La historia ha dado cuenta de diversas tragedias ligadas a la enfermedad y a la muerte, las mismas han sido inspiración para grandes autores, obras como “La Peste” de Albert Camus y “El Amor en los Tiempos del Cólera” de Gabriel García Márquez, nos hacían imaginar aquellos escenarios lejos de pensar vivirlos en algún momento de nuestras vidas.

A principios del año oíamos las primeras noticias de lo que acontecía en China y luego en poco tiempo veíamos escenas desgarradoras de enfermedad y muerte en Italia, España y el Reino Unido, y cada vez mas cerca luego en Ecuador y Brasil, hasta que en el mes de marzo llega el primer caso a Colombia de Covid 19 o Coronavirus y empiezan una serie de medidas de salud pública en aras de proteger la salud de todos los colombianos, una serie de normas comienza a salir en cada uno de los campos, económico, laboral, social y en educación.

El proceso de formación de los estudiantes no podía parar y el Ministerio de Educación Nacional autorizó a las Instituciones de Educación Superior la posibilidad de que programas presenciales pudiesen seguir funcionando bajo la modalidad de presencialidad asistida por tecnologías, muchas no estaban preparadas para asumir el reto, nosotros sí, la Universidad CES llevaba años desde CES Virtual con un programa denominado CES en casa, el cual comenzó como una idea de sostenibilidad, estando lejos de pensar que era una preparación previa para lo que se nos vendría.

No paramos ni un solo día el proceso de formación como futuros abogados de nuestros estudiantes, las aulas de clase se trasladaron a la casa de estudiantes y docentes donde cada uno adaptó un sitio para impartir la clase o para recibirla, algunos con más habilidades que otros, pero todos con la disposición de hacerlo de la mejor manera posible.

Hoy podemos hacer un análisis después de haber escuchado en varias oportunidades a nuestros estudiantes, son más los que han valorado esta modalidad, lo ven como el traslado de la clase del aula a sus casas, aprenden igual y pueden seguir interactuando con sus docentes de la misma manera, considerando además que ahorran tiempo que gastaban en los desplazamientos y dinero. Los estudiantes foráneos tuvieron un beneficio adicional, porque pudieron regresar a vivir el momento en casa rodeados de sus familias. Un número menor es cierto que no ha podido adaptarse, considera que aprende menos, que no es igual. Muchos han enfrentado y solucionado problemas de conectividad, pero ninguno ha desistido del proceso.

No obstante, esta nueva situación nos ha planteado retos que hemos venido analizando y ajustando, pues el acompañamiento permanente a los estudiantes debió continuar, no sólo desde lo académico sino también desde lo personal, con el fin de seguir materializando nuestra misión de formar seres humanos íntegros.

Hoy el panorama es incierto, países que ya se pensaba estaban saliendo de esta emergencia sanitaria, hoy viven de nuevo la situación de igual manera o peor que antes y las medidas de confinamiento que habían terminado vuelven a comenzar a imponerse, lo único cierto es que todos estamos igual a la espera de una vacuna que nos permita retomar la vida, pero es claro que no debemos y no queremos detenernos, que seguiremos cumpliendo la misión de formar con calidad y excelencia como nos hemos caracterizado a los futuros abogados, a una generación que le tocó vivir un momento histórico que seguramente los hará diferentes, estamos convencidas, mejores seres humanos.

Son muchos los desafíos que se acercan si logramos entender que las Tecnologías de la Información y de la Comunicación deberán servir de apoyo constante a la educación, aún después de haber superado esta crisis sanitaria mundial.

Queda la tarea también para los estudiantes de entender que cada vez deben cumplir menos un papel pasivo dentro su proceso formativo pasando a un rol activo o protagónico, siendo conscientes de la importancia de prepararse no solamente en temas jurídicos sino también en asuntos tecnológicos.

Seguiremos sorteando las contingencias presentadas con ocasión de esta pandemia, procurando que los docentes avancen en estrategias de apoyo a los estudiantes y donde los mismos logren consolidarse como guías que faciliten el proceso de aprendizaje.

Esta editorial pretende hacer un homenaje a los docentes por su dedicación, adaptabilidad, sentido de pertenencia, creatividad, amor y compromiso por su quehacer y a los estudiantes por no desfallecer, por asumir el reto de aprender de forma diferente, por su actitud y compromiso con la excelencia.

Este reconocimiento también es para la Universidad CES, por el apoyo a la facultad y a sus programas de pregrado y postgrado, y por la manera en que motivó a su personal directivo, administrativo y docente, logrando continuar con el desarrollo de su misión, aún en tiempos de pandemia.