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Trilogía Ciencia Tecnología Sociedad

On-line version ISSN 2145-7778

Trilogía. Cienc. Tecnol. Soc. vol.14 no.26 Medellín Jan./Apr. 2022  Epub Aug 26, 2022

https://doi.org/10.22430/21457778.1833 

Artículo de reflexión

Reflexiones sobre la técnica: el mito de la Gorgona como la Medusa moderna*

Reflections on Technique: The Gorgon Myth as the Modern Medusa

Alice Andrea Cortés1 
http://orcid.org/0000-0003-2054-4251

Edwin Camilo Saavedra2 
http://orcid.org/0000-0003-4749-3677

1 Investigadora y coordinadora de relaciones internacionales e interinstitucionales de la Accademia San Pietro, Roma, Italia. Correo electrónico: aliceandrea.cortes@uva.es

2 Docente investigador en la Fundación Universitaria del Área Andina, Bogotá, Colombia. Correo electrónico: esaavedra5@areandina.edu.co


Resumen:

El propósito de este artículo fue mostrar cómo, a partir de las reflexiones de Heidegger sobre la técnica, y desde la psicología arquetipal de Hillman, se puede interpretar el mito de Medusa con el fenómeno de la técnica moderna, evidenciando que esta es un destino del acaecer, o, en términos heideggerianos, das Geschick, es decir, lo proyectado, lo destinado, que llega en el camino, pues, cuando el fenómeno de la técnica moderna se impone sobre la naturaleza, petrifica como Medusa, quita vida con su mirada, convirtiendo lo que mira en un objeto. Tanto la técnica, como Medusa, tienen el destino de petrificar lo natural y su entorno. La razón instrumental, con el desarrollo de la técnica moderna, ha reflejado hasta nuestros días la imagen de esa Medusa que petrifica la naturaleza. Heidegger concibe el fenómeno de la técnica en su concepto Gestell (estructura de emplazamiento tecnológico), que se puede traducir en diferentes fases, como imponer, disponer y componer, crear y liberar de la técnica y las nuevas tecnologías, con las diferentes fases del mito de Medusa descrito por Ovidio Nasón en la Metamorfosis. Este estudio, en tanto, expondrá la correspondencia de cada una de ellas. Se concluye, entonces, cómo la técnica moderna, en cada una de las fases anteriormente mencionadas, se emplaza en la naturaleza yendo de la mano de la razón instrumental; a su vez, Heidegger y Hillman nos ofrecen una interpretación de la téchne griega y el mito de la Medusa en el acontecer tecnológico que estamos viviendo.

Palabras clave: Ge-stell; Medusa moderna; téchne; técnica moderna

Abstract:

The purpose of this article is to show, based on Heidegger’s reflections on technology and the archetypal psychology proposed by Hillman, that the Medusa myth can be interpreted as the phenomenon of modern technique. This modern Medusa is a destiny-in Heidegger’s terms, das Geschick, i.e., the projected, the destined-that takes place when the phenomenon of modern technique imposes itself over nature, petrifying it like Medusa, taking its life away with her stare, and turning what it looks at into an object. Modern technique, as well as Medusa, is destined to petrify the natural and its surroundings. Instrumental reason, due to the development of modern technique, has reflected, until today, the image of that Medusa that petrifies nature. Heidegger conceives the phenomenon of technique in his concept of Gestell (technological framework), which can translate into different stages of technique and new technologies (i.e., impose, dispose, compose, create, and free) that match the phases of the myth of Medusa described by Ovidio Nasón in Metamorphosis. This study presents the correspondence of those stages and concludes that modern technique, following said stages, establishes itself in nature going hand in hand with instrumental reason. Thus, Heidegger and Hillman offer an interpretation of the Greek téchne and the Medusa myth that can represent the technological events we are living nowadays.

Keywords: Ge-stell; modern Medusa; téchne; Modern technique

INTRODUCCIÓN

El fenómeno de la técnica y el mito de Medusa

Para hacer la interpretación de la Medusa1 moderna del mito griego de la Gorgona, recurriremos a las reflexiones sobre la técnica de Heidegger (2003). El pensador alemán evidencia en su escrito La pregunta por la técnica cómo el fenómeno de la técnica nos lleva a su Ge-stell, que en principio se puede traducir literalmente como estructura de emplazamiento, pero se puede ver desde sus diferentes facetas, como imponer, estar a disposición o dispositivo, des-componer y com-poner. Estas facetas se pueden ver en las imágenes del mito de Medusa, sobre todo en el fenómeno de la técnica como im-posición en la imagen de la Medusa moderna.

Para el pensador alemán, el fenómeno de la técnica no es precisamente una forma de instrumentalización o de adaptar el entorno natural, tal como defiende la concepción instrumental tradicional: «La representación estándar de la técnica, según la cual la técnica es un medio y un hacer del hombre, puede, por eso, llamarse la determinación instrumental y antropológica de la técnica»2 (Heidegger, 2003, p. 10).

Es necesario mencionar que lo Ge-stell tiene dos caras: la téchne, como actualización del modo de saber griego, que con un componer creativo desoculta una verdad profunda. La otra se da en el espacio tecnológico, donde puede caer en el peligro de convertirse en una imposición fáctica: Ge-stell, que se expresa de dos maneras: das Geschick (destino) y Gefahr (peligro). Ambas expresiones, unificadas en Heidegger, son el destino del peligro: «El destino del desocultar no es en sí un peligro cualquiera es El peligro» (Heidegger, 2003, p. 30).

Se mostrarán los movimientos de lo Ge-stell para poder diferenciar claramente estas facetas relacionadas con el mito de Medusa, las cuales pueden ser interpretadas como negativas o positivas. El im-poner de lo Ge-stell es su parte negativa, en la que sobresale la técnica moderna y el com-poner como la parte positiva, creativa.

