I realized too late that the breach of the Atlantic could not
be remedied by a name and that the routes traveled by
strangers were as close to a mother country as I would come.
Saidiya Hartman, Lose Your Mother
1. Introducción
En este artículo presentamos parte de los resultados de un proyecto de investigación dedicado al estudio de un corpus de libros sobre viajes publicados a partir de 1990 por autores de la diáspora afrocaribeña. Nos interesa identificar y describir las principales coordenadas y ejes que organizan el campo configurado por estas escrituras afrodescendientes para conformar las tendencias del conjunto, sus constrastes y sus directrices más recientes. En el contexto global de aumento y aceleración de los desplazamientos humanos, encontramos en la literatura de las diásporas caribeñas un espacio privilegiado para estudiar nuevas formas de la escritura de viaje, que a la vez que subvierten e impugnan la asociación de este género literario con una tradición de expansión imperial, han ido consolidando un espacio referencial, ficcional y simbólico configurado a partir de las rutas, destinos, motivaciones y memorias de viajes. Este corpus muestra la centralidad de las escrituras de viaje en la producción de nuevas subjetividades, lenguajes y miradas sobre los territorios recorridos, con respecto a los cuales asoma con frecuencia la pregunta por formas y posibilidades de pertenencia de los miembros de la diáspora. A través de la experimentación e hibridación de géneros literarios, idiomas y tradiciones, esta producción literaria amplía, invierte y actualiza los marcos y perspectivas de la escritura de viajes tradicional. Los relatos analizados despliegan perspectivas de crítica cultural con relación a los países de origen y de destino migratorio de sus autores y a los vínculos neocoloniales que en muchos casos siguen organizando las relaciones entre ambos territorios.
El corpus estudiado, que forma parte de una investigación de mayor alcance, incluye relatos de viajes efectivamente realizados y ficciones en las que los desplazamientos tienen un lugar central en la trama. La sistematización de los textos muestra que la escritura de viajes de la diáspora caribeña contemporánea expone tres tendencias fundamentales relacionadas con el tipo de desplazamiento relatado: el viaje migratorio a la metrópolis, el viaje de memoria afrodescendiente a África y el viaje de retorno o visita al Caribe. Proponemos que estas representaciones pueden leerse y tienen un anclaje en distintos niveles. Por un lado, está la dimensión biográfica-referencial de los viajes efectivamente realizados por escritores diaspóricos que exploran rutas que conectan los distintos espacios históricos de sus comunidades. Por otra parte, está la importancia que tiene el viaje en cuentos y novelas que recuperan este motivo tanto para insertarse y participar en una tradición literaria caribeña, como para crear una tradición diaspórica propia. Finalmente, y este es el punto que más nos interesa destacar, en el conjunto del corpus la escritura sobre viajes aparece como un espacio simbólico que habilita la constitución de una enunciación diaspórica, orientada en muchos casos a la construcción, a través de la imaginación literaria, de sentidos alternativos de pertenencia y comunidad.
Para la presentación de nuestro análisis, organizamos este artículo en un primer apartado teórico que sistematiza e integra las principales perspectivas contemporáneas sobre la escritura de viajes poscolonial y el concepto de diáspora. Las siguientes secciones presentan el análisis contrastivo de escritos que reconstruyen o ficcionalizan viajes migratorios a la metrópolis colonial, desplazamientos al continente africano impulsados por proyectos de recuperación de memorias de la trata y la esclavitud, y viajes de retorno al país caribeño de origen. En esta interpretación nos centramos en algunas escenas de libros de autores y autoras afrocaribeños que se identifican con una posición de enunciación diaspórica, la cual además se va construyendo y en algunos casos transformando a lo largo de sus trayectorias. Por lo tanto, los análisis no se detienen en las diferencias nacionales, sino que se orientan por una mirada abarcativa que pueda desplegar las convergencias en este campo. La selección no ha dependido tanto de los lugares de origen o de destino -aunque este último sí es un criterio en el apartado referido al viaje migratorio- como de los posicionamientos de los y las escritoras en tanto miembros de la diáspora. Lo más relevante ha sido, a este respecto, sistematizar un corpus de nuevas escrituras sobre desplazamientos que integran nuevas rutas, destinos y retornos que superponen y cartografían traslados, viajes y movimientos con alcances tanto biografícos como con un carácter transgeneracional.
2. Viajes, poscolonialidad y estudios sobre diásporas
Las transformaciones económicas, tecnológicas y geopolíticas del orden global y de las formas de desplazamiento -que se profundizan desde la década de los ochenta del siglo XX en adelante (Sassen)- impactan en los flujos migratorios de la población caribeña, cuyo destino principal ya no son las antiguas metrópolis coloniales, sino los Estados Unidos. En este contexto, en la literatura caribeña el sujeto migrante aparece como la figura protagonista del viaje contemporáneo y condensa en la condición diaspórica la posibilidad de rearticular las relaciones entre lo local y lo transnacional, de afirmar la diferencia y de negociar nuevas formas de pertenencia. En contraste con el viajero moderno europeo, el sujeto diaspórico se resiste a la "incorporación al imaginario nacional hegemónico (que quizás lo rechace)" (Trigo 276) y privilegia los vínculos con su comunidad minoritaria. Como propone James Clifford, el modelo de inmigración que prevé una incorporación del inmigrante al Estado nacional, "never worked very well for Africans, enslaved or free, in the New World" (Routes 255). Desde épocas tempranas, la llegada de migrantes que no eran blancos ni europeos a Estados Unidos perturbó la narrativa del melting pot o crisol de culturas, y reforzó las estructuras de exclusión racial (Clifford, Routes 255) y la línea divisoria entre blancos y gente de color que estructura la sociedad estadounidense. Entre otras cosas, las escrituras de viajes de las diásporas afro-caribeñas contemporáneas impugnan el racismo de las sociedades de llegada y exhiben la continuidad histórica entre la institución de la esclavitud y las formas contemporáneas de exclusión y explotación. Los estudios sobre este género literario en contextos poscoloniales llevados a cabo por Justin D. Edwards también relevan que "some of the innovative texts produced by postcolonial travel writers enable us to rethink the nature of the genre as well as its political, aesthetic, and ethical potential" (19).
Como es evidente en nuestro corpus, los sujetos que ahora se desplazan desde el Caribe a las metrópolis fueron antes -ellos o sus antepasados- los objetos de la mirada imperial y de las representaciones de los viajeros europeos1. A partir de la inversión de la relación entre sujeto del viaje y objeto de representación, los relatos de la diáspora caribeña ostentan una capacidad para regenerar las orientaciones de la literatura de viajes, al desmarcarla de sus estructuras tradicionales y despojarla del tenor colonialista asociado a una mirada objetivizadora del otro que acompañó el orden de la dominación colonial. En estas nuevas posiciones de enunciación, la estabilidad que sostenía la mirada del viajero colonial sobre su objeto se disuelve para dar paso a la emergencia de nuevas subjetividades y a la articulación de formas alternativas de pertenencia y de configuración de comunidades.
Es importante destacar también que estas escrituras tienen un interés particular por articular la experiencia del presente narrativo con la creación y recreación de memorias personales y colectivas marcadas por diversos desplazamientos. Las escrituras de viaje incorporan un campo semántico más complejo de definiciones de los desplazamientos que incluyen distintos tipos de viajes, itinerarios de resistencias, migraciones y retornos; en suma, movimientos espaciotemporales forzados o voluntarios que actualizan sus múltiples experiencias contemporáneas. Según Robert Clarke, "postcolonial travel writing describes an eclectic and expansive corpus ... attuned to the legacy and persistence of past forms of colonialism and imperialism as well as the emergence of new modes of cultural, economic and political dominance in the era of globalization" (1).
A las nuevas formas de viaje y a los nuevos intercambios entre las metrópolis y el antiguo mundo colonial, se suman también la revisión de rutas y de mapas elaborados por viajeros europeos (López) y, en un lugar protagónico, la ruta y la memoria del viaje esclavista. Siguiendo nuevamente a Clarke, coincidimos en que la crítica de viajes debe atender a las formas en que "such violence and trauma is mediated through the narrative and representations of history and memory" (58). La tarea de inscribir esta ruta en la historia de la literatura de viajes planetaria es sin duda un desafío emprendido desde las dinámicas que interrogan la representación geopolítica de la modernidad. La posibilidad de relevar trayectos omitidos refuerza la noción de que una parte importante de los movimientos transnacionales se inaugura con la trata esclavista y que es posible leer también una historia alternativa de las rutas invisibilizadas, de manera consistente con la propuesta de Paul Gilroy de leer el Atlántico Negro como una contrahistoria de la modernidad occidental.
