Introducción
La Orden Ejecutiva 12978 de los Estados Unidos (EE. UU.), conocida como “Lista Clinton”, identificó a las organizaciones criminales transnacionales (OCT) con sede en Colombia, como una amenaza para la seguridad, la política exterior y la economía (Wilson, 2016). Así, el consumo de drogas genera dificultades para el desarrollo sostenible de todos los países, tanto en aquellos que participan en la cadena de producción de drogas como en los países consumidores. Según datos del 2017, aproximadamente 247 millones de personas en el mundo consumen drogas (Osorio Dussan, 2017).
A nivel mundial, la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol), en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha establecido siete objetivos policiales mundiales (OPM). El objetivo seis, “poner freno a los mercados ilícitos”, se enfoca en la detección y desmantelamiento de OCT y TID (Interpol, 2023).
En el 2017, durante la sexagésima sesión de la Comisión de Estupefacientes de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), el director general Yuri Fedotov destacó que la lucha contra las drogas no solo se limita a la erradicación de cultivos ilícitos, sino que también contribuye al desarrollo sostenible. En esa misma sesión, el secretario general de la ONU prometió abordar de manera más amplia el problema mundial de las drogas (ONU, 2017).
A pesar de la posición geoestratégica privilegiada de Colombia, con acceso a dos océanos y como punto de conexión continental entre Sudamérica, Centroamérica y Norteamérica, su gobernanza marítima ha sido rezagada. Estas dificultades se derivan de la falta de cultura en el estudio de la seguridad y defensa del Estado, la ausencia de políticas claras, la desarticulación regional y las debilidades en las directrices del Gobierno para el establecimiento de la seguridad nacional (Segura Manonegra, 2020).
Al exponer temas de seguridad en los espacios marítimos, se debe mencionar el concepto “seguridad marítima” que ha evolucionado hacia una perspectiva más extensa, ganando mayor atención por parte de los gobiernos a nivel mundial en el último siglo, debido a su estrecha relación con las relaciones internacionales y la circulación capitalista contemporánea (Bueger et al., 2019). En este orden de ideas, los hispanohablantes deben abordar algunas posiciones semánticas del concepto ‘seguridad’, ya que engloba tanto la seguridad a daños producidos por accidentes o fenómenos de la naturaleza (en inglés safety, en francés sécurité), como los producidos por acción humana deliberadamente (en inglés security, en francés sûreté) (Rodríguez Ruiz, 2020).
Rodríguez Ruiz (2020) presenta una diferencia entre “security” y “safety”, a la que atribuye las amenazas y riesgos, respectivamente. Es decir, que las amenazas a la integridad de territorios y personas, como los TID, son gestionados a través de la “security”. Los riesgos a la integridad de territorios y personas, como los tsunamis, huracanes y los riesgos a los intereses marítimos como colisiones, naufragios, daños no intencionados a cables, oleoductos, entre otros. Son gestionados por “safety”. Esta noción también es defendida por Acosta Sánchez (2020), quien expresa que “maritime security” (sûreté maritime), se enfoca en la implementación de mecanismos e instrumentos civiles y militares para controlar los riesgos y amenazas en el ámbito marítimo (la actuación se da a través de los poderes públicos e incluye temas como la paz, la seguridad internacional, soberanía, control de fronteras y vigilancia costera); y “maritime safety” (sécurité maritime), que se refiere a los medios y regulaciones destinados a hacer frente a los daños de origen natural para garantizar la navegabilidad de los buques, gestionar las condiciones de salud y trabajo a bordo y los requisitos técnicos de las embarcaciones (influye el Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar, SOLAS, y el Convenio Internacional sobre Búsqueda y Salvamento Marítimo, SAR) (Acosta Sánchez, 2020).
Safety es la palabra inicial en las disposiciones internacionales centradas en la seguridad del buque frente a deficiencias, estructura, tripulación o condiciones climáticas. Como respuesta a las actuaciones criminales, se produjo una nueva faceta de la seguridad marítima, la protección (security). En consecuencia, tras los ataques terroristas del 11S, las amenazas no tradicionales como el TID, se incluyeron en las agendas de la seguridad marítima (maritime security) (Lynce de Faria, 2020). Estas primeras nociones, reflejan una interacción que se da a través de la seguridad marítima al gestionar con mecanismos y estrategias la amenaza de los TID. En este contexto, aunque “security” y “safety” comparten una estrecha relación y en español se engloban en “seguridad marítima”, la presente investigación analiza el concepto del inglés “maritime security”.
Colombia ha formulado políticas para abordar las amenazas marítimas, entre las cuales destacan la Política de Defensa y Seguridad (MINDEFENSA, 2019) y el documento del Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes) 3990 “Colombia Potencia Bioceánica Sostenible 2030” (2020), que busca impulsar el desarrollo de la economía marítima y fortalecer las capacidades marítimas del país. El Centro Internacional de Investigación y Análisis contra el Narcotráfico Marítimo (CMCON) opera en la Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla de la Armada Nacional de Colombia (ARC), publica informes anuales desde el 2016, que se centran en el análisis de TID y proporcionan información detallada sobre tendencias, rutas, métodos y estrategias utilizadas por las OCT que operan en el ámbito marítimo.
Algunos estudios examinan los mecanismos bilaterales y multilaterales de países como China e India para monitorear, prevenir y responder a las amenazas de los TID (Zhou, 2008). Se han propuesto la recopilación de textos legales, casos de tribunales, declaraciones políticas e informes navales de todo el mundo para englobar todos los actos violentos en el mar (piratería, narcotráfico, trata de personas y terrorismo) en un solo concepto “delito marítimo universal” (Van Hespen, 2016). Se han recopilado datos oficiales y revistas sobre estrategias marítimas, diplomacia y seguridad nacional, combinándolos con entrevistas a expertos del sector marítimo de Indonesia, Filipinas y Reino Unido para proponer reformas en las estrategias marítimas en las que se incluyan la amenaza del narcotráfico. E incluso, han expandido su búsqueda en países como Australia, India, Japón, Singapur y EE. UU. para identificar la evolución de la estrategia marítima en Asia-Pacífico (Suseto et al., 2019). Y recientemente han revisado las cuestiones jurídicas fundamentales para el uso de vehículos autónomos marítimos con fines de seguridad e identificación de delitos (Klein et al., 2020).
La revisión de literatura abordada en este estudio analiza los artículos científicos publicados en el último siglo (2000-2022) sobre seguridad marítima (maritime security), con el objetivo de identificar los aspectos metodológicos y los elementos conceptuales que conforman la agenda mundial de la seguridad marítima en relación con los TID. Para ello, se plantean las siguientes preguntas: ¿Cómo ha evolucionado la producción científica de los artículos en seguridad marítima en el siglo XXI? ¿Cuáles son los principales referentes en términos de revistas, autores, artículos y países en este campo? ¿Colombia ha contribuido a la producción científica en seguridad marítima? ¿Qué palabras clave y líneas de investigación se encuentran relacionadas con la seguridad marítima?
Los resultados presentados en mapas bibliométricos, gráficos y tablas, resumen la producción científica en seguridad marítima del último siglo, la situación actual de los TID y las contribuciones de Colombia en este campo. Estos hallazgos proporcionan una síntesis de elementos relevantes que pueden ser empleados en futuras investigaciones. Se propone un marco conceptual que abarca los aspectos fundamentales de la seguridad marítima en la agenda global. Este marco puede ser de utilidad para el Estado colombiano, los formuladores de políticas y las instituciones de seguridad, al tomar decisiones sobre las políticas y estrategias marítimas futuras de Colombia.
Este artículo se divide en seis secciones. (1) La introducción establece el contexto y la relevancia del estudio. (2) Se describe la metodología utilizada, basada en criterios de calidad combinando análisis bibliométricos y sistemáticos mediante el método PRISMA. (3) Se presentan los resultados obtenidos, en gráficos estadísticos y tablas. (4) Se lleva a cabo una discusión detallada sobre los resultados. (5) Se establecen las principales conclusiones del estudio, incluyendo las limitaciones identificadas y las propuestas para futuras investigaciones. (6) Finalmente, se presentan las referencias bibliográficas utilizadas.
Metodología
Se implementó una metodología de revisión exploratoria de la literatura con el propósito de identificar los aspectos metodológicos y los elementos conceptuales que conforman la agenda mundial de la seguridad marítima, en relación con los TID. Dada la naturaleza multidisciplinaria del concepto “maritime security”, se requiere una revisión rigurosa de la literatura que cumpla con las características de las “5C” (concisa, clara, crítica, convincente y contributiva) (Callahan, 2014). Y que identifique a los TID dentro de las líneas de investigación, en función de métodos aplicados en diferentes contextos geográficos (Paul & Criado, 2020).
Situación actual: TID en los espacios marítimos de Colombia
Para determinar la situación actual de la amenaza de los TID en los espacios marítimos de Colombia, se recopilaron como “otras fuentes” los seis informes anuales publicados por el CMCON (CMCON, 2016); (CMCON, 2017); (CMCON, 2018); (CMCON, 2019); (CMCON, 2020) y (CMCON, 2021). También se incluyó el informe denominado Modalidades del Narcotráfico Marítimo (CMCON, 2022), cuyo objetivo ha sido caracterizar las modalidades, mediante el seguimiento y análisis de las incautaciones en los espacios marítimos, fluviales y portuarios de Colombia. Con el Principio de Pareto, que establece que un número reducido de individuos es responsable de un importante número de eventos criminales. Se aplicó la regla 80/20 a los eventos de incautaciones (Marey, 2012), para identificar las modalidades delictivas más usadas en los TID.
Revisión de la producción científica
El presenta artículo siguió el protocolo de revisión 6Ws para incluir los métodos descriptos y establecer los criterios de captura, recopilación y gestión de datos. Esto responde a quién realiza la búsqueda; cuándo se realiza, dónde se realiza, cómo se realiza, qué se busca y por qué se selecciona o se rechaza la información (Xie et al., 2017):
Who (Quién): los autores del artículo.
When (Cuándo): la búsqueda se realizó el 25 de enero de 2023, obteniendo artículos publicados entre el 2000 y 2022 (siglo XXI).
Where (Dónde): se inspeccionaron tres bases de datos conocidas por su impacto científico: Scopus (Ferenhof et al., 2014), WOS y Scielo. Así como otras fuentes oficiales nacionales como los informes CMCON.
How (Cómo): se aplicó un análisis bibliométrico para analizar estadísticamente la producción científica de la seguridad marítima. El análisis bibliométrico se combinó con la revisión sistemática para enfrentar la limitante causada por un grupo pequeño de artículos que representan la mayor parte de las muestras del análisis y que, a su vez, dejan a un lado teorías y métodos (Bahoo et al., 2020). La revisión sistemática se estructuró según el modelo PRISMA (Figura 1) (Peñaranda Lizcano et al., 2021).
What (Qué): a partir de operadores booleanos que facilitan la consulta (Vogel et al., 2021) se aplicó la ecuación de búsqueda “maritime security”, cumpliendo con: (1) la ecuación de búsqueda es reconocida en la literatura científica en el último siglo y (2) el término es usado en los discursos políticos (Jong et al., 2015). En esta etapa se establecieron los primeros filtros orientados a obtener documentos de tipo artículo de investigación y revisión, en español e inglés.
Why (por qué): los registros de las bases de datos se descargaron en formatos digitales (CSV y RIS). Se descartaron aquellos artículos que no contenían información del autor; año, DOI o URL, título, resumen e idioma diferente a español o inglés. Los archivos RIS se analizaron en el software Publish or Perish, para medir la suma total de las citas de un artículo desde su año de publicación (ecuación 1) y el índice h, el cual es una medida de productividad compuesta por el número de artículos publicados y su impacto en términos de varias citas, expresado como un solo número (Kishor, 2019). Para elegir los primeros h artículos, se ordenó de manera descendente el número de citas hasta encontrar el número correlativo h igual a su número de citas.
Evolución de la producción científica y revistas
Con los archivos CSV se creó una base de datos en Excel (autor, titulo, año, revista, citado por, DOI o URL, resumen, palabras clave del autor, palabras clave y tipo de documento). A partir de la columna “año” se elaboró la cronología de artículos publicados en el siglo XXI y con la columna “revista” se calcularon las cinco revistas con mayor cantidad de artículos publicados.
Autores, artículos, países, palabras clave y líneas de investigación
Se utilizó el software VosViewer para generar mapas bibliométricos basados en la autoría, artículos, países y co-ocurrencia de palabras clave (Md Khudzari et al., 2018). Se efectuaron dos análisis bibliométricos, primero: un análisis de coautoría por países, el cual refleja la colaboración entre países, así como los países más influyentes de un campo de investigación (Liao et al., 2018), sirve para identificar la participación de Colombia en la producción científica. El número mínimo de artículos de un país se fijó en uno, con la finalidad de que el mapa bibliométrico presentara a todos los países, sin necesidad de que existiera colaboración entre ellos.
Segundo: un análisis de co-ocurrencia de palabras clave, evidencia las áreas temáticas abordadas en los artículos; la aparición conjunta de dos o más términos en un texto refleja un mayor vínculo conceptual (Peng & Dai, 2018). Para identificar los vínculos conceptuales fuertes se estableció un mínimo de co-ocurrencias de palabras clave igual a quince.
Características metodológicas y elementos conceptuales de la seguridad marítima
Finalmente, se procedió a leer el título (Rojas Solís et al., 2020) y resumen (Oluleke Aruwajoye & Gonzáles Taco, 2019), para identificar los artículos relacionados con la amenaza de los tráficos ilícitos por mar, en especial el TID.
Resultados
A continuación, se presentan los principales hallazgos. Los cuales identifican los aspectos metodológicos y los elementos conceptuales que conforman la agenda mundial de la seguridad marítima en relación con los TID. Estos hallazgos se sustentan y se presentan en las siguientes secciones a partir de los 45 documentos incluidos tras aplicar el método PRISMA.
Situación actual de los TID en Colombia (informes CMCON)
En los informes CMCON, se identificaron 1237 eventos de narcotráfico incautados en el periodo 2016-2021, en 26 modalidades. El Principio de Pareto determinó las siete modalidades más utilizadas por las OCT que se encuentran en la zona de pocos vitales, la cual contiene el 80% del total de los eventos de incautaciones: embarcaciones Go Fast (lanchas rápidas) (22.39%); depósitos ilegales (16.98%); contenedores (11.08%); caletas (8.97%); embarcaciones de pesca artesanal (8.00%); embarcaciones de pesca (6.79%) y droga a la deriva (3.48%). El resto de las modalidades (19) se encuentran en la zona de muchos triviales representando el 20% del total de incautaciones (Figura 2).
Evolución de la producción científica
La ecuación de búsqueda “maritime security” arrojó 936 registros de artículos. Tras eliminar los repetidos (46 registros), se revisó la base de datos (Excel) para comprobar la calidad y que sus campos estuvieran llenos, obteniendo 651 artículos. En la Figura 3 se observa la cronología de los artículos publicados en el periodo 20002022. El año con mayor cantidad fue el 2022 con 85 artículos. Se observa un incremento exponencial a partir del 2002, atribuido a los ataques terroristas del 11S que generaron la necesidad de proteger los espacios marítimos (Lynce de Faria, 2020).
Revistas más influyentes
La Tabla 1 presenta las cinco revistas científicas con mayor número de artículos publicados sobre seguridad marítima. De acuerdo con las métricas de Scopus, solo la revista Marine Policy ostenta el cuartil Q1; por el contrario, la revista Maritime Affairs ostenta el cuartil Q4, pero con 32 artículos publicados se ubica en el segundo puesto. Las cinco primeras revistas con 140 artículos publicados concentran el 21.5% de la producción científica en seguridad marítima.
Autores más reconocidos
La Tabla 2 incluye los cinco autores con mayor producción de artículos sobre seguridad marítima. En primer lugar, se encuentra Bueger de la Universidad de Copenhague, Dinamarca, con 14 artículos publicados y 386 citaciones, cuyo artículo más citado es presentado en la Tabla 3. Estos cinco autores con 49 artículos publicados concentran el 7.52% de la producción científica.
Artículos más citados
La Tabla 3 presenta los cinco artículos más citados. Los tres primeros (Corbane et al., 2010; Tang et al., 2015; Zou & Shi, 2016) estudian la detección de barcos aplicando los sensores remotos e imágenes satelitales, lo que puede ser usado para la detección de embarcaciones ilícitas. El cuarto artículo más citado propone un método de procesamiento de información para evaluar riesgos y amenazas en el transporte marítimo. Las amenazas son identificadas según la estrategia nacional de seguridad marítima de los EE. UU. y sus ocho planes de apoyo, donde se reconoce que el narcotráfico marítimo genera importantes sumas de dinero para financiar a las OCT (Yang et al., 2009). Finalmente, el quinto artículo más citado (Bueger, 2015a) define la seguridad marítima a través de varios marcos para identificar puntos en común y desacuerdos que surgen de las relaciones internacionales. Además, reconoce al TID como una de las amenazas internacionalmente reconocidas por la ONU.
Coautoría de países. ¿Colombia en la esfera global?
En la Figura 4 cada nodo representa un país siendo los más grandes los de mayor producción de artículos. Las líneas sugieren la colaboración entre países. La variedad de colores son los clústeres que se conforman por la relación de las investigaciones. En total se obtuvieron 49 países agrupados en 11 clústeres. El país con mayor producción de artículos es EE. UU. con 37 coautorías y 110 artículos, seguido de Reino Unido con 44 coautorías y 86 artículos y en el tercer puesto se encuentra Australia con 38 coautorías y 77 artículos. Es importante señalar que de Latinoamérica aparecen con producción científica en el ámbito de la seguridad marítima Brasil, Colombia, México y Ecuador, con 6, 4, 3 y 2 artículos, respectivamente.
Se realizó un acercamiento al nodo de Colombia, ubicado en el clúster rojo junto a Corea del Sur y Pakistán, a su vez las líneas lo vinculan con España. El primer artículo que involucra en su coautoría a Colombia de acuerdo con su año de publicación, se realiza en la Universidad de La Sabana, Colombia, y estudia el salvamento marítimo en la zona del mar mediterráneo español y la evolución de la seguridad marítima ligada a los avances tecnológicos. Establece que, en términos de protección y seguridad marítima, la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, de 10 de diciembre de 1982, (Convemar) contiene los principios fundamentales que permiten a los Estados controlar sus aguas territoriales y hacer que sus reglas sean exigibles a cualquier barco que cruce o pase cerca de ellas (Jiménez, 2012). La coautoría que involucra a la Escuela Militar de Cadetes “General José María Córdova” de Colombia con Corea del Sur, analiza los riesgos que presentan las plataformas y unidades móviles de exploración y explotación de hidrocarburos, concluyendo que la mayoría de los riesgos están relacionados con el terrorismo y acciones hostiles entre Estados, con un nivel de ocurrencia bajo y medio (Gómez-Pretel & Acebedo-Navas, 2020).
El artículo que vincula a la Armada Nacional de Colombia (ARC) con Pakistán, estudia la entrada de agua dulce al mar. Implementan un sistema inalámbrico de sensores de temperatura, conductividad y presión para apoyar la identificación de la cuña salina (Ariza-Colpas et al., 2021). En su resumen, usan “maritime security” como apoyo a la seguridad del puerto de Barranquilla y también usan “maritime safety” como impacto de la seguridad del estuario del río Magdalena. Finalmente, el articulo más relevante y que involucra a la Escuela Superior de Guerra “General Rafael Reyes Prieto” de Colombia con España, analiza los diferentes acuerdos de cooperación entre los países de España, Italia, Portugal, Colombia y EE. UU. que nacen del artículo 108 de la Convemar y del artículo 19 del Convenio de Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas de 1988. En este estudio contrastan el uso de la fuerza y las armas de fuego que emplean estos Estados para hacer frente al TID (García-Llave & Chávez Perdomo, 2022).
Co-ocurrencia de palabras clave y líneas de investigación
De acuerdo con el análisis bibliométrico de co-ocurrencias de palabras clave, 37 palabras clave cumplen con el criterio de 15 repeticiones. Como se observa en la Figura 5, las 37 palabras se agrupan en cuatro clústeres.
El Clúster 1 (rojo) se centra en la seguridad marítima en la región Indo-Pacífico, la palabra clave más frecuente es “China” (48). Los países costeros (China, Indonesia, Malasia y Singapur) y los actores internacionales (Australia, India, Japón y EE. UU.) muestran un creciente interés en el tráfico marítimo y las amenazas en el Mar de China Meridional. Se examinan las similitudes y diferencias en los intereses de seguridad marítima de estos Estados (Rosenberg, 2008). Esta línea de investigación se origina en la Guerra Hispano-Estadounidense, donde EE. UU. adquiere el control de Filipinas, lo que le permite ingresar al Mar de China Meridional. Estos conflictos han captado la atención global y plantean grandes desafíos para la seguridad marítima (Cai, 2017). Por tanto, comprender la hegemonía de las grandes potencias implica considerar cómo la identidad nacional y los factores contextuales influyen en la percepción de las amenazas a la seguridad marítima. En este sentido, el surgimiento de nuevas potencias y la rivalidad entre China y EE. UU. pueden dar lugar a amenazas, como la incursión de botes pequeños con tráficos ilícitos que desestabilizan la región (Rublee, 2017).
El Clúster 2 (azul) se enfoca en los sistemas de seguridad, y la palabra clave más frecuente es “maritime security” (346). Este clúster agrupa artículos que examinan los sistemas utilizados en la seguridad marítima. Los Sistemas de Identificación Automática (AIS, por sus siglas en inglés) son herramientas eficaces para el intercambio de datos de posición entre centros de control en tierra y barcos. Estos datos, combinados con los Sistemas de Información Geográfica (SIG), se utilizan para la seguridad y el seguimiento de embarcaciones (Ou & Zhu, 2008). Los sensores se utilizan comúnmente para mantener los puertos libres de buzos, torpedos o explosivos. Además, en la industria de la logística marítima, se implementa el uso de rayos X para inspeccionar la carga e identificar tráficos ilícitos en contenedores (Min et al., 2014). La Gestión Integrada de Fronteras (GIF), evalúa la viabilidad de utilizar sistemas de aeronaves no tripuladas y submarinos no tripulados en áreas costeras y puertos para mejorar la seguridad marítima (Bauk, 2020). Como se ha mencionado, este estudio analiza el concepto “maritime security”; sin embargo, en el clúster azul se puede observar el concepto “maritime safety” (círculo rojo).
El Clúster 3 (verde) se centra en la piratería y el surgimiento de amenazas no tradicionales. La palabra clave más frecuente es “piracy” (piratería) (68). Gran parte de estos artículos se enfocan en estudiar la amenaza de la piratería en África y sus estrategias para confrontarla. En esta región, las respuestas a los desafíos de seguridad tradicionales como la piratería y las no tradicionales como los TID, han hecho que los Estados desarrollen capacidades; formen guardacostas, personal de ingeniería; formulen políticas y brinden asesoramiento jurídico, marítimo y policial (Musili Wambua, 2016). Además, se enfocan en la cooperación interregional, la cual se da a través de las fuerzas marítimas combinadas (CMF) que confrontan a la piratería para suprimir los tráficos ilícitos (Bueger & Stockbruegger, 2022).
El Clúster 4 (amarillo) se centra en el derecho y las políticas marítimas, siendo “security” (seguridad) la palabra clave más frecuente (50). Este grupo de artículos analiza las políticas y leyes relacionadas con el mar. Como ejemplo, el Reglamento 1168/2011 del Parlamento Europeo estableció que las operaciones de interceptación, salvamiento y desembarque deben incluir referencias al Derecho Internacional y al Derecho de la Unión Europea (UE) (Quindimil-López, 2012). En la elaboración de la Estrategia de Seguridad Marítima de la UE (EUMSS), la Comisión Europea influyó en las dinámicas de la política exterior y de seguridad común de los Estados (Riddervold & Rosén, 2016). En ese sentido, los estudios relacionados con los TID establecieron una hoja de ruta para armonizar las obligaciones de los Derechos Humanos (DD. HH.) en la aplicación de ley del mar; es decir, que los mecanismos implementados para enfrentar las amenazas marítimas deben defender el derecho inherente a la vida (Wilson, 2016).
Este clúster abarca un artículo muy interesante que aborda los conceptos de “safety” y “security”. Que va en concordancia con Rodríguez Ruiz (2020). Ubica a los TID dentro de “security”, dando respuesta a las amenazas. Mientras que “safety” responde a los riesgos naturales en un ámbito de protección civil. Por una parte, “security” es de interés para las estrategias políticas, ya que involucra a los Estados y actores internacionales en temas de soberanía y mecanismos de cooperación. Mientras que “safety” deriva del derecho internacional y de los convenios internacionales que influyen en las estrategias sectoriales (Lynce de Faria, 2020).
Características metodológicas de los artículos incluidos
Las líneas de investigación en seguridad marítima (“maritime security”) estudian las relaciones internacionales entre Estados y cómo estos vínculos son influenciados por los intereses de las grandes potencias, lo cual afecta las percepciones en materia de seguridad y pueden desestabilizar regiones, beneficiando el actuar de las OCT. Se identificó que estos estudios analizan y proponen sistemas de información para el seguimiento e inspección de embarcaciones y puertos seguros para la detección de TID. Se determinó que una amenaza marítima como la piratería, puede provocar otras como los TID, y que las acciones de mejora para atender las amenazas se enfocan en la cooperación interregional con múltiples actores, siendo apalancadas con lo que establece el derecho del mar y sus políticas. En la Tabla 4 se presentan los artículos cuyas características metodológicas agrupan y están orientadas a mejorar los elementos de la seguridad marítima.
Elementos conceptuales de la seguridad marítima
La Tabla 5 presenta los elementos conceptuales de la seguridad marítima y agrupa la producción científica de los 45 documentos elegidos con el método PRISMA. En la base del marco conceptual de la seguridad marítima se presentan los tres pilares que agrupan los estudios de seguridad marítima (Figura 6), estos encuentran relación con los clústeres definidos en las líneas de investigación. Estos pilares se orientan a: (1) analizar las causas, estructuras organizativas y prácticas relacionadas con la amenaza (clúster 3); (2) examinar las respuestas institucionales ante dicha amenaza (clústeres 2 y 4); y (3) teorizar tanto la amenaza como la respuesta correspondiente (clúster 1) (Bueger, 2014).
A continuación, se define cada elemento conceptual de la seguridad marítima y se propone un marco conceptual. Por la naturaleza de los espacios marítimos, estos poseen cinco características (Bueger et al., 2019): Interconexión es la relación causa-efecto que puede traer consigo la desatención de una amenaza y que genera otras como consecuencia (Putra A. et al., 2017). Liminalidad que pretende comprender que los problemas de seguridad marítima no deben abordarse solo desde el espacio marítimo, sino que también deben incluir los desafíos en tierra (Ryan, 2019). Transnacionalidad, ya que la seguridad marítima muchas veces supera las competencias estatales y requieren de la articulación de diferentes actores. Transjurisdiccionalidad, dado que puede haber una superposición o tensiones con la aplicación de la ley entre Estados involucrados (Rublee, 2017). Contingencia por los espacios marítimos que están sujetos a diferentes condiciones en las que los Estados disfrutan de una flexibilidad en el ejercicio de la jurisdicción y, a su vez, están sujetos a limitaciones en sus derechos soberanos (Lindskov & Larsen, 2019).
Las cinco características ponen en evidencia la amplitud del concepto seguridad marítima (Lynce de Faria, 2020); por ello, se habla de tres marcos para entender la seguridad marítima. El primer marco relaciona la seguridad marítima con otros conceptos y surgen las cuatro dimensiones de la seguridad marítima (Bueger, 2015a). Estas dimensiones son: Poder marítimo, aborda el papel de las fuerzas navales y sus estrategias para enfrentar los riesgos y amenazas (Vargas Suárez et al., 2021). Seguridad marina (marine safety), aborda la seguridad de los buques y las instalaciones portuarias con el objetivo de proteger a los profesionales y al medio marino, incluye el control de procedimientos, la educación del personal marino en el cumplimiento de normas, la construcción de buques (Rodríguez Ruiz, 2020) y la regulación adoptada para hacer frente a daños de origen natural (Acosta Sánchez, 2020). Economía azul, representa el comercio mundial de contenedores a través del mar que requiere de la aplicación de la ley y de un entorno marítimo seguro. Resiliencia, centra las necesidades de seguridad en torno a las personas y no en los Estados; la resiliencia de las poblaciones costeras se ha identificado como un factor clave en la aparición de amenazas marítimas y, por tanto, es vital su prevención (Bastari et al., 2019).
El segundo marco está vinculado a las comunidades seguras. Estas comunidades dependen de las relaciones que se van generando entre los Estados, se componen de sus intereses nacionales y se alinean para enfrentar las amenazas y riesgos que tienen en común; esto se conoce como regiones cognitivas, las cuales son celebradas por dos o más Estados mediante acuerdos bilaterales o multilaterales que destinan sus prácticas espaciales de seguridad a los espacios marítimos (Bueger, 2013).
El tercer marco vincula a las prácticas o acciones de mejora relacionadas con MDA, es una estrategia desarrollada por las comunidades seguras para el intercambio de información (Ou & Zhu, 2008) y se considera una condición previa para la coordinación y la cooperación institucional entre Estados (Bueger, 2015b). Actividades en el mar, dadas por patrullaje, interdicciones, ejercicios, registros e inspecciones. Actividades de aplicación de la ley, incluye arrestos, traslado de sospechosos, enjuiciamiento y encarcelamiento (Wilson, 2016). Actividades de coordinación, se da por medio de reuniones, foros, conferencias, armonización de normas y desarrollo de estrategias (Mugridge, 2009). Y Diplomacia naval, relacionada con el desarrollo de capacidades y guerras navales. Estas prácticas se encuentran sobre los pilares del marco conceptual por ser las estrategias empleadas por los Estados para hacer frente a las amenazas.
En un nivel superior están los dominios de la seguridad marítima: Seguridad nacional, abarca las tradiciones de la estrategia naval y el poder marítimo, implica el desarrollo y aplicación del poder naval, la proyección del poder militar, la defensa nacional en el mar y el uso de buques de guerra para proteger las rutas comerciales (Susilo et al., 2019). Medio ambiente marino, aborda la contaminación marina, la protección de embarcaciones, búsqueda y rescate marítimo, el estado de salud de los océanos y la contaminación e impactos climáticos. Desarrollo económico, incluye a la economía azul, el comercio y explotación sostenible de recursos marinos. Seguridad humana, aborda las inseguridades que experimentan los individuos y las comunidades locales; estudia el surgimiento de actividades ilegales como fuente de ingresos en regiones con privaciones o crisis económicas (Bueger & Edmunds, 2017).
Finalmente, por fuera de los dominios y prácticas y sobre los pilares del marco conceptual, se presentan las amenazas que intentan penetrar a la seguridad marítima y se definen como Delitos azules, que se refieren a “Delitos organizados o delitos graves que tienen lugar a nivel transnacional, en el dominio marítimo y causan o tienen el potencial de causar daños significativos”. Clasificados en tres categorías: Delitos contra la movilidad, esta categoría afecta todo lo referente a la circulación en el mar, el transporte marítimo, las cadenas de suministros y el comercio marítimo (Rosenberg, 2008). Flujos delictivos, abarca todo lo referente al contrabando y al mar como medio para actividades delictivas (aquí se encuentra la amenaza de los TID) y Delitos contra el medioambiente (maritime safety) (Bueger & Edmunds, 2020). Identificados los elementos conceptuales, se propone el marco conceptual de la seguridad marítima (Figura 6). En el centro se encuentra la palabra “seguridad marítima” y las características de los espacios marítimos globales, que representan en un sentido holístico a las comunidades seguras.
Discusiones
Tras analizar los aspectos metodológicos y conceptuales relacionados con la agenda mundial de seguridad marítima en relación con los TID, se ha encontrado una limitada producción científica que aborde la relación entre seguridad marítima y los TID en Colombia. Para superar esta limitación, se aplicó la metodología PRISMA (Peñaranda Lizcano et al., 2021) y se recurrió a otras fuentes de información (informes del CMCON), con el fin de obtener una visión completa de la situación actual de los TID en los últimos siete años. En este sentido, se identificó que las lanchas rápidas han sido la modalidad de transporte más utilizada por las OCT en los últimos años. Esto sugiere un abandono estatal a lo largo de las costas de Colombia (Segura Manonegra, 2020), lo cual facilita las operaciones de las OCT y les permite emplear estas embarcaciones como medios de salida.
El marco conceptual de la seguridad marítima propuesto incluye características como liminalidad, interconexión, contingencia, transnacionalidad y transjurisdiccionalidad (Bueger et al., 2019), así como dimensiones de seguridad marina, economía azul, poder marítimo y resiliencia (Bueger, 2015a). Además, abarca dominios como medioambiente marino, desarrollo económico, seguridad nacional y seguridad humana (Bueger & Edmunds, 2017) y se basa en prácticas como actividades de aplicación de la ley, diplomacia naval, actividades en el mar, MDA y actividades de coordinación (Bueger, 2015b).