La técnica moderna ya está en el mundo, en la Naturaleza, en el planeta. Aquí podemos observar la ambivalencia de la técnica con sus facetas positivas y negativas:

Todos sabemos que la tecnología basada en la ciencia ha conocido un avance incesante desde los tiempos de Galileo, pero los escépticos también saben que, a diferencia de las ciencias, la tecnología es ambivalente pues, aunque en gran medida beneficiosa, una parte de ella también es dañina (Bunge, 2019, p. 7).

Medusa en griego significa «guardiana o protectora»:

Medusa significa ‘sabiduría femenina soberana’, en sánscrito es Medha, Metis en griego y en egipcio Met o Maat. Medusa fue importada a Grecia desde Libia, donde era adorada por las amazonas de la región como su diosa serpiente. Medusa (Metis) fue el aspecto destructor de la Gran Diosa Triple, también llamada Neith, Anat, Atenea o Ath-enna en el norte de África, y Athana en 1400 a.C., en la Creta minoica (Le Van, 2011, párr. 1).

Medusa muestra imágenes de sabiduría, primero como una sacerdotisa del templo de Atenea, diosa de la sabiduría, donde es violentada por Poseidón. Segundo, como monstruo con un poder de dominio que petrifica a los hombres con su mirada. Tercero, al Perseo cortar la cabeza de Medusa, se corta esa razón poderosa, imperante y petrificante; hay una liberación de la razón.

En el mito de Medusa y en el fenómeno de la técnica se ven diferentes facetas de la razón, que se podrían interpretar como contradictorias, pero la razón no se puede encasillar en una fase o dimensión. La razón ha mostrado sus diferentes facetas a lo largo de la historia; en siglos recientes, en la Modernidad, por ejemplo, la razón ha mostrado su fase universal, omnipotente, imponente con el desarrollo de la ciencia y de la técnica. También se ha destacado la razón instrumental en ese período. Pero la razón también ha mostrado sus caras múltiples, no tan rígidas e imponentes, como la fragmentación del imperativo universal de la Modernidad. De ahí el debate Modernidad- Posmodernidad entre Habermas y Lyotard, uno reclamando metalenguaje de la Modernidad sostenido por la razón universal, y el otro mostrando en los juegos del lenguaje las nuevas imágenes de la razón (Lyotard, 2006).

En la antigua Grecia las imágenes del conocimiento y la sabiduría yacían en imágenes femeninas como la de Atenea, diosa de la sabiduría; la Medusa, como su hermosa sacerdotisa; y en los conceptos de Sophia, Episteme y Téchne, dados por Platón en sus Diálogos y de Aristóteles en su Ética a Nicómaco.

Se recurre a la psicología arquetipal de Hillman para interpretar el mito de Medusa y la presencia de la diosa Atenea en el fenómeno de la técnica con las diferentes fases de la razón dadas en este fenómeno. Los pensadores de la imagen, el símbolo y la imaginación destacan el papel central de los mitos como fuente de comprensión del mundo: «Tomar nuestros deseos por realidades objetivas, es decir, confundir la dimensión mítica con la utilitaria, constituye una de las grandes mistificaciones de nuestro tiempo- tan preocupado en desmitologizarlo todo» (Durand, 2000, párr. 2).

Se resalta el mito de Medusa especialmente por dos razones: la primera, porque Atenea, diosa de la sabiduría, está presente en el mito; y la segunda, porque ella condena a su sacerdotisa a ser un monstruo que petrifica todo lo natural y viviente con su mirada. El ser humano al corresponder con su logos a la Gorgona se petrífica; en otras palabras, se destruye porque cae en la imposición de la razón. El hecho de destruir no es irracional sino para hacer valer su poder, imponencia y causar temor. Pero no es tan conocida la primera parte del mito, en la que Medusa también es víctima. Ella misma, una hermosa sacerdotisa de la diosa Atenea, que la «castiga» y la convierte en el monstruo que conocemos. Ovidio Nasón (1981) en su texto Metamorfosis nos relata el mito de Medusa, quien fuera sacerdotisa virgen del templo de Atenea, y violada en el mismo por Poseidón, castigada por la misma diosa, convirtiéndola en Gorgona:

De continuo, refirió Perseo sus peligros y sus viajes; cuando hubo callado, alguien le preguntó por qué, de las gorgonas, solamente Medusa tenía serpientes en la cabellera. Perseo respondió que Medusa fue notable por su belleza, y que lo más bello que tuvo fue el cabello; pero Minerva, indignada porque su templo fue profanado por Neptuno que en él violó a aquélla, le mudó en serpientes los cabellos. Ahora, la diosa aterra a los enemigos llevando sobre su pecho tales serpientes, obra suya (Libro cuarto, p. 76).

En la antigüedad había una íntima relación entre sabiduría y belleza, como si la imagen impactante de la belleza, que detiene el movimiento, como afirman los neoplatónicos, nos condujera a la sabiduría con la terrible razón; en la imagen de Medusa se juntan razón y belleza para detener el movimiento, inmovilizar.

UNA INTERPRETACIÓN DEL MITO DE MEDUSA EN LAS REFLEXIONES DE HEIDEGGER SOBRE LA TÉCNICA: LA MEDUSA MODERNA

Ge-stell como im-poner y estar a disposición, dispositivo, descomponer y componer

Se presentará la correspondencia de las facetas de lo Gestell: imponer, estar a disposición o dispositivo, descomponer y componer, expuestas por el pensador alemán Martin Heidegger, con el mito de la Medusa para obtener la imagen de Medusa moderna.

Imponer

Primera faceta: de lo Gestell como imponer, la imposición de la técnica moderna sobre la naturaleza. En esta dimensión sobresale la imagen de la Medusa moderna, en la que la técnica causa petrificación o polución en la naturaleza, como el río con el accionar del motor de los barcos, que polucionan el agua que afecta a la biodiversidad en el río, como peces y plantas.

Para Heidegger (2003), la técnica moderna, a diferencia de la téchne y las otras facetas de la tecnología, no tiende hacia la poiesis:

El desocultar que impera en la técnica moderna no se da en un producir en el sentido de poiesis. El desocultar imperante de la técnica moderna es un provocar que pone en la naturaleza la exigencia de liberar energía, que pueden ser explotadas y acumuladas (p. 18).

En otras palabras, lo que nos muestra la técnica moderna no es creación poética sino provocar, exigencia e imponer sobre la naturaleza, como lo hace Medusa, que provoca, impone y extrae con su mirada el alma de lo viviente y lo petrifica. Sin embargo, es necesario mencionar que la imposición de la técnica también tiene otra cara en la que sobresale la razón instrumental, que ha traído beneficios a la sociedad humana, al implementar el desarrollo de sus ciudades, energía eléctrica, acortar distancias y ahorrar tiempo en desplazamientos con aviones, automóviles y barcos de motor.

Este uso, con una presunción y pretensión de dominio, es la provocación y el aprovecharse de su disponibilidad. De esta manera, la disposición se convierte en provocación sobre la Naturaleza misma, y queda petrificada por la mirada de la técnica. Así la propuesta de Heidegger pone en disputa la Naturaleza y la técnica. Rojcewicz (2006) nos expone cómo la naturaleza ha quedado indefensa y obligada a satisfacer: «A la Naturaleza no se le ha dado chance de defenderse y en vez de ello ha sido forzada a satisfacer» (p. 71). En este acto bélico de la Medusa moderna, se ha perdido el respeto ante las leyes de la naturaleza, y, asimismo, hacia su creación como physis, ha quedado inmovilizada al igual que la poiesis y de la téchne esencia de la técnica: «Poiesis es una forma de producción que encarna respeto» (Rojcewicz, 2006, p. 71). Esta disposición, convertida en provocación, y luego en petrificación de la Naturaleza, también se ve en el mito de Medusa: ella queda atrapada por un acto de impiedad en el templo de Atenea y su destino es el de petrificar lo natural, los seres vivientes con su mirada, como el destino de la técnica moderna.

Está apropiación de lo Ge-stell, en relación con la tecnificación como una Medusa moderna, no sería una liberación sino una amenaza. El peligro radica en que la técnica es un desocultar que provoca a la naturaleza. Un ejemplo de ello sería la ruptura de la capa de ozono, el smog, la contaminación ambiental. También cómo se ha acelerado el cambio climático por el desarrollo de la técnica en el planeta, que amenaza a la naturaleza y a la especie humana.

Estas verdades que nos muestra la técnica moderna están enmarcadas en imponer, que no deja salir de lo oculto lo más íntimo y profundo, es decir, la esencia de técnica, como afirma Heidegger (2003): «lo Ge-stell oculta sobre todo aquel hacer salir lo oculto que, en el sentido de la poiesis (ποίησιϛ), deja en el aparecer, trae-delante lo presente» (p. 31). El imponer des-oculta, por un lado, el poder de la razón instrumental en el avance tecnológico, que proporciona comodidades y bienestar a la sociedad. Por el otro, nos muestra el poder de la razón instrumental encarnado en el fenómeno de la técnica para extraer reservas de la naturaleza, dañar y dominar parte de ella para su propio beneficio:

En comparación con esto, el poner (imponer) que provoca empuja hacia una dirección contraria, pues se dirige en el sentido opuesto a aquello que está (Naturaleza). Donde prevalece la estructura de emplazamiento, la dirección y el aseguramiento de las existencias marcan con su impronta todo hacer salir lo oculto. Llegan a hacer incluso que su propio rasgo fundamental, a saber, este hacer salir lo oculto, no aparezca ya como tal (Heidegger, 2003, p. 31).

El amanecer de la técnica moderna como discurso sociocientífico coincidió, además, con drásticos cambios en las condiciones de vida, sociales e individuales, como la reducción de la mortalidad y la elongación del ciclo vital.

Así la técnica moderna se realice como un medio para un fin, un quehacer y hacer del ser humano en el mundo, esta concepción y realización de la técnica encamina al ser humano en un destino, en el cual la técnica moderna acapara todo lo visible (desocultar) como entes listos para el consumo, como meros desechos, reemplazables en un movimiento de expansión que involucra el planeta entero.

Con respecto a la imposición de la técnica moderna sobre la naturaleza, Hillman (2002) tiene un aporte paralelo al de Heidegger, pero desde su propuesta de la psicología arquetipal tiene una perspectiva del mundo en donde todo está integrado en el alma como un llamado a los principios psicológicos, que no comienzan en el sujeto sino en el mundo. En su propuesta no se separa al ser humano de la naturaleza, se concibe en unidad, y toma como punto de partida los deseos humanos y los intereses de la naturaleza y sus seres. Hillman (2002) nos recuerda que nuestra psique -o -nuestro ser y forma de vivir- está caracterizado y definido por el anima mundi (alma del mundo):

Estoy revisando estos conocidos fundamentos de la teoría psicológica para mostrar que el sujeto humano siempre ha estado envuelto en el gran mundo de la naturaleza. ¿Cómo podría ser de otra manera si el ser humano está compuesto de la misma naturaleza que el mundo? Actualmente, las prácticas psicológicas tienden a ignorar pasar de largo, las consecuencias de estos hechos (p. 47).

La mirada imponente de la Medusa moderna atenta contra el alma del mundo, de la naturaleza, causando catástrofes ecológicas. También habría que resaltar la importancia de Hillman (2002) para quien los límites de la psicología no se pueden definir porque está-en-el-mundo, en la naturaleza. Lo que significa que la psicología es un campo que se mezcla con la ecología.

La técnica moderna olvida la pluralidad de sentido en la que se desoculta el Ser, condena el desocultar del Ser y de la naturaleza a la tragedia de la utilidad como mera «producción tecno-industrial».

La imposición se da cuando impone la mirada de la técnica moderna sobre la naturaleza y el ser del hombre, acentuando de esta manera el olvido del ser (Seinsvergessenheit). Un olvido al que Medusa es castigada por un acto de impiedad a la que ella se ve sometida tras la violación de Neptuno en el templo de Minerva, como lo describe Ovidio Nasón (1981) en la Metaformosis:

El huésped dice: Puesto que saber deseas cosas dignas de relato, recibe de lo preguntado la causa. Clarísima por su hermosura y de muchos pretendientes fue la esperanza envidiada ella, y en todo su ser más atractiva ninguna parte que sus cabellos era: he encontrado quien haberlos visto refiera. A ella del piélago el regidor, que en el templo la pervirtió de Minerva, se dice: tornase ella, y su casto rostro con la égida, la nacida de Júpiter, se tapó, y para que no esto impune quedara, su pelo de Gorgona mutó en indecentes hidras. Ahora también, cuando atónitos de espanto aterra a sus enemigos, en su pecho adverso, las que hizo, sostiene a esas serpientes(Libro cuarto, Perseo y Medusa, líneas 793-803, p. 90).

La Medusa moderna con su mirada sobre la naturaleza en su provocar, inmoviliza la creatividad del ser humano; petrifica la téchne. El ser humano se pierde en la mirada de la técnica moderna que petrifica dejando algunas develaciones en lo oculto.

Estar a disposición, disponer

Segunda fase: de lo Gestell como disponer. Esta sería como el dispositivo tecnológico en el que Medusa muestra su sabiduría como Sacerdotisa de la diosa Atenea, respetando las leyes de la naturaleza, lo que se refleja en los dispositivos y desarrollos tecnológicos que van acorde con la naturaleza, y que están para servir al ser humano sin afectar al entorno ni al medio ambiente. En la cultura griega, la téchne, iba de la mano con la naturaleza, no como imposición. En otras culturas como la precolombina también hay cosmologías que muestran la unión hombre-naturaleza, donde se respetan sus leyes. Es el peligro que acosa al planeta en la actualidad y que, desde la perspectiva ecológica que cobija la técnica imponente, no deja ver que el problema ecológico y tecnológico no se resuelve en la manifestación del fenómeno, sino en su esencia.

La esencia de la técnica en Heidegger (2003) sale a relucir justo en el peligro (Gefahr) y en lo destinado (Geschick): «La esencia de la técnica amenaza el des-ocultar, íntima con la posibilidad, de que todo el des-ocultar sobresalga en el solicitar y que todo se presente únicamente en la develación de lo que está presente, a disposición» (p. 38).

La esencia de la técnica es la esencia de la creación. En el crear que desoculta la verdad más íntima. Por eso en el crear y producir tecnológico, habría otra perspectiva para enfrentar las catástrofes tecnológicas, ya que respeta a la naturaleza y sus leyes. La esencia de la técnica la encontramos en el concepto griego de téchne, como ese modo de saber que crea y produce, que tiende hacia la poiesis y no hacia la praxis.

Ge-stell es aquello que ha sido emplazado para estar a disposición-en-el-mundo, o que en la terminología heideggeriana es lo que se muestra, se abre-en-el-mundo. Ge-stell también nos muestra cómo vivimos en el mundo entretejido por el uso y abuso del fenómeno de la técnica frente al mundo en todo su habitar en todo el planeta tierra. Heidegger (2003) indica como:

Ge-stell significa el reunir de cada interpelar, que el ser humano pone, es decir, que provoca lo real en el sentido de solicitar lo que está disponible (Bestand) para desocultar, dejar salir lo oculto. Gestell se llama al modo del desencubrir, desocultar, en el que la esencia de la técnica moderna se mueve y no es ella misma algo técnico (p. 24).

Descomponer

Volviendo a una de las principales fuentes del este artículo, Heidegger presenta cómo la palabra Ge-stell tiene varias maneras de entender el fenómeno de la técnica, dentro de ellas figura el des-componer.

Al olvidar la parte del mito en que Medusa es víctima y tener viva la imagen del monstruo, el mito griego parece un alivio cuando el héroe Perseo corta la cabeza de Medusa, liberando a sus víctimas indefensas de convertirse en piedra:

Accede Perseo, y narra el modo como robó a las Fórcidas, que habitan bajo el Atlas, el único ojo que entre las tres poseían, y luego cómo, pasando por entre sitios apartados y temerosos, había llegado a la casa de las gorgonas, cuyos alrededores estaban llenos de efigies pétreas de hombres y fieras. Él, usando como espejo el bronce del escudo, había visto a Medusa, y aprovechando que dormía la había degollado; de la sangre que brotara de su garganta, nacieron entonces Crisaor y Pegaso (Ovidio Nasón, 1981, Libro cuarto, p. 76).

De la sangre derramada por Medusa nace Pegaso, el caballo alado como símbolo de libertad, como esa razón liberadora y fragmentada en la sangre, una razón no absoluta ni imponente. En otras palabras, se compone lo impuesto y descompuesto por la razón instrumental e imponente.

La técnica Moderna, en ese sentido de provocar y des-componer, condena a la naturaleza a una guerra trágica, en la que lleva las de perder al ser sometida o inmovilizada frente a la técnica moderna, al extraer su utilidad, sus existencias (Heidegger, 2003). También al forjar el carácter del ser humano sólo a esa manera del desocultar, recuerdan la violencia a la que Medusa se vio sometida y condenada por una Atenea marcial diosa virgen que se empodera como guerrera. Lo que ha llevado a una guerra que ha estado presente en la manera de «ver» y de habitar el mundo, al respecto Hillman (2010):

Kant concibió la guerra como necesaria, pero también iluminó tan sombría verdad al encontrar la utilidad de la guerra para el proceso histórico: Maquiavelo y Clausewitz coinciden en que la necesidad de la guerra cumple la función de hacer avanzar la ambición política del Estado. Marx, por su parte, demostró cómo esta necesidad era el resultado inevitable del capitalismo. Yo prefiero tragarme la verdad completa, sin la envoltura de las justificaciones: la necesidad de la guerra está establecida en el cosmos y afecta a la vida con lo insoportable, lo terrible y lo incontrolable, a lo que toda medida de lo normal y lo anormal debe ajustarse (p. 55).

