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Perífrasis. Revista de Literatura, Teoría y Crítica

versão impressa ISSN 2145-8987

perifrasis. rev.lit.teor.crit. vol.5 no.10 Bogotá jul./dez. 2014

 

Hacia una poética de las hagiografías novohispanas. El caso de la "vida" de Catarina de San Juan de Alonso Ramos

Towards a Poetics of New Spain Hagiographies. The Case of the "Life" of Catarina de San Juan by Alonso Ramos

Robin Ann Rice*
Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, Mexico

* Doctora en Filología Hispánica. Universidad de Navarra. Navarra, España


Resumen

Pese a la prohibición de publicar o importar literatura imaginativa a la Nueva España, miembros de la élite de la Compañía de Jesús produjeron hagiografías con todas las características de una novela híbrida: parte épica y parte picaresca. Por esto, este trabajo propone que las hagiografías constituyen las primeras novelas novohispanas. Por medio del análisis de la hagiografía más voluminosa escrita en el siglo XVII, la vida de Catarina de San Juan de Alonso Ramos, esta investigación pretende formular una poética hagiográfica compuesta por técnicas extraídas de la épica y la novela picaresca que narran la vida del protagonista.

Palabras clave: hagiografía, bilocaciones, Nueva España, Catarina de San Juan, Alonso Ramos.


Abstract

Even though the publication and importation of imaginative literature was prohibited in New Spain, high- ranking clergy from the Company of Jesus produced hagiographies with all of the characteristics of a hybrid novel: part epic, part picaresque. For that reason, this work proposes that the hagiographies constitute the first, New Spain novels. By analyzing the most voluminous hagiography written in the seventeenth century, the life of Catarina de San Juan by Alonso Ramos, the research aims to formulize a hagiographic poetics made up of techniques from the epic and the picaresque novel to narrate the life of the protagonist.

Keywords: hagiography, bi-locations, New Spain, Catarina de San Juan, Alonso Ramos.


Las hagiografías se reprodujeron prolíficamente en la Nueva España. Entre 1450 y 1750 se redactaron cientos de estos textos en la Europa católica y sus colonias (Bilinkoff 65) y en México superaron exponencialmente en número a la prosa imaginativa. Al mismo tiempo, en el siglo XVI se prohibió la edición y la circulación de literatura imaginativa en la Nueva España, lo que ocasionó un vacío lúdico. Como parte de su proyecto pedagógico y religioso, la Compañía de Jesús produjo un gran número de estos textos hagiográficos, llamados "vidas", que por el lenguaje descriptivo, las escenas fantasiosas y por desviarse de una metodología histórica para relatar objetivamente los sucesos biográficos del sujeto, se aproximan más a novelas que a textos históricos. Muchos denominan a Los infortunios de Alonso Ramírez, editada por Carlos Sigüenza y Góngora en 1690, como la primera novela novohispana sobre un tema profano (Traslosheros). Sin embargo, durante todo el siglo XVII, muchos jesuitas, confesores de religiosas, compusieron vidas o las que voy a llamar "novelas hagiográficas". Un gran número de estas vidas se jactan de episodios que superan en escabrosidad casi cualquier obra imaginativa incluida en el Índice de libros prohibidos. Importantes jesuitas de alto mando en la Nueva España redactaron y aprobaron estos textos y milagrosamente evitaron una inspección rigurosa de sus escritos.

El propósito de este artículo es de examinar el arte poética de la hagiografía novohispana y comprobar que pese a sus fines pedagógicos religiosos, los textos son virtualmente novelas por los aspectos imaginativos, descriptivos y épicos incorporados por los autores. Además, en pleno siglo XXI, vale la pena el rescate, la edición, el estudio y la publicación de estas obras por lo que pueden aportar a nuestros conocimientos sobre los intereses culturales y literarios de la época. Adicionalmente, nos podrían iluminar sobre la mentalidad y las actitudes vigentes en el siglo XVII en cuanto a temas como los milagros, las prácticas religiosas y sociales, y la vida cotidiana en la Nueva España. Los textos bajo estudio son los tres tomos redactados entre 1689 y 1692 por el jesuita Alonso Ramos sobre la vida de Catarina de San Juan, la China Poblana, intitulado Prodigios de la omnipotencia y milagros de la gracia en la vida de la venerable sierva de Dios, Catarina de San Juan. Examinaré ciertos episodios sobre los orígenes de la religiosa, milagros que efectuó, sus visiones proféticas, y una serie de bilocaciones que perpetró para demostrar que muchos de los episodios de la hagiografía y el lenguaje descriptivo que usó el padre para ellos, superaron el mero afán de instruir por modelos ejemplares de portentos religiosos. Ciertas hagiografías novohispanas del siglo XVII son muestras de las primeras novelas de México.

