SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.31 issue1THE PRESENT PERFECT TENSE IN PERUVIAN ANDEAN SPANISH: INNOVATIVE USES AND EXTENSION TO AORISTIC CONTEXTSLINGUISTIC ATTITUDES OF PARENTS IN COLOMBIAN AND MEXICAN FAMILIES IN HOUSTON: A QUALITATIVE STUDY author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Forma y Función

Print version ISSN 0120-338X

Forma funcion, Santaf, de Bogot, D.C. vol.31 no.1 Bogotá Jan./June 2018

https://doi.org/10.15446/fyf.v31n1.70445 

Artículos

LA POLISEMIA DE LA POSPOSICIÓN «Ã» EN BRIBRI*

THE POLYSEMY OF THE POSTPOSITION «Ã» IN BRIBRI

A POLISSEMIA DA POSPOSIÇÃO «Ã» EM BRIBRI

Haakon S. Krohn **  

** Magíster en Lingüística de la Universidad de Costa Rica, Costa Rica. Docente del Departamento de Lingüística de la misma institución. hkrohn@gmail.com


Resumen

En este artículo, se examina la polisemia de la posposición bribri «ã» desde el punto de vista de la Lingüística cognitiva. Se propone una red semántica en la que todos los sentidos de la palabra se vinculan directa o indirectamente con un significado central: la locación estática espacial de un trayector dentro de un marco concebido como un contenedor tridimensional (inesivo). A partir de esta protoescena, emergen varias extensiones semánticas por medio de metáforas, metonimias y subjetivación, formando distintos continuos de significados relacionados. De esta manera, el sentido primario se extiende tanto al dominio temporal como al subdominio espacial dinámico. Asimismo, de la función de marcador metaespacial se deriva una serie de usos de «ã» como marcador de los roles semánticos más abstractos de receptor, destinatario de actos comunicativos y beneficiario.

Palabras clave: lengua bribri; lingüística cognitiva; red semántica; lingüística espacial; adposiciones

Abstract

This paper examines the polysemy of the Bribri postposition «ã» from the perspective of cognitive linguistics. It suggests a semantic network in which all the senses of the word are directly or indirectly linked to one central meaning: the static spatial location of a trajector within a landmark conceived as a three-dimensional container (inessive). Several semantic extensions emerge from this proto-scene through metaphors, metonymies, and subjectification, thus creating different continua of associated meanings. In this manner, the primary sense extends to both the temporal domain and the dynamic spatial sub-domain. Likewise, a series of uses of «ã» as a marker of the more abstract semantic roles of recipient, addressee, and beneficiary derives from the function of the metaspatial marker.

Keywords: Bribri language; cognitive linguistics; semantic network; spatial linguistics; adpositions

Resumo

Neste artigo, examina-se a polissemia da posposição bribri «ã» do ponto de vista da linguística cognitiva. Propõe-se uma rede semântica na qual todos os sentidos da palavra se vinculam direta ou indiretamente com um significado central: a locação estática espacial de um trajetor dentro de um marco concebido como contenedor tridimensional (inessivo). A partir disso, emergem várias extensões semânticas por meio de metáforas, metonímias e subjetivação, formando diferentes contínuos de significados relacionados. Desse modo, o sentido primário é estendido tanto ao domínio temporal quanto ao subdomínio espacial dinâmico. Além disso, da função de marcador metaespacial, deriva-se uma série de usos de «ã» como marcador dos papéis semânticos mais abstratos de receptor, destinatário de atos comunicativos e beneficiário.

Palavras-chave: justaposições; língua bribri; linguística cognitiva; linguística espacial; rede semântica

INTRODUCCIÓN

La posposición «ã» en bribri1 exhibe un alto grado de polisemia; es decir, presenta una serie de significados distintos pero relacionados. A pesar de la falta de estudios detallados al respecto, parece que esta es una de las posposiciones bribris que presentan mayor variación semántica2. En publicaciones anteriores, se han proporcionado los siguientes sentidos para «ã»:

Con base en estas definiciones, se puede deducir que «ã» corresponde, por lo menos parcialmente, a los significados de varias preposiciones y locuciones preposicionales españolas: en, dentro de, a, para y hacia. Entradas breves de este tipo son necesarias en diccionarios y vocabularios que cuentan con un espacio limitado, pero como descripciones semánticas son deficientes en, al menos, dos sentidos. En primer lugar, puesto que también las preposiciones españolas ofrecidas como traducciones son altamente polisémicas, no queda claro exactamente qué sentidos de las palabras españolas corresponden a los de la posposición bribri. En segundo lugar, las definiciones no evidencian los enlaces semánticos que existen entre las distintas acepciones de la palabra. Estos problemas constituyen la motivación para el presente estudio, en el que se ahonda en la gran variedad de significados expresados por la posposición «ã» y los vínculos cognitivos entre ellos.

El modelo de la polisemia de «ã» se desarrolla desde la perspectiva de la Lingüística Cognitiva (LO), con énfasis particular en las teorizaciones de Langacker (1987, 1991, 2008), Tyler y Evans (2003) y Rhee (2004). Según este punto de vista, la representación de la semántica de la posposición en el lexicón mental no consta de entradas discretas, sino de una red altamente compleja de sentidos cognitivamente relacionados, los cuales derivan de una sola protoescena (proto-scene, concepto definido en el apartado «Fundamentos teóricos»). De este modo, señalamos la gran variedad de usos que presenta la palabra y mostramos que todos sus significados se hallan dentro de un sistema multidimensional de distintos continuos que, dicho de manera simplificada, se extienden desde los sentidos más concretos (en el dominio espacial) hasta los más abstractos (por ejemplo, en el dominio temporal y como marcador de beneficiario y de destinatario de actos comunicativos).

Los datos bribris analizados provienen principalmente de los textos y los ejemplos incluidos en las obras de Jara (1993), Margery (1996), Constenla, Elizondo y Pereira (1998), Jara y García (2008, 20134, 2015) y Krohn (2017) 5. Estas fuentes fueron examinadas minuciosamente para identificar todas las apariciones de la posposición «ã». Además, algunos datos adicionales fueron proporcionados por Alí García Segura6, hablante nativo del dialecto de Coroma. Puesto que la semántica de «ã» no parece presentar diferencias fundamentales entre un dialecto y otro, se incluyen datos provenientes de cualquiera de las tres variedades geográficas principales del bribri7, sin especificar el origen geográfico de cada ejemplo.

FUNDAMENTOS TEÓRICOS

La LC es una corriente centrada en el estudio del vínculo entre la cognición humana y la gramática. Se relaciona con la tradición funcionalista, pero le da mayor énfasis a la función semiológica del lenguaje (Langacker, 2008, p. 7). De acuerdo con Lakoff (1987, p. 91), el lenguaje es una parte importante del sistema cognitivo general, por lo que varias categorías conceptuales se reflejan en la gramática.

A pesar de la variación interlingüística, todas las lenguas siguen principios de categorización generales, los cuales abarcan nociones como la prototipicidad, la idealización y el encadenamiento. De esta manera, la lengua no alude directamente al «mundo real», sino a la interpretación del mundo en el sistema cognitivo humano (Tyler & Evans, 2003, p. 3).

La estructura conceptual, a su vez, es un producto de la experiencia y la interacción con el mundo físico. Por esa razón, para la mayoría de los lingüistas cognitivos el dominio espacial es el básico, pues lo directamente percibido con el sistema sensorial son las tres dimensiones espaciales, de ahí que el espacio sea un primitivo semántico en el que los estudios de las adposiciones deben basarse (e. g. Rhee, 2004, p. 409). Esta hipótesis es conocida como localismo (localism) (Lyons, 1977, p. 718) e implica que «la información semántica y conceptual puede reducirse a información espacial concreta»8 (Frawley, 1991, p. 229).

Como consecuencia de la primordialidad del espacio, las lenguas humanas tienden a codificar lingüísticamente las nociones más abstractas en términos del dominio espacial, fenómeno a menudo referido como experiencia encarnada (embodied experience) (Tyler & Evans 2003, p. 23). Tales transferencias se llevan a cabo por medio de distintos mecanismos de extensión semántica. En el caso de «ã» en bribri, se pueden identificar ajustes basados en metáforas, metonimias y subjetivaciones. La subjetivación (subjectification) es definida por Traugott (2010, p. 60) como «el desarrollo de significados que expresan la actitud o el punto de vista del hablante»9.

En cuanto a las metáforas, este mapeo de estructura conceptual de un dominio a otro (normalmente de un dominio concreto a uno más abstracto) es, a menudo, llevado a cabo de manera sistemática dentro de una lengua, fenómeno denominado metáfora conceptual (conceptual metaphor) por Lakoff y Johnson (1980).

Otra noción fundamental en la lo son los esquemas de imagen (image schemas): los primos conceptuales que conforman cada relación espacial en una lengua.

Langacker (2008, p. 32) los define como «patrones de actividad esquematizados abstraídos de la experiencia corporal cotidiana, especialmente en lo que concierne a la visión, el espacio, el movimiento y la fuerza»10. Tal aproximación a la semántica permite describir estructuras complejas en términos de los componentes conceptuales más simples. Es importante subrayar que, como señalan Clausner y Croft (1999, p. 13), en la lo los esquemas no son considerados elementos solamente teóricos, sino que se proclama su realidad psicológica.

En lo que concierne a la posposición «ã», todas las extensiones semánticas que presenta involucran principalmente dos esquemas de imagen básicos del dominio semántico espacial, denominados CONTENEDOR Y FUENTE-OAMINO-META por Lakoff (1987) 11. Según este autor (p. 272), el primero consiste en tres elementos estructurales: un interior, un límite y un exterior. Por su lado, el segundo está compuesto por un punto de inicio, un punto de llegada y una dirección, además de una serie de elementos cuyas propiedades varían a lo largo del eje temporal (Lakoff & Núñez, 2000, p. 37).

Cualquier concepto mental se entiende en relación con un dominio semántico en el que esté incrustado, es decir, un contexto de estructuras de conocimiento previo (Clausner & Croft, 1999, p. 2). Como los dominios son formados por medio de la experiencia humana, no pueden ser exhaustivamente enumerados ni claramente delimitados (Rhee, 2004. p. 401). No obstante, el dominio fundamental en la semántica de «ã» es claramente el espacial, que puede dividirse en dos subdominios: el estático y el dinámico. Además, como se aprecia en este artículo, dicha posposición presenta una serie de extensiones a dominios más abstractos, tales como el temporal y el de beneficio.

En la descripción de los esquemas haremos uso de dos nociones recurrentes en la lo: trayector (trajector; TR) y marco (landmark; LM)12. El TR es el participante más prominente en una relación espacial; el que es localizado, evaluado o descrito (Langacker, 2008, p. 70). En bribri, suele ser expresado como argumento verbal, típicamente de caso absolutivo. Cabe aclarar que, a pesar de que la denominación sugiera movimiento, el TR bien puede ser un objeto inmóvil. El LM, por su lado, es el participante de enfoque secundario y constituye el punto de referencia para la expresión de la localización o la trayectoria del TR. Por lo general, es físicamente más grande que el TR y suele concebirse como estático. El LM es codificado en bribri como complemento de la posposición.

De acuerdo con el punto de vista de la lo, la gramática y el léxico forman parte de un continuo, por lo que todos los usos de «ã» también pueden ubicarse en esta escala léxico-gramatical. En un extremo, se encuentran los significados más léxicos y concretos (los pertenecientes al dominio espacial), mientras que los usos más gramaticales y abstractos se ubican en el otro extremo. Los últimos estarían derivados de los primeros, por medio de procesos de abstracción cognitiva. Es importante ser consciente de que los distintos componentes de una relación expresada por «ã», por ejemplo, el TR, el LM y la trayectoria, no necesariamente presentan el mismo grado de abstracción, así que, en realidad, los sentidos de la posposición conforman una red compleja, no una escala simple.

Asimismo, las dimensiones espaciales codificadas lingüísticamente pueden ser canónicas (reflejar el mundo real) o conceptuales. El hecho de que los seres humanos percibamos tres dimensiones entraña que los objetos suelen conceptualizarse como puntos (cero-dimensionales), líneas (unidimensionales), superficies (bidimensionales) o volúmenes (tridimensionales). Esta dimensionalidad se refleja en la codificación lingüística de los objetos, sobre todo en la elección de adposiciones.

En la LO, la semántica de una partícula espacial (por ejemplo, una adposición) polisémica suele representarse como una red radial que enlaza todos los significados. Cada red está coherentemente estructurada y tiene como base una protoescena, la cual es definida por Tyler y Evans (2003, p. 52) como «una representación mental idealizada que abarca las escenas espaciales recurrentes asociadas con una partícula espacial particular»13.

La protoescena combina elementos idealizados de una experiencia del mundo real y una relación conceptual, lo que permite su representación mediante un diagrama simple. Como sintetiza Luraghi (2009, p. 168), la protoescena para determinada preposición (o posposición, en el caso del bribri) se identifica considerando todas las escenas posibles para encontrar el esquema que todas tengan en común y permanezca constante. De esta manera, todos los significados son cognitivamente derivados a partir de un significado central. Según Tyler y Evans (2003, p. 32), estas formaciones son productos de la percepción de conexiones comunicativamente útiles entre usos no básicos y el sentido básico de una palabra o una estructura.

NATURALEZA DE LAS POSPOSICIONES

Las posposiciones son un subtipo de adposiciones que se caracterizan por colocarse a la derecha de su complemento. Son inherentemente transitivas, lo que quiere decir que una posposición constituye el núcleo de un sintagma posposicional que, además, engloba al complemento, el cual es prototípicamente nominal. La función de las posposiciones es establecer el vínculo sintáctico y semántico entre su complemento y un elemento (la «cabeza») fuera del sintagma posposicional que rige al complemento (Hagège, 2010, p. 8). Así, en el enunciado bribri presentado en el ejemplo 1, donde el sintagma posposicional aparece en negrita (subrayado en la traducción), la posposición «ã» establece una relación espacial asimétrica entre el verbo estativo «bák» 'estuvo' (modificado por el posicional «tẽr» 'metido'), que es la cabeza, y el LM «i úk» 'su hueco'14, que es el complemento. La semántica de la posposición, en interacción con el contexto y la semántica de las demás palabras, es la que define el tipo de relación; en este caso, locativa estática (inesivo).

Debido a esta función de enlace y la dependencia del contexto lingüístico en la determinación de la función exacta de las adposiciones, tradicionalmente se han considerado elementos gramaticales de poco contenido semántico. Es la naturaleza de los otros elementos léxicos de la construcción adposicional (la cabeza, el complemento y el TR) lo que en última instancia delimita los posibles significados de cada adposición, de ahí que sea casi imposible caracterizar las adposiciones sin tomar en cuenta el contexto sintáctico (Martín, 2000, p. 16).

