1. Introducción
Étienne Bloch (1921-2009), hijo del gran historiador Marc Bloch (1886-1944), profesionalmente abrazó la carrera de Derecho, llegando a ser juez tanto en Francia como en la isla de La Martinica, antigua posesión colonial francesa en el Caribe oriental y actualmente uno de los departamentos de ultramar del estado francés. Muy joven formó parte del Movimiento de Resistencia contra la ocupación alemana de su país en la II Guerra Mundial, siendo más tarde uno de los fundadores del Sindicato de la Magistratura en Francia. Ferviente republicano, desarrolló, además, una importante actividad en defensa de los Derechos Humanos, participando en misiones en Dublín y Belfast, ocupando el puesto de Presidente del Comité de Solidaridad Francia-Brasil cuando este gran país latinoamericano sufría los rigores de la dictadura militar2.
Sin embargo, hoy lo recordamos por la extraordinaria labor que llevó a cabo, a partir de la década de los años 80, en la actualización crítica y divulgación de la obra de su padre, el gran historiador francés Marc Bloch, fundador junto a Lucien Febvre y otros destacados científicos sociales franceses, de la afamada revista Annales dHistoire Économique et Sociale, en Strasbourg, año de 1929.
Desde su conferencia pronunciada en el Coloquio Internacional «Marc Bloch Aujourd'hui», celebrado en París en 1986 hasta su muerte acaecida el 7 de enero de 2009, Étienne Bloch se transformó en el más íntimo conocedor de la producción historiográfica de su padre. En ese sentido, podemos afirmar que toda la obra de Marc Bloch publicada a partir de entonces contará con su cuidado y revisión crítica. Por ello, no es una simple muestra de simpatía afirmar que Étienne debe ser reconocido como uno de los más importantes analistas y conocedores de la obra blochiana.
2. Étienne Bloch en Venezuela
Conservo en mi biblioteca varios libros de los Bloch, tanto de Marc como de Étienne, y unas fotografías tomadas en la residencia de Étienne en Houdon, el 10 de marzo de 2005, cuando lo visitamos junto a nuestro colega y amigo el historiador franco-peruano Pablo Luna y Belkis mi esposa. Allá fuimos a visitarlo y a invitarlo a que nuevamente viniera a Barquisimeto, pues ya lo había hecho en julio de 1997, para la VIIa Jornada Nacional de Investigación y Docencia en la Ciencia de la Historia, donde dictó la conferencia «L'étrange défait. Un modelo de ensayo de historia inmediata», y participó junto al Maestro Federico Brito Figueroa en la entrega de la Placa Marc Bloch. Honor al mérito en la Ciencia de la Historia a rAssociation Marc Bloch por él fundada en 19923.
Sin embargo, debemos señalar que antes de esta visita que le hiciéramos en su residencia en 2005, un año antes, en julio de 2004, nuevamente nos habíamos encontrado con Étienne en Santiago de Compostela, adonde habíamos ido a participar, él como conferencista invitado y yo como ponente, en el III Congreso Internacional de Historia Inmediata, organizado por nuestro amigo y colega el historiador Carlos Barros. No nos veíamos desde 1997, pero debo confesar que estos cortos días en Galicia sirvieron para conocernos mejor y compartir ideas y proyectos relacionados con la Asociación Marc Bloch y la publicación de las obras de su padre, tarea a la que estaba dedicado por entero. Con Étienne viajaba su esposa Gloria y en mi caso había asistido al Congreso de Historia Inmediata con el Dr. José Pascual Mora-García, filósofo y colega historiador de la Universidad de los Andes.
Pues bien, la visita de 2005 a su casa en las cercanías de Paris era para invitarlo al I Congreso Internacional de Ciencias Históricas que como gran evento internacional iba a realizarse entre el 26 y 30 de julio de 2005. En esa oportunidad no pudo venir por enfermedad de su esposa Gloria, quien murió posteriormente. Tampoco pudo viajar a Venezuela en 2007 para el II Congreso Internacional de Ciencias Históricas, aunque envió el texto de su Conferencia el cual fue traducido al español y leído por el Dr. Moisés Guzmán Pérez, historiador mexicano de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, allí presente.
