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Perífrasis. Revista de Literatura, Teoría y Crítica

Print version ISSN 2145-8987

perifrasis. rev.lit.teor.crit. vol.15 no.31 Bogotá Jan./Apr. 2024  Epub Jan 18, 2024

 

Editorial

EDITORIAL

HUGO HERNÁN RAMÍREZ a  


La organización de los siete artículos y las tres reseñas que se incluyen en el número 31 de Perífrasis obedece a los momentos de producción de las obras, a las preocupaciones que ellas revelan, a las miradas -siempre antiguas y siempre nuevas- que la literatura hace sobre sí misma. En un primer grupo, incluímos un artículo de ecocrítica sobre el agua en tres relatos escritos por excombatientes de las FARC-EP; otro sobre dos novelas chilenas escritas y publicadas durante la pandemia por COVID-19 y otro sobre una novela reeditada en 2021 que tematiza el problema de la biopolítica en Argentina. Traemos luego dos artículos que estudian, uno la narrativa de José María Arguedas y otro la ensayística de Pedro Henríquez Ureña, autores canónicos del siglo xx, autores de esos que casi nadie lee hoy, pero que desde su perspectiva siguen iluminando y descifrando a Latinoamérica. La sección de artículos se cierra con dos trabajos, uno sobre el ejercicio crítico de antologar y otro sobre el agotamiento lírico de nuestros días. Hablemos de cada artículo por separado.

"Agua corriente: hacia una praxis ambiental alternativa en torno al agua en algu nos relatos de no ficción de excombatientes de las FARC-EP" es el título del artículo de Juan Pablo Estrada Múnera, Alejandra Salazar Castaño y Juan Esteban Villegas de la Universidad Pontificia Bolivariana. Teniendo como base algunos argumentos presentados por Humberto de la Calle, Julio Carrizosa Umaña y la Justicia Especial para la Paz (JEP), el artículo estudia relatos escritos por excombatientes de las FARC-EP, que toma ron el agua, a veces como símil y a veces como metáfora, para hablar de profundas pre ocupaciones humanas. Los relatos "Todo es agua" de Manuel Bolívar, "Aguas en guerra, aguas en paz" de Gabriel Ángel y "Río moribundo" de Elkin Carabalí fueron escritos en el marco de una serie de talleres de narrativa desarrollados en el Instituto Caro y Cuervo en Bogotá. Siempre estudiados en una perspectiva crítica, el agua en el primer caso está asociada con un encuentro amoroso, con el erotismo, con la fertilidad. En el segundo caso, el agua aparece como personaje y se asocia con las disputas, deja ver su plasticidad, pasa de ser silvestre y virginal a ser objeto de deseo, de mercantilización, el agua como víctima de la guerra. En el tercer caso, el agua y la historia de vida establecen una rela ción simbiótica: "Para contar mi historia, yo tengo que hablar de los ríos", y vemos el Pamplonita y la infancia, el Catatumbo y la lucha por la vida, el contaminado río San Francisco en Bogotá como escenario de la reincorporación. El trabajo de estos tres auto res concluye que leer estos relatos revela "una dimensión poco conocida para la opinión pública que los sitúa como agentes de una ética del cuidado ambiental que tiene como piedra basal la conservación, la no mercantilización y la interdependencia con el agua", conclusión que sin duda pone el conflicto colombiano, la negociación y el posconflicto, en el contexto de las discusiones sobre la conciencia ecológica de la que habló Carrizosa y sobre la lucha por la narrativa de la que habló Humberto de la Calle.

"La espera del evento: dimensiones de la (in)movilidad doméstica en La vida inmueble [2022] de Federico Galende y Preguntas frecuentes [2020] de Nona Fernández" es el título del trabajo de María Paz Oliver de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile. Ubicadas en el contexto del aislamiento por la pandemia por COVID-19, las dos novelas tematizan la quietud, el silencio, la espera; personajes aislados desde antes y que con el encierro obligado reconocen el mundo por lo que ven desde la ventana o que en el mejor de los casos construyen relaciones definidas por la comunicación virtual. En La vida inmueble, la inmovilidad en el espacio doméstico se despliega hacia fuera en una especie de viaje imaginario que construye afectos, por ejemplo, con el entorno animal, con una fila de hormigas, con el perro de la vecina, con un pájaro en la ventana. En Preguntas frecuentes, la inmovilidad conecta el encierro con el estallido social en Chile, con la pre cariedad en la que viven las mayorías, con las marchas que a gritos imponen la necesidad de despertar para cuestionar lo que hasta hace poco era incuestionable. El artículo de Oliver concluye, entre otras cosas, que las novelas de Galende y Fernández "exploran el poder movilizador y subversivo del encierro para imaginar y construir en la intimidad de lo doméstico una nueva comunidad virtual e imaginaria que disuelve el límite con lo otro y el afuera, y que integra, en su precariedad y espíritu renovador, una dimensión más compleja y digna de las materialidades que componen la vida diaria".

Viene luego un trabajo titulado "El Petiso Orejudo de María Moreno: una mirada literaria de la eugenesia en la Argentina del siglo XX" escrito por María Julieta Alós, de la Universidad Nacional de San Juan, Argentina. Para estudiar la historia del infanti cida, pirómano y asesino Cayetano Santos Godino, la autora del artículo se sirve de la versión publicada en 2021, y con ella busca problematizar las prácticas y los discursos gracias a los cuales la eugenesia se instaló en Argentina en la primera década del siglo XX. En lo que hace a la problematización del discurso, el artículo destaca la manera en que la polifonía se construye, por ejemplo, introduciendo pasajes en cocoliche en el dis curso de un padre maltratador, prosa costumbrista para las evocaciones de la vida en los barrios populares, fragmentos de informes técnicos y dictámenes judiciales salpicados irónicamente de la jerga complaciente con la ideología de la época, parodias burlescas de las consignas políticas del momento: "Si gobernar es poblar, poblar es fundar una prisión". Tratamiento aparte merecen en el artículo las evocaciones discursivas de la "cri minología positivista", así como el tratamiento de "opereta trash", poema coral de las voces de los nada, los nadie, los ninguno: "No son lo que eran antes de entrar ahí, señala irónicamente el poeta en un tono musical: no poseen ya su oficio, ni su nombre, no son lo que los solía apasionar ni distinguir". Concluye la autora que la originalidad de la obra "radica en su modo de contar la historia. Es en fragmentos, en retazos, desde la sutileza, que la escritora se acerca a la historia de este niño infanticida. De este modo, entran en escena otras subjetividades y se les cede lugar a partes de la historia que no habían sido oídas. Sin caer en canonizaciones o reivindicaciones absurdas, los narradores reclaman al lector el ejercicio de la sospecha".

Después de estos tres trabajos sobre la manera en que la prosa narrativa reac ciona y descifra nuestro presente de violencia, aislamiento y marginalización, damos el paso a dos muy interesantes artículos, uno sobre la narrativa de Arguedas y otro sobre la ensayística de Henríquez Ureña. El artículo "Fractura, melancolía e imposibilidad: el socialismo mariateguiano, la literatura de José María Arguedas y el acontecer social indígena" escrito por Federico Reyes Mesa de la Universidad de los Andes (Colombia), estudia la manera en que el pensamiento indigenista de José Carlos Mariátegui, desarro llado en Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana (1928) y El problema de las razas en América Latina (1929), se revitalizó en la producción narrativa de Arguedas. Al estudiar las novelas: Todas las sangres (1964), construida alrededor de la muerte de un terrateniente en la sierra, y la novela póstuma El zorro de arriba y el zorro de abajo (1971), que tiene como eje estructurante una cartografía social del pueblo de Chimbote, el novelista construye una metáfora de crisol, donde confluyen todas las razas y en la que toman forma todas las expresiones de resistencia del indígena que no se deja arrasar por la historia, que desafía la domesticación ideológica y que, además, sigue planteando modelos alternativos para resistir aun cuando el futuro sea desalentador. Así las cosas, el autor concluye, de un lado que "leer a Arguedas en la actualidad es, sin duda, el inicio de un intento por revalorizar y resignificar todo aquello que fue descartado como uto pía, y así lograr que los proyectos, que ahora reposan con calma en la naturaleza cóm plice y cómoda de la imposibilidad, aún ya con el poder democrático entre las manos, se reactiven." De otro lado, se hacen cada vez más necesarias las "relecturas de autores como Arguedas, o Álvaro Cepeda Samudio, o Marvel Moreno, o Elena Garro, o Clarice Lispector, o cualquier escritor o escritora, cineastas, músicos, artistas y demás encarga dos de producir mundos y de pensar en la representación de las comunidades indígenas, y de otras minorías en el continente".

El artículo "Transculturalidad crítica en los Seis ensayos en busca de nuestra expre sión de Pedro Henríquez Ureña", escrito por Víctor Barrera Enderle de la Universidad Autónoma de Nuevo León (México), se ocupa de uno de los primeros trabajos que propuso un instrumental teórico particular y adecuado al análisis de la producción literaria latinoamericana. Ese instrumental propuesto por el dominicano se publica el mismo año que aparecen los ya aludidos ensayos de Mariátegui en Perú, se asocia con la idea de transculturalidad, lo que lo vincula necesariamente con las teorías de Fernando Ortiz, y más tarde lo pondrá en diálogo con el concepto retomado por Ángel Rama para hablar de la Transculturación narrativa en América Latina. Barrera Enderle pro pone una revisión de la trayectoria intelectual del dominicano en su paso por México, Argentina, Estados Unidos y España. Hace una detallada presentación de los momentos de gestación de cada una de las partes que conforman los Seis ensayos y la relaciona con la búsqueda de una voz personal y genuina, con la definición de la red intelectual que se gestó alrededor del libro y que en conjunto no es otra cosa que la búsqueda de nuestra expresión, una expresión que oscila entre la tradición y la ruptura, una tradición en la que era imperativo establecer las líneas de continuidad y los puntos de ruptura entre las letras de la colonia, de la república y la modernidad, donde era decisivo que nuestra his toria literaria fuera también la expresión de los proyectos culturales y educativos que la hicieron posible. Los Seis ensayos en busca de nuestra expresión son para Barrera Enderle "la bitácora de una travesía ensayística que cruzó diversas latitudes y nunca pudo encon trar un lugar fijo de enunciación. El ansia de perfección era también, para Henríquez Ureña, la posibilidad de encontrar un lugar seguro y estable para el trabajo intelectual y literario. Por desgracia, eso nunca ocurrió: su vida estuvo marcada por la trashumancia y la precariedad".

La sección de artículos se cierra con dos trabajos cuyo objeto de estudio es el quehacer de la literatura expresado en el ejercicio del criterio y en la formación del gusto; tenemos primero un trabajo sobre el siempre perfectible ejercicio de "antologar", y luego un trabajo sobre el agotamiento lírico de nuestro tiempo. El sexto artículo se titula "Archivar la tradición: la función de Héctor Libertella como antólogo de textos argentinos" y fue escrito por Diego Hernán Rosaín, de la Universidad de Buenos Aires (Argentina). El ejercicio de antologador deja ver criterios de selección, muestra cómo se posiciona el crítico literario en el contexto de una literatura nacional, evidencia los inte reses temáticos que lo mueven, así como la capacidad que tiene para pasar de lo nacional a lo continental, de lo canónico a lo alternativo. En cada una de las antologías estudiadas, en la lista de autores incluidos, en los prólogos que las preceden, en los intervalos estu diados, en el número de páginas dedicadas, y hasta en las editoriales y los momentos de preparación y publicación de las antologías es posible advertir la postura del crítico y la manera en que esta marca el libro publicado. Más allá del número de antologías estudia das en el artículo, lo clave es que cada libro exhibe un criterio: en un caso, tener ciertas experiencias o vivencias comunes obligan al crítico a agrupar en torno a generaciones; en otro caso, el criterio de selección construye la imagen de una familia literaria vertical y jerárquica, en donde los escritores incluidos "obedecen las órdenes de un padre ... con admiración y respeto, pero también con envidias y miedos"; en otro caso, la manera de titular o subtitular un libro hablan de una intención del crítico: "Una antología defini tiva" es una entrada decidida al canon, "Una antología alternativa" propone una vía de escape, abre puertas, obliga a mirar para otra parte. La conclusión no podría ser mejor: "Es en el diálogo entre el escritor y su entorno que las antologías se convierten en inter venciones literarias, documentos vivos que se pensaron con un objetivo concreto, sin ocultar su grado de artificiosidad o, lo que es mejor, denunciando cierta arbitrariedad detrás de todo corpus de trabajo y canon impuesto".

Cerramos la sección de artículos con "Agotamiento lírico: una lectura crítica de la poesía en el presente", escrito por David Barreto, de la Universidad de las Américas (Ecuador). No se habla aquí del fin de la poesía, sino del fin de los grandes relatos como nación, Occidente, progreso, género, sujeto; frente a ese declive vemos que emergen modelos en los que se privilegia la prosaica vida de un ciudadano, de una rutina sin norte, de coloquialismo sin sabor, de creación sin aura, en el sentido de Benjamin. Dice el autor del artículo: "... mi interés es visibilizar unas pocas costumbres, recursos y proce dimientos comunes de la cultura poética de la modernidad para señalar enseguida cómo este paradigma encuentra un vaciamiento y un desgaste del estímulo subversivo que ani maba las expectativas de lo que la poesía, y de lo que poesía lírica en particular, debía generar". Sobre esa base, el artículo se ocupa primero de La edad de los poetas, de Alain Badiou, y luego de La flor del extérmino. Escritura y poema tras la invención de América, del poeta chileno Andrés Ajens. Con base en ellos, el autor muestra que nuevos ima ginarios estéticos, nuevos recursos estilísticos, nuevos modos de difusión polinizan la aparición de nuevos modelos hermenéuticos.

El número 31 de Perífrasis se cierra con tres reseñas: David Mauricio Solodkow se ocupa del libro La literatura de la conquista del Río de la Plata; Lucía Pose se ocupa de Escritoras de entresiglos: un mapa trasatlántico. Autoría y redes literarias en la prensa argentina: 1870-1910 y Hernando Urriago se ocupa del libro Diario de Japón.

Desde este número, nuestros lectores podrán advertir que ya no tenemos por separado un comité editorial y un comité científico; agradecemos a los colegas que durante estos años vieron crecer la revista, nos ayudaron y nos aconsejaron desde esos comités. En adelante, contaremos con un solo consejo editorial que acoge algunos miembros de los antiguos comités, que responde a las nuevas prácticas de los indexadores internacionales, pero sobre todo que ve en el cambio la oportunidad de atraer nuevos colegas que traigan miradas frescas a la revista y su destino. Bienvenidos los nuevos colegas del consejo editorial: Valerie Benoist, Beatriz Colombi, Gilbert Ndi Shang, Javier Guerrero, Maria Vicens, Norman Valencia y Vanesa Miseres. Bienvenida también a la revista nuestra nueva Vicerrectora de Investigación y Creación, la profe sora Jimena Hurtado. Gracias por medírsele a tamaña tarea; gracias también al paciente y riguroso trabajo de nuestros evaluadores, gracias al colega Nicolás Barbosa que hace toda la corrección en portugués, gracias al apoyo institucional del Departamento de Humanidades y Literatura, de nuestra Facultad de Artes y Humanidades, y de la admi nistración central de la Universidad de los Andes (Colombia).

Mientras cerramos este editorial vemos con horror la tragedia de la guerra, nos duele la ausencia de un ser querido, nos conmueve la enfermedad que aqueja al director de nuestro departamento. Mientras cerramos recordamos que Arenas dijo que Lezama había hecho de la cultura "sencillamente algo a lo cual aferrarse para no morirse", quizá eso hacemos nosotros en Perífrasis.

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