SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.19 issue2E-COMMERCE ACCEPTANCE IN COLOMBIA: A STUDY FOR MEDELLIN CITY author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Revista Facultad de Ciencias Económicas: Investigación y Reflexión

Print version ISSN 0121-6805

Rev.fac.cienc.econ. vol.19 no.2 Bogotá July/Dec. 2011

 

Editorial

Estimados lectores(as),

Termina el año 2011 con un hito en la historia de la educación en nuestro país, la suspensión y retiro temporal del documento de Reforma integral al sistema de educación superior por parte del gobierno, luego de la participación activa de estudiantes, profesores y administradores educativos, lo que significó una movilización social amplia en torno a esta iniciativa. Este debate hizo que el periodo 2011 pueda ser recordado como aquel en el que diversas fuerzas y agentes se re-encontraron alrededor de la necesidad de expresar nuevamente sus posiciones y de hacer a la Universidad un lugar habitable y reflexivo, como le corresponde ser. En este marco, jugaron un papel interesante los administradores administrativos, tanto como difusores y críticos de la reforma, lo que permite hacer la siguiente reflexión orientada al papel de estos agentes del sistema. En esa misma línea, este espacio es también la oportunidad para agradecer a quien hizo de este especio un lugar de encuentro, reflexión y discusión de las ideas, que hoy día se reconoce como una ventana en las disciplinas económicas de nuestro medio.

Para desarrollar este punto, es necesario preguntarse: ¿quién es el (la) administrador(a) educativo(a) en nuestro país? Para eso se debe empezar por señalar, que éste es quien está condicionado a una serie de dinámicas propias del contexto, y de cierta manera, a lo que la literatura escolar ha delineado. La connotación del(la) administrador(a) educativo(a) ha sido vista por diversas perspectivas como una forma peyorativa de referirse a quien está encargado de afrontar y liderar los procesos de reforma escolar, impulsando la inculcación de los sentidos de disciplinamiento escolar y rindiendo cuentas a la sociedad, o a los grupos de presión que allí le colocan. Desde la tradicional mirada del "principal" anglosajón, hasta la más reciente de "manager", el administrador educativo debe asumir una serie de compromisos, ganándose en varias oportunidades la antipatía de los demás miembros de la comunidad escolar. Se constituye en la autoridad de la autoridad académica. En nuestro país, el administrador educativo está en la dicotomía del reconocimiento académico y su actuar gerencial. Mientras buena parte de la academia ve con buenos ojos que el administrador sea alguien que los represente, teniendo signos de trayectoria que están cercanos a las luchas profesorales y estudiantiles, para otros actores, éste debe estar más cercano a perfiles que provengan de la industria o escenarios profesionalistas. De esta manera, se puede decir, que son las y los administradores educativos quienes gestionan tales contradicciones, haciendo habitables, o inhabitables los recintos escolares.

Los dilemas a los que se enfrentan son variados, en primer lugar, por los compromisos adquiridos, y en segundo, por las expectativas y sueños que ellos y ellas portan. Así los administradores(as) llegan a sus cargos, bien sea por convicción o, por encargos basados en la distinción académica o, simplemente por esas idas y vueltas que tiene el trabajo escolar, que dan la posibilidad de ejercer esa labor en cualquier momento. Quienes operan por convicción articulan tanto sus experiencias, como sus expectativas de realización en cada oportunidad, conocen los límites de la burocracia educativa y elaboran metas acordes tanto a la política de la institución, como a la necesidad de generar un sello propio a su gestión. Quienes son encargados por su reconocimiento académico muchas veces sufren ante la inexperiencia del contexto, o al ver truncado sus sueños de lo que "debe ser" la institución escolar, sus esperanzas son machacadas por la burocracia del sistema y pasan por un periodo de acomodación un poco más traumático que sus pares, sin embargo, son diversos los casos en los que logran administraciones exitosas, generando un prestigio que sobre pasa lo académico. Unos pocos llegan por eventos traumáticos propios de la institución escolar, teniendo que afrontar con escasos recursos simbólicos su realidad, lo que se complica aún más ante la inexistencia de un proyecto propio de gestión escolar. Los compromisos se forjan desde el lugar de origen y se caracterizan por estar más o menos cercanos a los intereses de los diferentes miembros de la comunidad educativa.