Componer

El componer nos lleva a la esencia de la técnica, ya que es una manera del desocultar, de desvelar, el cual se ha conocido históricamente como a-letheia «verdad», un fundamento del desocultarse en el pro-ducir de la técnica. Lo que acaece-en-el-mundo en el pro-ducir y crear de la tecnología:

El pro-ducir pro-duce desde el velo al desvelo. El pro-ducir acontece solamente cuando llega lo velado a lo desvelado. Este llegar descansa y se mueve en lo que nosotros llamamos desocultar [Entbergen]. Para ello, los griegos tenían la palabra Aletheia, los romanos la tradujeron por "veritas". Nosotros decimos "verdad", y la entendemos corrientemente como rectitud del representar (Heidegger, 2003, p. 15).

Cortés y Crippen (2021), citando a Heidegger, describen que «téchne no es solo el nombre para las actividades y capacidades del artesano, pero también para las finas y bellas artes. Téchne pertenece a traer hacia delante a poiesis» (p. 28). Por consiguiente, al ocurrir el hacer creativo y el traer hacia adelante, «algo pasa de no ser a ser, del ocultamiento a la luz total de la obra» (Agamben, 1999, pp. 68-69).

Gestell como componer, en el sentido de composición creativa, aquí sobresale la téchne griega como crear y producir, como aquello que libera al crear y desoculta la verdad. En este desocultar se da el componer de la tecnología, basado en su raíz griega de la téchne. El fenómeno de la técnica reside en ser un modo de desvelar o desocultar un aspecto de la creación, en otras palabras, de verdad, de aquello que se desencubre: «La técnica es un modo del desocultar. La técnica esencia en el área donde ocurren el desocultar y desencubrir, donde ocurre áletheia, la verdad» (Heidegger, 2003, p. 17). El desocultar de la verdad se da también en el fenómeno de la técnica que nos muestra verdades muy diferentes a la téchne de la antigua Grecia.

Las verdades que nos muestra la tecnología o las nuevas tecnologías, que van acorde con las leyes de la naturaleza, y que tienden hacia la producción y a la creación, componen, en cierta manera, lo destruido por la imposición de la técnica moderna. El componer reúne a la técnica con la naturaleza. Desde la téchne como arte, sería como una composición musical o artística con las tecnologías y la naturaleza, teniendo en cuenta que el producir, florecer natural (physis) se encuentra con el producir, crear, téchne y con la esencia de la técnica.

Pero también el mito nos cuenta que Atenea indicó a Perseo que matara a Medusa con las sandalias aladas que Hermes le dio, el casco de invisibilidad de Hades, una espada y un escudo espejado. El héroe fue entonces a las cuevas de las Gorgonas.

Perseo, llegándose a él, le pidió hospitalidad, para lo cual se le presentó como hijo de Júpiter y consumador de admirables hazañas. Pero Atlas. recordaba un oráculo antiguo de Temis, según el cual un hijo del máximo dios habría de despojar sus manzanos de oro, y para evitar su cumplimiento había cercado de montes sus pomares y les había puesto como guardián una enorme serpiente; además, alejaba de sus territorios a cualquier extranjero que viniera a ellos. Por esa razón, trató de apartar también a Perseo quien, viendo que sus palabras eran inútiles, lo petrificó mostrándole la cabeza de Medusa. Atlas quedó convertido en monte altísimo, lleno de selvas y cimas y rocas, sobre el cual descansó el cielo estrellado (Ovidio Nasón, 1981, Libro cuarto, p. 75).

Perseo, con indicaciones de Atenea, con la ayuda de Hermes (el dios que puede viajar por varios mundos) y la colaboración de Hades, logra cortar la cabeza de Medusa. Lo Ge-stell puede abrir sentido y horizonte hermenéutico (dios Hermes) del ser-en-el-mundo al ver la profundidad que arremete la técnica moderna en el mundo (Hades, dios del inframundo). También des-oculte el olvido del ser con sus dos caras: la negativa, como la imposición, en la que resalta el fenómeno de Medusa con la técnica moderna; en el olvido de sus esencias, llevando al hombre al olvido de su ser y hasta de sí mismo. La positiva, como la salvación en la composición de la esencia de la técnica, en la téchne de la nueva posición-disposición del hombre-en-el-mundo, recordando que el mundo también es un acontecer como anima mundi. Hillman (2017) orienta su énfasis en la psicología -filosofía como una forma de ver, una forma de visualizar el ser humano retomando una vieja idea el anima mundi:

El mundo está entrando en una nueva fase de conciencia: al llamar la atención sobre sí mismo por medio de sus síntomas, puede comenzar a tomar conciencia de sí mismo como realidad psíquica. El mundo es ahora objeto de un enorme sufrimiento y presenta una serie de síntomas graves y llamativos, por medio de los cuales se defiende del colapso (p. 92).

La gran amenaza en la que el hombre moderno se encuentra en un nihilismo recalcitrante, una cosificación de los seres humanos, la naturaleza, continentes, tierras, mundo, junto con el olvido del ser. Asimismo, de no dejar salir de lo oculto y emplazarse en el mundo por medio de la técnica, pues no está en lo técnico de la técnica moderna, está en lo Ge-stell como imponer, en donde no saldrá a relucir el ser y su profundidad, no obstante, la otra cara de lo Ge-stell, como com-poner en lo des-compuesto, es decir, como un crear en el sentido de la téchne griega que tiende hacia la poiesis.

Heidegger (2003) recurre a Hölderlin, el poeta de la esencia de la poesía, para mostrar este juego hermenéutico de las caras de lo Ge-stell, en cuya imposición dispone y descompone, componiendo una salvación en la creación, en la poesía: «Así pues, donde domina lo Ge-stell, está, en su sentido más alto, el peligro. “Pero donde está el peligro, crece también lo que salva”. Consideremos cuidadosamente las palabras Hölderlin» (p. 32).

