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Perífrasis. Revista de Literatura, Teoría y Crítica

Print version ISSN 2145-8987

perifrasis. rev.lit.teor.crit. vol.14 no.28 Bogotá Jan./Apr. 2023  Epub Jan 23, 2023

https://doi.org/10.25025/perifrasis202314.28.08 

Reseña

Gerber, Verónica, editora. En una orilla brumosa. Cinco rutas para repensar los futuros de las artes visuales y la literatura. Gris Tormenta, 2021, 228 pp.

CONSTANZA BOTERO BETANCUR1 

1 Universidad EAFIT


Los experimentos narrativos, generados a partir de las relaciones que se establecen entre las artes visuales y la literatura, permiten a los autores nutrir sus obras con materia prima y detritos provenientes de diversos lenguajes. Así proceden los artistas que escriben, los escritores que dibujan, los creadores que no encuentran un rótulo para designar su quehacer híbrido. Creadores que, como Verónica Gerber Bicecci (Ciudad de México, 1981), circulan entre periferias brumosas mientras batallan por encontrar nuevas formas de expresión que les posibiliten ensanchar el porvenir de los lenguajes. Esta búsqueda se hace manifiesta en el libro En una orilla brumosa. Cinco rutas para repensar los futuros de las artes visuales y la literatura, editado y prologado por Gerber Bicecci a raíz de una invitación del Taller Editorial Gris Tormenta.

Gerber Bicecci -quien se autodenomina como una artista visual que escribe- ha sabido discurrir con fluidez entre las palabras y las imágenes en obras como Mudanza (2010), Conjunto vacío (2015), Palabras migrantes (2017) y La Compañía (2021), entre otras. Gerber Bicecci da inicio al prólogo de En una orilla brumosa, clasificando el libro como un ensayo especulativo. Esta clasificación, sin embargo, no pretende enmarcar la obra en un género narrativo determinado, sino al contrario, permitir a sus lectores comprender que se acercan a un texto experimental compuesto por creaciones que expanden la noción de ensayo. Bajo esta perspectiva, la editora ha seleccionado trece escritos de voces provenientes de espacios diversos.

El lector encontrará que estos escritos permiten a sus creadores especular sobre las artes, la literatura y sus relaciones, al tiempo que también lo hacen sobre el futuro del planeta y de los seres vivos e inertes que lo pueblan. De allí que el título del libro se refiera al tránsito de orillas como un cruce de lenguajes verbales y visuales y, al mismo tiempo, como uno entre espacios para contemplar, imaginar y crear nuevas realidades mediante la integración de diversas formas de expresión. Lo anterior se puede comprender con claridad al acercarse al último ensayo de la antología, "Hacer mundos", de Ursula K. Le Guin. De este escrito, traducido por Jacobo Zanella, surge la frase que da nombre a la publicación de Gris Tormenta. Afirma Le Guin que "La danza de la renovación, la danza que hizo al mundo, se ha bailado siempre en el filo de las cosas, en el borde, en una orilla brumosa" (208). Y es en la orilla, en el borde, en la periferia, donde la unión de lenguajes genera una urdimbre de espacios, tiempos y posturas, como en el libro lo hacen los textos que se unen y unen entre sí múltiples lugares de enunciación.

La obra, como se expuso previamente, consta de trece escritos. Algunos de los ensayos habían sido publicados con anterioridad (los de Hito Steyerl, Mario Montalbetti, Ariel Guzik, Stanislaw Lem y Ursula K. Le Guin) y los restantes fueron comisionados por Gerber Bicecci a artistas y escritores como ejercicio creativo y experimental. La editora reconoce que esta metodología de trabajo le posibilitó contar con una gran variedad temática (18); empero, los textos recibidos también le permitieron encontrar temas comunes, entre ellos la mirada hacia el pasado para comprender lo venidero, la presencia de la corporalidad en los procesos de creación y la pregunta por las escrituras futuras humanas, no humanas y artificiales (19). Estas constantes temáticas autorizan al lector a inferir que la obra no se centra solo en el estudio de los puntos de encuentro y desencuentro entre artes visuales y literatura, sino también en las nociones de futuro, mundos posibles y formas de vida y expresión no humanas. Esta es una característica que le otorga al libro un tinte diferencial frente a obras que se interesan en temas similares.

Quizá el momento histórico de publicación del libro demande pensar los temas de la creación, las artes y la literatura en relación con el contexto temporal y con las preguntas sobre los fines del mundo, teniendo en cuenta fenómenos actuales como la vida en la pandemia, el cambio climático, la contaminación del medio ambiente y la huella de carbono exacerbada por el desarrollo y uso de las tecnologías digitales. En la obra se especula, desde diversos lenguajes y estilos narrativos, sobre el futuro de la humanidad, los animales y la tierra. Los humanos se desplazan de su trono de criaturas centrales, de nombre propio, de autores, para dar un espacio a otras formas de expresión generadas por bacterias, cetáceos, bots e inteligencias artificiales.

En términos estructurales, el libro presenta cinco rutas de lectura. La primera se denomina "Autónomas e ininteligibles" y contiene los escritos de Hito Steyerl, Cecilia Miranda y Mario Montalbetti, quienes se interesan por la presencia de las imágenes, la visualidad y la mirada. Resulta curioso el texto de Steyerl, en el cual las imágenes se relacionan con la invisibilidad debido a su transformación en códigos que el ojo humano no puede activar, al menos no sin la ayuda de un artefacto tecnológico digital. La imagen se presenta como vestigio del pasado que, en un futuro, deviene escritura verbal ininteligible, pero no por ello deja de ser visual, ya que, como lo declara Montalbetti, "lo visual es lo que no se lee" (67), y lo verbal, al mismo tiempo, precisa una manifestación visual. "Autónomas e ininteligibles" une las orillas de lo visual y lo verbal cuestionando el lugar común que les distancia.

La segunda ruta se presenta bajo el título "No humanas" y contiene textos de Alicia Kopf, Ariel Guzik y Stanislaw Lem, que reflexionan sobre las nociones de autoría, creación y las posibilidades de establecer una comunicación entre humanos y no humanos. Asimismo, en los escritos de Guzik y Lem se indaga sobre formas de comunicación o manifestaciones no humanas, el primero centrándose en la comunicación con los cetáceos y, el segundo, en la capacidad de entrenar a las bacterias para que se manifiesten. En este apartado lo no humano, lo vivo y lo inerte adquieren la posibilidad de la expresión, ensanchando, de esta forma, los lenguajes.

Una tercera ruta se titula "Migrantes". En ella se presentan ensayos de Eugenio Tisselli y Olivia Teroba, quienes se preguntan por las escrituras no canónicas o, en otras palabras, escrituras desplazadas, desconectadas, que, como lo manifiesta Teroba, permiten desear el encuentro con "lenguajes y prácticas que sean una suerte de compañía, que nos inviten a retroceder, respirar, a apreciar y por lo tanto a cuidar la memoria de lo vivo" (135). Por su parte, en "Antónimas", cuarta ruta, se encuentran las propuestas de las Redes Comunales Mixes y Yásnaya Aguilar Gil y el ensayo experimental de Maria Fusco, traducido por Jacobo Zanella, traducción bastante arriesgada teniendo en cuenta las diferencias gramaticales existentes entre el inglés y el español.

La quinta y última ruta es "Desenterradas". Los textos de Daniela Franco, Juan Cárdenas y Ursula K. Le Guin, del que brota el título de la obra, piensan, examinan y recrean el futuro o los probables futuros del planeta. Es así como cada ruta expone diversas formas de experimentación y especulación sobre el arte, la literatura, las posibilidades de comunicación y expresión humana, animal, no humana y artificial.

En una orilla brumosa es un libro experimental y futurista que, aunque no niega el valor del pasado, tiene como objetivo principal enfrentar a los lectores con sus capacidades imaginativas para especular, sopesar y, quizá, recrear futuros mundos posibles. Se trata, pues, de una obra colectiva que indaga por los límites y rompe fronteras narrativas, al tiempo que reclama respeto por la vida mediante la aplicación de "ejercicios artísticos de empatía con lo no humano" (25). En síntesis, este libro es un llamado a unir lenguajes, cruzar fronteras y crear nuevas realidades, mientras en las brumosas orillas danzamos la danza de la renovación

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