Esta perspectiva conforma un marco integral para comprender la seguridad marítima, a diferencia de otros enfoques que se centran en una sola amenaza (Bueger & Stockbruegger, 2022) o proponen unificar todas las amenazas en un solo concepto de delito marítimo universal (Van Hespen, 2016). A partir de estos elementos, se determina que los TID están inmersos en los delitos azules en su categoría de flujos delictivos, lo que permite plantear una gestión dirigida hacia esta amenaza. Sin embargo, como defienden Bueger y Edmunds (2020), todas las amenazas se entrelazan a través de delitos que facilitan su ejecución y tienen la capacidad de adaptabilidad. Los elementos expuestos evidencian la amplitud de la seguridad marítima y su implicación en nuevas áreas de estudio que han convergido tras los eventos del 11S (Lynce de Faria, 2020).
Aunque las características metodológicas encontradas no pertenecen a Colombia, es importante resaltar las contribuciones realizadas por Indonesia (Bastari et al., 2019; Putra A. et al., 2017; Susilo et al., 2019). Tanto Indonesia como Colombia enfrentan tensiones territoriales con países vecinos en sus mares (Mishra, 2017) y tienen acceso a dos océanos, siendo considerados potencias emergentes formando parte del grupo CIVETS (Colombia, Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía y Sudáfrica) (Ardila Ardila, 2012). Ambos países también enfrentan problemas socioeconómicos como corrupción, OCT y pobreza. Recientemente, ambos han desarrollado políticas oceánicas, como el Decreto Presidencial sobre la Política Oceánica de Indonesia 2017, que incluye la seguridad marítima como uno de sus siete pilares (Lee, 2018) y la Política Nacional del Océano y los Espacios Costeros (PNOEC, 2017) en el caso de Colombia. Por tanto, es relevante considerar estos artículos cuyas metodologías han sido expuestas, ya que podrían ser examinadas, adoptadas y aplicadas en futuras investigaciones de los espacios marítimos en Colombia.
Conclusiones
Los aspectos metodológicos y los elementos conceptuales sugieren que la seguridad marítima ha experimentado una evolución en la producción científica a partir del 2001. Este aumento se atribuye al impacto del 11S, que llevó a las agendas globales a desarrollar estrategias de seguridad marítima para proteger sus intereses nacionales. EE. UU. ha sido el pionero y principal referente en este campo y figura como el país con mayor producción de artículos en los resultados.
Es alentador encontrar a Colombia dentro del grupo de 49 países con producción científica relacionada con la seguridad marítima y TID. El artículo de García-Llave y Chávez Perdomo (2022) incluye a Colombia en la materialización de acuerdos bilaterales con EE. UU. para confrontar los TID. Sin embargo, hay margen para mejorar y potenciar la producción científica de Colombia, al aprovechar las circunstancias que convierten a Colombia en uno de los países más afectados por el TID. Como en África y Asia, donde se han formado regiones cognitivas o comunidades seguras debido al problema de la piratería. De este modo, Colombia puede posicionarse como un referente internacional en la lucha contra el TID y conformar una comunidad segura en la región.
Las líneas de investigación identificadas abarcan múltiples áreas temáticas que involucran sistemas de navegación; tecnología de mapeo GPS, imágenes satelitales y cartografía. Estas aplicaciones son esenciales para la GMDA y las operaciones navales. Por tanto, se recomienda incorporar el componente espacial en futuras investigaciones de seguridad en los espacios marítimos de Colombia. Se pueden desarrollar estudios que analicen espacialmente las incautaciones de drogas en los espacios marítimos de Colombia, como densidad de incautaciones (para estimar patrones de distribución); rutas marítimas (para determinar una correlación entre las rutas comerciales y las actividades de las OCT); análisis de correlación (evaluar la relación de las incautaciones con características geográficas o socioeconómicas de las áreas litorales).
Los análisis bibliométricos han sido una herramienta valiosa para identificar los artículos que contribuyen conceptualmente al ámbito de la seguridad marítima. En los artículos elegidos, la producción científica del autor Bueger resultó ser relevante, su artículo “What is maritime security” (Qué es la seguridad marítima) propone tres marcos para entender la seguridad marítima. A partir de estos marcos se encontraron y definieron más elementos globales de la seguridad marítima. Al partir desde lo global hacia lo nacional se pueden comprender las dinámicas mundiales de la seguridad marítima y aplicar estrategias exitosas para lograr una gestión más efectiva en el contexto colombiano.
Finalmente, a nivel conceptual, se ha identificado que los TID pertenecen a los delitos azules en la categoría de flujos delictivos. Representan una amenaza para los dominios de la seguridad marítima afectando al medioambiente marino, el desarrollo económico, la seguridad nacional y la seguridad humana. Por ello, la ONU reconoce que la lucha contra las drogas contribuye al desarrollo sostenible y a la agenda 2030.