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INTRODUCCIÓN
La fimosis es el estrechamiento prepucial que imposibilita la exposición del pene. Este estrechamiento puede presentarse de manera asintomática o conducir a la aparición de signos clínicos que van desde disuria, estranguria y polaquiuria hasta la obstrucción completa de las vías urinarias (Bright y Mellanby 2004).
La fimosis es un problema poco frecuente en gatos. Puede clasificarse por su origen en congénita o adquirida. La fimosis congénita regularmente es consecuencia de un defecto genético, mientras que la adquirida es secundaria a un trauma, tumor o inflamación en alguna etapa de la vida del gato (Yoon y Jeong 2013).
Por otro lado, los gatitos huérfanos tienden a exacerbar el reflejo de chupeteo o succión, y lo dirigen hacia sus hermanos de camada. En una camada de gatitos abandonados de pocas semanas de edad puede presentarse un chupeteo constante entre hermanos, especialmente en los genitales, los cuales permanecen inflamados durante su desarrollo temprano como consecuencia (Little 2013). La inflamación crónica y la succión insistente pueden provocar cambios prepuciales irreversibles como la reducción del diámetro del orificio prepucial (Coomer 2013). El diagnóstico de esta patología se realiza sin mayor dificultad, basta con la anamnesis y el examen físico general (May y Hauptman 2009).
El objetivo del presente trabajo es exponer un caso de fimosis adquirida debido al chupeteo compulsivo de los genitales en una pequeña camada de gatitos abandonados con la intención de contribuir al conocimiento y la difusión de este fenómeno, ya que existen pocas fuentes de información donde se describen casos similares (Planzo-Fernandes et al. 2021). Así, brindar al clínico y cirujano veterinario las herramientas básicas de reconocimiento y abordaje de dicha patología.
DESCRIPCIÓN DEL CASO
Anamnesis
Dos gatos domésticos, hembra y macho, de un mes y medio de edad, fueron llevados al consultorio del autor en Misantla, Veracruz, México. La persona responsable cuenta haberlos rescatado del abandono dos semanas atrás, se encontraban en una caja en la calle. Cuando los llevó a su casa, se percató de que ambos animales succionaban sus genitales mutuamente a modo de "chupeteo". Después de alimentarles unos días con leche, mostraron una disminución en la conducta de chupeteo, aunque esta persistía. Fueron desparasitados y se indicó ofrecer una dieta con alimento seco super premium, después de dos semanas mejoraron su condición considerablemente. Sin embargo, la propietaria notó irritación genital en ambos y dificultad para orinar en el macho. Por tal razón, decide llevarlos de nuevo a la consulta.
Examen físico general
El gato presentaba claros signos de enfermedad urinaria del tracto bajo, especialmente disuria, poliaquiuria y abultamiento del prepucio. Al examinar con detenimiento, no se notaba orificio prepucial salvo cuando salía una gota de orina (figura 1), por lo que se decidió realizar una postioplastía circunferencial para corregir el defecto adquirido, y orquiectomía como método de control reproductivo. Dicho procedimiento se realizó dos semanas después, cuando el gatito tenía de dos meses y medio a tres meses de edad.
Técnica quirúrgica
Se empleó un protocolo anestésico mixto: anestesia general fija y bloqueo local. Como medicación preanestésica se empleó clorhidrato de dexmedetomidina (0,5 mg/mL. Dexdomitor. Orion Pharma. Finlandia) a 0,04 mg/kg y meloxicam (5 mg/mL. Metacam. Boehringer Ingelheim. EUA) a 0,3 mg/kg vía IM. Después de 15 minutos, se administró como anestesia la combinación tiletamina/zolacepam (100 mg/mL. Zoletil 100. Virbac. Francia) a 8 mg/kg IM, seguido de un bloqueo local con 1 mg/kg de bupivacaína (7,5 mg/mL. Buvacaína. Pisa. México), la dosis fue dividida en tres partes, una parte se administró en cada testículo (intratesticular) y la otra en el rafe escrotal (subcutánea) según las indicaciones de la American Hospital Animal Association (Grubb et al. 2020). Se rasuró y realizó la asepsia del escroto y prepucio. Primero, se llevó a cabo la orquiectomía de acuerdo con la técnica descrita en el manual: técnicas quirúrgicas para el control reproductivo de animales de compañía en áreas rurales (Soberanis-Ramos et al. 2021). Después se realizó una incisión circunferencial de 3 mm de diámetro alrededor de la zona del orificio prepucial con una hoja de bisturí del número 15 (figura 2). Se continuó el corte con cuidado hasta llegar a la mucosa prepucial, la cual se incidió con una tijera de iris para dejar un orificio similar al cutáneo, con la intención de observar el extremo distal del pene con facilidad, pero evitar que este quedara expuesto. Luego se realizó una sutura mucocutánea con puntos separados con hilo de nylon calibre 4-0 (figura 3). Al final, se presionó la vejiga para provocar micción, donde se observó la salida de orina sin resistencia (figura 4). El paciente se envió a casa al día siguiente con tratamiento analgésico (tramadol: 2 mg/kg cada 8 h por tres días, oral) e indicaciones de llevar un cono isabelino durante una semana.
Evolución del paciente
Desde el día siguiente al tratamiento quirúrgico, el gato mostró buen estado de ánimo y no volvió a presentar dificultad para orinar. Las suturas fueron removidas a los siete días, al igual que el cono (figura 5).
Se revisó nuevamente al paciente un mes después de la cirugía y fue posible exponer el pene durante la exploración sin molestias aparentes. Hasta su última revisión a los ocho meses de edad, el paciente no presentó signos de problemas en las vías urinarias bajas.
DISCUSIÓN DEL CASO
La técnica quirúrgica presentada en este caso ha sido empleada para la resolución de fimosis congénita y adquirida en gatos en crecimiento y adultos (Yoon y Jeong 2013). Sin embargo, Vlaming et al. (2019) estudiaron 8 gatitos con fimosis, dos de los cuales presentaban adherencias balanoprepuciales, por lo que decidieron realizar una uretrostomía prepucial en estos casos. En el resto, se realizó la postioplastía circunferencial. Un año y medio después de las intervenciones, ningún gato presentó problemas urinarios relacionados con el prepucio. De acuerdo con la clasificación descrita por estos autores, en la fimosis tipo 1 se presenta el pene libre dentro del prepucio acumulando orina en el saco prepucial, mientras que en el tipo 2 se presentan adherencias.
May y Hauptman (2009) reportan la presencia de estranguria en 8 de 10 gatos con fimosis. Este signo se debe tener en consideración al momento de realizar la anamnesis, ya que no siempre es evidente durante la exploración del animal y su hallazgo depende a veces de la observación en casa por parte del propietario.
En el presente caso se realizó primero la orquiectomía. Aunque no se describe o sugiere en casos publicados, se acordó con el propietario como método de control reproductivo sin presentarse complicación alguna.
CONCLUSIÓN
La postioplastía circunferencial resolvió la fimosis adquirida tipo 1 en un paciente pediátrico felino. No se presentaron complicaciones posoperatorias. Se trata de una técnica quirúrgica segura, simple y accesible para cualquier cirujano veterinario, por lo que su empleo se sugiere para resolver casos similares.
