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Perífrasis. Revista de Literatura, Teoría y Crítica

Print version ISSN 2145-8987

perifrasis. rev.lit.teor.crit. vol.14 no.29 Bogotá May/Aug. 2023  Epub May 18, 2023

 

Editorial

EDITORIAL

HUGO HERNÁN RAMÍREZa 

a Editor


El número 29 de Perífrasis reúne cinco artículos, una traducción y una reseña. Hemos ordenado los artículos ajustándonos cronológicamente según la aparición de algunas de las obras estudiadas y, posteriormente, a la hora de escribir este editorial, advertimos que se trata de autores, obras y géneros que en su mayoría suelen estar ubicados en los márgenes del canon, escasamente estudiados por los especialistas y, en opinión de otros, se trata de obras y autores prescindibles en las historias literarias o a lo sumo analizados como epítomes de tal o cual figura. Cáceres, Di Benedetto, Zelarayán, incluso Bisama o Mary Frances Kennedy Fischer arrojan luz sobre ciertas zonas opacas del campo literario y, en todos los casos, su lectura logra inquietar al que Cervantes llamara "Desocupado lector".

Se abre este número con un muy interesante artículo de María Vicens de la Universidad de Buenos Aires, que lleva por título "Los disturbios del género: experiencia y escritura en La rosa muerta y Mi vida junto a Enrique Gómez Carrillo de Aurora Cáceres". Vicens estudia las novelas de la escritora peruana para mostrar cómo estas proponían, en 1914 y 1929 respectivamente, nuevas maneras de narrar la intimidad de los personajes femeninos en el contexto de un mundo que acababa de pasar por la gran guerra, un mundo en proceso de modernización y de cambio. Esa narración de la intimidad femenina se apropia de los saberes o los discursos masculinos, por ejemplo, los saberes médicos y los estéticos, para transgredir moldes morales y literarios, y reivindicar la experiencia femenina de la enfermedad, del dolor, del placer: "Cuando hubo terminado el examen ocular, el doctor procedió al del tacto, en el cual trató de ser tan fino, tan delicado, como el más abnegado amante. Se colocó al lado de Laura, y sin mirarla, con la vista baja, deslizó sus manos suavemente, una en la parte interior y otra en la exterior del vientre. Unas manos calientes y vigorosas en las que más bien existía la caricia voluptuosa, que no la caricia del cirujano". La cita proveniente de la novela de 1914 pone en evidencia la manera en que la narrativa de Aurora Cáceres explora nuevas áreas para definir qué contar y cómo contar, para cruzar la historia de la vida personal con la apropiación estética en la literatura.

El segundo es un artículo titulado "La realidad de lo imaginario: El pentágono, una novela patafísica". Escrito por Sofía Criach, de la Universidad Nacional de Cuyo (Argentina), este trabajo estudia la novela del argentino Antonio Di Benedetto, haciendo primero una presentación de su historia textual (en la que destaca los cambios entre las ediciones de 1955 y 1974), de sus relaciones con el nouveau roman, con Rayuela de Cortázar o incluso con Adán Buenosayres de Marechal, así como de las primeras líneas de argumentación que desarrolló la recepción crítica. Después de esa cuidadosa presentación, el artículo de Criach asocia El pentágono con lo que irónicamente se llamaba "ciencia" patafísica, que invitaba a hacer juegos lúdicos para pensar la realidad desde lo otro, lo insólito, lo posible, lo no necesario, que invitaba a búsquedas de formas literarias experimentales que favorecieran las creaciones novedosas, que permitían llegar a títulos rimbombantes y producciones artísticas extravagantes que ponían el foco en el humor absurdo y en la parodia como mirada crítica de la realidad. Esa argumentación le permite a la autora del artículo concluir que "El pentágono conforma un rompecabezas cuya fragmentariedad ha sido deliberada y cuidadosamente construida como cosmos caótico. Requiere un lector activo que, al introducirse en el universo de la novela, comprenda que no hay un más allá del texto [y por esto es] necesario restituir el lugar que ocupa la novela aquí trabajada en el mapa de la literatura argentina".

El tercero es un artículo escrito por María Natalia D'Alessandro de la Universidad de San Andrés y el Conicet (Argentina) que se titula "Destruir y construir. La escritura como irrupción y contienda en Ricardo Zelarayán". Desde sus primeras líneas, el artículo pone en evidencia las dificultades para ubicar al autor en el mapa de la literatura argentina; "por un lado, hay una reivindicación total de sus textos y de su figura de escritor; por otro, hay una omisión de sus textos y una asociación problemática de su figura con la de otros escritores de diversas generaciones". Algo similar ocurre con sus intereses temáticos o el tratamiento que este hace del material verbal por cuanto, según la autora, a la vez que Zelarayán presenta en sus textos solapamientos temporales que desarticulan la posibilidad de definir los límites de su proyecto, pone en evidencia una preocupación por la oralidad, una reivindicación de la palabra hablada que superpone el registro de la provincia y el de la Gran Ciudad, pero rompiendo el modelo dicotómico, constituyendo así un gesto anárquico, una escritura punk, una escritura que pone en escena el gesto político de la irrupción. Dice la autora que en Zelarayán encontramos un imaginario del anarco-sindicalismo de las primeras décadas del siglo xx y de los movimientos del primer peronismo, a la vez que "múltiples mecanismos escriturales que parecen dialogar con teorías anarquistas que tienen una amplia recepción en el contexto argentino: la incesante búsqueda de una federalización de los espacios literarios, el trabajo minucioso por borrar todo indicio de poder central que domine el campo cultural, la poesía entendida como un ejercicio casi revolucionario, la aplicación de una violencia sistemática contra toda idea de orden que imponga el mercado, entre otras operaciones".

Viene luego un artículo de Marcelo Navarro Morales de la Universidad de la Frontera (Chile) que lleva por título "Subjetivación, percepción y simulacro en Laguna de Álvaro Bisama". Este estudio pone en evidencia la manera en que la obra se concentra en una distorsión general de la percepción, que se traduce en un lenguaje seco y minimalista usado para presentar la ciudad de Viña del Mar, sus espectáculos, sus transmisiones de televisión y sus calles "como un espacio poblado por narcos, necrófilos, fantasmas, duendes y hombres-lobos, pero también dominado integralmente por el capital y por la presencia ubicua de un dispositivo tecnológico que actúa a distancia sobre las subjetividades, trabajando sobre las fuerzas constitutivas de la mente, como la memoria y la atención". El minimalismo del lenguaje tiene como consecuencia que muchas descripciones del entorno material y humano se traduzcan en superficies quebradizas, que el narrador se convierta en un fantasma, que la literatura y las humanidades pierdan toda función política y social, porque en la ciudad se impone el capitalismo como sistema gótico que privilegia el consumo, que suprime a los sujetos y les impone las drogas como estrategia para la supresión de la percepción. Quiero huir, "salir de mi cabeza" dice el narrador embargado por la certeza de "estar hecho de tiempo muerto". Mientras releíamos el artículo y la novela para escribir este editorial, pensábamos en las imágenes que nos llegan del norte sobre las drogas zombis, sobre las consecuencias del consumo de fentanilo y "tranq", y era inevitable llegar a las últimas líneas del artículo que advierten que el narrador de Laguna "se entrega a la mutabilidad aterrorizante del cuerpo, a la reducción de la vida a material biológico, a la ficción capaz de contaminar la verdad, y, en definitiva, a la certeza de un mundo sin futuro".

Cerramos la sección de artículos con un texto de Julieta Flores Jurado del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la Universidad Nacional Autónoma de México. Bajo el título "Vivir de un modo más agradable en un mundo cada vez más lleno de sorpresas desagradables: la relectura de How to Cook a Wolf de M. F. K. Fisher durante el confinamiento de 2020", se estudia esta obra de Mary Frances Kennedy Fisher, publicada en 1942 durante el racionamiento de alimentos de la Segunda Guerra Mundial, que revivió en el confinamiento producto del COVID-19. La voz de Fisher parecía hablarnos al oído en marzo de 2020, en el contexto de las compras de pánico de insumos básicos al inicio de la pandemia: "It is often a delicate point, now, to decide when common sense ends and hoarding begins. Preparing a small stock of practical boxed and canned goods for a blackout shelf, in direct relation to the size of your family, is quite another thing from buying large quantities of bottled shrimps and canapé wafers and meat pastes, or even unjustified amounts of more sensible foods". El artículo de Flores Jurado muestra que quizá fue eso lo que advirtieron editores, críticos y lectores durante la pandemia, ya que el libro de Fisher no tiene las secciones habituales de un libro de cocina, sino que es una narración autobiográfica, una serie de episodios con los que se pretende espantar al lobo del hogar de la autora y, por extensión, del hogar

de los lectores. La relectura que propone Julieta Flores evidencia al menos tres puntos claves: la imposición de una ideología de automonitoreo que hace del lector un sujeto hipervigilante de su propia salud, pero sobre todo hipervigilante de su entorno, de los riesgos que corre por el contacto con humanos. El segundo asunto es el género de la escritura gastronómica, que no se limita a la presentación de recetas o al valor nutritivo de la comida, sino que lo asocia con la presencia de la comida en novelas o cuentos, con la legitimación del gusto de las clases medias e incluso con roles de género, en donde los hombres saben de cocina y las mujeres cocinan en la casa. Frente a la hipervigilancia y la legitimación del gusto, la escritura de Fisher -y este es el tercer asunto- abiertamente demostró al público lector la validez de comer emocionalmente, de dejarse llevar por la sensualidad de la comida, comer con deleite, eso que suele ser denostado en nuestra cultura de la dieta.

Luego de los estudios críticos, tenemos una traducción de María Mercedes Andrade del ensayo de Miriam Bratu Hansen titulado "Benjamín y el cine: no es una calle de dirección única". Publicado originalmente en Critical Inquiry en 1999, se trata de una referencia obligada en los estudios sobre Benjamin, el cine, los estudios de comunicación y los estudios culturales y, al decir de la traductora, el ensayo de Miriam Bratu Hansen "marcó una directriz importante para empezar a valorar la relevancia de la propuesta de Benjamín más allá de las lecturas marxistas de su obra, las cuales marcaron la primera recepción del autor, y mostró su pertinencia para una reflexión sobre el cine y la teoría de los medios de la época". Se cierra este número de Perífrasis con una reseña crítica, escrita por Catalina Muñoz, del libro de David Solodkow, Mestizaje inconcluso, raza y gobierno de la población. Luis López de Mesa y el ensayo biopolítico en Colombia, publicado por Ediciones Uniandes.

Como siempre, agradecemos a los colegas que confían en Perífrasis para someter sus trabajos, a quienes dictaminan sobre ellos, al Departamento de Humanidades y Literatura y a la Facultad de Artes y Humanidades de la Universidad de los Andes (Colombia) por su invaluable respaldo institucional.

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