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Perífrasis. Revista de Literatura, Teoría y Crítica

versión impresa ISSN 2145-8987

perifrasis. rev.lit.teor.crit. vol.14 no.28 Bogotá ene./abr. 2023  Epub 18-Ene-2023

 

Editorial

EDITORIAL

HUGO HERNÁN RAMÍREZ1 

1 Editor


Mientras preparábamos el número 28 de Perífrasis, nos enteramos de la muerte de nuestro antiguo colega Eduardo Gómez Patarroyo (1932-2022). Conocí a Eduardo cuando comencé a trabajar en la Universidad de los Andes y estrechamos nuestras charlas cuando estuve en la dirección del Departamento de Humanidades y Literatura. Si él tenía clase, yo sabía que llegaba a la oficina mucho antes, siempre impecable, siempre elegante, y dedicábamos largas conversaciones a nombres, lugares y temas que él había vivido y que yo conocí -pero que eran de otra época- de oídas o a lo sumo por lecturas: la conflictiva historia nacional, las luchas estudiantiles, la dictadura de Rojas Pinilla, la vida en Alemania, la amistad y las preocupaciones filosóficas, literarias y políticas del grupo de Estanislao Zuleta y, sobre todo, del trabajo editorial e interdisciplinar que se construyó en la Universidad de los Andes alrededor de la revista Texto y Contexto (1984-1998), periodo que él recordaba con particular cariño y con el que yo sigo soñando. Nunca fui estudiante de Eduardo. Casi nunca hablábamos de sus clases, sino más bien de la enseñanza de la literatura, de la función social de la poesía, de la lectura atenta y de la crítica interpretativa de sus obsesiones, de Mann, Proust, Kafka, Goethe, también de Marx, de psicoanálisis o de erotismo y poesía. Esas fueron mis clases con Eduardo Gómez. De Eduardo queda su obra literaria, su obra pedagógica. Yo no podría decir nada más de él, salvo que después de su retiro siempre me lo imaginaba como al lector retratado por don Francisco de Quevedo :

Retirado en la paz de estos desiertos,

con pocos, pero doctos libros juntos,

vivo en conversación con los difuntos,

y escucho con mis ojos a los muertos.

Si no siempre entendidos, siempre abiertos,

o enmiendan, o fecundan mis asuntos;

y en músicos callados contrapuntos

al sueño de la vida hablan despiertos.

El lector encontrará que la sección de artículos se abre con un trabajo titulado "La revista Los Pensadores y el humor para la crítica de la literatura, el arte y la sociedad", escrito por Esteban Da Ré de la Universidad de Buenos Aires. Los Pensadores fue una revista publicada entre diciembre de 1924 y junio de 1926. En torno a ella se constituyó el grupo de Boedo y sirvió como plataforma para divulgar relatos humorísticos, reseñas corrosivas, caricaturas, satirización de los premios literarios y los escritores de la época, decididos ataques a la llamada "literatura fifí", a las "metáforas hediondas" que salen del trópico y "solo alcanzan a infeccionar la testa hueca de los niños elegantes". La hipótesis fundamental del artículo es que "la producción periodística y literaria del grupo [de Boedo] durante sus años de mayor actividad y beligerancia, permite advertir que el tono humorístico fue una de sus estrategias centrales para la crítica de la literatura y de la sociedad de su época".

El segundo artículo se titula "La doble invención: ciudad y 'mala literatura' en La prueba y La mendiga de César Aira" y fue escrito por Juan José Guerra de la Universidad Nacional del Sur (Argentina). Aquí se advierte cómo el barrio de Flores es un escenario privilegiado para la configuración urbana de las novelas de César Aira, a la vez que escenario para inventar un procedimiento estético marcado por el signo de la "mala" literatura. "Si la estética de lo malogrado se entiende, en parte, por la articulación de tonos elevados y tonos menores, que el énfasis de Aira en la idea de mala literatura coincida con la irrupción de Flores en su narrativa se explica porque, efectivamente, ese espacio urbano es un territorio de mezcla: de clases medias y clases bajas, de tradiciones culturales altas y populares, de mundos del trabajo ligados al comercio y otros vinculados a la economía de la subsistencia. En suma, es el escenario propicio para la poética de un escritor que busca franquear los límites de la ficción".

El tercer artículo lleva por título "Subjetividades, escrituras y materialidades chichipatas en Era más grande el muerto de Luis Miguel Rivas" y fue enviado por Wilmar Ramírez López de la Pontificia Universidad Católica de Chile. La hipótesis central de este trabajo es que la novela de Rivas, al representar unos sujetos que son marginales dentro de la marginalidad, deja de lado la tradicional mirada planteada desde el victimario, desde la víctima o incluso desde el intelectual que se acerca retóricamente a la violencia. La novela se concentra en la representación del chichipato y así construye una versión chiviada o pirata, una versión chichipata, una versión paródica, cómica incluso, de la literatura sicarial. "Con esta novela el autor instala un registro chichipato que transversaliza la escritura, las subjetividades y las materialidades. Así, ya no se trata pues de la escritura sicarial de los años noventa, ni de los sujetos sicarios ampliamente representados, ni de las materialidades 'originales' que activan procesos de memoria, sino más bien de otras chichipateces que, desde el diálogo paródico, visibilizan otros regímenes sensibles que van más allá de la emulación para instalarse como ejes centrales de todo un ordenamiento social, más temeroso, más dudoso y doblemente marginal".

El artículo "Necropolítica y catábasis migratoria: una respuesta cosmopolita a los recorridos por el inframundo global en Señales que precederán al fin del mundo de Yuri Herrera", escrito por Carlos Yushimito de la Universidad Adolfo Ibáñez, nos propone una lectura de la novela como actualización del mito de viaje al inframundo, al Mictlán, un viaje dividido en nueve pruebas o niveles que corresponden a cada uno de los capítulos de la novela. Resemantizando material del pasado, el mito náhuatl que ahora es historia del migrante, la novela construye una alegoría de la globalización, de su trauma y de su recorrido, resemantización que transforma la voz individual en un coro, en una de esas Señales que precederán al fin del mundo y que nos obligan a repensar la escritura como ejercicio ético y como práctica estética. Es inevitable poner aquí ese coro: "Nosotros somos los culpables de esta destrucción, los que no hablamos su lengua ni sabemos estar en silencio. Los que no llegamos en barco, los que ensuciamos de polvo sus portales, los que rompemos sus alambradas. Los que venimos a quitarles el trabajo, los que aspiramos a limpiar su mierda, los que anhelamos trabajar a deshoras. Los que llenamos de olor a comida sus calles limpias, los que les trajimos violencia que no conocían, los que transportamos sus remedios, los que merecemos ser amarrados del cuello y de los pies; nosotros, a los que no nos importa morir por ustedes, ¿cómo podía ser de otro modo? Los que quién sabe qué aguardamos. Nosotros los oscuros, los chaparros, los grasientos, los mustios, los obesos, los anémicos. Nosotros, los bárbaros".

El quinto artículo de esta sección, escrito por María Alejandra Arcila Yepes de la Universidad Eafit (Colombia), se titula "Ensayo e imagen en Sociedades americanas en 1828: renovación del discurso reflexivo y visualización del pensamiento". El trabajo nos lleva al siglo XIX y presenta a Simón Rodríguez, el "educador del Libertador", en primer lugar como un educador, como promotor de la educación popular y como precursor de la pedagogía en América Latina, y a la vez muestra la relación material que Rodríguez tuvo con la escritura, con los moldes de las letras, y cómo esa relación con los moldes tuvo una de sus manifestaciones en la manera en que el tamaño de determinadas palabras se asocia directamente con los mensajes que se quiere transmitir, y que hacen de su obra un antecedente del ensayo visual. Simón Rodríguez aparece, entonces, como un filósofo cercano a las formas argumentativas breves que se expresan en aforismos, máximas, proverbios, escolios, notas y refranes, un filósofo artesano con deseos de convertir los conceptos en imágenes o en cosas. Dice Arcila Yepes que Rodríguez, "interesado en la clara comunicación de sus ideas, medita la forma de la escritura y la constitución de su texto como imagen para llegar a todos los ciudadanos americanos. Incluso, señala y explica algunas de sus estrategias. Es recurrente, por ejemplo, el uso de mayúsculas, minúsculas, signos de interrogación, signos de admiración, puntos suspensivos, comas, corchetes, negrillas y cursivas, entre otros, para hacer énfasis en palabras o ideas completas".

Esta parte se cierra con una entrevista que Cristian Camilo Baquero, de la Universidad de los Andes (Colombia), hizo a la exministra de Cultura de Colombia, Paula Marcela Moreno Zapata, a propósito de la Biblioteca de Literatura Afrocolombiana (BLACOL). La BLACOL es una colección de 18 volúmenes publicados por el Ministerio de Cultura y que ahora se puede leer en línea. La exministra cuenta cómo fue el proceso de organización, selección de obras y publicación de la BLACOL, que se concibió como una acción afirmativa y que evidenció "la aceptación por parte de la institucionalidad de la existencia de prácticas discriminatorias, fundadas en una jerarquización racial latente y evidente en la conformación y consolidación de la nación colombiana, prácticas que permean el campo literario". La exministra colombiana señala: "Existe entonces una exclusión cultural, exclusión que nos parece crítica en la narrativa nacional, en el relato de esta nación, porque esos vacíos no son anecdóticos, sino que son vacíos que generan una invisibilidad sistémica de la diversidad, una falta de comprensión, una falta de lectura del escenario y una falta de procesamiento del pensamiento de las diversidades del país. Ante esa exclusión, especialmente frente al caso del sector literario, este ejercicio fue una de las respuestas, en el que quisimos decir... 'vamos a hacer visible lo invisible' y que eso invisible va a estar en todas las bibliotecas del país y va a ser un material de consulta para la historia".

Cerramos este número de Perífrasis con dos reseñas: la primera fue escrita por Constanza Botero, a propósito del libro editado por Verónica Gerber En una orilla brumosa. Cinco rutas para repensar los futuros de las artes visuales y la literatura. La segunda es una reseña firmada por Camilo Hoyos, en donde se estudia el libro El manglar de la memoria. Ensayos críticos sobre la obra de Tomás González, que tuvo como editores académicos y compiladores a Norman Valencia y Claudia Montilla.

Puede advertir nuestro lector que los trabajos aquí incluidos tienen, en mayor o menor medida, el paisaje urbano como telón de fondo, un paisaje que adquiere forma en el discurso de crítica literaria cuando se ocupa de la calle de Boedo o del barrio de Flores en Buenos Aires, en las revistas culturales, en las estrategias de una narrativa que reformula mitos prehispánicos, en la relación entre literatura y artes visuales, en las formas de la violencia que se expresan en la marginación por motivos económicos o de género, en el racismo.

Es muy grato contarles que Perífrasis ha sido admitida en SCOPUS. Esto es sin duda el producto del trabajo sostenido de los colegas que han tenido a su cargo la revista: Mario Barrero, Francia Goenaga, María Mercedes Andrade y Carolina Alzate, y de Margarita María Pérez, nuestra coordinadora editorial. No se trabaja en la revista para entrar en índices como SCOPUS, pero cuando llegué a la revista y vimos todo su crecimiento, supimos que era la oportunidad de presentarnos, lo hicimos hace unos meses y salió bien. El apoyo de los comités editorial y científico, el callado apoyo de nuestros evaluadores, el apoyo institucional del Departamento de Humanidades y Literatura, de nuestra Facultad de Artes y Humanidades, y de la administración central de la Universidad de los Andes fue decisivo. Sin duda, tendremos oportunidades de crecimiento, pero por ahora lo más importante es que el trabajo editorial ha dado fruto y ya estamos en SCOPUS. Desde este número puede advertir nuestro lector que incluimos metadatos en portugués, pensando ampliar nuestro público lector en Brasil, Angola, Portugal, Mozambique y todo el mundo lusófono.

Como siempre, agradecemos a los colegas que confían en Perífrasis para someter sus trabajos, a quienes dictaminan sobre ellos, al Departamento de Humanidades y Literatura y a la Facultad de Artes y Humanidades de la Universidad de los Andes (Colombia) por su invaluable respaldo institucional

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