Cuando nuevamente nos preparábamos para invitarlo a Venezuela conocimos, a través de nuestro amigo el Dr. Pablo Luna, de su lamentable deceso el 7 de enero de 2009. Había nacido en Strasbourg, en 1921. En la comunicación, redactada el 20 de julio de 2005 desde París, a los organizadores del Congreso, después de lamentar el no poder viajar a Venezuela por la enfermedad de su esposa, describe que lo habría hecho muy feliz «recorrer nuevamente Venezuela donde, hace algunos años, había recibido una acogida muy atenta y calurosa».
Se refería, con ello, a su visita de 1997 gracias a la invitación que le había cursado el Dr. Federico Brito Figueroa, gran historiador venezolano quien, además de dedicar un estudio a la vida y obra de Marc Bloch4, logró hacer coincidir en sus investigaciones sobre la historia económica y social venezolana el enfoque marxista con los postulados de la obra blochiana5. En esta comunicación, Étienne hace referencia a su proyecto de comunicación para el Congreso que con el título «Marc Bloch pionero y maestro de la historia rural», la cual no pudo concluir y que pretendía mostrar que los estudios realizados por su padre podían ser una fuente de inspiración y servir de tema de comparación con las cuestiones rurales que deben afrontar las naciones modernas, ya que engloban todos los problemas sociales y de gestión de la economía. El problema planteado ha quedado, pues, como una invitación a su estudio.
3. Étienne Bloch y la obra historiográfica de Marc Bloch
Entre la producción blochiana6 hay varios libros por él publicados que dan la medida del trabajo crítico llevado a cabo y su aporte al conocimiento por un lado, del método de trabajo de Marc Bloch, y en segundo lugar, de la historia de sus libros, abarcando sus éxitos, avatares y silencios.
Lo primero que hay que señalar es que la labor de Étienne se inicia con la elaboración de una biografía sobre su padre, realizado con la colaboración de Alfredo Cruz-Ramírez, y que es un bello libro intitulado Marc Bloch. Une biographie impossible. Esta obra fue publicada en 1997, en Limousin, por ediciones Culture & Patrimoine, contando con un breve pero sustancioso prefacio de otro gran historiador francés, de la llamada Ecole des Annales, como lo es Jacques Le Goff. Se trata de una edición bilingüe, en francés e inglés, finamente impresa y enriquecida con fotos de la familia Bloch y material visual de la época. ¿Por qué impossible? Dice su autor:
L'absence de témoignage sur l'enfance et la jeunesse, la rareté des documents éclairant la vie quotidienne, le silence des témoins qui ont connu et fréquenté Marc Bloch, aussi bien, à la ville, à la armée, dans la profession ou dans la Résistance, rend toute biographie incomplete et inachevée7.
Sin embargo, para Le Goff, la tarea asumida por Étienne ha sido en gran parte alcanzada, a pesar de sus señalamientos sobre la falta de fuentes. Al contrario, dice Le Goff:
Son père lui a appris que l'historien peut et doit ériger une ceuvre sur ce qu'il possède. L'histoire se construit autant sur les manques que sur les présences. Et fait avec méthode, conscience et ferveur, comme il l'a fait, le portait qu'il trace dans ce texte et qui ressort de la exposition est une ceuvre historique authentique que fait revivre son père dans la lumière du métier d'historien qu'il a reçue de lui8.