Sin embargo, de acuerdo con la LC, todas las estructuras lingüísticas (inclusive las construcciones sintácticas) son simbólicas. Por ende, también las adposiciones poseen contenido semántico. Aun así, en el continuo léxico-gramatical se ubican, indudablemente, hacia el extremo gramatical, lo cual insinúa que han pasado por un largo proceso de gramaticalización que también es la causa por la que tienden a ser altamente polisémicas (Rhee, 2004, p. 399).

Las posposiciones constituyen una de varias categorías de elementos utilizados para expresar información espacial en bribri. Ninguna obra indica la cantidad exacta de posposiciones en esta lengua, pero Constenla, Elizondo y Pereira (1998) exponen dieciocho, de las cuales diez llevan traducciones que sugieren significados prototípicamente espaciales.

Otra categoría vinculada con este dominio es la de los posicionales, palabras que especifican la postura o la posición de referentes nominales16. Dado que la semántica de los posicionales a menudo abarca una relación entre un TR y un LM, muchos predicados incluyen un posicional y una posposición que, al menos parcialmente, expresan la misma información espacial. Verbigracia, tanto el posicional «ter» 'metido' como la posposición «ã» en el ejemplo 1 denotan que el TR ('el conejo') se halla dentro de un LM ('su hueco'). Igualmente, el posicional «tër» 'tirado, echado' anuncia, entre otras características, que el TR se encuentra apoyado por un plano horizontal inferior, por lo que la posposición «kî», que también expresa tal relación, tiende a aparecer en el mismo predicado cuando el LM se menciona explícitamente. Empero, en algunas ocasiones, el posicional y la posposición aluden a LM distintos, como en el ejemplo 2, donde el LM de la relación denotada por «tër» (el suelo) no se menciona explícitamente y la posposición «ã» relaciona el TR con un lm diferente, «kãñĩ́k» 'selva', el cual se conceptualiza como un contenedor.

Las conexiones semánticas entre las posposiciones y los posicionales merecen ser estudiadas a fondo. Lo mismo vale para otros elementos que expresan información espacial, tales como los sufijos direccionales. Sin embargo, el tema no será abordado con mayor detalle en el presente escrito.

SIGNIFICADOS DE «Ã»

Relaciones estáticas y dinámicas

Como quedará claro a lo largo de este artículo, la protoescena codificada por la posposición «ã» en bribri involucra una contención espacial del TR dentro de un LM tridimensional. No obstante, «ã» no especifica si el TR se encuentra en movimiento o no, por lo que la relación puede ser tanto estática como dinámica, dependiendo del contexto.

Cuando es del primer tipo, el TR se halla (por lo menos conceptualmente) de manera invariable en un mismo punto respecto al LM, de ahí que la posposición señale que el LM es una locación. En cambio, en las relaciones dinámicas, la ubicación del TR respecto al LM es variable a lo largo del eje temporal, por lo que el complemento de la posposición denota una dirección. Estos dos tipos de relación aluden a dos subdominios distintos dentro del dominio semántico espacial. La relación espacial expresada en el ejemplo 3 pertenece al subdominio estático; y la del ejemplo 4, al dinámico:

En estas dos oraciones, el verbo es el elemento que primordialmente determina el tipo de relación. En el ejemplo 3, «chika'» 'comió' implica un evento en el cual el agente típicamente se encuentra en un solo lugar, mientras que «dë'» 'llegó', en el ejemplo 4, es un verbo de desplazamiento, por lo que «ã», en este caso, denota una relación dinámica. En consecuencia, el TR en el ejemplo 3 («ie'» 'él') se conceptualiza dentro del LM («ù» 'casa') durante todo el evento; mientras que en el ejemplo 4, el LM constituye el destino final de una trayectoria llevada a cabo por el TR. Así pues, el rol semántico del LM en el ejemplo 3 puede denominarse inesivo, mientras que, en el ejemplo 4, una etiqueta precisa sería ilativo.

Las relaciones espaciales expresadas por «ã» en los ejemplos 3 y 4 corresponden a los esquemas conceptuales que se pueden ilustrar por medio de las Figuras 1 (estático) y 2 (dinámico), donde el círculo gris representa el TR, el cuadro es una proyección bidimensional del LM (que conceptualmente es tridimensional) y la flecha ilustra la trayectoria del TR a través del tiempo17.

Figura 1 Esquematización del sentido estático de «ã» 

Figura 2 Esquematización del sentido dinámico de «ã» 

Ambos esquemas están relacionados conceptualmente por el hecho de que el TR se halla contenido dentro del LM en una parte del eje temporal: el estado final de la relación dinámica es equivalente a la relación estática. A este respecto, se apreciará más adelante que «ã» también presenta extensiones dinámicas en las que la contención no constituye el final de la trayectoria.

En conclusión, por compartir el esquema de imagen básico de CONTENEDOR, una de estas dos acepciones de «ã» es fácilmente derivable de la otra por medio de extensión metonímica. En la sección «Sentido primario de ã» se determinará cuál de los dos usos es el básico y, por tanto, constituye la protoescena.

Características topológicas del LM

En este subapartado, se examinan las distintas configuraciones topológicas que el LM puede presentar en una relación codificada por medio de la posposición «ã». Por razones de simplificación, solo se incluyen ejemplos del dominio estático, aunque las mismas variaciones existen en relación con los usos dinámicos de «ã».

Físicamente hablando, un LM, al igual que un TR, puede presentar cualquier topología. Sin embargo, la semántica de «ã» delimita las posibilidades a la hora de interpretar el enunciado, ya que esta posposición implica un LM constituido, conceptualmente, por un volumen tridimensional (aunque los demás detalles acerca de su topología sí son irrelevantes). La tridimensionalidad de un LM marcado por «ã» es revelada por el hecho de que, en relaciones espaciales estáticas donde el LM claramente presenta una dimensionalidad distinta, se emplea una posposición diferente de «ã». Por ejemplo, cuando el LM es una superficie bidimensional horizontal que apoya al TR, la posposición correspondiente es «kĩ» 'sobre', como en el ejemplo 5. La posposición «kĩ» es un ejemplo de una partícula espacial que no implica un esquema de imagen del tipo CONTENEDOR, sino de un esquema compuesto que puede denominarse SOPORTE HORIZONTAL INFERIOR.

Por otro lado, «ã» no especifica si el TR está físicamente en contacto o no con el LM. Mientras que, en el ejemplo 3, el TR, posiblemente, toca solo con el límite inferior del LM, el contexto lingüístico revela que hay contacto cercano entre los dos elementos en el ejemplo 6, ya que el LM es un líquido:

Ahora bien, la topología del LM en el mundo real rara vez corresponde exactamente a un contenedor tridimensional físicamente delimitado por todos lados. Primero, considérese el ejemplo 7. Aquí, el LM es claramente tridimensional y encierra casi completamente al TR, pero debido a que una cueva debe tener una entrada, no se trata de un contenedor perfecto. En tales casos, el límite faltante es llenado conceptualmente, por lo que la imagen conceptual de la escena sería la misma que en los casos anteriores.

De hecho, dentro de los usos de «ã», se puede identificar un continuo entre la contención completamente física y la abstracta. Con respecto a los puntos intermedios de la escala, los ejemplos 8 y 9 sirven de ilustración. En el ejemplo 8 hay varios límites físicos (probablemente dos paredes y un suelo), pero no rodean el TR por todos lados; el resto de la delimitación del 'rincón' es creada conceptualmente. En el ejemplo 9, por otro lado, la demarcación física del LM es menor todavía, ya que esta se halla principalmente en el plano horizontal inferior; aun así, la conceptualización del espacio geográfico tendría la forma de un contenedor tridimensional19.

Los LM en los enunciados de los ejemplos 10 y 11 se ubican más hacia el extremo abstracto, dado que consisten principalmente en una actividad cuya delimitación física es de menor relevancia; inclusive, dependiendo del contexto de estas oraciones, la delimitación podría interpretarse como mayormente temporal, fenómeno examinado con mayor detalle en el apartado «Extensiones al dominio temporal». Estos usos de «ã» son manifestaciones de la metáfora conceptual UNA ACTIVIDAD ES UN CONTENEDOR, uno de muchos ejemplos de experiencia encarnada que involucran la posposición «ã».

Un LM como el del siguiente ejemplo también se encuentra cerca del extremo abstracto del continuo, donde un idioma es representado como un contenedor:

En ocasiones, el complemento de la posposición presenta un uso abstracto, pese a que su denotación básica sea una entidad concreta. Un caso frecuente en bribri es el sustantivo «en» 'hígado', que se emplea en expresiones que equivalen al uso del verbo querer en español, como se muestra en los ejemplos 13 y 14:

Cabe señalar que «ã» también se emplea como componente en algunas estructuras que pueden considerarse locuciones posposicionales. Un caso de ello es «dikï ã» 'debajo de', como en el ejemplo 15. El primer elemento, «dikï», es un sustantivo relacional con el significado 'parte inferior', por lo que la locución también podría traducirse como 'en la parte inferior (de)'. Dicho sector constituye, entonces, un espacio conceptual tridimensional ubicado debajo del árbol, lo cual evoca el uso de «ã».

El esquema de imagen CONTENEDOR se vincula con varias propiedades secundarias. Una asociación responsable de algunas extensiones semánticas de «ã» es la inmovilidad y el hecho de estar «atascado», la cual motiva el uso de «ã» también en relaciones espaciales donde el TR se halla solo parcialmente metido en el LM, como en el ejemplo 16. Esta configuración está ilustrada en la Figura 3.

Figura 3 esquematización del sentido estático de «ã» con un TR parcialmente metido en el LM 

'El machete está clavado en la tierra. (Constenla, Elizondo & Pereira, 1998, p. 68)

Por razones similares, «ã» se emplea, por ejemplo, para expresar la ubicación de los ojos (TR) en la cara (LM) (ejemplo 17), o bien, la configuración de una flecha (TR) en un arco (LM) (ejemplo 18), la cual también implica contención. Por último, el uso de «ã» en el ejemplo 19 se desvía aún más del esquema de imagen de CONTENEDOR; aquí, de hecho, ninguna parte del TR ('el anillo') se encuentra físicamente dentro del LM ('su dedo'), sino alrededor de él. De todas formas, parece que el hecho de que el dedo físicamente delimita el movimiento del anillo evoca la asociación con dicho esquema de imagen. Empero, puesto que la posposición «mĩk» es la que suele utilizarse para relaciones espaciales consistentes en un tr adherido al LM (Krohn, 2017, pp. 130-131) o arrollado alrededor del LM (Krohn, 2017, p. 133), se trata de un uso de «ã» poco prototípico21.

La aproximación a la polisemia de «ã» desarrollada hasta ahora es del tipo que Lakoff (1987) denomina especificación completa (full-specification) y pone en evidencia que los sentidos de «ã» realmente forman varios continuos infinitamente detallados, inclusive cuando solo se toma en cuenta el dominio espacial estático. Sin embargo, como apuntan Tyler y Evans (2003, pp. 40-41), las representaciones mentales que los hablantes tienen de las redes semánticas no necesariamente son tan minuciosas. En todos los casos examinados en este apartado, la configuración entre el TR y el LM es cualitativamente la misma: el primero es, conceptualmente, contenido por el segundo.

A este respecto, Sandra (1998) clasifica como falacia polisémica (polysemy fallacy) la exageración del número de significados asociados con una forma lingüística. Según su argumentación, el contexto permite que una forma se utilice en una cantidad de casos específicos mucho mayor que el número de significados mentalmente representados en la red semántica. Todos los usos de «ã» examinados en el presente subapartado son abarcados por una sola configuración: la contención. Por lo tanto, podrían ser considerados un solo significado, con una variación de uso destacable, generada por la alteración contextual. Eso implicaría que la representación mental de cada sentido de «ã» sería lo suficientemente abstracta como para permitir, por lo menos, todas las interpretaciones detalladas anteriormente. En este tenor, Talmy (2000, p. 170) sostiene que las relaciones espaciales conceptualizadas no incluyen nociones cuantitativas absolutas, sino relaciones relativistas. De todos modos, la determinación de los significados de una partícula espacial es todo menos sencilla; volveremos al asunto en la sección «Sentido primario de ã».

Extensiones al dominio temporal

Una metáfora conceptual muy común en las lenguas del mundo es TIEMPO ES ESPACIO (Lakoff y Johnson, 1980). Esta consiste en la expresión del tiempo en términos del espacio y constituye otra de las instancias de experiencia encarnada: ya que no percibimos el tiempo directamente con los sentidos, se trata de una noción más abstracta y secundaria al espacio. Las manifestaciones de dicha metáfora pueden involucrar palabras principalmente léxicas (verbigracia, el sustantivo bribri «kṍ», que puede significar tanto 'espacio, lugar' como 'tiempo'), o bien, elementos más gramaticales, como las adposiciones.

En el dominio temporal, «ã» se utiliza para colocar, de manera figurada, un evento (TR) dentro de una unidad de tiempo (LM). Debido a que se trata de una extensión metafórica del dominio espacial, se puede asumir que la unidad de tiempo encarnada también es concebida como un contenedor tridimensional. Este puede corresponder a un día, una semana, un mes o un año, como se muestra en el ejemplo 20. La respuesta a tal pregunta podría ser la del ejemplo 21. Es importante subrayar que la posposición «ã» parece expresar solamente relaciones estáticas en el tiempo, no el final de un estado o evento de extensión temporal (como la preposición hasta en español), lo cual correspondería a un uso dinámico22.

Otras expresiones temporales en bribri son codificadas mediante adverbios (p. ej. «iõiõ̀ tã» 'antes, en el pasado'; «bulámĩ» 'en la mañana') u otras posposiciones cuyo significado básico es espacial. Por ejemplo, la posposición «ska», que en el dominio espacial puede traducirse por 'hasta, hacia, en casa de', presenta el sentido de 'durante' en el dominio temporal (Jara & García, 2013, p. 34).

Dominio espacial dinámico

Cuando el contexto (principalmente el verbo) sugiere una interpretación dinámica de la relación espacial, la posposición «ã» denota un movimiento del TR orientado hacia el LM. Normalmente, el LM constituye el punto final de la trayectoria, de modo que el resultado del desplazamiento es una contención. El rol semántico del TR puede ser tanto agente (ejemplo 22) como paciente (ejemplo 23):

El uso de «ã» en un contexto dinámico involucra el esquema de imagen de FUENTE-CAMINO-META. Al mismo tiempo, el esquema de CONTENEDOR sigue siendo relevante, ya que constituye la representación cognitiva del LM, pero el LM es solo una parte de la trayectoria. Por consiguiente, el punto inicial y el camino exacto del TR no necesariamente son especificados de manera explícita.

También en el dominio dinámico, el LM puede presentar toda la variación mostrada en las relaciones estáticas en el apartado «Relaciones estáticas y dinámicas». No se profundizará más en este tema aquí, pero sirve como muestra el enunciado del ejemplo 24, donde el TR, en su estado final, se encuentra alrededor del LM, por lo que el uso de «ã», en este caso, resulta de una extensión motivada por el sentido de contención, de manera equivalente a lo que se mostró en el ejemplo 19:

En ocasiones, el contexto sugiere que la trayectoria del TR no llega hasta el interior del LM, sino que termina en las cercanías inmediatas. Este podría ser el caso, por ejemplo, cuando el LM es una casa o un río. Con tal interpretación de la relación espacial, el LM cumple un rol semántico que puede denominarse alativo. Los roles de ilativo y alativo tienden a ser difíciles de distinguir en enunciados aislados, por lo que, en el resto de este artículo, se subsumen bajo un mismo término: meta.

Otra posibilidad es que la trayectoria cruce el LM de un lado a otro, como en el ejemplo 25. Esta función del LM es conocida como perlativo.

Aquí, el énfasis está en la parte de la trayectoria que se realiza dentro del LM, pero, debido a la semántica del verbo, no se especifica realmente si el movimiento se inicia antes de entrar, ni tampoco si se detiene adentro o si continúa después de salir. Por consiguiente, el sentido perlativo se podría representar mediante la Figura 4.

Figura 4 Esquematización del sentido dinámico de «ã» con un LM perlativo 

En contraste, la interpretación quizá más probable del enunciado del ejemplo 26 es que el movimiento descrito se lleva a cabo completamente dentro del LM, y ni siquiera en línea recta. Por lo tanto, este LM no especifica la orientación del desplazamiento y el esquema conceptual se puede representar, por ejemplo, como en la Figura 5.

Figura 5 Esquematización del sentido dinámico de «ã» cuando la trayectoria se lleva a cabo completamente dentro del LM 

Extensiones más abstractas del esquema dinámico

Cuando el LM emplea la función de meta, es prototípicamente un contenedor inanimado. Los predicados del tipo dar (que expresan una transferencia de control -o posesión- de un objeto) son conceptualmente similares al esquema dinámico espacial, ya que también pueden abstraerse como una trayectoria de un TR hasta un destino, aunque no necesariamente implican movimiento en el sentido concreto. En este caso, el destino suele denominarse receptor. El receptor prototípico se distingue de una meta por ser animado (normalmente humano) y móvil (Luraghi, 2011, p. 210), además de que el TR no suele llegar físicamente hasta su interior, sino solo hasta su esfera de control abstracta. Asimismo, la trayectoria del TR en un acto de dar no coincide con la trayectoria prototípica de un simple desplazamiento físico y casi siempre involucra movimientos adicionales.

De todos modos, es fácil concebir cómo el desplazamiento espacial de un objeto puede extenderse metafóricamente a abarcar también el concepto de transferencia de control, ya que los cambios de posesión, prototípicamente, también se relacionan con el movimiento de una entidad a través del tiempo a lo largo de un camino hasta un destino. Además, el receptor tiende a ser estacionario y relativamente pasivo en el momento de la transferencia, al igual que la meta canónica (Newman, 1998, p. 12).

La esfera de control del receptor es conceptualizada como un contenedor tridimensional, lo que coincide con la semántica de «ã». En consecuencia, en bribri, así como en muchas otras lenguas, el receptor en este tipo de construcciones es marcado lingüísticamente de la misma manera que una meta. Los otros dos participantes obligatorios en tales eventos son el agente y el objeto que cambia de poseedor (el TR). Estos son codificados en bribri con los casos ergativo y absolutivo, respectivamente. Dos casos de predicados de este tipo (aunque el segundo es menos prototípico) se ofrecen en los ejemplos 27 y 28, donde «wĩ̀ke» 'anciana' y «awápa» 'suquias', respectivamente, son los receptores:

El rol de receptor también es comúnmente conocido como dativo. El uso de este último término es frecuente en las descripciones de lenguas de todo el mundo debido a la centralidad de la función de receptor para el caso dativo en muchas lenguas indoeuropeas (Newman, 1998, pp. 10-11). Sin embargo, el fundamento para el empleo de la noción de dativo en cada caso es variable; puede o no abarcar funciones como beneficiario y destinatario (que se tratarán más adelante como roles semánticos distintos). Debido a esta imprecisión, se evitará el uso del término en el presente artículo.

Otro nivel de abstracción se observa con los verbos de comunicación, donde el rol semántico de destinatario también es denotado por «ã» en bribri. Esto evidencia que la información comunicada se concibe como un TR desplazado. El rol de destinatario debe considerarse una extensión más abstracta con base en el rol de receptor, ya que ambos tipos de participantes son prototípicamente animados, pero se distinguen por el hecho de que el TR de un acto comunicativo siempre es abstracto, a diferencia del TR de una transferencia de posesión prototípica. Muestras del uso de «ã» como marcador de destinatario en un acto comunicativo se aprecian en los ejemplos 29 y 30:

La misma posposición se emplea en bribri para marcar el rol semántico de beneficiario. Los beneficiarios comparten varios rasgos con los receptores, por lo que es común que ambos roles se codifiquen de la misma manera en una lengua (Kittilä & Zúñiga, 2010, p. 4). De acuerdo con Newman (1998, pp. 9-10), el beneficiario es una persona en cuya esfera de interés un evento es llevado a cabo, de la misma manera que el acto de dar es realizado dentro de la esfera de interés (o control/posesión) del receptor. Por otro lado, el mismo autor (pp. 17-18) apunta que un beneficiario se distingue de un receptor por el hecho de que el beneficiario es independiente del acto. Por eso, el beneficio típicamente se da en un tiempo posterior, no inmediatamente. Kittilä y Zúñiga (2010, p. 2) definen la función de beneficiario de la siguiente manera:

El beneficiario es un participante ventajosamente afectado por un evento sin ser su participante obligatorio (sea agente u objetivo, es decir, paciente). Puesto que, normalmente, solo los participantes animados son capaces de hacer uso del beneficio que se les otorga, los beneficiarios típicamente son animados.23

La extensión semántica de receptor a beneficiario puede clasificarse como una subjetivación, ya que representa un juicio subjetivo de una situación (Rhee, 2004, p. 406). Algunos beneficiarios son más similares a un receptor que otros. Un caso intermedio entre las dos funciones, el cual constituye el enlace lógico entre ambas en la red semántica de «ã», es denominado receptor-beneficiario (benefactive-recipient) por Van Valin y LaPolla (1997, p. 383). En este caso, un participante recibe un beneficio de un evento transitivo, cuyo resultado concreto es transferido a su dominio de posesión (Kittilä, 2010, p. 254). Ilustraciones del bribri se ofrecen en los ejemplos 31 y 32:

Más alejado del rol de receptor se encuentra el beneficiario puro (plain beneficiary) (Van Valin & LaPolla, 1997, p. 383), el cual no recibe ningún objeto físico, sino un beneficio abstracto, como en los ejemplos 33 y 34. La forma «ña» en el ejemplo 33 es una contracción de «ye'» 'yo' y la posposición «ã».

Los verbos bribris cuentan con una forma de voz media, la cual se emplea para expresar eventos de elaboración media, es decir, cuando «el acontecimiento se analiza como un evento con un participante complejo, pues este es a la vez Iniciador y Meta»24 (Sánchez, 2009, p. 53). Entre los varios usos de la voz media en bribri se encuentra la expresión de la capacidad de hacer algo. La persona que posee esta competencia es marcada por la posposición «ã», mientras que aquello de lo que es capaz es codificado como único argumento verbal (absolutivo) (Constenla, Elizondo & Pereira, 1998, p. 129). Dicho de otra manera, la persona en cuestión no se concibe como agente, sino como beneficiario de un acontecimiento que ella no controla. Esto se ilustra en los ejemplos 35 y 36:

Otro uso de «ã» que se ubica en un nivel de abstracción similar al de beneficiario se observa en la manifestación lingüística del concepto 'creer': el sintagma que codifica a la persona que cree algo es marcado por esta posposición. Se trata de una expresión fija en la que el sintagma posposicional siempre es seguido por la palabra «tã» 'entonces', tal como se aprecia en el ejemplo 37:

El concepto de creer normalmente implica un experimentador, así que el uso de la posposición «ã» se basaría en el efecto que produce la sensación en la persona. Kittilä y Zúñiga (2010, pp. 21-22) señalan que la marcación idéntica de beneficiario y experimentador sí se ha observado en ciertas lenguas. No obstante, no hemos identificado otros ejemplos de «ã» como marcador de este rol semántico en bribri. Otros tipos de experimentadores típicamente se codifican como argumentos verbales (ergativo o absolutivo)25.

SENTIDO PRIMARIO DE «ã»

Como ya se ha mencionado, en los estudios de redes semánticas se asume que todos los sentidos de un elemento se derivan conceptualmente de un solo sentido primario. Sin embargo, aunque está claro que este significado central es un prototipo con el que todos los sentidos de la partícula se relacionan, no existe consenso en cuanto al procedimiento para identificarlo. Tyler y Evans (2003, p. 46) apuntan que podría tratarse, por ejemplo, del significado más frecuentemente empleado, el «más básico» según los hablantes nativos, el que presente la especificación más rica, etcétera. Dichos autores (p. 47), basándose en propuestas de Langacker (1987), sugieren un conjunto de cinco criterios. No obstante, en el caso de «ã», la identificación del sentido primario es relativamente simple, como se mostrará a continuación.

Dado que los usos espaciales son los cognitivamente más básicos de los que se han identificado para «ã», el sentido primario debe pertenecer a este dominio. Solo queda determinar, por consiguiente, si el subdominio más fundamental es el estático o el dinámico. Por un lado, los datos expuestos en este artículo parecen indicar que «ã» presenta mayor variación de significados dinámicos que estáticos y, además, la locación estática podría considerarse un caso muy particular de FUENTE-CAMINO -META: el único subtipo cuyo punto inicial y punto final son el mismo. Sin embargo, como señala Rhee (2004, p. 413), la dirección de desarrollo entre estos subdominios espaciales es mejor motivada si se describe como una transición de LOCACIÓN a MOVIMIENTO: «Esta dirección de desarrollo puede ser motivada por la conceptualización teleológica del ser humano, por medio de la cual una locación simple es apreciada como un potencial de dirección y movimiento, una instancia de metonimia conceptual y de subjetivación»26.

A este respecto, queremos agregar que el movimiento implica la noción de tiempo, la cual es secundaria al espacio, por lo que la locación estática sería primaria al movimiento. Por estas razones, consideraremos la locación estática como el subdominio básico para la red semántica de «ã». Además, se ha mostrado que esta posposición, en su sentido más prototípico, implica que un LM es conceptualizado como un contenedor tridimensional: un inesivo. En consecuencia, denominaremos inesivo espacial al sentido primario de «ã».

CONCLUSIONES

Con el fin de concluir el análisis desarrollado a lo largo del presente escrito, se resumen las observaciones con un diagrama de la estructura de la red semántica de «ã». La representación gráfica de una red semántica debe contener un nodo que simbolice el sentido primario, con el cual todos los demás sentidos estén conectados, directa o indirectamente. La identificación de estos otros sentidos es una tarea compleja, puesto que, como este artículo ha mostrado, la red de «ã» consiste, más bien, en un sistema de varios continuos interconectados.

Los lingüistas tienden a seguir procedimientos muy distintos para determinar los sentidos de un elemento lingüístico. En un extremo está la especificación completa de Lakoff (1987), según la cual todas las variaciones dimensionales y las diferentes propiedades métricas se considerarían sentidos distintos. En contraste, Tyler y Evans (2003, pp. 42-45) sugieren una metodología que abarca dos criterios: 1) un sentido distinto debe contener significado adicional no aparente en ninguno de los demás, y 2) debe haber instancias del sentido que sean independientes del contexto, donde el sentido no pueda ser inferido a partir de otros sentidos en relación con el contexto.

Mientras que una red semántica basada en la especificación completa sería difícil de representar gráficamente, la metodología de Tyler y Evans da como resultado una red con muy pocos sentidos distintos. De hecho, con la última aproximación, los usos estáticos y dinámicos espaciales de «ã» deberían considerarse un mismo sentido, ya que, en ambos casos, la posposición expresa una contención espacial, y la distinción estática/dinámica es determinada solamente por el contexto.

Desde nuestro punto de vista, las divisiones absolutas entre un sentido y otro son de poca relevancia para los estudios de las redes semánticas, ya que esto implica la imposición de una granularidad artificial a un sistema de otra naturaleza. Las variaciones semánticas de «ã» tienen claramente un carácter gradual, y nos parece que la representación mental de la red semántica también debe tener tal estructura. Por ejemplo, en el subdominio estático se podrían distinguir un sentido totalmente concreto y un sentido temporal de «ã»; empero, entre estas dos acepciones también se halla una cantidad infinita de significados intermedios que se distinguen por el grado de abstracción tanto del TR como del LM. En conjunto, constituyen una escala pluridimensional que formaría parte de la semántica de esta partícula.

Por lo tanto, la representación mental de la semántica podría consistir, básicamente, en una red de continuos extendidos del sentido primario, donde la longitud y la dirección de cada escala en las distintas dimensiones de variación semántica determina cuáles usos de la palabra son aceptables y cuáles no, sin que necesariamente se destaquen sentidos intermedios específicos. De todos modos, las diagramaciones de las redes semánticas resultan más claras si se señalan las ubicaciones de algunos significados seleccionados.

La Figura 6 es una propuesta para la representación gráfica sintetizada de la red semántica de «ã». El círculo blanco es el sentido primario, mientras que las flechas simbolizan las extensiones conceptuales mostradas en el presente artículo.

Figura 6 Representación simplificada de la red semántica de «ã» 

El eje vertical ilustra, de manera muy simplificada, la escala entre sentidos concretos y abstractos, de manera que el nivel de abstracción aumenta conforme las flechas se extienden hacia abajo. Sin embargo, es importante ser consciente de que el nivel de abstracción no se puede representar adecuadamente en un diagrama bidimensional, ya que los distintos elementos en juego (el TR, la trayectoria y el LM) pueden presentar niveles diferentes.

La línea vertical punteada en el centro del diagrama divide los usos estáticos y dinámicos. Por medio de puntos negros se marca la ubicación de algunos significados de «ã», los cuales se denominan de acuerdo con el rol semántico que «ã» le asigna a su complemento. Decidimos incluir solamente los sentidos que: 1) funcionan como puntos extremos de las escalas semánticas, o 2) constituyen los nodos a partir de los cuales se extienden otras escalas.

Es necesario enfatizar que, entre los distintos sentidos destacados en el diagrama, se halla un sinfín de otros significados que también podrían haberse señalado, así que este diagrama no constituye ningún intento de representar la estructura mental de manera precisa. También es importante subrayar que, si bien es cierto que la red semántica a nivel sincrónico es el resultado de procesos de gramaticalización diacrónicos (Rhee, 2004, p. 398), el diagrama no pretende mostrar el desarrollo diacrónico de los sentidos de manera inequívoca, puesto que solo se basa en los vínculos conceptuales entre ellos en el bribri actual.

El sentido temporal de «ã» se deriva del estático espacial, por medio de extensión metafórica. En la línea entre estos dos puntos, se ubican todos los sentidos estáticos que presentan un TR o un LM, o ambos, con grados intermedios de abstracción. Esto incluye, por ejemplo, el sentido de contención para un TR concreto que físicamente no se encuentra dentro de ningún contenedor, así como los TR ubicados dentro de una actividad sin límites claros.

La extensión de inesivo espacial a meta, es decir, el cambio del subdominio estático al dinámico, es principalmente metonímica: en el sentido de meta, el TR se encuentra dentro del LM solo en una parte de la trayectoria. Si meta se subdivide en ilativo y alativo, el último se encuentra conceptualmente más alejado del sentido primario que el ilativo, porque marca un LM que nunca es alcanzado por el TR.

El hecho de que el inesivo, el alativo y el ilativo se expresen de la misma manera es un fenómeno común en las lenguas del mundo y corresponde a la contigüidad conceptual de POSICIÓN-DIRECCIÓN-LOCOMOCIÓN señalada por Rhee (2004, p. 405). El perlativo, por su lado, también se encuentra en el subdominio dinámico, pero en algún punto intermedio entre inesivo y meta, ya que, al emplearse esta función, una parte significativa del desplazamiento tiene lugar dentro del LM; inclusive, como se ha apreciado, con un LM perlativo podría ser que la trayectoria completa se lleve a cabo dentro de este, lo cual lo ubicaría aún más hacia el lado izquierdo del diagrama.

El rol semántico de receptor está vinculado con el de meta, pero es más abstracto, puesto que la transferencia de posesión es un proceso más complejo que un simple desplazamiento espacial. La motivación de esta extensión metafórica es la conceptualización de que el TR se transfiere hasta la esfera de control del receptor, la cual es un contenedor abstracto.

Asimismo, los sentidos de beneficiario y destinatario derivan de receptor, pues también implican un LM animado, pero un TR más abstracto. El vínculo entre receptor y destinatario es claramente metafórico. La extensión al beneficiario también involucra aspectos metafóricos, pero el proceso de subjetivación es, quizá, más sobresaliente. El sentido de receptor-beneficiario se ubica, lógicamente, en la escala entre receptor y beneficiario.

Por último, cabe reiterar que el diagrama es una representación simplificada de la red semántica de la posposición estudiada. De todos modos, en combinación con lo expuesto a lo largo del artículo, constituye una descripción relativamente exhaustiva de los usos de esta palabra. Futuros análisis similares de las demás posposiciones del bribri y de otras lenguas chibchas podrán contribuir a completar el entendimiento tanto de la codificación de información espacial en esta familia lingüística como de las redes semánticas en general. A este respecto, también será beneficioso indagar en las relaciones entre las posposiciones y otros elementos lingüísticos prototípicamente espaciales, tales como los posicionales y los sufijos direccionales.

REFERENCIAS

Clausner, T., & Croft, W. (1999). Domains and image schemas. Cognitive Linguistics, 10(1), 1-31. [ Links ]

Constenla, A. (2008). Estado actual de la subclasificación de las lenguas chibchenses y de la reconstrucción fonológica y gramatical del protochibchense. Estudios de Lingüística Chibcha, 27, 117-135. [ Links ]

Constenla, A., Elizondo, F., & Pereira, F. (1998). Curso básico de bribri. San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica. [ Links ]

Fuentes, E. (2014). Características demográficas y socioeconómicas de las poblaciones indígenas de Costa Rica (Censo 2011). En Instituto Nacional de Estadística y Censos, Costa Rica a la luz del Censo 2011 (pp. 309-343). San José: INEC. [ Links ]

Frawley, W. (1991). Linguistic semantics. Nueva Jersey: Routledge. [ Links ]

Hagège, C. (2010). Adpositions. Oxford: Oxford University Press. [ Links ]

Instituto Nacional de Estadística y Censo de Panamá. (2015). Diagnóstico de la Población Indígena en Panamá. Consultado en https://www.contraloria.gob.pa/inec/archivos/P6571INDIGENA_FINAL_FINAL.pdf. [ Links ]

Jara, C. (1993). I ttè. Historias bribris. San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica . [ Links ]

Jara, C., & García, A. (2008). Cargos tradicionales del Pueblo Bribri: Awá, Sĩõ’tãmĩ, Óköm. San José: Instituto Costarricense de Electricidad. [ Links ]

Jara, C., García A.. (2009). Se' ẽ'yawö bribri wa. Aprendemos la lengua bribri. San José: Universidad de Costa Rica / UNESCO Costa Rica / AECLD. [ Links ]

Jara, C., & García A. (2013). Se'ttö bribri ie. Hablemos en bribri. San José: E-Digital. [ Links ]

Jara, C., & García, A. (2015). Armadillo, mono congo y las piedritas del uséköl: tres historias de la tradición oral bribri. Estudios de Lingüística Chibcha , 34, 87-119. [ Links ]

Kittilä, S. (2010). Beneficiary coding in Finnish. En S. Kittilä & F. Zúñiga (coords.), Benefactives and malefactives: Typological perspectives and case studies (pp.245-270). Ámsterdam/Filadelfia: John Benjamins. [ Links ]

Kittilä, S., & Zúñiga, F. (2010). Introduction. Benefaction and malefaction from a cross-linguistic perspective. En S. Kittilä & F. Zúñiga (coords.), Benefactives and malefactives: Typological perspectives and case studies (pp. 1-28). Amsterdam/Filadelfia: John Benjamins . [ Links ]

Krohn, H. S. (2017). Semántica de los posicionales en bribri. Revista de Filología y Lingüística de la Universidad de Costa Rica, 43(1), 117-136. [ Links ]

Lakoff, G. (1987). Women, fire and dangerous things: What categories reveal about the mind. Chicago: University of Chicago Press. [ Links ]

Lakoff, G. & Johnson, M. (1980). Metaphors we live by. Chicago: The University of Chicago Press. [ Links ]

Lakoff, G., & Núñez, R. E. (2000). Where mathematics comes from. Nueva York: Basic Books. [ Links ]

Langacker, R. (1987). Foundations of cognitive grammar, vol. I. Stanford, California: Stanford University Press. [ Links ]

Langacker, R. (1991). Foundations of cognitive grammar, vol. II. Stanford, California: Stanford University Press . [ Links ]

Langacker, R. (2008). Cognitive grammar. A basic introduction. Oxford / Nueva York: Oxford University Press. [ Links ]

Luraghi, S. (2009). A model for representing polysemy: The Italian preposition da. En J. François, E. Gilbert, C. Guimier & M. Krause (coords.), Actes du Colloque «Autour de la préposition» (pp. 167-178). Caen: Presses universitaires de Caen. [ Links ]

Luraghi, S. (2011). The coding of spatial relations with human landmarks. En S. Kittilä, K. Västi & J. Ylikoski. (coords.), Case, animacy and semantic roles (pp. 209-234). Ámsterdam/Filadelfia: John Benjamins . [ Links ]

Lyons, J. (1977). Semantics (2 vols.). Cambridge: Cambridge University Press. [ Links ]

Margery, E. (1996). Diccionario fraseológico bribri-español español-bribri. San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica . [ Links ]

Martín, M. A. (2000). A cognitive approach to the polysemy of 'through'. Estudios Ingleses de la Universidad Complutense, 8, 11-38. [ Links ]

Newman, J. (1998). Recipients and 'give' constructions. En W. Van Langendonck & W. Van Belle (coords.). The Dative (vol. 2, pp. 1-28). Ámsterdam/Filadelfia: John Benjamins . [ Links ]

Rhee, S. (2004). Semantic Structure of English Prepositions: An Analysis from a Grammaticalization Perspective. Language Research, 40(2), 397-427. [ Links ]

Sánchez, C. (2009). La voz media en bribri y la hipótesis de la elaboración relativa de los eventos. Estudios de Lingüística Chibcha , 28, 47-73. [ Links ]

Sandra, D. (1998). What linguistics can and can't tell us about the mind: a reply to Croft. Cognitive Linguistics , 9(4), 361-378. [ Links ]

Talmy, L. (2000). Towards a cognitive semantics. Cambridge, Massachusetts: MIT Press. [ Links ]

Traugott, E. C. (2010). "(Inter)subjectivity and (inter)subjectification". En K. Davidse, L. Vadelanotte y H. Cuyckens (eds.). Subjectification, Intersubjectification and Grammaticalization (p. 29-71). Berlín: De Grouter Mouton. [ Links ]

Tyler, A. & Evans, V. (2003). The semantics of English prepositions. Spatial scenes, embodied meaning and cognition. Cambridge: Cambridge University Press . [ Links ]

Van Valin, R. & LaPolla, R. (1997). Syntax. Cambridge: Cambridge University Press . [ Links ]

* Le extiendo mi agradecimiento al señor Alí García Segura por su colaboración en la realización de este trabajo.

Cómo citar este artículo: Krohn, H. S. (2018). La polisemia de la posposición «ã» en bribri. Forma y Función, 31(1), 125-153.

1 El bribri es un idioma chibcha que, junto con el cabécar, pertenece al subgrupo viceítico del grupo ístmico de esta familia lingüística (Constenla, 2008). El bribri es hablado principalmente en Costa Rica, pero también cuenta con algunos hablantes en Panamá. Generalmente, se reconocen tres dialectos principales: los de Coroma y Amubre, en el lado atlántico de la cordillera de Talamanca; y el de Salitre, en el lado del Océano Pacífico (Jara & García, 2013, p. 2). Según el Censo Nacional de Costa Rica de 2011, un 45.1 % de las 18 198 personas autoidentificadas como bribris reportaron hablar la lengua (Fuentes, 2014, pp. 332-333). Por su parte, los Censos de Población y Vivienda de Panamá del 2010 indican una población de 1068 bribris en ese país (Instituto Nacional de Estadística y Censo de Panamá, 2015, p. 40), pero no proporcionan datos acerca de la cantidad de hablantes del bribri.

2 Otra posposición que presenta una polisemia considerable es «wã», la cual emplea la función de marcador de actantes adicionales, de manera que se utiliza para marcar agentes, poseedores y experimentadores que, sintácticamente, no son argumentos verbales. También se podrían destacar «wa» y «kĩ», comúnmente traducidas por 'con (instrumental)' y 'sobre', respectivamente, cuyas redes semánticas parecen ser relativamente complejas.

3 Respecto a este último significado, Margery (1996, p. 13) afirma que «ã» cumple una función de marcador de caso ergativo, lo que representa una clasificación muy inoportuna. La función de «ã» se explica mucho mejor como marcador del rol semántico de beneficiario, como se mostrará más adelante.

4 No se tomó en cuenta la obra de Jara y García (2009), ya que incluye los mismos enunciados bribris que se encuentran en Jara y García (2013).

5 Todos los ejemplos bribris en este artículo han sido transliterados a la ortografía empleada por Jara y García (2009). Esta se distingue de ortografías bribris anteriores por el hecho de representar la nasalidad vocálica mediante una tilde (por ejemplo, «ã») en vez de otros diacríticos, como el subrayado y el gancho polaco. Además, en el presente artículo se les han agregado traducciones morfemáticas no incluidas en las obras citadas y, en algunos casos, ha sido necesario modificar las traducciones libres, para compensar la ausencia de información acerca del contexto en el que se encontraban originalmente.

6 Estos ejemplos llevan la abreviatura Inf.

7 Denominados dialecto de Coroma, dialecto de Amubre y dialecto de Salitre (Jara & García 2013, p. 2).

8 Orig.: «semantic and conceptual information is reducible to concrete spatial information».

9 Orig.: «the development of meanings that express speaker attitude or viewpoint».

10 Orig.: «schematized patterns of activity abstracted from everyday bodily experience, especially pertaining to vision, space, motion, and force».

11 Orig.: CONTAINER Y SOUROE-PATH-GOAL.

12 Correspondientes a los términos figure y ground empleados por Talmy (2000).

13 Orig.: «an idealized mental representation across the recurring spatial scenes associated with a particular spatial particle».

14 La posesión se expresa más comúnmente por medio de la estructura Poseedor-Poseído en bribri, como en la frase «i úk» en este ejemplo.

15 Se empleará la abreviatura general posp para las posposiciones en las glosas, dado que sus significados son tratados con detalle a lo largo del artículo.

16 La semántica de los posicionales se describe detalladamente en Krohn (2017).

17 Las figuras son, en sí, simplificaciones de los esquemas conceptuales, por lo que detalles como las formas geométricas y los tamaños de las figuras no necesariamente reflejan la topología del esquema conceptual.

18 El verbo estativo se elide en oraciones afirmativas imperfectivas cuando se emplea un posicional.

19 De hecho, la expresión «kãñĩ́k ã», además de referirse a 'selva' o 'monte', también puede tener el significado de 'afuera', caso en el que el LM denotaría todo lo que no se considere 'adentro' en determinado contexto.

20 El «óköm» es el encargado de los rituales fúnebres en la cultura tradicional bribri.

21 Este uso podría, incluso, ser una innovación reciente ocasionada por la influencia del español.

22 Para tal propósito se utiliza «dö̀ », como en «dö̀ viernes» 'hasta el viernes'. Esta palabra se asocia prototípicamente con el dominio espacial y proviene del verbo «dö̀ k» 'llegar', pero funciona de la misma manera que una preposición.

23 Orig. : «The beneficiary is a participant that is advantageously affected by an event without being its obligatory participant (either agent or primary target, i.e. patient). Since normally only animate participants are capable of making use of the benefit bestowed upon them, beneficiaries are typically animate.».

24 Este uso de la noción meta no es el mismo que se utiliza en el presente artículo.

25 Por ejemplo: «Ye' r i stsë» (1SG ERG 3 oír-PFV.REM) 'Yo lo oí.' (Margery, 1996, p. 74).

26 Orig.: «This direction of development can be motivated by the human's teleological conceptualization, whereby a simple location is viewed with a potential of direction and movement, an instance of conceptual metonymy and of subjectification.».

ABREVIATURAS

-

- linde de morfema

.

- separa significados o elementos que en conjunto traducen un solo elemento

1PLE

- primera persona plural exclusiva

1PLI

- primera persona plural inclusiva

1SG

- primera persona singular

2SG

- segunda persona singular

3

- tercera persona

BAJ

- sufijo de altura «bajo»

CLF

-clasificador numeral

COP

- cópula

DES

- desiderativo

DIR

- direccional

ERG

- ergativo

HAB

- habitual

IMP

- imperativo

INF

- infinitivo

IPFV

- aspecto imperfectivo

MED

- voz media

NEG

- negación

PFV

- aspecto perfectivo

PL

- plural

POSP

- posposición

REC

- tiempo reciente

RED

- categoría de objetos redondos

REM

- tiempo remoto

SG

- singular

Recibido: 28 de Junio de 2017; Aprobado: 29 de Noviembre de 2017

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons