Introducción
El bienestar se encuentra relacionado con la salud, debido a que esta última hace referencia a un estado íntegro de bienestar tanto a nivel físico como mental o social y no corresponde únicamente a la falta de enfermedades o afecciones (Organización Mundial de la Salud, 2021). Uno de los autores más relevantes dentro del concepto de bienestar personal es M. Seligman, quien planteó una perspectiva distinta de lo que se conocía hasta ese momento como psicología. Este campo de estudio ha sido denominada psicología positiva y se centra en conocer las fortalezas y las virtudes humanas, así como en reforzar los recursos positivos que incentiven acciones que sean beneficiosas para la salud (Seligman, 1999; Seligman & Csikszentmihalyi, 2000). La psicología positiva no pretende sustituir a la psicología tradicional, ni quitarle importancia sobre su papel en el entendimiento de los trastornos mentales. Esta propone un enfoque complementario sobre el funcionamiento del ser humano y que se considere tanto las dificultades como las fortalezas de las personas (Cardona-Rodríguez et al., 2017; Domínguez & Ibarra, 2017).
Uno de los grandes descubrimientos dentro de la psicología positiva es el modelo de cinco dimensiones propuesto por Seligman (2011) conocido como Perma. Este modelo asocia al bienestar con conseguir los cinco componentes que lo conforman: las emociones positivas, el compromiso, las relaciones positivas, el propósito y los logros. Además, este modelo cuenta con un eje transversal que son las fortalezas del carácter (Seligman, 2011). Estas dimensiones se relacionan entre sí de manera positiva y pueden ser cuantificables tanto de manera independiente como de forma global para obtener una medición total del bienestar (Burke & Minton, 2019). Atendiendo a cada una de las variables de este modelo, las emociones positivas hacen referencia a aquellas vivencias emocionales en las que predomina el bienestar o el placer (Rodríguez et al., 2017) y aumentan la satisfacción y el compromiso (Fredrickson, 1998). Este último, comúnmente conocido como engagement, implica las fortalezas utilizadas ante diversas situaciones de ansiedad o estrés (Usán & Salavera, 2019). También ha sido entendido como flow, esto es, los estados de atención o absorción en actividades importantes para la persona (Csikszentmihalyi, 1990). Las relaciones positivas se refieren a la percepción que se tiene sobre la calidad de las mismas y se asocian con un mejor ajuste social (Morrish et al., 2018). El propósito se relaciona con la búsqueda de pertenencia a algo o la obtención de un objetivo alcanzado que da sentido a la vida y logra un estado de bienestar psicológico (Giraldez-Hayes, 2020). Por último, el logro alude al sentimiento positivo que se genera cuando se consigue un propósito o en el transcurso hasta la meta (Hefferon & Boniwell, 2014).
El análisis del bienestar personal dentro de la evidencia científica ha tenido dos enfoques distintos: el bienestar subjetivo, que promueve la satisfacción con la vida y las emociones positivas, y el bienestar psicológico, el cual se centra en el fomento del potencial humano (Meléndez et al., 2018). A día de hoy, son escasos los recursos psicométricos destinados a la medición de este constructo y que integren los cinco elementos que lo componen. No obstante, sí se han desarrollado escalas con resultados positivos en sus propiedades psicométricas que se basan en evaluar estos cinco factores (Butler & Kern, 2016; Kern et al., 2016). Una reciente investigación plantea que los instrumentos desarrollados para adultos pueden no ser fiables para adolescentes, por lo que existen pocas investigaciones sobre el modelo multidimensional de bienestar enfocado a dicha población (Rose et al., 2017).
La psicología positiva ha tenido gran relevancia en los últimos años, expandiendo sus estudios hacia la conducta de las personas, con el objetivo de aumentar la felicidad y calidad de vida de las mismas (Balabanian & Lemos, 2018). Estudios corroboran que el bienestar es un factor que promueve la salud mental, ya que se ha encontrado que un nivel alto en bienestar se vincula con una mayor capacidad de afrontamiento del estrés y una mayor satisfacción con la vida (Moreta-Herrera et al., 2018; Saldaña et al., 2020).
La adolescencia es una etapa de transición de la niñez a la vida adulta que se caracteriza por una diversidad de cambios que van a condicionar el desarrollo de la propia personalidad de los individuos (Cangas et al., 2019; Morán-Astorga et al., 2019). Aunque la adolescencia se trate de un periodo de crecimiento, también es considerada como una fase de la vida que se expone a múltiples comportamientos y factores de riesgo (García et al., 2020). Por ello, es necesario investigar la salud mental en la adolescencia y el bienestar personal, ya que se trata de un indicador de salud (Organización Panamericana de la Salud, 2018). Estudios actuales señalan que algunos de los factores que actúan como fortalezas para el bienestar en los adolescentes son el optimismo, la felicidad, el compromiso y la perseverancia (Cobo-Rendón et al., 2017). Asimismo, se ha demostrado que el papel del bienestar potencia la autoestima a dichas edades (Maganto et al., 2019), reduce los síntomas depresivos (Sánchez-Hernández et al., 2019), promueve el desarrollo de habilidades para la vida (Demirtaş, 2020) e incrementa la autoeficacia académica, emocional y social (Sagone et al., 2020). Todo ello se encuentra estrechamente relacionado con el estudio del bienestar en la adolescencia conocida como desarrollo positivo adolescente (Garassini, 2020; Lerner, 2005, Lerner & Lerner, 2013; Lerner et al., 2005, 2011, 2013).
Este trabajo tiene como objetivo analizar la evidencia científica actual sobre el bienestar en el periodo de la adolescencia a través de los cinco elementos incluidos en el modelo Perma.
Metodología
El presente trabajo ha sido desarrollado mediante una metodología de revisión sistemática, siguiendo las directrices de la actualizada declaración Prisma 2020, con la finalidad de elaborar revisiones de calidad (Page et al., 2021; Yepes-Núñez et al., 2021). Asimismo, se han incluido una secuencia de pasos para fortalecer la validez de la investigación como son: establecer la temática que se pretende abordar; plantear el objetivo; enunciar las fórmulas de búsqueda, bases de datos y criterios establecidos; exponer un diagrama de flujo con el proceso de selección de resultados; y anunciar los resultados que se han obtenido (Alexander, 2020; de la Serna-Tuya et al., 2018; Ramírez et al., 2018).
Fuentes de datos y estrategia de búsqueda
Se ha realizado una búsqueda sistemática en las bases de datos Web of Science y Scopus de la evidencia científica aportada hasta el día 20 de septiembre de 2021. Además, se ha utilizado el buscador de Google Académico como un recurso de ayuda para buscar información sobre la temática a abordar.
Este estudio inició realizando una primera búsqueda general que contenía la fórmula de búsqueda «Perma and Adolescents», pero los resultados obtenidos eran muy escasos. Por otro lado, la búsqueda de manera independiente de cada una de las dimensiones del modelo Perma tenían mayor alcance. Por ello, y para dar respuesta al objetivo planteado, se han llevado a cabo un total de cinco búsquedas, una para cada variable del modelo Perma, siendo así los descriptores empleados: emociones positivas, compromiso, relaciones positivas, propósito, logros y adolescentes. Se ha combinado dichos descriptores con el operador booleano AND, obteniendo así las cinco fórmulas de búsqueda: emociones positivas AND adolescentes; compromiso AND adolescentes; relaciones positivas AND adolescentes; propósito AND adolescentes; y logros AND adolescentes.
Todas las búsquedas han sido efectuadas tanto en español como en inglés, aunque en este primer idioma los resultados no han sido muy eficientes. Las opciones de búsquedas empleadas en las diferentes bases de datos fueron theme en Web of Science y article title, abstract, keyword en Scopus. Los estudios iniciales se han sometido a una serie de filtros tales como: tipo de documento, fecha de publicación, disponibilidad del texto completo, idioma y área temática. La tabla 1 aborda de manera sintetizada los aspectos más relevantes de los datos obtenidos en cada una de las búsquedas realizadas.
Criterios de elegibilidad
Para establecer los criterios de exclusión e inclusión se ha seguido el modelo conocido como PICoS (Landa-Ramírez & Arredondo-Pantaleón, 2014; Richardson et al., 1995).
A partir de esta estrategia se han elaborado las pautas que van a desestimar o incluir documentos en este estudio mediante sus cuatro elementos:
Sujetos: se han incorporado a este trabajo de revisión sistemática aquellos estudios que proporcionaban muestras de adolescentes; descartando así los trabajos con sujetos en otro rango de edad o, siendo adolescentes, con algún tipo de patología.
Temática de interés: el estudio se centra en abordar el bienestar dentro de la etapa de la adolescencia, a partir de las cinco variables del modelo Perma (emociones positivas, compromiso, relaciones positivas, propósitos y logros), por lo que se han incluido los trabajos que abordan el bienestar desde alguna de estas perspectivas.
Contexto: se comprenden aquellas investigaciones que han sido elaboradas en un contexto educativo y, por ello, se han desestimado los estudios pertenecientes a cualquier otro tipo de ámbito (como lo es el clínico).
Diseño del estudio: los artículos incorporados están desarrollados mediante una metodología cuantitativa tanto en español como en inglés, publicados en los últimos cinco años (2017-2021) y se puede acceder al texto completo. Por ende, se han descartado aquellos estudios cuyo tipo de documento es libro, capítulo de libro o trabajos de fin de estudios, así como aquellos publicados antes del 2017 o cuyo idioma era distinto al español o el inglés.
Selección de estudios y extracción de datos
Una vez implantados los criterios de elegibilidad, dos revisoras han examinado de manera independiente cada uno de los títulos y resúmenes de los trabajos restantes con la finalidad de determinar su elegibilidad. Aquellos estudios que no aportan suficiente información en el resumen para decidir sobre su admisión, se ha indagado en el texto completo. Las diversas discrepancias que han podido surgir se han resuelto por consenso. Se han excluido aquellos estudios que incumplían estos criterios o no aportaban información relevante para dar respuesta al objetivo planteado.
Resultados
Una vez establecidos los criterios de inclusión y exclusión se ha llevado a cabo, en primer lugar, una búsqueda inicial sin ningún tipo de herramientas de automatización de las propias bases de datos para conocer la cantidad total de estudios existentes. Esta primera búsqueda ha dado un total de 185 912 estudios que, una vez aplicados los filtros asentados se ha reducido a 6136 artículos.
Tras la eliminación de los documentos repetidos, se ha desarrollado una revisión manual del título y resumen, así como del texto completo de aquellos estudios que no aportan información suficiente en el título o resumen para establecer un dictamen concreto. Así pues, el número total de artículos que se han recopilado para la inclusión en este trabajo de revisión sistemática es 42. El proceso de la selección de trabajos para su posterior análisis se muestra detallado mediante la figura 1, la cual ha sido establecida por la declaración Prisma 2020 y se ha adaptado a las demandas pertinentes del estudio.
Análisis de los estudios seleccionados
Atendiendo al modelo Perma y sus cinco dimensiones, se ha procedido a analizar cada una de estas de manera individualizada para conocer de manera detallada los estudios existentes en el último quinquenio acerca de dichas variables. Además, se ha valorado el riesgo de sesgo de los estudios seleccionados categorizándolos en riesgo de sesgo alto, moderado o bajo dependiendo de la puntuación obtenida de 12 puntos.
Dimensión 1 del modelo Perma: Positive emotions
El desarrollo de emociones positivas como la gratitud, la serenidad, la simpatía o la alegría en los adolescentes promueve conductas prosociales como la solidaridad o la cercanía con otras personas (Mesurado et al., 2021). Por otro lado, saber distinguir y diferenciar las emociones negativas se relaciona con una menor propensión a la negatividad y, por tanto, promueve el bienestar personal (Lennarz et al., 2018). En relación al acoso escolar, los estudiantes que muestran mayores porcentajes de emociones positivas evidencian un comportamiento activo ante situaciones de hostigamiento escolar. Sin embargo, aquellos adolescentes que manifiestan emociones negativas se relacionan más claramente con el grupo de comportamiento proactivo (Cabrera et al., 2020). Atendiendo a las relaciones sociales, se ha comprobado que mantener una comunicación afectiva con los padres y una cercanía amistosa con los iguales se relaciona significativamente con la experimentación de emociones positivas como la alegría y el buen humor (Grütter et al., 2017; Ruvalcaba-Romero et al., 2018).(Tabla 2)
Por otro lado, enfocando al rendimiento académico, se ha experimentado que los adolescentes que muestran emociones positivas -como el disfrute- obtienen puntuaciones más altas en matemáticas que aquellos que manifiestan otro tipo de emociones negativas (Holm et al., 2017; Pekrun et al., 2017). Así pues, los alumnos que presentan un peor rendimiento académico son los que mayores dificultades en ajuste emocional presentan (Sánchez-García et al., 2018). Esta idea del logro académico con las emociones positivas puede verse relacionado a la memoria, ya que, tal y como indican Madan et al. (2019), las emociones positivas promueven la asociación-memoria en los estudiantes. Al igual ocurre cuando los adolescentes se sienten competentes respecto a su trabajo escolar, lo cual se vincula con la motivación intrínseca del aprendizaje y las emociones positivas (Holzer et al., 2021).
El riesgo de sesgo general de los artículos pertenecientes a la dimensión positive emotions es bajo (tabla 3), debido a que la mayoría de los estudios presentan un riesgo de sesgo entre 10 y 12 puntos, a excepción de tres artículos que muestran un riesgo medio.
Nota. 0 = no informa o no evalúa; 1 = no evaluado adecuadamente; 2 = evaluado adecuadamente; A = alto (1- 6); M = medio (7-9); B = bajo (10-12). Los números destinados a los artículos son los asignados en la tabla 2.
Dimensión 2 del modelo Perma: Engagement
El compromiso (también conocido como engagement dentro de la psicología positiva) hace referencia a la implicación que tienen los individuos en una determinada actividad. Atendiendo a los resultados encontrados ante este constructo, se señala que los adolescentes que tienen un mayor engagement-experiencia óptima-flow tienden a presentar un menor consumo de sustancias nocivas para la salud como es el tabaco o el alcohol y una actitud positiva hacia la autoridad (Pérez-Fuentes et al., 2021); así como también una alta identidad étnica (Arsenault et al., 2018), una autoestima alta (Zhao et al., 2021) y una mayor socialización académica por parte de las familias (Metzger et al., 2020). Haciendo hincapié al contexto escolar, se ha comprobado que un mayor compromiso emocional se asocia significativamente con el deseo de aspirar a continuar en la educación (Gutman & Schoon, 2018). Además, una mayor culturalidad dentro del aula reduce la participación en acoso escolar (Bayram-Özdemir et al., 2018) y promueve la participación de los estudiantes en actividades de aprendizaje (Engels et al., 2020).(tabla 4)
Atendiendo a la ingesta de sustancias, se indica que aquellos jóvenes con un mayor compromiso o engagement en actividades estructuradas tienen una probabilidad menor de ingerir cualquier tipo de sustancia que aquellos que asisten a actividades no estructuradas (Spillane et al., 2020), así como se promueven las experiencias óptimas y los estados de flow (Csikszentmihalyi, 1998). La exposición elevada en las redes sociales por parte de los adolescentes se caracteriza por el consumo de sustancias (Hebert et al., 2017), mayores comportamientos sexuales (van Ouytsel et al., 2018; Yépez-Tito et al., 2021) y problemas emocionales (Vuorre et al., 2021). El riesgo de sesgo general de los artículos pertenecientes a la dimensión engagement es bajo (tabla 5), debido a que la mayoría de los estudios presentan un riesgo de sesgo entre 10 y 12 puntos, exceptuando dos estudios que presentan un riesgo medio.
Dimensión 3 del modelo Perma: Positive relationships
El desarrollo de relaciones positivas en la etapa adolescente promueve ciertos beneficios para la salud y el bienestar de los jóvenes, dado que, tal y como indican Griffith et al. (2021), existen correlaciones positivas entre el afecto positivo y la calidad en las relaciones con sus iguales y familia. Esta idea se corrobora en el estudio de Orejudo et al. (2021), quienes determinan que las relaciones familiares positivas se asocian con la satisfacción en la vida de los jóvenes. Por otra parte, dicha relación positiva entre padres y adolescentes actúa como un factor moderador ante el sentimiento de insatisfacción corporal ocasionado mayoritariamente por el uso de las redes sociales (de Vries et al., 2019). (Tabla 6)
La dimensión perteneciente a positive relationships muestra un riesgo de sesgo bajo (tabla 7), ya que todos los estudios correspondientes a esta variable tienen una puntuación entre 10 y 11.
Dimensión 4 del modelo Perma: Meaning
Los estudiantes con un nivel alto de propósitos en la vida muestran una satisfacción mayor con aquella y un nivel más bajo de miedo a perderse algo, siendo así el sentido de la vida un factor protector contra el miedo (Zawadzka et al., 2019). Esta relación entre el significado de la vida y bienestar también se señala en el estudio aportado de Krok (2018), donde se argumenta que la búsqueda de significado de la vida tiene asociaciones positivas con el bienestar subjetivo y psicológico. La diferencia entre significado de la vida según el sexo no fue significativa, mientras que la edad sí tuvo desemejanzas actuando como amortiguador sobre la desesperanza y la desregulación emocional en los estudiantes (García-Alandete et al., 2019).
Poseer un alto sentido de la vida también se relaciona con la violencia escolar, ya que se ha encontrado que los alumnos con mayor sentido de la vida tienen una probabilidad menor de ser acosados o perpetuar la violencia hacía sus compañeros (Zawadzka et al., 2018). También se señala que dicho sentido fomenta las estrategias de afrontamiento, por lo que actúa como moderador ante la ideación suicida (Zhang et al., 2017). (Tabla 8)
La cuarta dimensión del modelo Perma ha obtenido un riesgo de sesgo bajo en la mayoría de sus estudios seleccionados, puesto que tres de cinco artículos han obtenido una puntuación entre 10 y 11, y solo dos del total han sido considerados como riesgo medio con una puntuación de 8 y 9 respectivamente. (Tabla 9)
Dimensión 5 del modelo Perma: Achievement
Los logros académicos se encuentran relacionados con los comportamientos de intimidación o acoso escolar que sufren los adolescentes, siendo el apoyo social uno de los moderadores que actúa ante estas dos variables (Xiong et al., 2020); igual ocurre con los jóvenes víctimas de acoso cibernético, en quienes la participación escolar actúa como un factor positivo que reduce los comportamientos de autolesión no suicidas (Yu et al., 2020). Atendiendo a las conductas disruptivas, se señala que la participación en comportamientos de riesgo por parte de los estudiantes afecta de manera negativa al promedio de las calificaciones (Gremmen et al., 2019).
Las relaciones interpersonales de calidad que se establecen tanto entre iguales como con las familias promueven un mayor rendimiento académico, así como un mayor bienestar escolar (Kiuru et al., 2020; Mikami et al., 2017). En cuanto a las relaciones con la familia en particular, se señala que el apoyo materno positivo fomenta en los adolescentes la motivación y, con ello, su compromiso académico (Yau et al., 2021). El empleo de un estilo de crianza por parte de las familias basado en estimular las fortalezas potencia un mayor bienestar y rendimiento académico en los jóvenes (Waters et al., 2019), así como el capital social familiar predice un menor desgaste escolar y mejores logros académicos (Lindfors et al., 2018).
Algunos otros aspectos que han sido corroborados como variables que se encuentran relacionadas con el rendimiento académico son el bienestar subjetivo (Bortes et al., 2021) y dimensiones pertenecientes al logro académico como el vigor, la dedicación y la absorción; estas últimas muestran una relación positiva con la inteligencia emocional y el compromiso de los estudiantes (Barragán et al., 2021). Por otro lado, el autoconcepto que tienen los adolescentes sobre las matemáticas se correlaciona con el rendimiento en dicha materia, mientras que la ansiedad obtiene una correlación negativa ante el logro matemático (Timmerman et al., 2017). En relación a las puntuaciones obtenidas en el área de matemáticas, Lin et al. (2020) exponen que los jóvenes que obtuvieron un promedio más bajo de horas de sueño recomendadas por noche (8-10 horas) tuvieron unas calificaciones más bajas en comparación con aquellos que sí cumplían con la cantidad de horas de sueño aconsejadas. (tabla 10)
El riesgo de sesgo encontrado en la dimensión achievement es bueno, debido a que la gran parte de los artículos presenta un riesgo bajo de entre 10 y 12 puntos; solo son dos estudios lo que señalan un riesgo medio con una puntuación en ambos de 9 (tabla 11).
Análisis cualitativo
Una vez analizados cada uno de los estudios pertenecientes a las cinco dimensiones del modelo Perma, se ha elaborado un análisis cualitativo de dichas aportaciones científicas. Para ello, se ha utilizado Atlas.TI en su versión 9 (2020), mediante el cual se codifican los resultados obtenidos. En la figura 2 se observa la diversidad de variables codificadas acerca de las dimensiones del modelo. Se visualiza como el constructo referido al logro es el más predominante en relación al bienestar personal, debido a que se mencionan un total de 35 variables diferentes. Por otro lado, las dimensiones que han sido asociadas a una menor cantidad de variables son tanto las relaciones positivas como el significado de la vida, con un total de 14 variables en ambas dimensiones.
Discusión
El presente trabajo de revisión sistemática ha permitido conocer y analizar la evidencia existente acerca del bienestar en uno de los períodos más relevantes del ciclo vital como es la adolescencia. Para ello, dicha revisión se ha basado en el modelo Perma, uno de los más conocidos relacionados con el bienestar (Seligman, 1999; Seligman, 2011; Seligman & Csikszentmihalyi, 2000). Este modelo, basado en la psicología positiva, se enfoca en las fortalezas de las personas y en la búsqueda de la felicidad a través de cinco elementos (emociones positivas, compromiso, relaciones positivas, propósito y logros) que pueden ser medidos tanto de manera individual como un enfoque global del bienestar (Balabanian & Lemos, 2018; Burke & Minton, 2019; Domínguez & Ibarra, 2017; Meléndez et al., 2018); aunque los recursos psicométricos dirigidos a la evaluación de estas cinco variables son escasos (Butler & Kern, 2016; Kern et al., 2016; Rose et al., 2017).
Atendiendo a las emociones positivas, entendidas como todas aquellas vivencias en las que predomina el placer y el bienestar (Lennarz et al., 2018; Rodríguez et al., 2017), se ha encontrado que estas promueven comportamientos positivos como son las conductas prosociales (Mesurado et al., 2021), que favorecen la disminución del acoso escolar (Cabrera et al., 2020), las comunicaciones afectivas (Grütter et al., 2017; Ruvalcaba-Romero et al., 2018) y el logro académico (Holm et al., 2017; Holzer et al., 2021; Madan et al., 2019; Pekrun et al., 2017; Sánchez-García et al., 2018). Acerca de las relaciones positivas, cabe destacar como las relaciones sociales de calidad se relacionan de manera significativa con un mejor ajuste social (Morrish et al., 2018), así como favorecen el bienestar de los jóvenes (Griffith et al., 2021; Orejudo et al., 2021) y reducen el sentimiento de insatisfacción corporal (de Vries et al., 2019).
En relación a la implicación o compromiso de los adolescentes, así como las fortalezas empleadas ante situaciones de estrés (Usán & Salavera, 2019), se ha encontrado como un mayor compromiso o rendimiento académico disminuye el consumo de sustancias (Pérez-Fuentes et al., 2021; Spillane et al., 2020) y la participación en acoso escolar (Bayram-Özdemir et al., 2018), favoreciendo actitudes académicas positivas (Arsenault et al., 2018; Engels et al., 2020; Gutman & Schoon, 2018; Metzger et al., 2020) y aumenta la autoestima (Zhao et al., 2021). Por el contrario, una mayor implicación en redes sociales aumenta el consumo, los problemas emocionales y los comportamientos sexuales (Hebert et al., 2017; Van Ouytsel et al., 2018; Vuorre et al., 2021; Yépez-Tito et al., 2021). En consideración al rendimiento escolar (o los logros académicos) se estima que la participación escolar actúa como moderador ante el acoso escolar o cibernético que sufren los adolescentes (Xiong et al., 2020; Yu et al., 2020), siendo los jóvenes que generan estas conductas disruptivas los que obtienen unas calificaciones menores (Gremmen et al., 2019). Por otro lado, los estudiantes con unas relaciones interpersonales de calidad tanto con sus iguales como con sus familias obtienen mejores resultados académicos, lo que sugiere que las relaciones sociales potencian el rendimiento escolar (Kiuru et al., 2020; Lindfors et al., 2018; Mikami et al., 2017; Waters et al., 2019; Yau et al., 2021). Esta relación del rendimiento académico también se encuentra re'ejada en otras variables como lo son la inteligencia emocional, la ansiedad, la autoestima y el sueño (Barragán et al., 2021; Bortes et al., 2021; Lin et al., 2020; Timmerman et al., 2017).
Respecto a los propósitos o significado de la vida, también se ha encontrado una relación notable con el bienestar psicológico (Giraldez-Hayes et al., 2020; Krok, 2018) y cómo un alto sentido de la vida actúa como un factor moderador ante el miedo, la ideación suicida, la desregulación emocional y el acoso escolar (García-Alandete et al., 2019; Zawadzka et al., 2018; Zawadzka et al., 2019; Zhang et al., 2017).
Para concluir, es preciso señalar que el bienestar se encuentra inmerso en cada una de las dimensiones del modelo Perma y cómo dichas dimensiones se relacionan tanto de manera positiva como negativa con otras variables. En cuanto a las limitaciones en la realización de este estudio, se han encontrado distintas investigaciones que trataban sobre el bienestar, pero han tenido que ser desestimadas porque no hacían referencia a ninguna dimensión del modelo Perma o los participantes se encontraban en otra etapa evolutiva distinta a la adolescencia. Referente a las futuras líneas de investigación, puede ser de interés analizar estudios que traten el bienestar de manera global o en otras edades para conocer las diferencias o similitudes frente a los adolescentes. Atendiendo a las implicaciones prácticas de este trabajo de revisión, cabe mencionar cómo se analizan de manera individualizada cada una de las dimensiones de uno de los modelos más relevantes dentro de la psicología positiva como es el modelo Perma. En definitiva, se ha comprobado como la satisfacción con la vida o el bienestar promueve en los adolescentes ciertas conductas positivas que favorecen su desarrollo personal.