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Trabajo social

On-line version ISSN 2256-5493

Trab. soc. vol.23 no.1 Bogotá Jan./June 2021  Epub Oct 29, 2021

https://doi.org/10.15446/ts.v23n1.87145 

RESEÑAS

En el enjambre

JAIRO CRISPÍN* 

* Trabajador social, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia

Byung-Chul Han. Barcelona: Herder Editorial, S. L., 2014, 112pp.,


El texto de ensayo de Byung-Chul Han, profesor de Filosofía y Estudios Culturales de la Universidad de las Artes de Berlín, aporta elementos importantes para analizar de qué manera la revolución digital, internet y las redes sociales de comunicación vienen transformado la esencia de las sociedades contemporáneas en el mundo.

El libro reseñado hace parte de la colección Pensamiento Herder, editada por la editorial Herder de España. Esta obra fue dirigida por Manuel Cruz y traducida del alemán al español por Raúl Galbás. El libro está dividido en dieciséis capítulos.

En el primer capítulo del libro, titulado "Sin respeto", Han plantea que el respeto es una pieza fundamental para la construcción de lo público, un contacto con el otro y una mirada distanciada en lo espacial y lo mental que, como actitud, se ha dejado y se ha convertido en una mirada típica del espectáculo, de una comunicación digital que en las redes sociales de comunicación deshace las distancias y fomenta una exposición pornográfica de la intimidad y la privacidad de las personas.

En el capítulo titulado "Sociedad de la indignación", el filósofo analiza cómo olas de indignación movilizan y aglutinan hoy gente en las redes sociales de comunicación de una manera efectiva, mientras que su fluido es volátil y configura la construcción de discursos efímeros en el espacio de lo público. Lo anterior, debido a que la sociedad de la indignación se identifica poco con la construcción de comunidad y resulta ser más una sociedad del escándalo que carece de firmeza y actitud, ya que no construye diálogo y no engendra futuro alguno.

El autor analiza en el tercer capítulo, "En el enjambre", cómo la transformación digital está relacionada con el poder y la dominación del neoliberalismo económico; pero el enjambre digital no es masa, porque le falta alma o espíritu, ya que consta solo de individuos aislados fácilmente manipulados y controlados por tecnologías de la información y la comunicación.

El capítulo titulado "Sin mediación" plantea cómo hoy los medios digitales y sus redes sociales de comunicación son un medio de presencia y temporalidad inmediata, en los que la representación y la mediación son eliminadas de la comunicación. Para ello se aduce que estas congestionan el acceso eficiente de la información transmitida y con esto se pone fin a la época de la representación del lenguaje y la cultura. Estos últimos se vuelven superficiales y vulgares en la comunicación humana a través de la virtualidad, ya que se erige ahora un panóptico digital y se define un nuevo ser, el de la era del "me gusta".

El filósofo utiliza, en el capítulo titulado "El listo Hans", la fábula de un caballo para mostrarnos que el núcleo de comunicación es no verbal y de carácter táctil, pero que la comunicación digital es pobre en mirada. Esta despoja al individuo tanto de lo táctil como de lo verbal, así como desmonta lo real y totaliza lo imaginario. En el smartphone el otro carece de cuerpo y rostro, ya que este medio es un espejo digital que representa al yo narcisista y no deja comunicar autónomamente al ser.

En el sexto capítulo, "Huida a la imagen", Han analiza cómo las imágenes más que copias hoy son modelos de idealización del yo que pierden valor icónico, pues son domesticadas por el consumo, pierden su locura, son privadas de la verdad y se convierten en el reflejo de la mercantilización del ser y la negación del otro como distinto.

El autor plantea en el séptimo capítulo, "De la acción al tecleo", que el verbo refiere al actuar en la historia y que como acción le pone un nuevo comienzo. Sin embargo, en los procesos automatizados, las acciones como principio hoy no pueden interrumpirse, porque la máquina digital o la máquina del capital nos priva de realizar aquella libertad de acción; el tiempo digital es una época posnatal y posmortal que construye una poshistoria atemporal como narración que no cuenta, sino que calcula.

En el octavo capítulo, "Del labrador al cazador", el autor plantea que la mano es la esencia del actuar y del ser, pero que la esencia de este se pierde con el uso de la máquina, porque atrofia la mano y lo condena al olvido. Toda obra pensada del ser es, ante todo, una mano que obra. La mano ara y cultiva el lenguaje, así como labra el escucha, pero ahora la tormenta de la red digital hace imposible al labrador habitar a la tierra.

Han expone, en el capítulo "Del sujeto al proyecto", que el labrador es sujeto, porque el orden terreno del mundo como proyecto produce sujetos; sin embargo, nos advierte que debemos reescribir la ontología de la existencia en la filosofía, porque hoy creemos que somos un proyecto que se esboza y no un sujeto sometido a un mundo objetivo. El sujeto hoy se convierte en un proyecto como desarrollo del medio digital, en el que este lleva una sumisa posición de objeto, porque el universo digital es una magnitud fija y controlada.

En el décimo capítulo, "La ley de la tierra", el filósofo aborda cómo con el giro digital se abandona el orden de la tierra y su gravedad, para dar paso a la ingravidez que se representa como fluidez digital. Esta totaliza lo calculable como aditivo, es decir, en lugar de acción se introduce la operación eficiente en la que se sustrae la amplitud temporal y existencial de la acción.

El undécimo capítulo, "Fantasmas digitales", analiza cómo en su momento se mostraba la carta como un medio de comunicación inhumano que alimentaba fantasmas que se multiplicaban. Han señala que con la invención tecnológica no morirán, ya que estos fantasmas hoy han inventado la internet, Twitter, Facebook, el correo electrónico, el smartphone, Google Glass, entre otros medios digitales.

Han plantea en el duodécimo capítulo, "Cansancio de la información", que la forma de caracterización y recepción humana de la imagen ya no se hace a través del shock, sino con una especie de reacción de inmunidad que se asemeja al asco, pero en la clave de consumo totalizador que elimina toda forma de contracción inmunológica. En esta, las imágenes indeseables se pueden mostrar ahora como divertidas, causando que se estrangule la comunicación y se imponga el criterio de lo emocional del me gusta, sobre un criterio de lo analítico.

En el décimo tercer capítulo, "Crisis de la representación", el filósofo retoma el análisis de la fotografía y plantea que la representación en esencia es emanación del referente de un objeto real que en la Era Digital la desvincula de este proceso, al punto que se marca el deceso de lo real como representación y se acerca a lo hiperreal que no representa, sino que presenta.

El capítulo titulado "Del ciudadano al consumidor" analiza cómo la televisión en el mundo occidental apunta a la interactividad en la década de los setenta, para el manejo de decisiones importantes en las sociedades. A su vez, este hecho empieza a construir una imagen prefabricada de una democracia futura desideologizada, es decir, una democracia de expertos que sustituyen a los políticos y que hace superfluos a los partidos políticos.

El décimo quinto capítulo, "Protocolización general de la vida", analiza cómo el panóptico digital no genera confianza, sino que se desacredita como práctica social, pues hace creer que a mayor cantidad de información se puede ceder el puesto social al control y a la transparencia, ya que en todas partes se dejan huellas digitales. Pasamos ahora del Big Brother al Big Data.

Finalmente, en el último capítulo del libro, "Psicopolítica", Han postula un nuevo paradigma: el panóptico digital, en el cual el poder en las sociedades del mundo se ejercerá desde un régimen de psicopolítica digital de la transparencia. Este asume el control de las personas con psicopoder y vigilancia digital, pues ahora se pueden leer los pensamientos, controlarlos e intervenir sus procesos desde el conocimiento de grandes cantidades de datos digitales de interacciones humanas.

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