La diosa razón: razón instrumental

El apogeo de la razón: ella también se convierte en un mito. La diosa Razón, como lo llamaban en el siglo de las luces, así lo retoman y exponen Horkheimer y Adorno (1994) en la Dialéctica de la Ilustración.

La teoría crítica encontró en la razón, en su instrumentalización del mundo, un camino que sigue siendo el de la técnica moderna, concepto basado en la herencia proveniente desde los griegos clásicos hasta la modernidad, teniendo como máximo exponentes a Kant y Hegel. La razón como formas del conocimiento en la filosofía de estos dos pensadores, con la supremacía de la razón y con Hegel, se basa en comprender, desde una dialéctica, las contradicciones que se producen en el ser y su realidad.

El pensador marxista Lukács (2009) articula las ideas de racionalidad instrumental de Weber y de desarrollo del modo de producción capitalista de Marx, con una teoría de la cosificación del mundo que dan aportes a la tesis de la Escuela de Frankfurt y el tema de este artículo.

El aporte de Weber (2011) sobre racionalidad y racionalización ayudan a entender dicha dominación privilegiada en la técnica moderna, ya que evidencia, de manera más acertada, el concepto de racionalidad instrumental, la cual tiene como principal motor ejercer un control y dominio de las ciencias naturales y de la sociedad.

La crítica de la razón emerge en el marco del horror y el desastre generados por las guerras y el uso de la razón como instrumento de la ciencia y para el exterminio masivo de millones de personas. En este contexto, la razón instrumental como una modalidad del pensamiento que prioriza el uso de razón, como una facultad para dominar la naturaleza, los seres naturales, y de ellos, los seres humanos. Al respecto, Horkheimer (1970) indica:

Previó, con precisión mayor que la mayoría de los que en su época se dedicaban a economía política, la sustitución de la mayor parte del trabajo manual, particularmente del pesado trabajo corporal. Presintió con claridad en qué derivaría semejante cambio. Cuando reflexionaba sobre la mejoría técnica, económica, social, reconocía desde un principio sus consecuencias, la ciega entrega al avance, el contragolpe sobre el proceso de las cosas: diría que vio desde un comienzo la dialéctica de semejante proceso (pp. 91-92).

Así la cuestión de la razón instrumental se instaura en un pensamiento pragmático y operativo, en el cual lo fundamental es el criterio de dominio con un afán de libertad que terminó desencadenando los peores desastres, como dice Horkheimer (1970): «El desarrollo del intelecto se funda en el desarrollo de la necesidad. Los valores de la ciencia fueron el hambre, el instinto de poder y la guerra» (p. 92).

La razón instrumental fundamenta la técnica moderna. Se podría decir que es su razón y razón humana. Como ya lo anunciaron los artistas «la razón produce monstruos». Imagen que muestra al monstruo de la Medusa moderna como la razón instrumental que petrifica. Hay que resaltar que en ella también hay progreso y emancipación, como algunos pensadores de la ciencia y la técnica, pero a su vez hay yugo, explotación y dominio.

Esta manera de entender el mundo va en una dirección y bajo un mismo techo que se vuelve objeto de progreso y civilización. En palabras de Marcuse (1983), es unidimensional: «La técnica provee la base misma del progreso; la racionalidad tecnológica establece el modelo mental y de conducta para la actuación productiva, y ‘el poder sobre la naturaleza’ ha llegado a ser prácticamente identificado con el concepto de civilización» (p. 89). Esta fuerza de utilidad de la razón en el marco de la civilización, también ha encarnado el peligro de ser capitalismo, sociedad de consumo, dominio de masas que ha enfatizado el poder del control de las mismas, en un marco ideológico que excluye las fuerzas artísticas y eróticas por el mero emplazamiento de fuerza, uso y consumo: «La civilización tiene que defenderse a sí misma del fantasma de un mundo que puede ser libre» (Marcuse, 1983, p. 95).

Medusa, tal vez en su condición, condena a la naturaleza y al ser humano a la provocación del mero instrumento de uso. La Medusa moderna no devela, sino impone, convirtiendo todo en objeto con su mirada, que cosifica. Lo mítico, lo místico, el misterio, las creencias quedan excluidas, casi eliminadas, pues todo se le otorga al apogeo de la razón, que con su pretensión universalista instaura el uso de razón universal a una razón instrumental, técnica -de la técnica moderna- que es la encargada de convertir en objeto todo lo que mira. Al respecto, Hillman (2016) nos dice:

Un grito recorrió la Antigüedad tardía: «El gran Pan ha muerto!». Lo recoge Plutarco en su tratado «Sobre la desaparición de los oráculos». Esta frase se ha vuelto oracular a su vez, significando muchas cosas para mucha gente en muchas épocas. Una cosa fue anunciada: la naturaleza se había visto privada de su voz creativa. Ya no era una fuerza generadora viva e independiente. Lo que había tenido alma la había perdido; del mismo modo que se había perdido la conexión física con la naturaleza. Muerto Pan, también Eco murió; ya no podíamos captar la consciencia a través de su reflejo en nuestros instintos. Habían perdido su luz y cayeron con facilidad en el ascetismo, siguiendo de un modo gregario, sin asomo de rebelión intelectual, a su nuevo pastor, Cristo, con su nuevo estilo de organizar las cosas (p. 42).

Pánico y eco, escuchar eco dónde está el peligro corre (crece) lo que salva.

La mirada petrificante de la Medusa moderna está en los fenómenos de la industrialización, la producción masa, junto con la urbanización y la extensión colonizadora de la técnica moderna en todos los niveles del mundo de la vida. Asimismo, la Medusa moderna está presente en el concomitante crecimiento de la burocratización, tanto de los estados liberales como los regímenes socialistas, rasgo también asociado tópicamente a la modernidad. Los procesos de estandarización y burocratización congelan la vida, como una Medusa moderna, a un modo propio de estar-siendo-en-el-mundo como mecanismo de producción, no solo para el ser humano, sino para el entorno de su vida y de los demás seres.

Una de las características de la técnica moderna es no ser neutral, pues el desarrollo que esta ejerce en la naturaleza debido a su necesidad de innovar, por medio de su extracción en su provocar, en el aparecer de la técnica siempre hay ganadores y perdedores. La técnica sirve como instrumento y arma. Los que tiene en su dominio el poder de la técnica, han utilizado las máquinas y la organización «científica» del trabajo contra aquellos que sufren la explotación de está.

El hombre que se interpone en el camino de Medusa no sólo mira, sino que se ve penetrado por una mirada diferente, de la que ya no se puede liberar. La técnica en su no neutralidad se transforma en una mirada imponente sobre el mundo. En la mirada de Medusa podemos ver cómo la política, la economía y los sistemas de poder se benefician de esa mirada de la técnica. La técnica moderna embarga y convierte al ser humano en una especie de estatua, el calor del cuerpo se disipa y se enfría como el hielo. En fin, la carne, la sustancia carnal, se solidifica, todo es una fuente de energía con el fin de «solicitar más energía»: la naturaleza pasa de ser dadora de vida a generación de energía, los hombres que padecen expresan el horror de esta mirada, como lo expresa de Moraes (s.f.):

Piensen en las criaturas

Mudas telepáticas

Piensen en las niñas

Ciegas inexactas

Piensen en las mujeres

Rotas alteradas

Piensen en las heridas

Como rosas cálidas

Pero ¡oh! no se olviden

De la rosa de la rosa

De la rosa de Hiroshima

La rosa hereditaria

La rosa radioactiva

Estúpida e inválida

La rosa con cirrosis

La anti-rosa atómica

Sin color sin perfume

Sin rosa sin nada.

En general, Medusa en la mitología era un monstruo ctónico, femenino perteneciente a la tierra, que convertía en piedra a aquellos que la miraban fijamente a los ojos. Hillman nos sugiere: «El ojo y la herida son lo mismo». Podríamos interpretar que lo que nos negamos a ver y su negación por el ojo, no dejar ver los dos actos violentos que resultan del ejercicio de la técnica en el mundo. En nuestra contemporaneidad, parece que muchos nos hemos convertido en medusas; tan seguro como ella, convertimos a los mortales en piedra, hemos adoptado un método que es igualmente deshumanizante, de no mirar en absoluto, o sin mirar, dando como resultado una cultura de inmovilizados, no comprometidos, transeúntes que andan por nuestras vidas incapaces de presenciar o responder a una llamada. No solo eso, sino que además, cuando «miramos», nuestra tendencia es convertir a otras personas y cosas, y al mundo en general, en piedra.

CONCLUSIONES

Para concluir, Heidegger y Hillman nos ofrecen un componer al interpretar la téchne griega y el mito de la Medusa en el acontecer tecnológico que estamos viviendo. Ya Heidegger, desde el imperio de la técnica moderna, interpretó la téchne desde diferentes facetas que abrazaban el fenómeno de la técnica en el siglo XX y, de manera premonitoria, en su concepción de destino (Geschick) en el siglo XXI. También se realza la técnica como un modo de saber, de crear con tendencia a la poiesis, y de esta manera regresa a su esencia. En este giro se ve el descultar del ser y sus imágenes dentro del juego hermenéutico del componer.

En el modo de saber téchne como tecnología se evidencia la interpretación de la razón en el mito de la Gorgona como la Medusa moderna, desde las facetas de lo Ge-stell propuesto por Heidegger. Podemos concluir que en lo Ge-stell, como imposición de la técnica moderna, sale a relucir la razón instrumental. Por una parte, es la razón que encarna la técnica como instrumento para extraer las reservas de la naturaleza; es ese poder de la razón sobre la naturaleza para lograr beneficios y comodidades para la sociedad, sin tener en cuenta las leyes de la naturaleza, la ecología ni el medio ambiente. Por otro lado, es la razón instrumental en la imagen demoniaca y demoledora en el fenómeno de la técnica, Medusa moderna que extrae recursos de la naturaleza, inmoviliza todo ser viviente que atrapa su mirada causando, en parte, las catástrofes ecológicas que estamos viviendo.

En lo Ge-stell, como disposición o dispositivo tecnológico, podemos evidenciar la razón fundamentando el fenómeno de la tecnología de una manera más acorde con la naturaleza y no impositivamente. Aquí ya se ve la apertura del pensar en el develamiento del ser en lo tecnológico.

En lo Ge-stell, como composición, aparece la razón liberadora, al cortar la cabeza de Medusa se corta la imposición de la razón, su instrumentalización devastadora y su tendencia a ser absoluta. Se fragmenta en la sangre de la Medusa y se libera en el nacimiento del Pegaso alado.

Heidegger y Hillman, cada uno desde su camino del saber, llegan a la poiesis. El giro hermenéutico heideggeriano es la de-construcción del stellen (poner) a través del descomponer del fenómeno de la técnica moderna, que ha perdido el sentido de la esencia de la técnica misma. El pensador alemán retorna a Hölderlin, a quien él considera el poeta de la esencia de la Poesía. Hölderlin, asimismo, vuelve a ver el mundo animado y vivo. Hillman regresa a los arquetipos y encuentra en el mundo mito-poético imágenes del alma que han caído en el olvido. Por eso al interpretar el mito de Medusa desde el fenómeno de la técnica encontramos imágenes del ser y de la naturaleza, unas afectadas y otras invisibles, en las que sobresale el olvido del ser por Heidegger y de la psiqué en Hillman.

Medusa, al enfrentarse a la espada de Perseo, guiada por Atenea, se libera de la maldición, mientras su flujo sanguíneo se convierte en un poderoso componente de la vida que puede sanar, y Pegaso, en símbolo de la poesía, el arte y el sueño. Sus víctimas, habiendo vivido la coagulación, la alquimia, estado de solidificación, emergen de sus cárceles de parálisis y son liberados para vivir sus vidas con nueva conciencia, fuera de la cosificación y el imperio de la técnica.

La Medusa moderna está en la imagen de Maria Salomea Skłodowska-Curie y de su hija Irene Curie, en Radioactive (Satrapi, 2020). En esta película se muestra sabiduría de la ciencia moderna al servicio de la humanidad, con el descubrimiento de la radioactividad. La radioactividad, por ejemplo, juega con las dos facetas del fenómeno de la técnica, por un lado, va naturalmente con las leyes de la naturaleza mostrando los movimientos de los átomos y creando cura para enfermedades letales como el cáncer que ha acompañado a la humanidad por más de 2000 años.

Por otro lado, muestra la imposición de la técnica sobre la naturaleza, cuando se usa el aspecto destructivo de la radioactividad, no solo para sacar reservas de la naturaleza, para dominarla y para conquistar el mundo, sino también para aniquilar la existencia humana. Como, por ejemplo, lo sucedido en 1986 en Chernóbil, la bomba atómica a Hiroshima, en 1945, y otras catástrofes realizadas por humanos contra otros humanos y contra la naturaleza. La técnica es destinal y en cada faceta suya se evidencia el destino de la humanidad.

Se recurre a Hillman (2016) para mostrar cómo la técnica moderna se enfrenta a Pan, dios de la naturaleza, para imponerse, sacar reservas y, en algunos casos, destruirla. Sería cómo la Medusa moderna ayuda al cristianismo a sacar a Pan de este mundo: «El gran Pan ha muerto…Por todos los lados hay un grito de la naturaleza es el dios Pan que los cristianos mataron» (xxii). Después de toda la imposición de la técnica moderna sobre la naturaleza que ha influenciado para que Pan abandone este mundo y sea una luna de Saturno.

Tal vez está conexión con lo invisible oriente la mirada de la técnica moderna a un retornar, una epistrophe con el Ser y el mundo y sus dimensiones que encaminan una physis, téchne y psique.

Por otra parte, también se puede ver que el fenómeno de la técnica moderna está íntimamente ligado con la naturaleza y los problemas ecológicos. Se concluye que desde lo arquetípico propuesto por Hillman, y desde las reflexiones sobre la técnica por Heidegger, surgen otras propuestas de ver, reflexionar y actuar sobre estas catástrofes ecológicas, de ver al planeta para no seguir afectándolo ni destruyéndolo, aportar a nuevas soluciones a estos problemas y tener una concepción de mundo en la que, al retornar al planeta, a su anima mundi (alma del mundo), se está en casa, y no se concibe como algo externo al ser humano:

Más que el olfato psicoanalítico, que busca el significado profundo y las conexiones ocultas, lo que necesitamos es el olfato del sentido común animal; una respuesta estética al mundo. Esta respuesta vincula de inmediato el alma individual al alma del mundo; yo soy animado por su ánima, como un animal. Vuelvo a entrar en el cosmos platónico, que reconoce que el alma del individuo no puede sobrepasar nunca el alma del mundo porque ambas son inseparables, y la una implica siempre a la otra. Cualquier alteración de la psique humana produce un cambio en la psique del mundo (Hillman, 2017, pp. 98-99).

Paracelso afirmó «El cielo retiene dentro de su esfera la mitad de todos los cuerpos y los males». Si bien el fenómeno de la técnica moderna es devastador en varios sentidos, en el sentido de imponerse sobre la naturaleza son valiosos las miradas de Heidegger y Hillman. Los mitos como recurso hermenéutico permiten entre-ver y tener una orientación en el plano de lo simbólico y de las imágenes, de un fenómeno como la técnica que cada vez es más globalizador, o que, por lo menos, pretende ser cada vez totalizante en la tierra. Si en el mito de Medusa una parte se torna celeste o inmortal, tal vez ese llamado imperioso sigue emergiendo, en las comunidades que tornan a lo natural o que tienen una cosmovisión de la unidad hombre-naturaleza, en los planes de gobiernos y de organizaciones no gubernamentales, que insisten tratar a la naturaleza con cuidado, como lo expresa Heidegger en el cuidado de Ser, de forma natural.

En el fenómeno de la técnica, interpretado como la Medusa moderna, se evidencia la crítica heideggeriana al olvido del Ser y la de Hillman a un olvido de la psiqué.

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* El presente artículo surge como resultado de una investigación independiente por parte de los autores.

1En este artículo se recurrirá el mito de Medusa de la Metamorfosis de Ovidio Nasón, y se hará una interpretación del mito y del dios Pan, dios de la naturaleza, desde la psicología arquetipal de James Hillman.

2La traducción de Die Frage nach der Technik fue realizada por los autores directamente del original en alemán.

Cómo referenciar /How to cite Cortés, A. A., Saavedra, E. C. (2022). Reflexiones sobre la técnica: el mito de la Gorgona como la Medusa moderna. Trilogía Ciencia Tecnología Sociedad, v. 14, n. 26, e1833. https://doi.org/10.22430/21457778.1833

Recibido: 02 de Julio de 2021; Aprobado: 03 de Noviembre de 2021; Publicado: 28 de Enero de 2022

CONFLICTOS DE INTERÉS

Los autores declaran que no presentan conflictos de interés financiero, profesional o personal que pueda influir de forma inapropiada en los resultados obtenidos o las interpretaciones propuestas.

CONTRIBUCIÓN DE LOS AUTORES

La autora Alice Andrea Cortés realizó el diseño, la conceptualización, el análisis de la información y brindó asesoría para el desarrollo del presente escrito. A su vez, ambos autores, Alice Andrea Cortés y Edwin Camilo Saavedra, apoyaron en la redacción y revisión del manuscrito.

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