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Revista CES Derecho

On-line version ISSN 2145-7719

rev.ces derecho vol.6 no.2 Medellín July/Dec. 2015

 

Editorial

Sangre y dolor vs esperanza y tolerancia: El proceso de paz y la reconciliación en Colombia

"Colombia necesita salir del cuarto oscuro del conflicto armado y empezar a colorear la casa con colores de
esperanza y tolerancia; centímetro a centímetro, metro a metro, en todos los rincones, sin resentimientos, ni
dudas, sin diferencias políticas o religiosas, sin fanatismos, desnudando el corazón. Coloreando solo con la
tinta indeleble del perdón"
AVAT.

Ha empezado formalmente el proceso de paz con las conversaciones de la Habana - Cuba 2012.

El gobierno del Presidente Juan Manuel Santos confirmó públicamente que se ha dado inicio a conversaciones formales de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para así intentar ponerle fin a un conflicto que ya lleva casi medio siglo y ha ocasionado cerca de 300,000 muertes. ¿Pero qué contempla la agenda de negociación y qué se sabe al respecto?

El Acuerdo Final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera se firmó en La Habana, Cuba el 26 de agosto de 2012".

Así se publicaba la noticia en los diarios y columnas escritas del mundo entero y así lo presentó la analista Francesca Varda, experta en resolución de conflictos, justicia transicional en América Latina1, y el Presidente Santos decía con voz firme ante el mundo: "Las negociaciones se medirán en meses no en años"2.

La herida del conflicto no puede ser más profunda, ya perforaron las entrañas de varias generaciones de millones de Colombianos en cinco décadas y en consecuencia, el pasado, presente y futuro de una Colombia en paz es hoy. Sin marcha atrás, sin colores, ni ideologías políticas o religiosas, debemos despojarnos del ropaje de los fanatismos y empezar a convivir. Tal vez aprender a tolerar, pero ese es justo el reto.

Luego de una prolongada situación de caos y desesperanza, que solo se puede describir con hechos, tristezas y nostalgias; con miles y miles de muertos, balas, sangre, terror, desplazamiento, dolor, y todas estas palabras a las cuales nos hemos acostumbrado mal los hijos de esta tierra, aún quedan abanderados del odio, el rencor, las balas, y defensores de una paz a punta de guerra. De una paz a punta de sangre, de una paz labrada desde el castigo y las penas eternas, como si esa fuera una alternativa.

Una paz confiable y duradera se construye desde el perdón, desde la reconciliación, desde el olvido, - si este último es posible -. Son los hijos de las soledades, de las ausencias, los hijos sin padres, los hijos sin hermanos, sin familia, los que llevan el dolor y el sufrimiento a cuestas, los que nos enseñan que perdonar abre las puertas de la tolerancia, y este es el llamado: Colombia necesita salir del cuarto oscuro del conflicto armado y empezar a colorear la casa con colores de esperanza y tolerancia; centímetro a centímetro, metro a metro, en todos los rincones, sin resentimientos, ni dudas, sin diferencias políticas o religiosas, sin fanatismos, desnudando el corazón. Coloreando solo con la tinta indeleble del perdón. Basta recordar:

Cuánto dolor y lágrimas, cuánto luto y despojo inútil, para finalmente concluir que la salida no es la guerra sino el diálogo civilizado, que Colombia entera debe ponerse en pie para impedir que esto suceda otra vez.3

Vale preguntarnos ¿Quién o quiénes son los interlocutores válidos de este proceso de paz?

Usted, yo, ellos, nosotros, todos y cada uno de los que habitamos este país, esta Colombia Magia salvaje de la película que nos hizo estremecer y descubrir lo bello de nuestros campos y selvas, esta Colombia de Mauricio Babilonia y sus mariposas amarillas de Gabo, esta Colombia de ensueño, canto, danza y música de Petrona, la Negra Grande, de Toto la Momposina y también de Juanes, Shakira, Carlos vives y Maluma. Esta Colombia de Nairo Quintana, James, Falcao, Mariana Pajón y de Catherine Ibargüen, pero también esta Colombia de la ciencia y la tecnología, esta Colombia suya y mía, esta Colombia nuestra debe tener paz.

Yo creo en la paz, sin fronteras, sin recelo, sin color político, sin ataduras, por eso creo que es hora de repetir hasta aprender, que la paz somos todos y nace a partir del corazón, así me lo hizo saber una señora taxista de Medellín, cuando tomé su vehículo desde la Universidad CES hacia mi casa, en este mismo mes de diciembre, cuando todos reímos, estamos alegres y nos damos treguas.

Adriana Victoria Alvarez Trujillo
Abogada y docente Facultad de Derecho


Notas

1 Francesca Varda - Peruana - trabaja en temas vinculados a la Corte Penal Internacional, los conflictos internacionales y los derechos humanos lo que la ha llevado a viajar extensamente por América Latina, Caribe, Asia y Europa.

2 Presidente Santos el 4 de septiembre de 2012al formalizar los diálogos de La Habana, Cuba.

3 Estas palabras fueron pronunciadas por Rodrigo Londoño Echeverri, alias ‘Timochenko‘ el 4 de septiembre del 2012 en la Habana Cuba

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