La forma como responden los y las administradores(as) educativos(as) es muy amplia y está en relación con los retos y compromisos adquiridos. En las mejores experiencias los administradores(as) constituyen equipos de trabajo, logran construir legitimidad entre los otros miembros de la comunidad educativa y pueden reconocer aquellos puntos de las Reformas encargadas, donde se puede alcanzar más cohesión social, llevando los escollos y aspectos críticos a esferas de discusión constructiva en la que se delinean los cambios de la institución educativa en el mejor ambiente posible. Pese a ello, algunos tienen muchos problemas para lograr esto, en parte por los conflictos heredados, por desconocimiento del entorno cercano, o por no generar los canales de comunicación y reconocimiento de los otros actores, lo que incrementa el conflicto escolar. A veces quisiéramos que estas experiencias no sucedieran, pero también hacen parte de la construcción de la academia.

La administración educativa en lo micro es compleja y muchas veces es poco reconocida. En líneas generales los gestores y gestoras educativas aparecen en la literatura más como generadores de conflicto que como líderes de sus comunidades. Son numerosos los artículos en los que se les ve como una pieza clave de la generación de angustia docente, ya que son el brazo visible de las reformas escolares, la estandarización educativa y el incremento del control escolar. En algunos documentos que indagan por las dificultades que tienen los estudiantes en el espacio escolar, han encontrado como factor crítico la poca atención prestada, rigidez y mínima comunicación entre gestores y estudiantes. Si bien los gestores educativos no son los más protegidos de la literatura educativa, por el contrario, existe un mayor consenso sobre el impacto de su labor, se ha identificado que tienen un micro poder importante y que bien pueden ser los garantes o transformadores de la reforma educativa. Se pueden constituir en piedra angular de la modernización o de la resistencia, o de ambas a la vez. La academia tiene un mayor reconocimiento de las presiones a las que son sometidos y de las fidelidades que deben guardar, generando posiciones en las cuales se ganan la simpatía de sus pares, o por el contrario, construyen una reputación poco amable.

Hoy hablamos de este tema por una razón fundamental, y es el reconocimiento de una administradora excepcional, que deja una huella muy importante en la Facultad de Ciencias Económicas de nuestra Universidad y en este proyecto editorial que es la Revista. Durante siete años logro constituir un equipo de trabajo reformista, ambicioso y dedicado a su labor. La Facultad que lidero generó un conjunto amplio de grupos de investigación, nuevos programas y se propuso el aumento de la cobertura de la mano con la búsqueda de mejor calidad académica. Sin su presencia, dirección administrativa, visión y apoyo, estas páginas no llegarían a sus manos. Bajo su dirección la Revista Facultad de Ciencias Económicas, uno de sus proyectos bandera, logro consolidarse como una plataforma académica de carácter nacional, ser reconocida por diferentes instituciones y bases de datos, en la que diversos autores han depositado su confianza y con una discreta red de lectores en aumento. Su gestión estuvo amarrada a los retos, desafíos y singularidades de otros gestores educativos, sus logros fueron el resultado de la búsqueda por poder construir una nueva academia posible, a pesar de sus contradicciones y el ejercicio de arbitrariedades. Permítanos estimados y estimadas lectores, dedicar este número a la Dra. Marta Eugenia Castañeda Bernal, quien hizo posible que esta publicación sea lo que es, y sembró la semilla para que el intercambio académico y la discusión de ideas bajo los preceptos de la libertad de expresión se configuraran en el sentir nuestro trabajo.

Como editores, tenemos una enorme deuda, tanto por la oportunidad de trabajar a su lado, como por heredar una visión que implica la lucha por unas ciencias económicas diversas, francas y abiertas a discusiones espinosas. Bajo su tutela, consolidamos un espacio donde diversas posiciones circulan y donde la crítica es posible. Les alentamos queridos lectores y lectoras a seguir fortaleciendo este proyecto, que ya no solo es el sueño de nuestra ex-directora, sino que es un compromiso por el intercambio franco de ideas, con rigor y sin censura. Esto solo será posible con sus contribuciones académicas, y sobre todo, con su crítica a nuestra labor.

También lamentamos la muerte del profesor Germán Villamizar, colaborador de nuestra Revista desde la traducción de resúmenes en portugués. Expresamos nuestras condolencias a su familia.

Agradecemos como siempre su consideración y esperamos que nuestros contenidos sean de su agrado.

Edison Fredy León Paime
Editor

David Andrés Camargo Mayorga
Co-editor

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License