraw, Netminer y EgoNet (Gualda Caballero 2005). En nuestro caso hemos optado por el software libre Gephi, debido a las facilidades que presenta este software para el manejo de los datos de partida (nodos y vínculos), evitando la necesidad de trabajar con voluminosas matrices de datos, así como por su capacidad para modificar el diseño de la red creada con diferentes parámetros de visualización (Gephi © 2008-2012. http://gephi.org/). Ver también: Bastian, Heymann y Jacomy 2009, https://gephi.org/publications/gephi-bastian-feb09.pdf.
8 Miguel Gerónimo de Urdaneta y María Alejandrina Farías estaban emparentados con distinguidas familias procedentes de España, cuyos miembros ocuparon importantes cargos en la ciudad de Maracaibo y otras provincias de la Hispanoamérica colonial. En la provincia de Maracaibo, la familia Urdaneta participaba en negocios que vinculaban a las planicies del pie de la cordillera andina con los mercados de ultramar, a través del eje mercantil Maracaibo-Veracruz (Urdaneta Quintero 2011). En los años 1799-1811, Miguel Gerónimo de Urdaneta poseía tierras en la zona sur del lago de Maracaibo y en el centro de la ciudad de Maracaibo, realizó compras de esclavos, adquirió préstamos y actuó como apoderado de importantes autoridades provinciales (Archivo del Registro Principal del Estado Zulia, sección Escribanías, documentos A-1-117, A-3-59, A-4-288, A-14-135, A-17-5, A-17-349).
9 Los valores normalizados de Centralidad de intermediación son independientes del tamaño de la red, y varían entre 0 y 1 (Freeman 1978/79). Un valor normalizado de 0 indica que todos los Alteri estaban conectados entre sí, por lo que no les era necesario pasar por Ego para comunicarse; en el otro extremo, un valor de 1 indica que todos los Alteri debían pasar por Ego para acceder a otro de los Alteri de la red.

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