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Trabajo social

versão On-line ISSN 2256-5493

Trab. soc. vol.22 no.2 Bogotá jul./dez. 2020

https://doi.org/10.15446/ts.v22n2.82118 

Artículos

Los estudios de familias en Cartagena de Indias: debates en torno a la historiografía*

Family Studies in Cartagena de Indias: Debates Around Historiography

Estudos de família em Cartagena das Indias: debates em torno da historiografia

Carlos Mario Castrillón Castro** 

Carolina Marrugo Orozco*** 

**Estudiante doctorado en Estudios Críticos de Género Universidad Iberoamericana, Ciudad de México, México, krlos.m@hotmail.com / https://orcid.org/0000-0002-3515-9949

***Historiadora Investigadora independiente, Bogotá, Colombia, krito981@hotmail.com / https://orcid.org/0000-0001-5165-9655


Resumen

Este artículo propone una relectura de la producción de los estudios de familia en Cartagena de Indias. Desde esta perspectiva, presenta un acercamiento teórico del concepto para exponer la caracterización histórico-cultural que ofrece la antropóloga Virginia Gutiérrez de Pineda. Con base en este primer análisis, se exponen los aportes y las consideraciones referidas a la historiografía de las familias en Cartagena de Indias, así como las expectativas con relación al abordaje de este tema en la historia y las ciencias sociales.

Palabras claves: Cartagena de Indias; ciencias sociales; Colonia; estudios de familia; historiografía; siglo XX

Abstract

The article proposes a re-reading on the production of family studies in Cartagena de Indias. Accordingly, we present a theoretical approach to the concept to expose the historical-cultural characterization stated by anthropologist Virginia Gutiérrez de Pineda. Based on this, we will present contributions and considerations regarding historiography of families in Cartagena de Indias, as well as expectations towards the approach to this topic in history and the Social Sciences.

Keywords: Cartagena de Indias; colony; family studies; historiography; social sciences; twentieth century

Resumo

Este artigo propõe uma releitura da produção de estudos de família em Cartagena das Índias. Nessa perspectiva, apresentamos uma abordagem teórica do conceito para expor a caracterização histórico-cultural proposta pela antropóloga Virginia Gutiérrez de Pineda. Com base nisso, apresentaremos as contribuições e as considerações sobre a historiografia das famílias em Cartagena das Índias, bem como expectativas em relação à abordagem desse tópico na história e nas ciências sociais.

Palavras-chave: Cartagena das Índias; ciências sociais; Colônia; estudos de família; historiografia; século XX

Introducción

Este artículo propone una relectura de la producción de los estudios de familia en Cartagena de Indias y pretende mostrar la connotación histórica y dinámica de esta categoría en la historiografía, lo que permitirá destacar sus relaciones en función del contexto espaciotemporal, integrando en el análisis a los sujetos y a las experiencias que la comprenden. En primer lugar, propondremos un acercamiento teórico del concepto a partir de propuestas concretas hechas por la disciplina, las cuales coinciden con la caracterización histórico-cultural elaborada por la antropóloga Virginia Gutiérrez de Pineda, pionera de los estudios de familia en Colombia.

Dada la amplia naturaleza del debate, examinaremos enfoques de investigación con relación a los estudios de un corpus bibliográfico producido a mediados del siglo XX e inicios del siglo XXI. En nuestro parecer y en razón del sentido histórico-cultural de la familia, los trabajos revisados se caracterizan por reunir un bagaje teórico-conceptual en diálogo con distintas latitudes. Así, examinaremos desde una mirada crítica dichas producciones, enfocándonos en tres aspectos: sujetos, experiencias y perspectivas. Finalmente, expondremos unas consideraciones sobre la historiografía del tema en Cartagena de Indias, y algunos aportes que trazan expectativas con relación a su abordaje desde la historia y las ciencias sociales.

¿Qué puntos de partida podemos utilizar para comprender el concepto de familia en su dimensión histórico-cultural?

La familia como categoría histórica-cultural en Colombia comienza a consolidarse con los estudios de la antropóloga Virginia Gutiérrez de Pineda (1997) en los años sesenta. Esta investigadora utilizó precisamente el trasfondo histórico que acompañó la configuración de la familia en y durante el proceso de colonización, y analizó sus valores a partir del reconocimiento de la concepción jurídica y religiosa, conjugadas en la experiencia del matrimonio. La obra de esta reconocida autora configura una perspectiva obligada tanto para las ciencias sociales como humanas, ya que determinó los vacíos presentes en el momento histórico de su investigación para abordar el tema y presentó múltiples consideraciones que mostraban el aporte significativo a los estudios sobre la familia de elementos como el componente étnico del mestizaje y los bordes de la legitimidad de las uniones matrimoniales.

Colombia tuvo que esperar hasta finales de los años noventa para presentar nuevas preocupaciones por la temática de familia, al menos desde la disciplina histórica. En su investigación Sentimientos y vida familiar en la Nueva Granada, el historiador Pablo Rodríguez (1997) retomó el debate, no sin menores dificultades que las de Gutiérrez de Pineda, aunque con la expectativa de renovar el enfoque. La revelación de este trabajo, que se constituirá posteriormente en una significativa obra entre las elaboraciones históricas sobre la familia, radicó en la apropiación teórico-conceptual e in-terdisciplinar de retomar, para su análisis, los principales teóricos y adeptos en Europa y América latina de la Escuela de los Anales. Por un lado, este trabajo se remite a las mujeres, los niños, los ancianos, como nuevos sujetos históricos; por otro lado, analiza las nuevas formas de conyugalidad, el matrimonio, la viudez y el divorcio, a la par que se acerca a la vida cotidiana mediada por los conflictos producidos entre los miembros de la familia y en los que se revela el orden jurídico, a partir de los procesos judiciales.

En términos metodológicos, el estudio de Pablo Rodríguez constituye una mirada comparada en el orden nacional donde suceden estas experiencias: Cartagena de Indias, Tunja, Medellín y Cali fueron las ciudades seleccionadas para este trabajo. Esta propuesta se proyectaría más tarde con la investigación La familia en Iberoamérica (Rodríguez 2004b), que integró a algunos de los investigadores más reconocidos de esta rama. La apropiación teórica de estas propuestas dialoga con disciplinas como la antropología, la sociología, la demografía y el derecho teóricos.

Este trabajo histórico constituye, aún hoy, uno de los principales referentes nacionales y latinoamericanos para dimensionar las complejidades histórico-culturales de la familia en su tránsito histórico, ya que da cuenta de la influencia de factores externos a ella misma en los cambios y permanencias de los roles de sus integrantes; por ejemplo, los roles en la conyugalidad, los límites de la autoridad patriarcal, el impacto demográfico, entre otros.

Por otro lado, es importante destacar la coincidencia de la familia como categoría de investigación para Virginia Gutiérrez de Pineda (1997), como pionera, y Pablo Rodríguez (2004a), quien la adopta posteriormente. Ello permite destacar el estatus histórico de esta formación cultural, tal y como lo expresa el historiador y reconocido investigador Ricardo Cicerchia (1998), para quien la familia es una organización social que contiene intrínsecamente cambio y tradición, novedad y hábito, estrategia y norma. Tal tensión, siempre histórica, no solo ha alterado la textura de los roles intrafamiliares sino también la funcionalidad de las relaciones entre la razón doméstica y las necesidades estructurales del cambio social. Se tiene, pues, que los encuentros entre la antropología y la historia sobre la familia como categoría se dimensionan en su configuración histórica, al verificar que corresponden a experiencias sociales que se mueven en su contexto espaciotemporal tanto interno como externo.

¿Qué implicaciones tiene una revisión historiográfica sobre el tema de familia en Cartagena de Indias en la actualidad?

Toda selección implica una exclusión. Esta relectura parte de la escogencia de un determinado corpus bibliográfico situado en el marco de producción de medidos del siglo XX hasta el siglo XXI. Este trabajo no pretende dejar por fuera la ingente producción desarrollada dentro de la historiografía de la familia1. Su sentido se enfoca más en reconocer cuáles han sido los ejes privilegiados para el caso de Cartagena de Indias y la forma en que estas perspectivas se conectan con el diálogo nacional e internacional. En este sentido, un marco geográfico no delimita la consideración de la familia como categoría meramente histórica, sino que busca ampliar, enriquecer y fomentar esas posibilidades al integrarlas a las ciencias sociales. El componente histórico se propone más bien como eje fundamental para su comprensión en el mundo social.

Los semilleros de investigación en las universidades constituyen el pilar de las expectativas para impulsar líneas de investigación como los estudios de familias. Un caso particular es el grupo Familias, Masculinidades y Feminidades de la Facultad de Ciencias Sociales, de la Universidad de Cartagena, liderado por la doctora Pilar Morad, cuyo trabajo se extiende hasta la instauración de la Maestría en Familia y Género en dicha universidad. Un aspecto significativo del logro para los estudios de familia se fomentó al interior de este programa, al incorporar en su primera cohorte la participación de reconocidos investigadores nacionales e internacionales que destacaron por su aporte interdisciplinar desde el trabajo social, la antropología, la historia, la sociología, la psicología, los estudios de género, entre otras.

El efecto de integrar múltiples voces permite reconocer que una revisión historiográfica nos remite a los referentes externos que están dialogando con la línea de estudio que se propone, y la promoción del debate permite encadenar y proponer nuevos intereses para la disciplina. En este sentido, las redes también hacen un aporte significativo al impulsar esta gestión, lo que logra evidenciarse en grupos de trabajo como la Red de Estudios de Familia de Murcia (Refmur), la cual integra a investigadores de los estudios de familia de todo el mundo. El último evento realizado por esta red, en el 2018, en Cartagena de Indias, posicionó a la ciudad como un punto importante de conexión para el diálogo académico sobre esta temática. El interés por aunar esfuerzos para su realización da cuenta de la vigencia de los estudios de familia y la posibilidad de que estos se extiendan en el orden institucional para integrar a otras facultades y entes. Este hecho se reafirma en el cotejo de las distintas perspectivas de análisis de la realidad familiar, realizado en el evento a través de la participación de investigadores de distintas disciplinas de las ciencias sociales y humanas: historia, psicología, antropología, sociología, género, artes visuales y Trabajo Social.

¿Qué enfoques y metodologías se han privilegiado en los estudios de familia?

Un aspecto recurrente a la hora de historiar o comprender las dinámicas particulares de la familia, en especial, en los estudios históricos, se refiere al acceso de las fuentes documentales. Sin duda, la operación heurística que corresponde al investigador para definir su conveniencia depende de la información que estas proporcionen. Sin embargo, hay que destacar que el análisis de la familia ha provenido precisamente de fuentes documentales atípicas como las cartas, los testamentos, los censos, los juicios criminales, las actas matrimoniales o de nacimiento, entre otras2, lo cual ha hecho recurrente la colaboración de otras disciplinas para un acercamiento más preciso sobre el objeto de investigación.

Los enfoques y las metodologías derivadas de este tratamiento documental han permitido que el acercamiento a la familia en su mundo social se hiciera desde la vida cotidiana y las experiencias personales. Por ello no es extraño que los estudios de familia privilegien el modo casuístico como una forma metodológica de operar, para determinar la connotación jurídica y legítima de estas relaciones; lo anterior ha permitido también posicionar su carácter transgresor o sometido al entorno particular que se analiza, así como la connotación histórica de las narrativas expuestas a través de los discursos. En este sentido, consideramos a la historia como disciplina fundamental, por los discursos y representaciones que se manifiestan a través de la vida práctica, como fuente documental. Por supuesto, encontramos límites cuando queremos conocer más, por ejemplo, sobre la familia indígena y la familia negra, la cual exige, además, correlaciones con las formas y estructuras del poder social para delinear su participación en el interior de su sociedad.

La familia como categoría analítica de la historia y las ciencias sociales

¿Qué significa estudiar la familia en distintos contextos y disciplinas?

En las ciencias sociales y humanas, los estudios de familia reúnen una amplia literatura, pese a ser un eje temático nuevo dentro de las reflexiones que se abordan en disciplinas sociales como la historia, la antropología, el Trabajo Social, la sociología, entre otras. Esta característica da cuenta del notable interés por abordar la investigación social de la familia, asociándola a otras categorías de estudio para ampliar su espectro de análisis y reconocer su carácter dinámico y polisémico3. Al repensar la investigación social e histórico-cultural de la familia desde una orientación interdisciplinar, reconocemos los cambios y permanencias dentro y fuera de ella como una forma de comprender y apropiarnos de su rol y función en el mundo social actual. ¿De qué otra forma podríamos abordar y comprender problemáticas actuales que persisten desde la Colonia, si no son comprendidos los valores, comportamientos que se autorizan en dicha realidad y que transitan en el tiempo?

Quizá, el aporte más significativo que releva el canon disciplinar de la historia es el surgimiento de la tercera generación de la Escuela de los Ana-les4, la cual incluye sujetos sociales olvidados de la historia. La influencia de esta tendencia adoptada por la vertiente de la nueva historia cultural en Colombia permitió la incorporación de nuevas temáticas y figuras, como las mujeres, los niños, los indígenas y los negros. En este escenario emerge la familia como categoría de análisis y se alimenta de propuestas teóricas de referentes de la academia francesa como Michelle Perrot y George Duby.

Este contexto historiográfico no solo propuso un modelo dialógico con las ciencias sociales, sino que detuvo su mirada en aspectos que habían pasado desapercibidos y que resultaban relevantes para la comprensión del mundo social: la vida privada y la cotidianidad de las gentes comunes y corrientes, que en aquel momento no eran materia de debate académico de los historiadores5, aun cuando lo fueran en contraposición a los tradicionales análisis económicos, sociales, demográficos o políticos (Ramírez 2011). De esta manera, emergieron temáticas vinculadas al mundo privado y su interrelación con el control social: los sentimientos, el matrimonio, la sexualidad, el patriarcado, la historia de las mujeres y la historia de las familias. Esta tendencia se expandió hasta América Latina, en países como Chile, Argentina y México6, y se incorporó a otros ejes de análisis como las relaciones de género, coadyuvados por las teorías feministas. Los investigadores que optaron por esta corriente de investigación en Colombia apropiaron y desarrollaron sus propias posibilidades de análisis, alimentadas además por la interacción académica constante con otros investigadores en el exterior y la posterior aplicación en investigaciones locales.

¿Qué variables abarcan estos estudios?, ¿qué preguntas se hacen en la actualidad con respecto a la familia como experiencia histórico-cultural?

Al hacer un balance de las investigaciones realizadas en torno a la historia de las familias en Cartagena de Indias, se evidencian algunas discusiones que en lo económico giran en torno a, especialmente, la genealogía de las élites y su influencia en la conformación de redes familiares con impacto en el plano social. Un asunto a destacar en estos estudios es su fundamentación en el análisis económico, articulado al estatus familiar y, como derivación, el nexo existente entre el poder económico y político. Las investigadoras y el investigador que se destacan en esta línea son María Teresa Ripoll (2000), Adolfo Meisel (1999; 2004) y Maryelis Rivero (2005), quienes examinan las familias de élite desde una perspectiva económica y política a partir de documentación oficial, y cuyo aporte se remite fundamentalmente a comprender las dinámicas de las actividades comerciales y la actividad empresarial de Cartagena a partir de las redes familiares y de poder. Podemos reconocer en esta perspectiva un conjunto de relaciones derivadas del contexto histórico de la ciudad en el período colonial y republicano, donde se constituyó en fortín comercial. En este sentido, los estudios de familia se convierten en la excusa para el reconocimiento de una realidad política y económica en esta época.

Virginia Gutiérrez de Pineda (1987) destacó un trabajo sobre la familia en Cartagena, aludiendo a la comprensión de la estructura familiar, a partir del posicionamiento en la sociedad global. Para esta antropóloga, era necesaria la articulación de esas trayectorias que conectaron la configuración familiar en Cartagena de Indias para indicar los determinantes que gestaron sus rasgos, debido a que en este espacio confluyeron en el pasado las tres etnias que entregaron y suministraron el legado biológico-cultural que caracteriza nuestro fenotipo y definió nuestra idiosincrasia.

En sintonía con la vertiente de la historia cultural, los estudios de familia abarcan sujetos olvidados por la historia, temporalidades cruciales como el tránsito de la Colonia a la República, donde la experiencia de colonización y organización del Estado fueron fundamentales, ya que hicieron partícipes a los distintos estamentos del orden social, jurídico y eclesiástico, y a la familia como organización sociocultural. Dentro de estos tres aspectos se sitúan de manera amplia el conjunto de intereses que abordan los estudios de familias. Ese espectro se va particularizando, por ejemplo, al analizar roles e, incluso, los espacios en el interior del hogar, lo que permite el análisis de la configuración de dichas relaciones en interacción con elementos materiales y espirituales, como nuevos acercamientos de interpretación.

Las familias en la historiografía de Cartagena de Indias: de la Colonia y sus tránsitos hasta el siglo XX

Colonia

Retomando el aporte de Virginia Gutiérrez de Pineda (1987), para el caso de Cartagena de Indias, la mezcla racial caracterizó y determinó la conformación de las familias en el periodo colonial, convirtiéndola en una institución importante en la vida de los neogranadinos. En este contexto se forjaron uniones que determinaron las formas de estructura familiar, así como la delimitación legal o ilegal de la unión, dependiendo del cruce racial provisto. Desde esta perspectiva cabe resaltar que este trabajo sitúa la participación en la sociedad colonial de los negros e indígenas en la historiografía que se conoce principalmente a partir de documentos oficiales por determinaciones económicas o de carácter legal. Frecuentemente, la reconstrucción de la familia negra o indígena, a partir de las fuentes documentales, se realiza a través de una verificación de tránsito o transgresiones en el mundo social, debido al acceso limitado de fuentes. Cuando se ha estudiado la participación de estos actores, en su mayoría, está mediada por el análisis de redes comerciales o actividades económicas que quedaron registradas en reportes de las instituciones coloniales y que algunos investigadores han reconstruido a partir de un acucioso trabajo. Para destacar: el hecho de pensar una historia conectada de la familia en Cartagena de Indias en sus dimensiones biológico-culturales, nos permite deliberar sobre el origen de esa diversidad que nos caracteriza e identifica como región en el mundo.

Otro aporte ya mencionado es el trabajo de Pablo Rodríguez (1997)Sentimiento y vida familiar en el Nuevo Reino de Granada (1997), inscrito en el periodo de la Colonia como un espacio de complejas circunstancias sociales y culturales, en las que las relaciones entre hombres y mujeres participaban de constantes tensiones y, a la vez, de espacios de negociación. Este investigador escenifica, por un lado, el conjunto de relaciones entre hombres y mujeres al interior del hogar, la forma de apropiación del compromiso conyugal en conjunto con el estilo de vida: el manejo del tiempo, los códigos de sociabilidad, la conducta, el pensamiento social de la familia, que corresponden a las determinaciones sociales para cada integrante en este contexto. Como resultado quedan expuestas prácticas, discursos y representaciones que operaron en la familia colonial, dentro y fuera del espacio del hogar, así como la forma de interiorización y reproducción de esa realidad. El caso de Cartagena de Indias, como parte de un comparativo con otras ciudades, deja conocer las lógicas particulares del espacio socio-familiar, reconociendo que en la Colonia las mujeres tenían una situación jurídica relegada, también fueron sujetos de acción y de reclamo de derechos, por ejemplo, en las instancias judiciales. Con esta investigación, Rodríguez nos deja conocer la compleja relación entre la tradición y la norma en tránsito del período colonial a la República.

Otra investigadora que realiza un acercamiento interesante en este período es Marta Lux (2006), desde el texto: Las mujeres en Cartagena de Indias en el siglo XVII. Lo que hacían, les hacían y no hacían y las curas que les prescribían, quien realiza un análisis de los discursos que se proferían sobre ellas en la Cartagena colonial. Coincide con la propuesta de Rodríguez en el acercamiento a los tránsitos temporales, donde es posible reconocer permanencias y rupturas de determinados hechos de la vida social. Este trabajo no se detiene a analizar la temática familiar, pero sí realiza acercamientos a la vida social y cultural de la sociedad colonial cartagenera sobre las normatividades que regían con respecto a la relación entre el matrimonio, el patrimonio y la familia como elemento trascendental de estatus y un capital simbólico, principalmente, en las élites. Se detiene también en la reconstrucción de aspectos de la identidad femenina -individual y colectiva- de la época.

Otro aspecto de este trabajo es que resalta el sentido de valores sociales como el prestigio y el honor, dos variables determinantes en las decisiones que guiaban tanto a hombres y mujeres, en torno a la realización personal -matrimonial o religiosa-. La importancia de reconocer y detenerse en estas dimensiones propone pensar conexiones de estos sistemas de valores -fundamento de la cultura- con mecanismos de apropiación y su eventual asociación a instituciones sociales como la familia. Dada la escasa historiografía sobre el período colonial en Cartagena de Indias, este trabajo propone una mirada diferente del contexto como estrategia de complemento para la investigación histórica que integre variables analizadas: mujeres, matrimonio, valores de la época, etc.

Un elemento importante de esta investigación es su propuesta interdis-ciplinar, evidenciada en la apropiación conceptual principalmente desde la sociología. Algunas de las categorías propuestas para la discusión son: género, etnia, habitus, capital simbólico, circularidad cultural, que facilitan la exposición de situaciones del contexto con respecto a las mujeres, como la sexualidad, la higiene, la cosmética, el cuidado fisiológico y los temas del alma -como la melancolía-.

Finalmente, en lo que concierne a aportes recientes a los estudios de familias, el trabajo Conflictos familiares con perspectiva de género en Cartagena de Indias, 1777-1807: un análisis de los juicios criminales, de la historiadora Carolina Marrugo Orozco (2015a), posiciona un diálogo desde la dimensión del género. A partir de los juicios criminales, la investigadora realiza una aproximación a los discursos proferidos por mujeres en las instancias judiciales. Acompañando los aportes de Pablo Rodríguez (1997) y Catalina Villegas (2006), permite vislumbrar conflictos al interior del hogar, destacando la presencia de las mujeres ante la ley, la mediación de las instancias judiciales para salvaguardar a la familia y las dimensiones del orden social y cultural de la época colonial, expresadas en función del género en Cartagena de Indias. En este sentido, la autora busca destacar la perspectiva de complejidad de las dinámicas en el hogar, y también demostrar el lazo entre dicha institución y el orden colonial, lo que contribuía a delimitar el conjunto de interrelaciones dinámicas de la época. Secundariamente, este trabajo se acerca a la connotación histórica de la palabra como recurso de defensa de las mujeres para validar sus derechos. La misma noción de existencia de un reclamo en las instancias judiciales se convierte en la forma de debatir alrededor de la categoría género en la Colonia, las narrativas del discurso presente en las instancias judiciales.

Siglo XIX

El paso del periodo colonial hacia el siglo XIX significó rupturas, pero también continuidades. Por un lado, hubo cambios por la reestructuración del orden familiar que mostró un alejamiento de la figura paterna o masculina del interior de las familias, como resultado de las luchas de independencia. En ese mismo contexto, las ideas de la Ilustración socavaban el orden social, así maduraba una nueva mentalidad con respecto al lugar que cada uno ocupaba en la sociedad. Se conoce que, en este contexto, las mujeres participaron activamente y que su tradicional rol doméstico sufrió también un desplazamiento por los cambios políticos.

Para destacar la producción historiográfica de este período relacionamos la investigación Del hogar a los juzgados, de la historiadora Catalina Villegas del Castillo (2006), inscrita en el análisis de casos judiciales en período de tránsito de la Colonia a la República. Este trabajo es significativo, ya que nos permite reconocer el entramado cultural de la familia en el marco de una coyuntura histórica de cambios. También se acerca a la esfera familiar y doméstica, donde se conjugaron los secretos de la pareja que luego eran develados en la instancia judicial. La puesta en escena de estos combates es una parte importante de este trabajo, que se centra en destacar las voces y la teatralidad presentes en la instancia judicial. Con ello, queda expuesta la dimensión íntima de la pareja y se vuelve pública esa cotidianidad frente al Estado que actúa como garante y mediador de la familia. En términos interdisciplinares, dialoga coherentemente con el derecho y su incorporación en el análisis permite reconocer particularidades y comprender del contexto jurídico de la época, los modos de sanción, los argumentos y los recursos del derecho, así como los límites de la sanción judicial, fundamental para darle sentido al discurso presente en los casos.

Por otro lado, la investigadora Mabel López Jerez (2006) presenta Las conyugicidas de la Nueva Granada: transgresión de un viejo ideal de mujer, el cual coloca en la escena un aspecto de la conducta humana: el de la criminalidad en las relaciones de pareja y familiares. Da cuenta de las mujeres como sujetos transgresores que habitan los márgenes de la criminalidad, como ya lo había expuesto Beatriz Patiño Millán (1995). Sin embargo, este aspecto se retoma en el contexto de ruptura del orden familiar y evidencia las tensiones y motivaciones surgidas al interior de ella en circunstancias de hostilidad. Aunque el trabajo sobrepasa el margen geográfico de Cartagena de Indias, aporta en sus dimensiones socioculturales para comprender la agencia de las mujeres neogranadinas desde una óptica en la cual ya es posible dimensionarlas en otras esferas de acción.

Siglo XX

En lo que concierne al siglo XX, la historiografía de la familia en Cartagena, desde la perspectiva histórica, sigue siendo un punto ciego. Algunos historiadores como Sergio Paolo Solano (2000) indican que en esta temporalidad en otras ciudades hubo interés por explorar la paradoja modernidad-crisis del hombre en su contexto, mientras que la historiografía cartagenera fue más proclive a temáticas de otros periodos, en especial los referidos a la Colonia y a la Independencia. En especial, las temáticas del siglo XIX predominan desde un componente muy político y siguen siendo muy reservadas a establecer contacto interdisciplinar o pensar en otros sujetos de estudios7.

En Colombia, el tránsito al siglo XX coloca en consideración algunas rupturas y continuidades. Como lo expresa David Bushnell (1994), este período se asocia a la realidad de crecimiento político versus pandemónium político. En este contexto, las temáticas de familia renacen subyacentes a otros análisis vinculados con los estudios visuales, culturales o las formas literarias. Los trabajos que se vislumbran realizan análisis sobre la familia como representación, colocando su presencia en el mundo social en otro tipo de comprensión, más desde el orden de los imaginarios y las formas estéticas, expresados a través de la cultura material. Dos trabajos a destacar en este sentido son: Con ojos de mujer: prácticas pictóricas y realidad política en Débora Arango Pérez, 1950-1954 (Marrugo 2019) y La familia como género pictórico: una mirada desde realismo social en Débora Arango Pérez, Colombia: 1951 (Marrugo 2018)8.

De igual forma, el trabajo Padres y madres en cinco ciudades colombianas. Cambios y permanencias, compilado por Yolanda Puyana (2003), es una investigación que viene a llenar un vacío de la década de los años 90, en relación con los significados y lugares de la paternidad y de la maternidad en la vida de padres y madres hoy. Para ello, sus autores retoman las dimensiones socioculturales de la paternidad y la maternidad como construcciones y, por consiguiente, como funciones cambiantes y articuladas a contextos económicos y sociales del país. Así mismo, ordenan diversas variables -géneros, estratos socioeconómicos y regiones del país- y datos expresados a partir de narraciones, utilizando la categoría tendencia como recurso analítico.

Finalmente, otras formas más recientes de exponer trabajos sobre familia surgen en el marco de los relatos de la violencia producto del conflicto armado en Colombia. El escenario es el de la memoria histórica, asociado, para el análisis de la familia, a categorías como desplazamiento forzado, reconstrucción de tejido social, memoria, oralidad y testimonios. A través de ellas se busca denunciar y reparar el daño proferido a esta institución y los efectos de los constantes cambios en su condición sociohistórica, política y cultural a partir de la experiencia del conflicto armado9.

Dificultades para estudiar las familias en Cartagena de Indias

Frecuentemente se habla de que uno de los principales problemas para abordar temas históricos de cualquier índole en Cartagena de indias, se refiere al acceso a las fuentes. La consulta está presente en instituciones como los museos, las bibliotecas de la ciudad y el Archivo Histórico. En las investigaciones sobre la historia de la familia ha sido de vital importancia la utilización de fuentes primarias tomadas del Archivo General de la Nación, el Archivo Histórico de Medellín y el Archivo Histórico de Tunja, así como fuentes documentales específicas como los discursos medicinales de Juan Méndez Nieto, la obra de Alonso de Sandoval, los testimonios recogidos durante la canonización de Pedro Claver y las cartas pastorales de Obispos.

Entonces, ¿por qué no se hacen más estudios de y sobre familias? Dada la metodología de la investigación histórica que considera el uso de un corpus documental primario, en Cartagena de Indias se mantiene predilección por la prensa como fuente histórica, en especial sobre la cronología más reciente, que parte de finales del siglo XX. La propuesta metodológica que se considera a partir de las eventuales restricciones es virar hacia fuentes alternativas vinculadas a la historia cultural, esto es, considerar las artes y la literatura a partir de la fotografía, el álbum familiar, la pintura, etc., que pueden contribuir significativamente a la comprensión de la historia de las familias en Cartagena.

Metodológicamente, también se propone correlacionar datos bibliográficos que ayuden a colmar los vacíos ffácticos que presenta la historia de Cartagena y donde las familias tuvieron una gran incidencia. El principal reto es sacar del olvido los procesos históricos que forjaron las dinámicas de la institución familiar y los eventuales cambios que afronta en la actualidad, sin descartar la dimensión histórico-cultural desde los aportes de la sociedad mestiza, criolla, indígena y negra.

El interés por investigar a las familias ha ido aumentando progresivamente en algunas áreas de las ciencias sociales, en especial, por quienes se preocupan por trabajar las sociedades contemporáneas. Algunos aspectos de la vida cotidiana de las familias resultan de vital importancia al momento de analizar aspectos sociales como las redes y las estrategias de movilidad social. En este sentido, aún persisten ausencias historiográficas de los sujetos olvidados por la historia; entre ellos encontramos la reivindicación de la familia negra y en especial la comunidad palenquera. De estas sociedades se puede decir que se referencian mayoritariamente por su papel en la época colonial, resaltando el desempeño dentro de los procesos de rebelión, su valor como fuerza de trabajo y la esclavización a la cual fueron sometidos. En palabras de Mario Diego Romero (1998, 84), "[...] se podría señalar que la ausencia se debe a su condición de subordinación que no les permitía alcanzar el estatus de familia", pero también corresponde a condiciones particulares de producción de conocimiento de estas áreas.

¿Qué aportes y consideraciones encontramos sobre las investigaciones de familias en Cartagena de Indias?

En la actualidad, los estudios de familias siguen siendo muy significativos y prolíficos. Sin duda, este impacto historiográfico estuvo mediado por la influencia teórica de Francia y Estados Unidos, principalmente. Este aspecto da cuenta de que la familia como categoría ha sido protagonista de trayectorias y estrategias de apropiación de los investigadores y las investigadoras en diferentes países, lo cual demuestra un interés por exponer las experiencias particulares de cada contexto y retroalimentar esta perspectiva bajo la modalidad comparativa en aspectos concretos y regulares como la conyugalidad, las prácticas, redes familiares, entre otras.

Este sistema de apropiaciones también tuvo su componente disciplinar a partir de la influencia de la Escuela de los Anales. En este sentido, el acompañamiento teórico y conceptual fue protagonizado por las teorías feministas, la sociología, la antropología, la demografía, entre otros. De aquí subyace una renovación reciente por comprender esas mismas realidades sobre la familia a partir de los sistemas de representación. En este lugar empiezan a participar las artes visuales y plásticas, la pintura, la literatura y el teatro, entre otras vertientes de las ciencias sociales, humanas y artes visuales. El lugar de esta nueva metodología suele asumir una posición crítica frente a lo que está representando; además, permite reconocer los mecanismos y las posibilidades estéticas tanto del objeto como del autor o autora. Esta corriente se alimenta por supuesto de enfoques teóricos que pueden correlacionarse también con disciplinas como la filosofía. Esto es, la extensión y la mirada que se puede aplicar a los estudios de familias se encuentra a la espera para escenificar su lugar en el mundo social, el de sus actores -mujeres, ancianos, niños, viudas, etc.- y de sus experiencias -valores, imaginarios, representaciones, prácticas, etc.-.

Cuando los aportes sobre el tema de familias están señalados por experiencias de vida como la infancia y la vejez, el análisis supone la comprensión de una condición generacional inscrita en el contexto histórico. Por ejemplo, mientras los infantes son quienes dentro de la familia se convierten en sujetos de cuidado, educación e instrucción, con los cuales se moldean afectos y se generan vínculos; la vejez comprende otra realidad. Si bien del cuidado, la vejez es una condición generacional de existencia per se y denota un lugar de autoridad al interior de la familia, esto es, cuando se trata de analizar qué papel le corresponde a cada miembro al interior de las familias en determinados contextos y qué demuestra esa presencia. En todo caso, como lo plantea Pablo Rodríguez (2004a; 2004b), tanto la historia de la infancia como la historia de la vejez son dos asignaturas pendientes para restablecer la historia de la familia.

Otro eje de análisis son las variables familia e infancia, inscritas bajo la experiencia del matrimonio o las relaciones de pareja. En este sentido, la perspectiva se enfoca en comprender particularidades sociales e históricas que moldean la presencia de los infantes al interior de la familia, a partir de factores biológicos o afectivos como los de los vínculos entre las abuelas, mujeres solteras, viudas, entre otras, así como en el reconocimiento e imitación de un modelo patriarcal, figura de autoridad.

Hemos hablado de la importancia y los aportes del diálogo interdisciplinar, pero sin duda este aspecto no sería posible sin la existencia de espacios para la investigación histórica, sociológica o de género. Cabe destacar que gran parte del impulso y estímulo que reciben los investigadores y las investigadoras a la hora de estudiar el tema de las familias, es en el escenario de discusión y difusión. La presencia de posgrados asociados a los estudios de familias en el nivel de maestrías y doctorados permite reconocer no solo la ampliación y profundización en el nivel de formación, sino mantener el interés y promover la producción. Las universidades que aportan desde distintos programas y líneas a los estudios de familias suman considerablemente al desarrollo de estas temáticas. Aun cuando el tema de familia no fuera el objeto principal de estudio, persiste un interés por no desvincularse de los análisis que se realizan en distintas temáticas de orden político, social, cultural y económico, dada su relevancia en el mundo social. En este sentido se puede proyectar que los estudios de familia permanecerán por mucho tiempo en distintos espacios académicos.

¿Nuevas familias?

Como resultado de los inevitables cambios que ha experimentado la institución familiar en su curso histórico, las relaciones al interior del hogar y las formas de comprender sus dinámicas internas han cambiado. Dichas transformaciones se inscriben en cambios socioculturales, en especial, los que conciernen a las mujeres, quienes tenían a su cargo salvaguardar la tradición, es decir, los valores de la maternidad y la familia.

En el plano político-cultural, el tipo de relaciones familiares va cambiando en gran medida gracias a la incursión de las mujeres en el ámbito de lo público, que viene justificado por el impulso de las ideas liberales y feministas que impactan en Latinoamérica, pero también el nuevo lugar que el capitalismo le adjudicó tanto en el ámbito privado como en el público. Una nueva estética del cuidado, acompañada de experiencias de pro-fesionalización, permitió a las mujeres transitar en el espacio público con mayor libertad, pero también ejercer un doble rol.

En el plano laboral, se le concedió un espacio a la independencia económica, el sentido de identidad separado de la familia y la lucha sindical. En un plano más personal, la apropiación de su identidad y las diferentes decisiones sobre su cuerpo con la autonomía reproductiva; en el plano de la educación, con la incursión en la educación técnica y superior. En la esfera política cambió su participación a través del voto femenino, el activismo, la participación dentro de los movimientos sociales y del efecto más tardío que desde el plano jurídico guardó con la promulgación de la Constitución Política de Colombia de 1991 y las leyes que promovieron su defensa. Sin embargo, esta serie de cambios no liberaron a las mujeres del yugo familiar, sino que en algunas ocasiones las convirtieron en la cabeza del hogar, al enfrentar una doble labor de proveedoras y agentes de la economía doméstica.

En este contexto de innumerables cambios para las mujeres, pocas madres pudieron darse el lujo de quedarse en sus casas dedicadas exclusivamente a la crianza de sus hijos, lo cual terminó por tener un impacto en las relaciones familiares. Así mismo, las mujeres afectadas por la violencia que quedaron viudas, o que incluso, por condiciones socioculturales, terminaron ejerciendo el madre-solterismo, quedaron sometidas a ser la cabeza del hogar, reconfigurando un nuevo estatus de proveedoras de la economía familiar.

Cada uno de los aspectos sociales comentados, a partir de los distintos estudios citados, cambiaron los esquemas familiares tradicionales; en el nuevo panorama debe contemplarse la familia monoparental y la homo-parental. En la actualidad, estas nuevas familias dan su propia batalla de legitimación social y jurídica, por ejemplo, en el orden jurídico desde el matrimonio hasta la adopción de niños. Hoy parece persistir una preocupación jurídica por la conformación de la familia sujeta a su idea tradicional, la familia nuclear: padre, madre e hijos, en la que la dimensión biológica de la reproducción es un asunto preeminente. Este aspecto denota una constante en el tiempo y es la preocupación del Estado por la familia y su existencia como institución que opera el control articulado a una idea de orden social.

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*El siguiente documento expone el resultado de una propuesta crítica sobre la bibliografía de los estudios de familias.

1Existen numerosos trabajos sobre los estudios de familia en Europa y en América latina. Estas producciones están lideradas por investigadoras e investigadores reconocidos como María Himelda Ramírez (1998), Suzy Bermúdez (1987; 1993), Pablo Rodríguez (2004a); Ricardo Cicerchia (1998); Francisco Chacón (2009); Pilar Gonzalbo (1996); Gonzalbo y Rabell (2004); entre otros. Estos nombres se han constituido en el transcurso del tiempo en referentes de los estudios de familias en Latinoamérica y Colombia. En este sentido, algunos de los países que más se destacan son México, Argentina y Chile, así como el trabajo más representativo sigue siendo La familia en Iberoamérica (Rodríguez 2004b).

2Reconocemos el valor pionero que dio la historiadora Suzy Bermúdez (1993) sobre la existencia de una historia de las mujeres que, por supuesto, considera realidades como el matrimonio, la familia, la raza, la etnia, la clase y el género como categorías indispensables a la hora de reconstruir su historia. Por otro lado, la línea de las fuentes históricas como posibilidad para comprender la realidad de otros sujetos está expuesta de manera clara por Michel Perrot (2008) en su libro Mi historia de las mujeres, en el que nos llama la atención sobre fuentes do cumentales donde sería posible encontrarlas. Un ejemplo para destacar lo encontramos en los trabajos hechos por el investigador Pablo Rodríguez Jiménez, quien nos ha expuesto trabajos contundentes que se correlacionan con usos de cartas, testamentos, imágenes, entre otros.

3En el caso particular de la familia, se vincula directamente con las variables de género, clase, sexo y etnia; propuesta de la historiadora Suzy Bermúdez (1994).

4Una de las obras clásicas que goza de gran reconocimiento por sus aportes a la historia social y de las mentalidades, bajo la influencia de la Escuela de los Anales, es la de Georges Duby y Michelle Perrot (1993). Este extenso análisis, aborda —en la larga duración— la relación y los cambios suscitados entre los espacios, las estructuras y los individuos de la Europa medieval. Además, recoge elementos de la vida privada y pública, que implicaron continuidades y trans formaciones en aspectos como la cotidianidad familiar, el honor, la comunidad, el Estado y algunas prácticas culturales de los siglos XVI al XVII, en el contienen europeo.

5La trabajadora social María Himelda Ramírez (2011, 77) expone que: "A finales de los años sesenta, los estudios históricos en Colombia experimentaron una renovación con las tendencias que dirigieron la mirada hacia objetos distintos de los que se ocupaba la disciplina. Hasta ese momento, los asuntos de la vida privada y la cotidianidad de las gentes comunes y corrientes, no eran materia de preocupación profesional de los historiadores".

6Algunos de los investigadores que se destacan en este campo son René Salinas Meza (2004), Igor Goicovic (2006), Pilar Gonzalbo Aizpuru (1996), Pilar Gonzalbo y Cecilia Rabell (2004), Francisco Chacón Jiménez (2009) y Viviana Kluger (2003). Estos han destacado la comple jidad, las dinámicas y los conflictos generados al interior de las familias. Como resultado, se han articulado distintos enfoques historiográficos en torno al tema de familia, en distintas latitudes del continente americano, que dan cuenta de un diálogo sobre este tema. A partir de esto, se hacen evidentes las interacciones que —desde el plano interdisciplinar— se abordan.

7Dentro de las investigaciones monográficas del programa de Historia, el panorama es revelador. Al menos en un 90 %, e inclusive más, el periodo de estudio escogido es el siglo XIX. Esto ha sido consecuencia de la ausencia de fuentes documentales que datan de períodos anteriores, encontrándose estos en el Archivo General de la Nación en Bogotá o en el Archivo General de Indias. Ante la dificultad de trasladarse a la capital o a España, para llevar cabo la investigación, lo estudiantes del programa se acogen al material documental disponible, que además adolece de un precario cuidado. Las fuentes coloniales habían sido exclusivas de los investigadores que —por su amplia preparación en el lenguaje paleográfico y por el fácil acceso a este tipo de fuentes— lograron tener mayor acceso a la información que suministraban. Inclusive, no se puede olvidar que tanto la tendencia hacia estudios republicanos como coloniales, respondie ron también a las tendencias historiográficas que se encontraban establecidas en los estudios históricos en Colombia (Bonilla et al. 2018; Marrugo 2015b).

8Estos trabajos de la investigadora, con la perspectiva de la historia cultural, enfocan su aná lisis a la producción artística de la antioqueña Débora Arango Pérez, en diálogo con otras representaciones —pintura, escritura e ilustración—, como narrativas que exponen un interés común por las mujeres como objeto de preocupación, específicamente, sobre temáticas como la maternidad, la asistencia social, la participación política y la familia, utilizando la pintura como una fuente histórica.

9Véase Centro Nacional de Memoria Histórica-CNMH (2011a; 2011b).

CÓMO CITAR ESTE ARTICULO Castrillón Castro, Carlos Mario, y Carolina Marrugo Orozco. 2020. "Los estudios de familias en Cartagena de Indias: debates en torno a la historiografía". Trabajo Social22 (2): 185-206. Bogotá: Departamento de Trabajo Social, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia. DOI: https://doi.org/10.15446/ts.v22n2.82118

Recibido: 05 de Septiembre de 2019; Aprobado: 30 de Abril de 2020

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