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Ensayos de Economía

Print version ISSN 0121-117XOn-line version ISSN 2619-6573

Ens. Econ. vol.30 no.56 Medellín Jan./June 2020

https://doi.org/10.15446/ede.v30n56.86588 

Artículos

¿Por qué tan hostil? Quebrando mitos sobre la economía heterodoxa*

Ingrid Harvold-Kvangraven** 

Carolina Alves*** 

**Ph.D en Economía por The New School. Profesora de Desarrollo Internacional en University of York (York, Reino Unido).

***Ph.D en Economía por SOAS University of London (Londres, Reino Unido). Becaria de investigación Joan Robinson en economía heterodoxa en Girton College, University of Cambridge (Cambridge, Reino Unido).


"La economía es única entre las ciencias sociales en tener una sola corriente principal monolítica, la cual desconoce o es activamente hostil a los enfoques alternativos".

(John King, 2013, p. 17)

¿Qué significa economía heterodoxa? ¿Es una etiqueta útil o perjudicial? Al estar fuera de la corriente principal de la disciplina de la Economía, la forma en que nos posicionamos puede ser particularmente importante. Por esta razón, muchos de los que nos rodean rechazan el uso del término "heterodoxo" y desaconsejan su uso. Sin embargo, creemos que la renuencia a usar el término se debe en parte a malentendidos -y, a veces, desacuerdos- sobre lo que significa el término y quizás a los desacuerdos acerca de las estrategias para cambiar la disciplina.

En otras palabras, este es un debate importante sobre la identificación y la estrategia. En este blog, deseamos plantear el tema en círculos heterodoxos y de la corriente principal, al desbaratar algunos mitos comunes sobre la economía heterodoxa, en su mayoría derivados de la ortodoxia. Esta es una pequeña parte de un proyecto más grande sobre la definición de la economía heterodoxa.

Mito 1: la economía heterodoxa es cualquier cosa que no sea "de la corriente principal"

Si bien es cierto que muchas personas consideran que lo heterodoxo se define como negativo, especialmente las personas que observan desde la corriente principal y desde fuera de la disciplina, muchos académicos de la comunidad heterodoxa también ven el término como algo positivo y proactivo, definido por un conjunto de Principios1. El término se remonta a la década de 1930 (Ayres, 1936), pero las definiciones más recientes han sido desarrolladas por Lee (2009); Vernengo (2011); Lawson (2013) y Dymski (2014).

Lee (2009, pp. 8-9), una figura importante en la construcción de una comunidad económica heterodoxa, en particular en la década de 2000, vio la teoría económica heterodoxa como una "explicación teórica fundamentada empíricamente del proceso histórico de provisión social en el contexto de una economía capitalista". Para Lawson (2013), la economía heterodoxa se caracteriza mejor por el pluralismo en el nivel del método, junto con una ontología declarada de apertura, proceso de relación y totalidades, en contraste con la economía dominante que se caracteriza en términos de su perdurable dependencia en los métodos de modelado matemático, expresados en el deductivismo matemático y sus "leyes" o "uniformidades", interpretadas como correlaciones o regularidades.

Vernengo (2011) sostiene que la economía heterodoxa se centra principalmente en comprender la reproducción de la sociedad, que la producción y distribución del excedente social es fundamental para sus teorías y que la demanda efectiva es válida a largo plazo -lo que significa que los límites de la acumulación son en su mayoría políticos-. Volviendo a la economía política clásica, la distribución está determinada exógenamente por las condiciones sociales e institucionales -por ejemplo, el salario está determinado por la posición negociadora del trabajo y la tasa de ganancia está influenciada por la tasa de interés, que está influenciada por el banco central-.

Lee siempre alentó a los estudiantes a hacer Economía de una manera pluralista e integradora y a ser economistas responsables y de mente abierta. La apertura a métodos alternativos también brinda un espacio mucho más amplio para clases, género, instituciones, inestabilidad, incertidumbre, explotación, asimetrías de poder, conflictos de distribución y problemas ecológicos. De manera similar, Mearman & Guizzo (2019) ven la economía heterodoxa como una comunidad pluralista con una diversidad de orígenes, propósitos y estándares para el razonamiento económico, que van desde la historia de la economía y la filosofía de la economía hasta la modelización, la organización comunitaria y la formulación de políticas.

Consideramos que la economía heterodoxa es un estudio de la producción y distribución del excedente económico, incluido el papel de las relaciones de poder en la determinación de las relaciones económicas, un estudio de los sistemas económicos y las tendencias asociadas con él, y el empleo de teorías que tienen estos temas en su centro, como la economía política clásica, la economía marxista, la economía feminista, la economía institucional y la economía keynesiana. Como la realidad no es estática, consideramos que es crucial pensar y repensar constantemente la naturaleza y lo apropiado de estas teorías y métodos.

Ahora, ¿puede pensar que estas definiciones son demasiado complejas, que definirlas negativamente es más fácil, más práctico? Bueno, resulta que tampoco es sencillo, ya que definir los límites para la economía "convencional" no es simple (Cedrini & Fontana, 2018). La Asociación Americana de Economía define el campo como el estudio de la escasez, el estudio de cómo las personas usan recursos para responder a incentivos, o el estudio de la toma de decisiones. Otros aún definen la corriente principal por su método2 (Dow, 1997), que a su vez puede distinguirse del enfoque de sistemas abiertos de la heterodoxia.

Reconocer que los economistas heterodoxos pueden unirse en su crítica de la economía ortodoxa no significa que estén definidos por esta posición común -de hecho, los estudiosos en muchas otras disciplinas también rechazan la economía ortodoxa, pero esto no significa que sean automáticamente economistas heterodoxos-.

Entonces, ¿es la economía austriaca heterodoxa? Esto es obviamente un tema de debate, y muchos economistas austriacos se identificarán como heterodoxos únicamente sobre la base de que muchos de ellos están excluidos de la corriente principal o tienen una comprensión diferente de categorías como el equilibrio y la incertidumbre. Sin embargo, muchas comunidades heterodoxas no incluirían a los austriacos ni en sus bases epistemológicas -los austriacos tienden a adherirse al marginalismo, ver, por ejemplo, Vernengo (2012)-, ni sociológicas -no forman parte de nuestras comunidades de investigación, que incluyen instituciones académicas, revistas y conferencias-.

Tabla 1 Escuelas de pensamiento económico 

Fuente: Introduction to Post-Keynesian Economics de Marc Lavoie.

Mito 2: es "moderno" ser heterodoxo

The Economist una vez publicó una historia: "¿Es heterodoxo o simplemente moderno?"3 -afirmaciones similares también se han hecho en otros lugares, por ejemplo, en el artículo de Bloomberg de Noah Smith de 2016-. Bueno, sí, es cierto que el uso del término ha ido en aumento en las décadas de 1990 y 2000 -según lo documentado por Jakob Kapeller en una edición de 2017 del Boletín Heterodox Economics, consulte la figura a continuación4-. Hay muchos libros que aparecen usando "heterodoxo" en sus títulos. Lavoie (2014, p. 6) escribe que "desde la década de 1990, pero más aún desde mediados de la década de 2000, el término "heterodoxo" se ha vuelto cada vez más popular para designar al conjunto de economistas que se ven a sí mismos como miembros de una comunidad de economistas distinta del paradigma dominante".

Figura 1 Google Ngram para la "economía heterodoxa" en el periodo 1870-2008 

Pero un mayor uso del término no significa que el trabajo heterodoxo haya sido aceptado en el núcleo del campo de la economía. No ha habido cambios sustanciales en el campo desde la crisis financiera global (Mason, 2018; Skidelsky 2018; Steinbaum 2019) y mucho menos la inclusión o la apertura -por ejemplo, en las principales revistas, prácticas de contratación, premios o enseñanza-. Si bien ha habido algunas autocríticas dentro de la corriente principal -por ejemplo, la crítica de DSGE por Romer (2016) y Blanchard (2018)-, esto no significa que teorías alternativas, como la teoría poskeynesiana o la teoría marxista, se consideren ahora teorías económicas válidas por parte de las instituciones económicas principales. Como observa Coyle (2013), la crisis financiera tuvo poco impacto en la forma en que se construye y reproduce la ortodoxia académica en Economía.

Mientras tanto, desde la crisis, parece que muchos de los conceptos desarrollados dentro de un marco heterodoxo han sido incorporados y apropiados por los estudiosos principales, adaptándolos a los marcos generales, sin ningún reconocimiento del origen heterodoxo de esos conceptos -como lo destacó Jo Michell, entre otros-.

Sin embargo, la economía heterodoxa está ganando terreno fuera de la economía. Podemos publicar en las principales revistas de otros campos -por ejemplo, Política, Geografía, Sociología, Filosofía, Desarrollo-, podemos obtener cobertura en medios de comunicación como The Financial Times -por ejemplo, destacados académicos heterodoxos como Mariana Mazzucato, Stephanie Kelton y Steve Keen-, y podemos obtener empleos en las mejores universidades, como la Universidad de Cambridge, LSE y la Universidad de Columbia, pero fuera de los departamentos de Economía -usted tiende a encontrar economistas heterodoxos en institutos, centros, escuelas de administración y departamentos de ciencias sociales que no son de Economía-. En los Estados Unidos, muchos economistas heterodoxos terminan enseñando en universidades de artes liberales. -Tenga en cuenta que, en algunos países no occidentales, los economistas heterodoxos pueden obtener puestos de trabajo en los departamentos de economía superior, ya que no están tan marginados; este es el caso, por ejemplo, en Brasil (Dequech, 2018)-.

Es cierto que la economía heterodoxa es popular entre los estudiantes -por ejemplo, Rethinking Economics5-, el público y los no economistas, pero afirmar que es "moderno" ser heterodoxo puede ser ofensivo para los economistas heterodoxos, ya que sugiere un completo olvido de la exclusión desde nuestro propio campo, que nosotros, como economistas heterodoxos, hemos afrontado y seguimos enfrentando históricamente. ¿Cuántas veces no nos ha ocurrido que alguien dentro del paradigma dominante diga: "Bueno, en realidad no estás haciendo Economía..."?

Mito 3: la corriente principal ya es heterodoxa

Algunos afirman que la corriente principal ya es heterodoxa (Coyle, 2007; Colander, 2009; Colander et al., 2010). Estos académicos argumentan que la inclusión de la teoría del crecimiento endógeno, la economía conductual y experimental, la economía de la complejidad y otras innovaciones teóricas han reducido el dominio de la economía neoclásica -para obtener respuestas completas a esta afirmación, consulte Lee & Lavoie (2012); Thornton (2015) y Stilwell (2016)-. Si bien estos desarrollos pueden dar una percepción de la diversidad dentro de la corriente principal, como señala Stilwell (2016), el núcleo aún se basa en ideas neoclásicas, como el individualismo metodológico y la estabilidad sistémica producida a través de las fuerzas del mercado. Puede haber una "vanguardia" que rompe con algunas suposiciones ortodoxas, como lo expresa Vernengo (2014), pero es esta parte de la corriente principal la que permite que la corriente principal suene razonable al hablar de la realidad y, por lo tanto, desempeña un papel importante en mantener su dominio.

Es evidente que existe un cierto grado de pluralismo en la economía general, especialmente con respecto a los modelos y diferentes formas de desviaciones menores de la economía neoclásica -por ejemplo, Nueva economía keynesiana, Nueva economía clásica, Nueva economía institucional, Economía del comportamiento-. Sin embargo, también se debe reconocer que sigue habiendo monismo en términos de puntos de partida teóricos, enfoque metodológico y actitud hacia alternativas metodológicas (Dow, 2008).

La crítica del campo se encontró con la defensa del pluralismo ya existente del campo, por lo que ignora la gran cantidad de teorías y metodologías que existen en la economía fuera de la corriente principal. Además, estas innovaciones teóricas no han sustituido en forma alguna a la economía neoclásica como la piedra angular de los planes de estudios de economía en todo el mundo, incluso si pueden tomarse como electivas en el futuro en el curso de un título de economía. En resumen, los desarrollos no son radicales ni transformativos.

Mito 4: los economistas heterodoxos son solo izquierdistas molestos con el neoliberalismo

A menudo, la corriente principal del campo se describe como neutral, mientras que la heterodoxia se describe como ideológica. Quienes creen en tal afirmación se sorprenderían al aprender de Myrdal (1953) que el desarrollo del pensamiento económico siempre ha sido político en todas partes, ya que la política y la economía están estrechamente relacionadas. Hay un reconocimiento dentro de todas las escuelas de pensamiento heterodoxas de que la economía es inherentemente política. Esto no significa que todos los economistas heterodoxos estén de acuerdo con la política, pero generalmente estarán de acuerdo en que las soluciones de mercado no conducen a resultados "naturales" u "óptimos".

Desestimar la economía heterodoxa como un proyecto político es común, lo que cubre completamente la política de la economía dominante y asume motivaciones entre los economistas heterodoxos que no pueden probar o validar. Esta suposición lleva a los periodistas de The Economist a concluir que la economía heterodoxa es más "un berrinche" que una real alternativa intelectual rigurosa a la corriente principal.

Sin embargo, gran parte de la crítica heterodoxa del fuerte sesgo hacia la teoría y la política basadas en el mercado es más profunda que una rabieta contra el neoliberalismo o la economía en general. Se reduce a cuestionar la idea de que el mercado siempre puede conducir al mejor resultado ¿Por qué la solución del mercado a los problemas económicos es la única opción disponible, y todo lo que se desvía de ella son fallas de mercado? Esta pregunta se relaciona con el debate de larga data sobre si la economía es o no libre de valor y cómo es posible promover mejor el análisis positivo sobre lo normativo. Mientras que los economistas a menudo intentan disfrazar conclusiones normativas detrás de un análisis positivo, los factores subjetivos están inevitablemente involucrados en el desarrollo de ideas científicas, y están cargadas de teoría porque se identifican desde la perspectiva de un paradigma. Además, para muchos economistas heterodoxos, esta discusión también trata sobre el reconocimiento del pluralismo. Es decir, hay diferentes maneras de investigar un fenómeno económico, y los enfoques, métodos y teorías que compiten entre sí llevan a implicaciones políticas diferentes.

Si bien la economía convencional y el neoliberalismo no deberían considerarse como sinónimos (Naidu, Rodrik & Zucman, 2019), el supuesto de que las decisiones económicas reflejan la libre elección y la preferencia individual tiende a respaldar una política económica conservadora que, combinada con un enfoque en los mercados, incentivos y fallas del mercado, termina promoviendo y apoyando el fundamentalismo del mercado. En este proceso, los aspectos centrales de la economía heterodoxa, que van desde el poder y el conflicto entre el trabajo y el capital, hasta la desigualdad y el papel de las instituciones, se han descuidado sistemáticamente. Por lo tanto, no es una sorpresa ver la crítica heterodoxa del neoliberalismo superpuesta a la crítica de la economía dominante.

Con las consideraciones anteriores en mente, queda claro no solo que elegir un marco teórico y excluir otros es político, sino que todo marco teórico es político, incluida la economía neoclásica. Como el conflicto de clases es un elemento central de gran parte de la teoría económica heterodoxa, encontrará que los economistas heterodoxos son más explícitamente políticos, ya que es más probable que cuestionen la ética de la distribución dentro del sistema de provisión social. Sin embargo, como señalaron Jo & Todorova (2015), la mayoría de los economistas heterodoxos en realidad no practican la política.

Mito 5: los economistas heterodoxos tomarán el control una vez que puedan construir modelos suficientemente convincentes -también conocido como "se necesita un modelo para vencer a un modelo"-

Este es quizás uno de los mitos más ridículos sobre la economía heterodoxa, ya que se aleja completamente de la naturaleza política de nuestra disciplina. Varios nombres importantes en la corriente principal perpetúan esta idea de que la economía heterodoxa se mantiene fuera de la corriente principal de la disciplina porque simplemente no es lo suficientemente rigurosa ni científica -por ejemplo, en una entrevista6 con el Financial Times Pontus Rendahl en la Universidad de Cambridge, compara la economía heterodoxa con los creacionistas y la medicina alternativa-. Angus Deaton ha expresado un punto similar, argumentando que la economía debe "mantenerse rigurosa", como si el trabajo realizado por la economía heterodoxa se excluyera debido a su falta de rigor.

Este mito no solo es problemático debido a su visión positivista y lineal del progreso científico, sino que también nos preocupa lo que significa "modelado convincente". Existe una amplia gama de modelos asociados con la economía heterodoxa. Véanse, por ejemplo, los modelos marxistas clásicos, como Goodwin (1967), Foley (2003), Julius (2008), Tavani (2012, Zamparelli (2014); Modelos Kaleckianos, como Bhaduri-Marglin (1990), Dutt (1984), Barbosa-Taylor (2006); Modelos Kaldorianos, Harrodianos y Post Keynesianos, como Pasinetti (1962), Setterfield (2000), Skott (2008), Skott & Soon (2015); modelos de Thirlwall, como Vera (2006), Turner (1999, García-Molina & Ruíz-Tavera (2009); modelos de flujos de existencias consistentes, como Lavoie & Godley (2006), Zezza (2004), Dos Santos (2006, Kinsella & Khalil (2011), Caverzasi & Godin (2015), Passarella (2012) y Dafermos, Nikolaidi & Galanis (2017); y modelos basados en agentes, como Epstein & Axtell (1996), Tesfatsion & Judd (2006), ¡por mencionar algunos!

Por lo tanto, dejando de lado la crítica del modelado en economía, surgen dos preguntas: primero, ¿qué tipo de rigor se afirma dentro de la economía? ¿convencional? Segundo: ¿por qué no se aceptan los modelos heterodoxos como suficientemente rigurosos? La batalla entre la corriente principal y la heterodoxia no es en absoluto sencilla. Las reglas de juego son impugnadas y no hay una medida imparcial por la cual se juzga el éxito. El cuestionamiento de las medidas de excelencia dominantes se encuentra, de hecho, entre las principales demandas de muchos economistas heterodoxos.

Siguiendo la idea de Myrdal (1953) de que el desarrollo de la economía siempre ha sido político, está claro que no se trata simplemente de construir modelos económicos "mejores". El proceso político es central. Como observaron Cohen & Harcourt (2003) en su revisión de la Controversia del capital de las dos Cambridge, por ejemplo, mientras Cambridge, Massachusetts perdió el debate teórico, ganó la hegemonía -esto fue reconocido incluso por el lado de Cambridge, Massachusetts, véase, por ejemplo, Samuelson (1966)-. En consecuencia, los académicos que trabajan en la tradición de Cambridge, Inglaterra, ahora están excluidos del campo -por ejemplo, poskeynesianos, kaleckianos, sraffianos y marxistas-

Además, los procesos oficiales de evaluación de la investigación universitaria -por ejemplo, el Marco de Excelencia en la Investigación -REF- en el Reino Unido- marginan los enfoques no convencionales, por lo que operan para agravar muchos de los problemas mencionados hasta ahora (Lee et al., 2013; Stilwell 2016). Dado que los programas de evaluación de la investigación favorecen los enfoques de la economía general sobre los heterodoxos, la enseñanza también se resiente a medida que los profesores contratados por los departamentos de economía que buscan maximizar su puntuación REF probablemente solo contratarán a los economistas convencionales que probablemente publicarán en las principales revistas -por cierto, Mearman et al. (2017) han encontrado que la enseñanza ha cambiado poco con respecto al pluralismo desde la crisis financiera, a pesar de algunas afirmaciones de lo contrario-. Además, el monismo en la corriente principal hace que sea menos probable que las teorías heterodoxas puedan ser recogidas por los estudiantes o los responsables políticos, lo que complica aún más la ya desafortunada situación. Finalmente, se han realizado varios estudios en el campo de la economía que muestran que se encuentra entre los campos académicos más jerárquicos (D'Ippoliti, 2018) y que los vínculos sociales con los editores también son importantes para determinar si un estudio se publica, lo que sugiere que el éxito incluso dentro de la corriente principal no se basa únicamente en su medida interna de rigor.

Mito 6: la economía heterodoxa en realidad no es economía

Si la economía heterodoxa abandona los supuestos neoclásicos y los modelos formales, ¿por qué debería llamarse economía en absoluto? ¿No podría ser parte de la sociología? Este fue el argumento de The Economist7. Esta visión de la economía es ahistórica, ya que no reconoce que lo que hoy es la economía heterodoxa fue considerada parte de la economía en el pasado.

Cuando Smith, Ricardo, Marx y Keynes hicieron su trabajo económico, fueron reconocidos como parte de la profesión. Criticaron los argumentos, las suposiciones y las teorías de los demás, pero no se rechazaron por no ser economistas. Pero sus ideas han sido excluidas a través de un proceso político.

Irónicamente, el estrechamiento de la economía de la corriente principal y la compresión de los economistas heterodoxos en otros departamentos ha supuesto un impulso para una mayor interdisciplinariedad. Esto ha llevado a la extraña situación en la que los economistas buscan colaboradores en los departamentos de sociología o política, al tiempo que mantienen definiciones estrictas de quién puede ser considerado un economista. La mayoría de las veces, los economistas colaborarán con otros científicos sociales que trabajan dentro de tradiciones similares -por ejemplo, teóricos de la elección racional en política o sociología-, lo que lleva a una forma estrecha de interdisciplinariedad. Además, agregar contexto político o historia al análisis económico general no lo hace heterodoxo. En lugar de agregar la interdisciplinariedad a los fenómenos sociales, creemos que es la naturaleza de los fenómenos sociales que inciden en los métodos y enfoques disciplinarios o interdisciplinarios que se requieren para su análisis.

Mito 7: la heterodoxia es demasiado confrontantacional. ¿No podemos en cambio esforzarnos por el pluralismo?

El pluralismo y la economía heterodoxa no son sinónimos. El pluralismo es una posición metodológica que implica que las teorías en competencia deben enseñarse juntas, ya sea heterodoxa o general. El pluralismo no está en oposición directa con la corriente principal, sino que trata de ampliar el campo de la economía.

El pluralismo es una posición "en principio", basada en proposiciones ontológicas, epistemológicas y éticas -como lo discuten Mariyani-Squire & Moussa (2013)-, mientras que la economía heterodoxa es una forma alternativa de abordar las cuestiones económicas que se presentan como alternativas a la corriente principal. Los economistas heterodoxos bien pueden ser pluralistas en principio, ya que crear un espacio para la economía heterodoxa podría en la práctica resultar en el pluralismo. Sin embargo, luchar por el pluralismo puede no ser estratégico si nuestro objetivo es un cambio paradigmático dentro de la economía -un punto señalado en Twitter por Danielle Guizzo8 hace unos meses-.

La dificultad de una definición

Definir un campo completo, como la economía heterodoxa, no es fácil, especialmente en el ámbito social -véase también Lawson (2015)-. Al igual que con otros campos de la ciencia social, habrá un cierto desacuerdo sobre la forma precisa de definirlo y qué tipo de comunidad académica debe incluirse.

La definición de la economía heterodoxa debe ser a la vez prácticamente relevante como históricamente fundamentada. En la práctica, se trata en general de buscar convertir a la economía en una disciplina relevante e inclusiva. Aquí, no negamos las cuestiones planteadas por Mearman (2012) relacionadas con la necesidad y los motivos de clasificación, y sus consecuencias. Es decir, las definiciones de la economía heterodoxa generalmente llevan a un "dualismo injustificado" donde los académicos crean distinciones injustificadamente estrictas y fijas entre las categorías. Si bien este podría ser un camino útil a tomar debido a la complejidad del objeto que intentamos definir, nos lleva a subestimar su complejidad por una definición simple y clara -ver también Dow (1990)-.

Históricamente, el concepto ha sido discutido, teorizado y aplicado por un grupo amplio y diverso, comenzando por Ayers (1936), y desde entonces ha habido contribuciones de metodólogos económicos -por ejemplo, Hans (2011)-, historiadores del pensamiento económico -por ejemplo, Wrenn (2011)-, macroeconomistas -por ejemplo, Michell (2016)-, microeconomistas (Lee, 2017) y filósofos (Lawson, 2006). Esto es importante de entender, ya que mientras que algunos pueden encontrar la definición del término "confuso", la fuente de la confusión podría tener menos que ver con la claridad y coherencia de cualquier definición individual, y más con los múltiples ángulos a través de los cuales el término ha sido teorizado.

Con nuestra definición mencionada anteriormente, nuestro objetivo es identificar el nivel más amplio de principios que cruzan las diversas discusiones sobre qué es la economía heterodoxa. Creemos que es importante tener una definición positiva de economía heterodoxa para distinguir el campo de otras ciencias sociales, así como de la corriente principal del campo. Los economistas heterodoxos no son sociólogos ni científicos políticos, aunque estamos fuera de la corriente principal de la economía y algunos economistas heterodoxos pueden verse involucrados en tales departamentos. Esto nos lleva a nuestro punto final...

Por qué deberíamos llamarnos heterodoxos

"¡Pero todos somos economistas!" argumentan algunos economistas heterodoxos. ¿Por qué señalar que de alguna manera somos diferentes de ellos? Sin embargo, no estamos seguros de que la estrategia "somos una gran familia de economistas" sea útil, especialmente dado que la mayoría de "nuestra familia" nos están excluyendo de las arenas principales. Tal reclamo presupone indirectamente que no hay barreras institucionales abruptas que afecten negativamente las oportunidades de empleo, las oportunidades de financiamiento y las oportunidades de financiamiento de los economistas heterodoxos, y sus posibilidades de impactar el proceso de formulación de políticas. El tono peyorativo y desdeñoso hacia la erudición heterodoxa existe, y la pregunta que sigue es qué vamos a hacer al respecto. Evitar reconocer las diferencias fundamentales y la exclusión es cerrar la puerta para el progreso de la disciplina y para los jóvenes académicos, que se ven obligados a reinventarse y encontrar trabajos en departamentos distintos de la economía, contribuyendo al carácter monolítico de la disciplina.

En un hilo de Twitter9 el año pasado, surgieron muchas ventajas y desventajas de usar el término heterodoxo. Creemos que hasta ahora, los pros superan a los contras. Como Stillwell (2016) lo expresa sin rodeos: "Las etiquetas son importantes [...]. Construyen imágenes y señalan elecciones estratégicas". Para nosotros, la etiqueta señala una opción estratégica: ¿tratamos de mezclarnos y fingir que todo está bien o hablamos sobre la marginación que está teniendo lugar en nuestro campo? La autoidentificación como heterodoxos señala al mundo de que existen análisis alternativos de las relaciones económicas -si en todo caso refuerza la idea de que hay diferentes formas de hacer economía, un punto que se encuentra en el centro del argumento del pluralismo-, ¡una gran familia "feliz" después de todo! Y, lo que es más importante, también ayuda a crear conciencia sobre el hecho de que estas perspectivas se han excluido activamente de la corriente principal durante un período de cuatro décadas o más.

¿Aceptar el término economía heterodoxa significa que aceptamos nuestro estado disciplinario marginal? No. Por el contrario, usamos el término para desafiar esta marginación. Si la gente encuentra confusa la etiqueta heterodoxa, deberíamos poder aclarar de dónde venimos. Esto es clave si queremos cambiar el estado actual de nuestra profesión. Si la etiqueta es problemática, tal vez sea hora de desmitificar, aclarar y des-problematizarla. Entendemos a nuestros colegas que tienen miedo por su carrera, o tienen otras razones estratégicas, para no hablar, ya que es una consecuencia de la naturaleza de nuestro campo. Pero, aun así, alentamos a más aliados a que hablen y digan que somos heterodoxos, para mostrar la fortaleza y la diversidad de la economía heterodoxa. Cuantos más académicos se identifiquen con el término, más estatus y reconocimiento obtendrá la academia heterodoxa. Si nos mantenemos unidos podemos mostrar al mundo lo que la economía se está perdiendo. Ven y únete a nosotros fuera del clóset heterodoxo.

Referencias

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*Texto original publicado en el blog Developing Economics:https://developingeconomics.org/2019/05/08/why-sohostile-busting-myths-about-heterodox-economics/ Traducido por Orlando Nikolai Santos Alvarado, sociólogo por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima, Perú). Correo electrónico: orlando.santos@unmsm.edu.pe https://orcid.org/0000-0002-7490-3048

Cómo citar/ How to cite this item: Harvold-Kvangraven, I. & Alves, C. (2020). ¿Por qué tan hostil? Quebrando mitos sobre la economía heterodoxa. Ensayos de Economía, 30(56), 230-245. https://doi.org/10.15446/ede.v30n56.86588

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