SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.6 número11Gutiérrez Carbajo, Francisco, ed. Teatro breve actual. Madrid: Castalia, 2013. 512 pp. índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Perífrasis. Revista de Literatura, Teoría y Crítica

versión impresa ISSN 2145-8987

perifrasis. rev.lit.teor.crit. vol.6 no.11 Bogotá ene./jun. 2015

 

Dubois, Jacques. La institución de la literatura. Trad. Juan Zapata. Medellín: universidad de Antioquia, 2014. 152 pp.

Paula Andrea Marín Colorado Universidad de Antioquia


De entrada hay que resaltar la importancia de la publicación de este libro dentro del limitado mercado editorial de traducciones académicas en Colombia. Siempre acostumbrados a esperar que las traducciones de los textos de teoría literaria vengan de Argentina, de España o de México, no deja de ser grato darse cuenta de que este panorama puede ir cambiando y de que este tipo de proyectos empiezan a tener eco dentro las editoriales académicas colombianas.

Además de lo anterior, hay que señalar que la sociología de la literatura en Colombia no ha sido un campo muy explorado. Más allá de lo que, en su momento, desarrolló y propuso Rafael Gutiérrez Girardot como un programa de tareas pendientes para los investigadores de la literatura colombiana y latinoamericana, no hemos adelantado mucho. De la sociología de la literatura de índole marxista de las décadas de 1970 y 1980 hemos pasado a una sociocrítica que se quedó en analizar el habitus, la toma de posición del autor y en presentar un análisis en el que se le da prioridad al texto literario, pero que ha dejado completamente de lado las condiciones materiales de producción y recepción de la literatura. Con la entrada de los estudios culturales en la academia colombiana, a inicios de este siglo XXI, ese estudio de las condiciones materiales de la actividad literaria quedó oculto tras intereses considerados con mayor "legitimidad" académica: las relaciones —aunque solo en el plano del contenido, de los temas— entre la cultura y las artes, la cultura y la literatura, el texto y la sociedad.

En este sentido, el libro de Dubois, aunque publicado por primera vez en 1979, funciona como una actualización de los debates sobre la sociología de la literatura, no solo en Colombia, sino en los estudios literarios en todo el ámbito hispanohablante; a este propósito contribuye también el aparato crítico preparado por su traductor, Juan Zapata (notas), quien introduce las más recientes referencias de trabajos realizados en el campo de la sociología de la literatura, específicamente, en el mundo francófono. Si nuestro actual paradigma dentro de esta perspectiva —no del todo aceptado, sin embargo— es la teoría de los campos de producción simbólica de Pierre Bourdieu (con la que dialoga directamente el profesor belga), el modelo teórico propuesto por Dubois complementa lo

planteado por el francés con dos ventajas: el equilibrio que logra entre elaboración teórica y enfoque didáctico, y el conocimiento más especializado de los fenómenos literarios.

Dubois explica la institución literaria como un sistema compuesto por tres aspectos: un corpus de obras, unos actores (escritores, críticos, editores, mecenas) y unas referencias periféricas (público, modos de difusión y publicación, estructuras educativas) (86). Asimismo, para el profesor belga, la institución literaria actúa a partir de la interacción de diferentes instancias, cuya función es elaborar, definir y legitimar las obras literarias (71); por ello, se pueden clasificar en instancias de emergencia (salones, revistas), de reconocimiento (crítica-prensa), de consagración (academias, premios, cooptaciones) y de canonización (programas y manuales de las instituciones educativas) (74). De esta manera, el estudio de la literatura, dentro del enfoque de Dubois, parte de la premisa de que aquella es una práctica social y cultural desarrollada dentro de unas condiciones materiales concretas que revelan cómo sigue teniendo, pese a su proceso de autonomización (en realidad, siempre relativo), una función ideológica que tiende a reproducir las relaciones sociales (100).

Asumir la literatura únicamente como una "producción intelectual" es desconocer su funcionamiento dentro de una sociedad y en un momento particular (72) y seguir reproduciendo el "mito de una actividad depurada de toda atadura material" (87). Este mito oculta el doble carácter de la práctica del escritor (89): su búsqueda de acumulación de capital simbólico y, al mismo tiempo, su necesidad de vivir de lo que escribe y de ser reconocido por ello. De allí se desprende la contradicción constitutiva de la actividad literaria, la "problematización del principio autotélico del campo literario" (89): hacer ver como intrínseco lo que solo puede entenderse en términos de "ciertas determinaciones exteriores al campo institucional,... traducidas según la propia lógica del campo" (86). La sociología de la literatura revela estas determinaciones exteriores y sus formas de traducción a la lógica del campo literario, analizando, además de la configuración de la institución literaria y de sus instancias, la posición del autor, el texto literario y los modos de lectura.

En cuanto a la posición del autor, Dubois recomienda reconstruir las etapas de su carrera (fase profética, de conquista y emergencia, de consagración y ortodoxia, de decadencia), la participación en grupos o cenáculos, el género o géneros practicados, las relaciones establecidas, las gratificaciones o premios, el programa estético-escritura, la posición enunciativa construida en los textos y el tipo de público al que se dirige, y la imagen producida de la función de la literatura y del escritor (91). En cuanto al texto literario, Dubois propone prestar cuidadosa atención al estudio de las temáticas, la escritura y la retórica (122). Por último, en cuanto a las prácticas o modos de lectura,

el profesor belga invita a estudiarlos desde la "experiencia en términos psicológicos (necesidades y gustos, actitudes y hábitos) para luego ser contextualizada a partir de las condiciones materiales y prácticas de su ejercicio (funcionamiento de las librerías y de las bibliotecas, por ejemplo)" (95). De esta forma, esta metodología de análisis de la actividad literaria daría cuenta de su complejidad y de su lugar dentro de la cultura y de una sociedad determinada.

La sociología de la literatura ha estado en la agenda académica de un mínimo de los proyectos de los grupos de investigación en literatura colombiana del país y, paradójicamente, en algunos investigadores provenientes de otros campos: la sociología y la historia. En este sentido, esta traducción es un hito editorial y académico que tal vez pueda llevarnos a pensar nueva y definitivamente en la importancia de esta perspectiva teórica para abordar problemas y preguntas de investigación que los estudios literarios en el país han evitado o han mirado de soslayo.

Como sucede con toda teoría, no se trata de hacer el traslado directo de sus premisas al campo literario hispanoamericano; si Dubois toma el caso de la literatura francesa (del siglo XIX y, en menor medida, la actual), como investigadores debemos ver ese caso como un punto de referencia que nos permite comprender la diferencia de nuestras literaturas y sus particulares procesos. Al mismo tiempo modelo teórico, crítico e histórico literario, La institución de la literatura invita a seguir pensando la literatura fuera de todo fetichismo; amenazada siempre por diversas formas del poder (político, económico, social, cultural), la pretendida autonomía literaria no se puede entender sino como una fuerza relativa (107) que se renueva, que adquiere diversas formas y que moviliza todo el funcionamiento del campo literario para que nos sea posible seguir hablando de literatura.