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Perífrasis. Revista de Literatura, Teoría y Crítica

versión impresa ISSN 2145-8987

perifrasis. rev.lit.teor.crit. vol.4 no.8 Bogotá jul./dic. 2013

 

Nassi, Bruno. La voz de las horas oscuras. Lima: Arkabas, 2010. 107 pp.

Ignacio Sarmiento
Tulane University

La voz de las horas oscuras es el título de la primera novela del joven escritor peruano Bruno Nassi, que el año 2010 publicó la editorial Arkabas. Es una novela corta (de poco más de cien páginas) y quizás un poco ambiciosa, aunque no oculta el talento indiscutible del autor. El relato podría definirse como la "historia de un secuestro. No obstante, considero que al igual que en otras importantes novelas, la línea central se presta más bien como una justificación para pensar y plasmar una serie de problemas en torno al Perú actual. El hilo central de la novela es el secuestro que sufre Raúl, un niño de la clase alta limeña cuyo padre posee un alto cargo en un importante banco. Raúl asiste a una escuela privada y es raptado camino a esta mientras era transportado por su chofer. A partir de allí, se desencadena la historia en torno a los esfuerzos de los padres y la policía por rescatar con vida al joven estudiante. El título, La voz de las horas oscuras, se presenta en principio un poco enigmático, pero finalmente se relaciona con el único momento de paz del joven en su cautiverio, cuando una voz femenina, a quien no puede ver, le atiende y cuida, generándose una interesante relación entre ambos que terminará siendo clave para el desenlace de la novela.

Pero más allá de la historia misma, que no carece de atractivo, existen diversos elementos que convierten la novela en un trabajo interesante y digno de ser leído. Primeramente, porque a través de su lectura nos damos cuenta de que estamos frente a un autor erudito y consciente de lo que podríamos denominar, en términos laxos, la "tradición" literaria latinoamericana. Vale decir que en el estilo narrativo de Nassi se aprecia una influencia de importantes autores (Roberto Bolaño, Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes), a la vez que el autor busca tramar un relato propositivo en términos estéticos. Existen continuos cambios de narrador a lo largo de la novela, y se destaca la narración en segunda persona en singular que es utilizada cada vez que se habla de Raúl, el niño secuestrado. A su vez, el autor ensaya una narrativa que no respeta el orden temporal y espacial, presentando saltos interesantes, y en la mayoría de los casos muy bien logrados. Esto permite generar un efecto de movimiento en el interior de la novela, que la dota de una personalidad atractiva. Junto con lo anterior, el texto presenta una serie de historias en paralelo (algo sin duda arriesgado en una novela tan corta) que logran finalmente, no sin cierto temor por parte del lector de que esto no ocurra, ser cerradas y conectadas a tiempo.

El autor, como ya se ha mencionado, busca insertarse dentro de la narrativa latinoamericana, y en particular, en la peruana. Lo anterior se evidencia sin duda en las primeras páginas de la novela, momento en que el narrador, hablándole a Raúl, cita el famoso texto de Vargas Llosa Conversaciones en la catedral: "Y recuerdas a Zavalita, aquel maravilloso personaje de esa novela que encontraste y leíste en vacaciones ¿en qué momento se jodió el Perú? No, piensas, el Perú no se jodió en algún momento: algunos nacen mancos, otros cojos, el Perú nació jodido, rejodido" (15). Esta sentencia es a mi parecer uno de los puntos de entrada más interesantes a esta obra, pues precisamente el autor busca, más que narrar una cadena de eventos, pensar la situación actual de su país, y en particular de su ciudad (Lima). Debido a lo anterior es importante que el secuestrado sea un joven de clase acomodada, puesto que será precisamente él quien desarrolle gran parte de la reflexión en torno a la injusticia del país andino. La presencia de Sendero Luminoso en la novela tampoco puede pasar desapercibida. En una serie de eventos, que recuerdan sin duda la famosa Lituma en los Andes de Vargas Llosa, los "terrucos" se constituyen en un elemento medular, pese a su posición periférica, en el interior del relato. Esto, sin duda, nos pone frente al hecho de que no es posible pensar la situación del Perú actual sin tomar en cuenta al ya disuelto grupo armado, cuyas huellas quedaron marcadas de forma indeleble en dicho país.

Sin duda, uno de los elementos mejores expuestos en la novela es la corrupción global y sistémica del país, que lleva a un desmantelamiento no solo del propio Estado, sino también de la policía y la justicia. Al presentarse la policía antisecuestro en la casa de la familia de Raúl, sorprenderán las palabras del Mayor Vera al padre del niño: "... la verdad, es que la policía anti secuestros está en crisis. En realidad, toda la policía" (38). Esto también se refleja cuando se narran los vínculos del abogado del "mamo" (un famoso criminal presente en la novela), con diversas cúpulas del poder judicial y de las fuerzas armadas; este personaje es capaz de recriminar a los policías por sus acciones y obligarlos a hacer lo que él diga sin que estos puedan evitarlo: "Qué podía hacer mi amigo, nada, pues, bajar la cabeza nomás. Así es cuando hay uno que tiene poder, influencias, amigotes importantes, tenemos que decir sí señor, sí señor, no podemos hacer más porque nos truncan la carrera" (54). El narrador manifiesta un profundo desencanto con su país, no buscando plasmar una imagen idílica de este, sino más bien una aproximación crítica a las diversas situaciones que allí tienen lugar, sin que deje de apreciarse un cierto tono de frustración ante un escenario en el que no se ve una vía de escape posible.

Finalmente, hay que mencionar que pese a ser una editorial independiente y de bajo tiraje, se agradece una buena calidad en la impresión y formato. Existen algunos errores tipográficos (no muchos), que si bien no entorpecen la lectura se aprecian fácilmente. Es importante, a mi parecer, que en países que no cuentan con grandes industrias editoriales, como el caso de Perú, existan estos proyectos independientes que apoyen a jóvenes narradores. No se puede dejar de agradecer a la editorial por fijarse en el trabajo de Nassi, donde vieron, juicio que comparto, un talento que no podían dejar pasar. Por último, sería injusto leer esta novela fuera de su marco. Es una primera novela, una muy buena primera novela, que nos deja sin duda a la espera del trabajo que pueda seguir desarrollando este joven escritor.