2.1 Escritura de viaje y el campo de estudios sobre diásporas
Para comprender el papel que juegan los escritos sobre viajes en las diaspóras afrocaribeñas contemporáneas es fundamental revisar brevemente algunos hitos fundamentales del campo de los estudios diaspóricos que se consolida a partir de los años 90 con la contribución de teóricos como William Safran, Khachig Tölölyan, James Clifford y Rogers Brubaker, entre otros. A partir de la observación de casos históricos como el judío y el armenio, Safran describe a las diásporas como comunidades extranjeras minoritarias cuyos miembros comparten los siguientes rasgos: a) provenir de un mismo lugar de origen del cual han sido expulsados; b) retener una memoria colectiva de esa patria original; c) alimentar la idea de un eventual regreso a la misma; y d) sentirse alienados y aislados de la sociedad anfitriona (88-89). Posteriormente, Clifford enfatizó la importancia de considerar también, en la conceptualización de las diásporas, la dinámica de conexiones laterales y descentradas entre poblaciones dispersas en distintos lugares. A partir de lo anterior, es posible sostener que las escrituras de viaje de la diáspora caribeña no solo permiten la representación de "espacios de articulación y religación simbólica de la región caribeña y sus comunidades migrantes" (Bonfiglio), sino que también son en sí mismas un espacio de conformación, negociación y traducción de una identidad transnacional que no puede concebirse de forma esencialista. En este sentido es importante la advertencia de Brubaker sobre los riesgos de que la categoría pierda su capacidad de discriminar entre distintas experiencias y formas de migración: "If everyone is diasporic, then no one is distinctively so" (3). Para nuestra investigación resulta especialmente pertinente su propuesta de pensar lo diaspórico con énfasis en su carácter proyectivo vinculado a una agencia y desligado de una concepción sustancialista:
I want to argue that we should think of diaspora not in substantialist terms as a bounded entity, but rather as an idiom, a stance, a claim. We should think of diaspora in the first instance as a category of practice, and only then ask whether, and how, it can fruitfully be used as a category of analysis. As a category of practice, 'diaspora' is used to make claims, to articulate projects, to formulate expectations, to mobilize energies, to appeal to loyalties. (12)
A partir de lo anterior, es posible sostener que la escritura de viajes de la diáspora afrocaribeña gesta un espacio simbólico en el que, parafraseando a James Clifford, la producción cultural se articula tanto en torno a las raíces como a las rutas2. Las escrituras que analizamos en nuestro proyecto participan activamente de una práctica diaspórica, en la medida en que contribuyen a vehiculizar demandas, a interrogar la historia y rescatar memorias invisibilizadas, y a crear e imaginar nuevas formas de habitar sus comunidades y los países de origen y de llegada. No se trata en ningún caso de propuestas homogéneas, pues también en el marco de las contradicciones, debates y disputas de sentidos se produce la configuración del espacio diaspórico.
3. El viaje migratorio
En este apartado nos detenemos en el análisis de textos narrativos que tematizan el viaje de desplazamiento desde el Caribe a Estados Unidos, país que desde las décadas de los ochenta y noventa del siglo pasado se convirtió en el principal destino para los migrantes caribeños. La presencia de comunidades caribeñas en Estados Unidos se remonta en muchos casos a inicios del siglo XX e incluso al XIX, pero es en la década de los noventa que su producción artística y literaria empieza a recibir mayor atención de la crítica y el mercado editorial (Machado Sáez).
En la obra temprana de muchos escritores de origen caribeño que empezaron a publicar en la década de los ochenta y noventa del siglo pasado y actualmente tienen una posición relativamente consolidada en el campo literario estadounidense, es posible reconocer la centralidad del motivo del viaje migratorio. Las primeras novelas y cuentos de autores como la haitiana-estadounidense Edwidge Danticat y el dominicano-estadounidense Junot Díaz ficcionalizan sus propias experiencias de migrar como niños o adolescentes a Estados Unidos. El viaje migratorio es representado en este contexto como una experiencia transformadora, que divide la vida en un antes y un después. Así, por ejemplo, en Breath, Eyes, Memory (1994), la primera novela de Danticat, la protagonista Sophie siente que el vuelo que la ha llevado de Haití a Estados Unidos la ha transformado radicalmente: "I looked at my red eyes in the mirror while splashing cold water over my face. New eyes seemed to be looking back at me. A new face all together. Someone who had aged in one day, as though she had been through a time machine, rather than an airplane" (49). Los cuentos reunidos en Drown (1996) de Díaz giran en torno a las vivencias de Yunior - alter ego del autor en muchos de sus libros- marcadas primero por la migración del padre a Estados Unidos y luego por su propio traslado a ese país. Es habitual que la mirada infantil o juvenil desde la que se construyen los universos narrativos de estos textos tienda a idealizar el espacio de la infancia-isla perdida y muestre las dificultades de adaptación y aceptación en Estados Unidos, debidas tanto a las diferencias lingüísticas y culturales, como al racismo y al clasismo. En Ordinary Girls: A Memoir (2019) de Jacquira Díaz la protagonista se refiere a su migración de Puerto Rico a Miami en los siguientes términos: "We still didn't know everything we would lose-the ceibas, the flamboyanes, the moriviví, the coquis singing us to sleep at night-everything we'd already lost. We wouldn't know until it was too late" (60). En este libro, la infancia anterior a la migración es figurada como un periodo de felicidad del que solo se tiene plena conciencia cuando su pérdida es irremediable. Otros libros que ficcionalizan el viaje migratorio de sus autores son: Abeng (1984) y No Telephone to Heaven (1987) de Michelle Cliff, Annie John (1985) y Lucy (1990) de Jamaica Kincaid, When I Was Puerto Rican (1993) de Esmeralda Santiago.
Por lo general a medida que despliegan sus trayectorias literarias, los escritores migrantes van dejando atrás la impronta autobiográfica de sus primeras publicaciones -acá las excepciones más importantes son Jamaica Kincaid y Dany Laferrière, cuya literatura se caracteriza por su carácter autoficcional- y diversifican e innovan en términos de temas, lenguajes y géneros literarios. Es el caso de Edwidge Danticat, en cuyo último libro de cuentos, Everything Inside (2019), encontramos un amplio abanico de historias y formas de vida de la diáspora haitiana en Estados Unidos. Algunas tramas involucran a personajes de clase alta haitiana que pueden viajar sin dificultades entre Puerto Príncipe y Miami, otras historias tratan de hijos de migrantes haitianos cada vez más alejados de la cultura de sus padres, los protagonistas de otros cuentos deciden regresar a Haití sin lograr reintegrarse del todo al país, etc.
"Without Inspection" es el cuento que cierra el libro. A través de la historia de Arnold y todo lo que pasa por su cabeza en los seis segundos y medio que demora en caer desde un andamio de la construcción en la que trabajaba, accedemos a las experiencias migratorias de haitianos y otros caribeños que llegan a Miami a través del mar. De niño, Arnold había sido un restavek -sus padres, a quienes no conoció, lo entregaron a una familia de mejor posición socioeconómica, que lo tuvo trabajando en condiciones de servidumbre hasta que se escapó-, de joven logró reunir algo de dinero para pagar por un sitio en la balsa que lo llevó a Miami ("Arnold had been imagining a life in Miami since he was a boy" 208). El viaje que debía durar dos días se alargó a cuatro y antes de llegar a la costa el capitán los abandonó, ordenándoles seguir a nado. Con Arnold llegaron nueve hombres y cuatro mujeres. Mientras estas últimas murieron en el mar por no saber nadar, se sugiere que los hombres fueron inmediatamente capturados por la patrulla policial y llevados al centro de detención "Krome". Arnold se salva de ese destino gracias a Darline, una haitiana que iba en las madrugadas a la playa a rescatar a quienes lograban llegar a la costa y esquivar a las patrullas. Su marido había muerto ahogado ahí mismo cuando junto a ella y su hijo trataron de entrar a Estados Unidos a través del mar.
Los espacios que recorre Arnold y los personajes con los que interactúa dan cuenta de las dimensiones de mayor vulnerabilidad y precariedad en el amplio abanico de experiencias migratorias que construyen el universo narrativo de Everything Inside. En la balsa, en el refugio para indocumentados y luego en el trabajo como ilegal en la construcción, Arnold experimenta al mismo tiempo la cercanía y solidaridad con otros haitianos y caribeños y la imposibilidad de ser solidario cuando la propia vida está en juego. El protagonista tiene una historia única y singular a la vez que compartida con otras personas que arriesgan su vida al subirse a la balsa y que, cuando llegan, pueden ser inmediatamente detenidos y deportados. Si logran quedarse, como Arnold, pasan a formar parte de mundos laborales precarizados e inseguros, como el que termina por costarle la vida. El relato de la vida de Arnold en Miami muestra también la realidad de esa ciudad, destino soñado e idealizado de muchos migrantes. Una vez instalado ahí, sin embargo, el protagonista descubre que también está poblada de miserias. La mirada del viajero que llega a la metrópoli devela así lo que esta también esconde:
What he had not foreseen about Miami, though, was the plethora of stories like his. He had also not realized that there would be homeless families sleeping under a bridge a few feet from the luxury hotel that he was helping to erect. The poor dead children he heard about in the news were also a shock to him, the ones who were randomly gunned down by the police or by one another, in schools, in their homes, while walking in the streets, or playing in city parks. (208)
La ficcionalización del viaje migratorio también tiene un lugar prominente en narrativas dirigidas a un público juvenil. Es el caso, por ejemplo, de Behind the Mountains (2002) de Danticat y American Street (2017) de Ibi Zoboi. En esta última la protagonista, Fabiola Toussaint, es separada de su madre en el contpapel migratorio debido a que esta no tiene los documentos en regla. La novela narra las vicisitudes que enfrenta Fabiola mientras vive con una tía que le prohíbe hablar en creol y unas primas que ya están totalmente integradas en una subcultura juvenil atravesada por la violencia. En estas novelas juveniles reencontramos una serie de tópicos también presentes en las dirigidas al público adulto -la partida de la isla y la llegada a Estados Unidos como dos hitos fuertemente marcados en la memoria de los migrantes, los desafíos de aprender un idioma nuevo, la confrontación con el racismo, la inserción en sectores populares y en comunidades migrantes en Estados Unidos-, pero tratados en general con menor radicalidad y dureza.
Otros textos en los que el viaje migratorio desde el Caribe hacia Estados Unidos constituye un motivo central son Brother, I'm Dying (2007) y The Dew Breaker (2004) de Edwidge Danticat, la novela ganadora del Premio Pulitzer The Brief Wondrous Life of Oscar Wao (2007) de Junot Díaz, Mouths Don't Speak (2017) y Drifting (2014) de Katia Ulysse. Esta lista se amplía aún más si consideramos otros destinos migratorios, como Canadá y las antiguas metrópolis coloniales. La centralidad que tiene la recreación o ficcionalización del viaje migratorio en estos corpus refuerza la importancia que tiene este desplazamiento en el surgimiento de nuevas identidades personales y colectivas, que de un modo desterritorializado siguen vinculadas al país de origen a la vez que negocian su pertenencia al de destino.
4. El viaje a África
Para Stuart Hall las diásporas afrocaribeñas del siglo XX, instaladas en distintos territorios de Norteamérica y Europa, son producto de un doble proceso de diasporización. El primero se remonta al periodo de la trata esclavista, que abarca aproximadamente desde fines del siglo XVI hasta mediados del siglo XIX e implicó el traslado a través del Pasaje Medio de millones de esclavizados africanos (se calcula que unos cinco millones terminaron instalados en alguna colonia caribeña). El segundo se produce a lo largo del siglo XX con la migración de afrocaribeños a las antiguas metrópolis coloniales -sobre todo París y Londres- o a Norteamérica.
Si retomamos la idea de la importancia de la memoria y la conexión con el lugar de origen en la conformación de las comunidades diaspóricas vemos que en el caso de la diáspora afrocaribeña del siglo XX este último se puede difractar en dos: por un lado, está el origen cercano, biográfico, inmediatamente familiar, en algún territorio caribeño; por otro lado, está el histórico, vinculado a la experiencia traumática de la salida de África debido a la trata esclavista. A lo largo del siglo XX, un número no menor de intelectuales y escritores afrodescendientes viajaron al continente africano para recorrerlo e incluso para instalarse a vivir en él, sobre todo en el periodo inmediatamente posterior a los procesos de descolonización. Las actualizaciones contemporáneas de estos viajes han dado origen a una gama de escrituras articuladas en torno a la memoria traumática de la trata y la esclavitud, y a la problematización de la idea de que es posible "regresar" al lugar de origen de los ancestros (Stecher y Johansson).
Los libros The Atlantic Sound (2000) de Caryl Phillips, A Map to the Door of No Return. Notes to Belonging (2001) de Dionne Brand y Lose your Mother: A Journey Along the Atlantic Slave Route (2007) de Saidiya Hartman indagan en la configuración de África como lugar de origen al que la diáspora afrodescendiente aspiraría a retornar. La bajada de título de A Map to the Door of No Return da cuenta de uno de los ejes centrales en los debates que plantean estos textos. Notes to Belonging es una frase extraña, que obliga a detenerse. ¿Qué significa dirigirle unas notas a la pertenencia? La lectura de este texto genéricamente híbrido, que incorpora relatos de viajes, apartados biográficos, diálogos intertextuales de diverso tipo, fragmentos de textos de distinta proveniencia histórica y reflexiones ensayísticas, releva el lugar central que tiene para los sujetos de la diáspora la pregunta por la pertenencia. En ese contexto África aparece como un origen al que eventualmente se podría regresar, en el que podrían sanar las heridas dejadas por la discriminación, el racismo y la exclusión que sufren los afrodescendientes en el Nuevo Mundo. Sin embargo, Brand desconfía y alerta contra la utopía del retorno a un continente que tiene sus propios quinientos años de historia y transformaciones, que en ningún caso puede seguir siendo el mismo lugar del que fueron arrancados sus ancestros.
Por su parte, los libros de Phillips y Hartman relatan viajes a distintos lugares de África, fundamentalmente aquellos vinculados a la trata esclavista y que en la actualidad constituyen destinos de un turismo de la memoria orientado fundamentalmente a miembros de la diáspora (Bruner). Phillips visita la ciudad de Elmina en la costa de Ghana, donde se ubica el fuerte en el que se retenía a los esclavizados antes de subirlos a los barcos. El viajero llega a la ciudad durante la celebración de la Panafest, y observa con ironía y escepticismo los esfuerzos desplegados por los organizadores para propiciar el encuentro entre los habitantes de África y de la diáspora.
La cuestión del lugar de pertenencia o de origen aparece muy pronto en el relato de Phillips. ¿A partir de la pregunta de su compañero de asiento -Where are you from? - surge la reflexión en torno a lo difícil que es para alguien con su historia enfrentar esa interrogante:
The question. The problem question for those of us who have grown up in societies which define themselves by excluding others. Usually us. A coded question. Are you one of us? Are you one of ours? Where are you really from? And now, here on a plane flying to Africa, the same clumsy question. Does he mean, who am I? Does he mean, do I belong? Why does this man not understand the complexity of his question? I make the familiar flustered attempt to answer the question. He listens, and then spoils it all. 'So, my friend, you are going home to Africa. To Ghana'. I say nothing. No, I am not going home. (124-125, cursivas en el original)
Como señala María Lourdes López, el viaje de Phillips "is an exploration of the elusive notions of home and cultural identity that are troubled by the complex background of a Caribbean-born author, who is raised in England and resides in the United States" (72). Desde el inicio de su viaje, Phillips tiene claro que la fantasía de África como un hogar al que se puede regresar es solo eso, una fantasía. Sabe también que el sentimiento de no pertenencia en gran medida está motivado por la experiencia de no ser aceptado en una sociedad en la que no hay espacio para un inglés negro (ni para europeos negros, como muestra en su libro The European Tribe [1987]). Una vez en Ghana y a través de sus visitas a lugares de memoria como el Castillo de Elmina, Phillips va confirmando la distancia que lo separa del continente del que alguna vez fueron arrancados sus ancestros y se niega a caer en una actitud nostálgica que lo idealiza como origen perdido al que es posible retornar.
En la experiencia de Saidiya Hartman en África también termina teniendo más peso el sentimiento de distancia y diferencia que el de pertenencia. En su viaje, ella reconstruye las rutas que siguieron los esclavizados, desde el interior del continente, pasando por distintos mercados internos en que los africanos participaron como tratantes y hasta los lugares de la costa en que se juntaban las "piezas de ébano" antes de embarcarlas. Hartman reconoce en su libro que a lo largo de su viaje se fue haciendo cada vez más evidente la oposición entre los africanos y los miembros de la diáspora, identificados como "obruni", extranjeros, extraños: "Obruni forced me to acknowledge that I didn't belong anyplace. The domain of the stranger is always an elusive elsewhere" (4).
Un factor fundamental en la distancia entre africanos y afrodiaspóricos es justamente la relación con la historia y la memoria de la esclavitud. En sus relatos de viaje Phillips y Hartman buscan hablar con los africanos sobre su relación con esa historia y encuentran por lo general los mismos silencios y vacíos que habían impulsado sus propios viajes ("Everyone avoided the word 'slave,' but we all knew who was who. As a 'slave baby', I represented what most chose to avoid: the catastrophe that was our past, and the lives exchanged for India cloth, Venetian beads, cowrie shells, guns, and rum" [Hartman 4]). Estos escritos muestran también el papel que juega la sensación de no aceptación por parte de las sociedades americanas y europeas en la idealización de África como un lugar de posible pertenencia no conflictuada. De este modo, la nostalgia por un origen y el no sentirse aceptados por la sociedad de destino, se conjugan en relatos de viaje que finalmente tienden a confirmar que la pertenencia a África debe ser pensada en términos del espacio simbólico de la diáspora que conjuga imaginación, memoria y referencia.
5. Retorno al Caribe
La tradición literaria vinculada con el viaje de retorno al Caribe es de larga data y cuenta con textos que constituyen referencias importantes para la representación y reflexión sobre esa experiencia. Uno de los libros más prominentes en este canon es indudablemente el Cahier d'un retour au pays natal (1939) de Aimé Césaire. En la primera parte del poema el viajero recién desembarcado en Martinica observa las escenas de miseria y desposesión que revela la luz del amanecer. Frente a esta realidad el sujeto poético se compromete a ser la voz de los oprimidos y a luchar activamente por mejorar su situación.
En el Caribe hispánico, el cuento "Pollito Chicken" (1977) de Ana Lydia Vega tematiza el viaje de visita de Estados Unidos a Puerto Rico desde una perspectiva crítica de la alienación de los nuyoricans. Esto sigue en la línea del tratamiento que se hace del débarqué en Piel negra, máscaras blancas (1952); Frantz Fanon "describes the débarqué as an Antillean-born subject who, after some time spent in France, has freshly landed back in Martinique or Guadeloupe and flaunts disgraceful signs of French acculturation. All these words that originate from a sedentary Antillean perspective carry unpleasant undertones" (Boisseron 5).
En las escrituras de viaje de la diáspora caribeña contemporánea es posible reconocer la existencia de diálogos con estos textos y en particular con los campos semánticos en los que instalan la figura del migrante/exiliado que retorna. Libros como Pays sans chapeau (1996) y L'énigme du retour (2009) del haitiano-canadiense Dany Laferrière, My Brother (1997) de la antiguana-estadounidense Jamaica Kincaid y The Brief Wondrous Life of Oscar Wao (2007) de Junot Díaz, se articulan en gran medida en torno a historias y experiencias de regreso al Caribe. Estos textos contemporáneos tienden a mirar con distancia y escepticismo la figura del escritor/poeta/intelectual comprometido y a tensionar la forma en que son percibidos por quienes no salieron de sus países. Leído en conjunto, este corpus muestra que en la escritura caribeña diaspórica contemporánea la tematización del retorno es otro elemento que contribuye a la consolidación de la comunidad diaspórica. Es decir, más que como un proyecto a realizar de forma concreta y real, el retorno funciona como un topos que permite articular demandas a la sociedad de destino y de origen, a la vez que entrega cohesión a la diáspora.
En su libro autobiográfico My Brother, Jamaica Kincaid relata sus viajes de regreso a Antigua desde Estados Unidos motivados por la enfermedad de su hermano Devon. A lo largo del texto, la narradora nos presenta su incomodidad con distintas experiencias que vive en su retorno a Antigua: su familia la molesta porque ya no habla el creol de la isla y les resulta difícil comprender el inglés estándar en el que se comunica ("I had lived away from home for so long that I no longer understood readily the kind of English he spoke... You talk funny, he said" 8); hasta el final de su vida su hermano mantiene oculta su homosexualidad, y para probar su "hombría" expone a muchas mujeres al contagio del sida que termina por matarlo. La narradora protagonista de My Brother resiente que la traten como a una extraña, pero se niega a hablar en creol y a retomar costumbres que ya ha dejado atrás. Por otro lado, la narradora expresa su malestar por la expectativa y exigencia de la familia de que sea ella quien se haga cargo de pagar el tratamiento de su hermano. De este modo, Kincaid aborda críticamente uno de los aspectos centrales de la relación entre los territorios caribeños y sus diásporas: la centralidad del envío de remesas, que sostiene no solo a los familiares que se quedaron, sino a la economía nacional de muchos países. Tenemos así que mientras por un lado la protagonista de Kincaid ve negada o cuestionada su pertenencia al lugar de origen, por el otro se le exige hacerse cargo económicamente del tratamiento de su hermano, algo que enfrenta con ambivalencia. Pensamos que el vínculo que se mantiene a través del envío de dinero a los familiares que no han migrado puede leerse como la forma contemporánea que asume la demanda de compromiso, aunque en apariencia se restrinja al universo de las relaciones familiares. En la obra de Kincaid se despliega una crítica abierta a esta demanda, que es vista como una carga muchas veces injusta para quienes migran.
En L'énigme du retour tenemos otra historia de retorno al país de origen, esta vez motivada por la muerte del padre del protagonista. Este viaja a Haití para comunicarle a su madre la muerte de su marido, que vivía en el exilio neoyorquino desde hacía varias décadas. El padre muerto encarna a plenitud la figura del intelectual comprometido que sigue siendo admirado por sus compatriotas expatriados por su valentía en la lucha contra Duvalier. El hijo se siente distante de esa figura, que metonímicamente se asocia a la del sujeto lírico cesariano que proclama: "Mi boca será la boca de las desdichas que no tienen boca, mi voz, la libertad de las voces que se desploman en las mazmorras de la desesperación" (Césaire 44). La relación intertextual con el Cahier de Césaire es un elemento fundamental en el relato del viaje de retorno del protagonista de Laferrière, que problematiza el lugar mítico de su padre y del sujeto poético césariano, sobre todo en su posibilidad de ser actualizados contemporáneamente. Al igual que la protagonista de My Brother, el viajero de Laferrière se siente incómodo en las situaciones en que distintas personas lo tratan como si fuera extranjero.
Vemos entonces que el tema del retorno sigue teniendo un lugar importante en las escrituras de viaje de la diáspora caribeña contemporánea. Pero aunque en los textos puede haber algún espacio para la nostalgia por el origen, este no es el afecto que predomina. Si está presente es más desde la sensación de algo irremediablemente perdido, lo que los viajes de retorno tienden a confirmar. Los protagonistas de estas historias se ven confrontados a reacciones que les recuerdan permanentemente su extranjería, a la vez que se sienten exigidos por demandas implícitas o explícitas de apoyo económico o compromiso social.
6. Reflexiones finales
A lo largo de este trabajo hemos querido mostrar las tendencias de un campo de producción literaria contemporánea que surge de un conjunto de escritores que forman parte de comunidades caribeñas migrantes. Hemos visto que en sus escritos la experiencia y reflexión sobre el viaje tiene un papel central para la articulación de discursos e imaginarios diaspóricos. Desde una perspectiva afín a la crítica poscolonial atendemos a las transformaciones del género de la escritura de viajes y a la emergencia de nuevos sujetos del viaje, de distintos tipos de viaje y de la inversión de la mirada colonial, mediante lenguajes y ejercicios de memoria individuales y colectivos. Por otro lado, observamos que el motivo literario del viaje y la representación de los viajes contribuye a la configuración y autorización de un espacio de enunciación diaspórico. Un aspecto común a los distintos viajes analizados y organizados en el artículo en torno a tres ejes, es que la centralidad que las conceptualizaciones sobre diáspora le atribuyen al origen, tiende a ser problematizada. Es decir, si bien se recorren rutas que llevan al África de los ancestros o a las islas de origen, una vez en ellas surgen reflexiones sobre la imposibilidad de recuperar el pasado y sobre la función del imaginario del viaje y la fantasía del retorno en la consolidación de la comunidad en la diáspora.
Consideramos que las escrituras de viajes de autores de la diáspora afrocaribeña juegan un importante papel en la configuración de un espacio discursivo no delimitado por fronteras nacionales ni por la lealtad hacia un territorio, lengua o historia única. Los textos estudiados muestran cómo los desplazamientos y trayectorias habilitan el trazado de nuevos mapas y la visibilización de coordenadas, no siempre presentes en los relatos hegemónicos. Siguiendo la propuesta de Brubaker citada en el artículo, leemos en estos textos diaspóricos un conjunto de demandas contra las concepciones tradicionales de pertenencia, las idealizaciones del origen y las experiencias de exclusión y subordinación que tienen las personas racializadas en los lugares a los que migran. La configuración de un espacio y la afirmación de una diferencia diaspórica permiten también marcar una distancia crítica con respecto a relatos que promueven la asimilación de las personas migrantes como destino final del viaje. Afirmar un espacio diaspórico permite resistir ese discurso y explorar otras posibilidades de relacionarse con el lugar de origen, de llegada y los diversos territorios que habita la diáspora.