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Historia y MEMORIA

Print version ISSN 2027-5137

Hist.mem.  no.21 Tunja July/Dec. 2020  Epub June 30, 2020

https://doi.org/10.19053/20275137.n21.2020.9659 

Articles

Memoria e historia en redes sociales: nuevos soportes de resistencia al olvido de la Guerra Civil española y el Franquismo*

Memory and history in social networks: new supports to resisting the forgetting of the Spanish Civil War and Francoism

Mémoire et histoire dans les réseaux sociaux: nouveaux entourages pour résister à l’oubli de la Guerre Civile Espagnole et le Franquisme

Matilde Eiroa San Francisco1  1
http://orcid.org/0000-0003-0130-5909

1Universidad Carlos III de Madrid- España


Resumen

Las redes sociales desempeñan un papel cada vez más importante en nuestra vida cotidiana, desde aspectos superficiales hasta cuestiones relevantes como la transmisión de valores presentes y pasados a la sociedad actual. Uno de los cometidos más originales es el de erigirse en soportes y registros de la historia y la memoria recientes, es decir, en breves espacios virtuales que actúan como nuevas formas de resistencia al olvido de episodios traumáticos o poco conocidos. Este artículo se propone analizar este fenómeno tomando como ejemplo las cuentas de la Guerra Civil española y el Franquismo consecuente, a fin de conocer el modo en que ejercen su función de generación, difusión y representación de la resistencia contra el olvido. Se han aplicado métodos de investigación digital y fuentes procedentes de bases de datos digitales.

Palabras clave redes sociales; guerra civil; franquismo; historia y memoria; historia digital

Abstract

Social networks have an increasingly significant role in our daily lives, from superficial aspects to more relevant topics, such as the transmission of present and past values to contemporary society. One of their most original roles is that of becoming a support and record of recent history and memory, that is to say, brief virtual spaces which act as new ways of resisting that traumatic or little-known episodes are forgotten. This article intends to analyze said phenomenon taking the Spanish Civil War and the posterior Francoism as an example, with the objective of learning how they fulfill their function of generating, spreading and representing the resistance against forgetting. Methods of digital research were applied as well as sources from digital databases.

Keywords social networks; civil war; Francoism; history and memory; digital history

Résumé

Les réseaux sociaux jouent un rôle de plus en plus important dans notre vie quotidienne, et ce allant d’aspects sans importance jusqu’à la transmission de valeurs actuelles et passées. Or, ces réseaux sont davantage un moyen d’enregistrement de l’histoire et de la mémoire récentes, c’est-à-dire qu’ils constituent des espaces virtuels qui agissent comme des formes nouvelles de résister à l’oubli d’événements traumatiques ou peu connus. Cet article se propose d’analyser ce phénomène en prenant l’exemple des comptes de la Guerre Civile Espagnole et le Franquisme, afin de mieux connaître la manière dont les réseaux sociaux contribuent à la production, diffusion et représentation de la résistance à l’oubli. D’où l’appel aux méthodes de la recherche numérique et à l’analyse de bases de données.

Mots clés réseaux sociaux; guerre civile; franquisme; histoire et mémoire; histoire numérique

1. Introducción

En la actualidad la potencialidad de Internet ha situado a esta red de redes en la infraestructura de investigación, conformando un enorme sistema tecnológico que soporta y circula ilimitados recursos necesarios para desarrollar con éxito cualquier tarea de indagación y descubrimiento. Una de las posibilidades que ofrece esta máquina de comunicación global son los denominados social media, especialmente Facebook y Twitter, cuyo uso es cada vez más amplio, al facilitar no sólo la gestión de nuestras relaciones con familiares y amistades, sino también la vía habitual de información y entretenimiento, la organización de reivindicaciones políticas o el modo de compartir nuestra opinión con comentarios sobre las noticias2.

El término de plataformas sociales se refiere a un conjunto de software, servicios y aplicaciones que se basan en la tecnología de la Web 2.0 en la cual los usuarios interactúan, utilizan recursos multimediáticos e hipervínculos. Bajo esta denominación se incluyen wikis, blogs, redes visuales como Instagram y otros mundos virtuales. El éxito que han tenido supera con creces cualquier expectativa de sus creadores. En enero de 2019 Facebook, por ejemplo, superaba la cifra de más de dos billones de usuarios, seguido por YouTube, WhatsApp con un billón quinientos mil, Instagram un billón y Twitter alrededor de 326 millones3. El papel activo que pueden desempeñar los usuarios en la construcción de narrativas forma parte de dicho éxito, puesto que ya no se trata de un modelo de comunicación unidireccional, sino de un modelo en el que las relaciones se entablan en múltiples direcciones y en el que el binomio emisor-receptor tiene fronteras difusas. Por tanto, la sociedad digital se construye con webactores y prousers4, es decir, personas y colectivos que son activos en la red y que asumen la función de productores y consumidores de contenidos. Tienen perfiles diversos que contribuyen al concepto de cultura participativa, en la cual la audiencia se ha apoderado de las nuevas tecnologías, contribuye con la aportación de su conocimiento, hace de puente entre los viejos y los nuevos medios y demanda su derecho a participar en el ámbito económico, cultural o político5. Es un esfuerzo colectivo realizado con objetivos diferentes, desde el marketing a la comunicación política, la propaganda o la reivindicación. Uno de los ámbitos más investigados ha sido la organización en red de nuevas plataformas ciudadanas que están en la base del nacimiento y desarrollo de movimientos sociales como el 15M6.

En este marco proponemos como objetivo analizar las funciones que cumplen las redes sociales en la resistencia contra el olvido de la Guerra Civil española y el Franquismo. Se han seleccionado las páginas de Facebook y las cuentas de Twitter integradas en dos colecciones de la base de datos HISMEDI (Historia y Memoria Digital)7 contingente de más de mil doscientos registros catalogados según los estándares de Dublin Core que examinan metadatos como autores, fecha, materia, contenidos, fuentes o número de usuarios y seguidores. Estos metadatos proporcionan categorías que permiten reconstruir el universo en donde se desenvuelve la esfera social virtual de la historia y la memoria de este pasado trágico, es decir, qué tipo de entidades se comunican en las redes, cómo se realiza la interactuación, qué contenidos transmiten y qué limitaciones existen para recolectar la información.

Metodológicamente asumimos el reto de la aplicación de métodos digitales, como el webscraping o técnica para la extracción de datos, y la netnografía8. Las técnicas de investigación para el análisis de redes sociales no están aún muy consolidadas, si bien la netnografía ayuda a comprender las interacciones comprendidas en las comunidades virtuales, así como aplicaciones de software específicas de fácil utilización. En lo que se refiere a Facebook, los datos muestran que es la red social preferida, orientada, sobre todo, a las personas, pero con el tiempo las marcas y el marketing han ganado espacio. Precisamente por esta orientación, una de las funciones más relevantes es «encontrar amigos» e interactuar, compartir recursos multimediáticos y organizar actos de relaciones sociales9. Para la investigación, Facebook ofrece el software Netvizz descargable desde sus páginas, que permite una rápida identificación de los espacios discursivos a través de la organización de contenidos de esta red, es decir, grupos, páginas, redes de amigos, imágenes y eventos. El módulo de búsqueda se presenta, así, como una herramienta para explorar datos descargables en una carpeta tabular (.tab) y su gestión y visualización a través del software Gephi10. Con respecto a Twitter, su vocación entronca con la cibercultura, es decir, compartir conocimiento y trabajar en un entorno de colaboración, forjando un punto de encuentro para el intercambio de información. Gran parte de cuanto en ella se expresa alcanza gran resonancia en la vida social, cultural, política o económica y ha logrado establecer vínculos identitarios y colectivos. Algunos especialistas han desarrollado aplicaciones interesantes para la investigación, como la herramienta de t-hoarder_hit diseñada por Mariluz Congosto, que permite la monitorización de cuentas y la descarga de resultados cualitativos y cuantitativos en documentos Excel, así como visualizaciones en el software de Gephi11.

Como hipótesis partimos de la idea de que la facilidad para abrir un espacio personal en las redes citadas y la rapidez en la generación y difusión de contenidos, ha supuesto un estímulo decisivo en el uso masivo de las mismas por parte de instituciones, fundaciones, colectivos de memoria e individuos interesados en el periodo 1936-1975. Asimismo, la mediación tecnológica de esta práctica social está configurando un nuevo relato sobre la etapa objeto de nuestro estudio, en el que prevalece la reivindicación del sujeto y del grupo social condenado a la exclusión y al olvido, por haber formado parte de los vencidos de la Guerra Civil. Finalmente planteamos que la capacidad de las redes sociales constituye un factor fundamental en la constitución de un espacio virtual de resistencia a la omisión de acontecimientos y personajes relegados de la historia oficial.

2. Del discurso analógico al digital

Las investigaciones que han abordado diversos aspectos de la memoria y la historia en el entorno digital han aumentado en los últimos años. Algunas han analizado el fenómeno asociativo12, otras las relaciones entre periodismo y memoria, un binomio que ha tenido mucho éxito en los últimos años con motivo de la actualidad de las noticias sobre esta cuestión13. Asimismo, determinados estudios se han centrado en el análisis entre redes sociales y memoria, orientado especialmente a ofrecer relación de lugares en Internet con motivo de la proliferación de los mismos y la paulatina mejora de su calidad14. Más concretamente contamos con estudios de caso enfocados en el aspecto técnico y cuantitativo de redes creadas para la Guerra Civil y el Franquismo15.

En esta investigación focalizaremos el análisis en aquellos espacios reticulares cuyos contenidos reflejen especialmente esa resistencia contra el olvido de protagonistas y lugares de aquellos trágicos sucesos. Ciertamente se abusa del término memoria histórica, muy asumido por la sociedad y los medios de comunicación para aludir a la demanda política, social y cultural del republicanismo y de la oposición antifranquista, así como de los valores que representan16. Se trata, por tanto, de un término que instala el pasado en función del presente y lo utiliza públicamente al encontrar nuevos canales de transmisión, de rememoración colectiva, y de difusión de valores, identidades y sentimientos marginados. Hemos de distinguirlo de la Historia, aquella que se construye con fuentes primarias sobre los hechos del pasado. Ambas difieren, pero se complementan en su intención de estudio del pasado, conformando un tándem metodológico interesante y exhaustivo cuando es utilizado por los investigadores.

La visibilidad actual de la recuperación de la memoria se fundamenta en la movilización de las generaciones de los nietos y en la reivindicación de testigos y familiares. La tensión entre el rechazo al olvido y el exceso de memoria se percibe en el debate público y mediático y se traslada al ámbito digital. La insistencia de diferentes sectores sociales comprometidos en el esclarecimiento, la investigación, la divulgación y la enseñanza de este pasado es intensa, así como su presencia en la historiografía, en los medios de comunicación y en el entorno virtual en el que tienen una posibilidad de expresión ilimitada17.

Durante el franquismo el discurso oficial que prevaleció fue el de los vencedores de la Guerra Civil, insistente en demonizar a los republicanos y las políticas llevadas a cabo durante el periodo 1931-1936. Términos como el marxismo, el comunismo, el liberalismo, la democracia o el parlamentarismo eran considerados por el Régimen como la causa de todos los males, el enemigo a quien había que combatir materializado en la oposición republicana antifascista. Hombres y mujeres defensores de la II República fueron estigmatizados, acusados de grandes males y traiciones y sus nombres prohibidos o borrados de la esfera pública. La implantación de la dictadura, sustentada en una legislación represora y la férrea censura impidió la difusión de otros relatos que hubieran podido contrarrestar el oficial. El exilio de republicanos, añadido a los represaliados en cárceles, los fusilamientos realizados con gran intensidad en la primera década, los desaparecidos y enterrados en fosas comunes, son elementos que explican la necesidad de difundir una versión del golpe de estado de julio de 1936 y de la guerra consecuente diferente a la transmitida, impuesta y socializada por la dictadura durante los casi cuarenta años de su existencia.

A partir de la década de 1960 y, fundamentalmente fruto de la iniciativa de hispanistas, comenzó a editarse un conjunto de publicaciones que plasmaban un enfoque más próximo a la realidad de los hechos. Las clásicas obras de Gerald Brenan, Raymond Carr o Pierre Vilar constituyeron un hito en el entendimiento y explicación del conflicto18. El conocido estudio de Hugh Thomas La Guerra Civil española (1961) junto a La República española y la Guerra Civil de Gabriel Jackson (1965), anunciaban una interpretación novedosa. Herbert Soutworth en El mito de la cruzada de Franco (1963), desmontó la falsedad difundida durante la dictadura de que habían sido los habitantes de Guernica, los responsables del bombardeo de la población que dio origen al famoso cuadro de Pablo Picasso19. A pesar de que el Régimen reaccionó a estas versiones extranjeras con la creación de la Sección de Estudios sobre la Guerra Civil, dependiente del Ministerio de Información dirigido por Manuel Fraga (1962-1969), este tipo de estudios continuó y en los años setenta comenzaron a publicarse investigaciones que expresaban el inicio lento de una nueva etapa de resistencia contra el discurso oficial, aunque este no cejó en su intento por mantener su versión, como se muestra en las obras de Vicente Palacio Atard, Ricardo de la Cierva y Ramón Salas20. A partir de la muerte de Franco (1975) y de la Transición política a la democracia, la historiografía caminó hacia un relato histórico más profesional y solvente, apoyado en fuentes primarias cada vez más amplias, mientras que en la actualidad el relato bélico se ha extendido al de la memoria y a la búsqueda de nuevas respuestas ante inesperadas fuentes y enfoques.

Desde comienzos del siglo XXI factores clave como la aparición de las nuevas tecnologías, el crecimiento de Internet como lugar favorito para informarse y debatir, el fenómeno del movimiento social por la memoria, la denominada generación de los nietos o postmemoria21, la paulatina apertura de archivos, así como el arduo trabajo de la historiografía, explican el auge de actividades sociales e investigaciones reveladoras de asuntos falseados u ocultados durante décadas. La ruptura del silencio y la restitución de figuras y acontecimientos relegados han sido la tendencia más extendida en los últimos años, dando lugar a actos reivindicativos y publicaciones de especialistas que han avanzado notablemente en el conocimiento sobre aquellos episodios que se resisten a ser historia y demandan presente22. No parece que funcione el «olvido del olvido», sino más bien la primacía de la memoria que no cesa de recordar un pasado incómodo para determinadas autoridades y poderes23.

Las redes virtuales tienen un protagonismo importante en la transmisión de esa historia y representan otro modelo de soporte interactivo y multimediático, continente de una historia más social, más popular y más resistente a las versiones próximas a las producidas durante la dictadura, que todavía circulan por los espacios mediáticos y culturales. Conversaciones, relatos y debates que tenían lugar en el mundo físico quedan ahora registradas en el plano digital en forma de texto, imágenes o videos, abriendo así canales directos de comunicación con la sociedad más rápidos y más directos. Si bien encontramos diferencias en ellas motivadas por el tipo de medio, es decir, Facebook permite una redacción algo más extensa, mientras que Twitter requiere de gran brevedad en la expresión –140 caracteres por tweet y 280 desde noviembre de 2017–, aunque su virtud está en la inmediatez, la conversación más ágil y la posibilidad de alcanzar un mayor impacto. A cambio ambas redes ofrecen una reducida fiabilidad de la identidad de los productores y difusores de contenidos y es habitual la circulación de perfiles ficticios, falsos o automáticos –como los bots–24, de ahí que sea necesario realizar un análisis crítico de la información. No obstante, una manera de evitar esta cara negativa de las redes es seleccionar bien los perfiles seguidos y soslayar aquellos dedicados a la manipulación y la intoxicación.

3. Una resistencia al olvido 2.0: webactores, contenidos y reacción en la esfera virtual.

Rescatar del olvido y recuperar la memoria son, tal vez, los dos mensajes más habituales en las redes, bajo los cuales se congregan colectivos e individuos realizando homenajes, actos públicos y movilizaciones con el propósito de diseñar políticas de memoria que eviten la continuidad de esa omisión o indiferencia hacia los vencidos de la Guerra Civil y la resistencia antifranquista durante la dictadura. En contra de lo que pueda parecer, en las redes sociales no participa toda la sociedad. El informe Digital en 2019 para España, confirma que los usuarios de Internet alcanzan al 93% de la población, mientras que el 60% utiliza las redes sociales al mes, siendo las preferidas Youtube, Whatsapp, Facebook, Instagram y Twitter25.

Entre las categorías de actores mnemónicos o promotores de la actividad memorial, identificadas por Bernhard y Kubik26, se encuentran la de los activistas, aquellos que establecen una línea clara entre la historia que defienden y la oficial de la que han estado excluidos y a la que consideran incompleta o errónea. Con tal motivo reivindican políticas de memoria y la inclusión de su relato sobre el pasado. Generalmente este tipo de actores son frecuentes en el marco de regímenes memoriales de tipología fracturada propia de países como España donde no hay un acuerdo básico sobre el pasado y, por tanto, con una presencia intensa de debates divergentes. La escasez de políticas de memoria es clave para entender que en la actualidad haya una demanda muy extendida por el recuerdo y el homenaje27. En este sentido, destaca el carácter humanitario del movimiento memorial, pero también el empleo del pasado como herramienta política y su instrumentación para la construcción de una identidad histórica28. Aunque el fenómeno no ha de extrañar después de tantos años con las mismas demandas y logros limitados.

Los responsables de los perfiles de Twitter y de las páginas de Facebook sobre la historia y la memoria de la Guerra Civil y el Franquismo son, en su mayoría, colectivos como asociaciones, foros, fundaciones, plataformas o agrupaciones, seguidos por particulares e instituciones públicas –bibliotecas, archivos, proyectos de investigación universitarios– con propósitos de recuperación de los marginados y olvidados de esta etapa histórica29. A pesar de que Internet es el medio por excelencia para los jóvenes, el rango de edad de estos colectivos es alto y responde a los familiares de las víctimas e incluso a las víctimas mismas, que a veces autogestionan sus demandas y testimonios y otras veces recurren a los miembros de menor edad de su entorno. En algunos casos forman comunidades virtuales, organizadas a partir del interés común en la época y del deseo de interactuar entre afines, aunque con objetivos diferenciados según los motivos y propósitos de su fundación30. Así, encontramos una gran comunidad en torno a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) o en torno a la Federación de Foros por la Memoria y sus ramales locales.

Las comunidades son conscientes de que son redes y en este sentido amplían los miembros, se diversifican y fluyen en el entorno digital. Los individuos que interactúan se desarrollan y movilizan en relación con otros similares en el ciberespacio conformando nodos y núcleos donde intercambiar información, ofrecer apoyo, movilizar, reivindicar y crear opinión31. En el grafo reproducido más abajo se expresa visualmente el debate en torno a la interpretación de la serie televisiva «Lo que escondían sus ojos», cuyo argumento se localiza en la posguerra española y se desarrolla en torno a un amor secreto de Ramón Serrano Súñer, ministro de varias carteras durante los primeros gobiernos de Franco (1938-1942)32. El debate surgió con motivo del tratamiento que se le dio a este personaje, una de las autoridades pro-nazis más relevantes en la construcción de la dictadura, presentado en los capítulos como un galán impecable en un Madrid idílico posterior a la Guerra Civil. Los colectivos de memoria se movilizaron en Twitter durante los días de su emisión como protesta a dicho tratamiento. En la imagen se refleja la polarización entre los colectivos enfrentados: a la derecha se aglutinan los defensores de la emisión de la serie y del tratamiento que se dio a la situación y al personaje de Serrano Súñer; a la izquierda se agrupan los contrarios a la misma y los críticos con la representación del ministro de Franco. Entre ellos figura la actividad de la ARMH y su presidente Emilio Silva, junto a otras cuentas personales muy activas, como se ve por su tamaño y densidad de las conexiones. Entre medias de ambos bloques hay hilos de tuits que les conectan y circulan la opinión en las dos direcciones.

Fuente: Monitorizacion de cuentas de twitter, Mariluz Congosto

Imagen nº 1 Grafo de tweets de 23 de noviembre de 2016 

Obviamente no todos los colectivos e individuos participan en las redes sociales con la misma intensidad y periodicidad. A veces se encuentran perfiles de uso escaso o puntual y otros que sólo repiten información propia sin ninguna contribución. Los que hacen un uso óptimo, regular y aprovechan la bidireccionalidad de la red son pocos porque esta tarea requiere de una dedicación constante e intensa. Desde nuestro punto de vista la actividad efímera de algunas plataformas es contradictoria con sus objetivos, puesto que representa todo lo contrario a la lucha de cualquier memoria que quiere vivir y permanecer. En este sentido cabría preguntarse si pretenden una comunicación constante y dinámica, o si sólo se trata de un entretenimiento virtual que ocupa el tiempo ocioso de los emisores. Es decir, a pesar de los propósitos de recuperar la memoria y evitar el olvido, algunos participantes de redes sociales representan la banalidad de la postmodernidad. No obstante, por lo general, constituyen grupos con identidad propia y con un importante compromiso en el cumplimiento de sus objetivos fundacionales.

Estas comunidades virtuales que comparten valores e intereses comunes, generalmente nacen del entorno físico donde han creado una infraestructura que facilita el encuentro entre los miembros, como el caso de las fundaciones, en muchos casos dedicadas al estudio y la difusión de personajes históricos como la Fundación Pablo Iglesias, Largo Caballero o Miguel Hernández. Más compleja es la agrupación de individuos particulares que han decidido aportar información sobre la experiencia vital de sus familiares represaliados, caso de perfiles como Mª José Barreiros, Cristina Calandre o José Suárez, proclives a la actuación independiente y no comunitaria. A pesar de ello, algunos se erigen en líderes como lo muestra la centralidad de los mensajes en las redes de María Torres en @buscameblog, de @inesgce o de Juanfra Colomina en @Juanfra_87, webactores muy activos.

Los objetivos que les mueven son múltiples, desde la recuperación de los cuerpos en las fosas, hasta la incorporación de un personaje o un evento al discurso histórico, aunque podríamos encuadrarlos en torno a la idea común de la «resistencia al olvido», bajo la cual se disgregarían otros planteamientos como denuncia y reivindicación, compartir información, facilitar el acceso a documentación de archivos y bibliotecas, fomentar la localización de lugares de memoria y rutas bélicas, difundir actividades y actos culturales vinculados a estas materias. La conocida teoría de Mac Luhan «el medio es el mensaje», se reafirma aquí con la idea de que el medio digital condiciona el modo en que se difunde este material de carácter historiográfico y memorial. O lo que es lo mismo, no es posible exigir contextualización histórica a colectivos cuyo propósito no es el de escribir historia, sino difundir, divulgar y mantener viva la memoria de sus antepasados en soportes tecnológicos a fin de cerrar episodios familiares dramáticos en ese proceso de «memoria adquirida», tal como definió J. Aróstegui al conocimiento heredado de los hechos que los descendientes han asumido como propio33. La memoria, por tanto, ha encontrado en el marco 2.0 una herramienta de comunicación interactiva, intercomunitaria en donde se puede participar y contribuir, organizar, informar u opinar, construyendo un espacio social articulado alrededor de intereses comunes y conocimiento compartido, aunque gran parte de los contenidos coinciden con los acontecimientos escritos por los historiadores profesionales y no se trata, por tanto, de aportaciones novedosas34.

La idea señalada de «resistencia al olvido» está implícita en todas las cuentas analizadas, aunque no figure esta expresión en la sección «Inicio» de las mismas. En la cuenta de Twitter @FosaAfa su presentación es la frase de Antonio Machado «Late corazón ... No todo se lo ha tragado la tierra»35. En @NombresPorcuna han tomado como lema de apertura la afirmación de Milan Kundera: «La lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido»36. En sus contenidos recurren a los hechos y personajes del pasado marginados de la historia oficial de la dictadura y del relato transmitido en la democracia, con la finalidad de recuperarlos para el presente, si bien el modo de alcanzar esta meta varía según quién sea la institución promotora de la cuenta.

Fuente: Archivo fotográfico propio

Imagen nº 2 Cartel en el Homenaje a las Víctimas del Franquismo, Madrid, 2017. 

Los perfiles que anuncian expresamente su resistencia al olvido suelen hacerlo difundiendo en sus redes la identidad de personas con destinos más trágicos, es decir el amplio espectro de la represión correspondiente a fusilamientos, desaparecidos, enterramientos en fosas comunes, y otras circunstancias que conllevaron la omisión o el desconocimiento de sus trayectorias. Entre ellos destacan las cuentas sobre campos de concentración, como @Gusen_Memorial y @amauthausen difusoras de datos identitarios e imágenes de los asesinados en estos campos nazis. Vinculados a los campos se encuentran los tuis de ejemplos concretos de individuos recluidos y muertos en los mismos, caso de Antonio Hernández, @deportado4443, y Antonio Cebrián @deportado4442. Otras cuentas se dedican a los fusilados en lugares de la geografía española, que apenas han sido recogidos por la investigación, como los ejecutados en @Valdenoceda, @FosaAfa, @NombresPorcuna, @ARDFSPAIN, @FTrecerosas, Merinmemo, @PorLaMemoria o @ParedonPaterna. Los textos suelen ser redactados con un enfoque de proximidad al usuario, enfatizando la perspectiva visual sustentada en imágenes de la violencia practicada, a veces con la voz de los supervivientes, de testigos o de sus herederos y con recursos tecnológicos, como los mapas interactivos, que consiguen acercarnos a los lugares concretos donde ocurrieron los trágicos hechos, es decir, a las víctimas y al entorno espacial del castigo sufrido.

Fuente: «@ARDFSPAIN,» Twitter, acceso el 29 de mayo de 2019, https://twitter.com/ardfspain?lang=es

Imagen nº 3 Relación de tweets de la cuenta @ARDFSPAIN  

Por último, un conjunto de perfiles de Twitter revela la existencia de grupos sociales condenados a la omisión, como los niños vascos evacuados (@Basquechildren), la catástrofe humanitaria derivada de la huida que la población malagueña protagonizó en la carretera de Málaga a Almería en febrero de 1937 (@LaDesbandá), o el papel que desempeñaron los exiliados en la liberación de Francia (@LaNueveLeClerc o el grupo de Facebook Hijos y Nietos del Exilio Republicano 37). En sus tuits y posts se puede comprobar su actitud firme en la difusión de aquellos nombres que sufrieron el olvido.

Las redes acogen, asimismo, la difusión de la multiplicidad de actuaciones represoras en localidades pequeñas que, por su dimensión, apenas han sido recogidas en la producción historiográfica territorial. Así, encontramos información sobre episodios violentos en los pueblos de El Ferrol (@memoriaFerrol), El Cerro de Andévalo (@memoriaelcerro), Villarrobledo (@MemoriahcaVDO), Porcuna (@NombresPorcuna), Torrejón de Ardoz (@mhtorrejón) o Aranjuez (@armha.memoriahistorica)38. Junto a estas localidades se advierte la violencia ejercida en los grandes núcleos urbanos, desde Madrid y Barcelona sobre las que hay una ingente presencia digital, a otras con una menor actividad como Toledo, Cuenca, Guadalajara u Oviedo. No obstante, se observa en ellas la misma coerción y represión contra los vencidos, incluso en demarcaciones donde triunfó el golpe de estado de julio de 1936 y no hubo declaración de guerra.

La denuncia y reivindicación de la «Verdad, Justicia y Reparación», así como de políticas de memoria ajustadas a una democracia asentada, subyace en la mayoría de los perfiles abiertos en las redes. Generalmente se ajustan a los agentes mnemónicos activistas que disputan la memoria de sus antepasados y demandan una política de memoria en la que se incluya el antifascismo y los principios éticos por los que lucharon. Como ya se ha señalado, la mayoría pertenecen a colectivos y asociaciones de memoria de una amplia actividad social y virtual, de ahí que la utilización de sus redes esté encaminada a la difusión de mensajes cortos y directos relativos a convocatorias de movilizaciones, exposiciones, presentación de novedades editoriales, legislación o noticias sobre temas de memoria. En esta categoría se incluyen las redes de la Federación de Foros por la Memoria, con sus filiales provinciales39, la Plataforma por la Comisión de la Verdad (@comisionverdadfranquismo), Verdad, Justicia Reparación (@salamancamemoriayjusticia), CEAQUA (Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina contra los crímenes del franquismo, @CEAQUA), Asociación Nuestra Memoria. Desaparecid@s, Asesinad@s, Memoria y Justicia (@nuestramemoria), la Red de Víctimas del Estado -AVICES-, o @contraimpunitat, una plataforma creada en 2010 contra la impunidad del franquismo a raíz de la imputación del juez Baltasar Garzón.

Muchos colectivos conforman grupos abiertos en los que se anima a la participación en las actividades que convocan al apoyo en campañas promovidas solicitando un tratamiento justo a las víctimas de la Guerra Civil y la dictadura franquista. Una de estas campañas es la organizada por la Federación Estatal de Foros por la Memoria con el hashtag #18JYoCondeno para los días anteriores al 18 de julio, con el propósito de que se declare Día de Condena del Franquismo. Esta operación proponía diferentes textos de tweets y cuentas a fin de alcanzar la máxima difusión posible.

Fuente: Archivo fotográfico propio

Imagen nº 4 Cartel de la Campaña de 2018 @18JYocondeno Encuentro Estatal de Colectivos de Memoria Histórica y Víctimas del Franquismo. 

Otra campaña interesante fue la propuesta bajo el hashtag #JusticiaporNavidad de Amnistía Internacional en 2016. La elaboración de un video de gran impacto que tomaba prestado la música y el guion de un conocido producto típico navideño que cada año vuelve a los hogares, fue el punto de partida para activar una iniciativa de firmas de una carta al Ministerio de Justicia en la que se solicitaba la investigación de los miles de personas desaparecidas durante la Guerra Civil y el Franquismo que no volvieron a casa40. Entre el 22 de noviembre y el 22 de diciembre de 2016 se lanzaron más de 550 tweets que a su vez fueron retuiteados por otros tantos perfiles. Los mensajes hacían alusión a la resistencia al olvido:

«Que no desaparezcan en el olvido, firma. #JusticiaPorNavidad»,

«#JusticiaPorNavidad Víctimas del franquismo: 114.000 desaparecidos. No olvidamos»,

«Los 'desaparecidos' durante la guerra civil y el franquismo no volvieron a casa. Firma y pide #JusticiaPorNavidad»,

«Emocionante testimonio de Antonio. Sus padres están desaparecidos, quizás en una fosa común. El sólo quiere #JusticiaPorNavidad»,

«This Christma's campaign by @AmnistiaCAT is a petition of justice for the families of the disappeared during francoism #JusticiaPorNavidad»41.

Sin embargo, el impacto de estas campañas y de los líderes digitales de la memoria es relativo puesto que alcanza bastante eco en estas comunidades virtuales, pero consiguen escasos logros reales en sus reivindicaciones de políticas de verdad, justicia y reparación.

La voluntad de compartir información es transversal en esta esfera virtual. El propósito de recolectar novedades informativas o experiencias vitales que contribuyan a confirmar el pasado traumático y evidencias de las versiones de la historia que defienden, resulta una actividad esencial en sus relatos reticulares. En este sentido, un grupo singular de perfiles de Twitter se ha constituido con el objetivo de comunicar una agenda diaria de los acontecimientos de la Guerra Civil. A través de ellos conocemos los bombardeos, el avance de las tropas o los sucesos más llamativos de la misma. En este grupo destaca @inesgce, la cuenta con mayor número de seguidores, @muyfandel36, @GueCiv3639, @GuerraCivil_TR @Madrid1936_1939, @Guerra_Civil_, @guerracivilesp. @AsediodeMadrid y @Toledo_GCE. Un ejemplo interesante es el hilo de tweets de Juanfra Colomina (@Juanfra_87) sobre el bombardeo de Almería en el que se comparte todo el proceso que provocó el ataque a la ciudad, la destrucción de edificios y la muerte de varias personas42.

Fuente: « Hilo sobre el bombardeo de Almería.» Twitter, achttps://twitter.com/juanfra_87?lang=es. Fecha de consulta: 10 de junio de 2019

Imagen nº 5 Tweet en el Hilo creado por @Juanfra_87 sobre el bombardeo de Almería 

Las cuentas de las fundaciones, asimismo, persiguen también la meta de compartir información sobre los fondos archivísticos que albergan, compuestos de fotografías, documentos, mapas y otras evidencias de la época, no siempre digitalizados. Es el caso de @Fjuannegrin, o las páginas de Facebook de las fundaciones Indalecio Prieto, Pablo Iglesias, Largo Caballero, Miguel Hernández o Domingo Malagón. Otras se constituyen como portavoces de instituciones públicas como @memorialcat, gestionada por el Memorial Democratic de la Generalitat de Cataluña, siempre activo en la difusión de actividades y en la información sobre novedades organizadas desde este organismo público, @liniapirineus, centro de interpretación del Parc del búnquers, cuyo propósito es dar a conocer la línea fortificada que construyó Franco en 1945, @SidBrint (Portal sobre las Brigadas Internacionales), @cedobi (Centro de documentación de las Brigadas Internacionales), @NODO, Biblioteca de la Guerra Civil Española o @memorocatalunya, un banco de memoria internacional que nació con el objetivo de recoger memorias de personas nacidas antes de 1940 en formato audiovisual.

Algunas se han constituido en el marco de empresas mediáticas que dedican un espacio a la memoria, como @Memoria_Publica, y son seguidas por un número importante de internautas que las consideran referentes. Incluso algunas series televisivas basadas en acontecimientos históricos o memoriales han abierto cuentas en redes sociales con fines publicitarios, pero en ellas se observa el interés de los usuarios en el conocimiento sobre los temas, aunque obtenido de manera sesgada precisamente por su carácter de ficción43.

La localización de los lugares de batallas de la Guerra Civil, especialmente de trincheras, bunkers, posiciones defensivas, puestos de ametralladoras y otras ubicaciones, ha despertado el interés de grupos de investigación de arqueología moderna y contemporánea, pero también de instituciones públicas que han mostrado interés en su recuperación, restauración y apertura al público de estos emplazamientos bélicos. En algunos sitios, como en el denominado cinturón negro de Bilbao, han construido rutas que enseñan a los visitantes la ubicación de las tropas y puestos defensivos de la ciudad frente al ataque del ejército franquista. Estas rutas constituyen nuevas formas de transmisión de los sucesos ocurridos y también vías de resistencia al olvido de los escenarios de la lucha. La cuenta de @BunkerCapricho, explica los avances en la restauración de la denominada Posición Jaca, fundamental para la defensa republicana organizada por el General Miaja; @TerraEnlla y @BatalladelEbro son perfiles que muestran rutas por la batalla del Ebro; @soldadodegleba enseña senderos por la historia del conflicto al igual que @RutasdeGuerra, @ARAMA.36.37, @rutasbelicas o Madrid en guerra. Itinerarios guiados por el Madrid de la Guerra Civil. La página de Facebook de @guerraenlauniversidad es gestionada por un equipo de arqueólogos que está revelando con gran exactitud las trincheras y líneas defensivas en las batallas de la Ciudad Universitaria y Moncloa, aportando planos, fotografías y todo tipo de imágenes que acercan a los usuarios a la realidad del enfrentamiento ocurrido en la zona. Del mismo modo @asociaciontajar, descubre la situación de los ejércitos en los territorios de la batalla del Jarama; Los Refugios de la guerra civil de Almería anima al conocimiento de dichos refugios tan importantes para la defensa republicana; o Salvar los restos de la Guerra Civil, enseña los existentes en la zona de Majadahonda y Las Rozas con el propósito de conservarlos y prepararlos para las visitas didácticas guiadas por los itinerarios de las batallas alrededor del frente de Madrid.

Fuente: «Arqueología de la guerra civil Española,» Facebook, acceso el 12 de junio de 2019, https://www.facebook.com/guerraenlauniversidad/

Imagen nº 6 Página en Facebook de @guerraenlauniversidad  

Encontramos, asimismo numerosos colectivos cuyo fin es publicitar las actividades y actos culturales que organizan a fin de animar a la asistencia y participación de los interesados. Es el ejemplo de las cuentas de Facebook La Guerra Civil como moda literaria . Diario España de Tánger. Incluso hay algunas administradas por individuos o colectivos dedicados a una actividad de coleccionismo o afición de piezas militares o curiosas sobre la Guerra. Entre otras se encuentran Aviación guerra civil española, orientada al estudio técnico y la transmisión de conocimientos sobre los aviones utilizados por ambos ejércitos; La guerra civil española en imágenes, difusora de películas, fotografías o comics; así como los grupos Divulga Historia, Fotografía de la Recreación Histórica de la Guerra Civil Española, La Guerra Civil española en sellos de Correos, Chapas Identificación Guerra Civil Española, AFVGCE (Armoured Fighting Vehicles Guerra Civil Española) . Armamento utilizado en la Guerra Civil Española (1936-1939).

La influencia de estas redes en el colectivo memorial es importante por su amplia utilización y el eco que ha conseguido en el ámbito no sólo memorial, sino social, académico y cultural. M. Congosto para Twitter y Ó. Coromina y A. Padilla para Facebook44 han analizado el impacto de las mismas, comprobando cómo algunas se convierten en líderes y sus seguidores en un batallón de usuarios que apuestan por asistir a los actos que convocan, a retuitear sus mensajes, a comentar los posts, o a asumir como propios los contenidos difundidos. Hay ciertas pautas que se repiten y, según ambos estudios, podríamos afirmar que hay colectivos con influencia sobre el resto en temas de memoria. En Facebook las páginas con mayor número de fans o miembros de los grupos son Arqueología de la Guerra Civil Española, Plataforma Memoria Histórica - Guerra Civil Española, Guerra Civil Española y Guerra Civil Española - Spanish Civil War - Guerra Civile Spagnola. En Twittter destaca @deportado443, @ARMH_Memoria, @DefensadeMadrid y @Memoria_Publica, por contar con el mayor número de seguidores, tweets y retweets, aunque esta posición puede oscilar si detienen su actividad, no logran captar la atención de los seguidores y estos no toman la acción de difundir sus mensajes.

4. Conclusiones

El crecimiento de la Web 2.0, la emergencia del campo de la historia y del activismo de la memoria en las dos últimas décadas han contribuido a fomentar el uso de las redes sociales con fines de recuperación de la memoria y de resistencia contra el olvido, especialmente las más populares y accesibles al público como Facebook y Twitter.

Los autores de estas cuentas constituyen un amplio colectivo que incluye a instituciones, fundaciones, asociaciones e individuos particulares. Estas entidades conforman una gran comunidad virtual que pugna por otra historia y les mueve el interés común por la recuperación de la memoria de personajes y gente corriente poco representada. Muchas contribuyen expresamente a la resistencia al olvido de personas con destinos más trágicos en el marco del amplio abanico de estrategias violentas del franquismo, facilitando datos biográficos sobre sus trayectorias. Estas comunidades virtuales comparten valores, objetivos y también métodos para la difusión de los contenidos que desean transmitir a las generaciones presentes, entre los que figura la voluntad de compartir información, facilitar el acceso a los contenidos o difundir cuanta información sea posible para rememorar a los marginados de la historia.

El enfoque de la difusión multimediática genera un conocimiento distinto de aquellos acontecimientos dramáticos de la historia de España. Interviene en él la perspectiva de la memoria colectiva facilitada por las características de la Web 2.0, en la que, a través de textos, imágenes y sonidos, se transmite mejor la cercanía, el detalle, el entorno, la proximidad del drama, las emociones y, por consiguiente, una visualización más humana, más próxima y concreta de los horrores sufridos. Parece ser un complemento visual y un complemento, a veces, de historia oral, a las investigaciones realizadas por los historiadores. Y desde luego es una perspectiva que fomenta la historia desde abajo, la que se construye con la memoria de la gente corriente cuyas actuaciones particulares no son conocidas y tal vez sean irrelevantes por separado, pero con la suma de todas ellas se construye la Historia en mayúsculas. El impacto de esta actividad social se muestra en el seguimiento de las cuentas, en la difusión de los contenidos, así como en la asistencia a las convocatorias culturales o reivindicativas que organizan. Las narrativas o los debates producidos en las redes virtuales circulan por los espacios mediáticos y digitales y quedan registrados en el gran archivo digital que es Internet. De ahí que podríamos considerar que tienen un protagonismo relevante en la transmisión de la memoria y en la resistencia al olvido, si bien, el impacto en el cambio de políticas es limitado.

A pesar de las limitaciones y los retos que las redes sociales presentan en cuanto a la volatilidad, la desconfianza hacia determinados contenidos o el rigor, parece que la tendencia que marcan con su dinamismo es que habrá menos individuos y acontecimientos situados al margen de la Historia, porque las nuevas tecnologías, y con especial intensidad las plataformas virtuales, favorecen y facilitan la comunicación a la gente corriente, promoviéndose la historia desde abajo, la microhistoria, el testimonio, la historia social, la memoria colectiva, la reivindicación de los derechos humanos, todo ello en una dimensión multimediática promotora de un cambio en el entendimiento y conocimiento de los fenómenos que conforman nuestro pasado.

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Wikipedia. «Lo que escondían sus ojos”.» Acceso el 29 de mayo de 2019. https://es.wikipedia.org/wiki/Lo_que_escond%C3%ADan_sus_ojosLinks ]

*Este artículo es uno de los resultados del proyecto de investigación con referencia RTI2018-093599-B-I00 MCIU/AE/FEDER (2019-2021).

2 Sanne Hille y Piet Bakker, «Engaging the social news use», Journalism Practice Vol. 8, n° 5 (2014): 563-572. DOI: https://doi.org/10.1080/17512786.2014.899758. Eric T. Meyer y Josh Cowls, «The net as a knowledge machine: how the Internet became embedded in research,» New media and society Vol. 18, n°7 (2016): 1159-1189. DOI: https://doi.org/10.1177/1461444816643793.

3Véanse datos más amplios en: «Estadísticas de redes sociales 2019: Usuarios de Facebook, Twitter, Instagram, Youtube, Linkedi, Whatsapp y otros,» Juan Carlos Mejía Llano Consultor y Speaker de Marketing Digital y Transformación Digital, acceso el 8 de junio de 2019, https://www.juancmejia.com/marketing-digital/estadisticas-de-redes-sociales-usuarios-de-facebook-instagram-linkedin-twitter-whatsapp-y-otros-infografia/.

4 Francis Pisani y Dominique Piotet, La alquimia de las multitudes. Cómo la web está cambiando el mundo (Barcelona: Paidós, 2009), 19-21.

5 Andreas Kaplan y Michael Haenlein, «Users of the world unite! The challenges and oportunities of Social Media, » Business horizons Vol. 53, n° 1 (2010): 59-68.

6Entre otros estudios mencionaremos el de Javier Toret, coord., Tecnopolítica: la potencia de las multitudes conectadas. El sistema red 15M, un nuevo paradigma de la política distribuida (Barcelona: Universidad Oberta de Cataluña, 2013), DOI: https://doi.org/10.7238/in3wps.v0i0.1878, acceso el 10 de junio de 2019, https://tecnopolitica.net/sites/default/files/1878-5799-3-PB%20(2).pdf.

7«Proyecto HISMEDI,» HISMEDI, acceso el 20 de mayo de 2019, http://uc3m.libguides.com/c.php?g=521884&p=4563705. Hasta esta fecha la colección de páginas de Facebook incluía 175 registros, mientras que las cuentas de Twitter hacían un total de 121.

8 Robert V. Kozinets, Netnography. Doing the research online (London: Sage, 2010). Osbaldo Washington, «La netnografía: un método de investigación en Internet,» Educar Vol. 42, (2008): 81-93, DOI: https://doi.org/10.5565/rev/educar.134. Matilde Eiroa y Alejandro Barranquero, Métodos de investigación en comunicación y sus medios (Madrid: Síntesis, 2018), 102-105. Algunas herramientas para el webscraping en: «10 herramientas de web scraping para extraer datos online de forma automática,» Papeles de Inteligencia, acceso el 26 de noviembre de 2019, https://papelesdeinteligencia.com/herramientas-de-web-scraping/,

9 Nicole Ellison y otros, «Cultivating social resources on social networking sites: Facebook relationship maintenance behaviors and their role in social capital processes,» Journal of Computer-Mediated Communication Vol. 19, n° 4 (2014): 855-870, DOI: https://doi.org/10.1111/jcc4.12078.

10«Netvizz», Digital Methods Initiative, acceso el 27 de mayo de 2019, https://wiki.digitalmethods.net/Dmi/ToolNetvizz. Un ejemplo de investigación realizada con Netvizz en Óscar Coromina y Adrián Padilla, «Reconstructing memory narratives on Facebook with Digital Methods,» Culture & History Digital Journal Vol. 7, n°2 (2018): e014, DOI: http://dx.doi.org/10.3989/chdj.2018.014.

11«Acerca de Barriblog», Barriblog, acceso el 27 de mayo de 2019, https://www.barriblog.com/. Mariluz Congosto y otros, «T-Hoarder: A framework to process Twitter data streams,» Journal of Network and Computer Applications Vol. 83, (2017): 28-39, http://linkinghub.elsevier.com/retrieve/pii/S1084804517300486. Un ejemplo de investigación realizada con T-hoarder en Mariluz Congosto, «Digital sources: a case study of the analysis of the Recovery of Historical Memory in Spain on the social network Twitter,» Culture & History Digital Journal Vol. 7, n° 2 (2018): e015. DOI: http://dx.doi.org/10.3989/chdj.2018.015.

12 Sergio Gálvez, «El proceso de la recuperación de la “memoria histórica” en España: Una aproximación a los movimientos sociales por la memoria,» International Journal of Iberian Studies Vol. 19, n° 1 (2006): 25-51, DOI: https://doi.org/10.1386/ijis.19.1.25/1, http://www.intellectbooks.co.uk/journals/view-Article,id=7028/. Del mismo autor, «Generaciones y Memoria de la represión franquista: un balance de los movimientos por la memoria,» Hispania Nova, 7 (2007): sp, http://hispanianova.rediris.es/7/dossier.htm. Josefina Cuesta, «Las capas de la memoria: contemporaneidad, sucesión y transmisión generacionales en España (1931-2006),» Hispania Nova, 7 (2007): sp, http://hispanianova.rediris.es/7/dossie-r/07d001.pdf. Igor Sádaba, «Acción colectiva y movimientos sociales en las redes digitales. Aspectos históricos y metodológicos,» Arbor Ciencia, pensamiento y cultura Vol. 188, n° 756 (2012): 781-794,, DOI: https://doi.org/10.3989/arbor.2012.756n4011, http://arbor.revistas.csic.es/index.php/arbor-/article/view/1500.

13 Margarita Antón y otros, coord., Periodismo y Memoria Histórica. La contribución del periodismo en la recuperación de la Memoria Histórica a partir de testimonios orales (Madrid: Comunicación Social y Ediciones, 2013). Jill A. Edy, «Journalistic uses of Collective Memory,» Journal of Communication 49, 2 (1999): 71-85. Matilde Eiroa, «La Guerra Civil española en la actualidad cibermediática,» Studia Historica. Historia Contemporánea Vol. 32, (2014): 357-369. De la misma autora: «La Guerra Civil on line. Un pasado que no se olvida,» Bulletin Hispanique, 118-1, (2016): 33-48, http://bulletinhispanique.revues.org/4192. Pedro Molina, «Espacios de participación para la construcción de la memoria colectiva en la prensa digital española,» Fonseca: Journal of Communication, n° 5 (2012): 140-161, http://revistas.usal.es/index.php/2172-9077/article/view/12085/12437. Ferrán Saéz y otros, coord., La memòria col.lectiva als mitjans (Barcelona: Proteus, 2014). Ferrán Sáez y Elena Yeste: «Disfunciones en el tratamiento mediático de la memoria colectiva,» Argos Vol. 32, n° 62 (2015): 131-149. http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0254-16372015000100008&lng=es&tlng=es. Juan Sánchez, «Sobre la Memoria. El pasado presente en los medios de comunicación,» Historia actual on-line 4 (2004):sp, http://www.historia-actual.org/Publicaciones/index.php/haol/article/viewArticle/51. Juan Carlos Sánchez Illán, «La Guerra Civil y el franquismo son noticia: periodismo y memoria histórica,» en Historia y Memoria en Red. Un nuevo reto para la historiografía, coord. Matilde Eiroa (Madrid: Sintesis, 2018), 171-198.

14 Encarnación Barranquero, «La memoria de la represión franquista sobre las mujeres en la Red», Historia y Comunicación Social Vol. 22, n° 2 (2017): 363-380. https://revistas.ucm.es/index.php/HICS/article/view/57849. De la misma autora: «Las fosas comunes de la Guerra y el franquismo en la Red,» en Historia y Memoria en Red. Un nuevo reto para la historiografía, coord. Matilde Eiroa (Madrid, Síntesis, 2018), 199-224. Ángeles Egido y Matilde Eiroa, «Redes sociales, historia y memoria digital de la represión de mujeres en el franquismo,» Revista de Historiografia, n° 27 (2) (2017): 341-361. DOI: https://doi.org/10.20318/revhisto.2017.3977. Matilde Eiroa, «Imágenes del pasado en las plataformas digitales: historia, memoria y ficción,» en Historia y Memoria en Red. Un nuevo reto para la historiografía, coord. Matilde Eiroa (Madrid: Síntesis, 2018), 133-150. De la misma autora: «Primary sources for a digital-born history: the Hispanic blogosphere on the Spanish Civil War and Franco’s regime,» Culture & History Digital Journal Vol. 7, n° 2 (2018): e016, DOI: http://dx.doi.org/10.3989/chdj.2018.016. Sébastien Farré, «La guerre d’Espagne sur le Web. Configurations mémorielles et communautés virtuelles,» en Histoire, mémoire et medias, ed. Regis Latouche y Michel Mathien (Bruselas: Bruylant Bruxelles, 2009), 37-49. Erika Fernández Macías, «Re(d)clusión: Internet como repositorio documental expuesto de la memoria de la reclusión carcelaria y concentracionaria de víctimas de la represión franquista,» Revista Vegueta. Anuario de la Facultad de Geografía e Historia, n° 19 (2019): 123-149. Virginie Gautier N'dah-Sekou, «La résistance antifranquiste sur l'Internet : un nouvel espace pour la mémoire,» en Après la dictature: la société civile comme vecteur mémoriel, dir. Roselyne Mogin-Martin y otros (Rennes: Presses Universitaries de Rennes, 2012), 49-58. Fernando Hernández Holgado, «Presodelescorts.org.: memoria e historia de la prisión de mujeres de Les Corts (Barcelona, 1939-1955),» Entelequia: revista interdisciplinar, n° 7 (2008): 187-196. Lidia Bocanegra y Mauricio Toscano, «El exilio republicano español: estudio y recuperación de la memoria a través de la web 2.0. Nuevo enfoque metodológico con el proyecto e-xiliad@s,» Migraciones & Exilios. Cuadernos de la Asociación para el Estudio de los Exilios y Migraciones Ibéricos Contemporáneos, 15, (2015): 113-136. Pedro Paniagua, «Memoria en Twitter. La multiplicación del discurso histórico de la violencia,» en Historia y Memoria en Red. Un nuevo reto para la historiografía, coord. Matilde Eiroa (Madrid: Síntesis, 2018), 151-169. Pedro Paniagua, «Una forma calculada de herir la Memoria Histórica. Repercusión en Twitter de las declaraciones de los diputados del Partido Popular Pablo Casado y Rafael Hernando,» Hispania Nova, n° 16 (2018): 394-416, DOI: https://doi.org/10.20318/hn.2018.4042. Armando Recio, «Internet como fuente de estudio de la guerrilla antifranquista,» Historia y Comunicación Social, n° 9 (2004): 137-154. Laura Solanilla-Demestre, «Digitalitzant el record. La memòria de la guerra civil espanyola en internet,» L’Avenç. Revista de història y cultura, n° 314 (2006): 36-40. De la misma autora: «Sociologando: Internet como herramienta de recuperación de la memoria de la Guerra Civil Española», Boletín Científico Sapiens Research Vol. 2, n° 2 (2012): 46-52.

15 Congosto, «Digital sources: a case study of the analysis of the Recovery of Historical Memory in Spain on the social network Twitter,» e015. Coromina y Padilla, «Reconstructing memory narratives on Facebook with Digital Methods,» e014.

16 Juan José Carreras, «¿Por qué hablamos de memoria cuando queremos decir historia?,» en Lecciones sobre Historia, edición e introducción de Carlos Forcadell Alvárez (Zaragoza: Institución Fernando el Católico, 2016), 321-334.

17Eiroa, «La Guerra Civil on line. Un pasado que no se olvida,» 33-48. Juan Sánchez, «Sobre la Memoria. El pasado presente en los medios de comunicación,» HAOL, n° 4 (2004): 153-163.

18 Gerald Brenan, El laberinto español. Antecedentes sociales y políticos de la Guerra Civil (París: Ruedo Ibérico, 1953). Raymond Carr, Estudios sobre la República y la Guerra Civil española (Barcelona: Ariel, 1974). Pierre Vilar, La Guerra Civil española (Barcelona: Crítica, 1986).

19 Hugh Thomas, La Guerra Civil española (París: Ruedo Ibérico, 1961). Gabriel Jackson, La República española y la Guerra Civil, 1931-1939 (Barcelona: Crítica, 1986). Herbert Soutworth, El mito de la cruzada de Franco (París: Ruedo Ibérico, 1963).

20 Vicente Palacio Atard, Cinco historias de la República y la Guerra (Madrid: Editora Nacional, 1973). Ricardo de la Cierva, Historia de la guerra civil española. I: Perspectivas y antecedentes (Madrid: Editorial San Martín, 1969). Ramón Salas, Historia del Ejército Popular de la República, 4 vols. (Madrid: Editora Nacional, 1973).

21 Marianne Hirsch, The generation of postmemory: writing and visual culture after the Holocaust (New York: Columbia University Press, 2012).

22Entre otros, véase Francisco Espinosa, Contra el olvido: historia y memoria de la guerra civil, (Barcelona: Planeta, 2006); De este mismo autor, «De saturaciones y olvidos. Reflexiones en torno a un pasado que no puede pasar,» Hispania Nova, n° 7 (2007): sp, http://hispanianova.rediris.es/7/dossier/07d013.pdf. ; Emilio Silva y otros, coord., La memoria de los olvidados. Un debate sobre el silencio de la represión franquista (Valladolid: Ámbito, 2004).

23 Ignacio Peiró, «La era de la memoria: reflexiones sobre la historia, la opinión pública y los historiadores,» Memoria y Civilización Vol. 7, (2004): 243-294.

24 Emilio Ferrara y otros, «The rise of social bots,» Communications of the ACM Vol. 59, n° 7 (2016): 96-104, DOI: https://doi.org/10.1145/2818717, https://cacm.acm.org/magazines/2016/7/204021-the-rise-of-social-bots/fulltext.

25«El número de usuarios de Internet en España crece en 4 millones: el 93% de la población ya está conectada (We Are Social, 2019),» Marketing 4 ecommerce, acceso el 27 de mayo de 2019, https://marketing4ecommerce.net/el-numero-de-usuarios-de-internet-en-espana-crece-en-4-millones-el-93-de-la-poblacion-ya-esta-conectada/.

26 Michael Bernhard y Jan Kubik, «A Theory of the Politics of Memory. The Politics of Memory and Conmemoration,» en Twenty Years After Communism, eds. Michael Bernhard y Jan Kubik (Oxford: Oxford University Press, 2014), 1-42, DOI: https://doi.org/10.1093/acprof:oso/9780199375134.001.0001.

27 Jordi Guixé y otros, Diez años de leyes y políticas de memoria (2007-2017) (Madrid: Ediciones Catarata, 2019).

28Véase uno de los artículos al respecto en Alejandro Torrús, «El Supremo reconoce a Franco como Jefe de Estado desde el 1 de octubre de 1936, en plena Guerra Civil,» Público.es, acceso el 4 de junio de 2019, https://www.publico.es/politica/supremo-reconoce-franco-jefe-1-octubre-1936-plena-guerra-civil.html

29 Matilde Eiroa, «¿Qué historias y qué memorias? El pasado en la sociedad digital,» en Historia y Memoria en Red. Un nuevo reto para la historiografía, coord. Matilde Eiroa (Madrid: Síntesis, 2018), 67-92.

30 Francisco Javier Valiente, «Comunidades virtuales en el ciberespacio,» Doxa Comunicación, n° 002 (2004): 137-150, DOI: https://doi.org/10.31921/doxacom.n2a9, http://www.doxacomunicacion.es/pdf/artculovaliente.pdf.

31 Jesús Galindo Cáceres, «Construcción de una comunidad virtual,» Signo y pensamiento Vol. 19, n° 36 (2000): 83-92.

32Véanse datos de la serie en la entrada de Wikipedia, https://es.wikipedia.org/wiki/Lo_que_escond%C3%ADan_sus_ojos. Acceso el 4 de junio de 2019.

33 Julio Aróstegui y François Godicheau, coords., Guerra civil. Mito y memoria (Madrid: Marcial Pons, 2006).

34 Pierre Lévy, Cibercultura. La cultura de la sociedad digital (Madrid: Anthropos, 2007).

35«@FosaAfa,» Twitter, acceso el 29 de mayo de 2019, https://twitter.com/fosaafa?lang=es

36«@NombresPorcuna», Twitter, acceso el 29 de mayo de 2019 https://twitter.com/nombresporcuna?lang=es.

37«Hijos y Nietos del exilio republicano», Facebook de Hijos y Nietos del Exilio Republicano, acceso el 29 de mayo de 2019, https://www.facebook.com/groups/Hijos-y-nietos-del-Exilio-Republicano-231378513588537/964643920261989/.

38En algunos casos cuentan también con página en Facebook y con página web o blog.

39Pueden verse en las colecciones de las dos redes sociales mencionadas en: «Proyecto HISMEDI», acceso el 29 de mayo de 2019, http://evi.linhd.uned.es/projects/hismedi/om/collections/browse.

40«Justicia por Navidad», Amnistía por Navidad, acceso el 10 de junio de 2019 https://convocatoriacivica.es/justiciapornavidad/.

41 Justicia por Navidad», Amnistía por Navidad, acceso el 10 de junio de 2019 https://convocatoriacivica.es/justiciapornavidad/.

43 Miguel Chamorro, «La recuperación de la Memoria Histórica en las series de ficción a través de las redes sociales» (comunicación en el V Congreso Internacional Latina de Comunicación Social, La Laguna, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, 2013).

44 Congosto, «Digital sources: a case study of the analysis of the Recovery of Historical Memory,» e015. Coromina y Padilla, «Reconstructing memory narratives on Facebook with Digital Methods,» e014.

Recibido: 26 de Junio de 2019; Aprobado: 10 de Febrero de 2020

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Profesora Titular, Catedrática Acreditada, Universidad Carlos III de Madrid. Últimas tres publicaciones: «Revistas y Newsletters digitales de Memoria: una comunicación en Red sobre la actualidad del pasado», Estudios sobre el Mensaje Periodístico, Vol. 26, nº 1 (2020): 103-112. DOI: https://doi.org/10.5209/esmp.67290. «El pasado en el presente: el conocimiento historiográfico en las fuentes digitales», Ayer, 110, nº 2 (2018): 83-109. https://dialnet.unirioja.es/ejemplar/489688; coordinación del libro Historia y Memoria en Red. Un nuevo reto para la historiografía, (Madrid: Síntesis, 2018). meiroa@hum.uc3m.es. https://orcid.org/0000-0003-0130-5909.

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