Esta opinión tan bien fundamentada de Le Goff la apreciamos mejor cuando nos adentramos en la lectura de esta primera obra de Étienne sobre su padre, la cual lo va acercando -en la práctica de la investigación concreta- al propio oficio de historiador. Por otro lado, cabe destacar que el diseño del libro es el de un catálogo que acompaña la Exposición «Marc Bloch historien et résistant» preparada en 1994 y que se paseará por ciudades del interior de Francia como Rennes y Strasbourg, así como por las ciudades alemanas de Berlín y Leipzig, en cuyas universidades el joven Bloch realizó estudios en 1909, después de obtener su agregación en Historia y Geografía en la Escuela Normal Superior de París.
Esta primera obra de Étienne está dividida en trece capítulos, precedidos de un cuadro cronológico sobre la vida de Marc Bloch. Estos son los contenidos tratados: 1) Genealogía de Marc Bloch y Simonne Vidal; 2) La infancia de Marc Bloch; 3) Los años de formación; 4) La guerra de 1914-1918; 5) Strasbourg; 6) París; 7) La guerra de 1939-1940; 8) Los años negros; 9) Fougères; 10) Marc Bloch y Simonne Vidal, un matrimonio indisoluble; 11) La obra; 12) Los archivos de Marc Bloch y 13) Homenaje a Mar Bloch.
Cronológicamente organizada, esta biographie impossible sobre Marc Bloch nos aporta un cuadro general de la vida y de la obra del gran historiador, renovando con ello, especialmente en Francia, el interés por el estudio de la vida de quien fue, a la vez, un hombre de acción y un hombre de pensamiento, dejando una extraordinaria lección de ciudadanía, convicción democrática y patriotismo en la hora crítica de la invasión nazi a Francia en la II Guerra Mundial donde la persecución a los judíos se completó con el capítulo deshonroso del colaboracionismo francés con el ocupante alemán por parte del gobierno de Vichy.
Pero hay que señalar que antes de este libro biográfico, Étienne ya había dictado una conferencia en el Coloquio Internacional «Marc Bloch Aujourd'hui», celebrado en París en 1986. En esa comunicación intitulada «Marc Bloch. Souvenirs et réflexions d'un fils sur son père», Étienne no sólo habla de su padre el historiador, sino que adelanta una «Tentative d'explications des méthodes de travail de mon père»9, que es el inicio de su pesquisa epistemológica sobre la obra del gran historiador. Revisemos, brevemente, las obras de Marc Bloch publicadas bajo el cuidado o por compilación de Étienne.
4. Apologie pour l'histoire: edición crítica de 1993
La Apologie es la obra póstuma de Marc Bloch. No es un libro de filosofía de la historia, pero sí, una profunda obra de reflexión teórica del historiador acerca de su oficio. No es tampoco un manual para la investigación histórica, pero en su contenido están planteados de manera brillante, clara y concreta, los problemas epistemológicos del denominado Método Histórico, en la línea inaugurada en Francia por Charles-Víctor Langlois y Charles Seignobos con su obra Introduction aux études historiques, publicada en París en 1898.
Sobre la historia de la Apologie contamos -entre otros-con el excelente estudio del historiador italiano Massimo Mastrogregori dedicado a reconstruir el proceso de redacción de esta obra, interrumpida por las difíciles circunstancias por las que tuvo que atravesar el autor debido a la ocupación alemana de Francia en la II Guerra Mundial, circunstancias que lo obligaron a dejar su familia, su cátedra y sus libros para incorporarse al movimiento de Resistencia siendo apresado por los nazis y fusilado cerca de Lyon el 16 de junio de 1944. Esta situación difícil que atravesó su autor, explica el interés que se ha tenido de esclarecer cuál fue el manuscrito definitivo que redacto Marc Bloch como culminación de la obra, tema que interesó profundamente a Étienne hasta llegar a la edición de un segundo manuscrito en 1993. Veamos.
El libro se escribe entre 1941 y 1943, es decir, en las condiciones impuestas por la guerra contra los alemanes y en un ambiente cruel de persecución contra los judíos que lo afectó hondamente. Terminada la guerra, la casa de los Bloch, en Fougères, había sido ocupada y saqueada. Sin embargo, su hijo Étienne «entra en posesión del libro inconcluso, y a inales de 1944, entrega la parte principal a Febvre, conservando dos copias de una redacción previa»10. En enero de 1945, sale el primer fascículo del libro en Mélanges d'Histoire sociale y, más tarde, en 1949, con el pie de imprenta de la Librairie A. Colin, salía al público la Apologie pour l'histoire ou le métier d'historien, en el tercer número de los Cahiers des Annales, editados por la Asociación Marc Bloch, «fundada poco más de dos años antes en torno a una mesa de la Brasserie Alacíenme»11 en París.
La edición del manuscrito que conservaba Lucien Febvre tiene su propia historia editorial, tal como lo reconstruye el historiador mexicano Carlos Aguirre Rojas en su estudio acerca de la recepción de esta obra en América Latina, tradición iniciada en nuestro continente por una generación de historiadores que, entre 1945 y 1950, fueron alumnos regulares de Fernand Braudel en los seminarios sobre historia contemporánea que este dirigía en el Institut dÉtudes Politiques de París. Entre aquellos, Aguirre Rojas enumera a Ernesto de la Torre Villar, Pablo González Casanova, Mario Monteforte Toledo, guatemalteco residenciado en México, Fernando Sandoval y Luis González y González, estableciéndose -además- una fructífera relación de intercambio entre la revista Annales y Cuadernos Americanos, revista fundada en 1942 por Jesús Silva Herzog.
Pues bien, en 1952, en este ambiente de cooperación franco-mexicana, fortalecida por el nombramiento en 1949 de François Chevalier, discípulo de Marc Bloch, como director del Instituto Francés de América Latina, el Fondo de Cultura Económica edita la Apologie con el título de Introducción a la historia, traducida al español por Pablo González Casanova, alumno de Braudel en 1950, y el poeta Max Aub12. Esta vendría a ser la edición más conocida de la Apologie.
Sin embargo, en 1993, el editor francés Armand Colin publica una nueva versión de la Apologie, en una edición crítica preparada por Étienne Bloch que resulta ser un manuscrito más completo que el anterior. Precedido de un denso y documentado prefacio de Jacques Le Goff, Étienne nos presenta un Avant-propos que nos introduce en esta nueva edición de la Apologie, que como una especie de brújula o sistema de coordenadas orienta al lector en la historia de una obra que fue escrita y re-escrita entre 1941 y los primeros meses de 1943, en plena ocupación alemana.
En la datación de esta última fecha han sido fundamentales las investigaciones dactilográicas realizadas por Mastrogregori, autor ya citado de ese opúsculo extraordinario que reúne el resultado de sus investigaciones sobre la Apologie, indagación casi detectivesca publicada en 1995 por el Instituti Editoriali e Poligraici Internazionali, Pisa-Roma, con el título de Il manoscritto interrotto di Marc Bloch y editado en español por el Fondo de Cultura Económica de México, en 1998.
Esta nueva Apologie que nos aporta Étienne Bloch, coloca al lector frente al proceso de elaboración del libro, sus primeras notas y esquemas y la redacción definitiva, con lo cual esta obra, de primera importancia en la construcción de la Ciencia Histórica contemporánea, se nos presenta de cuerpo entero, saliendo del taller del historiador que trabaja el oficio combinando el proceso de abstracción en el gabinete, con la investigación empírica en los archivos y la observación del presente que vive el propio historiador. Pasado-presente y presente-pasado en interacción permanente. Se trata, pues, de una epistemología viva y de una lección de método asumida desde el quehacer vivido por el historiador. He allí el aporte de Étienne Bloch para quienes nos acercamos al estudio de esta obra fundamental de la historiografía universal.
5. Histoire & historien: una primera antología
En 1995, la casa editorial Armand Colin pone en circulación una nueva obra de Marc Bloch con el título de Histoire & Historien, antología de textos reunidos por Étienne Bloch en cuatro grandes partes y en las cuales nos presenta diversos textos, artículos y documentos elaborados por Marc Bloch en su taller de historiador. Son los siguientes:
En primer lugar, un aparte dedicado al método histórico con el título de «L'histoire et sa méthode». Entre otros, allí aparecen sus carnets o fichas de 1906, donde tempranamente recoge sus trabajos sobre la metodología histórica. En ese momento, Bloch tenía 20 años de edad. Parte en sus fichas de dos importantes evidencias de lo que es la historia en su momento: «L'histoire n'pas d'existence scientifique»13 y «La méthode «historique» est une méthode descriptive»14.
Pero hay, además tres interesantes observaciones, que el mismo Bloch desarrollará a futuro: Sustituir la noción de acontecimiento por el de fenómeno, ya que el fenómeno «est le produit de l'analyse de l'événement» es decir, una abstracción, un concepto. Y lo otro, que la historia es una colección de experiencias y la obra de un editor. Por ello, más que describir se trata sobre todo de interpretar. Y lo tercero: El fenómeno social que estudia el historiador es un fenómeno psicológico, por tanto puede denominarse psico-social. Esto llevaría a sustituir el método cronológico, que es empírico, por un método analítico que, por ello, «tend à arriver à une synthèses scientifique», a concluir en una síntesis científica15. Ya había, pues, en el joven estudiante de lÉcole Normale Supérieur de París el interés por el estudio científico de la historia.
La segunda parte del libro está dedicado a la organización de la investigación y a la definición de los instrumentos de trabajo del historiador. Se trata de comentarios o informes publicados en revistas como Annales y la Revue de synthèse relacionados con la importancia cientíica de los congresos de ciencias históricas, de los institutos de investigación, como el de Londres y Oslo y del papel de los repertorios bibliográficos, así como de la diferencia entre historia-manual e historia-síntesis y un comentario al método de trabajo del gran historiador alemán Friedrich Mainecke.
La tercera parte del libro está formada por artículo y comentarios sobre la historia de Europa y la importancia del método comparativo. Allí destaca un pequeño documento intitulado «Marc Bloch: l'historien comme il désirait être vu par les autres», presentado en su candidatura al Collège de France en 1934. Y como cuarta parte, un tema novedoso para la época y que lo sigue siendo aún hoy día, como lo es el de las representaciones colectivas, empezando por las «falsas noticias» de la guerra, lo cual lo lleva a explorar la dimensión psicológica de los testimonios que aporta -entre otras fuentes- la literatura de la guerra. Este ensayo es de 1921 y, quizá puede ser un antecedente de su libro de 1946, LÉtrange Défait.
Sobre el gran sociólogo Maurice Halbwach hay dos recensiones. Una sobre su libro Les cadres sociaux de la mémoire que denomina «Mémoire collective, tradition et coutume» y otro sobre su libro Les causes du suicide. Sigue un comentario sobre la obra del historiador George Lefebvre Le Grande Peur de 1789, que es un enfoque novedoso acerca de las causas de la Revolución Francesa que Lefebvre ubica en el papel movilizador del miedo, del terror.
El quinto aparte del libro está dedicado a figuras de historiadores, como Fustel de Coulanges, H. G. Wells, George Unwin, George von Bellow y Henrry Pirenne. Finalmente el tema de la enseñanza de la historia, con el que cierra esta antología de escritos de Marc Bloch reunidos por Étienne Bloch.
6. L'Histoire, la Guerre, la Résistence
En 2006, la casa editorial francesa Gallimard publica un nuevo libro con textos escogidos de Marc Bloch, selección hecha por Annette Bécker y Étienne Bloch. Su título: L'Histoire, la Guerre, la Résistence. Este es el último esfuerzo editorial de Étienne porque lamentablemente muere en 2009 y lo recibimos gracias a su gentileza. Se trata de un grueso volumen editado en la colección «Quarto» de esta prestigiosa editorial europea, que fue organizada en seis capítulos a partir de tres grandes conceptos o temas: la historia, la guerra y la resistencia.
El primero trae dos escritos juveniles de Bloch. El segundo presenta cartas, informes de operaciones y fotos de su participación en la Gran Guerra de 1914-1918. El tercero, está dedicado al «hacer de la historia» a través de estudios sobre historiadores y problemas generales de la historia comparada europea. El cuarto capítulo trata la caída de Francia en manos alemanas, «extraña derrota» como la denominó, y su participación en el movimiento de resistencia. El quinto, está dedicado al «oficio de historiador» alrededor de su Apologie, y el sexto a miradas sobre Marc Bloch, donde destacan artículos de Georges Altman, Georges I. Bratianu, Raimond Aron, Henry Brunschwig y Bronislaw Geremek.
7. Marc Bloch: el historiador en su laboratorio. El episteme blochiano
Finalmente la obra que reúne el testimonio escrito del analista que llegó a ser Étienne Bloch a través del estudio de la obra de su padre y que intituló: El historiador en su laboratorio. La obra consta de siete capítulos y un apéndice documental. Veamos.
Los cuatro primeros capítulos están dedicados a biografiar al hombre en varias dimensiones: como intelectual, como ciudadano, como profesor, como padre, como patriota y como hombre de la resistencia francesa contra la ocupación nazi. Allí vamos a encontrar fragmentos de cartas cruzadas entre padre e hijo, donde se deslizan comentarios acerca de la guerra o de sus obras. Hay una carta que Bloch le escribe a Étienne, con fecha 13 de septiembre de 1942, que nos remite a la redacción, en aquellos años, de su Apologie. Veamos:
En la tarde, trabajo sobre mi libro («Oficio de Historiador» me parece un mejor título que «Apología para la historia»). ¿Qué piensas tú?) Avanza bien, aunque lentamente. Pero a fin de cuentas, él avanza. Y, a pesar de los acostumbrados momentos de duda, no creo que carezca de interés. ¿Cuándo estará terminado?, ¿Cuándo se podrá publicar? En estos momentos, en verdad, trabajar es solo trabajar por amor a las Musas16.
Esta obra de Étienne es de fundamental importancia para acercarnos al historiador de carne y hueso, al investigador de oficio, ya que hay notas acerca de su formación intelectual y sobre sus métodos de estudio, investigación y escritura de la historia. En cuanto a su concepción de la historia, Étienne señala lo siguiente:
Para él, la historia no sólo es la ciencia del pasado. Es la «ciencia de un cambio». Una ciencia viva; que no se satisface con alinear fechas y acontecimientos políticos, sino que se preocupa del conocimiento del hombre en sociedad17.
Aunque poseía -nos dice el autor- «[...] la minuciosidad indispensable del erudito», lo que le llevaba a discutir un texto palabra a palabra, también «tenía una de esas mentes privilegiadas que, en los análisis detallados, descubren los elementos de una síntesis». En ello, le fue de fundamental importancia asumir dos posturas en el análisis: la comparación razonada que lo llevó a cultivar una historia comparada de las sociedades europeas y a planificar sus investigaciones procediendo mediante aproximaciones sucesivas, «basadas en experimentos cuidadosamente elegidos y analizados tanto en sus particularidades como en sus semejanzas»17. Para ello, Bloch se hizo un excelente latinista y un buen helenista, aprendiendo además, los idiomas modernos necesarios para hacerse un historiador de Europa, desde sus orígenes a la modernidad.
Pero, además, cultivó la paleografía, la arqueología y la estadística. Étienne, lo recuerda como un lector de temas ajenos a la historia, como la matemática y la física de los quanta, sintiendo gran admiración por el cálculo de probabilidades. Recordemos que su concepción de la historia, enfocada no en el estudio del pasado sino en el tiempo, es su gran aporte a la historia como ciencia. La colocó en los ámbitos de la revolución científica que se venía desarrollando en las dos primeras décadas del siglo XX en los campos de las Ciencias Físicas por autores como Albert Einstein y Max Plank, quienes aportaron la dos teorías parciales acerca del funcionamiento de Universo y abriendo, con ello, el debate científico acerca del estado inicial y la evolución del Universo en el tiempo19.
En ello, compartió las mismas inquietudes con otro joven historiador de su época, Lucien Febvre, con quien emprenderá la creación de la revista Annales de Histoire Économique et Sociale, mientras fueron docentes en la Universidad de Strasbourg en 1929. Fevbre, en ese extraordinario compendio de epistemología que es Combats pour l'histoire, nos recuerda en este pasaje que tomamos de sus palabras al alumnado de la École Nórmale Superieur, en 1941, que la crisis que vivía la historia como disciplina en los año 30, no era una crisis propia sino una gran crisis del espíritu humano, producto de las revelaciones que para el pensamiento científico habían significado las nuevas teorías de Einstein y Plank. Para Febvre, el gran drama de la relatividad «est venu secouer, ébranler tout l'édifice des sciences tel qu'un homme de ma génération se le figurait au temps de sa jeunesse»20. La obra de Bloch y de Febvre, en su unidad y diversidad, es una respuesta a las inquietudes generadas por aquella revolución cientíica en los campos de las ciencias humanas y sociales. ¿Hasta dónde no está inspirada la Apologie de ese nuevo espíritu científico, de esa relatividad que había puesto en crisis al determinismo newtoniano?
Además de sus capítulos dedicados al estudio de Los Reyes Taumaturgos, La extraña derrota y la Apologie, Étienne nos entrega un Apéndice con tres textos de Marc Bloch que hablan por sí solos de su forma de hacer historia: El primero se denomina «Cómo y por qué trabaja un historiador»; el segundo, «El testimonio y su crítica» y el tercero «La interpretación del testimonio o qué busca el historiador». Se trata, pues, de una obra de extraordinaria importancia para quienes no solo nos interesa conocer la obra historiográica de Marc Bloch, sino también para aquellos estudiosos de los problemas teóricos, epistemológicos y metodológicos de la investigación histórica, ya que en su obra aporta información y evidencias de primera mano de la forma cómo se hace un historiador, cómo construye su obra en su dimensión investigativa y cómo la transforma en discurso histórico. Este libro, editado en México por la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, lo recibimos en 2004 de las manos de Étienne, allá en Santiago de Compostela. Guarda para mí, en consecuencia, un doble valor: racional y sentimental.
8. Biógrafo de Marc Bloch
Paradójicamente, es en Inglaterra, con la obra de Carol Flink: Marc Bloch, a life in history J publicada en 1989 por Cambridge University Press, que se inicia la revaloración del hombre, del ciudadano y del historiador que fue Marc Bloch. Esta excelente biografía, tal vez la más completa que se haya escrito hasta ahora, fue traducida al francés y editada por Presses Universitaires de Lyon, en 1997, y en español, por las Universidades de Valencia y Granada en 2004.
En 2000, la editorial Presses de la Fondation Nationale des Sciences Politiques, editó el libro Marc Bloch, cuyo autor es el historiador Olivier Dumoulin, mientras en nuestro país, Federico Brito Figueroa, que es quien trae a Étienne a Venezuela en 1997, publica un adelanto de sus investigaciones sobre nuestro personaje con el título de La comprensión de la historia en Marc Bloch, editada en 1996 por el Centro de Investigación y Altos Estudios Alejandro de Humboldt y la Fundación Buria.
Requeriría un capítulo aparte comentar estos libros fundamentales para adentrarnos con mayor conocimiento de causa en el análisis crítico de la obra de Marc Bloch, desde una perspectiva global. Mientras tanto podemos afirmar que es un hecho singular el que podamos abordar el estudio de la vida y obra del gran historiador a través del diálogo en el tiempo entre padre e hijo, reconociendo la contribución de este último en el conocimiento del episteme blochiano y su ubicación estelar en la historiografía moderna.