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Universitas Psychologica

versão impressa ISSN 1657-9267

Univ. Psychol. v.5 n.1 Bogotá abr. 2006

 

Apego, relaciones románticas y autoconcepto en adolescentes bogotanos*

Andrea Penagos, Mariángela Rodríguez, Sonia Carrillo, Jorge Castro **

Universidad de los Andes

Recibido: octubre 25 de 2005 Revisado: diciembre 12 de 2005 Aceptado: enero 31 de 2006

* Investigación realizada con el apoyo de la Facultad de Ciencias Sociales y el Departamento de Psicología de la Universidad de los Andes, Colombia.

** Correo electrónico: scarrill@uniandes.edu.co

Attachment, romantic relationships and self-concept in teenagers from Bogotá

ABSTRACT

The main purpose of this study was to assess the relationship between attachment, self-concept and some characteristics of romantic relationships in adolescents. The sample consisted of 1.435 adolescents from feminine, masculine and mixed schools in Bogotá; these schools served students from low, middle and high socioeconomic status. Participants filled out a set of questionnaires which included sociodemographic information and scales that measure attachment relationships with parents and peers, dimensions of romantic relationships and self-concept. Results indicated adolescents perceived high levels of security in the relationships with their mothers, fathers and peers. Additionally, it was found that the relationships with these three attachment figures predicted the level of self-concept and the positive characteristics of adolescents’ romantic relationships are mainly explained by the attachment relationship with the mother and the peers. Finally, it was found that the level of self-concept predicted the positive characteristics of the romantic relationships in this sample of adolescents from Bogotá.

Key words: Attachment, adolescence, romantic relationships, self-concept teenagers.

RESUMEN

El propósito de este estudio fue evaluar la relación que existe entre el apego, el autoconcepto y algunas características de las relaciones románticas en los adolescentes. La muestra estuvo conformada por 1.435 adolescentes bogotanos de colegios femeninos, masculinos y mixtos, pertenecientes a estrato bajo, medio y alto. Los participantes completaron cuadernillos en donde se encontraba un cuestionario sociodemográfico. También un instrumento que indagaba sobre sus relaciones de apego con madre, padre y pares, un cuestionario de relaciones románticas y cercanas y un inventario de autoconcepto. Los resultados fueron analizados teniendo presentes los principios fundamentales de la teoría del apego y algunos estudios realizados con anterioridad acerca del tema. En términos generales se encontró que los adolescentes de la muestra poseen altos niveles de seguridad en sus relaciones afectivas con madre, padre y pares. Adicionalmente se observó que la relación con estas tres figuras de apego predice el nivel de autoconcepto y que las características de las relaciones románticas son explicadas en su mayoría por la relación de apego con la madre y los pares. También se encontró que el nivel de autoconcepto predice algunas características positivas de las relaciones románticas.

Palabras clave: apego, adolescencia, relaciones románticas, auto-concepto, adolescentes, relaciones de pareja.

Las relaciones afectivas son de gran importancia durante las diferentes etapas del ciclo vital. Específicamente en la adolescencia dichas relaciones se diversifican; esto quiere decir que además de la importancia de las relaciones con padres, cobran prioridad las relaciones con pares. Como consecuencia de esto los adolescentes entablan relaciones de carácter significativo con personas que no pertenecen al núcleo familiar. Uno de los principales intereses en este sentido es el llegar a establecer y a mantener relaciones de tipo romántico de manera exitosa. Existen variables que pueden influir en el desarrollo de las mismas, un ejemplo de esto es el tipo de vínculo construido durante las primeras etapas de la vida con los cuidadores primarios. En otras palabras, los vínculos de apego se constituyen como base para, en etapas posteriores de la vida, involucrarse en relaciones románticas que proporcionen elementos como afecto y seguridad.

No todas las relaciones afectivas que el ser humano establece, pueden llegar a concebirse como vínculos de apego; estos se caracterizan por ser duraderos y estables a través del tiempo e implican la formación de representaciones mentales acerca de las relaciones con otros individuos significativos. Las relaciones de este tipo proporcionan seguridad y promueven elementos como confianza e intimidad (Ainsworth, 1991). De igual forma, la otra persona es concebida como individuo único, importante y no reemplazable.

La familia tiene un carácter prioritario en el desarrollo de las relaciones afectivas; es aquí donde el niño adquiere una serie de habilidades, las cuales le permitirán relacionarse de manera exitosa con su familia inmediata y posteriormente con pares. A medida que el individuo pasa de la niñez a la adultez se involucra en otro tipo de relaciones aparte de las que ha construido en su núcleo familiar primario. Estas lo proveen de diferentes elementos acordes al tipo de relación en la que esté involucrado. Más específicamente las relaciones que tienen características de confianza mutua, cooperación, seguridad y afecto, potencialmente pueden evolucionar llegando a generar vínculos de apego. Un claro ejemplo de esto son las relaciones románticas, en las cuales se observan conductas de búsqueda de proximidad, ansiedad ante la separación y otros comportamientos típicos de este tipo de vínculo.

Por otro lado el autoconcepto es otro factor que puede estar asociado al tipo de relaciones románticas que se tienen en la adolescencia, pues la imagen que se tiene de sí mismo determina en gran parte el tipo de interacción que se genera con otros. El presente estudio hará énfasis en las relaciones románticas en la etapa de la adolescencia; además pretende indagar sobre cómo los vínculos de apego establecidos desde la infancia con los cuidadores y el autoconcepto se encuentran ligados a dichas relaciones.

Apego en la adolescencia

La Teoría del Apego originalmente propuesta por John Bowlby (1979), ha tenido un gran impacto en el ámbito de las relaciones afectivas en la infancia. Bowlby propuso que la interacción de los niños con sus padres juega un papel muy significativo en el proceso de socialización y en el establecimiento de relaciones afectivas con otros en contextos diferentes a la familia. De las interacciones tempranas con los cuidadores primarios, el niño aprende un modelo de relación que va a repercutir en los nuevos contactos con otras personas. Los teóricos del apego sugieren que esos modelos son representaciones mentales que incluyen expectativas sobre sí mismo y sobre los otros dentro del contexto de las relaciones afectivas (Bretherton 1992). Algunos teóricos han identificado patrones de apego característicos de las relaciones cercanas. Los patrones fundamentales son tres: el apego seguro está caracterizado por niveles altos de confianza y cercanía y patrones adecuados de comunicación. El apego inseguro está caracterizado por baja confianza, patrones inadecuados de comunicación y bajos deseos de cercanía y proximidad. Por último el apego ambivalente se caracteriza por bajos niveles de confianza en el establecimiento de relaciones afectivas, deseo de mantener proximidad con estas, todo esto acompañado de temor e inseguridad para establecer y mantener relaciones.

Específicamente durante la adolescencia, los modelos internos de trabajo adquieren importancia al proporcionar al individuo estrategias para mantener o restaurar la seguridad propia. De esta manera, al tener la certeza de contar con el apoyo y la disponibilidad de los padres (figuras de apego primarias), se tiene la base para la formación de una personalidad sólida y estable.

Desde la perspectiva del apego, la adolescencia es un período transicional. Durante estos años se intenta establecer una mayor independencia de los cuidadores primarios con el fin de adquirir mayores niveles de autonomía y diferenciación. De acuerdo con Overbeek, Vollebergh, Engels y Meeus (2003) se dan ciertos cambios en la jerarquía que se tenía en la niñez acerca de las figuras de apego, pues entran a cumplir un papel determinante las relaciones con pares. El adolescente se muestra menos dependiente de los padres, lo cual no implica en ningún momento que la relación se vuelva innecesaria o carezca de importancia. Basados en los resultados de varios estudios (Allen & Land, 1999; Cook, 2000), sabemos que el adolescente no necesita a sus padres de la misma manera en que lo hacía en la infancia. En esta etapa lo que se busca es apoyo y confianza en la accesibilidad de las figuras parentales.

Adicionalmente los adolescentes comienzan a formar relaciones significativas con pares e incursionan en el mundo de las relaciones románticas. Un punto de gran importancia es que durante esta etapa de la vida se pasa de ser un receptor de cuidado y atención por parte de los padres a poseer el potencial de brindar este cuidado a otros. Esto nos permite ver cómo el vínculo de apego adquiere un carácter bidireccional donde una misma persona está en la capacidad de proporcionar cuidado y a la vez recibirlo (Allen & Land, 1999). En otras palabras, la adolescencia, más que ser una etapa en la que los vínculos de apego se debilitan y desaparecen, es una época en la que éstos sufren una transformación; son transferidos gradualmente al grupo de pares y a la pareja.

Relaciones románticas

Una pregunta que ha causado bastante discusión entre los estudiosos del apego, es si las relaciones románticas pueden ser calificadas como relaciones de apego. Existen diversos puntos de vista respecto a este tema; Bowlby (1979) es uno de los teóricos que considera que sí son relaciones de apego. Hazan y Zeifman (1999) abordan esta pregunta y, al igual que Bowlby (1979), están de acuerdo con que es posible considerar las figuras románticas como figuras de apego. Sin embargo, estos autores proponen que la función que tienen estas figuras en la adolescencia y en la adultez es bastante diferente a la que tienen en la infancia: “Más que la necesidad de protección, lo que sucede es una integración de varios sistemas, el sexual, el de cuidado (paternidad), y el de apego [...] los compañeros dan y reciben seguridad recíprocamente” (Hazan & Shaver, 1990, p. 10). Siguiendo con este razonamiento, Hazan y Shaver (1990) mencionan que el amor romántico en la adultez puede ser conceptualizado como un proceso de apego ya que dicho tipo de relaciones implica vínculos afectivos y socioemocionales complejos.

Hazan y Zeifman (1999) llevaron a cabo dos estudios en los que obtuvieron evidencia de que las relaciones románticas se caracterizan por elementos similares a aquellos observados en las relaciones entre los niños y sus cuidadores. Algunos de estos elementos son: la necesidad por mantener el contacto físico, la intimidad, la búsqueda de confianza y seguridad, la familiaridad, la responsividad y finalmente la ansiedad ante la separación, y los sentimientos de tristeza y depresión ante la pérdida.

Los teóricos que han estudiado las relaciones afectivas o románticas en la adolescencia se han interesado en diversos temas. Las investigaciones de autores como Giuliani, Iafrate y Rosnati (1998) y Cramer (2003) permiten ver que existen varios factores determinantes en la manera como los adolescentes perciben y se involucran en relaciones románticas. Algunos de estos pueden ser demográficos tales como el sexo y la edad mientras que otros se refieren a condiciones ambientales y contextos familiares particulares.

Dos investigaciones realizadas con población bogotana resultan bastante relevantes como base teórica para el desarrollo de la temática de las relaciones románticas en jóvenes. La primera de ellas fue la llevada a cabo por Vega (2003). Entre los resultados encontrados en este estudio se evidenciaron diferencias en cuanto a la percepción de la calidad de la relación con los padres y con las parejas románticas. De igual forma se obtuvo evidencia acerca de la importancia de los modelos internos de trabajo en relación con el apego parental y las relaciones románticas. La segunda investigación fue la realizada por Burgos (2003), la cual pretendía generar un mayor conocimiento acerca de las relaciones románticas en la juventud. Dentro de los resultados Burgos encontró que las variables que predicen las expectativas de la pareja como base segura en jóvenes universitarios son el autoconcepto global y romántico y la experiencia directa en las relaciones románticas. De igual manera resulta importante la percepción de la calidad de la relación con los padres. En relación con las variables que influyen en las expectativas para ver a la pareja como fuente de apoyo se encuentran el autoconcepto global y romántico.

Autoconcepto

Las relaciones que se entablan en las diferentes etapas de la vida se ven mediadas por una serie de constructos de tipo individual. El autoconcepto es uno de éstos, y se ha encontrado que está relacionado con la percepción que tenemos de nosotros mismos y con la manera en que nos desenvolvemos en las interacciones con los demás.

El autoconcepto es una evaluación y una percepción cognitiva y consciente que los individuos hacen de sí mismos, en otras palabras son los pensamientos y las opiniones que cada cual tiene respecto de sí (Rice, 1999). Varios autores concuerdan en que el autoconcepto es una estructura cognoscitiva que cada uno posee y que contiene imágenes de lo que somos, lo que deseamos ser, lo que manifestamos y deseamos manifestar a los demás.

El autoconcepto es considerado como un elemento central para el desarrollo de la personalidad; sin embargo, existen diferentes aproximaciones al mismo. Algunos autores lo definen como las percepciones que tiene el individuo sobre sí mis-mo; mientras que otros sostienen que el autoconcepto es el resultado de las experiencias personales y la forma como estas experiencias son interpretadas por cada uno de nosotros (Harter, 1999).

Refiriéndose específicamente a la etapa de la adolescencia, autores como Harter (1999) afirman que durante estos años, el autoconcepto se concibe como un constructo multidimensional; esto quiere decir que las fuentes mediante las cuales éste se constituye son diversas y variadas. Este se va diferenciando gradualmente, de manera que se incrementa a medida que las personas pasan de la niñez a la adultez.

Respecto al autoconcepto en la etapa de la adolescencia son varios los aspectos que se han abordado. Algunos de ellos incluyen los cambios cognitivos, afectivos y comportamentales del autoconcepto en esta etapa, el impacto de la vida familiar sobre este mismo, diferencias con respecto a edad y género y el autoconcepto y sus componentes.

Mestre, Samper y Pérez Delgado (2001) realizaron un estudio longitudinal en el que se evaluaron los cambios por los que atraviesa el autoconcepto en la adolescencia. Los resultados indicaron que variables personales como edad y género modulan el autoconcepto de los adolescentes.

Teóricos como Arnett (1999) enfatizan que la formación del autoconcepto es una de las tareas críticas de la adolescencia. En general se encontró que hay diferencias bastante marcadas en el desarrollo del autoconcepto, la autovalía y el afecto según el grupo étnico y la estructura familiar. De igual manera se pudo ver que sobre éstos existe una influencia del ambiente escolar y los procesos familiares. Los resultados indican que aspectos propios de cada cultura como pueden ser los valores, las tradiciones y los estereotipos sociales generan cambios en la formación de la identidad en los adolescentes. Lo anterior se debe tener en cuenta dado que constituye un criterio explicativo al evaluar las diferencias en autoconcepto para determinadas poblaciones.

En general, las conclusiones que se han obtenido mediante investigaciones relacionadas con el autoconcepto en la adolescencia, es que éste es un constructo multidimensional debido a que su formación depende de variados factores; en dicha formación influyen aspectos como el ámbito familiar (Leary, Cottrel & Phillips, 2001), escolar, social, (interacción con pares), creencias religiosas, aspectos culturales, etc. (Lila, Musitu & Buelga, 2000). Así mismo se ha planteado que la construcción del autoconcepto, es una tarea crítica de la etapa de la adolescencia que va de la mano con importantes procesos como son la formación de identidad, la toma de decisiones y la adquisición de independencia y autonomía. Adicionalmente se ha hecho evidente que los adolescentes presentan marcadas diferencias de género respecto a este constructo y que de igual forma este sufre transformaciones según la etapa por la que se esté atravesando, el nivel de madurez y las experiencias de vida del adolescente (Amescua y Pichardo, 2000; Alfred-Liro & Sigelman, 1998).

Apego, relaciones románticas y autoconcepto

Los modelos de relación que el individuo aprende en las primeras etapas de su desarrollo han sido considerados fundamentales para el desarrollo de las relaciones románticas durante la adolescencia. De estos modelos se desprenden expectativas acerca de las relaciones con pares y parejas románticas (Bowlby, 1979). Las expectativas o modelos de apego construidos pueden incluir entre otros: qué tan cómoda la persona se siente en relaciones cercanas, habilidades para confiar y depender de otros y los miedos con respecto al abandono (Simpson & Rholes 1998).

El hecho de involucrarse en relaciones románticas provee a los adolescentes de contextos en los cuales la sexualidad y la intimidad son abordadas convirtiéndose en un punto central para el desarrollo de la identidad del adolescente. El no establecer relaciones románticas durante esta etapa puede llevar al rechazo y aislamiento del adolescente.

A medida que los adolescentes se desarrollan, los elementos fundamentales de las relaciones románticas dejan de ser el sexo y el amor y se incorporan aspectos como la intimidad, el cuidado y el compartir sentimientos e ideas.

Diversas investigaciones han explorado la temática de las relaciones románticas y el apego, y el autoconcepto y el apego en la adolescencia. Los tópicos que se han desarrollado tienen que ver con la continuidad del apego en las diferentes etapas del desarrollo, la influencia de los estilos de apego en la forma como las personas entablan sus relaciones románticas y las estrategias de resolución de conflictos. Con respecto al autoconcepto se ha pretendido observar si el tipo de apego que se tiene en la infancia repercute en el desarrollo del autoconcepto en la adolescencia y si existen relaciones directas entre un apego de tipo seguro y un autoconcepto elevado.

Un estudio llevado a cabo por Simpson (1990) examinó el impacto de los diversos estilos de apego con respecto a las relaciones románticas. Los resultados obtenidos en el estudio mostraron que los jóvenes que puntuaron alto en apego seguro manifestaron estar involucrados en relaciones caracterizadas por tener una mayor dependencia y apertura hacia la pareja. Así mismo se encontraron mayores niveles de compromiso evidenciados por una mayor dedicación hacia la relación.

También mayor confianza manifestada en más seguridad con respecto al compañero y menores niveles de inseguridad; adicionalmente se encontró que este tipo de personas se encontraban más satisfechas con la relación. Lo contrario ocurrió con los individuos con puntuaciones altas en el estilo de apego evitativo. En relación con el apego ansioso, resultó que dichos individuos reportaban estar en relaciones con menores niveles de confianza.

Un estudio en el que se examinan los planteamientos de Bowlby (1979) acerca de la manera en que las experiencias de apego moldean la autoimagen de las personas, es el realizado por Mikulincer (1995). Según este autor, “en las palabras de Bowlby, la gente se basa en sus experiencias de apego como fuente de información para aprender sobre uno mismo” (p. 1203). Los resultados muestran que personas con apego seguro enfatizan la importancia de una relación de apego para el desarrollo de una estructura de sí mismo más balanceada, coherente y organizada. Respecto a las personas evitativas, Mikulincer (1995) plan-tea que su concepción de sí mismos puede ser el producto de “un proceso disociativo que excluye la información relacionada con las necesidades de apego y las experiencias negativas en este campo” (p. 1213). En general se observó que personas con apego seguro y quienes tienen un apego de tipo evitativo tienen una mirada más positiva de sí mismos que las personas con apego ansiosoambivalente. Lo anterior nos permite decir que el concepto que tienen acerca de sí mismas las personas con apego seguro es un reflejo de sus experiencias de apego positivas. Los hallazgos de estas dos investigaciones apoyan la hipótesis de Bowlby (1979) y nos indican que es posible que un buen funcionamiento emocional y social en la niñez pueda propiciar las bases para un buen funcionamiento en la adolescencia y la adultez.

En síntesis, la adolescencia es en general, una etapa de transformaciones. Uno de los cambios que se presentan es el que se da en la jerarquía de las relaciones afectivas, pues aparte de los padres, entran a jugar un papel importante el grupo de pares y por otro lado se incursiona en las relaciones románticas. Resulta interesante que los vínculos que se establecen con las figuras de apego en los primeros años tienen similitudes con los que se entablan con una pareja; estos dos tipos de relaciones pueden ser caracterizadas como relaciones de apego. Las investigaciones han encontrado que la calidad de las relaciones románticas está asociada en gran medida a los estilos de apego de los individuos. Adicionalmente también se han encontrado conexiones entre vínculos de apego de tipo seguro y un mayor autoconcepto en los adolescentes.

El propósito del presente estudio es examinar la relación que hay entre el nivel de seguridad en las relaciones de apego con padres y pares, las características de las relaciones románticas y el nivel del autoconcepto en adolescentes bogotanos.

El siguiente modelo ilustra las variables que se tendrán en cuenta para esta investigación:

Mediante esta investigación se pretenden evaluar tres hipótesis fundamentales. En primer lugar, se espera que a mayores niveles de seguridad en las relaciones de apego con padres y pares, se presenten más características positivas en las relaciones románticas de los adolescentes. Siguiendo la misma línea, se espera que a mayores niveles de seguridad en las relaciones de apego con padres y pares, los adolescentes tengan altos niveles de autoconcepto; por último se espera encontrar una asociación positiva entre el autoconcepto y las características positivas de las relaciones románticas.

Método

Participantes

La muestra estuvo conformada por 1.435 adolescentes bogotanos que asistían a colegios mixtos, femeninos y masculinos de estratos socioeconómicos bajo, medio y alto. Todos los participantes se encontraban cursando grado once. Las edades de los adolescentes oscilaron entre 15 y 20 años. Datos sociodemográficos adicionales de la muestra se encuentran en la Tabla 1.

Instrumentos

A continuación se presentan los diferentes instrumentos utilizados para este proyecto.

Cuestionario demográfico: El objetivo fue obtener información acerca de características de tipo demográfico de los adolescentes y sus familias. Indaga sobre edad, nivel educativo, estrato socioeconómico de los participantes, etc.

Inventario de apego con padres y pares (IPPA, Armsden & Greenberg, 1987): El propósito de este instrumento fue evaluar los niveles de seguridad percibidos por los adolescentes en su relación con padres y pares. Está conformado por 75 ítems divididos en tres grupos de 25 afirmaciones cada uno, referidas a relaciones con el padre, la madre y los amigos respectivamente. Cada una de las secciones se compone por tres subescalas: alienación, confianza y comunicación. Los ítems se califican con una escala likert de 5 puntos donde 1 = casi nunca o nunca y 5 = casi siempre o siempre.

Este instrumento ha demostrado tener una alta consistencia interna cuando ha sido aplicado en poblaciones bogotanas de adolescentes y adultos jóvenes. Específicamente para este estudio los índices de confiabilidad obtenidos para cada una de las figuras de apego fueron: para la relación con mamá 0,74; para la relación con papá 0,80 y para la relación con pares 0,79. La escala total obtuvo un alpha de confiabilidad de 0,84.

Escala de Autoconcepto de Tennessee (Fitts, 1965): este instrumento busca examinar la percepción que tiene una persona sobre sí misma, su valor personal y la manera en que esta percepción encaja en la realidad. Consta de 100 ítems que se califican en escala likert de cinco puntos, donde 1 = completamente falso y 5= completamente cierto. El índice de confiabilidad interna obtenido en este estudio para la Escala de Autoconcepto Total del instrumento fue de 0,92.

Escala de calificación de las relaciones románticas

(Relationship Rating Form): Este instrumento fue diseñado por Davis (1996) con el fin de evaluar las características de las relaciones románticas y las amistades cercanas. Mide ocho dimensiones globales; las dimensiones globales tenidas en cuenta en este estudio incluyen: Cuidado (α= 0,93), el cual se caracteriza por factores como la asistencia, dar lo máximo posible en la relación, llevar la delantera etc. La Pasión (α= 0,88) la cual está conformada por elementos como la fascinación, la exclusividad y la intimidad sexual con la pareja. También se incluye la Satisfacción Global (α= 0,83) que comprende aspectos como el éxito, el disfrute, la reciprocidad y la estima. Otra de las dimensiones del instrumento es el Compromiso (α = 0,52), y por último se encuentra la dimensión de Ambivalencia y Conflicto (α=0,52). El instrumento está compuesto por 66 ítems que se califican en una escala likert de 7 puntos donde 1 = absolutamente no característico y 7 = absolutamente característico. Dado que algunos de los alphas fueron muy bajos (viabilidad, intimidad) estas dimensiones no fueron incluidas en los análisis.

Procedimiento

El procedimiento para la recolección de los datos incluyó visitas a colegios que cumplían con las características establecidas para la muestra. En dicha visita se presentó el proyecto a las directivas de la institución y se obtuvo la respectiva autorización para la recolección de los datos; adicionalmente se enviaron cartas a los padres de los alumnos de 11 grado explicando el propósito del estudio y solicitando su autorización para que sus hijos participaran en el mismo. Los instrumentos se aplicaron de manera grupal en dos sesiones de 1 hora cada una en las instalaciones del colegio.

Resultados

El propósito de esta investigación, fue evaluar la relación entre el apego parental y el apego con pares, las características de las relaciones románticas y el nivel de autoconcepto, en una muestra de adolescentes bogotanos. Para este fin se realizaron diferentes tipos de análisis. Los resultados obtenidos se presentarán de acuerdo con las variables del estudio y objetivos de este estudio. En primer lugar se presentarán los resultados obtenidos para la variable de apego. Posteriormente se mostrarán los hallazgos concernientes al autoconcepto y luego los correspondientes a las características de las relaciones románticas. Seguidamente, se presentará una sección donde se integran los resultados de las tres variables del estudio que nos permiten evaluar las hipótesis planteadas.

Apego. La percepción de los adolescentes sobre su relación de apego con padres y pares se evaluó a través del IPPA. Este instrumento arroja puntajes de seguridad total para las tres figuras de apego (papá, mamá y pares) y además arroja puntajes en las tres dimensiones que evalúa el instrumento: confianza, comunicación y alienación. El puntaje de seguridad total fue obtenido sumando los puntajes de las dimensiones positivas del instrumento, es decir confianza y comunicación, y restándole a este resultado el puntaje de la dimensión negativa, es decir alienación. Dentro de los puntajes que se obtuvieron para la escala del IPPA, el mínimo corresponde a 12 y el máximo a 84.

Según muestran los resultados, si bien los puntajes respecto a las tres figuras de apego son adecuados, vale la pena resaltar que en general los puntajes más altos se observan en el apego con pares. Específicamente en cuanto a las dimensiones, la escala de confianza es la que más altos puntajes tiene en relación con las otras dos escalas. Así mismo se puede observar que el nivel de confianza más alto corresponde al de apego con pares; mientras la escala de alienación obtiene el puntaje más bajo. La escala de comunicación resulta puntuar más alto para el apego con la madre.

Autoconcepto. La variable del autoconcepto se analizó a partir de la escala de Autoconcepto Tenesee (Fitts 1965); este instrumento arroja una puntuación que permite observar la dimensión de autoconcepto total.

Los puntajes obtenidos por los adolescentes en cuanto a la dimensión de autoconcepto total demuestran que los adolescentes de la muestra tienen niveles adecuados de autoconcepto (M=48,3- De=9,1), encontrándose como puntaje mínimo15 y máximo 78.

Relaciones románticas. La aproximación a esta variable se realizó mediante la escala de Calificación de las Relaciones Románticas (Relationship Rating Form, RRF) diseñada por Davis (1996) la cual mide cinco características de las relaciones románticas: cuidado, pasión, compromiso, conflicto-ambivalencia y satisfacción global. Es importante aclarar que dicho instrumento está diseñado para permitir la medición de estas mismas características en relaciones cercanas las cuales no. necesariamente tienen un carácter romántico.

Se obtuvieron resultados similares para las características de cuidado (M=5,3 DE=1) y satisfacción global (M=5 DE=0,9), mientras que las características de ambivalencia y conflicto (M=3,9 DE=0,8) y compromiso (M=3,8 DE=0,9) fueron las que obtuvieron puntajes más bajos. Los descriptivos de las tres variables principales del estudio se encuentran en la Tabla 2.

Apego, autoconcepto, relaciones románticas. Con el fin de evaluar la relación entre las diferentes variables del estudio (apego, relaciones románticas y autoconcepto) se realizó un análisis de correlación para las tres variables. Este incluyó apego total con mamá, apego total con papá, apego total con pares y el nivel de autoconcepto total; con respecto a las relaciones románticas se tuvieron en cuenta las siguientes características: pasión, cuidado, satisfacción global, conflicto-ambivalencia y compromiso.

Los resultados indicaron que existen correlaciones significativas entre el nivel de seguridad de la relación de apego con mamá, papá y pares. El autoconcepto total se relacionó positivamente con el apego total (mamá, papá y pares). En cuanto a las características de las relaciones románticas se encontró que las subescalas de cuidado y satisfacción global correlacionaron positivamente con la variable de apego (papá, mamá y pares). Adicionalmente se encontró que la característica de pasión mostró una correlación positiva con el apego con pares.

Con respecto a las correlaciones obtenidas entre las dos variables, autoconcepto y relaciones románticas, se puede ver que el autoconcepto total correlaciona positivamente con las características de pasión, cuidado y satisfacción global. Mientras que el autoconcepto general correlaciona negativamente con conflicto ambivalencia (ver Tabla 3).

Posteriormente se realizaron análisis de regresión con el propósito de examinar la influencia del apego a través de los puntajes obtenidos para cada una de las figuras (Mamá, Papá y Pares) sobre el autoconcepto general y sobre cada una de las características de las relaciones románticas (pasión, cuidado, satisfacción global, conflicto y compromiso). Con dicho análisis se logra establecer con precisión el valor predictivo que tiene el apego sobre el autoconcepto y las características de las relaciones románticas.

El Modelo 1 estima el efecto del conjunto de indicadores de apego (Mamá, Papá y Pares) sobre el autoconcepto general de los adolescentes; los análisis mostraron una influencia positiva y significativa del apego sobre el autoconcepto (F (3,469)=94,68; p < 0.01), en la cual el apego con mamá constituye el componente más determinante en la explicación del autoconcepto, seguido del apego con pares y el apego con papás.

Por otra parte, los Modelos 2 a 6 estiman el efecto del apego sobre las diferentes características de las relaciones románticas. Los análisis mostraron una influencia positiva y significativa del apego sobre el cuidado (F (3,466)= 12,92; p < 0.01), en la cual tanto el apego con mamá como el apego con pares resultan ser los componentes que dentro del modelo aportan en la explicación del cuidado, mientras que el apego con papá no aporta significativamente en dicha explicación. También se encontró un efecto positivo y significativo del apego sobre la satisfacción global en las relaciones románticas (F (3,463)= 8,59; p < 0.01), donde nuevamente se le atribuye al apego con mamá y con pares el peso explicativo del modelo, mientras que el apego con papás no muestra un efecto significativo. La Tabla 4 muestra los coeficientes de cada uno de los modelos estimados.

Discusión

El propósito de este estudio fue evaluar las relaciones existentes entre los niveles de seguridad en las relaciones de apego, el nivel de autoconcepto y las características de las relaciones románticas. Particularmente se quería examinar cómo el nivel de seguridad percibido por los adolescentes en sus relaciones con madre, padre y pares tiene un efecto sobre el autoconcepto y las características de las relaciones románticas.

Apego

Los resultados evidencian que los niveles de seguridad percibidos por los adolescentes en sus relaciones con las tres figuras de apego (Mamá, Papá, Pares) fueron adecuados siguiendo los parámetros básicos de la teoría del apego. Adicionalmente, los hallazgos indican que los adolescentes perciben a los pares como sus figuras principales de apego en el momento actual de su ciclo vital.

Dichos resultados pueden deberse al carácter transicional de los vínculos con las figuras de apego que ocurren durante la etapa de la adolescencia. Como lo afirman Allen y Land (1999) durante esta etapa se presentan cambios en la jerarquía de las figuras de apego, en donde se asume cierto distanciamiento de las figuras parentales con el fin de adquirir independencia y autonomía. En esta medida los pares adoptan un rol prioritario; a partir de este punto la relación con el grupo de pares adquiere ciertas características que serán mantenidas a lo largo de la adultez.

Adicionalmente es importante mencionar que es en esta misma etapa en la que se despierta el interés por establecer relaciones románticas. Como plantean Overbeek y cols. (2003), cuando los adolescentes crecen, experimentan ciertos niveles de interdependencia y se aborda la sexualidad y la intimidad como puntos centrales para el desarrollo de la identidad. A pesar de lo anterior, no es necesario concluir que los padres dejen de tener una importancia significativa en el desarrollo de los adolescentes, sino que durante esta etapa se modifica la dinámica de las relaciones interpersonales, incrementándose la interacción con los pares en términos de los contactos diarios y de su significancia en la vida de los jóvenes. Según Allen y Land (1999), en esta etapa lo que se busca es apoyo y confianza en la accesibilidad de las figuras parentales; a pesar de que exploran la posibilidad de adquirir independencia de los padres, estos continúan actuando como base segura para los adolescentes la cual se evidencia particularmente en momentos de estrés, enfermedad o situaciones extraordinarias de necesidad.

La correlación entre los niveles de seguridad indican una correspondencia en la percepción de los adolescentes de sus relaciones con las tres figuras de apego ( Mamá, Papá y Pares), observándose una tendencia hacia niveles adecuados en dichas relaciones. Un concepto relevante en la explicación de este hallazgo es el de los Modelos Internos de Trabajo. Según autores como Bretherton (1992), estos tienen un componente de estabilidad el cual ayuda a generar expectativas acerca del comportamiento de sí mismo y de los demás. Adicionalmente esta autora plantea que es bastante probable que se desarrolle un modelo de sí mismo como digno de cariño y atención, si los cuidadores asumen actitudes de responsividad y cuidado.

Así mismo, Bretherton y Munholland (1999) afirman que “las representaciones resultantes de interacciones anteriores regulan de manera más o menos estable la percepción de interacciones venideras con figuras de apego” (p. 92). Bajo esta perspectiva y tomando en cuenta los resultados obtenidos, lo anterior querría decir que las representaciones que los adolescentes formaron de las relaciones con sus padres en las primeras etapas de la vida, efectivamente tienen cierta estabilidad. Es decir que hay elementos que se transfieren en la medida en que el joven establece relaciones cercanas con otras figuras.

Autoconcepto

De acuerdo con Mestre, Samper y Pérez Delgado (2001), el autoconcepto es vital para “la construcción de la identidad y para el desarrollo global de la persona” en la etapa de la adolescencia (p. 244). Los resultados concernientes al autoconcepto, revelan que los adolescentes de la muestra tienen un nivel de autoconcepto promedio, lo cual puede interpretarse como un reflejo de la búsqueda de identidad y las incertidumbres que acompañan dicha búsqueda durante la adolescencia. Aunque algunos adolescentes intentan mostrarse ante los demás y ante sí mismos como personas fuertes y seguras, es probable que se trate de un intento de autoprotección en las situaciones de interacción social cotidianas.

Relaciones románticas

En la adolescencia, las relaciones familiares y las relaciones con los amigos sufren transformaciones. Una de dichas transformaciones se centra en la consolidación de las relaciones de tipo romántico, en las cuales se introducen nuevos elementos como la intimidad y la sexualidad, y se mantienen otros como el cuidado, la protección y la responsividad; dichas características se arraigan más fuertemente sobre todo en la adolescencia tardía.

Esto coincide con los resultados obtenidos en el presente estudio, donde las características que priman en las relaciones románticas y cercanas son altos grados de cuidado y satisfacción global. Dichos resultados nos indican que efectivamente los jóvenes de la muestra reconocen la importancia de aspectos como brindar asistencia cuando la pareja lo necesita y dar lo mejor de sí en la relación, lo cual conlleva a un mayor disfrute de la misma, a una adecuada reciprocidad y en general a relaciones más exitosas (satisfacción global).

Los adolescentes de la muestra reportaron niveles bajos en las escalas de compromiso y conflicto, y niveles altos en las escalas de cuidado, pasión y satisfacción global. Algunos autores sugieren que una característica común entre las relaciones románticas en la adolescencia y en la adultez, es la pérdida de importancia de aspectos como la compañía y la amistad (Schulman & Scharf, 2000). Esta idea contrasta con los resultados de este estudio en dónde la característica que predomina en las relaciones románticas adolescentes es el cuidado; esta dimensión puede ser entendida como una búsqueda de contacto y cercanía con otro lo cual equivaldría a las dimensiones de amistad y compañía adultas.

Por otra parte, los resultados indicaron que la dimensión menos representativa en las relaciones románticas de los jóvenes fue el compromiso. Esto podría estar indicando que los adolescentes tienen la necesidad de explorar su ambiente y ampliar su círculo social constantemente; además perciben sus relaciones románticas como inestables o de corto plazo razón por la cual no ven la necesidad de invertir un alto nivel de compromiso en ellas y optan por la búsqueda de satisfacción y gozo en ese corto tiempo.

Un resultado del presente estudio que puede verse ligado a lo anterior es que los participantes reportaron bajos niveles de conflicto-ambivalencia en las relaciones románticas. Este hallazgo puede explicarse en la misma dirección: la tendencia a percibir las relaciones románticas como pasajeras y con bajo nivel de compromiso, puede estar restándole importancia al conflicto en términos de sus implicaciones en la preservación de la relación.

Hazan y Shaver (1990) consideran que en las relaciones románticas el sistema sexual entra a acompañar a los sistemas de seguridad y cuidado y ejerce un rol fundamental en establecimiento y mantenimiento de la pareja. Nuestros hallazgos son consistentes con este planteamiento y muestran como la característica de pasión (fascinación con la pareja, exclusividad e intimidad sexual) fue un de los aspectos al que los jóvenes otorgaron gran importancia.

Apego, relaciones románticas y autoconcepto

El objetivo principal de este estudio fue evaluar si la percepción de las relaciones de apego, ejerce alguna influencia en el autoconcepto y las características de las relaciones románticas de adolescentes de Bogotá.

Los hallazgos de este estudio indican que la percepción de apego que tienen los adolescentes de sus relaciones con mamá, papá y pares ejerce una influencia importante en el nivel de autoconcepto total de los jóvenes en este momento de sus vidas. Esto parece indicar que entre más seguridad perciba el joven en el vínculo de apego con las figuras más cercanas, formará un modelo positivo tanto de sí mismo como de sus relaciones. Esto es coherente con lo que sugiere Bowlby (1995) cuando plantea que el establecimiento de un apego de tipo seguro durante los años de la infancia, le permitiría al niño verse como alguien valioso, digno de afecto y que puede ejercer un rol positivo en las relaciones con otros en las etapas posteriores de la vida. Esta misma idea es desarrollada por Mc Cormick y Kennedy (1994) quienes reportan que existe una relación directa entre el nivel de atuoconcepto y las características de la relación de apego segura, particularmente, la capacidad de propiciar independencia y aceptación.

Otros autores han sugerido que los valores y tradiciones que hacen parte de los procesos familiares, influyen de manera directa en el desarrollo del autoconcepto (Moneta, Schneider & Csikszentmihalyi, 2001). De esta forma se establece que las dinámicas familiares podrían ser consideradas como un criterio explicativo que permitiría evaluar en los adolescentes las diferencias que se dan a nivel de autoconcepto. Este hecho es relevante para nuestra investigación ya que el apego seguro puede ser considerado como un elemento que contribuye a establecer una adecuada dinámica familiar, y como tal influye en la manera como el adolescente se percibe a sí mismo. Mikulincer (1995), por otra parte, retomando los planteamientos de Bowlby (1997), plantea que las experiencias de apego contribuyen a moldear la autoimagen de las personas. Los hallazgos de sus investigaciones revelan que el desarrollo de una estructura del sí mismo balanceada, depende de la importancia que las personas otorguen a sus relaciones de apego. Este autor encontró que las personas con relaciones de apego seguras se perciben a sí mismas de manera más positiva que las personas con relaciones de apego inseguras, particularmente de tipo evitativo. Esto quiere decir que la seguridad que los adolescentes bogotanos perciben en sus relaciones de apego con figuras cercanas, determina en alguna medida la manera como estos se perciben a sí mismos y cómo se desean proyectar ante los demás. En otras palabras, las relaciones caracterizadas por altos niveles de confianza, comunicación y cuidado con personas cercanas en la infancia y posteriormente en la adolescencia permitirán que el adolescente construya valoraciones positivas acerca de su ser y consiga una mayor satisfacción consigo mismo, la cual repercutirá de manera positiva en las demás esferas de su vida.

Refiriéndonos ahora a la influencia del apego sobre algunas características de las relaciones románticas, los resultados revelan que los niveles de seguridad del apego se relacionan de una manera importante con las características de cuidado y satisfacción global. Algunos autores han planteado que durante la adolescencia y la adultez las parejas románticas pueden ser concebidas como figuras de apego y que dos de los componentes fundamentales de estas relaciones son el cuidado y la protección (Hazan & Zeifman 1999). Los hallazgos encontrados en este estudio parecen indicar que en la medida en que el joven perciba tanto disponibilidad y la responsividad de parte de sus cuidadores como el cuidado y la protección característicos de una relación de apego seguro, transferirá estas mismas características a sus relaciones fuera del contexto familiar (con pares y parejas). Estos resultados coinciden con aquellos reportados por Roisman, Madsen, Hennighausen, Sroufe y Collins (2001) quienes evaluaron la relación entre el apego y ciertas dimensiones de las relaciones en estudio longitudinal con parejas románticas de adultos jóvenes. Estos autores encontraron asociaciones significativas entre las representaciones que los adolescentes tienen acerca de las relaciones con sus padres y la calidad de sus relaciones de pareja. Esto confirma que efectivamente las “experiencias padres-hijo se internalizan y se proyectan en relaciones en etapas posteriores de la vida” (Roisman, Madsen, Hennighausen, Sroufe & Collins, 2001, p. 156).

Otro resultado que llama la atención fue la influencia del nivel de seguridad con pares y la característica de pasión en las relaciones románticas. Una de las característica propias de las relaciones de apego seguras es que la sensibilidad, responsividad y cuidado que el niño recibe de sus figuras de apego hace que éste las identifique como una base segura que le permite sentirse protegido y tranquilo para explorar su ambiente. De esta exploración se desprenden una serie de experiencias que favorecerán su desarrollo general (Ainsworth, 1991). El nivel de seguridad encontrado en las relaciones de los adolescentes con sus padres y pares parece estar actuando en esta misma dirección; el hecho de percibir a dichas figuras como bases seguras les está ofreciendo la tranquilidad para explorar el ambiente novedoso y atractivo de las relaciones románticas que en un principio se centra en gran medida en comportamientos asociados a la dimensión de la pasión.

Hazan y Shaver (1990), plantean que el amor romántico en etapas posteriores de la vida puede ser concebido como un proceso de apego. Esto en su mayor parte debido a que en las relaciones románticas se forman vínculos afectivos y socioemocionales complejos. Dos puntos relevantes para tener en cuenta serían los modelos internos de trabajo en las relaciones románticas y la continuidad del apego. El primero debido a que de estos se desprenden expectativas acerca de las relaciones con pares y parejas románticas; como lo plantean Simpson y Rholes (1998), dichas expectativas pueden incluir la comodidad del adolescente con respecto a la cercanía, sus habilidades para confiar y depender del otro y los miedos con respecto al abandono. La continuidad que caracteriza el vínculo de apego, nos permitiría decir que los niveles de seguridad o inseguridad que se presenten en una etapa podrían trascender a las siguientes. Lo anterior nos permitiría suponer que la formación de vínculos de apego con los padres determinaría de alguna manera la formación de estos vínculos en etapas posteriores. Respecto a este punto, los resultados arrojados en esta investigación, permiten ver que el nivel de seguridad total con pares predice el cuidado y la satisfacción global en las relaciones románticas. De igual manera se pudo ver que el apego con mamá predice las características de cuidado y satisfacción global lo cual es coherente con la teoría del apego que se ha desarrollado en apartados anteriores.

El principal aporte de esta investigación consiste en el hecho de que se está contribuyendo a un mayor conocimiento en el área de las relaciones afectivas durante la adolescencia en una población que no ha sido muy estudiada en la literatura. Así mismo, se están explorando temas actuales que influyen directamente en el desarrollo de los adolescentes. Por otro lado, a pesar de la relevancia que efectivamente cobran los pares durante los años adolescentes, se confirma el papel protagónico que continúan teniendo las figuras parentales durante esta etapa del ciclo vital. Por último, un mayor conocimiento de las características que rodean a los adolescentes, particularmente en lo que a sus relaciones afectivas se refiere, proveerá ciertas pautas para el desarrollo de programas de intervención específicos en esta población.

Debemos tener en cuenta que el presente estudio tiene algunas limitaciones. Es importante tener claro que el instrumento utilizado para aproximarse a la variable de relaciones románticas, no es exclusivo para relaciones de este tipo sino que abarca también relaciones cercanas en general. Lo dicho podría tener implicaciones en la interpretación de los datos por lo cual esto debe ser considerado como una limitación.

Respecto a futuras investigaciones, sería interesante realizar estudios de tipo longitudinal en las que se tomaran en cuenta las variables estudiadas en la presente investigación. Lo anterior debido a que, como se mencionó anteriormente, el autoconcepto se conforma y se modifica de acuerdo con la etapa de la vida en la que se encuentre el individuo. Además resultaría atractivo estudiar la continuidad de los estilos de apego, tomando medidas que permitieran relacionar el apego en la infancia (con las figuras parentales) y en la adolescencia (con las parejas románticas). Otro interrogante interesante se relaciona con los aspectos del desarrollo del adolescente que se ven influenciados de manera significativa por el vínculo de apego establecidos en la infancia. Sería interesante evaluar si esta influencia se ve más directamente en aspectos de carácter académico, social, emocional, etc. Lo anterior con el fin de confirmar y reiterar la importancia de estas relaciones con los cuidadores primarios y por lo tanto incluir dichos aspectos en futuras intervenciones.

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