Los teóricos contemporáneos suelen nombrar las crónicas de Indias como los antecesores de la novela1. En algunos casos, se inserta la vida dentro de la crónica. Uno de los primeros ejemplos es la Historia eclesiástica indiana del franciscano Jerónimo de Mendieta, terminado en 1596. Por varios elementos de la narración biográfica que incluye en su obra, se puede apreciar que "Mendieta ya tiene una conciencia de lo enriquecedor y apasionante que puede ser el discurso biográfico" (Bravo 113-114). Por la presentación indagatoria psicológica de sus protagonistas y otros recursos patentemente literarios empleados, se puede decir que "Mendieta escribe literatura" (Bravo 114). El personaje hagiográfico es tipificado como un héroe épico y por esto "las palabras ‘portento’, ‘sobrenatural’, ‘prodigio’, ‘admirable’ y otras similares" (Bravo 115) son ubicuas en los textos. Como en la novela psicológica, los protagonistas tienen que enfrentar al demonio que representa la obscuridad interior del sujeto. Además, los autores "acuden a la exageración y al artificio imaginativo. Sus protagonistas, como los de las novelas, deben ejecutar hazañas arquetípicas" (Bravo 119). Incluso, cuando el interés para libros de caballería se estaba disminuyendo, los mercados de la Nueva España se abarrotaban con ellos (De Mora 9). Si el pueblo clamaba por libros de índole épica, tanto los sermones como las crónicas y las hagiografías podrían satisfacer estos gustos.

Lo que Mendieta descubrió en el siglo XVI era ya una praxis en la Edad Media. A mediados del siglo XIII, el dominico Jacobus de Voragine (Giacoppo da Varaggio) redactó la Legenda sanctorum, que se convirtió en el libro más popular del continente europeo. Tan copiada y tan leída, el título se convirtió en Legenda aurea por la estima popular de la cual gozó. En efecto, han sobrevivido hasta nuestros días casi mil manuscritos de la obra y, con la invención de la imprenta, nada más entre 1470 y 1500 se imprimió por lo menos cien veces. En la Edad Media, después de la Biblia, era el segundo texto más leído (Ryan XIII). Además, "no hay que olvidar que muchos de estos relatos hunden sus raíces en el folclore. Se han formado sobre leyendas con una existencia anterior que luego pasaron a formar parte del imaginario cristiano, como se desprende de la propia idiosincrasia del género" (Lozano-Renieblas 163). Así que, en cuanto a gustos de lectores, lo que ya habían experimentado en Europa fue repetido en la Nueva España, primero por personas como Mendieta y, después, por la Compañía de Jesús en el siglo XVII. Incorporaron los preceptos ciceronianos de docere, delectare, et movere.

Además de sus fines religiosos, las hagiografías sirvieron para entretener al pueblo novohispano: "Por un lado se nos muestra a una sociedad sedienta de hechos prodigiosos y a un grupo clerical dispuesto a proporcionárselos a través de una rica literatura; por otro lado, vislumbramos una cultura obsesionada por lo religioso y por los contrastes violentos" (Rubial 52). No obstante, la audiencia novohispana no estaba tan lejos de sus coetáneas españolas. En su extensivo trabajo en la Biblioteca Nacional de Madrid, Patrick Bégrand revisó 230 relaciones de milagros publicadas en el siglo XVII y encontró resultados similares a los casos mexicanos, que nos llevan a comprender que estamoS hablando de audiencias afines. El investigador dicta que,

a partir del reinado de Felipe IV, el deseo de poner de relieve el valor ontológico del milagro por la mención de la implicación directa del destinador decrece mientras que se afirma el peso psicológico a través del empleo recrudescente de lexemas hiperbólicos que pertenecen al campo de lo prodigioso maravilloso, portentoso… Lo trascendente cede el paso ante lo maravilloso en la estrategia de persuasión titular. (Bégrand 279)

Bajo Carlos II, el Hechizado, predominaron "las relaciones de fenómenos prodigiosos (teofanías, monstruos, signos celestes, visiones) las que ocupan el espacio de publicación y superan las relaciones de milagros de santos en un movimiento creciente de irracionalismo barroco" (Bégrand 279). Dentro de esta categoría encontramos "la premonición, la clarividencia, el poder sobre los elementos y la curación de las enfermedades" (Rubial 39). Las mujeres santas y laicas tuvieron más manifestaciones religiosas relacionadas con el cuerpo que los hombres, debido a que la Virgen María introdujo un "paradigma de la presencia de lo sagrado en lo corpóreo" (Rubial 27), mientras que los hombres religiosos se asociaron con el espíritu. Esto explicaría las numerosas manifestaciones psicosomáticas que forman los tópicos de las hagiografías: "… trance, ataques catatónicos, anorexia o incapacidad para ingerir alimentos (salvo la Eucaristía), lactancia milagrosa, exudación de aceite dulce, estigmatización, enfermedades continuas" (Rubial 27).

Las hagiografías se adhieren a modelos literarios novelescos: "… división de la obra en libros; protagonismo del biografiado; profesión en el tiempo y el espacio; cambios marcados por los tonos de fortuna y las vicisitudes, lo que da a la narración suspenso y un tono de aventura … y sentido de la fama y la permanencia en la memoria de los hombres" (Rubial 31). Los personajes se destacan por sus rasgos épicos, particularmente en sus hazañas contra el demonio, el pecado y las constantes enfermedades.

Las bilocaciones de Catarina a la corte de Felipe IV podrían ser una copia de las experiencias exitosas de Sor María de Ágreda, que gozó de una "amistad y … constante familiaridad epistolar con el rey Felipe IV " (Álvarez 193). El intercambio epistolar se desarrolló entre 1642 y 1665. La Inquisición tenía a María bajo su mirada en 1649, pero por torpezas administrativas el caso nunca prosperó, incluso "unos examinadores … quedaron ‘admirados y satisfechos y pidieron cruces y alhajas de recuerdo a Sor María’" (Álvarez 193). Este ávido interés y exagerada indulgencia tanto con María de Ágreda como con Catarina de San Juan no son sorprendentes; tal como opinaría Pérez Villanueva, "‘si tenemos en cuenta el ambiente de la época y las frecuentes desviaciones en materia de fe. Era grave entonces la facilidad con que, al lado de la fe verdadera se daban supersticiones, alucinaciones y milagrerías, incluido el contagio generalizado por la presencia diabólica y las supuestas revelaciones divinas y de santos’" (ctd. en Álvarez 193).

La religiosidad popular de la época se interesaba por escenas del purgatorio descritas según "la ambigua doctrina sobre el purgatorio … que permitía la opinión incluso sobre el lugar en que se situaba" (Álvarez 219). Como un tabloide moderno de chismes y especulaciones morales, las vidas ubican a personas aún vivas, de alto y bajo rango, en el purgatorio. Un lugar común temático en las hagiografías es la alusión a penitentes vivos en vías de condenación y muertos penando en el purgatorio. Un ejemplo es el "supuesto beato, ‘venerable varón’, Francisco Yepes", que Álvarez Santaló documenta cuando el beato señala en el purgatorio a figuras prominentes, como "un oficial de la Chancillería … oficiales de la Audiencia, luego un escribano, un corregidor, un regidor, dos personas principales … después entra el pueblo llano: dos carniceros, ‘un hombre’, un ladrón y ‘un mozo’" (221).

HACIA UNA POÉTICA DE LAS "VIDAS" DE RELIGIOSAS

María Grazia Profeti ha detectado la falta de trabajo sobre la novela barroca de tema hagiográfico. Además de estudiar la estructura de tales textos, la investigadora relaciona la hagiografía áurea en cuanto a recursos estilísticos como la intriga, las descripciones y las digresiones, con la novela bizantina y cortesana. Se detecta una arte combinatoria que se justifica por "el especial contrato narrativo que autoriza al narrador a soslayar el problema de la verosimilitud gracias al prestigio de la materia" (Nider 1107). El autor jesuita, Alonso Ramos, tenía características intelectuales y personales para ser novelista, pues en "1671 se encontraba en el Colegio de los jesuitas de Santiago de Guatemala donde impartía la cátedra de Artes" (Ramos "Introducción" 13). Después, "fue rector del Colegio del Espíritu Santo de la … ciudad de Puebla" (14), pero se le quitaron la carga "‘porque aquel exceso en el vino, en cualquiera sería falta fea y en un rector feísima y no para tolerar’" (14). En 1689, padeciendo de "‘locura con furia’" (14), intentó sin éxito matar a su sustituto y dejó mal herido tanto al nuevo rector como a sus defensores, y lo encerraron (14). Parece que ejercía mucho poder porque pese a sus actos y el repudio consecuente, logró publicar las tres partes de Los prodigios en 1689, 1691 y 1692, respectivamente, y los tomos cuentan con aprobaciones de la élite eclesiástica.

La fórmula estructural de la hagiografía es fija. Primero, relata una infancia prodigiosa con sendos ejemplos de santidad precoz. El desarrollo de la historia narra una larga serie de milagros, virtudes, tentaciones y triunfos. El final consiste en una buena muerte y la fama del personaje que es reclamado y glorificado por el pueblo alto y llano. El confesor y hagiógrafo de Catarina ingenió una infancia fabulosa para Mirra, su nombre original de nacimiento, pues el mismo amo que compró a la hindú cuando llegó a tierras poblanas declaró en su último testamento que Catarina era su esclava china2. Una esclava china no era apta para ser venerada por una sociedad fanáticamente jerárquica que media las castas milimétricamente. Ramos improvisó un pasado mítico para la mujer, eximiéndola de la rigurosa comprobación de sangre pura. En cuanto a la segunda parte de rigor de las hagiografías, el desarrollo se construye con ejemplos de las proezas religiosas de la protagonista. Los sucesos prodigiosos son por naturaleza hiperbólicas y el milagro está al centro de toda hagiografía. La tercera y última sección de la vida es la buena muerte y las exequias fúnebres que demuestran tanto las virtudes del personaje como el comportamiento de una sociedad ávida de milagros, reliquias y demostraciones efervescentes públicas de su propia fe.

Una característica invariable de las hagiografías, aun de personajes que lograron la santidad, es la evolución patente de narrativa histórica a novelesca en los textos. El caso de Santa Teresa de Jesús sirve como ejemplo de este fenómeno. En 1587, únicamente cinco años después de su muerte, el jesuita Francisco de Ribera editó la primera biografía de la abulense, titulada la Vida de la Madre Teresa de Jesús, fundadora de las descalzas y descalzas carmelitas. Esta versión de su vida y la de Tomás de Jesús son los pilares sobre los cuales se construyeron las demás redacciones, pero según Nicolás Mollard son "falseadas … en busca de autoridad y legitimidad … para la promoción de sus órdenes---órdenes nuevas, … [y concluye] no deja el barroco de hacer sentir su influencia, tanto en la estética del discurso como en la interpretación de la experiencia mística de la carmelita" (Mollard 879-880). Con el paso del tiempo, también las nuevas redacciones de la hagiografía de Santa Teresa se alejaban más y más del personaje histórico para convertirla en un portento (Mollard 883).

LA INFANCIA MARAVILLOSA DE MIRRA, CATARINA DE SAN JUAN

La primera parte de la hagiografía es una novela picaresca inversa, pues según el autor la protagonista nació en un ambiente privilegiado y después se convirtió en un ser marginado3. Según Ramos, sus inicios son reales. Era "nobilísima hija o descendiente de los reyes del Oriente o emperadores del Mogol … su abuelo materno era emperador de la Arabia" (Ramos, Primera parte fol. 5). Su madre se había casado "con un príncipe mogol que tenía absoluto dominio en las provincias o reinos vecinos a la feliz Arabia y a la India" (Ramos, Primera parte fol. 5). El padre Ramos indica que "fue nieta o conjunta muy cercana al invicto emperador del Mogol, Mahameth Zeladin Ecchabar o Achabar que murió el año de mil seiscientos y cinco" (Ramos, Primera parte fol. 5). Posiblemente el padre reinventó el pasado mítico basado en tres libros sobre el Oriente que se encontraban en las bibliotecas conventuales y episcopales de todo el virreinato: India oriental (1601-1607) de Juan de Bry y Juan Israel, Missione al Gran Mogor (1663) de Daniello Bartoli, y uno extravagante y semimítico de Atanasio Kircher, China illustrata (1667), que describe la Asia oriental y la India, lugares que nunca había visitado. Incluso, en la primera parte de la hagiografía, Alonso Ramos cita del libro kircheriano (Bailey 41). Factiblemente para dar propaganda a las misiones jesuitas en aquellas partes del mundo y para justificar la inclusión de Catarina en la lista de posibles beatificables, emparenta la mujer con personajes reales descritos por Kircher.

Además de su pasado mítico en la India, su vida picaresca comienza cuando es raptada por piratas portugueses cuando tenía "nueve o diez años de edad" (Ramos, Primera parte fol. 16) y se vio "desnuda de sus vestidos y joyas [y] … arrojada entre la chusma del navío sin otra ropa que una fresadilla corta y rayada que sirvió para cubrir su noble y delicado cuerpo hecho a holandas4 y ricas sedas. Vióse … arrinconada debajo de cubierta" (Ramos, Primera parte fol. 16). Después de viajar de puerto en puerto, llegó el navío a Cochín donde Catarina es ocultada. Según el narrador, llegaron tres navíos dispuestos por sus padres a buscarla, pero el capitán portugués, que tenía designios de casarse con ella por su gran belleza, mintió en las pesquisas diciendo que se había muerto de heridas cuando los tripulantes la mataron en un pleito de celos. Es bautizada por casualidad en Cochín, cuando los piratas sacaron a todos los prisioneros para este sacramento y, de paso, incluyeron a Catarina.

Antes de llegar al Puerto de Acapulco pasaron por Manila, donde un descendiente de los reyes de Japón se enamoró de ella. Los lances enredados continúan y califica el padre: "Toda la detención en Manila y su última peregrinación hasta llegar a la Ciudad de los Ángeles fue una tempestad continua de sangrientas batallas, combatiendo el poder del infierno su honestidad" (Ramos, Primera parte fol. 28). Durante la trayectoria Catarina luchó contra príncipes y piratas que la desearon y mujeres envidiosas que la quisieron matar por su belleza. Todas sus lides son descritas con un lenguaje típicamente utilizado en la épica: "Combatióla por mucho tiempo un mancebo tan loco como enamorado … pretendió conseguir con violencia como bruto lo que no podía alcanzar como racional con los galanteos. … ciego, se arrojó a sus brazos [Catarina] despidió de sí a aquel monstruo infernal con tal fuerza que estrellándolo contra una pared cercana, quedó quebrantado y medio muerto" (Ramos, Primera parte fol. 28). El galán no desistió y pidió consejos al demonio. El demonio lo mandó a buscar una hechicera y para que nadie notara la ausencia del mancebo mientras buscaba a la hechicera, otro demonio se quedó en su lugar como sustituto. A los dos días desaparecieron tanto el mancebo sustituto como el que había ido a buscar a la hechicera. Los episodios que componen el trayecto desde su rapto hasta su llegada al Puerto de Acapulco combinan características de la novela picaresca y las novelas caballerescas.

LOS PRODIGIOS DE LA OMNIPOTENCIA

Los milagros forman un leitmotiv en el texto, y su contenido va desde lo más pedestre a lo más extraordinario. Otro tipo de milagro es su capacidad de hacer bilocaciones, o sea, hacer viajes a otras partes del mundo para intervenir en ciertos eventos importantes sin salir de Puebla. Como comprobación, regresó y reportó sobre países y lugares distantes de la Puebla de los Ángeles, aspecto narrativo que satisfizo el fervor del siglo XVII por los mapas, atlas y la geografía en general (Bailey 68). Este turismo místico forma parte de una poética de la bilocación en aquel siglo, pues hay narraciones ejemplares de otras religiosas que habían hecho lo mismo. Sor María de Jesús de Ágreda, sin salir de su celda en España, hizo misiones milagrosas por medio de sus bilocaciones a Texas y Nuevo México y asentó todo en una especie de atlas fantasioso espiritual. María de Santo Domingo, colega espiritual de Santa Teresa de Jesús, experimentó profecías visuales, entre las cuales, 90 000 moros se convirtieron a la cristiandad. Santa Rosa de Lima tenía visiones parecidas a la carmelita (Bailey 68). Los milagros y las bilocaciones demuestran una sociedad hechizada por los milagros cotidianos y las historias de tierras exóticas y lejanas.

Los milagros incluyen un remedo del milagro de Cristo con la multiplicación de los panes y peces, nada más que en el caso de Catarina, acrecienta mágicamente las velas y el jabón que despachaba a los miembros de la gran residencia de sus amos, el capitán Sosa y su esposa, Margarita Chaves (Ramos, Primera parte fols. 30-31). En otros, fantasmas de conocidos muertos le saludan en la calle y piden que ore por ellos. En el oratorio de sus amos, un Cristo empezó a sudar sangre cuando Catarina estuvo presente y se volvió una atracción turística local (Ramos, Primera parte fol. 35). En una ocasión un niño se cayó en un pozo profundo. Catarina echó unos panecitos estampados con un emblema de San Nicolás Tolentino dentro del pozo y las aguas subieron lentamente y depositaron salvo y sano el niño afuera del pozo (Ramos, Primera parte fol. 103). Era famosa por curar a los dientes a pesar de que ella se jactaba de no tener ya ninguno en su boca, ayudar a moribundos, y tenía el talento de hallar objetos perdidos y hechizar a esposas prófugas para que regresaran con sus maridos. Uno de sus dones era la liberación de almas del purgatorio. Estos tenían la costumbre de congregarse alrededor de una imagen de la Virgen María donde Catarina hacía sus oraciones. Gracias a la intercesión de la religiosa, se liberaron "millares de millares de almas de Purgatorio" (Ramos, Primera parte fol. 66).

Catarina era una gran defensora de los perros y vivieron en su cuarto varios perros que había encontrado enfermos y que había curado. Los que vivían en su casa "para castigar a los perros, los sacaban fuera de la habitación de Catarina y desahogaban su furor y rabia en estos animales" (Ramos, Tercera parte fol. 32). Los sirvientes de la casa llevaron con engaños un perro fuera de la ciudad, "le deshicieron la cabeza a palos y pedradas hasta ver derramados por el suelo los sesos y ya sin ojos y ni organización del cuerpo, le arrojaron en un muladar como muerto (Ramos, Tercera parte fol. 32). Catarina extrañaba al perro y rogó a Dios de devolverle su animal. Después de ocho días, el perro entró a la casa, vivo y sano pero deformado físicamente por la tortura. Otro día, encontró un perro muerto que llevó a su cuarto. Suplicó a Dios de curarlo y así fue porque a los pocos días, el perro se reavivó.

BILOCACIONES

Las bilocaciones constituyen quizás las visiones más espectaculares del texto, pero también, como los milagros, van desde las más ordinarias a las más fantásticas. Cuando estaba enferma y postrada en su cama o estaba haciendo sus deberes de sirvienta en casa, pudo escapar de su cuerpo y visitar distintos templos, registrar lo que pasaba y aun comulgaba. En las bilocaciones más espectaculares, asiste a

las elecciones de los pontífices, obispos, virreyes y gobernadores y a sus gobiernos, disposiciones y muertes. Hacíase presente a las batallas y motines de todas las cuatro partes del mundo y en sus reinos y ciudades particulares. Veía los naufragios de los navegantes, las idas y venidas de las flotas, los despachos degaleones, los incendios, las disensiones, las conversiones de los infieles, los martirios y persecuciones de la Iglesia. (Ramos, Segunda parte fol. 117)

A veces únicamente observa, pero en otras ocasiones puede intervenir físicamente en los sucesos de los lugares a donde es transportada: ayuda a los justos, evita tragedias, calma motines, establece la paz, entre otras intervenciones. ¿Cómo comprueba el padre Ramos la veracidad de estas bilocaciones? Catarina haría una visita a algún lugar lejano y contó lo hecho y lo visto al confesor Ramos. Tiempo después, cuando las noticias del suceso llegaron a la Nueva España, el padre siempre exclamaba que Catarina ya le había contado el suceso, pero con semanas de anticipación. Por ejemplo, en un episodio el confesor comentó:

… cuando vino después la nueva de la batalla que tuvieron las provincias unidas en Flandes contra Francia, se reconoció, era la misma en que se había hallado Catarina y que el haber quedado victorioso el ejército que gobernaba y capitaneaba el señor Conde de Monterrey contra el Príncipe Conde, caudillo de las numerosas tropas francesas que fue él que acometió a nuestro ejército se debía en gran parte a las oraciones y espiritual asistencia de la sierva de Dios. (Ramos, Segunda parte fol. 122)

Algunas visitas mágicas son muy detalladas, como la que hizo a la corte de Felipe IV en Madrid. Primero, lo glorifica y lo describe como una "águila grande, de grandes alas, llena de plumas de varios y vistosos colores" (Ramos, Segunda parte fol. 117). Ella advierte que hay otras aves pequeñas y obscuras que lo quieren desplumar. Gracias a las oraciones de Catarina llegaron noticias a la Nueva España de que tres caballeros desleales pasaron por una tragedia. Refiere el padre Ramos el caso de "otro imperial águila que tomó venganza de dos aguiluchos que alearon ambiciosos para coronarse reyes" (Ramos, Segunda parte fol. 118). Estas bilocaciones tienen un fin político doble: ensalzar y celebrar el poder de Felipe IV durante los problemas con Portugal y Cataluña, entre otros, y demostrar el apoyo y lealtad americanos a la Corona española, incluyendo a los jesuitas y Catarina de San Juan, que por sus oraciones salvó al rey, según el texto de Ramos.

En otro contacto con la realeza española, Catarina deseó conocer a Carlos II en su infancia. El Señor todopoderoso, la llevó a la corte repetidas veces, pero por la descortesía de los criados, vasallos pobres y los porteros, nunca pudo acceder a su persona (Ramos, Segunda parte fol. 118). De todas maneras, el rendimiento de pleitesía política se subraya cuando el padre Ramos exclama: "No ignoraba Catarina la felicidad de nuestra belicosa e ínclita España y cuán bien regida y concertada es toda su monarquía, pues, con tanto vigilante, atento y bien intencionado ministro, con tan próvido y solícito consejero, siendo medalla del celestial gobierno, viene a ser modelo y ejemplo del régimen del orbe" (Ramos, Segunda parte fol. 119). Presenció el duelo por la muerte de don Juan de Austria y la ascensión del duque de Medinaceli a Primer Ministro que, dada la tardanza de las noticias entre España y México, el padre Ramos vio como presagio porque se lo contó Catarina antes de que la información haya llegado a la Nueva España. El 14 de mayo de 1680, se halló en las bodas de Carlos II con María Luis de Borbón y, en otra ocasión se percató de la muerte del niño que la reina esperaba:

… vio … un monstruo pez cuya fealdad y fiereza la causaba horror y que no podía explicar, llamándole ya tiburón, ya caimán, ya monstruo marino, porque su forma era extraordinaria y abominable y sus escamas con tales pintas y manchas le hacían horrible a la vista. Este dragón infernal o fantásticomonstruo dio varias vueltas al real trono, cual león rugiente … y la estaba acechando la bestia fiera para hacer mal al hijo. (Ramos, Segunda parte fol. 120)

Catarina logró ver "en el seno materno un embrión imperfecto" (Ramos, Segunda parte fol. 120). Esta escena, llena de un impresionante dramatismo, desencadena un largo monólogo por parte de la religiosa, en discurso directo, en que amenaza al demonio por medio de la enumeración de las virtudes de la "augustísima Casa de Austria" contra las cuales la bestezuela es impotente. Son frecuentes las escenas que combinan una escena colorida de demonios y maldad que es contrastada con un largo discurso sobre las glorias del rey, sus burócratas, sus empresas políticas, su reino y la intervención benéfica de Catarina en su sobrevivencia.

Como una gaceta que contaba las novedades del continente europeo, el padre Ramos menciona fechas y hechos exactos e históricos: "Por los fines del año de setenta y dos y principios de setenta y tres, se hizo muchas veces presente a la Europa y veía grande aparato de sangrientas guerras" (Ramos, Segunda parte fol. 121). Cuando narra qué vio la mujer cuando observó a Pedro de Castro combatir a los piratas en Tabasco y otras victorias más contra los piratas en Campeche, utiliza un lenguaje épico. En sus viajes llegan hasta las Islas Marianas, las Filipinas, los reinos del Japón, Mogol, China, Tartaria, Arabia y la India. El padre Ramos da como prueba de la veracidad de las bilocaciones de su confesada la siguiente anécdota. Catarina se encontró cara a cara con el Emperador de la China e imploró por su conversión al cristianismo, pero Dios no le contestó a tiempo si concedería o no su deseo, y se encontró de nuevo en Puebla. De todas maneras siguió rezando por él solicitando a Dios la conversión del emperador. El confesor remarca que en los años 1680 y 1681 llegaron noticias vía Filipinas de que el Emperador de China ya sabía muchas oraciones de la "doctrina cristiana y que, con su permiso, había ya muchos cristianos" (Ramos, Segunda parte fol. 175). El presbítero atribuyó la conversión a Catarina.

Pronostica e interviene en los tres alzamientos de los indios del Nuevo México. En 1680 la sierva de Dios observó muchos carros cargados de personas y de palmas. El 10 de agosto se encontró en una tierra donde sucedía una batalla sangrienta y por el 23 de agosto reparó en religiosos franciscanos atormentados: "… unos se la representaban quemados o asados, otros degollados, otros asaetados, arrastrados y aun guisados para sustento de los bárbaros caribes" (Ramos, Segunda parte fol. 160). El 3 de octubre llegaron las noticias de la sublevación de los indios de Nuevo México contra los "españoles, iglesias y los ministros que los doctrinaban, quitando la vida a todos los cristianos, así indios como españoles y a más de veinte religiosos" (Ramos, Segunda parte fol. 161). Más adelante en el texto Ramos cita la Crónica de San Diego de México en que la fecha de la sublevación descrita por la crónica coincida con la que menciona Catarina, el 10 de agosto. El hagiógrafo documenta los milagros, presagios y bilocaciones de la religiosa con información "fidedigna" de otras fuentes. Muchas bilocaciones tienen un fin novelesco y de apuntalar la labor de la Compañía de Jesús en las misiones de la nación Tarahumara: menciona los bautismos que realizaron Fernando de Barrionuevo y Juan Manuel Gamboa.

PREMONICIONES Y PRESAGIOS

Muchas veces las visiones de Catarina son de muertes y desgracias locales, pero tenía la capacidad de ver el "horizonte de todo el mundo … haciéndose presente a las ciudades o despoblados … representándose las tragedias del universo en su presencia … mirando las acciones, oyendo las voces y aun tocando con las manos los instrumentos de las desgracias de los agresores y personas desgraciadas" (Ramos, Segunda parte fol. 132). Su especialidad eran las visiones apocalípticas y enigmáticas del mundo. El confesor describe su instrumento visionario como "una como claraboya ventana o resquicio que le servía de anteojo de larga vista y la hacía presentes los objetos más remotos" (Ramos, Segunda parte fol. 132). El 5 de abril de 1674 tuvo una visión particularmente macabra que prevé la muerte de la Marquesa de Mancera, Virreina de la Nueva España que regresaba a España:

… la mostraron muchos lutos que se estaban cortando en las casas de algunos de los sastres de esta ciudad que ella conocía y juntamente se puso en su presencia un ojo muy grande aunque marchito y enramado con tres cadenillas el cual sin faltar un solo instante de su vista, se fue poco a poco obscureciendo hasta que se vio totalmente apagado y muerto en la misma hora que murió la señora marquesa en Tepeaca, de donde se recurrió a esta ciudad por los lutos que no pudieran hacerse en la pobreza y miseria de un pueblo de indios. (Ramos, Segunda parte fol. 130)

El confesor replica su premonición en discurso directo: "¿Quién se muere en Tepeaca? ¿Por qué estos personajes del luto parecen sepultureros?" (Ramos, Segunda parte fol. 119).

CONCLUSIONES

Por sus características narrativas tanto retóricas como de contenido, las vidas de las religiosas novohispanas redactadas por sus confesores de la Compañía de Jesús cumplen con una poética afín a la novela. Parte épica, parte novela, las hagiografías son las primeras manifestaciones de prosa imaginativa en América. Representan un corpus grande de materiales nuevos para los investigadores. También su estudio revela las actividades y las actitudes cotidianas de una sociedad híbrida y un imaginario colectivo sin límites. Bajo la guisa de literatura sagrada, los jesuitas pudieron dejar su imaginación volar sin el miedo de sanciones y estos textos se convierten en los más puros ejemplos de la imaginación barroca en el Nuevo Mundo.


NOTAS

1 Sobre la mezcla de géneros en los orígenes de la novela novohispana, ver Cedomil Goiĉ.

2 Como la mayoría de los pobladores de Occidente, el mundo oriental era una gran masa ambigua y misteriosa. El mismo hagiógrafo Ramos dicta: "La India oriental alegará muchas de las razones que tiene por sí el Mogol y la Arabia y que algunos de sus reinos reconocen por su rey y señor al gran Mogol como los de Cambaya y Bengala que la condujeron a estos reinos sus portugueses, cuyas armazones se componían antiguamente de los naturales de la India y no de los otros reinos circumvecinos … en estas partes se llaman ‘chinos’ naturales de la India, todos los que vienen del Oriente por vía de Filipinos conducidos por nuestros portugueses" (Ramos, Primera parte fol. 11).

3 En su texto, A la zaga de Santa Teresa: autobiografías por mandato, Sonja Herpoel menciona la ‘coincidencia’ entre la fecha de las primeras autobiografías de monjas en el Siglo de Oro, por ejemplo, de Santa Teresa en 1562, y la aparición del Lazarillo de Tormes en 1554. Se puede conceptualizar, según la autora, a las vidas como "novelas picarescas a lo divino" (8-9).

4 Ricas telas de Holanda.


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Fecha de recepción: 18 de agosto de 2014
Fecha de aceptación: 22 de octubre de 2014
Fecha de modificación: 1 de noviembre de 2014