Sr. Editor,
La insuficiencia cardiaca (IC) representa en la actualidad uno de los principales retos en salud pública mundial1. A pesar de los inmensos avances logrados en su manejo desde el punto de vista farmacológico e intervencionista en las últimas décadas, la morbimortalidad en IC continúa siendo alarmantemente alta, con una incidencia de rehospitalización a 30 días de casi el 30%, así como una mortalidad a cinco años hasta de un 80% en pacientes en estadio D de enfermedad2,3. En este contexto, destacan múltiples factores relacionados con el paciente que pueden tener un impacto negativo en sus desenlaces, especialmente la falta de adherencia a recomendaciones dietarias (dietas bajas en sodio) y fármacos4. Es por esto que recientemente se le ha comenzado a dar una mayor importancia a la educación del paciente con IC como pilar fundamental en el proceso de atención multidisciplinaria5,6. A partir de esta tendencia, nueva evidencia sobre el beneficio de estas intervenciones educativas ha comenzado a surgir en la literatura, destacando el importante rol de las intervenciones educativas lideradas por enfermeras en la incidencia de diferentes desenlaces de interés5. Por ejemplo, la revisión sistemática de la literatura de Rice, et al. concluyó que existe evidencia que soporta un beneficio de los programas de educación en pacientes con IC, destacando una mejor calidad de vida e incluso un menor riesgo de hospitalizaciones y reingresos hospitalarios7. Sin embargo, existe una importante heterogeneidad en los diferentes abordajes educativos en esta población, por lo que se ha destacado la necesidad de evaluar intervenciones uniformes y estandarizadas con el fin de mejorar la calidad de la evidencia sobre su utilidad en la clínica6. Respondiendo a esta necesidad, desde la Fundación Cardiovascular de Colombia surgió la iniciativa de desarrollar una herramienta educativa estándar para pacientes con Falla Cardiaca en conjunto con el Capítulo de Falla Cardiaca de la Sociedad Colombiana de Cardiología.
El desarrollo de esta herramienta se llevó a cabo en dos etapas. La primera correspondió a la identificación de la evidencia y las recomendaciones más recientes acerca del diagnóstico, tratamiento y cuidados adicionales en pacientes con IC por medio de una revisión sistemática de la literatura. Posteriormente, esta evidencia fue sintetizada en un documento de manera ordenada y la información fue dividida en 14 capítulos. Con este material preliminar se realizó una validación de contenido con un formulario estándar, vinculando a 19 profesionales con experiencia en IC de los principales centros del país para este fin. Simultáneamente, se generó un material visual original de la mano con un diseñador gráfico, con el fin de complementar el contenido teórico del texto. Finalmente, de la mano de un ingeniero de sistemas, se generó una aplicación para teléfonos móviles con la información teórica y visual de la cartilla, además de unos módulos de evaluación de conocimientos y de valoración de contenido.
En la segunda etapa, la cartilla fue evaluada por un grupo de pacientes con IC atendidos en la Fundación Cardiovascular de Colombia (FCV). Este proceso, denominado validación facial, involucró la recopilación de comentarios y opiniones sobre la idoneidad de la herramienta desde el punto de vista visual (letra e imágenes y su distribución espacial). Para este proceso, el personal de enfermería de la FCV entrevistó individualmente a cada paciente, presentándole dos a tres capítulos de la herramienta y registrando sus percepciones haciendo uso de un formato estándar. Los cambios sugeridos por los pacientes se vieron reflejados tanto en la cartilla en físico como en la aplicación móvil.
Se obtuvo como resultado una cartilla educativa de 108 páginas (Fig. 1), en la cual se abordaron aspectos desde la definición de la IC, sus síntomas, recomendaciones alimenticias, de ejercicio físico, consumo de tabaco y alcohol, inmunizaciones, actividad sexual, consumo de medicamentos, trastornos del estado del ánimo y del sueño, viajes y recomendaciones para los cuidadores, además de un apartado para el control de citas. Por otra parte, se generó la versión de prueba de la aplicación móvil con el contenido total de la herramienta educativa (Fig. 2). Cabe destacar que tanto la herramienta educativa en físico (cartilla) como la aplicación tienen un diseño modular, lo cual facilita su edición. Esto tiene como objetivo facilitar la apropiación de la cartilla por parte de los diferentes centros de insuficiencia cardiaca del país, permitiendo la inclusión de sus logos, así como de componentes adicionales si así lo desean. Igualmente, el diseño de la aplicación definitiva ofrecerá a los diferentes centros facilidades para su personalización.
La herramienta educativa para pacientes con insuficiencia cardiaca de la Sociedad Colombiana de Cardiología representa un avance significativo con miras a la estandarización y promoción de la educación integral del paciente con IC acerca de su enfermedad. La disponibilidad abierta de esta herramienta para todos los programas de insuficiencia cardiaca de la sociedad, así como su diseño modular y validación previa, facilitará su rápida aplicación y amplio uso. Finalmente, se espera en el futuro promover la investigación respecto al impacto de la educación impartida con esta herramienta en desenlaces clínicamente relevantes, generando evidencia de alto valor en esta área.