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Perífrasis. Revista de Literatura, Teoría y Crítica

versión impresa ISSN 2145-8987

perifrasis. rev.lit.teor.crit. vol.2 no.4 Bogotá jul./dic. 2011

 

Guzmán Edgar. Obra poética completa. Arequipa: Cascahuesos Editores y Editorial unsa, 2010. 320 pp.

Karina Marín
Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia


La Generación del 50 representa un hito en el recorrido de la poesía peruana del siglo XX. La historiografía de este período destaca constantemente los nombres de poetas tan icónicos para Perú como para Hispanoamérica: Jorge Eduardo Eielson, Blanca Varela, Javier Sologuren, Alejandro Romualdo, Wáshington Delgado y Carlos Germán Beli, quienes además de su trayectoria individual, constituyen la variedad de voces que junto a otras menos conocidas empezaron a escucharse incluso desde la década de 1940, figurándose como herederas de la poesía de César Vallejo, José María Eguren, Martín Adán, César Moro y otros escritores de la posvanguardia.

En medio de tan prolífica generación, sorprende la figura silenciosa de Edgar Guzmán (Arequipa 1935-2000), cuya Obra poética completa fue publicada recientemente por Cascahuesos Editores y Editorial unsa, para conmemorar los diez años de su muerte. Guzmán fue profesor de la Universidad Nacional de San Agustín, donde se doctoró en Filosofía en 1971. Además de su obra poética, su trabajo abarca numerosos textos de lógica, epistemología, estética y ética, que fueron recogidos en dos tomos por esa universidad en 2002. Aquí se incluye también la novela inédita de ciencia ficción El libro de Law.

Se trata, entonces, de una edición que recupera una obra poco difundida y casi desconocida más allá de su natal Arequipa. Pero además, de un libro que descubre un arte que se funde con la reflexión filosófica, matizado por cierto virtuosismo que, por momentos, hace de su lectura una tarea compleja, tanto en contenido como en forma: una poesía hermética, exenta de experimentación, que poco dialoga con la poesía peruana publicada en décadas posteriores a la del cincuenta. Por eso, este homenaje es una estrategia de actualización de una obra que si bien puede identificarse con la de sus contemporáneos, logra destacarse y constituirse en palabra inquietante y vigorosa por sí sola.

La edición, prologada por el crítico peruano Raúl Bueno-Chávez, realiza un recorrido cronológico por la obra de Guzmán, en la que sobresalen sus poemarios Perfil de la materia y Trilogía del mar. Se incluyen también varios poemas de juventud hasta entonces inéditos, como es el caso de Hilos (1952), su primer poemario, del cual habían aparecido solamente algunos textos en revistas de literatura. Otros poemas, que datan de 1956 y 1957, se recogen en el apartado Poemas sueltos. Esta primera poesía enuncia cierto tono existencialista, en donde el sujeto poético ocupa un primer plano en el devenir de cada verso, para volver sobre temas como el tiempo, la palabra y la dicotómica relación entre la vida y la muerte. El amor, que aparece también como tema de este trabajo, se somete al juego existencial de una voz lírica que se queda suspendida en el tiempo. En este poemario ya se puede presentir la imagen del mar, como recurso simbólico del que Guzmán hará uso extenso en su cuarto y último poemario.

En Perfil de la materia (1987) destacan tres elementos: el primero, la elaboración formal de versos que contienen un complejo vocabulario que evoca los avances del conocimiento, la exactitud del lenguaje científico y la difícil relación entre poesía y ciencia. En segundo lugar, la composición del poemario como un todo, en el cual se busca conectar tres partes distintas con textos epigráficos, que invocan lo que vendrá después. Por último, el entretejido de estas tres partes en pos de reforzar la idea de unidad, la noción de que "… en verdad no seréis miembros de especie alguna, sino / principio y fin, toda una; un retorno al origen, un río de gladiolos" (193), en donde la palabra poética se configura como aquella que puede nombrar esa unidad. Y es precisamente el regreso a los orígenes uno de los rasgos que ayuda a la poesía de Guzmán a entrar en diálogo con las generaciones incluso anteriores a las del 50.

Rondando la casa de la Dickinson (1990), es el tercer poemario que aparece en esta recopilación. Se trata de la obra más corta de Guzmán y la única en la que el poeta incursiona en una poesía amatoria con cierto contenido erótico. Según explica Bueno-Chávez en el prólogo, el poema refiere las visitas que Guzmán realizó a la casa-museo de Emily Dickinson durante los dos años que el peruano vivió en Amherst, Massachussetts (1987-1989). Si se toma en cuenta que Trilogía del mar había sido iniciada tres décadas antes, Rondando la casa de la Dickinson es en rigor el último libro completo del autor.

La primera parte de Trilogía del mar fue escrita en 1957. Treinta años después, Édgar Guzmán decidió completar y publicar este extenso poema que, debido a este aspecto temporal, se transforma en una singular obra en la que las voces de juventud y madurez del poeta logran encontrarse en el mismo espacio simbólico. Estos dos momentos creativos forman un todo de tres fragmentos o más bien, de "tres instancias", a decir del crítico Ricardo González Vigil, que caminan en pos de un solo poema totalizante donde el elemento 'mar' sirve para simbolizar los orígenes —la figura de la madre como dadora de vida está presente en la primera etapa del poema— y luego para construir una especie de cronología de la vida en analogía con el mar, para desembocar en la idea de un todo al que se ha de volver, tema ya tratado antes en Perfil de la materia.

Finalmente, la edición incluye en sus anexos la bibliografía de Edgar Guzmán, además de algunos fragmentos de poemas hallados en documentos manuscritos, más una entrevista realizada por Hugo Yuen y un archivo fotográfico, entre otros.

Se debe anotar que un rasgo peculiar de la obra de Guzmán, que se puede percibir en esta recopilación, es precisamente ese prolongado silencio de más de tres décadas que hay entre la publicación de Hilos y Perfil de la materia. A esta circunstancia podría atribuírsele el motivo por el que una poesía como la de Guzmán resulta extraña en el contexto peruano: el poeta arequipeño produjo muy poco durante la época en la que sus contemporáneos publicaron parte importante de su obra. Por eso, la lectura de esta edición de sus obras completas hace válida la pregunta de con qué generación poética realmente dialoga la poesía de Guzmán, si tomamos en cuenta que entre 1980 y 1993, período en el cual el poeta arequipeño publicó la mayor parte de su obra, la poesía peruana entró en un momento de cambio, caracterizado por un discurso de multiplicidad y de necesidad de expresar la complejidad de la realidad peruana con un lenguaje propio. Estos nuevos grupos poéticos, muchos de ellos nacidos en el seno de revistas literarias, en algunos casos cuestionaron duramente la obra de los poetas del cincuenta, de la que el trabajo de Guzmán forma parte pese a su extemporaneidad. Además, los complejos acontecimientos históricos que vivió el Perú en las décadas siguientes hasta después de la etapa fujimorista, reforzaron la idea de una poesía que denunciaría esa realidad de manera descarnada, lo que no sucede en la poesía de Edgar Guzmán, en la que se percibe un tono de optimismo, que refleja una "comprensión absoluta del universo", a decir de Raúl Bueno-Chávez en el prólogo del texto (19). Por lo tanto, puede suponerse que la propuesta de Guzmán, que surge en un marco histórico múltiple y complejo, ha logrado coexistir con la poesía de las siguientes generaciones y elevar su voz en medio de las nuevas propuestas. Y es ese, en definitiva, el aporte fundamental que hace Cascahuesos, una joven editorial independiente que durante los últimos años se ha propuesto poner en diálogo voces como las de Guzmán o Carlos Germán Belli, con nuevas voces del Perú y Latinoamérica.