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vol.15 issue1Reflections on the "Uses" and "Abuses" of Truth, Justice and Reparation in the Process of Colombian Justice and Peace (2005 - 2010) author indexsubject indexarticles search
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Papel Politico

Print version ISSN 0122-4409

Pap.polit. vol.15 no.1 Bogotá Jan./June 2010

 

Editorial


Al cierre del primer semestre de este agitado 2010, Papel Político vuelve a entrar en escena con una nueva y vibrante edición, marcada por una alta heterogeneidad temática y metodológica que se ha convertido en una de las razones de expectativa permanente para los lectores asiduos de nuestra revista, la cual pretende enriquecer el oficio intelectual y práctico de los politólogos e internacionalistas, sin acepción personal por su origen institucional o credo político. La política es un espacio de encuentro y diálogo entre perspectivas de orden y de mundo -sobre todo cuando se hermana con la filosofía-, así como un lugar de discusión apasionante entre diversos matices de propuestas que buscan aproximarse, desde ángulos variopintos, a los fenómenos enraizados en los problemas de la autoridad, el poder y su distribución, además de indagar en sus fuentes, expresiones y canales de transmisión. Edificar academia, aportar nuevo conocimiento relevante y gestar sujetos reflexivos y políticamente responsables -promoviendo la existencia de una ética que impida la instrumentalización del ser humano por parte de fríos cálculos tecnocráticos y apetitos burocráticos-, también son funciones del ejercicio de construcción de poder. Este primer número del año, nuestro Volumen 15 promete, en muchos aspectos, contribuir a saciar estas necesidades planteando nutritivos interrogantes orientados a modular, probary refrendar la teoría política, revisando las racionalidades de gobierno detrás de los arreglos políticos domésticos e internacionales.

Teoría, práctica y ética política deben fundirse no solamente para incentivar el desarrollo de investigaciones profundas mediante las cuales la democracia y el Estado Social y de Derecho resulten robustecidos. Deben lograr estimular una confrontación contínua, coherente y sustentada de los esquemas y sistemas de autoridad, partiendo desde los enlaces comunitarios y las redes de poder locales, pasando por las configuraciones estatales y las interacciones propias del sistema internacional y llegando hasta el levantamiento de una arquitectura de gobernanza global como la que hoy se viene delineando en el cosmos, un tanto disperso, de los foros y organismos multilaterales. Desde esta ubicación multidimensional de la política, se identifica que Colombia atraviesa actualmente por un potencial punto de inflexión en el contexto electoral de la carrera por la cabeza del Ejecutivo. Esta definición, tendrá grandes repercusiones en el ordenamiento político interno de casi una década de Seguridad Democrática -con sus frutos positivos e infortunados desaciertos- y en la reorientación de la política exterior del país, ante las necesidades de fortalecer el regionalismo, el multilateralismo y de ingresar decididamente en el juego por participar en la Comunidad Internacional como un actor dinámico y no como un receptor pasivo.

Entre los grandes desafíos que enfrenta tanto el sistema político y jurídico colombiano como el gobierno entrante, se encuentra la continuidad y reajuste de la implementación de la Ley 975, del proceso de Justicia y Paz. El sistema acusatorio parece no dar abasto ante la avalancha de confesiones realizadas e indagaciones pendientes para esclarecer el alcance real de los crímenes paramilitares, sus conexiones estatales y societales ante tensiones como la extradición, además de encontrarse saturado por las demandas insatisfechas de miles de víctimas inapropiadamente reparadas y aún vulnerables.

Retomando algunas de las paradojas de este proceso complejo, Jefferson Jaramillo abre la primera sección de la revista, Ciencia Política, con un artículo crítico que realiza un balance del estado de las variables de la Justicia, la Verdad y la Reparación, después de más de cuatro años de aplicación del marco jurídico. El autor se concentra en los "usos" y "abusos" políticos, jurídicos y sociales de un proceso de paz que se desarrolla en medio del conflicto armado interno, un fenómeno persistente y generador de una crisis humanitaria que el gobierno difícilmente logra reconocer. En el segundo artículo, el profesor Andrés Casas y Juanita Guzmán Gómez aparecen con un trabajo investigativo que relaciona el proceso de transición hacia la paz, los dilemas sociales y la cultura política democrática, con el fin de analizar la manifestación de distintas tensiones y problemas que surgen en las etapas de desmovilización y reintegración, mediante la proposición de un modelo explicativo y su lógica interna. Todas ellas, herramientas teóricas muy útiles para abordar el proceso colombiano con los paramilitares desde la óptica de los incentivos.

El tercer texto de la sección está a cargo del profesor Sebastián Líppez, quien analiza otro reto vigente: el proceso de descentralización en Colombia. Examinando el documento de gobierno, "Visión Colombia II Centenario 2019" y confrontándolo con el Modelo de Escogimiento Público Local para calificar el estado de la autonomía territorial y la participación ciudadana, el autor arroja una interesante conclusión: al año 2006, cerca de un 75% de los municipios tenían un poder de decisión sobre su presupuesto de menos de un 10% del total anual asignado por el gobierno central. Con un carácter más filosófico, el cuarto artículo, escrito por Iván Garzón, expone una intrigante reflexión antropológica acerca de la conducta del ser humano y sus motivaciones. Aquí se recurre a los planteamientos filosófico-políticos de Carl Schmitt, complementándolos con el concepto central de "Estado de naturaleza" hobbesiano y la crítica al liberalismo y al romanticismo, posicionando a Schmitt como un autor eminentemente realista. Por su parte y consultando el ideario liberal para una teoría política aplicada al desarrollo del Estado colombiano, Ferney Moreno cierra esta sección haciendo un recorrido histórico desde la Independencia hasta nuestros días, clasificando las distintas fuentes escritas y de prácticas institucionales de la doctrina en el mundo, estableciendo en qué medida pudieron ser o no implantadas nacionalmente en los distintos periodos hasta arribar al credo neoliberal.

La segunda sección de Papel Político se ocupa de auscultar la teorización y desenvolvimiento de ese universo, en constante expansión y entrelazamiento en la era de la más reciente globalización, al que denominamos Relaciones Internacionales. Es precisamente Efraím Aragón quien da apertura a las discusiones en esta dimensión, enfocándose en las fluctuaciones político-económicas de la región latinoamericana y en las fallas estructurales del modelo económico dominante. De esta manera, se denota una característica endémica común: la desigualdad en la distribución del ingreso y la riqueza, magnificada por la erosión de las políticas públicas encaminadas a la intervención social y a la corrección de las desviaciones del sistema de producción, tales como la marginalidad, entre otras.

En segunda instancia, surge Emersson Forigua con un impactante documento de revisión histórica respecto al papel ejercido por la Unión Soviética en la ocupación de Afganistán, en el contexto de competencia bipolar de la Guerra Fría y de la lucha de liberación por parte de los fundamentalistas islámicos apoyados por países como EE.UU. Todo esto, con el ánimo de extrapolar lecciones y conclusiones que contribuyan a explicar el fracaso norteamericano en la intervención contemporánea adelantada en ese país. Posteriormente, Nadia Scarleth Guevara regresa al panorama latinoamericano con el caso boliviano, apelando igualmente al análisis histórico de su proceso de construcción de Nación y haciendo un barrido desde su independencia hasta el triunfo electoral de Evo Morales en 2005. El propósito fundamental es demostrar la ausencia de un discurso nacional consistente y sus consecuencias adversas que truncan la concreción de la unidad del pueblo boliviano.

El cuarto documento corre por cuenta de Mercé Aguilar, Carolina Cruz Gallegos y Olga Stella Forero, quienes estudian la evolución del tema de la oficialización del rechazo mundial al uso de las Minas Antipersona (MAP) y su traducción institucional en el derecho internacional mediante la elaboración del Tratado de Ottawa. Yuxtaponiendo conceptos de teóricos de las RRII como Keohane y Ruggie, las autoras se atreven a dilucidar qué tanto corresponde el Tratado de Ottawa a una institución multilateral en su sentido clásico. Inmediatamente después, ingresa Clarisa Giaccaglia para cerrar esta segunda sección, con un artículo que rescata el poder negociador de la coalición India, Brasil y Suráfrica (IBSA) al interior de las discusiones de la OMC, en la ruta por definir multilateralmente las reglas para el uso de las patentes farmacéuticas. Este texto ilustra el conflicto creciente entre los intereses comerciales de las multinacionales y las prioridades en salud pública de los países afectados por epidemias que usualmente acompañan a la pobreza y el subdesarrollo, tales como el SIDA, la malaria y la tuberculosis.

La tercera sección de la revista es un Ensayo jurídico-político, elaborado por el profesor Gonzalo Rodrigo Paz, en el cual se examinan minuciosamente algunas tesis centrales del jurista alemán de derecho penal, Günther Jakobs. Rodrigo Paz analiza la dicotomía del propósito de fondo del derecho penal, acuñando tanto la visión idealista del mismo, como su instrumentalización perversa con fines de estricto control social, parcialmente denotada y defendida por Jakobs, y denominada por él mismo como "el derecho penal del enemigo". En la primera acepción, se sublima el derecho penal como un asiento firme para defender los derechos humanos, las garantías ciudadanas y la contención del poder punitivo. En la segunda, se desentraña la construcción maniquea del derecho penal, advirtiendo el uso soterrado de una categoría difusa o nebulosa de "enemigo" de la sociedad o del Estado para favorecer intereses particulares de grupos poderosos o para acallar la oposición. Es decir, la instrumentalización política de las ciencias penales, escudada por la justificación de que existen delincuentes que atentan contra el conjunto de la sociedad y deben ser excluidos de su condición de personas y ciudadanos, suprimiendo en el camino sus garantías procesales. Esta perspectiva autoritaria del derecho penal legitima actos repudiables como la tortura y la suspensión del derecho a un juicio justo con recurso a la defensa, además de posiciones políticas internacionalmente inaceptables como "la guerra preventiva" o el combate al terrorismo apoyado en la excepcionalidad jurídica, prácticas que el mundo de hoy condena, recordando esperpentos como las torturas militares en Irak, los abusos de Guantánamo e incluso, las detenciones masivas y "preventivas" en medio del conflicto armado colombiano.

La cuarta y última sección es la Reseña, que en este número está dedicada a la presentación de un libro de interés vertebral para entender la proyección de las coyunturas electorales actuales de Congreso y Presidencia, a partir de la revisión de los legados que dejaron los partidos políticos, los candidatos y sus campañas en las elecciones legislativas de 2006. El profesor Rodrigo Losada comenta la precisión metodológica y conceptual de los trabajos de varios profesores destacados de la Universidad de los Andes, recopilados en el libro "¿Juntos pero no revueltos? Partidos, candidatos y campañas en las elecciones legislativa de 2006 en Colombia". El profesor Losada destaca el valioso aporte académico de cuatro de las investigaciones, las cuales explican e interpretan las percepciones, las estrategias y la conducta de los candidatos en las campañas, enriqueciendo el corpus del marketing político latinoamericano. Igualmente, resalta el esfuerzo profesional de los autores por incorporar literatura reconocida en el medio académico internacional, especialmente aquella que se vale de las herramientas cuantitativas y de estudios empíricos previos.

Concluimos esta editorial poniendo de manifiesto nuestro interés en conservar la fidelidad de nuestros lectores, agradeciendo su visto bueno y sus comentarios constructivos que siempre nos impulsan a mejorar la calidad de nuestra revista y ser más exigentes con los productos académicos que aquí se visibilizan. Expresamos nuestra admiración por los autores que desinteresadamente confiaron en nuestras manos los resultados de sus serias investigaciones y deseamos que se conviertan en columnas principales de este hogar común que compartimos y llamamos Academia. Desde la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana enviamos un cordial saludo a todos los colaboradores que le dan forma, vida y sentido a Papel Político.

Eduardo Pastrana Buelvas
Editor

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