ÉTICA Y ECONOMÍA
La revista Economic Thought, de la World Economics Association, publicó en su primer número de este año una serie de artículos sobre ética y economía, que fueron seleccionados entre la variedad de trabajos que se presentaron en la conferencia en línea sobre ese tema realizada en el segundo semestre de 2012. Esta asociación promueve la discusión en línea de los artículos enviados a consideración /e sus revistas y, para evitar las deficiencias de la revisión por pares, los somete a escrutinio público en su página web (http://www.worldeconomicsassociation.org/). En este número de la Revista de Economía Institucional presentamos a nuestros lectores el resumen de dos de los artículos mencionados, sobre las propuestas de códigos de ética para la profesión, con sendos comentarios de autores que participaron en la selección y el mejoramiento de los borradores. Un tema carente de interés para las revistas académicas antes la crisis financiera, y al que solo atendieron después de la inquietud mundial generada por el documental Inside Job, dirigido por Charles Ferguson, ganador de un premio Oscar en 2010.
CÓDIGOS DE ÉTICA PARA ECONOMISTAS: UNA VISIÓN PLURALISTA
Sheila Dow
En la discusión de la ética y la economía algunos han pensado en diseñar un código de ética para economistas. Pero esa idea es problemática desde un punto de vista pluralista. Aquí se discuten algunas posibilidades para mostrar que un código de conducta de los economistas presupone una visión de la naturaleza humana y del profesionalismo.
Además, el poder socioeconómico en la profesión plantea problemas de interpretación y adopción de los posibles principios, en especial de los que se refieren a las normas de competencia y búsqueda de la verdad. Se concluye entonces que el código de ética debería ser generaly concentrarse en la ética del pluralismo -tolerancia, imparcialidad y amplitud de miras- en la cual se basan todas las demás consideraciones éticas.
Abierto a comentarios el 6 de septiembre de 2012
Comentario de Alessandro Roncaglia
26 de enero de 2013
Su análisis la lleva a dos conclusiones, una negativa (contra los códigos detallados de ética) y una positiva: "el pluralismo debe ser el centro de nuestra discusión de la ética". Concuerdo con esta última, pero -en vista del triste estado de la ética, sea cual sea su significado en la investigación económica y en el debate político- estoy a favor de códigos limitados detallados de ética y, quizá, de una enunciación general de principios.
Hay temas en los que no debería haber diferencias de opinión entre economistas tradicionales y heterodoxos. No solo el plagiosino también ciertos comportamientos que se están volviendo cada vez más comunes como consecuencia del uso de la bibliometría en la evaluación de la investigación (como el intercambio de firmas en los artículos aunque no se haga ninguna contribución sustantiva a su redacción, o la petición de los árbitros de las revistas de que se citen sus artículos, aunque sean irrelevantes) deberían ser condenados explícitamente. Por supuesto, no es fácil aclarar en cada caso específico si la contribución de una persona es insuficiente para firmar como coautor o si el trabajo del árbitro es irrelevante y no merece citarse; pero excluir en principio esas prácticas hoy adoptadas abiertamente puede contribuir a que se preste más atención a ese asunto y a educar a la generación más joven. En casos específicos también es difícil evaluar, aunque quizá menos, el requisito de indicar posibles conflictos de intereses. Como recuerda Dow, la Asociación Americana de Economía adoptó este principio como código específico (y también lo hicieron otras asociaciones, como la Società Italiana degli Economisti [http://www.siecon.org/online/anvur-cepr-cun-documenti/regolamento-sie-sui-conflitti-dinteresse/]).
Puede ser útil un enunciado general de principios -una especie de Constitución- si empieza reconociendo el pluralismo en la investigación económica. Otros principios (la búsqueda de la "verdad" o, quizá mejor, la seriedad en la actividad de investigación, la búsqueda del bien común en el debate político, la meritocracia como criterio de la carrera académica) pueden ser adoptados a condición de que se interpreten claramente a la luz del pluralismo. También se deberían indicar las implicaciones del pluralismo, aunque a nivel general. Por ejemplo, aunque un punto muy relevante en este contexto, es un asuntode principios que los ejercicios bibliométricos sean neutrales entre campos de investigación y entre enfoques de investigación. (Por cierto, en contra de la opinión general, esto no es imposible; bastaría aplicar un criterio de normalización adecuado, como sugiere, por ejemplo, el físico Giorgio Parisi en Italia (http://www. Anvur.org/?q=content/composizione-dei-gruppi-di-esperti-della-valutazion). Y como solíadecir Joan Robinson, "que florezcan cien flores, pero que enuncien sussupuestos": contrario a la práctica dominante en la macroeconomía tradicional, siempre se debería indicar que se supone convexidad de las preferencias o de los conjuntos de producción, homogeneidad de los agentes o un solo bien bá sico.
En suma, como cualquier constitución o código legal, los códigos éticos pueden ser útiles o perjudiciales para el pluralismo en economía, según se redacten. Los economistas heterodoxos deberían lucharpor códigos pluralistas y no necesariamente contra los códigos éticos como tales.
Como ya indiqué, el artículo trata un tema importante y expone un argumento importante (y, hasta donde sé, original). En mi opinión se debería publicar. Se podría revisar a la luz de los comentarios anteriores, en especial de la distinción entre códigos específicos y principios "constitucionales" generales; pero no es una condición para publicarlo.
ÉTICA ECONÓMICA PROFESIONAL: POR QUÉ LE DEBE INTERESAR A LOS ECONOMISTAS HETERODOXOS
George DeMartino
Durante los 125 años desde la fundación de la AEA, la profesión de la economía en Estados Unidos y más allá ha buscado influir, continuay exitosamente, en la política pública. Influencia que creía merecer debido a su pericia. Hoy, la economía es ciertamente una de las profesiones más importante en términos de su impacto en el mundo. Pero en todo este tiempo la profesión nunca se ha ocupado de las cargas éticas asociadas a su influencia sobre otros. En Estados Unidos en particular la profesión ha desdeñado la idea de que enfrenta deberes éticos que requieren seria atención. No conozco otra profesión que desdeñe tanto sus responsabilidades.
Argumento que el desdeño de la profesión hacía sus desafíos éticos es éticamente enjuiciable. Cuando una profesión busca influir en otros, asume necesariamente obligaciones éticas, lo reconozca o no. La profesión debería haber establecido una tradición de cuidadosa investigación de sus obligaciones éticas hace 125 años, y estas obligaciones deberían haber sido una preocupación central de la profesión desde entonces. Curiosamente, esta idea ha encontrad omucho escepticismo en la izquierda, entre economistas heterodoxos y tradicionales. Este artículo propone una investigación general sobrela ética en la economía, y la forma en que se debe llevar a cabo con el propó sito de provocar una discusión más amplia.
]]> Abierto A comentarios el 6 de septiembre de 2012Comentario de Gary Mongiovi
5 de diciembre de 2012
En esta nota sobre la ética económica profesional, George DeMartino resume y desarrolla el mensaje de su libro de 2011, El juramento del economista. El escrito hace una concisa revisión de un asunto de vital importancia que, hasta hace poco, ha recibido poca atención de los economistas. El libro de DeMartino, por un golpe de buena fortuna, pisó los talones de Inside Job, el laureado documental de Charles Ferguson, que atrajo la atención sobre la complicidad de los economistas en las disfunciones económicas de la década anterior. La película muestra en forma convincente que las fallas éticas de los economistas -conflictos financieros de intereses, notoria deshonestidad científica y pereza intelectual a una escala que raya en la negligencia criminal- contribuyeron a la crisis financiera de 2007-2008 y a la crisis económica mundial posterior.
El ensayo de DeMartino es una introducción bien argumentada al tema de la ética profesional en nuestra disciplina. En general, concuerdo con sus puntos principales, y por ello solo haré algunas observaciones generales que se me ocurrieron cuando lo leí. Aunque tengo sumo interés en saber qué piensa el profesor DeMartino de mis comentarios, el artículo es publicable más o menos como está. Las siguientes reflexiones se pueden calificar como "temas de reflexión" y se pueden dejar de lado para trabajos futuros si el profesor De Martino considera que es la mejor manera de proceder.
El jefe del departamento de economía de Harvard John Campbell, a quien se presentó en Inside Job defendiendo torpemente la profesión, reconoció la necesidad de mayor divulgación de información. Pero estableció una distinción entre campos como la medicina, donde los investigadores pueden suprimir datos que no apoyan sus resultados o los que desean sus patrocinadores, y la economía, donde la mayor parte de la investigación se basa en información disponible al público. Y rechazó la idea de que los conflictos de intereses contribuyeron a la falla para prever la crisis financiera mundial. "Las recompensas a los economistas por predecir correctamente una crisis o dar la señal de alerta son enormes", dijo Mr. Campbell (B. Casselman, "Economists set rules on ethics", Wall Street Journal, 9 de enero de 2012, edición en línea).