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Revista Logos Ciencia & Tecnología

Print version ISSN 2145-594XOn-line version ISSN 2422-4200

Rev. logos cienc. tecnol. vol.14 no.1 Bogotá Jan./Apr. 2022  Epub Dec 16, 2021

https://doi.org/10.22335/rlct.v14i1.1504 

Artículo de investigación

Factores regionales asociados al incumplimiento de normas de convivencia en tiempos de Covid-19 en Colombia1

Regional factors associated with non-compliance of coexistence norms in Colombia in times of Covid-19

Fatores regionais associados na Colômbia ao não cumprimento das normas de convivência em tempos de Covid-19

José Ignacio Ruiz-Pérez1  * 
http://orcid.org/0000-0002-8996-9736

Juan Aparicio Barrera2 
http://orcid.org/0000-0001-5620-1766

1 Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia

2 Policía Nacional de Colombia, Bogotá D.C., Colombia


RESUMEN

El objetivo de este trabajo fue conocer las relaciones entre las cifras de incumplimiento de siete restricciones impuestas por el aislamiento social establecido por la Covid-19 (Comportamientos Contrarios a la Convivencia, CCC) entre el 16 de marzo y el 1 de mayo de 2020, con indicadores económicos de criminalidad, de tejido social entre 2015 y 2018, y con el número de contagios del 2020 a nivel nacional y en Bogotá (n = 33). Entre los resultados se encontró a) correlación directa entre las tasas totales de CCC y tasas regionales de delitos contra la propiedad; b) relaciones directas entre infracciones por aglomeraciones y tasa de contagios por Covid-19; c) el clima emocional negativo y la insatisfacción con la policía se asociaron con infracciones por aglomeraciones y por falta de uso del tapabocas; d) más eficacia colectiva y afrontamiento comunal se asociaron con menos infracciones por consumo no autorizado de alcohol Aunque el tamaño de las correlaciones fue moderado, la evidencia apoya las teorías de la “ventana rota” y de la desorganización social.

Palabras clave: Restricciones por aislamiento; desorganización social; eficacia colectiva; crimen; Covid-19

ABSTRACT

The purpose of this work was to know the relationships between the non-compliance figures of seven restrictions imposed by social isolation due to Covid-19 (Behaviours Contrary to Coexistence, BCC) between March 16 and May 1, 2020, with the economic indicators of criminality, social network between 2015 and 2018, and contagions in 2020 in all 32 departments of Colombia and Bogota (n = 33). The outcome was: a) a direct correlation between total rates of BCC and regional rates of crime against property, b) direct relations between more infringements by agglomerations and higher rate of accumulated infections by Covid-19, c) a greater negative emotional climate and a lo-wer satisfaction with the police was associated with more infringements by agglomerations and the non-use of masks, d) a lower collective efficacy was associated with more violations due to unauthorized alcohol consumption, e) a greater communal coping was associated with fewer offenses due to alcohol consumption. Although the size of the correlations was moderate, the evidence supports the “broken window” and social disorganization theories.

Keywords: Isolation restrictions; social disorganization; collective efficacy; crime; Covid-19

RESUMO

O objetivo deste trabalho foi conhecer as relações entre os números de não conformidades de sete restrições impostas pelo isolamento social pelo Covid-19 (Comportamentos Contrarios à Convivência, CCC) entre 16 de março e 1 de maio de 2020, com indicadores económicos de criminalidade, de tecido social entre 2015 e 2018, e 2020 e contágios ao nível dos 32 departamentos da Colômbia e Bogotá (n = 33). Como resultados verificou-se a) correlação direta entre as taxas totais de CCC e as taxas regionais de crimes contra a propriedade, b) relações directas entre mais infrações por aglomerações e taxas cumulativos de contágio mais elevadas por Covid-19, c) maior clima emocional negativo e menor satisfação com a polícia foram associados a mais delitos por multidãoes e por não utilização de máscaras, d) menor eficácia coletiva foi associada a mais delitos de consumo não autorizado de álcool, e) uma maior capacidade comunitária foi associada com menos delitos por consumo de álcool. Embora a dimensão das correlações foi moderada, as provas apoiam as teorias da “janela partida” e da desorganização social.

Palavras-chave: Restrições de isolamento; desorganização social; eficácia coletiva; criminalidade; Covid-19

El incumplimiento de las medidas recomendadas por las autoridades sanitarias para reducir el riesgo de contagio por Covid-19 (Naciones Unidas (ONU), 2020; Organización Mundial de la Salud (OMS), 2020) constituye un tipo de infracciones que en el caso colombiano hacen parte de los Comportamientos Contrarios a la Convivencia (CCC), establecidos y regulados en el Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana o Código Nacional de Policía (Ley 1801 de 29 de julio de 2016 y Ley 2000 del 14 de noviembre de 2019). Por tanto, el incumplimiento de estas normas de convivencia puede impactar en una dimensión de salud pública. Bajo estas consideraciones, cabe preguntarse por los factores que influyen en la comisión de CCC en aras de prevenir o actuar en lo posible sobre tales factores. Tomando como unidad de análisis agregados sociales como el barrio o las regiones, dichos factores se pueden abordar desde al menos tres perspectivas: la económica, la criminológica y la del tejido social.

Así, se ha subrayado los efectos económicos que a nivel macro tiene una pandemia en los países, con la paralización o la disminución dramática de la actividad productiva en muchos sectores económicos. Esta parálisis afecta especialmente a los sectores más desfavorecidos de todas las sociedades actuales, pues se encuentran grandes sectores de la población afectada por la deprivación socioeconómica incluso en los países más desarrollados (Hotez, 2020), lo cual se ha traducido, en países como Colombia, en protestas sociales para exigir ayudas sociales y en el quebrantamiento de las restricciones de quedarse en casa para salir a trabajar (El Tiempo, 2020a b; Ruiz-Pérez & Aparicio-Barrera, 2020).

Desde la perspectiva criminológica, teorías como la de la ventana rota (Funk & Kugler, 2003) postulan que la ocurrencia de crímenes menores atrae la comisión de otros crímenes, particularmente más severos. Así, se ha encontrado correlación a nivel espacial entre hurtos, robos, robo de vehículos y crímenes violentos (Quick et al., 2018). Estas correlaciones pueden obedecer a factores diversos, como la colaboración entre diferentes organizaciones criminales para operar en un determinado espacio, siempre que no se solapen las acciones de cada grupo (Couthino et al., 2020). También se ha postulado el contagio social del crimen, el cual opera bajo principios como el del modelamiento, la valoración del resultado de la conducta criminal por parte de quien la comete, el condicionamiento operante (Katriel, 2019) o las oscilaciones entre las interacciones entre los delincuentes, la ciudadanía y las fuerzas del sistema de justicia (Fuentes-Santos et al., en prensa; Katriel, 2019; Perk et al., 2013). Por otro lado, las medidas de aislamiento en Colombia del orden nacional, departamental y municipal repercutieron en la caída dramática en los registros administrativos de delitos de impacto social en el primer semestre del año 2020 (Ruiz-Pérez & Aparicio-Barrera, 2020). Por ello, si bien la teoría de la ventana rota apuntaría a correlaciones directas entre tasas de delitos y de contravenciones (CCC), el mismo aislamiento social podría influir en las tasas de algunos delitos.

Desde el punto de vista del tejido social, en la literatura reciente sobre el Covid-19 se encuentra un cuerpo de producción cuyo eje ha sido estudiar las relaciones entre valores culturales y ciudadanas con el cumplimiento de las restricciones de movimientos y las normas de aislamiento decretadas en múltiples Estados para contener las cifras de contagio de Covid-19 y sus consecuencias. Así, Durante et al. (2021) hallaron con datos de Italia, que las restricciones de movimientos comenzaron antes y duraron tiempo después de las órdenes estatales en las regiones con mayor capital cívico, y esto se asoció con una menor tasa de contagios y de muertes por Covid-19. En la misma línea, Bonetto et al. (2021) encontraron que un mayor universalismo y un mayor conservadurismo se asociaron -junto con un mayor nivel educativo- con mayor cumplimiento de las restricciones de movimientos en ciudadanos franceses durante el confinamiento por Covid-19, mientras que el cumplimiento de las normas de distanciamiento social se asoció positivamente con valores de conservadurismo y autodirección, y el conservadurismo medió además las relaciones entre la percepción de amenaza por el Covid-19 y el cumplimiento de las restricciones. En Estados Unidos de América, otro estudio encontró que un mayor sentido del deber cívico se asoció con un cumplimiento voluntario del distanciamiento social (Barrios et al., 2020).

Ello conecta con la perspectiva del tejido social por medio de teorías como la desorganización social (Shaw & McKay, 1942, en Robitaille, 2006) y constructos como la eficacia colectiva y la resiliencia comunitaria. La desorganización social -comprendida como agregados sociales con predominio de bajo estatus socioeconómico, alta movilidad residencial y alta heterogeneidad étnica- conlleva la incapacidad de la comunidad para controlar los comportamientos antisociales de sus miembros (Robitaille, 2006). Una mayor desorganización social se asocia con mayor delincuencia y con menos eficacia colectiva. Esta se define como una combinación a nivel agregado de confianza mutua entre vecinos, conocimiento del entorno y disposición de la mayor parte de los miembros de una comunidad a participar activamente en los problemas colectivos, entre otros componentes. Una mayor eficacia colectiva se ha asociado con menos violencia y menos problemas de salud pública en el barrio (Sampson, 2003), con menos problemas conductuales externalizantes en niños, ya que dichas conductas pueden ser los precursores de conductas delictivas (Ichikawa et al., 2017), y como mediador entre las desventajas del barrio y el abuso de alcohol por parte de adolescentes (Jackson et al., 2016). En esto hay que tener en cuenta que no se postula un efecto unidireccional entre la eficacia colectiva y la criminalidad: la eficacia colectiva es influida negativamente por los niveles previos de violencia en la comunidad (Hipp, 2016; Sampson, 2003) o por la fragmentación social (Pabayo et al., 2020), y algunos estudios encuentran que solo predice un menor desorden social en barrios con alta cohesión social (Hipps, 2016). También, y de forma contraintuitiva, la eficacia colectiva se ha asociado con mayor consumo de alcohol en adolescentes mayores de 16 años (Jackson et al., 2016). Por otro lado, los niveles de eficacia colectiva correlacionan positivamente con los de resiliencia comunitaria. Se puede identificar en esta última dos dimensiones: afrontamiento comunal, el cual parece aumentar ante situaciones de alta victimización, y estima colectiva, la cual se ha asociado negativamente con indicadores de violencia colectiva como homicidios, hurtos y secuestros (Ruiz, 2015). Asimismo, se ha hallado un papel directo o indirecto entre más eficacia colectiva y menos problemas de salud pública como la depresión o el sobrepeso (Cohen et al., 2006). En suma, ciertas dimensiones psicosociales parecen funcionales para resguardar a las comunidades de niveles elevados de crimen y de problemas de salud pública. Dado esto, cabe preguntarse si tendrán algún papel en las tasas de violaciones de normas de convivencia ciudadana en tiempos de Covid-19. El objetivo de este trabajo es, precisamente, analizar estas relaciones, que pueden ser complejas, ya que valores culturales de mayor confianza en los demás -de que los demás se están cuidando de contagiarse de Covid-19 puede llevar a menor cumplimiento de las normas de distanciamiento social, como encontraron Deopa y Fortunato (2020) en cantones germánicos de Suiza.

Metodología

Se plantea un estudio correlacional entre indicadores de los 32 departamentos de Colombia y de su capital (n = 33), obtenidos, a su vez, de diferentes bases de datos. Entre estos indicadores se cuentan los referidos a las tasas de comportamientos contrarios a la convivencia (CCC), que se toma como variable criterio respecto a las demás variables. En el siguiente aparte, se ofrece el listado y descripción de dichos indicadores.

Instrumentos y materiales

  1. Indicadores de Comportamientos Contrarios a la Convivencia (CCC): proceden de 363.499 registros suministrados por la Dirección de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional del 16 de marzo al 1 de mayo del 2020. Se calculó a nivel departamental y por Bogotá el total de casos acumulados por cada CCC y la respectiva tasa (número de casos acumulados a 1 de mayo dividido por la población del departamento y de Bogotá) de manera que para CCC se tiene la cifra absoluta de casos por departamento y su tasa. Los CCC son siete más la suma total (y tasa total): Aglomeración, Toque de queda, Consumo de bebidas en el espacio público, Restricción por movilidad (llevar acompañante en la motocicleta), Restricción por género (durante el periodo medido, los hombres y las mujeres estaban autorizados/ as a hacer compras de alimentos y asuntos bancarios en días alternos), Restricción por documentos (en ciertos municipios se estaba autorizado a salir a la calle un día a la semana según el último número del documento de identidad) y Sanción por no uso del tapabocas. Las cifras de población empleadas para calcular las respectivas tasas corresponden al año 2020 (Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), 2020).

  2. Indicadores de contagios por Covid-19 (Instituto Nacional de la Salud, 2020): cifras absolutas de total de contagios entre el 16 de marzo y el 1 de mayo de 2020 a nivel de departamentos de Colombia y Bogotá, con cifras absolutas y cifras ponderadas por tamaño de los departamentos x 1000.

  3. Indicador de consumo de alcohol: se calculó a nivel departamental un indicador de consumo per cápita de aguardiente, con cifras de litros absolutos consumidos a nivel departamental en el 2017 (La República, 2017) divididas por la población departamental. En este indicador la cifra de Cundinamarca incluye el consumo en Bogotá.

  4. Indicadores socioeconómicos: se tomó del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE 2018a y 2018b) los siguientes indicadores: tasas de población departamental general, por hombres y por mujeres a) por debajo del umbral de la pobreza monetaria y b) por debajo del umbral de la pobreza extrema, c) Índice de Gini departamental.

  5. Indicadores de Actividad Criminal relacionada con las drogas: del Observatorio de Drogas de Colombia (2017) se tomaron los siguientes indicadores de nivel Departamental: a) hectáreas dedicadas al cultivo ilegal de hoja de coca, b) aprehensión en kilogramos de marihuana prensada, c) clorhidrato (sustancia requerida para el procesamiento de pasta base de cocaína) y d) pasta base de coca, e) número de capturados por delitos de drogas, f) número de reincidentes en delitos de drogas, g) porcentaje de capturados reincidentes en delitos de drogas.

  6. Indicadores de Tejido Social: estos indicadores proceden de la Línea de Investigación sobre Construcción de Tejido Social (Ruiz, 2019) y consisten en promedios en una serie de indicadores e ítems aplicados en formato de encuesta a estudiantes de carreras superiores (universitarias y estudios técnicos) de todas las capitales de los departamentos colombianos entre los años 2017 y 2018. Todas las escalas han mostrado en un nivel individual de análisis fiabilidades internas entre 0.70 y 0.91. Estos indicadores son (Ruiz et al., 2012): cultura ciudadana, eficacia colectiva, resiliencia comunitaria (total, por factor de afrontamiento comunal y por factor de estima colectiva), miedo difuso al crimen, probabilidad percibida de victimización. Los rangos de las puntuaciones para cada indicador oscilan de 1 (presencia nula) a 4 (presencia total o siempre), excepto para el indicador de probabilidad percibida de victimización, con rangos entre 1 (poco probable) a 3 (muy probable).

  7. Indicador de contagio por Covid-19: Total absoluto y ponderado por tamaño de la población, de casos de contagio de Covid-19 acumulados a nivel departamental a fecha 1 de mayo de 2020.

Plan de análisis

Se planteó como estrategia de análisis de datos correlaciones de Spearman, dado el número bajo de casos (n = 33, con 32 departamentos y Bogotá) y análisis de mediación sobre la tasa de contagios a 1 de mayo con las variables relevantes identificadas en las correlaciones. Se empleó los programas PSPP 1.2.0. y Jamovi v.2.22.

Consideraciones bioéticas

La presente investigación busca el beneficio social al informar sobre posibles variables y dinámicas de criminalidad, de sus relaciones con factores protectores psicosociales como la eficacia colectiva y con factores sociodemográficos y económicos, en su posible repercusión sobre la tasa de contagios de Covid-19. El soporte de este trabajo es una base de datos construida ad hoc a partir de bases de datos preexistentes, con indicadores recabados y construidos por otras fuentes, por lo cual no se ha contado con la implicación directa de participantes humanos. Los autores declaran que no tienen conflictos de intereses con la investigación.

Resultados

Por un lado, las correlaciones entre las cifras absolutas de cada uno de los siete tipos de CCC considerados en este trabajo fueron significativas y positivas entre sí en su mayoría. De diecisiete correlaciones, quince son significativas con p <.001, y coeficientes superiores a 0.80 en ocho correlaciones, y entre 0.54 y 0.79 para cinco. Las correlaciones más bajas se dan entre las restricciones por movilidad con las de i) por consumo de bebidas alcohólicas en el espacio público (r (33): 0.45, p <.01), ii) con restricciones por documentos (r (33): 0.41, p <.05) y iii) con restricciones por género (r (33): 0.38, p <.05). b

Esta fuerte relación entre la mayoría de los CCC se puede deber simplemente al tamaño de la población, de forma que a mayor tamaño poblacional del departamento hay más contravenciones. Al respecto, las correlaciones entre el tamaño de la población a nivel departamental son significativas y positivas para el total de CCC y para seis de los siete tipos específicos de CCC, con coeficientes r mayores de 0.65 y p <.001, con la excepción de las sanciones a la restricción por documentación, con r (33); 0.39, p <.05. En cambio, la correlación entre tamaño de la población y las tasas de CCC ponderadas por la población son significativas solo para la aglomeración (r (33): 0.56, p <.001) y las restricciones por género (r (33): 0.61, p <.001).

En ese sentido, si se tiene en cuenta la tasa de CCC por el número de habitantes del departamento por 10.000 habitantes (n° de cada CCC / población departamental, multiplicado por 10.000 habitantes), las correlaciones entre los CCC se modifican, tal y como se presenta en la Tabla 1. De acuerdo con estos resultados, se aprecia que las tasas de los CCC son relativamente independientes entre sí, lo que se expresa en la ausencia de correlaciones significativas entre ellas. Las excepciones son la relación entre tasas de sanciones por aglomeración con sanciones por género y por no uso de tapabocas y la correlación entre sanciones por movilidad (llevar acompañante en la motocicleta) y por salir a la calle con restricción de género.

Tabla 1 Correlaciones de Spearman entre tasas de Comportamientos Contrarios a la Convivencia (CCC) 

Nota. + p <.10; p <.05; ** p <.01

Variables asociadas al total de CCC

A nivel de correlaciones, el total de CCC en el periodo analizado se asocia positivamente con el número de casos de Covid-19 a 1 de mayo del 2020, con una menor tasa regional de población por debajo del umbral de la pobreza, y con varios indicadores de actividad criminal relacionada con las drogas: kilogramos aprehendidos de marihuana y capturados por delitos relacionados con drogas. Se asocia también con un mayor clima emocional negativo, con menor satisfacción con la policía, y con mayor percepción de varios problemas sociales, sobre todo con el tráfico de drogas. Por su lado, a nivel de tasas, la total de CCC es mayor en regiones con mayor tasa de delitos contra la libertad, con mayor resiliencia de afrontamiento, con menor satisfacción con la policía y con una menor percepción de discriminación-racismo, (ver la tabla 2).

Tabla 2 Correlaciones de Spearman de variables con el total de CCC 

Nota. * p <.05; ** p <.01; *** p <.001

Variables asociadas con los CCC de aglomeración

Las sanciones por aglomeración no permitida se relacionan directamente, a nivel absoluto, con el número de casos de diagnosticados de contagio de Covid-19, principalmente; también, con un menor nivel de pobreza monetaria, con un mayor clima emocional negativo, con una menor satisfacción con la policía, y con mayor percepción de problemas sociales como desigualdad social, tráfico de drogas, pobreza, distancia entre instituciones y sociedad. Cuando el número de sanciones por aglomeración se pondera por la población, las variables con una correlación más importante son 1) un mayor número de casos de contagios de Covid-19, un clima emocional negativo más alto, menor satisfacción con la policía, mayor percepción de pobreza o miseria, menor percepción de libertad de expresión y mayor percepción de discriminación y racismo, entre otras (ver la tabla 3).

Tabla 3 Correlaciones de Spearman con los indicadores de aglomeración 

Nota. * p <.05; ** p <.01; *** p <.001

Variables asociadas con los CCC de toque de queda

Como se puede apreciar en la tabla 4, el número absoluto de sanciones por violar el toque de queda se asocia con un mayor número absoluto de casos de contagios por Covid-19, mayor consumo de aguardiente a nivel departamental, menor pobreza monetaria, más actividad de narcotráfico (kilogramos incautados de marihuana, más capturados, mayor percepción de consumo y de tráfico de drogas), más clima emocional negativo, con menores tasas de delitos sexuales y de tráfico de drogas, menor satisfacción con la policía, y mayor percepción de problemas sociales: desigualdad, miseria y menos participación en la vida política.

Tabla 4 Correlaciones de Spearman con los indicadores de toque de queda 

Nota. * p <.05; ** p <.01; *** p <.001

Por su lado, la tasa de sanciones de toque de queda se asoció con menor pobreza monetaria y pobreza extrema a nivel departamental, con un mayor clima positivo y con una mayor satisfacción con la policía. También, con percepciones de una mayor libertad de expresión, de menos discriminación, y de mayor tejido social -expresado en una mayor cultura ciudadana, eficacia colectiva, resiliencia comunitaria- y con menor miedo difuso.

Variables asociadas con los CCC de consumo de bebidas alcohólicas en espacio público

La cifra absoluta de sanciones es mayor si también lo es el número de contagios por Covid-19, la cantidad de centímetros cúbicos de aguardiente per cápita, en contextos de menor tasa de pobreza, con más clima negativo y menos satisfacción con la policía, y con una mayor percepción de incumplimiento de derechos humanos, de menos participación en la vida política, y de mayor desigualdad social y de distancia entre la sociedad y sus instituciones. En cambio, la tasa ponderada de sanciones por consumo de alcohol en el espacio público se asocia con mayores tasas de criminalidad violenta (delitos contra la vida) y de hurtos, y con menos tejido social (menos eficacia colectiva y resiliencia de afrontamiento comunal), (ver la tabla 5).

Tabla 5 Correlaciones de Spearman con los indicadores de consumo de bebidas alcohólicas en el espacio público 

Nota. * p <.05; ** p <.01; *** p <.001

Variables asociadas a los CCC de restricciones de movilidad por acompañante

Para este tipo de infracción y en cifras absolutas, se halla un mayor número de sanciones por llevar a un acompañante en la motocicleta en los departamentos con más casos absolutos de Covid-19, con mayor tasa de estos casos por cada 100.000 habitantes, y con mayor actividad criminal relacionada con las drogas (más kilogramos aprehendidos de marihuana y más capturados por drogas). A nivel de tasas, se haya una correlación entre más infracciones de este tipo, con más tasas de contagios por Covid al 1 de mayo del 2020, (ver la tabla 6).

Tabla 6 Correlaciones de variables con los indicadores de violaciones a las restricciones de movilidad por acompañante 

Nota. * p <.05; ** p <.01; *** p <.001

Variables asociadas con los indicadores de quebrantamiento de las restricciones por género

Tanto para la cifra absoluta de sanciones por quebrantamiento de las restricciones de género como para su tasa poblacional, las únicas variables asociadas fueron el número total de casos de Covid-19 (total: r (33): 0.92, p <.001, tasa: r (33): 0.87, p <.001) y la tasa de hurtos (total: r (33): 0.35, p <.05, tasa: r (33): 0.40, p <.05).

Variables asociadas con los indicadores de quebrantamiento de las restricciones por documento

Por su lado, las cifras absolutas de estas sanciones no guardan relación con el número de contagios de Covid-19, sino con otras variables relacionadas con el consumo de alcohol y con la actividad criminal relacionada con las drogas, y con más emociones negativas colectivas, con contextos asociados con una mayor percepción de victimización, de delincuencia, de hambre y de pobreza. Por su lado, la tasa de estas sanciones sí se asocia moderadamente con la ratio de casos de contagios y con una mayor tasa de delitos contra la libertad (tabla 7).

Tabla 7 Correlaciones con las sanciones por violar la restricción de documento de identidad 

Nota. * p <.05; ** p <.01; *** p <.001

Sanciones por no uso de tapabocas: variables asociadas

Por su lado, el no uso de tapabocas se asocia, en cifras absolutas, con más casos de contagio, menor pobreza monetaria departamental en mujeres, mayor actividad criminal relacionada con las drogas, con un mayor clima negativo y un peor balance de clima, con peor satisfacción la policía, con una menor tasa de delitos sexuales, y con percepciones de más delincuencia, desigualdad y miseria. La tasa de sanciones por no uso de tapabocas se asoció con la existencia a nivel departamental de más programas de tratamiento de drogas, un mayor clima emocional negativo y un peor balance, peor satisfacción con la policía y mayor percepción de miseria y de discriminación, (ver la tabla 8).

Tabla 8 Correlaciones de Spearman con las sanciones por no uso del tapabocas 

Nota. *p <.05; ** p <.01; *** p <.001

En cuanto a los análisis de mediación, no se halló ningún efecto indirecto significativo ni de los indicadores de contravenciones ni de tasas de criminalidad para 2017 ni de los indicadores psicosociales.

Discusión y conclusiones

El objetivo de esta investigación fue obtener evidencia acerca de qué factores macrobjetivos -como el índice de pobreza monetaria, tasas de criminalidad, o la venta de bebidas alcohólicas- y macro subjetivos - tejido social, percepciones sobre problemas sociales, emociones colectivas, etc.- pueden explicar las tasas de incumplimiento de normas administrativas relacionadas con comportamientos ciudadanos de riesgo para el contagio del Covid-19. Sin caer en un reduccionismo de tipo macro o colectivo, varias relaciones halladas en este trabajo sobre la ocurrencia de más de 360.000 infracciones en un conjunto de siete CCC en unos 47 días en el 2020 en toda Colombia respalda esta perspectiva macro, en oposición a una perspectiva meramente psicologista, de atribuir dichas infracciones a características meramente psicológicas de los individuos, que llevarían a caer en el error fundamental de atribución, tan común al tratar de explicar comportamientos de la gente desestimando los factores contextuales (Hooper et al., 2015).

Las cifras sobre comportamientos contrarios a la convivencia están disponibles en frecuencias absolutas y en tasas relativas a los datos poblaciones de cada departamento. En cuanto a las primeras, las cifras absolutas, se hallan correlaciones significativas entre casi todos los CCC, lo cual puede estar determinado por el tamaño de la población de cada región y de Bogotá. Por ello, en el presente trabajo se ha considerado también las tasas relativas, que ofrecen unos resultados más conservadores en cuanto al tamaño de los coeficientes de correlación, pero también más consistentes con los constructos teóricos y con el comportamiento de los principios de contagio por Covid-19, como se expone a continuación.

Por un lado, la tasa total de CCC, combinando las siete modalidades aquí consideradas, se relaciona directa y significativamente con la tasa de delitos contra la propiedad, una de las modalidades delictivas más frecuentes en Colombia. Ello respaldaría la relación postulada por la teoría de la ventana rota entre criminalidad menor y criminalidad organizada (Quick et al., 2018), aunque hay que considerar las particularidades del contexto colombiano con relación a dicha teoría, ya que los grupos criminales organizados tratan de controlar y regular formas de criminalidad como el microtráfico de drogas (Villarraga, 2018), o se aprovechan de contextos comunitarios desorganizados o con ausencia de representación del Estado y, a la vez, tratan de mantener estas culturas aisladas e impermeables a la acción de las autoridades.

Por otro lado, estos resultados son coherentes con la teoría de la desorganización social (Ichikawa et al., 2017; Jackson et al., 2016; Robitaille, 2006), en el sentido de mostrar cómo los contextos con mayores tasas de infracciones a los CCC también presentan niveles elevados de otras formas de criminalidad convencional.

Como resultados complementarios, se halla que la tasa total de CCC se asocia con una menor satisfacción con la policía y con un mayor afrontamiento comunal. La relación con la satisfacción policial se podría explicar desde varias perspectivas. En primer lugar, la puesta en funcionamiento del Código Nacional de Seguridad y Convivencia (2016) y las disposiciones administrativas emitidas por los gobiernos nacionales, departamentales y municipales durante la pandemia que otorgaron más herramientas a los funcionarios de policía y más exigencias para garantizar las medidas restrictivas, que se evidencia en el crecimiento exponencial de las CCC pasando de 392.073 en 2017, 1.119.916 en 2018, 1.233.075 en 2019, a 2.254.034 en 2020, este crecimiento repercute en más población objeto de CCC y las correspondientes medidas impuestas a cada ciudadano que se traduce en pagos económicos, horas de servicio comunitario, entre otros; en segundo lugar, porque las poblaciones que perciben más crimen se muestran más descontentas con el trabajo policial (Maxson et al., 2003; Sampson & Bartusch, 1998); por otro lado, en cuanto al afrontamiento comunal, es decir, las maneras de hacer frente como comunidad a los problemas colectivos, se ha encontrado que sus niveles son más altos en los contextos con más problemas sociales (Ruiz-Pérez et al., 2020), es decir, ciertas comunidades buscan movilizarse ante crisis colectivas, como la pandemia del Covid-19 y sus correlatos socioeconómicos de desempleo y escasez de recursos vitales para capas importantes de la población colombiana. Dichas movilizaciones podrían haber llevado a desafiar las restricciones de movimientos y de actividades impuestas por varios gobiernos regionales de Colombia en el primer trimestre de activación de dicha pandemia.

Con relación a las tasas de cada CCC, para Toque de queda, Restricciones de Movilidad y Restricciones según documento de identidad, no se hayan correlaciones significativas entre estos indicadores y los de criminalidad, psicosociales, ni socioeconómicos. Sin embargo, otro es el panorama para el indicador de aglomeraciones, de las restricciones al consumo de alcohol y por el (no) uso de tapabocas.

Respecto a las sanciones por aglomeración, se halló para el 1 de mayo de 2020 una correlación significativa entre el total de casos Covid-19 acumulados y el total de sanciones por aglomeraciones no autorizadas, apuntando a la proximidad social como un factor clave de contagios, al menos en las primeras semanas de restricciones en Colombia. En segundo lugar, las infracciones por aglomeraciones fueron mayores en los contextos con un mayor clima emocional negativo, con menor satisfacción con la policía; en menor medida, con menor percepción de libertad de expresión y de más racismo y discriminación en el 2017. En este sentido, los niveles de clima emocional negativo se han asociado con problemas colectivos percibidos, como violencia y desempleo (Paéz et al., 2013). Las tasas de infracciones por aglomeración pudieron haberse dado en las regiones con más problemáticas sociales, si bien es cierto que en este estudio no se hallaron correlaciones significativas entre indicadores de pobreza con las tasas de aglomeraciones.

Con relación a las infracciones de las restricciones de consumo de alcohol, estas se dieron en contextos regionales con menor eficacia colectiva, que apuntan en la dirección de esta como un factor protector respecto de problemas de salud pública (Sampson, 2003, 2008; Cohen et al., 2006). En este sentido, se ha encontrado menores niveles de eficacia colectiva en la región andina colombiana (Aguirre-Castro, 2015), la cual, a la vez, presenta niveles más elevados que otras regiones colombianas en consumo de alcohol (La República, 2017). A esta posible localización geográfica de las infracciones por consumo de alcohol se sumaría el factor temporal, identificado en Ruiz-Pérez y Aparicio-Barrera (2020), con mayor concentración de este tipo de infracciones los fines de semana.

Por último, en lo relativo a las tasas de sanciones por el no uso del tapabocas, se halla que son mayores en las regiones con una menor satisfacción con la policía, y con una mayor delincuencia percibida. Así, es posible que estas correlaciones sean espurias, debidas en realidad a la relación entre satisfacción con la policía y percepción de la delincuencia. Por otro, lado, pueden ser una nueva confirmación de la teoría de la desorganización social, en la medida en que la percepción de delincuencia frecuente puede llevar a una percepción de baja eficacia de la policía y ello a un mayor desafío a las prohibiciones gubernamentales y policivas, en este caso, la reglamentación sobre el uso de las mascarillas.

Contar para todo el país con indicadores periódicos de tipo económico, de tejido social, de criminalidad, de consumo de alcohol y de drogas puede contribuir de forma importante a consolidar o reformular teorías explicativas de la desviación social y a trazar políticas públicas que apunten a objetivos a mediano y largo plazo, para construir tejido social como factor protector frente a la violencia y el comportamiento colectivo responsable ante crisis como la del Covid-19. Esto, teniendo en cuenta las particularidades regionales de otros indicadores geográficos, de estilos culturales e incluso psicológicos, que se escapan al propósito general del presente trabajo.

La utilidad de los resultados recogidos aquí tiene otras limitaciones. Una de ellas es que se basan en cifras de contagios por Covid-19 recolectadas desde marzo hasta inicio del mayo del 2020. Dichas tasas oscilaron intrarregionalmente de forma ostensible a lo largo del segundo semestre del 2020, cuando ciudades capitales con escasos contagios al inicio de la pandemia y de las restricciones como Tunja, llegaron a estar entre los núcleos urbanos con más contagios (Alcaldía Mayor de Tunja, 2020a, 2020b, o para Bogotá, Vargas, 2020). Cambios en las restricciones -e. g, levantamientos del toque de queda, o su prórroga- entre regiones, llegada al país de nuevas variantes del virus, presiones y medidas políticas para autorizar la recuperación de actividades económicas, introducen variables adicionales a las aquí consideradas, que incluyen las tasas previas de contagios y su relación con las tasas posteriores, que pueden matizar las relaciones entre indicadores identificadas en el presente trabajo.

Otra limitación de este trabajo, pero a la vez un aporte, está en la diferente fuente y época de los indicadores recolectados. Con todo, se trató de reunir indicadores de fechas lo más próximas posibles; algunos de estos, como los de eficacia colectiva, resiliencia o clima emocional están disponibles para unos pocos periodos. Con todo, las relaciones encontradas -si bien a un nivel moderado- son coherentes con los presupuestos teóricos de los constructos y pueden sugerir debates sobre su utilidad para el abordaje de fenómenos y problemáticas como las actuales. Con relación a ello, se llama la atención sobre la dificultad de acceso público en Colombia a ciertos indicadores de interés tanto para la salud pública como para estudios criminológicos, como las cifras de ventas o de consumo de distintos tipos de bebidas alcohólicas.

Otra limitación de este estudio es la confiabilidad de los indicadores de CCC. Se ha asumido, en general, en este trabajo que un mayor número de sanciones es correlativo a un mayor incumplimiento de las restricciones: los lugares que presentan más sanciones son también donde habrían ocurrido más violaciones de este tipo de normas. Sin embargo, una hipótesis alternativa es que las diferencias entre departamentos en las tasas de CCC son debidas a diferencias en la eficacia de la actuación policial o de la debilidad del sistema administrativo de policía y compromiso de las autoridades de policía. Por ello, los registros oficiales de CCC podrían complementarse con encuestas sobre cumplimientos de las restricciones por Covid-19. Por otro lado, cabe considerar con prudencia la relación hallada entre varios indicadores de CCC y las tasas de contagios de Covid-19, en el sentido de que dichas correlaciones pueden estar mediadas por factores como el tamaño de la población y las carencias socioeconómicas que presentaron segmentos importantes de la ciudadanía, en los estratos sociales más bajos. Así, quizá las tasas de CCC por aglomeración pudieron haber tenido un papel de causa-efecto con las tasas de contagio, como consecuencia del impacto en las actividades comerciales formales e informales de las medidas de aislamiento social y restricciones en forma de cierres de comercios y de cuarentenas. En ciertos casos, estas medidas fueron más severas o se renovaron ante el alza en el número de contagios, afectando ello a la actividad económica lo cual llevó en algunos casos a la organización de protestas sociales y a la desobediencia de dichas restricciones en algunas zonas de varias ciudades.

El gobierno nacional y los gobiernos departamentales y municipales deben propender por elaborar políticas de seguridad, convivencia y salud pública en territorios específicos, para poblacionales urbanas y rurales, con indicadores predictivos de variada naturaleza que ayuden al conocimiento y comprensión de las dinámicas territoriales para establecer prioridades de intervención en el tejido social, la justicia, la salud y la economía acordes a las necesidades y recursos de cada departamento o municipio.

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1Esta investigación se basa parcialmente en datos recogidos en los proyectos 38936 - Jóvenes Investigadores Colciencias de 2018, y 33745 de 2017, de la Universidad Nacional de Colombia.

Para citar / To reference / Para citar: Ruiz- Pérez, J. I. & Aparicio, J. (2022). Factores regionales asociados al incumplimiento de normas de convivencia en tiempos de Covid-19 en Colombia. Revista Logos Ciencia & Tecnología, 14(1), 28-40. https://doi.org/10.22335/rlct.v14i1.1504

Recibido: 21 de Septiembre de 2021; Revisado: 23 de Octubre de 2021; Aprobado: 16 de Noviembre de 2021

*Autor de correspondencia: José Ignacio Ruiz-Pérez, Correo electrónico: jiruizp@unal.edu.co

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