SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.20 número3Criminalización y juvenicidio de culturas juveniles asociadas a organizaciones delincuenciales: caso colombianosLas variables sociales y la conciencia meta-cognitiva de los jóvenes adultos colombianos índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud

versión impresa ISSN 1692-715Xversión On-line ISSN 2027-7679

Rev.latinoam.cienc.soc.niñez juv vol.20 no.3 Manizales sep./dic. 2022  Epub 20-Feb-2023

https://doi.org/10.11600/rlcsnj.20.3.4742 

Estudios e Investigaciones

Violencia simbólica en relaciones de pareja desde la marginalidad en mujeres jóvenes*

Symbolic violence in couple relationships in light of the marginality of young women

Violência simbólica em relacionamentos de casal desde a marginalidade em mulheres jovens

Ph. D. Angela María Cadavid-Marín1 

Mg. Janier Deyanira Marínez-Garcés2 

1 Universidad de Manizales, Colombia. Licenciada en Educación Física. Magíster en Educación Docencia, Universidad de Manizales. Doctora en Ciencias de la Educación, Universidad Tecnológica de Pereira. Directora Instituto Pedagógico Universidad de Manizales. 0000-0002-2337-0798. H5: 3. Correo electrónico: acadavid@umanizales.edu.co

2 Universidad de Manizales, Colombia. Licenciada en Historia, Universidad del Valle. Magíster en Educación desde la Diversidad, Universidad de Manizales. 0000-0002-5609-7679. H5: 0. Correo electrónico: jademari2@gmail.com


Resumen (analítico)

El método biográfico narrativo permitió escuchar a seis mujeres jóvenes que habitan contextos marginales. A partir de un diseño narrativo, se concretaron narrativas biográficas. En ellas se expusieron los modos como han configurado sus relaciones de pareja en torno a las prácticas y discursos de la violencia simbólica, dejando al descubierto una realidad atravesada por la violencia de un sector enclavado en el olvido institucional y el señalamiento colectivo. El análisis de la información se realizó mediante un biograma, el cual permitió encontrar que la despolitización y la idealización son los modos como han construido sus relaciones. La relevancia de este estudio se centra en dar a conocer la resistencia a los mecanismos de poder como posibilidad de transformar la construcción de amor que habitualmente se ha promovido en otras mujeres.

Palabras clave: Jóvenes; marginalidad; relaciones (de pareja); violencia (simbólica); despolitización; idealización. Tesauro de Ciencias Sociales de la Unesco

Abstract (analytical)

The Narrative Biographical Method was applied with six young women who live in marginal contexts. Their biographical narratives were identified through a narrative design in which they shared the ways in which they have configured relationships with their partners around the practices and discourses of symbolic violence. The study exposes a reality of violence in this population that is associated with institutional abandonment and collective allegations. The analysis of the information was carried out using a Biogram, which allowed the authors to identify that depoliticization and idealization are how these women have built their relationships. The study is relevant because it raises awareness about existing power mechanisms that support the transforming of couple relationships, which is usually encouraged by other women.

Keywords: Young people; marginality; relationships (couple); violence (symbolic); depoliticization; idealization

Resumo (analítico)

O Método Biográfico Interpretativo permitiu escutar seis mulheres jovens que habitam contextos de marginalidade. A partir de um desenho narrativo, concretizaram-se as suas narrativas biográficas; nas quais elas expuseram os modos de ter configurado os seus relacionamentos de casal em torno às práticas e discursos da violência simbólica, deixando a descoberto uma realidade atravessada pela violência doméstica de um setor aninhado no esquecimento institucional e na acusação da sociedade. A análise da informação foi realizada mediante um Biograma, o qual permitiu encontrar que a despolitização e a idealização são as maneiras como elas construíram seus relacionamentos. A relevância deste estúdio é focado em dar a conhecer a resistência aos mecanismos de poder como possibilidade de transformar a construção do amor que habitualmente é promovido em outras mulheres.

Palavras-chave: Jovens; marginalidade; relacionamentos (de casal); violência (simbólica); despolitização; idealização

Introducción

Preocupaciones que atañen la realidad a indagar

En todas las sociedades han existido grupos de personas marginadas de las dinámicas sociales y, por tanto, ajenas al disfrute de beneficios materiales y culturales derivados del desarrollo económico de las naciones. Al respecto, el concepto de marginalidad ha sido abordado por Quijano (1966) como una condición social configurada por elementos institucionales marginales dentro de la estructura general de la sociedad y en la cual están involucrados, parcial o totalmente, los miembros de la sociedad.

En esta condición de marginalidad se puede encontrar al oriente de la ciudad de Cali (Colombia), un sector compuesto por 42 barrios y diversos asentamientos subnormales,1 que arrastran con sus habitantes el sino de la marginalidad. Creado a finales de la 1 década de los sesenta, el Distrito de Aguablanca es un territorio que en sus inicios sirvió para acoger a la población que llegaba a la metrópoli, producto de la descomposición social de algunas zonas rurales del sur del país asociada al conflicto armado.

En los años ochenta, la administración municipal emprendió varios programas de reasentamientos para mejorar las condiciones de la población que habitaba esta zona; sin embargo, ante la presión municipal, se recrudeció la violencia entre pandillas y proliferó el microtráfico; sumándose el desempleo, la violencia intrafamiliar, los bajos niveles de escolaridad y la delincuencia generalizada, aumentando los índices de discriminación y pobreza. Este fenómeno ha afectado en mayor medida a los jóvenes, quienes son excluidos por su etnia, su posición social y hasta por su estética (Campa-Álvarez et al., 2020; Cardozo & González, 2020; Di Leo & Camarotti, 2017; Hernández et al., 2018). Con el pasar de los años, la visión de la ciudad de Cali como excluyente y un Distrito satanizado, hizo que su población juvenil fuera condenada al ostracismo, lo que les impidió consolidar prácticas sociales transformadoras que los integraran a las dinámicas sociales del resto de la ciudad.

Esta promiscuidad física impuesta a importantes grupos de la población solo puede crear una red de relaciones y de comunicaciones, normas comunes de comportamientos y de percepción del mundo cuyos elementos se combinan y se superponen de diferentes maneras a los que están ligados a las exigencias de la supervivencia y de la autodefensa. (Quijano, 1971, p. 2)

En este sentido, es evidente que el olvido institucional, «la exclusión social, espacial y económica, crea una situación de desigualdad en las vidas de muchos jóvenes» (Abreu & Baquero, 2018, p. 45), lo que desencadena prácticas de violencias reiteradas hacia ellos. Estos, a su vez, experimentan diversas muertes simbólicas y físicas que inhiben muchas de sus posibilidades en términos de construcción de ciudadanía, pero también les permite encontrar espacios y prácticas de re-existencia (Correa, 2016; Moreno & Mornan, 2015).

Así las cosas, tanto los asuntos de la violencia directa como los de la simbólica coexisten en el Distrito, permitiendo la emergencia de algunas disparidades que se evidencian no solo en varios aspectos de las estructuras familiares, sino que también pueden llegar a intervenir en las relaciones sociales que se establecen entre los jóvenes (Araiza & González, 2016; Cardozo & González, 2020; Martínez et al., 2008).

Según los autores mencionados, estas son formas encubiertas de violencia comunes que inciden en los espacios cotidianos, produciendo el escenario en que subyace la violencia hacia la mujer, especialmente en el escenario familiar; allí «la familia no transmite nuevas formas de pensar y hacer en el mundo en torno a las relaciones afectivas y sexuales, y reproduce así los modelos construidos desde las estructuras de dominación masculina» (Amurrio et al., 2010, p. 4).

En el marco de los postulados expuestos, y para acotar un campo específico de análisis en el cual pueda encuadrarse la presente investigación, esta se apoyó en la reflexión teórica de Pierre Bourdieu, quien aborda el asunto del mercado de los bienes simbólicos o mercado de los mensajes culturales, para explicar fenómenos aparentemente disímiles en teoría, como la dominación personal, de clases, de sociedades, de naciones o de género. Elementos que, según el autor, producen y reproducen las desigualdades en las sociedades contemporáneas.

Con la expresión violencia simbólica, Bourdieu (2000) define aquella que se ejerce sin coacción y mediante distintos modos de orden simbólico que estructuran las mentes y otorgan significación a la acción. Esta, añade, puede tomar formas muy diversas e, incluso, extraordinariamente refinadas, pero tiene como efecto la desvalorización y el empobrecimiento de toda forma cultural y la sumisión de sus portadores (Bourdieu & Passeron, 1996). Bourdieu (2000) emplea este concepto para referirse también a la dominación que los hombres ejercen hacia las mujeres y la manera en que desde algunas instituciones se reproduce un determinado discurso en la sociedad.

Visto de este modo, la noción de violencia simbólica juega un rol central en el análisis de la dominación en general, ya que es un mecanismo para el ejercicio del poder. Al ser casi invisible, suelen invalidarse sus consecuencias sobre la vida de los seres humanos, lo cual provoca que se justifique el imaginario de dominación en las sociedades y se legitimen otros tipos de violencias condenables socialmente por ser más perceptibles (Flores & Browne, 2017).

En este entramado, las mujeres son quizás las más vulneradas, ya que estas han transitado y transitan la historia con una significativa desigualdad frente al orden hegemónico masculino. «Estos violentamientos -sean económicos, políticos, laborales, legales, eróticos, simbólicos o subjetivos- constituyen una de las múltiples estrategias de la desigualdad de género, en tanto producen consenso con respecto a la naturalidad de la inferioridad femenina» (Giberti & Fernández, 1992, p. 17).

Así las cosas, la violencia simbólica emerge como un continuum de actos (Vásquez & Castro, 2008) que niegan los derechos de las mujeres, promoviendo una inequidad que revela la realidad social, cultural y política de una sociedad que conserva estructuras patriarcales, prácticas y discursos que vulneran a la mujer por su condición femenina (Cruz et al., 2010). De tal manera, se corre el riesgo de llegar a reproducir relaciones sociales igualmente violentas, inequitativas y de propagar el discurso simbólico en el cual la mujer es representada como inferior, lo que facilita la imposición del poder del hombre sobre aquella en los entornos familiares y en las relaciones de pareja (Mora & Ordóñez, 2019; Ronzón-Tirado et al., 2017).

Dadas las condiciones que anteceden, la pregunta por las relaciones de pareja y la estabilidad emocional de los jóvenes ha sido una constante en las investigaciones adelantadas tanto en el ámbito nacional como en el internacional; algunas de ellas se centran en aspectos como los embarazos no deseados y las violencias entre parejas (Castañeda Camey et al., 2019). Al respecto, Vásquez y Castro (2008), plantean que «estudiar la violencia en el noviazgo es fundamental porque permite analizar la génesis de las desigualdades en las relaciones de pareja, las formas en que se ponen en práctica las diversas determinaciones de género aprendidas desde la infancia» (p. 716).

Lo anterior, para exponer como desde esta investigación se puede contribuir al empoderamiento de las mujeres jóvenes, como posibilidad de actuar e incidir en procesos que convoquen a concientizarse frente a la configuración de relaciones de pareja sanas y equilibradas; ello no solo para el establecimiento de lazos de apoyo emocional, sino también para la identificación de aquellos vínculos perjudiciales que impiden gozar de relaciones equitativas.

En este abanico de posibilidades, las relaciones de pareja se enmarcan como un proyecto que no solo atañe a dos personas, ya que entran en juego los aspectos culturales, familiares y sociales de los protagonistas y, por supuesto, la etapa de desarrollo en la cual se analicen. Al respecto, Díaz (2017), expone que en la adolescencia y en la juventud, por ser etapas en las que se adquieren nuevas experiencias, el amor y los vínculos afectivos suelen vivirse de forma muy intensa. Esto provoca en los jóvenes una gran vulnerabilidad debido a la falta de experiencia.

Es así como se ha observado que ser mujeres jóvenes en sectores marginales -como el Distrito de Aguablanca- es estar inmersas en un escenario en el que las nociones de igualdad o ciudadanía pasan a considerarse vacías de contenido, porque muchas veces se legitima un imaginario cultural; este último favorece el desarrollo de comportamientos violentos hacia ellas, los cuales continúan vigentes a pesar de las diversas transformaciones que ha sufrido la sociedad (Cardozo & González, 2020; Marínez, 2015).

Pese a que algunas mujeres han asumido otras posturas frente a su papel en la sociedad, aún se encuentran algunas que siguen padeciendo una doble discriminación por el hecho de, en el caso de las protagonistas de esta investigación, ser mujeres y ser jóvenes. Así, permanecen atrapadas en los papeles tradicionales, lo que impide generar cambios estructurales en la sociedad y que, por el contrario, continúen sumidas en la desigualdad y la falta de oportunidades, pese a que en los últimos años la Corte Constitucional ha emitido una serie de leyes y sentencias que abordan el asunto de lo femenino, el lenguaje peyorativo y la violencia simbólica.

Sin embargo, en toda relación de poder -en este caso en particular en la pareja- se producen también resistencias, las que se crean como oposición a una verdad construida e impuesta y sacan a la luz aquellos discursos periféricos, condenados a permanecer ocultos por las formas tradicionales de dominación, teniendo en cuenta que durante la juventud las relaciones afectivas cobran relevancia, no solo por el intercambio de valores, sino por la construcción que deviene de los vínculos relacionales, la afectividad y la interacción con el otro.

Esta investigación quiere abordar a las participantes desde el método biográfico narrativo para aproximarse a sus realidades y, así, escuchar de su propia voz sus pensamientos y sus incertidumbres frente a la violencia simbólica que tienen que vivir, en medio de la «promiscuidad física impuesta» (Quijano, 1971, p. 2).

Lo anterior permite reconocer que la marginalidad que viven las participantes es particular y propia de su realidad contextual. Por tanto, una forma de analizar sus visiones es habitando con ellas el espacio para descubrir cómo se relacionan sus historias, sus lazos y sus afectos, lo que posibilita entender la diversidad y analizar sus códigos y narrativas. En consonancia, se plantea la pregunta: ¿cómo se han configurado las relaciones de pareja de algunas mujeres jóvenes que habitan el Distrito de Aguablanca en Cali en torno a prácticas y discursos de la violencia simbólica? Ello con el objetivo de comprender la configuración de las relaciones de pareja de algunas mujeres jóvenes que habitan el Distrito de Aguablanca en torno a prácticas y discursos de la violencia simbólica como una oportunidad para pensar y comprender otros modos de amores posibles.

Método

Esta investigación se enmarcó en un enfoque cualitativo para abordar la realidad de la configuración de las relaciones de pareja a partir de la perspectiva de algunas mujeres jóvenes que habitan el Distrito. Ellas aportaron los insumos necesarios para comprender las problemáticas que allí se presentan, desde el afrontamiento de las limitaciones propias del sector hasta sus resistencias frente a la violencia simbólica.

No estaría demás traer a colación que «la investigación cualitativa trata de identificar la naturaleza profunda de las realidades, su estructura dinámica, aquella que da razón plena de su comportamiento y manifestaciones» (Martínez, 2002, p. 128). Todo ello enmarcado en un diseño narrativo cuyo paradigma comprensivo permitiera la aproximación a espacios geográficos de vulnerabilidad social en los cuales la violencia simbólica continúa su accionar, perpetuando muchos de los problemas sociales.

En concordancia con lo expuesto, se consideró que el método fuera el biográfico narrativo, cuya esencia fueron las voces de mujeres jóvenes; es decir, este método posibilitó «una mediación entre la historia individual y la historia social (otras personas y entorno)» (Bolívar et al., 2001, p. 124). Desde esta perspectiva, y continuando con los autores mencionados, se tuvo en cuenta la narrativa biográfica, en tanto que esta «contribuye a comprender el propio contexto social, viendo cómo el individuo es producto de una historia en la que ha llegado a ser sujeto» (p. 124).

En este sentido, se buscaron las narrativas biográficas de algunas mujeres jóvenes que quisieran participar de manera voluntaria exponiendo sus percepciones y experiencias en torno a la temática abordada. Fueron seis participantes, quienes se encuentran en edades comprendidas entre los 19 y 24 años; algunas adelantando estudios de pregrado en una universidad de la ciudad y otras con estudios tecnológicos terminados. Ellas alternan su tiempo entre sus estudios, la familia, el trabajo, el desarrollo de pequeños emprendimientos o el activismo social en temas de género y reconocimiento étnico.

Es de aclarar que inicialmente se pensó en trabajar con adolescentes de una institución educativa del sector, pero las condiciones del confinamiento a causa de la pandemia dificultaban la libre exposición de sus planteamientos e idearios frente a la temática, dado que las participantes iniciales se sentían cohibidas en casa para hablar abiertamente al respecto. No obstante, la escogencia de las participantes finales estuvo supeditada a la posibilidad de acercamiento con ellas, ya que una de las investigadores principales fue su maestra de colegio. Al conversar con ellas al respecto de la temática, seis aceptaron su participación activa, brindando la información que fuera necesaria para dar respuesta a la pregunta de investigación.

Las narrativas biográficas fueron recopiladas mediante entrevistas biográficas, las cuales iban acompañadas de una bitácora de preguntas; esta invitaba a las participantes a plantear sus respuestas libremente. Entre las preguntas realizadas, en primera instancia se quiso ahondar en la vida familiar para dar cuenta de las prácticas y discursos ejercidos en la pareja representada por sus padres, para ir paso a paso a reconocer el entorno de socialización con preguntas como las siguientes: ¿cómo ha sido el proceso de relacionamiento con los jóvenes del barrio?, ¿para ti qué es una relación de pareja?, ¿cómo deben ser las relaciones de pareja?, ¿qué valoras en una relación de pareja?, ¿cómo ha sido esa experiencia de tener una relación de pareja?, ¿crees que existe alguna diferencia entre tener una relación con un joven del distrito a tenerla con un joven de otro sector?, ¿qué buscas en una relación de pareja?, entre otras que iban surgiendo durante los encuentros, puesto que «la entrevista biográfica consiste en reflexionar y rememorar episodios de la vida, donde la persona cuenta cosas a propósito de su biografía (vida profesional, familiar, afectiva, etc.)» (Bolívar et al., 2001, p. 159).

Una vez confirmaron su participación, se procedió a establecer un contrato narrativo, para garantizar el anonimato, cumpliendo con los aspectos éticos propios de la investigación (Bolívar et al., 2001). Ello devino en el compartir las experiencias dentro de sus relaciones de pareja inmersas dentro del contexto en condiciones de marginalidad donde habitan.

Para dar inicio al proceso de análisis de la información, los audios fueron transcritos y la narrativa biográfica de cada una de las participantes fue sistematizada en un biograma. De acuerdo con Bolívar et al. (2001), el biograma permite el tratamiento de la información de manera tal que nunca se pierda la voz de las participantes, posibilitando el acercamiento a la vida de estas desde sus pensamientos, imaginarios y acciones. En este sentido, las narrativas biográficas se convirtieron en la unidad de análisis del proceso.

A partir de lo anterior, la sistematización se realizó en matrices de varias columnas. En la primera se ubicaron las unidades de análisis; en este sentido, la narrativa biográfica se desagregó para facilitar su análisis. En una segunda columna se dio inicio a la reconstrucción de las narrativas en unidades biográficas; allí se presentó el diálogo entre participantes e investigadoras donde las narrativas biográficas se esclarecieron, respetando los planteamientos de las entrevistadas desde líneas de fuerza que buscaron sintetizar su narrativa biográfica. Con las unidades biográficas se identificó la configuración de las relaciones de pareja, dando cumplimiento al primer objetivo específico de la investigación: identificar mediante las narrativas biográficas de algunas mujeres jóvenes la configuración de sus relaciones de pareja.

De este ejercicio se desprendió un proceso de síntesis de las unidades biográficas, para en una tercera y una cuarta columnas hacer deducciones partiendo de las narrativas biográficas de las participantes (lo que se denomina unidades temáticas), en este caso, que contuvieran las prácticas y discursos de la violencia simbólica. Finalmente, en una quinta columna, se trabajó sobre tematizaciones, las que emergieron de la palabra expresa de las participantes de acuerdo con sus narraciones. Lo anterior dio paso al cumplimiento del segundo objetivo específico: analizar e interpretar las prácticas y discursos de la violencia simbólica en torno a las relaciones de pareja. Lo anteriormente expuesto se puede evidenciar en el biograma que presenta la tabla 1.2

Tabla 1 Biograma 

Una vez obtenidas las tematizaciones por cada una de las participantes, se inició el proceso de confrontación de las mismas por medio de la técnica de relatos cruzados, la cual «se trata de la historia de varias personas de un mismo entorno» (Ander, 2011, p. 132); ello a fin de establecer los vínculos entre la configuración de las relaciones de pareja y las prácticas y discursos de la violencia simbólica. Este proceso fue esencial para reconocer los puntos de confluencia entre las participantes, indagando por lo común y para construir mutuamente a partir de la comprensión de la realidad. Lo que permitió dar paso al tercer objetivo específico: establecer vínculos entre la configuración de las relaciones de parejas y las prácticas y discursos de la violencia simbólica para la construcción mutua de esta realidad.

Debemos aclarar que la técnica de relatos cruzados permitió tener una visión general del contexto en donde se desenvuelven las participantes quienes, comprendidas desde la singularidad y particularidad, dialogan entre sí. Por consiguiente, este ejercicio de entrecruzamiento de las narrativas biográficas posibilitó pasar a una construcción mutua que contuviera el sentido que las participantes otorgaron a su realidad; porque las narrativas biográficas «son confrontadas dialécticamente de forma que, en una comunidad de lenguaje, permitan leer la realidad» (Bolívar et al., 2001).

Hallazgos

Relaciones de pareja que caen en los brazos de la despolitización

Sumergida en la cotidianidad, la violencia simbólica es huidiza, aún hoy día. Ello se refleja al momento de intentar develarla: se camufla entre prácticas y discursos que buscan persuadir, convencer o manipular al ejercer poder sobre otro; un otro que termina aprobando a través de la interiorización. Uno de los espacios en donde se gesta la violencia simbólica es el hogar; allí las prácticas y discursos se fijan en los cuerpos, lo que lleva también a su propagación.

En cuanto a este planteamiento, se pudo evidenciar que las entrevistadas, en su mayoría, provienen de hogares conformados por una figura paterna dominante y una figura materna que promueve y acepta en la familia la continuidad de los roles de género tradicionales (Bonilla, 2020; Bringas-Molleda et al., 2015); en donde las relaciones parentales tienen una carga significativa de agresiones verbales, violencia física, económica y psicológica. En estas relaciones, por lo general, la madre juega un rol más pasivo que el padre, producto de la violencia física que este ejerce o ejerció sobre ella, por su dependencia económica o por su historia de relacionamiento con sus diversas aristas, lo que la lleva a adoptar una postura sumisa:

La relación de mis padres en un principio fue violenta, porque mi papá ha sido muy dominante, muy agresivo, muy hostil. Él aparentemente no lo demuestra con personas externas, pero él con nosotros sí ha sido así, fuerte, de hablar duro, de que lo que yo digo, es. (Fragmento de narrativa biográfica n.º 5, 2020)

En este sentido, la violencia contra la mujer es un componente que moviliza la relación de pareja entre los padres de las entrevistadas, a partir de la cual el padre busca la supremacía (Carrillo-Urrego, 2018). Esta violencia «se ha basado en las relaciones de poder y dominación, sustentadas en la creencia de que una persona (generalmente el hombre o el patriarca) controle y domine a las otras» (Bonilla, 2020, p. 103). Por tanto, algunas de las entrevistadas manifiestan haberse convertido en testigo de la violencia simbólica, en tanto identifican a sus madres como mujeres sometidas que se vuelven cómplices de la violencia ejercida hacia ellas de manera arbitraria. «Las violencias ejercidas por los varones contra las mujeres no constituyen un acto excepcional, ni anormal, más bien se hallan naturalizadas y extendidas en la sociedad» (Cabral, 2018, p. 48).

Estas prácticas de dominación son rebatidas por las participantes cuando en sus narrativas biográficas se atreven a cuestionar a sus madres por permitir, aceptar y respaldar, sin ningún asomo de resistencia, los comportamientos de sus padres. Lo anterior, en tanto «subyacen relaciones de poder dadas por el patriarcado con respecto a los roles de género» (Ariza-Sosa & Agudelo-Suárez, 2020, p. 106); lo que hace evidente que las relaciones de sus padres han estado basadas en el padecimiento, donde es clara la disparidad y la desigualdad en la despolitización de su discurso (Barthes, 1999).

En consonancia con Barthes (1999), la despolitización del discurso busca situar a los dominados en una posición pasiva, quizás indeterminada, frente a lo que se instaura como tradicional. Dicha despolitización impide la configuración de relaciones basadas en el entrenos, relaciones en donde las personas puedan construir mundo junto a otras en igualdad de condiciones. Lo que se fija como tradicional en el hogar, se torna en cuestionamiento para las entrevistadas, pero, al mismo tiempo, se movilizan bajo ese contexto donde impera el mutismo:

Mamá respalda muchos de los comportamientos machistas de papá. No sé si lo hace por la comodidad de no cuestionar su relación con este hombre o porque ignora el machismo y la desigualdad que esto representa para ella y para sus hijas. (Fragmento de narrativa biográfica n.º 3, 2020)

Como se puede observar en este fragmento, la despolitización del discurso ha sido interiorizada por las madres, a quienes se les dificulta reconocerla como una más de las formas de violencia simbólica. Así las cosas, la fuerza de la tradición ha permitido su instalación en el hogar. Sin embargo, lo anterior genera tensión en las participantes, quienes pueden identificarla, pero están maniatadas porque se sienten inferiores a ese poder instalado, en tanto esta atmósfera de violencia también ha tocado sus cuerpos. De este modo, los comportamientos violentos en la vida conyugal de sus padres -de los que ellas fueron testigos en sus primeros años- se transformaron en agresiones hacia las entrevistadas. Con dichos comportamientos se busca reforzar la autoridad masculina para dejar claro quién detenta el poder:

La violencia en mi casa se identifica en situaciones cotidianas que llevan gestándose hace mucho tiempo. Mamá sacrificó su rol de mujer y se dedicó a ser madre y ama de casa. Al no tener ingresos, se volvió dependiente de papá y él siempre aprovechó la situación para insultarla y humillarla. Años después, mamá y papá volcaron esos insultos y humillaciones hacia mí. Curiosamente, usan las mismas palabras con las que papá inició esa violencia en 1998. (Fragmento de narrativa biográfica n.º 3, 2020)

Tal como se ha visto, la fuerza de la tradición ha conducido a sus madres a soportar la despolitización de su discurso de manera abrupta, ya que, a partir de la dominación, se niega la posibilidad de dialogar y consensuar. Las entrevistadas han observado como sus madres no solo legitiman el uso de la violencia contra ellas, sino que además se tornan pasivas, pero activas contra ellas, participando al lado de sus cónyuges continuando el legado de dominación con sus hijas y así emparejar la sumisión. Lo anteriormente expuesto continúa durante la adolescencia, donde el control y dominio sobre las entrevistadas parece incrementarse.

En lo que se refiere a la etapa de la adolescencia, es este el momento en donde la socialización y la búsqueda de interacción con otras personas de su misma edad se hace más evidente; por tanto, los padres comienzan a exigirles un tipo de comportamiento que será el adecuado en consonancia con las expectativas que ellos han construido. La socialización es sentenciada a continuar con los patrones tradicionales, donde los padres exigen y definen los modos en que deben establecer sus relaciones e interactuar, en procura de evitar caer en los tentáculos de los habitantes del territorio, quienes son condenados al exilio de sus hogares por los padres. Así, se presenta una especie de violencia simbólica soterrada bajo exigencias basadas en la estigmatización, donde nuevamente la despolitización del discurso exige continuar con la trama de lo tradicionalmente impuesto, como lo es el sostenimiento de relaciones basadas en la disparidad.

Dentro de estas exigencias, las entrevistadas expresaron que sus padres alimentan la esperanza de que ellas algún día logren establecer una relación con una persona que habite fuera del sector, de manera que no estén expuestas a la violencia barrial y a las represalias producto de las actividades delincuenciales y que, por lo general, afectan a sus familiares y a sus compañeras sentimentales. Aquí, tras el rol de padres se esconde la manipulación que conlleva a la imposición disimulada de estereotipos para la escogencia de pareja:

Mis padres me inculcaron esas ideas de que hay que tener mucho cuidado de las personas con las que uno estaba porque podrían también traer problemas para todos. Porque digamos uno mira las relaciones alrededor y se da cuenta de las múltiples violencias que sufren las mujeres. Entonces no había como esa posibilidad real de establecer una relación sana. (Fragmento de narrativa biográfica n.º 5, 2020)

De acuerdo con este planteamiento, ahora se infringe una violencia simbólica de padres a hijas desde la prevención, que se ha considerado legítima tradicionalmente, pero que recae en la manipulación. En este caso está ligada al abuso que se desprende desde el discurso familiar, en el cual, mediante exigencias de carácter prejuicioso, pero sutiles, se implantan modos de configurar sus relaciones de pareja en los que persisten los condicionamientos familiares, a partir de lo cual ellas deben acceder para respetar las decisiones de sus padres. Aquí, «la manipulación no solo involucra poder, sino específicamente abuso del poder» (van Dijk, 2006, p. 51).

Debemos reconocer que esta manipulación evidente en el discurso (que deviene del amor y la preocupación que los padres promulgan a los hijos) se respalda en un conjunto de aspectos negativos del contexto que más adelante habitan. Ello genera que, al conseguir una pareja que no cumpla con las exigencias establecidas, se inicie una relación clandestina para evitar hacer evidente su desacuerdo con estas y con los procesos de dominación que no son considerados, sino que se hacen cómplices de ellos, evadiéndolos. Lo que se presenta como modos de resistir a la despolitización del discurso.

Al respecto, las entrevistadas han configurado unos imaginarios sobre lo que significa sostener una relación amorosa y una relación de pareja. Las relaciones amorosas son, para ellas, más casuales y se dan producto de la atracción, el deseo de compartir y disfrutar al lado de esa otra persona; sin embargo, no cumplen los estándares exigidos en sus familias. Las relaciones de pareja, por su parte, resultan de una construcción más consciente y formal (Blandón-Hincapié & López-Serna, 2016). Cuando se tiene una relación de pareja se asimila el discurso de que está cimentada sobre bases sólidas y que es una persona presentable a los padres para cumplir con sus expectativas:

Sentíamos un gusto, pero no como para tener nada en serio, para frentearlo a la realidad ni nada. Era algo más bien como clandestino, como escondido. Eso fue cuando yo tenía 16 años; un chico, teníamos una relación amorosa. Y le voy a decir por qué lo veo de esa manera: si yo lo hubiera tomado como relación de pareja, ni mi mamá ni mi papá lo hubieran aceptado así. (Fragmento de narrativa biográfica n.º 1, 2020)

De acuerdo con estos planteamientos, la manipulación ejercida hacia las entrevistadas ha sido considerada legítima, porque las pretensiones de los padres no reúnen un carácter perverso; por el contrario, su carácter es protector. Sin embargo, sí las ha conducido por el camino de la pérdida de autonomía, en tanto las entrevistadas expresan que la violencia ejercida hacia ellas no les ha permitido relacionarse de forma sana con sus parejas; por el contrario, habita en ellas un sentimiento de desvalorización como persona y un miedo a repetir en sus historias el ciclo de violencia implantado desde la despolitización del discurso que vivieron en casa:

La violencia, sin importar su categoría, te destruye emocional y psicológicamente. Yo no soy la excepción. Me ha hecho sentir triste, insegura, fea, torpe, sin valor, avergonzada por ser todo lo que soy. Cuando traigo toda esta carga a bordo, me es imposible relacionarme con otros de forma sana y apropiada. (Fragmento de narrativa biográfica n.º 3, 2020)

Sin duda alguna, los modos en que las participantes han configurado sus relaciones de pareja se han gestado desde la despolitización de la palabra y del discurso manipulador, los cuales, buscando la dominación, dificultan desafiar la violencia simbólica ejercida desde la esfera privada y movilizarse dentro de la esfera pública. Así las cosas, desafiar la despolitización deviene en clandestinidad, encubriendo aquellas relaciones que no se acogen a las exigencias del hogar. Dicha clandestinidad surge como mecanismo para resistir los discursos y prácticas de la violencia simbólica que implican la despolitización de la palabra en el hogar, alterando el orden establecido por sus padres. Perspectiva que el mismo Bourdieu (2006) apoya cuando plantea que «debemos desarrollar nuevas formas de combate para contrarrestar adecuadamente la violencia de la opresión simbólica que poco a poco se ha ido instalando» (p. 49).

Relaciones de pareja que caen en los brazos de la idealización

Las entrevistadas han hecho consciencia de que uno de los caminos para evitar la repetición de las historias familiares de violencia y falta de oportunidades es estudiar, conseguir dinero y salir del sector en cuanto se presente alguna opción. El Distrito es, en las voces de las entrevistadas, un conglomerado de asuntos negativos; por lo tanto, escapar de esta realidad les permitirá desplegar posibilidades de entablar relaciones de pareja con jóvenes que tengan aspiraciones diferentes a las de sus vecinos.

En este sentido, la marginalidad a la que ha sido sometido este territorio indica la fragmentación de las relaciones, dado que las condiciones contextuales generan fobias hacia los jóvenes del sector. Con relación a esto, los lazos afectivos con sus vecinos son muy débiles y en algunos casos inexistentes; esto se debe a que estas jóvenes, en particular, no encuentran nada en común con ellos y evitan a toda costa establecer un vínculo que de alguna manera las pueda referenciar con sus prácticas o costumbres:

Estos jóvenes que están en el Distrito y que nunca han hecho algo diferente tienen una percepción muy diferente de la vida. Entonces, ellos piensan en la manera de sobrevivir. Mientras que si te vas con un chico de otro sector, ellos no piensan solo en sobrevivir, sino que, desde luego, hacer algo diferente con sus vidas, no conformarse, salir, vivir más. (Fragmento de narrativa biográfica n.º 4, 2020)

Es evidente que las relaciones de pareja no poseen una condición invariable; si bien, durante la adolescencia eran aceptados los chicos del sector, durante la juventud, es algo improbable. Han tomado conciencia de la realidad que las permea a partir de la experiencia de habitar el territorio. Este es el otro extremo de este escenario, en el cual sostener una relación de pareja con alguien que viva en otro sector y que responda a las expectativas de las entrevistadas puede resultar realmente frustrante para ellas.

El sino de la discriminación del Distrito ha generado que muchas veces las entrevistadas hayan recibido comentarios hirientes por habitar este espacio, debido a que su presencia genera desconfianza en algunos rincones de la ciudad. Por ello, en ocasiones, cuando se les ha preguntado dónde viven, prefieren evitar dar la información. Es así como se reconocen discriminadas, pero al mismo tiempo potencian la discriminación con sus pares con quienes habitan el sector:

Los que residimos en el Distrito tenemos menor oportunidad de escoger espacios. Cuando ocupamos espacios geográficos que, a pesar de ser públicos, están en zonas de privilegio socioeconómico, se nos mira como a sospechosos de algún acto delincuencial. La estética, la vestimenta y el color de la piel son las características que la gente asocia a los habitantes del Distrito de Aguablanca. Da la impresión de que pasivamente nos quieren encerrar. (Fragmento de narrativa biográfica n.º 3, 2020)

No obstante, la búsqueda de pareja sentimental se concentra por fuera de los límites del Distrito, en donde el capital cultural de los jóvenes les resulta más atractivo y son menores los conflictos asociados al territorio; ello, en tanto una posible relación de pareja con un joven del Distrito estaría marcada por el miedo, la inseguridad y el machismo: miedo por sus actividades en torno a la ilegalidad, inseguridad de lo que les pueda pasar por relacionarse con alguien de ese perfil y temor a convertirse en objeto de abuso e irrespeto como mujer: I

magino que tener una relación con estos chicos implica lo mismo que pertenecer a una banda criminal. Si eres la chica de un miembro de la banda criminal dentro del contexto machista que impera en estos espacios, tú ya eres una propiedad de la banda criminal. El maltrato, la cosificación y la muerte es lo más seguro. (Fragmento de narrativa biográfica n.º 3, 2020)

Por ello, el modelo que han configurado para relacionarse se basa en la búsqueda de una pareja que posea un capital cultural compatible, que no sea violento ni controlador, que apoye la construcción de su proyecto de vida sin anularlas, con quien puedan disfrutar su independencia económica para no estar atadas a sus gustos y disposiciones, que ponga el diálogo y el respeto como base fundamental de la relación y que les valore su autonomía y su capacidad para tomar decisiones. Es así como se puede observar a «un segmento de la población colombiana que cada vez tolera menos relaciones de pareja insatisfactorias» (Ariza-Sosa & Agudelo-Suárez, 2020, p. 101); lo que ha conllevado a que estas jóvenes quieran establecer una relación de pareja con alguien que cumpla con unos estándares, especialmente, alejados del destino de habitar la marginalidad:

Que tenga la capacidad de entender que, además de esposa y madre, también seré una mujer; que soy un individuo capaz de operar sin necesidad de estar en función de otro. En definitiva, no quiero un hombre al que tenga que terminar de educar o ayudar a establecer; quiero un hombre establecido. (Fragmento de narrativa biográfica n.º 3, 2020)

En este aspecto, la idealización del amor se construye bajo parámetros que se tornan en exigencias difíciles de cumplir; en tanto se busca «un amor de entrega total a una persona que muchas veces construimos a nuestra medida, sin tener mucho que ver con la realidad» (Caro, 2008, p. 214). Deviene aquí importante retomar la manipulación discursiva de los padres de las entrevistadas, en tanto, a partir de ello, han configurado relaciones de pareja desde el deseo de encontrar a alguien que cumpla esas expectativas soñadas y anheladas, donde se pueda vivir una relación confortable en plena igualdad, muy diferente a lo que vivieron en sus familias.

Al tenor de lo anterior, se sueña con entablar una relación de pareja que caiga en brazos de la democratización (Giddens, 2004). En este sentido, las conductas machistas de sus padres y de algunas exparejas les han permitido delimitar lo que están dispuestas a aceptar o no en sus relaciones futuras; por tanto, buscan romper con los modelos patriarcales de desigualdad. Lo que las lleva a configurar relaciones de pareja a partir del intercambio equitativo como garante del sostenimiento del vínculo para evitar las normatividades construidas socialmente y generar condiciones asimétricas en la relación. Por tanto, solicitan el intercambio equitativo entre dar y recibir (Giddens, 2004):

Porque él quiere venir a darme órdenes y yo no las acato. Entonces me dice: «Sí, usted por qué no hace caso». Y esas no son las palabras: «Yo no tengo por qué hacerte caso, no sos mi mamá ni sos mi papá; sos una persona con la cual compartimos y tenemos una relación, pero que a darme órdenes, no». O ya cuando empiezan con que: «No podés salir» o le quieren escoger la ropa a uno, escogerle las amistades a uno: «Con este no podés salir, con este otro sí». (Fragmento de narrativa biográfica n.º 3, 2020)

Por tanto, buscan «una relación de pareja sana y justa, en la que prima la propia adecuación de la pareja; una relación libre, construida, identitaria, íntima y (al menos a priori) igualitaria» (Cena & García, 2013, p. 27). No obstante, es necesario clarificar que este modo de configuración de las relaciones de pareja, teniendo como base la democratización, ha de enfrentarse a la contingencia y a la incertidumbre de las realidades que permean a los seres humanos, evitando la normalización de la vida en común, desde donde, para cumplir con lo idealizado, se sucumba ante reglas y normas que desdibujen el amor.

Discusión

Tanto la violencia directa como la simbólica coexisten en nuestra sociedad delineando las relaciones sociales que se establecen entre los seres humanos. Al respecto, estudios como el de Araiza y González (2016) permiten corroborar que, pese a no utilizar la coacción física, la violencia simbólica produce un poder legitimador dentro del cual los dominados aceptan como válida la visión del mundo que tienen los dominadores. Esta es, sin duda, la raíz de algunas prácticas hegemónicas, las cuales históricamente les han asignado a los seres humanos ciertas categorías de acuerdo a su condición social y a los territorios que ocupan; así, construyendo un discurso que impone unos modos de creer, entender y obrar y se convierten en trampas construidas para mantener las diferencias y esconder las distintas problemáticas que generalmente se desarrollan en las sociedades (asunto también abordado por Araiza & González; 2016).

Lo anterior posibilita dilucidar que existe una complicidad de los dominados con la dominación, lo que permite analizar otros aspectos que intervienen en las relaciones sociales marcadas por la violencia simbólica y que tienen que ver con lo afectivo y lo corporal; una supuesta complicidad de los dominados con la dominación que permea las relaciones afectivas (Bringas-Molleda et al., 2015). Imperativos estos que determinan las ideas de necesitar de otro para sentirse en condición de completitud independientemente de la violencia que, de manera simbólica, se pueda ejercer en la relación de pareja.

En este sentido, desde el presente estudio se plantea que las jóvenes del Distrito, en medio de todas las contradicciones que las orillan hacia la discriminación y el rechazo, deben enfrentar la probabilidad de que sus opciones de encontrar una pareja que se ajuste a sus expectativas sean más limitadas que las del resto de sus pares en la ciudad; ya que un buen porcentaje de los jóvenes con quienes podrían entablar una relación afectiva presentan una trayectoria de vida asociada a la delincuencia y a las actividades ilícitas. Si ellas logran cruzar los límites simbólicos del territorio y entablar una relación afectiva con un joven de otro sector de la ciudad, esto puede ser la puerta de entrada a un mundo de exclusiones y desigualdades del cual muchas no quieren hacer parte.

Con respecto a lo anterior, algunos estudios revisados develan que las mujeres de sectores populares o de clases medias bajas en proceso de movilidad vertical enfrentan situaciones de exclusión y discriminación, tal como lo exponen Ariza-Sosa y Agudelo Suárez (2020). Debido a este asunto tienen menos posibilidades de salir triunfantes al momento de entablar relaciones con personas de otros sectores sociales. Estos límites simbólicos entre el nosotras y el ellos se han reproducido a través de los años en el Distrito, por medio de un conjunto de prácticas discursivas disyuntivas propias de una sociedad que aún no comprende que existen espacios geográficos de vulnerabilidad social en los cuales la violencia simbólica continúa su accionar, perpetuando los problemas sociales (Bonilla, 2020; Cabrera, 2020).

Es por ello que desde esta investigación se establece que las entrevistadas reconocen el ambiente hostil en el que crecieron y cómo la violencia intrafamiliar logró permear la forma en que ellas estructuran sus relaciones de pareja. Sin embargo, en sus discursos nunca llegan a aceptarse responsables de lo que les ha ocurrido, dado que entienden que esto sería no solo revictimizarse ante la sociedad, sino también obstaculizar sus procesos internos de crecimiento hacia la búsqueda del equilibrio emocional necesario para configurar sus relaciones.

Al tenor de lo anterior, los estudios previos y afines a esta investigación (Blandón Hincapié & López-Serna, 2016; Bonilla, 2020; Cardozo & González, 2020; Cabral, 2018; Correa, 2016; Di Leo & Camarotti, 2017; Hernández et al., 2018) revelan cómo el olvido institucional de algunos territorios vulnerables puede desencadenar formas encubiertas de violencia hacia la población joven, en especial hacia las mujeres. Por ello, se recomienda generar un cambio en las formas relacionales que inicie desde los vínculos que se establecen en las familias, ya que es ahí donde suelen desarrollarse los discursos que llevan a reivindicar o condenar las prácticas discursivas tradicionales. Sin embargo, existen vacíos encadenados a la configuración de las relaciones de pareja en entornos marginales, ya que, por lo general, se abordan temáticas relacionadas con delincuencia, abandono estatal y violencia.

Por ende, a la luz de esta investigación, se ha estimado que la comprensión de la configuración de las relaciones de pareja en mujeres jóvenes que habitan el Distrito es esencial para esclarecer los modos en que no solo son sometidas -y así mismo se vuelven cómplices de las prácticas y discursos de la violencia simbólica-, sino cómo hacen resistencia a estos mecanismos de poder para transformar la construcción del amor que tradicionalmente se ha promulgado a otras mujeres. Ello a fin de comprender que hay otros modos de amores posibles, los que se gestan desde el reconocimiento y valoración del papel de la mujer en el entorno social, en su capacidad para identificar aquellos comportamientos que poco o nada aportan al establecimiento de relaciones simétricas en las que prime el consenso y establecimiento de acuerdos en pro de cimentar una relación basada en el respeto, la equidad y la ausencia de violencia (cualquiera que esta sea).

Desde estos planteamientos, el presente estudio sugiere que, para modificar las relaciones de poder en una sociedad patriarcal y capitalista, es necesario trabajar en aspectos como el reconocimiento de las diferencias, la equidad de género y la igualdad de derechos; puesto que la configuración de las relaciones de pareja se traza en discursos y prácticas que se tornan confusos y ambiguos, así que no se pueden desconocer las condiciones contextuales de los involucrados debido a que son determinantes para su análisis y comprensión.

En consecuencia, el estudio aporta elementos relevantes para que las mujeres jóvenes puedan establecer relaciones libres de posesión, dependencia y dominación; esto es, el establecimiento y configuración de relaciones basadas en una interacción desde el entrenos, donde la reciprocidad sea la condición esencial para comprometerse con el otro; una relación de correspondencia alejada de la coacción y las restricciones.

El contexto ha establecido las reglas de juego y la familia ha dictado sentencias sobre cómo y con quién relacionarse. Su ambigüedad se basa en que dentro de la familia prevalece una atmósfera de coacción y tiranía que dicta mandatos protectores hacia las hijas (los cuales buscan sustraerlas de la violencia barrial que opera en el sector), mas detrás de dichos mandatos se esconde la manipulación y la violencia simbólica.

En consonancia, la despolitización del discurso de la mujer influye en la contención no solo de su palabra, sino de su acción. Este tipo de violencia simbólica se ha instaurado en los modos de configurar las relaciones de pareja. Sin embargo, las participantes han demostrado que pueden configurar modos otros de amor posible, pese a esta carga de dominación impuesta. Ellas se han empoderado, resistiendo a lo tradicional en relación con esa dominación que embarga su vida de modos creativos.

Indudablemente, se hace necesario trabajar desde edades más tempranas. Aquí la escuela se presenta como un escenario propicio para exponer los asuntos de la violencia simbólica, en especial en las relaciones de pareja; una realidad que permea a las mujeres desde temprana edad y que se cotidianiza desde la familiaridad implantada. Es necesario movilizar un pensamiento arraigado en dominados-dominadores en las relaciones de pareja, concepto fundante y tergiversado que dificulta encontrar alternativas para construir otras formas de amores posibles.

Referencias

Abreu, L., & Baquero, R. (2018). «Yo no soy un gangsta». Representaciones y discursos sobre juventud(es), violencia(s) y cultura(s). Entre Diversidades, (10), 39-58. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=455959674002Links ]

Amurrio, M., Larrinaga, A., Usategui, E., & Del Valle, A. (2010). Violencia de género en las relaciones de pareja de adolescentes y jóvenes de Bilbao. Revista de Servicios Sociales, (47), 121-134.http://www.zerbitzuan.net/documentos/zerbitzuan/Violencia%20de%20genero%20en%20las%20relaciones%20de%20pareja.pdfLinks ]

Ander, E. (2011). Aprender a investigar. Nociones básicas para la Investigación Social. Brujas. [ Links ]

Araiza, A., & González, A. (2016). Género y violencia simbólica. Análisis crítico del discurso de canciones de banda. Ánfora, 23(41), 133-155.https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=357848839006Links ]

Ariza, G., & Agudelo, A. (2020). Superación de la violencia de género en las relaciones de pareja: historias de vida. El Ágora USB, 20(1), 99-111.https://revistas.usb.edu.co/index.php/Agora/article/view/4496/3569Links ]

Barthes, R. (1999). Mitologías. Siglo XXI. [ Links ]

Blandón, A., & López, L. (2016). Comprensiones sobre pareja en la actualidad: jóvenes en busca de estabilidad. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 14(1), 505-517.https://doi.org/10.11600/1692715x.14134271014Links ]

Bolívar, A., Domingo, J., & Fernández, M. (2001). La investigación biográfico narrativa en educación. Enfoque y metodología. La Muralla. [ Links ]

Bonilla, S. (2020). Vulnerabilidad sociodemográfica y violencia contra mujeres negras en Cali, una ciudad racializada. La Manzana de la Discordia, 14(2), 82-118.https://manzanadiscordia.univalle.edu.co/index.php/la_manzana_de_la_discordia/article/view/8773/11892Links ]

Bourdieu, P. (2000). La dominación Masculina. Anagrama. [ Links ]

Bourdieu, P. (2006). Pensamiento y acción. Zorzal. [ Links ]

Bourdieu, P., & Passeron, J. C. (1996). La Reproducción. Elementos para una teoría del sistema de enseñanza. Fontamara. [ Links ]

Bringas, C., Cortés, L., Antuña, M., Flores, M., López, J., & Rodríguez, F. (2015). Análisis diferencial de la percepción de jóvenes sobre maltrato en el noviazgo. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 13(2), 737-748.http://dx.doi.org/10.11600/1692715x.13213160315Links ]

Cabral, P. (2018). Controladas y desprotegidas. Experiencias de mujeres jóvenes de sectores populares. Cuestiones Criminales, 1(1), 41-76.https://www.lesyc.com/copia-deelizalde-1-2Links ]

Cabrera, K. (2020). Estado, escuela y violencia simbólica: construcciones desde Pierre Bourdieu. Miradas, (3), 107-128. [ Links ]

Campa, R., Valenzuela, B., & Guillén, M. (2020). Prácticas docentes y cultura inclusiva para colectivos vulnerables de Primarias en Sonora, México. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 18(2), 1-17.http://dx.doi.org/10.11600/1692715x.18211Links ]

Cardozo, G., & González, A. (2020). Transición hacia la vida adulta en mujeres de sectores populares (Córdoba, Argentina). Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 18(3), 1-22.https://dx.doi.org/10.11600/1692715x.18303Links ]

Caro, C. (2008). Un amor a tu medida. Estereotipos y violencia en las relaciones amorosas. Estudios de Juventud, (83), 213-228.http://www.injuve.es/sites/default/files/RJ83-14.pdfLinks ]

Carrillo, A. (2018). Castigos en la crianza de los hijos e hijas: un estado de la cuestión. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 16(2), 719-740.https://doi.org/10.11600/1692715x.16206Links ]

Castañeda, N., de León, M., & Brazil, L. (2019). Embarazo y maternidad: percepciones de las jóvenes en un contexto binacional México-Estados Unidos. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 17(1), 327-342.https://dx.doi.org/10.11600/1692715x.17120Links ]

Correa, A. (2016). Jóvenes y territorios olvidados: una historia de muerte y re-existencia en la comuna San José de Manizales, Colombia. [Tesis de maestría]. Cinde - Universidad de Manizales, Manizales, Colombia.http://ridum.umanizales.edu.co/xmlui/bitstream/handle/20.500.12746/3151/Informe%20de%20Tesis%20Final%20Alejandra%20Octubre%2022%20%281%29.pdf?sequence=1&isAllowed=yLinks ]

Cruz, B., Leottau, P., Montoya, A., & Ferrer, N. (2010). Relaciones de noviazgo y violencia basada en género. Sistematización de la experiencia y resultado de la investigación Transformación de las Prácticas de Violencia Basada en Género, al Interior de las Relaciones de Noviazgo. Torreblanca Agencia Gráfica. [ Links ]

Di Leo, P., & Camarotti, A. (2017). Relatos biográficos y procesos de individuación juveniles en barrios marginalizados de Argentina. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 15(2), 1021-1034.https://doi.org/10.11600/1692715x.1521530082016Links ]

Díaz, M. (2017). Amor y formación de pareja: factores implicados en la adolescencia. [Tesis de doctorado]. Universidad de Murcia, Murcia, España.https://digitum.um.es/digitum/bitstream/10201/55499/1/Mar%C3%ADa%20Dolores%20D%C3%ADaz%20Bastida%20Tesis%20Doctoral.pdfLinks ]

Flores, P., & Browne, R. (2017). Jóvenes y patriarcado en la sociedad TIC: una reflexión desde la violencia simbólica de género en redes sociales. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 15(1), 147-160.https://doi.org/10.11600/1692715x.1510804082016Links ]

García, B. (2013). El amor-funámbulo: contradicciones político-emocionales de las nuevas relaciones amorosas. Revista Latinoamericana de Estudios sobre Cuerpos, Emociones y Sociedad, 5(12), 23-35.https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=273229906003Links ]

Giberti, E., & Fernández, A. (1992). La mujer y la Violencia Invisible. Sudamericana. [ Links ]

Giddens, A. (2004). La Transformación de la Intimidad. Sexualidad, Amor y Erotismo en las Sociedades Modernas. Cátedra. [ Links ]

Hernández, J., Cardona, D., & Segura, A. (2018). Construcción y análisis de un índice de vulnerabilidad social en la población joven. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 16(1), 403-412.https://doi.org/10.11600/1692715x.16125Links ]

Marínez, M. (2015). Delincuencia juvenil. Horizontes Femeninos.https://horizontefemenino.blogspot.com/Links ]

Martínez, I., Bonilla, A., Gómez, L., & Bayot, A. (2008). Identidad de género y afectividad en la Adolescencia: Asimetrías relacionales y violencia simbólica. Anuario de Psicología, 39(1), 109-118.https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=97017401010Links ]

Martínez, M. (2002). La nueva ciencia: su desafío, lógica y método. Trillas. [ Links ]

Mora, M., & Ordoñez, D. (2019). Estrategias de sensibilización: violencia en relaciones familiares y escolares de 12 adolescentes (Colombia-Ecuador, 2019). [tesis de maestría]. Pontifica Universidad Javeriana, Bogotá, D. C., Colombia.http://vitela.javerianacali.edu.co/bitstream/handle/11522/12021/Estrategias_sensibilizacion.pdf?sequence=5&isAllowed=yLinks ]

Moreno, V., & Mornan, D. (2015). ¿Y el derecho a la ciudad? Aproximaciones al racismo, la dominación patriarcal y las estrategias feministas de resistencia en Cali, Colombia. Revista CS, (16), 87-108.http://www.scielo.org.co/pdf/recs/n16/n16a05.pdfLinks ]

Quijano, A. (1966). Notas sobre el concepto de Marginalidad Social. Cepal. [ Links ]

Quijano, A. (1971). La formación de un universo marginal en las ciudades de América Latina. Espaces et Sociétes (3), 340-365. [ Links ]

Ronzón, R., Yedra, L., & González, M. (2017). Modelos parentales y su relación con la violencia en las parejas del mismo sexo. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 15(2), 1137-1147.https://doi.org/10.11600/1692715x.1522317062016Links ]

Uribe, H. (2011). Los asentamientos ilegales en Colombia: las contradicciones de la economía-mundo capitalista en la sociedad global. Latinoamérica. Revista de Estudios Latinoamericanos, (53), 169-200.http://www.scielo.org.mx/pdf/latinoam/n53/n53a9.pdfLinks ]

Van Dijk, T. (2006). Discurso y manipulación: discusión teórica y algunas aplicaciones. Signos, 39(60), 49-74.https://dx.doi.org/10.4067/S0718-09342006000100003Links ]

Vásquez, V. & Castro, R. (2008). «¿Mi novio sería capaz de matarme?» Violencia en el noviazgo entre adolescentes de la Universidad Autónoma Chapingo, México. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 6(2), 709-738.http://www.umanizales.edu.co/revistacinde/index.htmlLinks ]

* Este artículo se desprende del macroproyecto Prácticas y discursos de la violencia y/o el conflicto: una amalgama de apuestas, liderado por la docente investigadora Ángela María Cadavid-Marín. Un estudio narrativo realizado entre febrero de 2019 y octubre de 2020, en el marco de la Maestría en Educación desde la Diversidad de la Universidad de Manizales. Área: ciencias sociales; otras. Subárea: temas especiales (estudios de género).

1De acuerdo con Uribe (2011), los asentamientos subnormales, se refieren al «crecimiento desordenado de la 1 ciudad, desde la perspectiva de la no existencia de una planificación urbana consecuente con variables ambientales, sociodemográficas, económicas y políticas» (p. 191).

2Es de aclarar que solo se trata de un breve fragmento del proceso de análisis, pero que sirve de ilustración para dar cuenta de lo realizado. En la matriz, se evidencia un solo biograma.

Para citar este artículo: Cadavid-Marín, A. M., & Marínez-Garcés, J. D. (2022). Violencia simbólica en relaciones de pareja desde la marginalidad en mujeres jóvenes. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 20(3), 1-24. https://dx.doi.org/10.11600/rlcsnj.20.3.4742

Recibido: 21 de Octubre de 2021; Aprobado: 22 de Febrero de 2022

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons