SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.11 issue21Navarro Durán, Rosa. María de Zayas y otros heterónimos de Castillo Solórzano. Edicions de la Universitat de Barcelona, 2019, 123 pp. author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Perífrasis. Revista de Literatura, Teoría y Crítica

Print version ISSN 2145-8987

perifrasis. rev.lit.teor.crit. vol.11 no.21 Bogotá Jan./June 2020

https://doi.org/10.25025/perifrasis202011.21.10 

Reseñas

Jiménez Ángel, Andrés. Ciencia, lengua y cultura nacional: la transferencia de la ciencia del lenguaje en Colombia 1867-1911. Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2018. 442 pp.

Juan Carlos Rodríguez Argáez1 

1 Universidad de los Andes, Colombia.


Este libro es producto del trabajo de investigación con el que Andrés Jiménez Ángel, abogado e historiador, obtuvo el título de doctor en Historia de América Latina de la Katholische Universität Eichstätt-Ingolstadt (Alemania). En él, Jiménez reconstruye y analiza los pormenores de lo que él llama la transferencia de la “ciencia del lenguaje” en Colombia entre 1867 y 1911, con el fin de mostrar cómo el dominio de un objeto cultural importado -el estudio científico de la lengua- permitió a un grupo determinado de personas (en su mayoría élites políticas y culturales conservadoras) ocupar un lugar privilegiado en el proceso de construcción de la identidad nacional. Ahora bien, como resalta el autor, a pesar de su importancia para la historia de Colombia, la transferencia de la ciencia del lenguaje -y en general la importación de objetos culturales (entre ellos, algunas prácticas políticas y/o instituciones)- es un tema al que la historiografía ha prestado poca atención. Por esta razón, Jiménez dirá que el objetivo de su investigación es “ofrecer un aporte a esta creciente historiografía, a partir de un estudio de la recepción de la ciencia del lenguaje en Colombia, recurriendo a las herramientas teóricas y metodológicas para el análisis de los procesos de transferencia cultural” (33). En el contexto actual de dicha historiografía, en el que los temas de intercambio cultural y circulación son tan relevantes, este estudio de los procesos de transferencia, recepción y apropiación de la ciencia del lenguaje adquiere mayor valor y cobra más sentido.

La transferencia de la ciencia del lenguaje en Colombia se llevaría a cabo en la segunda mitad del siglo XIX por un grupo de intelectuales a los que, por su especificidad, Jiménez denomina “intelectuales gramáticos”. Entre ellos destaca el lugar que ocupó Rufino José Cuervo, al que le seguirán, por su relevancia, Ezequiel Uricoechea, Miguel Antonio Caro y Marco Fidel Suárez.

El libro está organizado en cuatro capítulos que corresponden al número en que el autor ha agrupado las preguntas que se plantea. En este sentido, un análisis de los títulos nos permitirá advertir que el texto da amplia cuenta de cómo ocurre la transferencia de la ciencia del lenguaje, quiénes fueron sus más destacados representantes y defensores, cuáles fueron los mecanismos y/o estamentos a través de los que se llevaría a cabo su implementación, y cómo fue su recepción y transformación.

En el primer capítulo, “La lengua en el proyecto nacional conservador”, Jiménez discute el papel que desempeñó la lengua castellana como elemento en la búsqueda de cohesión nacional en el marco del proyecto político conservador en Colombia. El autor esboza el trasegar de la expansión cultural como herramienta en la construcción de la identidad en aquellas naciones americanas que comenzaban a construirse como repúblicas después de la emancipación política de la colonia española. Al respecto se señala que la importancia que la corona española le otorgó a la difusión de la lengua durante el periodo colonial en principio se enfocó más en su capacidad de registrar y transmitir la grandeza del imperio que en la imposición de la lengua como extensión del poder imperial. “Las preocupaciones sobre la lengua desempeñaron un papel más bien modesto”, entonces (57). Otro aspecto que se menciona con relación al papel que desempeñó la lengua es que, en los primeros años de independencia, las clases dirigentes de las antiguas colonias americanas no rechazaron la lengua castellana; no la asumieron como una imposición, sino que, más bien, fue para ellos “su lengua materna… y como tal veían en ella un elemento importante para la construcción de las nuevas repúblicas” (58). Lo que explica este hecho es que aquellos primeros promotores y defensores de la lengua castellana eran descendientes directos (o indirectos) de españoles, pertenecientes a las élites criollas y/o educados bajo modelos culturales españoles (58). Es más, el hecho de que se compartiera la lengua suponía, por un lado, la integración de las nuevas repúblicas, y por otro, “el cultivo de la razón, la difusión de las ideas y el facilitamiento de intercambios comerciales entre las repúblicas hermanas” (59). Dicho de otro modo, en estas naciones emergentes la lengua castellana fue asumida sobre todo como un legado, como la posibilidad de encauzarse en un camino que, a juicio de los intelectuales conservadores, no podía conducir sino hacia el progreso y la civilización.

Como su título sugiere, en el segundo capítulo -“La transferencia de la ciencia del lenguaje: actores, medios y espacios”- Jiménez hace hincapié en las condiciones materiales de la transferencia de la ciencia del lenguaje. Considera los medios y los mecanismos de los que se sirvieron estos intelectuales para su incorporación y divulgación. Presta especial atención al perfil sociocultural de estos intelectuales y resalta aspectos como la “plurifuncionalidad cultural”, el autodidactismo, el diletantismo y la poligrafía como prácticas que permitieron la producción y difusión del conocimiento filológico y lingüístico en una sociedad que carecía de instituciones y políticas que fomentaran el estudio científico de la lengua. Al respecto Jiménez dirá que la característica fundamental de estos intelectuales gramáticos era la “plurifuncionalidad social”. Esto quiere decir que estos intelectuales gramáticos realizaron actividades paralelas y desempeñaron diferentes roles sociales, en tanto que no existía la categoría de escritor como profesión.

El tercer capítulo -“La ciencia del lenguaje y la construcción de la autoridad sobre la lengua”- versa sobre las estrategias que los intelectuales gramáticos utilizaron para reclamar su dominio del “buen uso” de la lengua. Para ello, dirá Jiménez, se valieron tanto de los principios teóricos y metodológicos que caracterizaban a la ciencia del lenguaje (en comparación a otras maneras de aproximarse a la lengua), como a las teorías de los más importantes representantes de la ciencia del lenguaje en Europa, entre ellos Franz Bopp, Jacob Grimm, Wilhelm von Humboldt y Friedrich Schlegel (219).

Por último, el cuarto capítulo -“La consolidación de la autoridad lingüística y del control sobre la lengua”- trata de los efectos de la recepción, la adopción y la integración de la ciencia del lenguaje en Colombia, y del poder que obtienen de ella los gobiernos conservadores de finales del siglo XIX, que encontraron en la lengua el instrumento perfecto para transmitir sus valores morales y preceptos políticos.

El libroCiencia, lengua y cultura nacionales la evidencia de un trabajo exhaustivo y riguroso. Uno de sus aportes más significativos es la aproximación al estudio de la transferencia de la ciencia del lenguaje desde el concepto detransferencia cultural: rescata su carácter procesual, señala la importancia de su recepción y da cuenta del papel que jugaron, del lugar que ocuparon y de los motivos que tuvieron los actores que la llevaron a cabo. En suma, este estudio de Andrés Jiménez Ángel es un documento indispensable para el futuro estudio del hispanismo colombiano.

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons